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63 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
"Quiero que se muera"
Piensa Ana. Y realmente, en ese justo momento, lo siente. Me recordó vagamente a cuando era pequeña y mi madre me castigaba; "te odio", le decía, "ojalá no hubiera nacido nunca", añadía. Pero hay una diferencia entre Ana y yo: ella es huérfana.

"Cría cuervos...y te sacarán los ojos". No es corto el camino que el segundero ha recorrido hasta que he conseguido encontrar un porqué a este título. Un niño no nace, sino que se hace, y Ana es una dulce y diabólica niña que ha crecido entre discusiones, presenciando los escarceos de su padre, vivido la angustiosa muerte de su madre y la tragedia, al fin y al cabo, de ser huérfana. Ana es fresca, tranquila, juguetona y alocada (maravillosas las escenas entre hermanas) a la par que fría, distante y macabra.

Si algún calificativo pudiese trazar la línea del argumento sería PECULIAR. Peculiar porque es una película española, de las que además parece española (¡cómo no iba a salir una teta hombre!; lástima que fueran las de Florinda Chico) pero que, sin embargo, tiene un tinte, un matiz muy diferente que nunca había advertido en películas de este estilo; cuando digo esto hago referencia a las apariciones de la madre en momentos determinados y a los saltos en el tiempo. Es una adaptación magistral, con unos actores únicos, como la preciosa niña Ana Torrent, con el tema principal de la muerte, del que hacen gala las historias de la abuela, de los padres y la tía de Ana y de la misma Ana. No se esperen una historia completa, porque no lo es. Es algo así como una vivencia, un trocito de la vida de una persona.

Lo inolvidable de esta película, dos detalles que seguro no se borrarán de mi memoria, son el personaje de la niña y la maravillosa banda sonora, en la que aparecen no más de tres canciones entre las cuales se encuentran una enternecedora melodía de piano y "por qué te vas" de Jeanette; canción que, a partir de hoy, cada vez que vuelva a escuchar me trasladará al sillón donde Ana solía poner el tocadiscos y pensar quién sabe qué, o recordar a quién sabe quién...
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115 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Los ojos de Ana
Uno no deja de admirar a esa niña actriz que realizó dos obras maestras del cine español ("El espíritu de la colmena" y "Cría cuervos..."). Y es que Ana Torrent, sus ojos, su expresividad, sus gestos..., son más del 50% de ambas películas.

"Cría cuervos..." tiene además un excelente guión y el buen hacer de un Carlos Saura que sabe sacar el máximo partido a la interpretación de los protagonistas -todos los actores están fantásticos-, colocando la cámara en el sitio apropiado y retratando perfectamente cada rostro. Magnífico trabajo de dirección de actores, que alterna brillantes escenas costumbristas, como la del baile de las niñas, con una trama de misterio que tiene a la pequeña Ana como núcleo central.

La historia se desarrolla desde el punto de vista de los ojos del personaje infantil, y termina con un final lleno de genialidad. Fantasía y realidad se mezclan en el mundo de la infancia, llevando al espectador segundo a segundo al disfrute de cada plano.

Cría cuervos, y te sacarán los ojos... Aunque las cosas no siempre son lo que parecen cuando las mira un niño. Elocuente y reflexiva secuencia final de los escolares yendo a clase mientras suena la música de fondo que da paso a los títulos de crédito... "Tan, tan, tan, taratatán, tan, tan... Hoy en mi ventana brilla el sol, y el corazón se pone triste contemplando la ciudad, ¿por qué te vas?"

Y la sensación que queda es la de haber asistido a la proyección de una de las grandes películas del cine español. Sin duda, lo mejor en la filmografía de Saura.
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76 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Aprieta los ojos y pide un deseo
Esa canción de Jeannette que hace tanto que conozco...y que ahora escucho de modo diferente. Después de ver "Cría cuervos" no me la podía quitar de la cabeza, así como tampoco a esa Ana jugando a "ser mayor" al son de la música. Me pone los pelos más de punta que muchas películas "de miedo". Al mismo tiempo me quedaba embelesada viendo jugar a las 3 hermanas, recordando cómo a pesar de lo que pase alrededor de los niños, ellos jugarán y jugarán, aunque, por poco que nos fijemos...veremos a los adultos reflejados en sus juegos con una crudeza y precisión pasmosas.

Una familia "bien", que como todas...tiene sus cosas que esconder, con el tema de la muerte como telón de fondo, peor llevado por los mayores que por las niñas, quienes, como Ana, tramaban planes "inocentes" para satisfacer sus deseos y dormirse con la sensación de seguridad de que mañana todo será como yo quiero que sea.
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41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
A Saura lo que es de Saura.
Una de las mejores películas de Saura en su fecunda y gran etapa de los 70, dónde consolidó un cine tan definido en lo temático como de una coherencia sólida y muy arriesgada al incidir en lugares comunes, pudiendo provocar un hastío de ideas para él y un hastío de cine repetitivo para el público.
Me parece que a Saura no se le ha dado ni da el valor que merece: si hubiera que juzgar su obra de esta etapa, el autor de "Peppermint Frappé" es un icono imprescindible para el cine español y europeo (sí, a la altura de "nouvelles vagues" y "frees cinemas" por ejemplo, solo que de forma unipersonal). Todas las películas de Saura parten de ideas originales y la forma de narrarlas siempre es atrevida: circular, jugando con el tiempo y el espacio, usando metáforas y alegorías, símbolos. Todo ello está en "Cría cuervos" y otra vez en el seno de una familia burguesa en crisis, vista bajo el prisma de una niña de ojazos negros redondos, geométricos, fascinantes: es Ana Torrent, quién prolonga su maravilloso inicio de niña fantasiosa, imaginativa, sencilla, intuitiva de "El espíritu de la colmena". Saura construye una tela de araña narrativa que atrapa, nos hace ir y venir, pero nunca nos deja escaparnos, logrando, otra vez, una fascinante claustrofobización en el espectador en un mundo propio, atrayente, diríase magnético. La música vuelve a jugar un papel predominante, una música en principio nada importante pero que se pega a las imágenes de forma milimétrica. Son dos canciones tan dispares como el infantiloide, pegadizo y bien recordable "¿Por qué te vas?" de Jeanette (usado formidablemente en la película), y la otra, una copla de Imperio Argentina.
Una obra hermosa, fascinante, rica y sugerente de un gran autor.
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35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ana y sus hermanas
Notable drama escrito y dirigido por Carlos Saura (Huesca, 1932). Se rueda en escenarios naturales de Madrid y Quintanar (Segovia). Nominado a la Palma de oro, gana el Gran Premio del Jurado (Cannes). Producido por Carlos Saura para Elías Querejeta Producciones, se estrena el 26-I-1976 (Madrid).

La acción dramática tiene lugar durante el verano de uno de los primeros años de la década de los años setenta. Ana (Chaplin), de 29 años, evoca sus recuerdos de infancia, tras la muerte repentina de su padre. Repasa mentalmente las vivencias que tuvo 20 años antes, cuando tenía 9 años, en compañía de sus hermanas Irene y Maite. Revive los recuerdos que como niña guarda de su madre María (Chaplin). Ana (Torrent) se muestra en sus recuerdos como una cría triste, seria, fría y distante. Paulina es recordada como una persona estricta, mandona, intrusiva, antipática y rígida. La sirvienta Rosa es recordada como modelo de sencillez y naturalidad.

La narración se teje de la mano de un narrador que viene dado por la imaginación y la memoria de la chiquilla. De su mano, el relato experimenta saltos temporales, avanza y retrocede, mezcla recuerdos y fantasías, experiencias y deseos. El punto de vista de la historia es el de la pequeña. Se caracteriza por su ingenuidad, las confusiones que la afectan, los errores de apreciación que comete, la subjetividad que proyecta y la ternura que desprende.

El mundo que contempla Ana a través de sus recuerdos está lleno de violencia y crueldad. El ambiente general es opresivo y está dominado por la presencia de la muerte y sus símbolos (pistola, falso veneno…). Niños y niñas incorporan a sus juegos pautas de conducta de los mayores. Desarrollan traumas y obsesiones malsanas y creencias en falsos poderes mágicos. El mundo real que se proyecta a través de las vivencias de Ana está dominado por el absurdo y la irracionalidad, como indican los toques surrealistas del film.

La obra hace uso de un lenguaje alegórico y metafórico, que permite abordar temas difíciles y críticos con delicadeza. El film es complejo y aparentemente oscuro. Su estética se enmarca en el ámbito del realismo onírico. Las interpretaciones son creíbles y satisfactorias. Florinda Chico des borda simpatía y Ana Torrent está convincente.

La banda sonora combina fragmentos de la canción “Maricruz” (Imperio Argentina), de “Canciones y danzas nº 6” (Mompou) y de la canción “Por qué te vas” (Jeannette), que el film estrena. La fotografía, de Teodoro Escamilla (“La ciutat cremada”, Ribas, 1976), en color (eastmancolor), sitúa el drama en un escenario ambivalente. Es luminoso y espacioso en el exterior de la mansión, pero lóbrego y claustrofóbico en el interior, de luces expresionistas y fantasmagóricas. Contrasta la dureza de las denuncias que se plantean con el rostro infantil, sereno, vivaracho y tierno de Ana Torrent.
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37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Obra magna
Drama escrito por Carlos Saura y actuado por su mujer Geraldine Chaplin (doblada en algunas escenas por su ligero acento británico) y un extraordinario elenco en el que descuella una encantadora niña protagonista, de unos nueve años: Ana (Ana Torrent). Película perfecta, un poco enigmática al estilo de una alegoría, sugiere muchas interpretaciones, estrenada poco después de la muerte del dictador Francisco Franco. En algunos momentos la música atrapa, como en una comedia de Almodóvar, en una canción deleitosa que dice:
"Hoy en mi ventana brilla el sol. Y el corazón se pone triste contemplando la ciudad; ¿por qué te vas?...
Psicoanálisis (la fuerza de los recuerdos, el sueño, la imaginación, la mezcla del recuerdo, la imaginación y el deseo, la muerte, lo siniestro, la noche ....)
Surrealismo: una niña sin moral, imitando sin pasión a sus padres, observando, preguntando, cuestionando, patas de pollo en la heladera.
Política: en consonancia con el tema de la época, están en claro actitudes totalitarias, incluso criminales (en la niña), o añoranzas de épocas pasadas (en la abuela).
Absolutamente para ver.
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27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Hoy por la ventana llueve.
Película túnel que sin ser perfecta es excelente. La cinta recorre el recuerdo de la eterna infancia de Ana. Una infancia prolongada, desubicada por situaciones adultas, por visiones inapropiadas, por dolores inmensos. El largometraje son sus ojos, su mirada distante comos observando el mundo al que pertenece. Son sus silencios, sus palabras oídas o robadas a los adultos, su moral in encontrada. Saura nos regala un filme repleto de significado, descuidado a veces pero preciso, desgarrador por completo y metafórico.
Contextualizada de inmediato en el postfranquismo. Ana y sus dos hermanas pierden a sus padres y ella evoca de una manera obsesiva recuerdos de su madre, visiones intercaladas con la realidad que nos está contando. Una madre, que como muchas otras en los años en los que se ubica el filme, olvidaron sus aficiones, sus deseos, tiraron todo por la borda para centrarse en un hogar que les ata, que les ahoga. Allí está su madre esperando por las noches a un marido mujeriego y totalitario y todo esto lo ve Ana por desgracia o por destino, porque claro, los niños no se enteran de nada. ¿Qué van a saber ellos?.

Una música muy bien seleccionada que siempre me recordara a Ana Torrent. Imágenes también dulces e inocentes como el baile de las hermanas, el teatro que realza su condición de niños. Una película de las que te cala, sales del cine y llueve.
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25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El misterio de las patas de pollo
Me duele decirlo, pero sin Ana Torrent y sin la música esta película sería una experiencia poco soportable.

Me duele especialmente la escena del baile infantil, muy tonto, muy inverosímil y muy poco natural. Súmesele el atuendo y el peinado de las chiquillas –espantosos ambos, de acuerdo que son los setenta pero ya podía haberse dejado aconsejar Saura- y la cosa abandona lo onírico y entra de lleno en la pesadilla, arruinando una de las grandes canciones de nuestras vidas. Por suerte la repiten enterita al final, en los créditos.

Sigamos con lugares comunes: El cine bajo el tardofranquismo tenía la gran ventaja del recurso a lo críptico. Muerto el general, se acaba la era en que lo simbólico vuela como un pájaro y ahora lo críptico se vuelve flácido, lo mágico se torna mínimo, lo próximo se aleja al máximo, lo lógico deja de ser sólido, lo impúdico es tímido y, por encima de todo, lo erótico parece hecho para una sesión de tarde de sábado.

Esa es la diferencia con “El espíritu de la colmena”, de la que “Cría cuervos” toma más cosas aparte de la protagonista. La peli de Erice era también críptica, mágica, pájara y simbólica, pero se disfruta porque es mucho más que todo eso.

En alguna crítica de aquí –creo que de Bloomsday- he leído que en el fondo a Saura no le importa demasiado la forma en que rueda y que a veces parece un amateur. Yo no tengo ni idea de esto pero es la impresión que me ha dado. Lo que le importa a Saura es una cosa muy difícil: que se entienda bien/que no se entienda nada lo que quiere decir. Esto lo conseguía Buñuel de manera clamorosa. No sabías bien qué significaba la imagen que acababas de ver pero a la vez lo entendías perfectamente, tanto como si un extraño que va por la calle te partiera la cara de un puñetazo: no comprendes por qué pero comprendes el puñetazo a la perfección, vaya si lo comprendes.
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24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Interminable y triste infancia
Saura compone una historia cerrada en un entorno familiar desde el punto de vista de Ana, una niña imaginativa y algo obsesiva. Adopta un ritmo pausadoy mezcla situaciones reales del presente con otras del pasado evocadas o imaginadas por la niña, casi siempre en torno a la figura de la madre.
En algunos momentos la película recuerda al cine de Bergman, especialmente en la utilización de los silencios, la muestra del dolor y la obsesión por la muerte.
Como ya sucediera con Erice, la mirada profunda de Ana Torrent aporta una fuerza singular al personaje que, en algunas reflexiones intercaladas ya como mujer, nos habla de su infancia como una época triste e interminable.

En esta etapa de su cine Saura gustaba del simbolismo y aquí da buena muestra de ello (las patas de pollo en la nevera, el personaje de la abuela sin habla...)
El tema Por qué te vas que canta Jeanette es todo un canto a la dureza de la pérdida de la inocencia
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Hoy en mi ventana brilla el sol...
Una de las visiones más precisas, tristes y duras a la par que delicadas, de la estructura familiar y de la caída de la burguesía en el tramo final del franquismo. El callado retrato de una familia rota por la precoz muerte de los dos progenitores, la convivencia diaria con el desamparo reflejado en los cándidos rostros (con Ana Torrent a la cabeza) de esas tres niñas, que parecen no ser conscientes de su situación pero lloran y sufren, jugan al escondite, todo con gran fortaleza.
Un Carlos Saura en estado de gracia con un relato desgarrador que lleva a la perfección, dirigiendo con maestría a un plantel de actores que dan lo mejor de sí mismos.
Así, de un plumazo, se me antoja que "Cría cuervos" es una de las grandes de nuestro cine.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Me olvidarás, me olvidarás...
En más de una ocasión he comentado con un amigo que los 70 son una época extraña dentro del mundo del cine. Siempre sostenemos que esa década es la que hace pasar de cine clásico a cine moderno, una época de transición. Si a eso le sumamos que además los 70 fueron una época de grandes cambios en España, podemos afirmar que el cine de esa década en este país fue cuanto menos interesante y diferente (según qué películas, claro está). Sin duda "Cría cuervos" es una de esas cintas que cambiaron la manera de hacer cine no solo en España, si no en todo el mundo. Demasiado clásica para ser moderna o demasiado moderna para ser clásica, lo único cierto es que rebosa calidad por todos los lados.

No esperéis una película con principio y fin, con argumento férreo o con introducción, nudo y desenlace. En este gran film de Carlos Saura no hay nada de eso. Simplemente asistimos a un pequeño parpadeo en la vida de la pequeña Ana, una niña que encarna a la perfección el concepto de trauma.
La pequeña (inmensa una vez más Ana Torrent) se cría en el seno de una familia acomodada pero con graves problemas. Ella ve a diario las peleas entre sus progenitores, ve como su madre muere siendo joven y cree poder verla después de muerta, e incluso piensa que es la responsable de la muerte de su padre. Porque ese es el tema principal del film: la muerte. La pequeña Ana se obsesiona de tal manera con la muerte que se cree capaz de jugar con ella a su antojo, creyendo que puede "matar" a cualquier persona.
Son los traumas prematuros de una persona que arrastrará con esas obsesiones a lo largo de su vida. Quizás toda la culpa no sea de ella, quizás la vida la ha hecho así.

Cabe destacar, aparte de interpretaciones, dirección guión..., la magnífica banda sonora de la película. Tan solo 3 canciones: la exquisita pieza de piano, el "Ay Maricruz" de Imperio Argentina y el "¿Por qué te vas?" de Jeanette. Esa última, fundamental (aunque no lo parezca) para el desarrollo del film. Impresionante.

Poco más que añadir, salvo que recomiendo la visualización de esta gran obra de nuestro cine a todo aquel o aquella que busque algo diferente, algo vanguardista. En "Cría cuervos" encontraréis algo distinto, no cuenta nada y al mismo tiempo cuenta mucho.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
... Mi amor se irá contigo...
Un título emblemático del cine español. Me dispongo a ver la película con la seriedad y el rigor que se merece Mónica Randall y demás mujeres y niñas.
Estoy viendo la película. Veo muchas fotografías. Geraldine habla como si estuviera confensando un crimen en la Dirección General de Seguridad. En concreto no dice nada: que su infancia ha sido muy dura... Doblo sábanas. Limpio cristales. Escucho a Jeanette ¿Por qué te vas? ... ... ¿Por qué te vas? Veo más fotografías. Paseo a la abuela. ¿Planchar? No, planchar no plancho. Saludo a un militar. Que rica es la niña.
Geraldine está en la cama y sufre. Dice que la han engañado, que no hay nada; quiere vivir. Florinda Chico llama por teléfono. Es un teléfono de esos negros de pared que metes el dedo en el agujero y giras la rueda siete veces.
Sigo esperando a que pase algo.
Pues mira, se ha acabado la película y no sé si ha pasado algo.
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36 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡Pues cría cisnes, cojones!
La represión familiar es un tema que rara vez se lleva al cine. No tenemos ni idea de la cantidad de influencia que los padres dejan sobre el futuro de sus hijos.

Para empezar el refrán ese es ya en sí mismo un ejemplo de cómo la educación ha sido siempre (y seguirá siendo, supongo) una forma de dominio sobre el inferior, el hijo. En el refrán se trata a los niños como cuervos, un animal feo y traicionero. Los padres se dejan llevar por la cultura y el pasado para pensar que sus niños algún día les sacarán los ojos. "No hagas esto.... Cómete esto...... Eso es malo..... No hagas tonterías......". Al parecer todo lo que hacen los niños está mal, todo se les echa por tierra.... ¿cómo van a salir, entonces?

Ya lejos de la psicología o filosofía paternal, la película es conmovedora en algunas ocasiones e inquietante en otras muchas. La buena mano de Saura (esta vez, sí) y la penetrante mirada de una Ana Torrent en estado de gracia (ahora ya es otro cantar) nos conducen por unos recuerdos que se mezclan con la realidad más amarga.
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18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
... y te quitarán los ojos
“Cría cuervos” es mucho más de lo que aparenta. Aparte de la simple pero gran historia que se narra, de la sobriedad de la dirección, de las fantásticas interpretaciones (sobretodo y principalmente la actuación de Ana Torrent), de la sencilla pero justa banda sonora, “Cría cuervos” tiene más cosas que contarnos.

Ubiquémonos temporalmente. España, 1975. Franco ha muerto. Es más, mientras se rueda la película, “el generalísimo” está en las últimas: España lleva casi 40 años bajo una represiva dictadura. ¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Seguirá la represión? Sólo entendiendo la época donde nos estamos moviendo se ve la grandeza de Saura. La metáfora socio-política que implica la historia la eleva a una categoría especial. Los regalos del padre (un general franquista) a las niñas, que la madre deje de tocar el piano, el autoritarismo, las mentiras, la impotencia, las ganas de morir (o de matar)... Una de las mejores películas del cine español y un no menos que fantástico final (¿no es similar al de “El ángel exterminador” de Buñuel?).
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Anita Borgia
A pesar de un para mí negativo influjo de Bergman en el ritmo y en las secuencias de dolor de los personajes (la escena de Geraldine Chaplin sufriendo en la cama me recordó a Harriet Anderson en "Gritos y susurros"), la película es muy acertada en su visión del mundo de la infancia. Visión desmitificadora. Ana es más dura juzgando a los adultos que los adultos entre ellos, quizás porque ha asimilado, perfeccionándolos, los propios recursos que utilizan los mayores. La visión de la muerte por parte de los niños que recorre toda la película es quizás lo que más aporta. Se agradece el punto de aire fresco que proporcionan los personajes de los niños y la criada, que aligeran la sensación de claustrofobia generalizada.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La niña repelente
El título de mi crítica es un título alternativo para la película, y que le va como anillo al dedo. Qué gordo me cae el personaje interpretado por Ana Torrent, que encima es la niña protagonista. Lo siento, me parece una niña muy repelente. Una niña que está todo el tiempo con cara como de aparición espectral. Habla poco, casi nada, pero cuando lo hace es para insolentarse o para decirte que quiere que te mueras. ¡Criatura! Yo es que no me creo a esa niña. Hay un cierto tipo de cine que se empeña en poner personajes supuestamente interesantes, que al final te suelen caer mal porque son raros de cojones y/o normalmente bastante repelentes. Además, no hay quien se crea a esa niña, es muy inverosímil. Vale que sea tímida y tenga un trauma, y lo que quieras, pero al final los niños son niños, y gritan, y juegan, y se ríen. Pero no esperes eso de nuestra intensa Ana, no. Ella está siempre con la mirada perdida, trascendiendo a este mundo, en silencio, meditando sobre lo divino y lo humano. Mirando fijamente, siempre fijamente. Y así es la película. Una fiesta, vamos.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Por las noches veo muertos.
322/29(29/Buena muestra del cine de los setenta en la España. Cine de calidad en un país que estaba dando sus últimos coletazos Franco, del que esta cinta intenta impregnarse de sus miedos, la incertidumbre del que pasará. Cine intimista hasta casi producir claustrofobia, recuerda en muchas escenas al sueco Bergman, esos primeros planos de Geraldine Chaplin hablando a la cámara es un sello Bergman, como los retortijones de la misma en la cama son de "Gritos y susurros", está claramente bebiendo del director nórdico. La cinta se mueve entre la nostalgia y el dolor. Es una historia vista por los ojos de una niña (Ana Torrent) huérfana de una madre amargada por una vida infeliz (Geraldine Chaplin), en una casa de Madrid, comienza con la muerte del padre, un militar, y prosigue con la llegada de la tía (Mónica Randall) para hacerse cargo de la niña y sus dos hermanas pequeñas. El film es una crónica negra de lo que los niños llegan a convertirse por la influencia de los mayores. Mención aparte merece la niña Ana Torrent, un descubrimiento de Victor Erice para "El espíritu de la colmena", con un impresionante interpretación impropia de su edad, asombrosa. Recomendable a los que gusten del cine con aroma a Bergman. Fuerza y honor!!!
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
MÁGICO CANTO A LA NOSTALGIA [BICARBONATO]
Es una flor rara, un film con un halo especial.

Al principio desconcierta y no sigues bien el argumento, una vez se van desengranado las tramas del inusual guión, te ves inmerso en otra atmósfera, en una vuelta a la infancia de camino hasta la nostalgia mas devastadora y a través de los ojos de una niña insólita, capaz de crear tensión y sonrisas a partes iguales (Inmensa Ana Torrent).

Es un canto al amor perdido, a la carencia de afecto, a la pérdida de la inocencia.

"Cría cuervos" no sería lo mismo sin los ojos de Ana desde los que vemos sus temores, sus ilusiones, su ternura, su dureza y juzgamos a los personajes que les rodea según le caigan de bien a ella, adoramos a la abuela (¡Ay Mari Cruz!), nos entretenemos con la chacha (¡Ala que grandes!), compadecemos a su madre (Quiero que me quieras), detestamos al padre (Causante del "Click" en la cabeza de Ana), odiamos a la tia Rotenmeyer (Baja el volumen de la música) y estamos deseando de que Anita saque de una vez sus polvos mágicos.

Geniales las escenas de "Jugando a mamas y a papas" y "Ana con la pistola" grabadas en mi retina a partir de ahora.

No le pillo el punto a Saura, me regala maravillas con esta o "Taxi" o "ay Carmela" y a la que te descuidas te endosa bodrios al estilo de "Deprisa, Deprisa".
Ojala vuelva a este estilo de Cine.

¿Porqué te vas?
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Me gustaría que me gustara... Pero no...
Si esa niña te cae mal (porque lo niños pueden caer mal) tienes media película perdida. Si la canción recurrente de Jeanette tampoco te gusta ya lo has perdido todo, porque Ana Torrent ocupa la mayoría de los minutos y el "Porque te vas" suena en cada rincón de este drama personal de Saura. Vaya, diré algo que no parecerá muy coherente, y es que "La prima Angélica", filmada tres años antes, me pareció excepcional. Es tan exacto y cierto por mi parte afirmar que me gustaría que me gustara que, vaya, he tenido que volver a escribirlo como punta de lanza de mi confesión.

Saura (este Saura) se aleja totalmente del cine español que le rodeaba en los setenta, luchaba solo contra todos, era un valiente, de ahí que sea elogiado de manera mayoritaria. Pero en este caso concreto, en la historia de la infancia de esta niña que no sabe sonreír porque no le empujan a hacerlo, a mí me ha matado. Podría ser peor desde luego, la familia a la que pertenece ni siquiera es clase media, más bien son de clase acomodada. Pero no, eso no arregla nada, todo lo contrario, el entorno en el que crece es triste y así no hay manera.

Saura se carga el tiempo e incluso pone en boca de la madre las palabras de la hija. A mí eso no me desagrada especialmente, incluso lo apruebo, lo que me ha matado es la mezcla del ritmo cansino con la niña, la canción odiosa (para mí), el militar adúltero y las ganas de que se acabe y que cuando ha acabado, pues es como si realmente no hubiera pasado nada porque es un pedazo de vida tirado a la basura. Las clases bajas nos lo montábamos mejor. Va, lo diré otra vez, aunque casi da igual repetirlo, me hubiera gustado que me gustara, López Vázquez y la búsqueda existencial del tiempo perdido con su Angélica me motivaron más...
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Secretos de familia que alguien guarda en su memoria
El título de este filme, “CRÍA CUERVOS…”, que hasta incluye los puntos suspensivos que indican su referencia al archiconocido dicho popular “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, pareciera hacer absolutamente obvio el mensaje que, suponemos, va a poder extraerse de la historia: Alguien va a ser malcriado y entonces devolverá mal por mal. Huele entonces a cine conductista y manipulador porque, de entrada, nos está diciendo lo que tendremos que creer. Se nos anticipa, pues, una suerte de cuento de Esopo.

Al aparecer tres niñas entre los personajes centrales y una niña (grande) más en la pegajosa canción “Porque te vas”, también nos permite suponer que el tema estará dirigido al público infantil y que va a ser algo divertido con alguna magia al estilo de Los hermanos Grimm. Pero al irse desarrollando la historia… todas nuestras suposiciones se van desmontando una por una… y Carlos Saura, el director, pareciera sacarnos la lengua para decirnos: ¡Te engañé!

Siempre he sentido que cada director debería hacer su propio cine, cada pintor sus personales obras de arte y cada escritor una literatura que solo huela a él mismo. Pero veo, casi siempre con incomodidad, cuando un director decide parecerse a… o peor aún, copiar a… porque -con exclusiva referencia al arte-, casi siempre pierde aquel que imita y suele triunfar aquel que crea lo que (con talento y autenticidad) le brota del alma.

Saura decide parecerse aquí a Ingmar Bergman, pero carece de los recursos, el ingenio, la profundidad de los diálogos y el rigor técnico que solemos ver en las obras del director sueco. Su dirección de actores, especialmente en el caso de las niñas -que tienen una presencia muy representativa- es bastante conformista y amén de una demasiado flexible, y a ratos confusa, edición, quedan instantes de una improvisación muy insatisfactoria, y los diálogos (de todos los personajes) jamás sobrepasan el dato o la expresión cotidiana.

Ana Torrent, la niña de la mirada mágica, que ya nos había conquistado desde “El espíritu de la colmena”, es lo más grato de este filme, pues su personaje, Ana, transmite en cada escena un sentir muy profundo que saca de adentro ¡Dios sabe como!... Y al ser ella la que se convierte en testigo ocular de todas y cada una de las improcedencias de sus familiares, presentimos entonces que va a ser el cuervo que se está empollando dentro de la historia.

Pero Saura, capaz de hacer un cine bastante fuerte, “La caza”, “Los ojos vendados”… se torna aquí en un carácter suave y tolerante (¿temeroso?) y su cuestionamiento al franquismo es un chorrillo (me refiero al pequeñito objeto de pólvora que se comercializa en las navidades y que los niños encienden y lanzan al aire) y nada más. Y aunque tuviera intención de llegar al público infantil, su filme es lento y bastante frío, y cualquier pequeño se aburriría en minutos.

Y llega entonces el momento en que todo no es más que ilusión y ensueño. Las patas de gallina siguen en la nevera ¿significando qué? (nunca pude entenderlo) y pareciera que nada hubiera afectado a nadie y que la vida sigue, colmada de niñas buenas y sin cuervos a la vista.

“Todas las promesas (…) se irán contigo / me olvidarás, me olvidarás…”
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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