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164 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
Diez razones para enrolarse a bordo de la Surprise
1- Las batallas a mar abierto, impresionantes. Probablemente las mejores que se hayan visto nunca en el cine.

2- La amistad entre los protagonistas principales y la contraposición entre Aubrey- la masculinidad, la épica, los valores de toda la vida- y Maturin - el progreso, la ciencia, la voz de la razón.

3- La creíble y realista plasmación de la vida en un barco a principios del XIX y el documentado lenguaje náutico que se utiliza.

4- La dirección de Peter Weir: ni un solo plano fuera de su sitio.

5- La música, tanto el score original como las piezas clásicas que se incluyen.

6- La aventura en sí misma. El conocimiento de que, al final, la aventura concluye pero deja suficiente vía para intuir que ninguna aventura termina del todo.

7- Que no metan con calzador a una ágil alfereza trepando por los trinquetes hasta la cofa todo al servicio de Su Graciosa Majestad y de la corrección política.

8- Que los diálogos se ajusten al contexto, nada de anacronismos horteras ni ideas del siglo XXI metidas con calzador. Los personajes piensan y hablan como personajes del siglo XIX.

9- El casting, desde Russell Crowe en su salsa haciendo de Aubrey hasta el último marinero desdentado de la tripulación, todos muy auténticos y muy en su papel.

10- El mar, la mar: sólo la mar. Y esa extraña especie de pájaro sin alas que "estará allí cuando volvamos".
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243 de 269 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Errare humanum est" (de cómo no fui a ver “Master & Commander” al cine)
Me he arrepentido muchas veces de entrar en el cine a ver una película, pero sólo dos de no haberlo hecho, y ésta es una de ellas. El trailer era bastante soso y, he de reconocer que el protagonismo de Russell Crowe acabó de decidirme por no ir a verla. Mis amigos hablaban maravillas del film, pero yo seguí en mis trece, de modo que la película salió de cartelera (con más pena que gloria, por cierto) y yo me olvidé de ella hasta que, a principios de este año, un amigo me la prestó en DVD. El hastío de una noche insomne de invierno me forzó a poner algo para pasar las horas y, bastante poco convencido decidí visionar la adaptación de las novelas de Patrick O’Brian. En dos días ya la había visto dos veces, y en mi humilde opinión, pasó de película maldita a obra maestra. El éxito de la película no se basa en efectos espectaculares o batallas épicas, sino en la relación existente entre todos y cada uno de los integrantes de la tripulación, incluyendo la “Surprise”, que se erige como uno de los protagonistas de la historia. La amistad entre Aubrey y Maturin, el respeto/resquemor de los marinos hacia los oficiales, la unión de la tripulación ante la batalla, son las pinceladas que hacen que la obra sea única en su género. La factura técnica es impecable se mire por donde se mire: fotografía, sonido, producción, reparto, iluminación, efectos especiales, etc, siendo lo más destacable lo bien que engarzan todos estos aspectos unos con otros.
Algunos esgrimen en su contra el excesivo metraje de la cinta. Yo lo único que sé es que cuando Aubrey y Maturin tocan a dúo el fragmento final de Boccherini sólo deseo que la “Surprise” alcance a la “Acheron” y la historia continúe, al menos media hora más. Lo peor es que creo que nunca sabré cómo sonaban los cañonazos de la “Acheron” en una sala de cine.
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189 de 210 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Por el ani....mal menor"
Peter Weir, director de "Único testigo" o "El show de Truman", entre otras, consigue darnos una obra que sobrepasa los límites de la comercialidad o la típica historia de los barcos y los piratas.Se trata de una más que correcta adaptación de principios de siglo 19 cuando Napoleón se proponía conquistarlo todo a su paso, ya sea tanto por tierra como por mar.
Una fantástica dirección movida por una difícil puesta en escena al tratarse de tan nutrido número de personajes.Sin embargo, todos funcionan a la perfección, destacando cómo no a Russell Crowe.Su barco toma un rumbo difícil, pero su pericia y su "fortuna" le llevan a la victoria, el mismo camino que se encuentra Weir.
Expléndida la banda sonora, de Bocherini, que acompaña suavemente el firme transcurso de la película, sin excesiva acción pero sin decaer nunca en su desarrollo y dirección.
Una obra de gran calidad, dirigida por un director con una soberbia capacidad para instruir a sus actores, y que forman parte de esas películas que al terminar piensas...he pasado dos horas de mi vida disfrutando de una felicidad absoluta.
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68 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Aubrey hunde a los Piratas del Caribe
Con una sola andanada hundiría Aubrey a todos los piratas del Caribe. Y es que es inconcebible que una película tan increíblemente mala como los Piratillas consiguiera mayor taquillaje que esta maravilla que firmó uno de los mejores directores de finales de siglo, el señor Peter Weir.
Soy de esos que suelen ir al cine a ver todas las películas épicas que se estrenan, y en el 99 por cien de los casos, salgo tremendamente decepcionado de lo que podía haber sido y lo que realmente llegó a ser. Pero de vez en cuando una obra maestra asoma a nuestras pantalla, a menudo de tapadillo, alegrándote el día, la semana, el año y posiblemente la vida entera.
Master and Commander partió con una confusa campaña de publicidad que pretendía hacerla converger con subproductosde la factoría Disney como Piratas del Caribe, lo que llevó a engañar a propios y a extraños, ya que a los amantes del género de aventuras nos dió la sensación de que iba a ser otro fiasco, y a los seguidores de los Videojuegos caribeños les llevó a ver una película para la que no estaban preparados, lo que provocó algunas injustas críticas por parte de la chiquillería.
Sin embargo, sólo los primeros 20 minutos de metraje son suficientes para marcar la pauta de todo el film, llevándolo a un estilo próximo al de Jonh Huston por su sentido de la documentalidad, aunque alejado del maestro de la aventura por la temática (aquí los personajes no son perdedores y la aventura ya no es un medio, sino un fin).
Hay que destacar el trabajado casting en el que sobresale, con rango de estrella intemporal, el gran Russell Crowe, quien, cuando deja papeles sosos de profesor de matemáticas y se adentra en registros épicos, alcanza cotas similares a actores míticos como Kirk Douglas.
Gran fotografía y efectos supeditados a la historia completan la mejor película de aventuras desde la desaparición del gran Huston.
¿A dónde enrolan para la Surprise?
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67 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Este barco es nuestro hogar"
El diversificado Peter Weir salta de un registro a otro con una facilidad pasmosa. Ha tratado múltiples temas en su filmografía, y cada película suya que he visto se ha ganado mi respeto. La sencilla pero tierna "Matrimonio de conveniencia", la crítica y sorprendente "El show de Truman", la intrigante y misteriosa "Picnic en Hanging Rock"... Y ya conocemos otros grandes títulos suyos, como "El club de los poetas muertos" o "El año que vivimos peligrosamente".
En "Master and Commander", Weir se pasó al género de aventuras de época. Y no se conformó con una superproducción palomitera, restallante de efectos especiales y mucho fuego de artificio. Porque, aparte de su tremenda espectacularidad (lo cual la hace muy fácil y atrayente de seguir), Weir le insufló alma y marcas de identidad, con lo cual la confirió con un velo de respetabilidad y de calidad que la convierte en una de las grandes películas de aventuras que podamos tener en la videoteca.
Viendo la luz gracias a tres gigantes, Twentieth Century Fox, Universal Pictures y Miramax Films, "Master and Commander" es ya todo un clásico que emociona y transporta a océanos inabarcables, a persecuciones navales, a batallas a cañonazos, a abordajes, a estrategias y maniobras hábiles y audaces, a las relaciones personales entre los miembros de la tripulación, a la humanidad de todos esos lobos de mar cuyo hogar es un barco que simboliza la libertad, el valor, el trabajo duro, el trabajo en equipo, y algo que defender y por lo que luchar. Ese querido cascarón de madera que, en representación de Inglaterra y en abierto desafío hacia la Francia de Napoleón, transporta el orgullo de unos hombres indomables que aman los confines del mundo.
A bordo del Surprise y bajo el mando del capitán Aubrey, el horizonte es suyo.
Preciosa fotografía, buen plantel de actores, elegante banda sonora con temas clásicos, un guión que no sólo persigue la grandilocuencia, interesante retrato de época, con la rivalidad naval entre Francia e Inglaterra y el auge de las ciencias naturales que dedicaban su estudio a la incontable variedad de especies de seres vivos (y que años más tarde conocería a su máximo representante en Darwin).
Mucho más que un largometraje de aventuras.
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46 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
I love Stephen Maturin
En pleno apogeo de Piratas del Caribe apareció ésta maravilla del cine de aventuras, que injustamente pasó bastante desapercibida, sobre todo para los espectadores jóvenes. ¿y por qué? Pues porque por primera vez en años, una cinta de entretenimiento nos hacía pensar y, sobre todo, daba absoluto protagonismo a los personajes y los diálogos por delante de la acción desmedida. Y claro, todo ésto pues da igual a una generación que aplaude a rabiar cada chorrada que dice el capitán Jack Sparrow en la infame secuela El cofre del hombre muerto.
Con esto no pretendo criticar a Piratas del Caribe, más bien al contrario. Pero mientras esta última apuesta por el desenfreno y la aventura desmedida (y muy bien hecha, por cierto), Master and commander hace aventura con clase y además con mucha elegancia.
Es Peter Weir el responsable de que esto así sea. El director es probablemente uno de los más clásicos, en el mejor sentido del término, y elegantes del panorama actual, algo siempre de agradecer. Pero es en los actores en quienes reside la tarea de convertir lo que ya es una magnífica película en una obra maestra. Destacan unos correctísimos James d'Arcy y Max Pirkis (el joven Augusto de la serie "Roma"), y Russell Crowe nos hace olvidar su irritante presencia en Una mente maravillosa con una sólida recreación del capitán Aubrey. Pero el mejor de todos ellos es Paul Bettany, que casi irreconocible con las gafas u el tinte castaño, compone un personaje absolutamente adorable. Para más detalles, miren de nuevo el título de la crítica.

Lo mejor: Paul Bettany y la infinita elegancia de la puesta en escena de Peter Weir.
Lo peor: Nada
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37 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Esa es la excusa de todos los tiranos, desde Nerón hasta Bonaparte..."
Estamos ante un film de los que se merecen que se vea más de una vez y que se ha ganado mi más alta calificación. Todo es tan armonioso en esta película que cuando, al final, el capitán ordena seguir al navío capturado y suena la sublime melodía de Boccherini interpretada por el violín de J.Aubrey y el violoncelo de S.Maturin, mientras un infante de marina, mediante el tradicional redoble de un tambor avisa a la dotación de zafarrancho de combate, uno no puede reprimir una sonrisa y unas ganas de formar parte de ese complejo y a la vez simple mundo dentro del barco, o bien de querer que la peli continúe para poder presenciar otra batalla tan hábilmente rodada como las dos que aparecen, o incluso de leerse una de las veinte novelas de Patrick O´brian acerca de la vida de Jack y Stephen, de las cuales tengo la suerte de haberme leído varias y aseguro que son muy buenas.
Retrato exactísimo de cómo era la vida en una fragata británica en la lucha contra Napoleón: suenan unas cuantas campandas al amanecer, los hombres, silenciosos y algo resignados, suben a la jarcia, limpian y hasta le sacan brillo al barco, hacen guardia, reparan los desperfectos mientras el contramaestre les pita y les grita, comen, charlan en un mundo sólo de hombres, los guardiamarinas aprenden a calcular el movimientos de los astros, a gobernar un barco, a comportarse como oficiales y caballeros del Imperio Británico,los oficiales brindan en honor de Horacio Nelson, cuentan chistes machistas, narran antiguas anécdotas y gloriosas batallas, todos pelean contra los gabachos con sosprendente valentía cuando Inglaterra espera que cada uno cumpla con su deber...
Actores inmensos, desde el contramaestre hasta el piloto de derrota, destacándose sin duda un inconmensurable Paul Bettany y un Russell Crowe que parece que lo hayan sacado de los libros del autor irlandés, tanto en el arrojo en la batalla como en su carácter fuera de ella; guión adaptado con maestría, las conversaciones entre el capitán y el cirujano naval acerca de la psicología de los hombres o sobre la tiranía en el mundo son para disfrutarlas.
Escenas memorables como el suicidio del pobre guardiamarina, el castigo a latigazos del marinero insubordinado, las cenas entre los oficiales entonando viejas canciones de mar, la “autocuración” de Stephen poco después de que le disparasen accidentalmente (Bettany lo borda ahí), las escalofriantes miradas de los marineros supersticiosos que creen que hay un gafe en el barco,la ceremonia al acabar la última batalla acompañada de unas tristes y conmovedoras notas del compositor Eduard Grieg, la corta pero preciosa estancia en las Galápagos…
Una película de una belleza visual indudable, con una bso realmente magnífica, he hecho no pude evitar comprarme el CD de la misma. Está claro que P. Weir es uno de los mejores directores que hay en la actualidad, como demostró en “El show de Truman” o “El club de los poetas muertos”.
Un 9´7.
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30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿Queréis ver una guillotina en Picadilly? ¿Queréis que vuestros hijos canten la "marsellesa"? Entonces, ¡por Inglaterra!
Posiblemente, de las películas más completas que he visto. Narra un episodio épico del capitán Jack "Lucky" Aubrey, capitán del navío de guerra británico "Surprise", cuyo cometido en la guerra contra Napoleón es interceptar y destruir al "Acheron" francés, una nave que puede decantar la guerra en favor del ejército bonapartista.

Con esta premisa tan sencilla, Peter Weir dirige con innegable maestría una historia trenzada de detalles navales que nos sumergen (nunca mejor dicho) en el ambiente de una curtida tripulación inglesa al mando del carismático y duro capitán Aubrey, interpretado de forma brillante por Russell Crowe. (Para mí, uno de sus mejores papeles). No pocas peripecias acontecerán a los británicos para alcanzar su meta, y todas ellas nos son narradas con una técnica muy acertada, que combina momentos de acción naval (como una espectacular intercambio de salvas de los cañones entre las naves protagonistas de la cinta, o como un abordaje que simplemente queda para el recuerdo), con intervalos más dramáticos.

La película merece la pena por su fotografía naviera, por el magnífico retrato de la tripulación inglesa, por el duelo entre las dos naves (y el ingenio de los dos capitanes), por las interpretaciones de Crowe (que brilla con luz propia) y del también sobresaliente Paul Bettany, y, de corazón lo digo, por la banda sonora, que le va como anillo al dedo a la película (violines y contrabajo).

Se la recomiendo a todo el mundo. Tiene muchos mensajes relacionados con la obsesión humana, la amistad y el liderazgo. Eso sí, aviso que esta película no se parece EN NADA a los Piratas del Caribe. Es mucho más seria (por no decir que los del Caribe no saben qué es la seriedad al lado de ésta) y es para verla "sin prisa". Hago hincapié en esto último.

Si queréis espadazos y algún comentario jocoso de por medio, visitad al tío Johnny Depp.
Si queréis ser testigos de un duelo naval épico en el contexto de la guerra con Napoleón (año 1805) y conocer a la tripulación del "Surprise", sólo puedo invitaros... ¡¡¡Al Abordaje!!!
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36 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Cine clásico en el siglo XXI
En primer lugar quiero decir que considero a Peter Weir el mejor director australiano de todos los tiempos (a años luz de George Miller, Bruce Beresford o Phillip Noyce entre otros) y uno de los diez mejores directores vivos que existen en estos momentos sin lugar a dudas. Y por eso incluso cuando no acierta del todo como en "Master and Commander" su cine es tremendamente interesante y por lo menos nos ofrece muchas pinceladas de una gran calidad.
Tampoco hay que pasarse en acusar a la película de intrascendente, ya que no cabe duda que un escritor como Patrick O'Brian es muy diferente a Hermann Melville y que mientras el primero es más aventurero y superficial, el segundo es más dramático y psicológico. Por eso recomiendo una extraordinaria película como "La fragata infernal" de Peter Ustinov basada en "Billy Bud" de Hermann Melville donde realmente podemos ver como funcionaban las relaciones este tipo de embarcaciones.
Porque ese es uno de los problemas que se detectan en el film la excesiva camaradería; la película es realista en la parte técnica, médica, bélica (aunque demasiadas astillas en los barcos con los cañonazos como me dijo un oficial de la Armada) y naturalista (destacable el mensaje ecológico y naturalista de Weir que es de agradecer) pero sin embargo idealista en la parte humana ya que las relaciones humanas no eran tan cordiales y los intentos de endurecer dichas relaciones no dejan de resultar casi el castigo de un padre a un hijo. Y es que la película tiene algo del cine de John Ford, pero en el siglo XXI se pide un sentido más crítico que imitar un estilo meramente clásico de narrar. Russel Crowe aparece como un capitán duro y sensible que gobierna una nave que ante todo es una gran familia. Y eso no era así, ni mucho menos, pero digamos de nuevo que no es Weir sino O'Brian el culpable.
Hay cosas que no me parecen bien del film como el hecho de cambiar la nacionalidad del barco perseguido que era norteamericano y no francés. En aquellos momentos, año 2003, de crisis mundial por la invasión norteamericana de Irak y con el enfrentamiento entre Washington y París, Weir no contribuyó desde luego a apagar fuegos sino que actuó de anglosajón recalcitrante y eso siempre quedará como un borrón señor Weir que algún día tendrá que explicar o pagar.
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39 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El nudo marinero. (8,7)
Si en los comienzos de la filmografía de Peter Weir sí que se puede apreciar un intento loable por recuperar esa épica de David Lean, siendo el máximo exponente de este intento la extraordinaria “Gallipoli”; después de la más irregular “el año que vivimos peligrosamente” y con la llegada a Hollywood, Weir consigue definir su estilo propio y se desprende de aquel ritmo narrativo de elipsis abruptas que tanto en él como en otros colegas cineastas hizo furor en los primeros 80´s. Son buenos ejemplos de esto películas como Expreso de medianoche ( Alan Parker), Carros de fuego ( Hugh Hudson), Mephysto (István Szabó) y Los gritos del silencio (Roland Joffé). Para mí “ el club de los poetas muertos” es un punto de inflexión dentro de la filmografía de Weir y, por su mejorada capacidad de empatar escenas, el comienzo de una narración como mínimo más continua y suavizada; de trote suave.

En esta maravillosa película, de puesta en escena francamente deslumbrante y unas interpretaciones como mínimo estupendas, a Weir no se le puede poner ninguna pega; es una muestra de un artesano con estilo propio (desempolvada la influencia de Lean, aunque de lo que hubo siempre algo quedará), las ideas claras ( su declaración de intenciones sobre revindicar la épica, estaba hecha y corregida hace tiempo) e intención siempre de aunar crítica y público (que es tan difícil….)

Hay Coleridge(o realidad marinera del S.XVIII, aunque yo me quedo con Coleridge) en este tratado sobre el hombre en un medio hostil acechado por la cruel naturaleza: si el hombre racional (Bettany) no tolera la barbarie de la superstición desmedida, el hombre marinero pero instruído ( Crowe) la admite como algo natural, como peaje o sacrificio que hay que pagar a los dioses de la naturaleza y el infortunio, aquellos dioses que habitan en el horizonte insoslayable. Hay también una épica británica de ultramar bien entendida por estos tres australianos ( Crowe, Bettany y Weir); siendo quizás esa nacionalidad una ventaja. Definitivamente hay marchas solemnes con partes heroicas y maravillosamente ruidosas (esas excelentes batallas navales): si esta película fuera música, sería “Pompa y circunstancia”, con “Union Jack” ondeando al viento. MASTERPIECE.

Sobre la estructura narrativa al spoiler.
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23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EN LA LÍNEA DE LOS CLÁSICOS.
Había un tiempo dónde se contaban historias de aventuras en alta mar, con capitanes intrépidos, elegantes y con un código del honor fuera de cualquier duda, tripulaciones unidas por un fín y por la amistad, navegando a confines inexplorados por el hombre en mares llenos de peligro y belleza.
MOBY DICK, BOTÍN A BORDO, CAPITANES INTRÉPIDOS, todas como mínimo buenas películas, dónde la fotografía de todas ellas nos enseñaban los mares más hermosos del mundo, películas a las que todo enamorado del mar les fascinan por su cercanía a la realidad hasta el punto de que nos parezca casi tangible lo que estamos viendo en la pantalla.

Se tiene que agradecer a Peter Weir que haya resucitado todos los elementos antes mencionados y haya hecho un clásico como es el caso de MASTER AND COMMANDER, dónde el entretenimiento es de primer orden, donde no existen los puntos muertos y sobre todo donde dos actores hacen grande a la película: Russell Crowe y Paul Bettany (cada escena que comparten es memorable, sobre todo cuando tocan juntos).
La relación de ambos personajes es una oda a la amistad que hacía tiempo que no se veía en la pantalla, así como la tripulación que transmite una unidad en el que cada personaje tiene su peso específico.

No es nada facil hacer entretenimiento de un pequeño mundo que es el de un barco, por encima de las batallas de la película destaca la propia batalla interna que existe en la embarcación, la verdadera aventura es contemplar el viaje de los hombres de Aubrey, la fotografía es colosal, sin lugar a dudas esta película nos recuerda a las grandes superproducciones de hollywood de sus años dorados, en los que no se descuidaba el contenido de la historia.

Maravillosa la sección de cuerda que se utiliza en la película.

Gracias Peter por haberme llevado durante dos horas al otro lado del mundo, jamás lo olvidaré.
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18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Aventura épica pasada por agua
Son varias veces las que ya he visto "Master and Commander" y cada vez que lo hago me quedo con la misma sensación agridulce. Un trabajo formalmente muy bien realizado pero que dista de cautivar por una historia excesivamente embrollada. Lo malo no es que para ser de acción y aventuras cuenta con poco de ambas cosas sino que me temo que Weir está más interesado en un retrato costumbrista del ecosistema de un barco inglés de inicios del XIX que a otra cosa. Más allá de persecuciones al buque francés "Acheron", el día a día, la amistad entre el capitán Jack Aubrey (Russell Crowe) y Dr. Stephen Maturin (Paul Bettany), pese a sus enfrentadas idiosincrasias, la mentalidad de los marineros o la disciplina. Al final, no aburre, pero si te deja con la sensación de que Weir se está perdiendo en viajes a las Galápagos y demás y que no hubiera sido capaz de centrarse en el duelo a muerto entre el “Surprise” y el “Acheron” prescindiendo de todo lo superfluo.

Por lo demás, 10 nominaciones a los Oscars es un argumento suficiente que demuestra el gran trabajo que hay detrás de "Master and Commender". Cierto que sólo se llevó dos pero independientemente de esto, la dirección artística, el montaje, la fotografía, el vestuario y los efectos de sonido son muy destacables. Es más, los efectos especiales son buenísimos. Nunca el impacto de un cañón sobre un barco ha sido tan genuino. Por otro lado, Russell Crowe nos deja una gran actuación y Peter Weir, aunque algo más encorsetado de lo habitual, dirige con profesionalidad un película que transcurre íntegramente en un barco. Igualmente merece llama la atención el soberbio trabajo de documentación para manejar los términos marineros y el realismo con el que se ha concebido esta obra. Los personajes actúan, hablan y piensan como en aquella época, al margen de anacronismos. Por ejemplo, haber metido una mujer con calzador. Aquí no sale ni una.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA MAR DE SALADA
Cuando el cine es capaz de transportar al espectador a un escenario, época, situación o aventura, y le permite formar parte de ello y disfrutarlo durante dos horas sin exigirle ningún esfuerzo ni concesión a cambio, es CINE, con mayúsculas.

Peter Weir, soberbio artesano, nos traslada al siglo XIX, en plena batalla naval. Ingleses y gabachos dándose candela en los mares. Puro espectáculo. Y nada de efectos digitales feos y machacones (alguno tiene que haber, por necesidad, pero tan bueno que no se nota)
La madera cruje, se astilla, salta por los aires con los cañonazos, el barco se llena de humo, la bodega se inunda. La tripulación suda en cubierta, y trepan y cantan y respetan a su capitán, que es todo un líder, tan implacable como socarrón. Todo resulta auténtico y veraz. Para engatusar al espectador no hay que tomarle por lerdo, y Weir lo sabe.

No es cine histórico, es cine de aventuras, de amistad, para todos los públicos, como aquellas pelis clásicas, las de Lang, o Fleming, o Huston.

Peliculón de los siempre, pero hecho como nunca. Épica.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Correctísima.
De las mejores producciones que he visto nunca en muchos sentidos.

a) El ambiente: Plasmado fielmente, decorados preciosos, convivencia y situaciones tremendamente creíbles y realistas; uno tenía la sensación de estar viviendo la vida de marinero... si hubiesen conseguido que el espectador captase el olor a sal de la brisa marina lo hubiesen convertido en un miembro más de la tripulación.

b) Las actuaciones: Desde Crowe a los extras, pasando por los secundarios se ha podido ver un altísimo nivel de interpretación poco frecuente en películas con un reparto tan extenso. Admirable.

c) El desarrollo y el realismo: Increíblemente bien entrelazado, sin un solo cabo suelto.

Tan sólo puede achacarse un fallo a la película (si puede considerarse como tal, dependiendo del enfoque que haya querido darle el Sr. Weir): y es que no cuenta NADA.

Toda la argumentación se basa en la persecución de un navío por parte de otro. Punto.

Así y todo reitero: son dos horas bien aprovechadas. Merece la pena.
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21 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Desde USA Con Amor
Si la historia se toma como un argumento situado en el siglo XIX puede llegar a enganchar por momentos, aunque independientemente del momento en que nos encontramos son más que criticables pequeños detalles como la exacerbada defensa de la confrontación armada como arte o simplemente el hecho de contar la historia desde un solo bando sin poner ni una sola imagen del escuadrón francés (algo asombrosamente familiar en los EEUU por lo que vemos hoy en día). La acción está muy limitada al tratarse de pesados barcos, aunque está correctamente representada. Un buen título si se logra apartar por unas horas la política para un hecho que no tiene más fundamento histórico que la novela en la que está basado.
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14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cada vez que la veo me gusta más
Cuando la vi en cine pensé, buena, como todas las de Peter Weir, menos lo de las Galapagos, que es muy bueno.
La segunda vez ya me pareció casi una obra maestra. Esta semana la he vuelto a ver y me parece excepcional.
Algunas veces me ha pasado que vas al cine y ves una buena película, muy buena, pero ese día no era la película que esperas ver, eso recuerdo que también me pasó con "Sin Perdón", y creo que le pasó a mucha gente.
Con el tiempo, tu mismo la reivindicas, en el caso de la de Eastwood pasó poco tiempo para que se convirtiera en una obra maestra imprescindible, En cambio con este "Master and Commander" parece que todavía no se ha reivindicado suficiente.
Es sencillamente maravillosa. Sin historia de amor, sin pasiones, sin grandes acrobacias, consigue que te sumergas, o mejor dicho, navegues al otro lado del mundo como un miembro más de la tripulación, que no es que sean actores, es que son verdaderos navegantes del Siglo XIX.
Peter Weir es el mejor director ecologista/naturalista que ha dado el cine de ficción, con permiso de Werner Herzog, y es único en captar ambientes. La relación de personajes, La amistad. Los diferentes rangos de la tripulación. La maldición de Jonás. Todos las subtramas son excelentes.
La factura técnica es impecable, la: fotografía, sonido, producción, efectos especiales.
Una superproducción en toda regla, con un nivel impresionante, al servicio de una narración prodigiosa.
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Con el viento en las velas
Master & Commander huele a mar y sabe a sal, el viento reseca la piel y el oleaje hace crujir las cuadernas del barco. En la cubierta se respira pólvora y sudor, y la sangre y el agua dificultan el equilibrio. Master & Commander es realismo, es una bodega llena de ratas y piojos, de brazos amputados, cuerpos mugrientos y trabajo duro, todo ello condicionado por la estrechez de los espacios. También es candidez clásica, no reniega de El Capitán Blood (1935) ni de Rebelión a bordo (1935), la mayoría de los personajes rezuman honor, lealtad y vitalidad, y el principal, Jack "el Afortunado" Aubrey (Russell Crowe) se presenta como un capitán muy paternal, afable por las buenas y severo, sin un ápice de crueldad, por las malas.

Por otra parte, es una película de dualidades. Nuestro barco, la fragata inglesa "Surprise" persigue al "Acheron", un barco francés de la marina de Napoleón que dobla en hombres y potencia de fuego a la "Surprise". Dentro de ella tenemos a nuestros protagonistas, el ya mencionado Capitán Aubrey y su mejor amigo el Doctor Stephen Maturin (Paul Bettany). El primero es un hombre hecho a la mar, recio, disciplinado y con una educación militar. El segundo es científico, amante de la naturaleza, con ideas anarquistas y enemigo de la jerarquía. El roce será evidente y cada vez más acusado a lo largo de la película, pero tendrá su tregua gracias a una pasión que los une, tocar en sus ratos libres el violonchelo y el violín. Además, tendremos una tripulación curtida e inspirada por el ardor guerrero, pero a su vez temerosa del mal fario y de que aparezca entre ellos un gafe que atraiga tormentas, arrecifes o calma chicha, un Jonás según el credo del marinero.

Durante la cacería, tendremos como excusa el reabastecimiento de provisiones para desembarcar en unas de las islas más singulares y bellas del mundo, las Islas Galápagos, y mostrarnos sus virtudes a modo de documental: su orografía volcánica, tortugas gigantes, iguanas marinas, pinzones y otros especímenes únicos.

Es una película fiel al cine de aventuras, adulta y seria, que no cae en concesiones para la masa como la estrenada el mismo año, Piratas del mar Caribe (2003) y sus posteriores secuelas , sin historia de amor metida con calzador ni chiste fácil y atenta a otras cuestiones, como mostrar la dura vida a bordo o los peligros que esconde el mar. En definitiva, una película que mantiene la esencia del cine de aventuras de buena calidad sin perder por ello una pizca de entretenimiento. Todo un clásico no reconocido del cine moderno.
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11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una magnífica película pero sin coherencia argumentativa
La primera vez que vi "Master and Commander" tenía un trancazo tremendo que tenía mis facultades mentales muy mermadas, por lo que asumí que no estaba en condiciones de juzgar la película como se merecía, y por tanto el problema de que no me acabase de gustar era mío.

Ahora que la he vuelto a ver (y disfrutar, pues el film es muy disfrutable) sigue habiendo algo que no me cuadra (o es que todavía no tengo yo dichas facultades mentales respuestas del todo). Y es que me da la sensación de que la película tiene un guión que rompe todos los esquemas que debe tener un buen guión, es decir, un inicio, un desarrollo y un desenlace. En esta película no. Aquí ocurre lo mismo todo el rato, no hay desarrollo, no hay desenlace, todo es una sucesión de las mismas aventuras e historias. Por tanto no me parece que sea una película resolutoria.

Tengo entendido que está basada en varias novelas del mismo autor, eso explicaría que sea tan plana y repetitiva en su estructura, pues crea tal mezcolanza argumental que acaba por desorientar, y es que el flojo guión no ofrece muchas oportunidades donde lucirse. Aunque claro, eso sí, es un espectáculo cinematográfico de tal magnitud (imágenes, fotografía, sonido, efectos especiales, interpretaciones, etcétera) que acabas disfrutando aunque el argumento sea francamente pobre.

Yo como espectador cinéfilo lo agradezco, pues ante todo quiero disfrutar con una película de aventuras bien hecha, y Peter Weir lo consigue de sobra con este "Master and Commander", pero puestos a mejorar y a hacer un film impecable ¿por qué no pulir ese guión hasta darle una coherencia argumentativa que tanta falta le hace? El resultado de no hacerlo es que consigue excitarnos mucho visualmente, pero no intelectualmente, y es una pena.

El Despotricador Cinéfilo
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10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡Qué tiempos vivimos!
La película funciona por sí sola pero si además conoces las aventuras de Jack Aubrey, el afortunado, Master and Commander es sobre todo un acierto pleno del ambiente que creara Patrick O´Brian en lo referido a la vida en un buque de guerra de la Armada inglesa, a finales del s XVIII y principios del s XIX.

Queda exenta la vida en tierra, no hay referencias a la familia del capitán Aubrey ni al origen de la amistad con Stephen Maturin (descrito en las novelas como un hombre bajito). Médico de origen catalán le une al capitán la amistad, la aventura, la música y la guerra contra España ya que actúa en alguna ocasión como espía, siempre en aras de la independencia de Cataluña.

El caso es que si alguna vez uno se había hecho una idea mental del capitán Aubrey, con Russell Crowe se puede formar una completa del todo porque es increíble lo acertado que está con el personaje.

No se olvida la película de su vieja guardia: Killick, Bonden, Pullings…

Y esos términos navieros en uso: gavieros a cubierta, tensar la mayor, etc. Y por último señalar que esta película produce la agradable sensación de apreciarla más si la vuelves a ver. Muy fiel al espíritu de combate y valentía de los hombres de mar.
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13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tormentas y batallas.
Basada en varias novelas de Patrick O´Brian, se centra en el período de las guerras napoleónicas, en este caso en las batallas de un navío inglés frente a los buques de guerra franceses. Por supuesto, Crowe es el capitán/héroe del navío británico y comandará magistralmente a su tripulación para seguir defendiendo el honor de Inglaterra al otro lado del mundo... Es un buen espectáculo, de eso no hay duda, precocinado para calentar en cualquier momento, que presenta amenamente la vida cotidiana marinera (el mejor personaje e interpretación es el del médico, incorporado por Bettany). Tiene un gran despliegue técnico y Weir logra un film a la altura de su notable trayectoria: la mezcla de tormentas y batallas solapada al intimismo de los personajes da como resultado una épica muy tragable.
Muy atractiva la parte de las islas Galápagos. Un entretenimiento recomendable, que habría firmado el mejor Ridley Scott.
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