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48 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
Monsieur Hulot, veraneante
Es verano y en un hotel de la costa bretona se reúnen turistas de habla francesa, inglesa y germana. Y, con todos, el señor Hulot que, hablar, no habla mucho y, sin embargo, no pasa desapercibido entre sus eventuales convecinos. Aunque no pueda negarse que es un hombre considerado, hay que reconocer que el señor Hulot suele ser de lo más inoportuno, por lo que sus buenas intenciones desembocan a menudo en hecatombe. Es una persona sociable pero, aunque no se dé cuenta o aunque no le importe, es un ser asocial. No es extraño que desde el primer día de vacaciones despierte ojeriza en el militar retirado, un viejo autoritario y metódico. Sin duda, Hulot no se ve como un tipo solitario, desgarbado, extravagante y anárquico, sino que tal vez se imagine a sí mismo como un héroe aventurero y romántico, semejante al pirata del que se disfraza para poder bailar con la chica de la que se ha enamorado.

Escena tras escena, cualquier personaje puede protagonizar una situación cómica, casi siempre basada en lo ridículo de lo convencional. Solo el señor Hulot se sale de lo ordinario y es capaz de sembrar el caos en la playa por sus arduas relaciones con las personas (el dueño del hotel, la bella Martine...) y, también, con los objetos (la barca, la caseta de fuegos de artificio, su propio automóvil...). Aunque Jacques Tati filma la variopinta sociedad playera con irónica sorna lo hace también con entrañable cariño. No es baladí el plano que muestra por vez primera la playa, con las cabezas infantiles en primer término, con el significado de descubrimiento que ello conlleva, al menos para el espectador que conserve el recuerdo de la primera vez que vio el mar. El humor no nace de la realidad misma sino de cuestionarla (1) y Les vacances de Monsieur Hulot es una observación personal de lo más irrisorio del comportamiento social; pero si funciona es porque las situaciones representadas devienen reconocibles para el espectador (a no ser que éste prefiera la montaña).

(1) http://www.filmaffinity.com/es/review/58938453.html
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58 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Humor hierático
Hagamos un pequeño viaje en el tiempo.

Estamos en la Antigua Grecia, periodo arcaico de la Historia del Arte.
Piensen por ejemplo en el Discóbolo o en el Poríforo.
Céntrense en sus caras, en el marcado hieratismo, su rigidez en las facciones, su ausencia de emociones.

Bien, ahora que tienen la imagen fresca, volvamos al presente.

Sigan manteniendo en sus mentes esa imagen.

Ahora póngale debajo de ella mi nick, porque esa cara es la que se me quedó las casi dos horas que dura la obra del señor Tati.

Hubiera jurado que estábamos en los orígenes de eso que hoy llamamos "humor" de no ser porque he visto a genios como Chaplin o Buster Keaton, Lubitsch o los hermanos Marx; con los cuales he compartido risas y carjadadas a montones.
Visualmente no le reniego nada, pero es a nivel estructural, el guión y el gag, que son demasiado simples y evidentes, casi tanto como los videos de caídas y tropezones.
Una gran decepción, después del gran status que ocupa este director/actor, que no haya conseguido sacarme ni una sola sonrisa (ya ni siquiera digo risa) en las interminables vacaciones por Saint-Marc-sur-Mer, donde he llegado a odiar el coche-metralleta con bocina de ganso, la puerta-muelle de los cojones y la idiotez compulsiva del protagonista.
Dichosos aquellos que le ven el humor a este hombre, ellos lo disfrutan.
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82 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Vacaciones en la playa
Segundo largometraje de Tati, considerado por algunos como el mejor de los 6 que realizó. Escrito por J. Tati, Henri Marquet, Jacques Lagrange y Pierre Aubert, desarrolla un argumento original de Tati y Marquet. Se rueda en escenarios naturales de Saint-Marc-sur-Mer (Bretaña, Francia) y en los platós de los Studios de Boulogne-Billancourt (Francia), con notoria precariedad de medios. Nominado a un Oscar (guión) y al Gran Premio de Cannes, gana el premio Louis Delluc (Tati). Producido por Fred Orain y Jacques Tati para Cady Films, se estrena el 25-II-1953 (Francia).

La acción dramática tiene lugar en Saint-Marc-sur-Mer y alrededores a lo largo de unos días de vacaciones del verano de 1952. El señor Hulot al volante de un coche Amilcar 1924 llega a una pequeña población portuaria bretona, dotada de playa y de servicios de alojamiento, restauración, deportes y ocio, en la que se reúne cada año una colonia de unos 30 veraneantes del país y algún extranjero. Les mueve el deseo de huir de la rutina diaria, tomar el sol, bañarse en el mar y dedicarse al descanso y al ocio. Hulot se hospeda en el Hotel de la Plage, como la mayoría de los veraneantes de la localidad. Es un personaje solitario, soltero, extravagante, alto, inseguro y desgarbado. Extremadamente amable, ceremonioso y de buen corazón, es incapaz de establecer relaciones de amistad con otros veraneantes. Viste con corrección urbana, lleva unos pantalones algo cortos de pierna, fuma en pipa y anda apoyándose en las puntas de los pies.

El film es una comedia cómica, en la que tienen gran importancia los lances de humor visual y las incidencias sonoras (ruidos, susurros, explosiones, golpes...). El guión se presenta muy elaborado. El diálogo es escaso y ocupa una posición marginal. Se inspira con frecuencia en la técnica de los antiguos slapsticks. Suma ironía, sarcasmo, sensibilidad y ternura. Presenta una nutrida galería de personajes singulares, entre los que se encuentra un comandante jubilado, autoritario y susceptible; un aburridísimo y locuaz idealista de izquierdas; un negociante que vive colgado del teléfono; una turista inglesa que sólo habla en inglés; unos camareros muy sufridos; la joven más guapa y rubia, asediada por moscones; etc. Trata con gran cariño y simpatía a los niños y a los animales domésticos.

Hulot, inconsciente e involuntariamente, hace cosas nimias que desencadenan grandes catástrofes colectivas. Sin saberlo y sin quererlo infringe las reglas de convivencia y las de los juegos que practica (incumple los horarios de las comidas, las reglas del tenis, las del ping-pong), por lo que provoca desórdenes, perplejidades y desbarajustes. Rompe la calma del lugar, uno de sus principales atractivos (enciende por error fuegos artificiales en plena noche). Provoca situaciones imprevisibles, que generan confusiones (despedida del duelo en el camposanto). A veces se comporta de manera inapropiada (ensucia el suelo con los zapatos embarrados).
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30 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Cuestión de conectar o no
Soy capaz de valorar las inmejorables intenciones del director francés y tenerlas en cuenta a la hora de valorar su película incluso por encima de lo peor que le puede suceder a una comedia, que es no reírse en absoluto. Creo que Jacques Tati era alguien perfeccionista que cuidaba la imagen y que cada plano lo estudiaba desde todos los ángulos. No es poco consuelo haber disfrutado de las imágenes que ofrece Tati, porque ese coche con el claxon no me cansa, me gusta, la puerta con su sonido especial no me desagrada y la melodía que se cuela en cada momento es maravillosa. La cuestión en las comedias siempre es el mismo, es reírse o no, descojonarse vivo, conectar con el personaje principal o no, que la historia te motive o no. Pues bien, a mí el señor Hulot no me desagrada ni me repele pero no he podido conectar con él como con "Mi tío", así que no es posible seguir una película con suficiente comodidad cuando esa ausencia de conexión le lleva a uno a la indiferencia. Valoro positivamente cosas como el trato de la imagen de estas buenas vacaciones y me es imposible suspender la película, de otra manera sí sería un desastre.

Es grave que a mitad de película ya me dé igual si está en el restaurante, si está en el cementerio o en el coche de aquí para allá. Los gags funcionan a veces y el agradable abanico de seres que pululan por la pantalla es interesante, pero las risas, ay!!, las risas!! eso es algo carísimo y aquí, la verdad, por ningún lado.
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27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tati, heredero del cine mudo cómico.
Una de las más celebradas comedias de Jacques Tati, con su personaje de Monsieur Hulot que va a pasar unas vacaciones a un tranquilo hotel de la costa, dónde se rodeará de gente un tanto extraña, que no harán sino incrementar la extravagancia de su propia condición.
El humor de Tati está predominantemente basado en la imagen, en el gag visual, combinando una especie de ingenuo surrealismo, con lo abusrdo y estrafalario, además de un extraordinario sentido de la observación y de hacer de lo más sencillo, lo más imprescindible y delirante. El resultado son comedias excelentes e inteligentes, herederas legítimas y directas del cine mudo cómico y de gente como Chaplin, Lloyd, Sennett o Keaton.
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23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los veranos de tu vida
Será que el Atlántico ha lamido mi piel desde pocos meses después de nacer, que mis pies han recorrido kilómetros y kilómetros de arena dorada, que la brisa y el viento del mar me han susurrado en los oídos desde antes de que yo pudiese recordar.
Será que el cielo azul se ha extendido benigno e interminable sobre una treintena de veranos, derramando la luz esplendorosa de un sol que, en el solsticio de junio, llega a brillar durante quince horas seguidas.
Será que todos mis veranos saben a playa, a turistas de todo tipo, a muchedumbre que aprovecha la canícula estival para abarrotar los hoteles y pensiones, para alquilar habitaciones de particulares y casas de veraneo, para sentarse al aire libre a disfrutar de comidas marineras, de tapitas, aperitivos y helados, para pasear por las orillas, tomar el sol y aliviar el calor en las aguas del océano, para ir a los festejos y hacer excursiones. Una marea humana que llega en tropel cuando los primeros calores fuertes se anuncian, y que se marcha cuando el otoño empieza a llamar a las puertas.
Nuestra era es la era del turismo, de millones y millones de personas que aguardan a sus vacaciones laborales para viajar y desconectar. Muchísimas eligen las playas, un tentador reclamo de ocio y relax. Pese a los mil inconvenientes e incomodidades de la masificación, la mayoría se niega a renunciar a los placeres del sol, del mar, de la brisa y de la arena.
El señor Hulot, nuestro desastroso, galante, simple y despreocupado protagonista, es la excusa de Tati para explorar y observar esos veranos dorados y cálidos que promueven la migración de los turistas en busca de diversión, expansión, nuevas amistades, amores furtivos y experiencias que atesorar. Ese pintoresco hotelito a pie de playa, los clientes que se reúnen para las comidas y para charlar, jugar sus partiditas y escuchar la radio o el tocadiscos, los bañistas, los niños jugando y gritando, jóvenes flirteando, paseantes que aspiran el aire salado y admiran el paisaje… Y, por supuesto, Hulot, que viene a alterar, involuntariamente, la paz del resto de los visitantes y del personal del hotel, y a ponerlo todo manga por hombro.
Un homenaje de Tati a los gags del cine mudo y a esas comedias inocentes, frescas y algo socarronas centradas en la acción de los personajes más que en los diálogos, en los gestos, en las interacciones, en los pequeños desastres y en los planos generales que nos hacen testigos de los quehaceres corrientes de una multitud con cuyas costumbres y manías llegamos a familiarizarnos y a encariñarnos. Amaneceres, mediodías y atardeceres en esa playa de ensueño, un lugar de paso en el que Hulot y sus compañeros de vacaciones dejan su particular impronta, bailando la danza de los perezosos días al son de una música ligera y pegadiza que lleva en sus notas la esencia de la alegría de vivir.
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17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Imprescindible obra del Séptimo Arte.
El particular cine de Tati puede hacer comprensible que haya gente que lo fusile.
Tati era un perfeccionista, de ahí que los gags sean muy elaborados; tienen una gran fuerza visual y son tremendamente efectivos. Tati hará que el Señor Hulot vaya de estropicio en estropicio como quien no quiere la cosa.

Según sus propias palabras, para el personaje de Hulot se inspiró en las maneras de un sargento que conoció cumpliendo el servicio militar.
Es verdad que de entrada mosquea un poco el amigo Hulot, no dan muchas ganas de sentarse con él a comer después de una mañanita de playa, relajada y sin problemas. Te la va a liar, tenlo por seguro, aunque sea sin querer; además que el tío cae fatal a los camareros y a la mayoría de los clientes.

Las vacaciones de Monsieur Hulot, lejos de los avances tecnológicos, de la globalización y de los agobios, son unas vacaciones llenas de optimismo, con un cuadro social humanizado a tope muy fácil de notar y, muy importante, siempre serán unas vacaciones para una película fresca y original.
Uno de los grandes cómicos del cine. Si logras divertirte en ese hotel y con los personajes que aparecen, Tati permanecerá siempre en tus recuerdos.
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19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Las vacaciones del Hulot de los ....
A pesar de concurrir por esta estupenda página y tratar de hacer críticas sabihondas que demuestren la vastedad de mis conocimientos sobre el 7ª Arte he llegado a la conclusión de que NO soy cinéfila, sobre todo porque:
- Me aburro con Tarkovski.
- Duermo a pierna suelta con Wong War Kai.
- Me corto las venas con Kubrick.
- "El sol del membrillo" me parece la película más soporífera de la Historia.
- Y no me río con Tati.
La película que nos ocupa me resultó un coñazo insufrible y desde luego no apto para todo tipo de públicos.
Eso sí, si uno es, por ejemplo, un arqueólogo del cine que quiera ver pura comedia de gags fosilizada, con pinceladas de crítica social muy light, apreciará las sutilezas varias de "Las vacaciones del señor Hulot" y sin duda le sacará mucho mejor partido que el que yo le he sacado.
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45 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El aburrido Monsieur Hulot
No voy a negar que las intenciones de Tati en esta película como en "Mi tío" son excelentes y con un interesante trasfondo de crítica social, pero si bien la que nos ocupa me ha gustado más, Hulot sigue pareciéndome un personaje aburrido y soso. El humor francés siempre ha sido así. Comparar a Tati con Chaplin me parece una aberración y un insulto a los que amamos el mejor cine. La crítica especializada en España siempre ha denotado una gran debilidad por el cine galo, que yo, salvo raras excepciones, no comparto. El señor Tati no es una excepción.
"Las vacaciones del señor Hulot" me parece un film fallido y que, a pesar de sus 83 minutos de duración, se hace largo, no por su ritmo lento, que es adecuado, sino por unos gags faltos de garra y protagonizados por un personaje bobo, infantil y tremendamente insípido, que sólo ha conseguido hacerme sonreir un par de veces en toda la película.
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18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Como convertir una playa soleada en un lugar bien desabrido
Para mi gusto, un viaje al mar es una de las cosas más relajantes, divertidas y placenteras que se me pueda dar, y alguna vez pensé que las playas francesas podrían ofrecernos un magnífico programa como para pensar en ellas en algún momento de bonanza… pero, luego de ver “LAS VACACIONES DEL SEÑOR HULOT”, he quedado con la sensación de que un paseo semejante sería más aburrido que oir una misa con dolor de muelas.

Jacques Tati, toda una promesa luego de su simpática “Día de fiesta”, nos sale ahora con el más desabrido intento de hacer el tonto, el importuno y el tío calamidades en un ambiente gélido y rígido como el que más. Por más esfuerzos mentales que me he procurado para descubrir que es lo que ha hecho de esta película un clásico de la comedia europea, he llegado a una conclusión simple y muy paisa: De nuevo los “genios” de las viejas enciclopedias nos han querido meter chucha por guagua.

¿Cuál es la historia? Monsieur Hulot, llega en su cacharro a una playa francesa donde, sin ningún afán de mar, pasará sus vacaciones cometiendo unas cuantas torpezas, molestando a uno que otro turista y metiéndose donde no le llaman. Como en su filme anterior, “Día de fiesta”, Tati es el centro de todo y los demás “actores” son simples figurantes que no dejan ninguna huella porque no hacen absolutamente nada representativo… bueno, alguien podría argüir que son magníficas las piernas que nos enseña –alguna vez- Nathalie Pascaud.

La composición escénica, además de teatral, denota una gran falta de soltura y espontaneidad, dejando a la película no muy lejos de un primerizo ejercicio escolar en estos y en otros aspectos. Hay quienes argumentarán la falta de recursos, pues se ha dicho que Tati tenía grandes problemas para conseguir que le financiaran sus obras, siendo esta la causa para que apenas realizara cinco películas en 22 años. Pero, también hay que decir que su sentido del humor era de limitados recursos, demasiado parsimonioso y con escasos aciertos a la hora de crear sus propios gags. En este filme yo descubrí apenas tres momentos atinados: el perro inamovible ante su amenazante carcacha, la escena con el tarro de pintura en la playa, y cuando Monsieur Hulot intenta llenar la regadera en una noria en movimiento, para apagar los fuegos artificiales que estallaron. El resto, ni fu ni fa, sin gracia, sin encanto, sin arte.

En conclusión, siento que ésta es otra de esas comedias atrapadas por los pelos para convertir en obra de arte o en obra maestra lo que no merece serlo.
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16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Señor Hulot.
El ambiente en el que se desarrolla esta película ( la primera en la que aparecía el famoso personaje de Tati), es una somnolienta ciudad veraniega durante las vacaciones. Hulot provoca el caos a su alrededor, pero los numerosos gags de la película siempre visuales, no resultan nunca forzados ni destruyen la atmósfera de la Francia provinciana, tan bellamente captada por Tati.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un humor no apto para todos los paladares
Quizás sea un problema mío, pero Tati no me hace gracia. Y se que es un problema, porque reconozco objetivamente que es un auténtico genio de la comedia, muy a la altura de ese Chaplin y Keaton, que tanto homenajea constantemente. Pero a pesar de haber visto tanto "Mi tío" como "Las vacaciones del señor Hulot" no consigo meterme en su sentido del humor.

Es decir, detecto y valoro cada una de los aciertos del guión, veo el gran talento que hay en la planificación de cada escena, comprendo porque es una Obra Maestra del cine, valoro todas las virtudes de su corta filmografía y objetivamente me rindo incondicionalmente a su gran talento para la comicidad y para la innovación, así como para su sutileza de incluir leves (pero incisivas) críticas sociales. Resumiendo, por ser uno de los cineastas más talentosos, peculiares y singulares que ha dado el cine.

Pero claro, cuando se trata de disfrutar, es mejor que algo te llene del todo subjetivamente y no objetivamente. Como amante del Séptimo Arte agradezco la gran aportación de Tati a la comedia, pero como espectador subjetivo me aburré, y mucho. Y sinceramente me da mucha pena y envidia, porque conozco a mucha gente que disfruta con la obra de Tati, pero supongo que eso es algo inherente en cada ser humano (también detesto y me aburre todo Fellini, y no me queda más remedio que reconocer que su filmografía está repleta de Obras Maestras).

Por lo que simplemente diremos que Tati no es un humor para todos los paladares, que habrá quien lo adore y beatifiqué como un genio inconmensurable (que lo es) del humor visual, y otros que se aburrirán con esa sucesión de gags anticuados, obsoletos y fosilizados.

El Despotricador Cinéfilo
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sendos Wallies en sus tobillos.
Estimados amigos, he debutado en vuestra estupenda página de cine con una crítica mu fea, a una película muy fea /Pink Flamingos/ y usando el español o castellano a lo español o castellano...Para reconciliarme con la vida, que es el cine (las sombras que se reflejan en la pared de la cueva en*El mito de la caverna*de Platón, no son sino fotogramas...) acudo a Mr. Hulot, el inefable personaje que recrea Jacques Tati, que lleva un Wally en cada tobillo..si lo buscas, en Mr. Hulot encuentras dos .. No querría ser hiriente, pero las críticas recogidas me parecen un aburrimiento, amén de estar plagadas de obviedades. Observo que mi ex, Maldito Bastardo, no se ha dignado a escribir nada sobre ella . Normal. Me parece normal. Es bonita (en el buen sentido de la palabra, como decía el Otro), delicada, graciosa, estilizadamente francesa... Todos sabemos que sus imágenes y su banda sonora colorean una de las páginas más hermosas del cine de todos los tiempos, en blanco y negro -sepia, sí. Obviaré por tanto mi innecesaria aportación personal para rellenar este espacio con unas palabras de Erich Fromm, que cita el profesor Souvirón en su libro /El rayo y la espada II/ y que me parecen inspiradoras de cualquier obra de Tati, de esta en especial: " Tener fe en la posibilidad del amor como un fenómeno social y no solo excepcional e individual, es tener una fe racional basada en la comprensión de la naturaleza misma del hombre"
Maldito Bastardo, te quise, y ahora no creo que pudiera hacerlo aunque me llevaras de vacaciones a ese hotelito de playa de la costa francesa.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Ojo, es de 1953
Suelo poner el cine en su contexto.
Metrópolis es una obra maestra y es de 1927.
Un año antes, El maquinista de la general, de 1926.
El acorazado Potemkin aún es anterior, de 1925.
El ladrón de Bagdad es de 1924.
Y así podría seguir hasta El hada de los repollos de 1896.

Pues bien, cuando he visionado esta sinsorgada pensaba que sería de aquellos años, o incluso anterior, dado que el humor es tan infantil y chabacano que no era capaz de ubicarlo en 1953. Sí, es increíble, es de los años 50. Para esa década ya teníamos Sopa de ganso, El gran dictador, ..., cualquier comedia de enredo con Cary Grant a la cabeza, ..., humor con veinte años a sus espaldas.

Hay que ser muy naif para que te guste esto.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La insoportable levedad de la burguesía
La burguesía trata de conservar las tradiciones, repetir esquemas, cuidando la moral que pone en vilo a su condición; en oportunidades la aletarga, en otras, la asume sitiada. En esa esquematización de aliteración busca copiar para nunca transformar. En efecto, su condición social tiende a preservar ese estilo de vida, renunciando a todo aquello "extraño" que amenaza con filtrarse. Esa preservación tiene su prolongación en los ritos que establecen en el ámbito urbano. Ritos de clase, circulares, homogéneos, boatos, totalmente viciados de lo rutinario y lo superficial. Entonces, ¿qué pasa cuando ese escenario cambia? Los ritos siguen vigentes; la rutina lo conmueve todo, aunque se transponga el ámbito, los burgueses seguirán recurriendo al mismo catálogo de acciones, de gestos, de vacuidad.
¿Qué sucede entonces, cuando esa rutina se ve momentáneamente modificada? Cuando aparece algún "extraño" conminado a modificar, aunque más no sea en pequeñas dosis, todo el itinerario repetitivo que encausan al burgués en una conglomeración infinita. De repente, todo ese mitin perfectamente sincronizado comienza a divergir, generando una incisión en las acciones. Pero, ¿de dónde proviene, sino, esa diáspora amenazante? del riñón mismo de esa sociedad estructurada, rígida, intransigente. Monsieur Hulot proviene de la burguesía, sino, es difícil explicar como es que concurre al mismo balneario, al mismo hotel y practica los mismos rituales paganos que toda la casta ricachona. Sin embargo, Hulot es aquel bohemio perdido "entre-épocas", poblado de un romanticismo delictual, de aquel que roba o acomete por causas más bien reivindicativas (o un Robin Hood de lo absurdo).
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¡Qué risa con el monsieur Hulot!
¡Hay que ver que película más curiosa! Yo que esperaba encontrar un retrato de las vacaciones en la costa en la dura Francia de la posguerra y me encuentro con este homenaje al cine mudo de antaño.

Monsieur Hulot, o así se hace llamar él, es un tipo extraño. Una expecie de Mr. Bean a la francesa que la lia parda allá donde va. El espectador no puede evitar reir con sus charlotadas pero uno se pregunta: ¿Qué haría yo si un zopenco me jodiera las vacaciones con ese desparpajo? Te has pasado todo el año trabajando como un burro y ahorrando para tener dos semanas de vacaciones en la Bretaña francesa y después un individuo que anda raro y fuma en pipa no para de incordiar. Ja, ja, ja. Ahora ya no les hace tanta gracia, ¿verdad? Puede que acabaran recurriendo a los insultos, o incluso a la violencia extrema. Sus hijos no están seguros con este individuo suelto en la playa. Quizás se trata de usted o de él... Piensen en ello...

Aunque si no te paras a pensar en estas cosas (bendita ignorancia) uno puede disfrutar de la películas y sus gags. Especialmente si es usted un amante del cine mudo y de las mamarrachadas mayúsculas.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Tati, Tata, Tatum, a Monsieur Hulot no miréis, Tati Tata Tatum o en todo os cagaréis
Modelo de replicante: Kwisatz

Formatos de humor compatible: Faemino y Cansado, Monty Python, Mr. Bean, Goyo Jiménez, Agustín Jiménez, Dani Mateo, José Mota, Benny Hill, Gene Wilder y Richard Pryor, Tip y Coll, Santiago Segura, el gran Wyoming, las muecas de Jim Carrey, Los Simpson, Futurama, South Park, Padre de Familia, Chris Elliot y su Get a Life, The Big Bang Theory, David Zucker y Leslie Nielsen, Bill Murray, Woody Allen, Berlanga, Ben Stiller, Charles Chaplin, Mel Brooks, Farrelly Bros. Mike Myers (sólo versión Dr. Maligno).

Formatos de humor incompatible (no procesa): Los morancos, Cosas de casa, JACQUES TATI.

Si durante el visionado observa personajes sin alma y gags forzados, sin chispa, academicistas, aburridos, incoherentes y timoratos, es posible que usted sea otro modelo de replicante incompatible con este formato de humor. Absténgase de proseguir el visionado si quiere ahorrarse 90 minutos de insustancial nada.

En caso de visionado accidental visite a su humorista de cabecera para desintoxicarse.
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16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El tiempo deja huella, pero no en el film, sino en nosotros. No somos tan ingenuos.
Siendo francos, esta obra de Jacques Tati, al igual que “Mi Tío”, será muy probablemente recordada con los años, pero no como un imborrable clásico del cine, sino como un film simpático que desprende una gran ternura. Es innegable el carisma de Jacques Tati en encarnar su personaje tan reconocido, como si de un Charles Chaplin francés se tratara, pero con un humor algo más suavizado. No hay cabida para el compromiso en la película de Tati, aquí no encontraremos ninguna crítica ni observación alguna a la sociedad, el director trata simplemente de hacernos llegar una comedia alegre y divertida, y que sea sobre todo apta para todo el público.

Ciertamente, serán los más pequeños los que valorarán mayoritariamente este film, no es que los más adultos no sabrán apreciarlo, ni mucho menos, pero su inocencia hace que sea un film únicamente alegre para sus ojos, como si fuera una anécdota. El paso del tiempo ha dejado huella, pero no precisamente en el film, sino en nosotros. No somos tan ingenuos y tan fáciles de impresionar como lo era el público de 1953, y eso se nota. Tati se sirve de numerosos gags para ganarse al espectador. Actualmente, cabe decir que ciertos de sus gags son todavía muy frescos, pero impresionan más su ejecución que su finalidad. Es más fácil para el adulto quedarse impresionado por ciertas peripecias en sus momentos más divertidos que ponerse a reír a carcajadas.

Este aspecto no es que sea bueno o malo, sencillamente es que su comedia ya no hace la gracia de hace más de cincuenta años, y es por eso que el público más inocente valorará más el film del modo en cómo fue concebido. Para el resto nos depara un rato muy agradable versionando o rememorando las peripecias de Mr. Hulot, que sacará de quicio a más de un bañista que haya decidido pasar las vacaciones.

También habría que destacar del film, al igual que otros films de Tati, es que el cineasta crea una comedia suave y ligera. Aquellos que anden buscando un humor similar al de Chaplin puede que salgan un tanto decepcionados. El estilo de Tati, se aleja totalmente del lado picaresco. Su comedia es suave, ligera y más disfrutable para todo tipo de público. Puede que eso no sea el gusto de todos, pero hacen del film, al igual que el resto de la filmografía de Tati, como una obra eternamente entrañable, tierna y conmovedora.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Para disfrutar
Me pareció una obra maestra, heredera del cine de Chaplin y Buster Keaton.
Con un humor basado en lo absurdo y unos gags que te hacen disfrutar.
Maravilloso Jacques Tati con ese poder de observación.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Todo está inventado
Me ha sorprendido ver esta película cómica, casi muda, y que haya tantas semejanzas con el personaje de Mr. Bean. Cuando estuvo en su máximo esplendor, oía críticas sobre Rowan Atkinson, que se creía la pera limonera por haber inventado el personaje, pero ahora veo que de original tiene poquito. Estaba todo inventado: el coche pequeño y destartalado, el traje, apenas hablar, el trato impersonal con la gente,... Es muy probable que Atkinson viese películas de Jacques Tati siendo niño y se "inspirara" en ellas.

Me he reído con muchos gags. Es una maravilla que más de 70 años después siga produciendo carcajadas.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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