arrow

25 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Ligar en Corea
En la primera imagen de "Right now, wrong then" vemos a una chica cruzando el umbral de un palacio antiguo que muestra en su fachada el "taijitu", el diagrama del yin y el yang; un brusco reencuadre nos muestra que esa imagen era en realidad subjetiva: nuestra mirada se superponía con la de un hombre que está mirando a la chica. Luego sabremos que ese hombre (Jeong Jae-yeong) es un director de cine que ha acudido a una ciudad de provincias a presentar una película, pero se ha equivocado de día y no tiene nada que hacer durante el resto de la jornada.

Al cabo de un rato, decide entrar él también en el palacio, donde en un patio llamado “de las bendiciones” encontrará a la chica después de echar una cabezada, como un sueño materializado.

La leve y geométrica trama se desenvuelve en torno al posible ligue del director. Con más o menos timidez y temor al ridículo, estas cosas suceden igual en todas partes: él invita a la chica a un café; luego ella lo lleva al taller en el que pinta; él la invita a un restaurante, donde bebe más de la cuenta y trata de que ella haga lo mismo; y ella lo lleva a una reunión con un grupo de amigos; finalmente, él la acompaña a casa, donde ella vive con su madre que la espera bajo la sombra de una gran figura dorada del Buda (según wikipedia, la ciudad de Suwon, en la que la acción tiene lugar, es conocida tradicionalmente en Corea como la “ciudad de la piedad filial”); al día siguiente, asistimos a la presentación de la película por parte del director, y a su marcha de la ciudad.

Entonces la película se interrumpe y vuelve a comenzar: vemos de nuevo el título y la música que lo acompaña; Kim Min-hee vuelve a entrar al palacio, nuevamente seguida por la mirada de Jeong Jae-yeong; aunque el plano es ahora ligeramente distinto, asimétrico. La segunda parte es como la segunda estrofa de un poema que mantiene los elementos de la primera, con sutiles variaciones en los diálogos, situaciones, puntos de vista... El primer cineasta que repitió una misma escena en diferentes versiones fue Ingmar Bergman, al final de "Persona", que se estrenó hace ahora 50 años: el procedimiento dista, por tanto, de ser nuevo, pero el cine ha avanzado tan poco desde entonces que sigue llamando la atención.
[Leer más +]
39 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Ni ahora, ni antes, ni nunca
¿No querías caldo? Pues toma dos tazas. Presenciamos el encuentro fortuito entre un cineasta y una pintora. Se gustan, se atraen, se cortejan, se demoran en diálogos eternos e insustanciales, se acercan y se alejan, se dilatan en el tiempo aunque saben que el tiempo es limitado y las posibilidades casi nulas, porque él habrá de volver a la capital y ella se quedará atrás en la ciudad en que se conocieron por azar del guionista. Todos los pormenores del galanteo torpe, fallido y obtuso apenas abarcan 24 horas. Podría haber dado lugar a una película interesante, pero nos encontramos ante un engendro repelente e infecto que se hace interminable y produce hastío, desinterés y apatía en el sufrido espectador que se revuelve asqueado en la butaca, sin saber si abandonar la sala de proyección o ciscarse en los críticos que creyeron ver una obra de arte y lo proclamaron sin pudor ni mala conciencia a los cuatro vientos.

Y tras una hora de proyección, asistimos a un posible desenlace… para volver a visionar la misma historia pero con toscas y arbitrarias variaciones. Las meteduras de pata se vuelven aciertos, la pantomima se vuelve farsa, el desamor se vuelve enajenación amorosa, el disparate se vuelve largometraje. La idéntica historia contada de dos formas diferentes (¿y por qué no tres, cuatro o más variaciones?) para suplicio y martirio del anonadado espectador que no da crédito ante tanto despropósito abusivo y veleidoso. Porque no es sólo que la trama carezca de todo interés, que los personajes resulten antipáticos e insoportables, sino que el estilo machaconamente plano, tedioso y largo del director se vuelve una refinada tortura incompetente. Los planos secuencia que jalonan el metraje son chatos y romos y se convierten en una galería de fotos fijas sin ritmo, sin garra, sin enjundia. La combinación caprichosa e inepta de planos fijos y zooms de diletante produce vergüenza ajena y hartazgo.

No hay sofisticación ninguna en el relato ni en la forma de darle ¿vida? Todo se desarrolla exangüe e irritante y se prolonga más allá de lo insufrible. Se puede divagar y filosofar sobre el significado último de la narración, de sus interpretaciones posibles, pero es tan sólo puro onanismo de cartón piedra revestido de falso oropel de trascendencia jactanciosa. Es la típica baratija de festival de cine que recibe el aplauso atronador de los sesudos críticos pedantes y encuentra el rechazo justificado del público, que ve lo que hay, es decir, que no se ofrece nada. Un pretencioso petardo fétido.
[Leer más +]
53 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El notable intimismo de Sang-soo
El cine de Hong Sang-soo da la sensación de estar plagado de casualidades, pero en realidad todo está medido al milímetro. En la película que le dio el salto internacional necesario, titulada En otro país, utilizaba a la gran Isabelle Huppert y el color de sus vestidos para narrar tres historias diferentes con los mismos personajes excepto el de la actriz. Allí ya describía con precisión las relaciones que surgen de los encuentros azarosos, especialmente cuando en ellos interviene la clásica introversión de los nativos del lejano oriente. Una vez ideado lo que quiere contar y, acompañado de una buena fotografía, el director coreano juega entonces con los elementos técnicos, haciendo zooms para resaltar a los protagonistas de la escena cuando la situación así lo requiere o barriendo la cámara para un lado si lo importante está en otra zona.

Todo esto lo vuelve a poner en práctica en su última película. Right Now, Wrong Then, ganadora en el pasado Festival de Locarno, describe el encuentro de un director de cine y una joven pintora amateur en una especie de lugar de meditación con diseño de la época feudal. Aunque la timidez está presente en ambos personajes, es el hombre quien ostenta la voz cantante, dirigiendo los designios de lo que será un día juntos. Pero la cosa no acaba ahí, ya que Sang-soo le da otra vuelta de tuerca a la historia exprimiéndola desde una segunda perspectiva donde, como bien reza el título, pretende que los protagonistas corrijan su personalidad.

En Right Now, Wrong Then, la pericia del cineasta coreano a niveles de escritura cobra aún más relevancia, puesto que son pocas las escenas y muchos los diálogos que la película tiene que afrontar. Pero la gran mayoría se resuelven de una forma tan pura, tan íntima, tan agradable y a la vez tan sumamente acorde a lo que pasaría en la realidad que el tiempo parece que pasa rápidamente aunque Sang-soo deje la cámara posada en el mismo lugar durante varios minutos. Cada uno de los protagonistas atrapa por sí mismo. Sólo conocemos su historia por lo que ellos nos cuentan sin saber si esta es verdad o mentira, pero la habilidad del coreano (y, por supuesto, las interpretaciones de Kim Min-hee y un genial Jeong Jae-yeong) para no resultar cargante es decisiva a la hora de lograr credibilidad.

La tarea de recontar la historia tampoco parece ser problema para el director, que recicla los elementos justos para que se asiente sobre las mismas bases que su precedente sin perder agilidad. Esto se demuestra en realizar no pocos cambios en el escenario (tanto por la presencia/ausencia de objetos o personajes como por la propia posición de la cámara) que apacigüan al espectador cuando este comienza a preguntarse si le van a dar la brasa con el mismo asunto. Y, aunque es inevitable que exista cierta fatiga en el relato, la verdad es que Sang-soo sortea muy bien la situación. No en vano, algunos diríamos que la película se acaba en un momento tan genial que deja ganas de más, pero lo cierto es que el cineasta mide demasiado bien los tempos como para alargar innecesariamente una historia.

Así de recomendable es Right Now, Wrong Then, una cinta cuyo magnetismo no se basa sólo en los devenires románticos de una improvisada pareja, sino la belleza narrativa de Hong Sang-soo al mostrarlo en pantalla. Una obra tan fácil de digerir como difícil de analizar por completo, con un estilo muy definido pero que al mismo tiempo invita a aquellos nuevos espectadores que deseen unirse al lirismo del coreano. Una estupenda película que sabe hacernos sentir y meditar, dos factores muy importantes en el cine y que, por suerte, en determinados films consiguen ir de la mano.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
53 Festival Internacional de Cine de Gijón
[Leer más +]
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Título feo, película bonita
Película del director coreano Hong Sang-Soo bajo el formato de comedia romántica pero que rezuma autenticidad y originalidad por los cuatro costados. Cuando uno piensa en una comedia romántica se imagina un tipo de película que tiene muy poco que ver con lo que aquí nos muestra el director coreano. No es que no sea una comedia romántica al uso, es que ni siquiera es una película al uso. Es algo distinto.

Está dividida en dos partes más o menos iguales, de una hora de duración cada una de ellas. O quizá no. Tal vez es la misma película contada dos veces, con dos desarrollos distintos. Se cuentan los mismos hechos, en los mismos lugares y con los mismos protagonistas, pero cambiando algunos detalles. Pequeños detalles que hacen que las historias terminen siendo totalmente distintas. Esta estructura narrativa le aporta una gran originalidad al film, lo que, junto a unos toques de humor y grandes dosis de ingenio, terminan por conformar una película a la que cuesta encontrar parecidos con algo.

No obstante, esta película no es para todos los paladares. El hecho de que la historia se repita con diferentes matices, y que no quede claro el motivo, puede no gustar a algunos espectadores. Además, el ritmo es asiático, es decir, pausado, con mucha cámara fija y diálogos algo largos. A mi personalmente, ambas cosas me gustan. Es más, adoro este tipo de películas ya que son de esas que ganan mucho en tu interior con el paso de los días. Pero también entiendo que haya gente que le coja atravesado y se les haga pesada. Por si acaso, recomiendo no ir a verla a la hora de la siesta.

“Ahora si, antes no” es una película pequeña, austera, con pocos intérpretes, con muy bajo presupuesto, que no necesita grandes alardes, ni intérpretes famosos, ni una rimbombante producción, ni grandes dispendios publicitarios. Tiene mucho más que eso: tiene una historia, un buen relato contado con inteligencia, repleto de creatividad y atrevimiento. Tiene belleza y rompe moldes. Para todo eso no hace falta mucho dinero sino algo más difícil de encontrar: talento.

Otro punto fuerte de la película es el realismo que desprende. Se respira naturalidad. Es creíble. No es como esas comedias románticas norteamericanas, ese cine tramposo y facilón. Aquí todo parece de verdad. El amor es real, traspasa la pantalla. Hay toques de humor que se agradecen, pero también rebosa tristeza, sobre todo en la parte final. Y mucha ternura.

Se que voy a encontrar muchas voces contrarias a mi criterio sobre esta película. Vendrán los adalides del dinamismo narrativo, de la inmediatez, de los movimientos de cámara. Me dirán que se aburren. Pues bueno, qué le vamos a hacer. Para mi la película es un prodigio de pulso narrativo, un ejercicio de estilo, una lección de la composición de los personajes y una demostración de sensibilidad cinematográfica.

Los dos intérpretes principales (y casi únicos) son otro gran punto a favor de la película. Su trabajo es magistral. Ambos están perfectos, difícil mejorar su aportación, pero si hay que elegir me quedo con el protagonista masculino, Jeong Jae-Yeong, sencillamente una interpretación legendaria la suya.

Como digo, película que no deja indiferente. Unos se dormirán, otros se enamorarán perdidamente de este film. Yo estoy en el segundo grupo. Me ha encantado. Todo lo que cuenta es absolutamente cotidiano y sin embargo me tuvo embelesado durante las dos horas que duró. Admito que hay ratos que son un poco difíciles de seguir con tanta parsimonia, pero curiosamente tras dos horas de película, se acaba en un momento mágico en inolvidable que te deja con ganas de más.

Magnífica película, todo un descubrimiento. De las que te hacen sentir cosas. Que te invita a reflexionar sobre la importancia de las pequeñas decisiones, del azar y de las segundas oportunidades. Recomendable para todos aquellos que busquen algo diferente, quienes tengan el alma sensible y gusten de saborear el arte en lugar de engullirlo.

https://keizzine.wordpress.com/
[Leer más +]
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Mucho tiempo dedicado para contar nada
La idea de contar dos versiones sobre una historia básica pudo haber resultado en una buena película. Sin embargo, nos encontramos con una realización en la que los diálogos carecen de coherencia con los hechos, se dedica mucho tiempo a mostrar situaciones absurdas o ridículas que no hacen al relato (como la visita a los amigos) y todo se desarrolla con una lentitud por momentos tediosa y por otros exasperante. Finalmente, la falta de contenidos, hace que lo visto resulte inentendible.
El cine coreano ha producido películas lentas y con pocos diálogos, entre ellas "Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera" (de 2003, dirigida por Kim Ki-duk), una joya del cine a nivel mundial, pletórica de mensajes trascendentes. Muy lejos de ésto se ubica la película que nos ocupa
[Leer más +]
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Breve encuentro coreano
Sencilla, urbana, intima y plena de naturalidad. Así es la nueva película escrita y dirigida por Hong Sang-soo, una propuesta que ensalza el poder positivo de la sinceridad en las relaciones humanas además de proponer un viaje intimo al subconsciente individual de cada espectador. El film narra un día en la vida de Ham Cheon-soo (Jae-yeong Jeong), un conocido director de cine que se encuentra haciendo tiempo antes de su ponencia y su casual encuentro con Yoon Hee-jeong (Min-hee Kim), una pianista amateur. Con apenas cuatro o cinco planos fijos, planos secuencias y algunos zooms mas propios del giallo setentero que de una 'dramedia' coreana, Hong Sang-soo encierra a sus dos protagonistas, casi literalmente, en el plano y los fuerza a hablar entre ellos, a descubrirse en un marco de incomparable naturalidad inicial sin desviar la mirada a ningún otro lado, en este relato no importan las puestas de sol, en esta historia hace frió y los personajes se emborrachan, lo que importa son ellos y lo que nos transmiten sus palabras termina definiendo nuestra idea de sus personalidades. Ella empezando el camino y el disfrutando de una noche en el. Así de sencillo o...así de sencillo lo hacen parecer Min-hee Kim y sobre todo Jae-yeong Jeong, dos protagonistas en un estado de gracia que provoca la duda de si existe un guión previo o todo es fruto de una improvisación basada en dos o tres simples pautas nada mas, sus personajes se hacen creíbles, humanos y por consiguiente es muy facil quererlos a ambos. 'Right Now, Wrong Then' es la película por la que te pueden colgar la etiqueta de gafapasta pasta o critico de naftalina porque realmente no ocurre nada mas que un día en la vida de dos personas desconocidas que se cruzan y deciden entablar una simple conversación que les lleva a tomar algo juntos, quiero decir que no es la película que uno sueña ver un domingo después de comer si no es con un café cargado al lado pero, ahí precisamente es donde esta todo su encanto, en la forma que su director nos cuenta este momento puntual en las vidas de un director y una pianista. No para un domingo después de comer pero si para una mañana lluviosa entre semana. La producción esta divida en dos partes de exacta duración y casi idénticos planos que son a las que hace referencia el titulo, un juego de palabras y montaje que el realizador coreano propone a sus espectadores para mostrar como pueden cambiar las situaciones dependiendo de nuestro grado de sinceridad ante las personas con quienes conversamos, amamos o simplemente coincidimos un día, que el dolor causado por la verdad es temporal (opinión sobre el cuadro) y mas positivo que la mentira adornada. En su vigésimo film Hong Sang-soo se une a sus habituales de nuevo, Jeong Yong-jin en la partitura y Park Hong-yeol en la fotografía, para narrarnos una historia moderna, urbana, cómica por momentos y muy intima, complice, capaz de hacernos sentir identificados en algún momento u otro, los diálogos contienen toda la miga narrativa para ayudarnos a entender lo que se nos quiere contar y junto a contados detalles visuales para diferenciar ambas partes y personalidades como bien puede ser el rojo de la pintura para la pasión de un director cegado por la belleza de una musa y el verde para la esperanza de la sinceridad. Veo 'Right Now, Wrong Then' como una versión urbana y actual de la británica 'Brief Encounter', de la primera parte de la trilogía de Linklater e incluso de 'Lost in Translation' pero sin un final tan apoteósico. A los que termine gustando 'Right Now, Wrong Then' les recomiendo la única que he podido ver de este director hasta la fecha, 'Book chon bang hyang (The Day He Arrives)' de 2011, un film por el que muchos le apodaron, el 'Woody Allen coreano'.

Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com.es/2016/05/right-now-wrong-then.html
[Leer más +]
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Ahora no y antes tampoco
Esta es la típica película que o te parece una obra maestra o te parece un tostón, sin término medio. Como tengo que decidirme por una de las dos opciones, va a ser la segunda.
Y que conste que a priori la idea del guión es buena. Contar con dos versiones distintas (según la diferente actitud de mentira o sinceridad de su protagonista) la historia de un director de cine que acude a una ciudad a presentar su última película y que conoce casualmente a una chica pintora y entre ambos surge una cierta atracción.
El razonamiento, lo explico en el "spoiler".
[Leer más +]
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Cuando nosotros somos dueños de nuestras actuaciones y sentimientos...
El 'leit motive' puede sugerirnos que las circunstancias o la actitud marca toda nuestra vida, nuestras actuaciones son el Sino final, el tangible. A priori el cansancio es visible en una cinta que juega con los personajes cuan demiurgo, al antojo de la gracia o de los sentimientos. Un guión duplicado para un momento vital crucial. Desde la supuesta extrapolación de ideas el director nos sumerge en la dudosa intención de lo correcto o lo menos correcto, sin saber que la personalidad de los personajes son moldeables a su antojo, unas licencias interpretativas que no merecen la asepsis del espectador. Las interpretaciones destacan, con unos protagonistas sensibles y empáticos, con un flujo de comunicación más gestual que personal. El abuso de los zooms, que ayuda a remarcar las circunstancias, crea en el espectador una sensación de fábula poco real, que no se acompaña de otros recursos, como la música ni la fotografía.
[Leer más +]
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Dos formas diferentes de afrontar la vida
Vivimos en una sociedad donde se tiende a destruir la personalidad del individuo. Continuamente proyectamos información sobre nosotros (algo que ha llegado a su máxima con el auge de las redes sociales) construimos un “yo ficticio”, con el objetivo de encontrar la aceptación. Actuamos intentando amoldarnos al entorno social con el fin de obtener su aprobación, aunque esto en ocasiones signifique negarnos a nosotros mismos. El miedo al rechazo, la búsqueda por el reconocimiento nos impulsa a fabricarnos nuestra propia careta, pero está termina por desvanecerse con el tiempo dejando al descubierto el verdadero rostro.

Hong Sang-Soo invita al espectador a reflexionar, a través de un encuentro fortuito entre un director de cine y una pintora. Una obra donde el espectador es empujado de forma continua a analizar cada palabra y mirada de los personajes. Premiada en el Festival de Gijón y Lorcano a la mejor película y mejor actor. Ahora sí, antes no propone un juego, una película dividida en dos partes; con un preciso guion que permite mostrar dos realidades distintas de un mismo encuentro. Permitiendo al espectador descubrir la necesidad de ser sinceros en una sociedad, donde se tiende a proyectar imágenes distorsionada de uno mismo.

La película presenta al director de cine Chun-su que ha viajada hasta Seúl para presentar su última obra. Llega con un día de antelación y en ese periodo de tiempo conoce a una tímida pintora. El film transcurre en 24 horas donde se consigue diseccionar la personalidad de Chun-su, a través de sus conversaciones con Hee-jung. Con un enfoque naturalista Hong Sang-soo acerca, poco a poco al espectador, a descubrir los lazos que se establecen entre ambos personajes desde el primer momento. Se puede observar cómo se van construyendo las imágenes que ambos personajes proyectan de sí mismos y como con el tiempo estas imágenes comienzan a diluirse en la medida que la relación avanza. Poco a poco se fuerza más la personalidad del director, poniéndolo en contradicción con aquello que dice hasta dejar al descubierto sus intentos de contentar a Hee-jung. Terminando en una ruptura de la relación, debido a que está se construyó sobre una base de falsa.

A continuación, una cortinilla da entrada a la segunda parte de la obra donde Chun-su recibe una última oportunidad para asentar los inicios de la relación, sobre una base sólida. Un reflejo de la misma historia, pero con una diferencia, el personaje se ha deshecho de su máscara y en esta ocasión sus palabras son sinceras, aunque estas puedan ofender a Hee-jung. Con ciertas técnicas del documental y preciso zoom de cámara, Hong Sang-soo nos introduce en el interior del personaje, esta vez, sin un falso maquillaje. Consiguiendo ganar la empatía del espectador y de la pintora. Porque siempre es preferible una verdad dolorosa, a una mentira descubierta. Al menos la verdad es una forma sólida de generar lazos, mientras que la mentira tarde o temprano termina por romperse.

No he podido evitar recordar la obra de Alain Resnais Smoking / No smoking donde la decisión de fumar un cigarrillo o no fumarlo desarrollan dos tramas completamente distintas. En este caso la decisión de Chun-su de intentar impresionar a Hee-jung adoptando una personalidad oportunista provoca una respuesta totalmente distinta a la que el personaje espera. Mientras que la decisión de ser sincero y mostrar su verdadera personalidad, consigue entablar entre los dos personajes una relación de respeto mutuo. Una obra cuidada al detalle que nos permite observar desde el exterior, como nos relacionamos y como erramos al intentar aparentar ser lo que no somos. Una grata experiencia dejarte llevar por la cámara de Hong Sang-soo.

Alejandro García - http://www.cinemaldito.com/ahora-si-antes-no-hong-sang-soo-2/ - @NoTodoEsUSA
[Leer más +]
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Ni ahora, ni antes
Bodrio coreano, soporífero, con personajes pordioseros, vestuario lamentable sacado directamente de un bazar de ropa descatalogada y escenarios deprimentes de barrios pobres y callejuelas mal construidas sin urbanismo. Bajo estas premisas se nos presenta un drama romántico, que no tiene drama ni es romántico sino que acaba siendo deprimente y desagradable. Sigue en el spoiler.
[Leer más +]
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Tomadura de pelo
Las buenas críticas y la idea de presentar una misma historia con distinto resultado en base a un sustancial cambio de actitud del protagonista, me pareció atractiva, pero tras sufrir las 2 horas largas que dura este truño inclasificable, he llegado a la conclusión de que ni siquiera ha existido nunca esa idea. Ni idea, ni guión, ni historia. Mi impresión es que el director ha rodado una serie de secuencias, sin apenas guión y con diálogos totalmente improvisados y luego las ha montado como le ha dado la gana. De ahí las continuas frases contradictorias, los diálogos banales, sin el menor interés, la ausencia de un hilo conductor y la constante sensación del espectador de estar siendo víctima de una monumental tomadura de pelo. Me pregunto si los críticos supuestamente profesionales la han visto de verdad y entera, o habrán hecho como Fernando Colomo, miembro del jurado en la última edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que entró a ver la fantástica Magallanes a mitad de la película. Creo que algunos, ni eso, han debido elaborar su "crítica" de oído o bajo los efectos de alguna sustancia enajenadora...
[Leer más +]
10 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Todo al mismo tiempo
[SPOILER] El deseo, el presente, el sueño, el futuro, el recuerdo, el pasado, la desinhibición y percepción a través de la borrachera nos hablan todos de la MENTE, la engañosa mente. El cuerpo y el espíritu como un todo pueden ser mostrados con autenticidad, así como lo falso y lo torpe del comportamiento social. Representar lo patético del deseo, representar la mente jugando con nuestra alma. ¿Pueden todos estos conceptos enseñarse con el mismo tratamiento en la puesta en escena? Es este el gran juego que propone una y otra vez nuestro querido director de Corea del sur. No solo pone a un mismo nivel todas estas percepciones de la mente sino que también quiere que el espectador lo perciba todo al mismo tiempo.

Hong Sang-soo se mueve sobre terreno conocido para explorar desde lo banal de cualquier acto físico a lo etéreo de la vida que se posa sobre ellos. Con unas ideas que podría decir que son como moverse dentro de escalas musicales y sus escalas asociadas, (como son la cuarta y la quinta, o cambiar de escala menor a mayor respetando los sostenidos y los bemoles), sus películas me recuerdan bastante a las reglas de la armonía musical. Y todos los músicos saben cuán lejos se puede llegar con conocimientos de armonía y cuánta música se pueden hacer dentro de esas reglas, Hong Sang-soo con sus bases repetidas puede ir cada vez más a fondo y pulir algo que muchos otros no han siquiera intentado rozar.

La nueva película de Hong Sang-soo es esto, una pequeña joya ligera que no se te escapa de los dedos, es imposible no verla hasta el fondo y eso la convierte en una experiencia completa, quién conoce su cine sabe de qué va, pero ni la expectativa ni la predecibilidad pueden superar la experiencia de ver Right Now, Wrong Then. No hay piloto automático, no hay inercia, hay siempre búsqueda hacia eso que solo puedes saber que tienes mientras lo estás registrando.

Contar su premisa central, es de lo menos interesante de la película. La película se compone de un mismo relato contado dos veces con variaciones, hay quienes ven claramente que las dos variaciones sobre unos mismos diálogos, locaciones y personajes hablan de la posibilidad de ser sincero (la segunda vez que nos cuentan la historia) y la posibilidad de ser falso (la primera) en el encuentro y deambular de sus protagonistas mientras están juntos. Yo he visto otra cosa, pero es que el autor es lo que quiere conseguir con cada una de sus películas:

“Mis películas se construyen sobre situaciones muy concretas, pero no buscan deliberadamente transmitir ningún mensaje. Quiero que provoquen reacciones individuales, muy diferentes las unas de las otras”.

Lo que más me ha llamado la atención del tratamiento de la historia es cómo los personajes son desdibujados, el simple hecho de cambiar la emoción de un personaje lo convierte en otro, su visión del mundo cambia y entonces él también cambia, es un cambio en apariencia sutil, pero esa sutileza sencillamente lo cambia todo. Poner como premisa a dos personajes que son totalmente desconocidos el uno del otro es un recurso práctico para la presentación de personajes pero también da el juego de que pueden relacionarse de cualquier manera, es tan rotundo ser honesto como ser falso en un contexto como ese. Los diálogos están muy estudiados, es por eso que pueden perderse y encontrarse en la improvisación, la libertad atada de esos diálogos, así la línea narrativa a veces sigue su rumbo mientras que otras cambia y podrían haber muchas más variaciones en el vínculo que se construye entre ellos y por tanto lo que se vuelve acción y suceso, pero es muy inteligente cómo también Hong Sang-soo se preocupa de la ligereza que sus películas tienen que poseer, tanto en su tratamiento como en su duración.

Para resumir, la cantidad de elementos que consigue transmitir son para sacarse el sombrero: hay metacine, hay juego en la estructura, hay juego en la ficción, hay juego en representar lo patético, autoconocimiento y sentido del humor más que risas. Una película imprescindible y llena de sabiduría. [FIN DEL SPOILER]

https://fantasmaswordpresscom.wordpress.com/
[Leer más +]
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La estructura
"Si tuviera que tenerlo todo planificado antes de empezar a rodar, hacer películas sería muy aburrido. Me sentiría como un albañil".

Sang-soo apostilla que si se topa con algún bar o algún restaurante que le sugiere algo, pide permiso al dueño para rodar allí. Comenta que le gusta beber; por eso, a menudo sus personajes brindan con licor de arroz, y lamentan en sus resacas lo que tuvo lugar en sus ebriedades. Tiene una clara predilección por el emplazamiento y el relato cotidiano. Sus personajes hablan de manera descreída y mundana, como en Ozu; y se comportan, al modo de F. Heider, como 'científicos ingenuos', intentando elucubrar.

En su espontánea y humilde sinceridad yo diría que esconde una pequeña mentira. Su trazo de caligrafía es diáfano y franco; pero, por la constitución (des)organizadísima de sus relatos, que cruzan líneas temporales reales e hipotéticas, plausibles y soñadas, es un auténtico 'estructuralista', y juega como un científico, mezclando soluciones químicas.

Veo, en su Cine, aromas particulares.

1. El azar. En 'The day he arrives' (2011), un personaje diserta sobre las veleidades del destino y, a grandes rasgos, asegura que la certeza de lo que eventualmente ha ocurrido (y ya inmutable, por real), no impide que haya todo un universo de posibles que también podrían haber sido. La evidencia de lo que ya estamos viviendo y, por ello, existe, nos cobija de la ferocidad de un caos de causas posibles y de consecuencias onerosas que, de abrumadoras, paralizan. En ese caso, la realidad toma forma de 'ordalía' psicológica; una prescripción formulada como inquebrantable y única cuando, en realidad, no lo es.

2. El amor perfecto como entelequia esquiva, en ese marco de azares caprichosos. Sang-soo niega la influencia, pero las brisas de Rohmer se perciben con mucha fuerza.

3. El plano fijo. Sorprende, en una cinematografía que destaca más por lo efectista y ostentoso, como es la surcoreana. En esa apacibilidad de cámara, cada desplazamiento de foco o zoom revela algo.

4. La auto-referencia, obvia en la figura del 'director de Cine' como "héroe" recurrente de sus películas. "Mis personajes suelen ser directores de Cine porque hablo sobre lo que conozco", apunta Sang-soo, que se divierte enfrentando la idealizada figura del artista a su nimiedad íntima.

5. El relato, como albur. 'Ahora sí,...' es un fehaciente ejemplo. Una historia banal, contada dos veces, con sutiles variaciones. La primera, parece corriente. La segunda también lo parece; pero desemboca en un mar opuesto y, con ello, parece radicalmente diferente. Sang-soo acierta en no explicitar hasta el absurdo ('El efecto mariposa', 2004) la severidad de las posibilidades.

La contingencia de azares es clara, y es en ese abismo de causalidad voluble donde el Cine de Sang-soo vive.

Gracias.
[Leer más +]
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿Excepcional película o bodrio soporífero? Decide tú.
Confieso que, como decimos acá en Uruguay, vengo con viento en la camiseta. Acabo de ver "Ahora Sí, Antes No" y tengo tres certezas:

1) es imposible clasificar esta película y hacer un comentario es una tarea muy esquiva; 2) muchísimos espectadores le caerán con todo: que "aburre", que "no tiene pie ni cabeza", que "nunca vi nada tan horrible antes", y cosas por el estilo; y 3) yo he quedado fascinado.

La historia que transcurre durante 24 horas en las que un director de cine que pretende seducir a una mujer con una charla intrascendente y el cortejo con el que ella responde, está contada con planos larguísimos de cámara fija, con apenas alguna panorámica leve a izquierda o derecha y, en escasísimos planos generales, algún acercamiento con zoom en un paseo por una pequeña ciudad del Corea del Sur.

En ese juego de galanteo aparecen otros personajes que participan de la intrascendencia aparente de los diálogos, y justo en la mitad vuelven a aparecer los créditos con el título del filme y comienza a desarrollarse nuevamente la misma historia, los mismos diálogos, con apenas diminutas variaciones en los planos y en las posiciones de la cámara, y minúsculos cambios en los parlamentos que hacen que el resultado de los hechos sean completamente distintos. Por lo que en definitiva se cuentan dos historias distintas (aunque similares). ¿O tal vez sean dos versiones distintas de un mismo guión que un cineasta luego deberá resolver en la sala de montaje?

Definitivamente hay que tener el bocho muy abierto para poder gustar de esta obra, una paciencia más grande que la de una tortuga y unos ovarios o testículos de oro para soportar, y porqué no también gozar, la levedad de una película absolutamente distinta y genial.

Ah, el protagonista principal tiene una soberbia y memorable actuación.
[Leer más +]
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“¿Qué significa filmar para usted? -No existen las palabras importantes. Son un obstáculo”
“El amor es lo único que importa en esta vida aparte de la cerveza. Si encuentras a una persona a la que puedas amar y con quien puedas compartir tu vida, que en el resto de facetas de tu vida seas un desastre carece de gravedad”. Hong Sang Soo

A Hong Sang Soo le gusta jugar en sus películas con las geometrías narrativas y las repeticiones, en una suerte de arte de la variación –con sobresalientes resultados, véase “El día que él llega” (2011) o “En otro país” (2012) - pero también le obsesiona el azar y de qué manera nuestros caminos discurren en un sentido, del mismo modo que hubieran podido discurrir por otro, tal delgada e imprevisible es la línea que nos separa de otra vida diferente.

Sang Soo lleva en esta película al extremo sus obsesiones ofreciéndonos no una sino dos películas o la doble cara de un argumento análogo. Añade, por seguir con la metáfora musical, una variación “per motum contrario” –“Bien ahora, mal entonces” que complementa a la primera – “Bien entonces, mal ahora”-, ambas con una base argumental casi idéntica: un cineasta –el sempiterno alter-ego de casi todas sus películas- llega a la ciudad de Suwon con objeto de presentar su última película pero llega un día antes de lo previsto y, algo aburrido, trata de ocupar el tiempo lo que le depara algunos encuentros femeninos. Sang Soo nos ofrece dos versiones de la misma historia con ligeras pero significativas variaciones.

Con su característico estilo naturalista –rohmeriano dirán unos, woodyalleniano dirán otros- basado en esas extraordinarias y largas escenas de diálogos aparentemente banales e intrascendentes pero fascinantes, en torno a mesas de cafés o restaurantes, donde tanto se come y tanto se bebe, rodadas mediante largos planos medios de hipnótica atracción, que sirven al prolífico director coreano para mostrarnos cómo el azar y la entropía rigen nuestros destinos y frente al que sólo nos queda sino acomodarnos y disfrutar en lo posible. Muy buena
[Leer más +]
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ahora sí, antes no por Cine de Patio
¿Dónde nos habría llevado la vida si hubiéramos actuado de forma diferente? Esta gran duda es la que aborda este drama de amor japonés a través de una interesante y verbosa pareja de artistas. El llamativo y arriesgado planteamiento es su punto fuerte y débil a la vez, ya que al reciclar por necesidad ciertas escenas y diálogos puede producir cansancio en el espectador aunque afortunadamente consigue revitalizarnos en los correspondientes desenlaces. Actuaciones muy expresivas, ritmo lento con planos fijos y diálogos profundos hacen de esta película toda una rareza dentro del género romántico.

Más mini críticas en cinedepatio.com
[Leer más +]
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sencillamente notable
Recomendable tanto por la historia como por la forma de contarla. Películas en las que "alguien se encuentra con alguien" hay a patadas, pero la forma de transmitirlo, los actores que están geniales, el mensaje que permanece una vez la has visto, hacen que merezca la pena. Para disfrutar del guión y si vas un poco más allá, de la fotografía, los enfoques y...de como hacer cine de calidad.
[Leer más +]
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Hipótesis, lenguaje, estilo
Una reflexión sobre los comportamientos humanos y las reglas sociales. “Ahora sí, antes no” puede parecer dos películas en una, y la gracia estriba precisamente en el contraste entre esas dos versiones de la misma historia. La diferencia entre ellas, básicamente, es que en un relato los personajes actúan reprimidos por las convenciones y el qué dirán, mientras que en el otro se dejan llevar de manera sincera por sus sentimientos y emociones. La conclusión termina siendo clara: los pequeños detalles, cada palabra que se dice o se omite, determinarán el curso de nuestra vida. Porque en la vida siempre hay sólo una oportunidad. Esta idea puede parecer relativamente simple, incluso tediosa al llevarla a cabo, pero en la práctica esta película propone un ejercicio de estilo complejo y enriquecedor. El guión parece medido minuciosamente. El trabajo de los actores termina siendo titánico, por la importancia que Hong Sang-soo concede a cada gesto. Y, sobre todo, la confrontación de situaciones utilizando estructuras narrativas basadas en larguísimos planos fijos (estupenda/s la/s escena/s en el restaurante) nos conduce a cuestionar constantemente el comportamiento de los personajes. Y, con ello, inexorablemente, a plantearnos qué habríamos hecho nosotros en una situación así…
[Leer más +]
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Las diferentes caras del amor independiente
Sang-soo nos ofrece un entrañable romance en el que un director de cine independiente se cruza con una joven pintora y deciden pasar el día juntos. Las acciones más inapreciables que van tomando cada uno de los personajes derivan en consecuencias dispares. Así los protagonistas, según sus gestos, su sinceridad, su conducta o su humor, van transformando el terreno de su relación hasta voltearlo. Sang-soo debate sobre la idea de lo preestablecido, el amor a primera vista o la seducción tradicional.

La película, dividida en dos actos, se cimenta en conversaciones pausadas y planos fijos largos, en algunas ocasiones con zooms extravagantes. La perspectiva de la cámara cambia según se va moldeando la relación de los protagonistas, Sang-soo nos retuerce la visión para golpear nuestros prejuicios, o incluso, para desmantelar lo que ya nos ha mostrado.

Algunas escenas de planos muy largos pueden llegar a ser tediosas, pero el guion consigue recuperar la atención del espectador dando giros bruscos e inesperados.

Audaz producción independiente, de guion humorístico, fuera de convenciones, con actuaciones de valor y una trama que es un vaivén de sorpresas. Una película que demuestra que el cine independiente, aun siendo austero, es de calidad.
[Leer más +]
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
OPCIONES
A pesar de que gran parte de la crítica la considere muy divertida les aseguro que la alegría de la huerta no es este, casi ensayo sobre las posibilidades del cine a la hora de narrar historias y las posibilidades de los seres humanos de labrarnos nuestra propia historia. Como diría Cantinflas: "ahí está el detalle". En esas pequeñas decisiones que nos abren una puerta u otra y nos hacen ser lo que somos o aparentar lo que nos somos.
Reconozco que me he aburrido. Tanta naturalidad me acaba por producir el efecto contrario y todo parece muy ensayado. La ensalzada pareja protagonista sobre todo él, no me inspiran grandes simpatías. Creo que entiendo lo que Hong Sang-Soo propone pero no me entusiasma como lo propone. Basta con visionar otra de sus películas, "En otro país" (2012) con la cual descubrí a este director que me sigue resultando interesante, para, a mi juicio, marcar la diferencia entre las diferentes formas de expresar temas similares. Con relación a la película citada es fácil terminar diciendo que: antes sí, ahora no.
[Leer más +]
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas