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59 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
La sincera, emotiva y angustiosa historia de un pichabrava arrepentido
Como si de un lamento o soterrada confesión se tratara, “Escalofrío en la noche” viene a ser una peli —si no autobiográfica— sí, al menos, muy cercana a una especie de radiografía novelada de lo que fue durante su juventud Clint Eastwood: un pichabrava irredento. O lo que es lo mismo, un tipo que se las cepillaba todas. Y si no todas, las que le daba la gana, vamos.

El peligro que conlleva ser un pichabrava radica, sin embargo, en que los ligues, a veces, pueden encapricharse de uno y hacerle la vida imposible. Como le ocurre al personaje interpretado por Clint y como le ocurre, por ejemplo, a Michael Douglas en “Atracción fatal”. Una peli que bebe cien por cien de ésta y que demuestra que cuando Adrian Lyne iba, Clint volvía.

Siete merecidas estrellitas, pues, para una opera prima a la que le perdono su previsibilidad, sus fallos en el montaje y la incontestable evidencia que Evelyn es un cardo borriquero de aúpa porque me parece una peli apabullantemente sincera, porque me parece tensa e inquietante hasta decir basta y porque incluye, por si fuera poco, uno de los mejores temas de la historia de la música romántica: “The first time ever I saw your face”, de Roberta Flack.

Ah, y también porque la dirige Clint, por supuesto. Faltaría más.
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47 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Entre las mejores del Eastwood director (7.7)
Buenos diálogos y buenos secundarios. Podemos ver al maestro de Eastwood, Don Siegel, como actor en el papel de Murphy.
Algunos momentos son muy graciosos, como la antipatía del detective hacia Garver o la sarcástica Birdie.

Acompaña siempre la mejor música.

Es realmente inquietante gracias a una oscura noche y a una fanática siniestra.


Supongo que los "defectillos" que encontró alguno de los críticos se refieren al montaje durante algunas agresiones y a que la música, aunque buena, no pega mucho en esos momentos.
Pero todo esto le da un aire extraño, fresco, muy estimulante... incluso estremecedor en algunas ocasiones.
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38 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Noche con bostezos
Floja y en momentos incluso aburrida. Una "Atracción fatal" avant la lettre (que tampoco es que sea precisamente ninguna maravilla), que va decepcionando a medida que avanza en su desarrollo. El asunto es el siguiente: un locutor radiofónico local liga, de forma aparentemente casual, en un bar, con una mujer. Tras el revolcón consiguiente, y cuando él espera haber liquidado adecuadamente la cuestión, ella empieza a hacérsele sospechosamente la encontradiza primero y a perseguirle descaradamente después. Eastwood aprovecha para mostrarnos las bellezas de Carmel y aledaños, su lugar de residencia en la vida real, en sus carreras arriba y abajo por la costa calilforniana a bordo de su estupendo descapotable, pero el guión se le queda corto por falta de desarrollo imaginativo y se ve forzado a rellenar la pobreza de sus personajes, su escasa o nula hondura y complejidad a base de conciertos de música que, cerca ya del final de la película, no hacen más que lastrarla, iba a decir que innecesariamente, pero no, necesariamente vista la falta de inventiva de que hace gala el guionista para ocupar más dignamente tiempo y metraje.
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29 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El mejor debut de un director.
“Escalofrío en la noche” fue un hito en la carrera cinematográfica de Clint Eastwood. Fue la primera película en la que participó como protagonista y director. Don Siegel le convenció para que probase suerte y firmó su tarjeta de admisión en el gremio de directores.

Siegel, que interpretaba el papel de el camarero Murphy, estaba tan nervioso en su nueva función delante de la cámara como Eastwood lo estaba detrás de ella.

“Escalofrío en la noche” es un perfecto ejemplo de la economía de que Eastwood hace gala como realizador. La película fue filmada en 4 semanas y media, sin que hubiera que hacer una sola toma en ningún estudio. Aun así, el presupuesto total fue de sólo 750.000 dólares. El filme se rodó en el area californiana de Carmel-Monterey, donde Eastwood había nacido y vivido durante varios años (posteriormente mostraría en público sus ideas fachas presentándose como alcalde de esta misma ciudad y ganando). Algunas secuencias fueron filmadas en el festival de Jazz de Monterey. A pesar de que las referencias a filmes como “Cara de ángel” o “Psicósis” son a veces demasiado evidentes, Eastwood elaboró un film notablemente tenso, a veces incluso aterrador, que caló inmediatamente entre el público.

El uso que Eastwood hizo del montaje rápido y las tomas realizadas desde el helicóptero de la península al atardecer daban al film una atmósfera de belleza y al mismo tiempo de terror. El diálogo es fluido y muy realista. Eastwood ofreció una de sus mejores interpretaciones. Su retrato de un hombre tranquilo llevado hasta el límite por una relación extraña fue perfecto. También dejó claro que su talento interpretativo está lejos de ser limitado. Su trabajo de dirección fue impresionante y le reportó un merecido éxito.

Clint Eastwood hace su debut como director con “Escalofrío en la noche”. Después de un comienzo algo lento, demuestra que sabe manejarse bien a ambos lados de la cámara.

Este thriller contemporáneo mantiene la atención durante casi toda su duración. Jessica Walter hace una interpretación tan convincente en su papel de mujer posesiva y obsesionada que al espectador le entran ganas de estrangularla. Tras el pequeño descanso que Eastwood nos deja añadiendo unas secuencias del festival de Jazz de Monterey, Clint juega su mejor baza cuando retoma los hilos de la historia y la lleva hasta su violento climax.

Este thriller destaca por su estudio de la obsesión psicótica.


MUY BUENA.
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26 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Obligada para los que amamos a Clint
No se ganó el cielo nuestro idolatrado Eastwood con su primera dirección. De todas maneras, los méritos de esta cinta son muchos y no se me va la mano al valorarla porque sea de su club de fans, es un thriller potente, hecho de manera muy correcta con un ritmo que se acelera hasta el final. El Clint típico habría acabado con la maníaca obsesiva en el primer cuarto de hora, no esperaría al final, pero claro, si fuera así no tendríamos película, de manera que la presentación de la psicópta y el interés por saber hasta dónde es capaz de llegar y lo que es capaz de hacer rellena de un contenido dignísimo la película. Opino que el resultado es correcto, sin más (y no es poco) Él tiene la mala suerte de encontrarse con ella, y ella demuestra cómo llevar hasta el extremo un delirio ante el que me ha hecho sentir incómodo en muchas escenas, y eso tiene mucho mérito.

Mención a parte merece los guiños musicales con los que nos obsequia, a mí me han encantado (opino en esto lo contrario que la mayoría), en especial el temazo de Roberta Flack, de lagrimilla. Quiero anotar finalmente lo absurdo del título en castellano: ¿escalofrío?, ¿en la noche? Al tío que se le ocurrió este título le presentaría yo a una mujer como Evelyn, que es lo que se merece.
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21 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Excepcional Jessica Walter
“No obstante, si vemos la película hoy, hay momentos embarazosos que Hitchock no hubiera permitido”[1]. Así de taxativo resulta Patrick McGillian en su biografía sobre Clint Eastwood. La verdad es que la dureza del escritor es hasta cierto punto comprensible, especialmente si hacemos referencia a algunas secuencias (como aquella interminable que tiene como función mostrarnos el romance entre el personaje de Eastwood y Tobie) que pretenden seguir el estilo del director británico, pero que se quedan a medio gas.

Play Mist for Me (Escalofrío en la Noche, 1971) es el debut en la dirección de Clint Eastwood, quien hasta entonces se había dedicado exclusivamente a la interpretación, y siendo conocido especialmente además por sus papeles en películas Western. La Opera prima consiguió una favorable acogida (tampoco desmedida) en gente tan crucial como Andrew Sarris o la revista Variety. Gracias a esto, Eastwood pudo seguir con su trabajo detrás de las cámaras, hasta ser el realizador que hoy en día conocemos. La película es también la primera que produjo la compañía Malpaso[2], una productora aparentemente de carácter casi familiar, pero que también tuvo sus incidencias en la película.

De hecho Eastwood trabajó durante el rodaje con mucha gente que ya había colaborado con el director Don Siegel (el propio Eastwood tuvo una importante relación de amistad y profesional con él) y eso lo podemos notar en la propia factura de la película. La obra, que adapta una obra de Jo Heims (quien junto a Dean Riesneir coescribe el guión) nos muestra un tema peliagudo, como es la obsesión femenina (hasta el extremo de enajenación mental).

Por este motivo algunos sectores han visto una cierta pátina de machismo en la película. Durante una pequeña exposición sobre Eastwood que tuvo lugar antes del estreno a la película, el director fue interrogado en diversos momentos sobre esta tema, poniéndose rápidamente a la defensiva. Lo cierto es que algunos[3] comparan frecuentemente a la película con otras como Basic Instinct (Instinto Básico, 1992) por compartir el protagonismo de una mujer “asesina”, pero lo cierto es que la película tiene poco que ver con la obra de Paul Verhoeven.

Escalofrío en la Noche nos presenta un personaje masculino bastante exagerado en su capacidad Don Juanesca. Eastwood interpreta a un DJ que trabaja poniendo música funk en una emisora. La película plantea un estereotipo masculino que bebe de la propia carrera del propio Eastwood, evocando en cierto punto el propio personaje de El hombre sin nombre, que Leone popularizó con sus Spaghetti Western. Nuestro protagonista es pues un hombre al que no le importa ir de flor en flor, en busca de cualquier relación simplemente sexual. Sin embargo, un día se topa con una mujer que lo adora especialmente por su programa de radio.

A partir de ahí se establece un vínculo entre los dos, pero cuando nuestra chica, interpretada por Jessica Walter, se entera de que Eastwood sólo la ha utilizado para una breve relación, entrará en cólera. La película nos enseñará precisamente la relación de caza y captura que existirá entre ellos.

La película podría haber investigado más profundamente en la vena ya comentada DonJuanesca de nuestro protagonista, pero la realidad es que la película simplemente acaba por colocar la cruz encima de la protagonista femenina, que acaba con la condición de loca, porque es cierto que el personaje de Eastwood trata de arreglar la situación una vez se ha dado cuenta de sus errores (por ejemplo, la secuencia después de que Jessica Walter trate de suicidarse).

Así el eje de la película es una constante búsqueda y persecución entre la acosadora y las múltiples víctimas que rodean al personaje de Clint Eastwood. Con ineludible regusto a Hitchock, una de las bazas es el juego que realiza la película con el dentro y fuera de campo. El espectador se asienta incómodamente a la butaca una vez espera el golpe definitivo de la psicópata. Sin duda la tensión que consigue imprimir Eastwood en muchas de las secuencias es la baza principal de la película, baza que irá en Crescendo con el filme.



[1] Patrick McGilligian, Biografía de Clint Eastwood, Ed. Penguin Random House, Madrid 2010,

[2] Hay un pequeño guiño a la película en referencia a esta productora, cuando la máxima dirigente de una cadena de radio hace una proposición a Eastwood para que trabaje en su programa, le deja una nota con el sello de Malpaso.

[3] Janet Wirch-Cauchon, Women and Borderline personality disorder, Ed. Rutgers University Press, Usa 2001


http://neokunst.wordpress.com/2014/09/09/escalofrio-en-la-noche-1971/
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Ni calor ni frío
Cómo se nota que Clint aquí estuvo flojo en esto de dirigir. Hace una película más bien patética, aunque las actrices se esmeran lo suyo y el poli cumple con su fantasmal y ridículo papel, y supongo que los responsables del atrezzo ante el temor que Clint se cabreara y los disparara con su Magnum 44 pues también cumplieron, pero él estuvo muy verde.

Las escenas de romanticismo rosa son de un ridículo espantoso. Esas caricias de la pareja y esas fotografías de postales bucólicas que antiguamente podían verse en las entradas de los mercadillos playeros, de parejas maravillosas abrazándose en bañador bajo el chorro de un salto de agua o en las orillas del mar en un momento de felicidad eterna, son realmente penosas y angustiosas. Sólo a un pardillo se le ocurre grabar algo tan típico de un adolescente.

Hago este comentario por acompañar a los que la ponen un 1. Yo no me he atrevido a dar un 1 pero envidio la objetividad y claridad de puntuación del Rey Noir y algún otro que la machaca. La estructura del argumento se tambalea y el personaje no transmite más que los clásicos gestos faciales de Clint, que aquí no vienen a cuento.

De acuerdo que la película cuenta algo, pero pésimamente, y lo peor es el escandaloso ego del que se reviste Clint como protagonista haciendo...
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15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Mal comienzo de Eastwood en dirección
No me extraña que ni yo ni mis colegas la conociésemos. Contra lo que sugieren otras críticas, de clásico no tiene nada... Normal que la hayan guardado en el cajón de los recuerdos, porque no sugiere nada bueno de este director que después nos dejaría grandes obras.
En mitad de la película, 15 minutos cortados de promoción musical que rompen totalmente el ritmo, introduciendo una especie de documental sobre naturaleza seguido de otro sobre el festival de Monterrey. Paja para alargar un filme nada original. Quizás en su momento lo fuese...
Además, quiero decir que, también contra lo que dicen muchos, los personajes no están nada trabajados. Muy superficiales todos.
Por cierto, cómo es posible que una película con recursos haga lo siguiente: ¿no os habéis fijado que se hace de noche y después de día, de noche y después de día, llegando al final?, ¿algo triste, no?
Y otra: la música no cuadra, y eso afecta al espectador medio.
Y otra: ¿el título? ¿Escalofrío? ¿Dónde?
Un bodrio.
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28 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
CONTABA 41 AÑOS CUANDO RODÓ SU PRIMERA PELÍCULA COMO DIRECTOR.
La vi hace un buen montón de años, y me había encantado... Naturalmente, en aquella época yo era inocente y mucho más impresionable. El tiempo deja su huella, sobre todo a través de las "pelis" y en los humanos.
Por eso ayer entendí con cierta tristeza, que he perdido empatía. Percibí importantes fallos en esta primera producción de Eastwood, como director. La historia es brillante, y la elección de Jessica Walter, muy acertada, en cambio el desarrollo muestra lagunas salvables, con mayor oficio; el tiempo lograría pulirlas, convirtiéndose, hoy día, en un director aclamado y respetado.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Donde las dan, las toman.
Real como la vida misma, real y obsesiva como su protagonista, ante el afán de protagonismo en el amor, en un amor inquietante y perecedero, en un querer y desear, no por el corazón, si no por la fuerza, donde los papeles de los protagonistas son inversos, y ante la excesiva pasión, el deseo se desvanece bajo las rojas sábanas de la violencia, ante el acto sexual perfido y sin corazón de un amante sin escrúpulos, deseoso de hallar la paz una vez que ha dejado entrar en su vida al diablo.

Donde las dan, las toman. Un film interesante, que desvela, que mantiene la tensión bajo el afilado cuchillo de un futuro incierto, ante la sorpresa, amarga o dulce, bajo el tiempo sorpresivo. Disfrutenla.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Atracción fatal al estilo Eastwood.
Impresionante debut de Clint Eastwood en su faceta de director, con una película que yo desconocía hasta el momento pero que me ha sorprendido muy favorablemente. Imprescindible para los clintófilos, que nos contamos por millares.

Argumento solvente, suspense in crescendo, fotografía impresionante, un paisaje maravilloso que no deja indiferente y que es telón de fondo de una historia fascinante, que luego sería prácticamente calcada de una forma mucho más chusca por Adrian Lyne en "Atracción fatal", una película bastante más conocida pero de muchísima menor calidad, en mi opinión

Y ese guiño musical festivalero que, a mitad de la película, nos regala, para mí es alucinante. Comprendo que haya a quien no le guste porque lo considere inexplicable y sin justificación, pero yo, aparte de disfrutarlo un montón desde el punto de vista musical lo entendí como un puente entre la primera parte de la película, que tiene su propio desenlace, y la parte final y definitiva, en la que el ritmo se acelera ostensiblemente y el suspense se dispara. Muy muy muy buena.
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17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
eastwood sin mayúscula
Comenta el colega de 'El País': "curioso debut de Eastwood". Y añade: "notable, aunque tenga sus fallos". Y tanto. Pero aclaremos algo: yo no diría de una cinta que es notable pareciéndome curiosa. No hay por donde cogerlo. Decir que algo es curioso es como cuando te preguntan qué tal esta o aquella chica y tú, que te conoces bien por dónde van los tiros, respondes con un llano y vago "es mona ella". Y una mierda, lo que es es un cardo, dilo alto y claro y no me vengas con rodeos que no conducen a nada. Hecha, pues, la introducción y habiendo enseñado la patita, procedo a argumentar un poco, sin pasarme, que el coco me lo tiene prohibido en exceso...

El suspense, comienzo, es absolutamente nulo. Aquí de intriga nada. Y sé que esto es fácilmente rebatible, pero tengo mi porqué: lo que uno quiere, lo que uno anhela, desea, ruega que ocurra durante toda la cinta, es decir, la razón de su desazón y su continuo escozor de cataplines no es otra cosa que ver muerta y descuartizada de una putísima vez a la asquerosa gilipollas que se le cuelga a nuestro prota, un eastwood que perdió la mayúscula en su nombre el mismo día que no se percató de la que se le venía encima. Y no sólo eso, sino que volvió a caer y obvió las continuas señales y alarmas de incendio y crisis mundial, de hecatombe interplanetaria, que la zorra de la Walter (así se llama el bicho) lanza cada maldita vez que mira a cámara, abre la boca, sonríe, parpadea, qué sé yo, cada vez que le da por respirar. Pide a gritos muerte. El prota, por tanto, es un pelele sin carácter y nos la han metido doblada con el casting.

Digo esto porque inspirar sensaciones del tipo que sean con personajes tan descaradamente exagerados como el del bicho (por favor, ¿de verdad os la follaríais?) es, no sólo fácil, sino un recurso de principiante que a mí, ya digo, tensión me infunde poca, ahora que las ganas de asesinar son inconcebibles. De ahí que el visionado no sea más que una forma de agriarme sin necesidad hasta que ocurra -o no- lo que todos esperamos y deseamos. Porque, aclaremos otro algo, aquí méritos cinematográficos tenemos pocos, cinta correcta y gracias, ni la música me gusta (la odio, de hecho) ni me parecen de recibo tantos primeros planos a los ojos buscando la sorpresa ni mucho menos disfruto con ese coitus interruptus (si aquí hubiera habido coito) que es la parte musical y/o amorosa rollo almíbar en plan documental... chorrada es poco.

Por lo demás, eastwood recobraría su buen nombre, esto es, con su mayúscula, muy poco después, así que tan mal no le fue. Aquí nadie pone en duda su talento. Sólo faltaba.
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14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Un indefendible debut de Clint Eastwood en la dirección
En los años 70, Clint Eastwood, ya confirmado en su categoría de estrella de Hollywood, se lanza a la dirección con este largometraje. Con la recepción del cine de Eastwood, por parte de la crítica, ha ocurrido que, desde unos inicios difíciles, en los que se le criticó mucho (Pauline Kael, por ejemplo), con los años hemos pasado al extremo contrario. Al menos en España, se le ha sobrevalorado mucho. A mí, por ejemplo, "Sin perdón" (Unforgiven, 1992), no me gustó nada. Haría falta, en mi opinión, una revisión crítica en profundidad de su cine como director. Y esa revisión en profundidad debería empezar por su primer largometraje como director, "Escalofrío en la noche", un film indefendible. Veámoslo más en detalle:

-el personaje de Eastwood, un locutor de radio de Carmel, está mal construido y peor definido. Se supone que es un ligón, un hombre que va de flor en flor. Sin embargo, en cómo conoce y se lo monta con el personaje de Jessica Walter, se diría que no tiene ninguna experiencia con las mujeres, y que enfoca muy mal su relación con esa loca que le acosa. Es decir, si es un ligón, no tiene sentido que luego se preocupe tanto por Jessica Walter. Además, el plano en el que vemos a Eastwood como asustado, o perdido, mientras tiene delante de él a Walter, en la cama, no se entiende, carece de sentido.

-La secuencia de paseo y amor de Eastwood y Donna Mills, con la canción de Roberta Flack de fondo, es tan cursi y tan hortera que da verguënza ajena. No aporta nada a la acción, es sólo un vídeo-clip a la moda. La secuencia posterior, en el festival de jazz de Monterey, es otro pegote que no tiene nada que ver con la acción, o con el relato, por muy buena que sea la música que suena allí.

-Jessica Walter está muy sobreactuada, y, como mujer, no es posible creerse que domine, y menos aún, que aterrorice, a un tipo tan duro como Eastwood.

-Se ha hablado hasta de Hitchcock, para tratar las influencias presentes en este film, lo que, en este caso concreto, sin ser muy equivocado, no es sino un recurso barato del crítico de cine para defender un film indefendible. En el fondo, "Escalofrío en la noche" es una mala versión norteamericana del "giallo" italiano entonces en boga. Una prueba de ello es la muerte del policía a manos de Jessica Walter: en un "thriller" estadounidense no es normal que muera el policía, en un "giallo" sí, ya que ahí muere hasta el apuntador. Además, el estilo barroco e histérico con el que Eastwood enfoca las escenas de asesinato, o de intento de asesinato, tiene mucho que ver con el "giallo".
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15 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Play 'Misty' for me
El primer trabajo de Clint Eastwood tras la cámara fue este thriller psicológico con tintes de horror, donde él mismo interpretaba al disc-jockey de una emisora de radio acosado por una oyente psicótica. Un film con el cual se ganó al público y sorprendió a la crítica, dejando patente, además, su pasión por el jazz. Don Siegel, su mentor y amigo, incorporó un personaje secundario, mientras que la canción 'Misty' de Erroll Garner adquiría una dimensión siniestra.



"Ponga 'Nebuloso' para mí."
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Debut de altura.
La primera película como director de Eastwood, deja un buen recuerdo, tal vez siendo el film mas flojo. Narra como un locutor de radio conoce a una admiradora, la cual en su locura de amor acabará haciendole la vida imposible al protagonista. La música y la interpretación correcta de Clint son lo mejor del film, tal vez hoy muy visto con películas para la televisión, pero que sin embargo en aquellos años supuso una sorpresa. Suspense de calidad y la interpretación alocada de Walter ayudan a meterten en una correcta trama.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Eastwood se estrena como director y nace el genio
El maestro Eastwood debuta como director en esta inquietante y sombría película que apuntaba ya que el que fuese uno de los más reconocidos actores de westerns y películas policíacas iba a convertirse en uno de los mejores directores de la actualidad.

Sin alardes ni excentricidades, Eastwood se dirige a sí mismo y a una fantástica Jessica Walter en una angustiosa película que te mantiene en tensión y llega a acojonarte vivo, gracias al acierto del director, que consigue que vivas la historia casi como uno más de sus personajes. Un soberbio montaje hace de la película un ejercicio lleno de ansiedad que en ningún momento deja de ser creible pese a lo (digamos) poco común de la situación.

Eastwood está correcto en el papel de canalla con frases lapidarias (el que ha desarrollado en la mayor parte de su carrera) y cumple su cometido a la perfección en un papel que le va como anillo al dedo. Pero si hay que destacar a alguien en el apartado interpretativo, sin duda es a una Jessica Walter a la que no se le puede poner ningún pero. Perturbador personaje, como pocos en el cine (recuerdo ahora a la Catherine Keener de 'An american crime') el que construye Jessica Walter que hace de psicótica tan bien que llegas a pensar que, o en la vida real és así o Bette Davis por fin encuentra una actuación a su altura.

El gran acierto de la película es el de no conformarse con la gran actuación de Jessica Walter, sino además hacer de su personaje alguien creible. Por muy bien que lo hiciese la actriz, sus actos fuesen absurdos, la cinta perdería calidad (ver 'El cabo del miedo'). Pero aquí todo está al nivel de lo que le rodea. Eastwood hace un buen trabajo delante de las cámaras y uno fantástico detrás de ellas en su ópera prima y Jessica Walter construye un personaje memorable al que ninguno de nosotros quisiera conocer. Duro, sombrío, perturbado, inteligente, violento, obsesivo y creible. Aprende, Max Cady.
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿Y la Magnum, Clint?
La inquietud es nula. La evidencia de que el nuevo ligue de Clint está mal de la cabeza tan solo no la percibe él que aún así se preocupa por su bienestar como si fuera la niña de sus ojos. Sí, a lo mejor había que forzar la cosa un poquito, pero os habéis pasado. Hacer de Clint alguien tan alelado hace sonrojarse al respetable en lo que la única intriga (bueno, eso es pasarse, digamos mejor, pasatiempo en lo que transcurre el minutaje restante) que le queda es tratar presagiar donde estarán los límites de la estupidez quedándose siempre corto. La falta de una reacción decente drena el interés; estamos asistiendo a un envite exageradamente amañado, por no poder el favorito no tiene derecho ni a defenderse, con las manos atadas se ve obligado a presenciar como esta tiparraca trata de destrozar su vida a placer con total impunidad (la falta de anticipación policial en esta película solo es propia del cine de Serie Z, una lógica más infumable difícilmente se podría haber establecido). Todo es por no acabar en el minuto 15, claro, pero no todo ha de ser tan extremo. Douglas en 'Atracción fatal' (que dicen que es una copia de esta pero a mí me parece mucho mejor) o Griffith en 'De repente, un extraño', por ejemplo, daban bastante más juego.

La película tiene madera de thriller de intriga, lo que sería el buen hacer de los setenta, pero el argumento no hay por donde cogerlo. La psicópata es plana, su motivación no se detalla ni apenas se nombra, apenas un simple retazo lo que vendría a ser el halo de luz de una cerilla a la hora de iluminar una avenida en penumbra. Pon cara de loca, dirían a la pobre y no hagas más que no desgrava en la nómina. La novia, otro monigote. Tan bella como emocionalmente escuálida.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Espléndido début de un espléndido director.
“Escalofrío en la Noche” supuso el debut de una brillante carrera del director y actor Clint Eastwood, cuya trayectoria como realizador supera con creces la de actuación. En su opera prima, el realizador de “Gran Torino” interpreta a un locutor de radio que es acosado por una mujer que es admiradora suya y con quien llega a tener una aventura. Lo que en un principio se convierte en una molestia por su exagerada intervención y pesadez en su vida, poco a poco se convertirá en toda una pesadilla cuando los más cercanos de la vida del locutor deberán proteger sus vidas por el acoso de la admiradora del locutor.

Puede que algunos consideren que su planteamiento en estos momentos ya esté demasiado usado, pero hay que tener en cuenta de que estamos hablando de una película de 1971, donde todavía no era muy común hacer este tipo de películas. Pese a ser su primer trabajo como director, Eastwood sabe dominar como nadie el thriller. Sabe dotar a su obra de una gran inquietud y de poderoso magnetismo, lo cual hace que el film se haga altamente interesante a los pocos minutos de su inicio. Y no únicamente hablamos de un inicio brutal, sino que el realizador consigue mantener el pulso y un vigoroso ritmo narrativo hasta el final, sin caer en tópicos, y manteniendo un nivel de tensión más que generoso.

Otro punto no menos atractivo es su genial ambientación. Realmente le otorga un encanto especial al film, y aunque éste ya tenga casi cuarenta años, mantiene muy bien el tipo, su nivel visual y su desarrollo narrativo son impecables, no les pesan los años, superando en muchos aspectos a los thrillers de hoy en día. Lo que tiene el film de Eastwood que no tienen demasiados es que es muy intenso y atrayente, desde el principio hasta el final. En ningún momento baja la guardia y la calidad de la cinta se mantiene en un nivel muy alto en todo su desarrollo.

No se puede hablar de “Escalofrío en la Noche” sin hacer hincapié en sus actuaciones. Es sorprendente a la vez que muy bien recibido el cambio de registro en el papel de Eastwood, que hasta entonces de esta película, el actor sólo había demostrado sus dotes de tipo duro y de antihéroe, pero aquí le vemos por primera vez encarnando a un tipo de lo más normal, que trata de llevar su vida y cómo esta se ve perjudicada con la llegada de su acosadora. Tampoco se puede olvidar a Jessica Walter, que interpreta a la mujer que persigue a Eastwood, la actriz sabe plasmar muy bien el cambio de personalidad de una mujer aparentemente dulce y agradable en una maquiavélica pesadilla.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Quien a hierro mata, a hierro muere
El comienzo de una era no podía estar más a la altura. Eastwood concluye una película de lo más completa, con un guión muy correcto, una banda sonora realmente buena, unos planos bien hechos y sobre todo, unas actuaciones excelentes, y pluralizo pero concretando: Jessica Walter se lleva la palma. El personaje que encarna no puede ser más siniestro, helándole a uno la sangre en cada escena, logrando una tensión a priori injustificada al principio (¿qué me inquieta tanto de esa mujer enamoradiza?) y un pavor realmente justificable al final.
Clint hace un buen papel, un seductor que triunfa en su profesión y que acostumbra a tomar las riendas de las situaciones, un hombre hecho y derecho en suma, que se ve en una situación realmente inverosímil.

A mí personalmente me ha inquietado y entretenido mucho, merece la pena verla.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Play it, Clint
En 1971 pocos podrían aventurar en lo que se convertiría la filmografía de Clint Eastwood tras ver su ópera prima, por lo que tampoco me atreveré más de cuarenta años después a tratar de descubrir las virtudes de su cine ocultas en su primer largometraje tras las cámaras. No en vano, Play Misty For Me -traducida de aquella manera en España, como era tan habitual en la época- si muestra alguna de las inquietudes que veremos desarrolladas más adelante, como su apego por los personajes atormentados y su pasión por la música (el festival de Jazz de Monterey forma parte de la trama), aunque finalmente sus propósitos sean más de aproximación que aproximados. El resultado es a todas luces el de una obra primeriza, con todos los defectos que ello conlleva, pero al mismo tiempo es una película impulsada por una extraña lucidez, Clint sabe lo que quiere contar pese a no dominar aún cómo hacerlo. Es más, lejos de filmar una película académica o de corte clásico como podría presuponerse, rueda un film moderno, transgresor, hijo de su época y de su tiempo, precursor de un cine de terror que eclosionaría en los 80 y deudor del Hitchcock más esquizofrénico. Toda una rareza digna de revisión.

Apoyado por su mentor Don Siegel (que tiene un pequeño papel como camarero) Eastwood no solo dirige, también se otorga el papel protagonista, salvo que en esta ocasión no va armado de un rifle sino de un micrófono, dando vida al locutor de un conocido programa de radio por el que se obsesionará una oyente, la misma que todas las noches llama a la emisora para que le dedique una canción (“Play Misty for me” le dice, de ahí el título) y de la que se arrepentirá de haber conocido al convertir su vida en una pesadilla. La extrañeza y sugestión provienen al encontrar al Clint actante en una narración en la que no es el elemento activo de la trama, no ejerce la acción, es más, al contrario, es el personaje pasivo que sufre los ataques psicóticos de una Jessica Walter que encarna la locura en su más cruda esencia. En términos de semiótica el suyo no es, como nos tiene acostumbrados, el sujeto que salva al pueblo -y por ende la película-, tampoco el donador que encarna unos admirables valores, es el propio objeto por el que se desencadena la trama, uno oscuro y de deseo que le llevan a sufrir en sus propias carnes el horror que su propia imagen genera cuando cruza al otro lado del espejo.

(Continúa en spoiler, sin spoilers)
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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