arrow

386 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Historias sin final.
A pesar de lo que nos desean mostrar en el cine y la televisión, las estadísitcas no mienten: Estados Unidos tiene el peor índice de éxito en la resolución de delitos. El 85% de los robos, el 66% de las violaciones y el 33% de los asesinatos quedan sin encontrar un culpable. Esto es peor si se tiene la desgracia de vivir en un lugar donde la tasa de resolución de delitos es baja. Concretamente, tienes el doble de posibilidades de sufrir un robo, una violación o un asesinato.

Ebbing (Missouri), por tanto, conjuga la tormenta perfecta: un pueblo del Estados Unidos profundo donde una violación con asesinato lleva un año sin ser resuelta. La madre (una colosal Frances McDormand), harta, decide tomar la iniciativa y publicitar a lo grande la incompetencia policial (o lo que ella entiende por incompetencia). Porque el asesinato de su hija tiene que ser resuelto. Debe ser resuelto. Como sea. La búsqueda de la verdadera justicia es capital.

Y aquí empiezan las sorpresas, porque el reparto no es arquetípico. Todo lo contrario. Huye de buenos, malos, lágrimas y procedimientos policiales. Cada cual está dibujado con una profundidad poco frecuente y siempre al servicio de la historia, desde el sheriff (un estupendo Woody Harrelson) hasta el ayudante (un estelar Sam Rockwell). Lo que es más, la evolución que van sufriendo está trazada a la perfección en un ejercicio magnífico de guion y montaje. Nada chirría. Todos son humanos, buenos y malos. Contradictorios. Cada acción y reacción tiene lógica tanto narrativa como cinematográfica. Está todo en su lugar. La banda sonora, magistralmente elegida, ayuda a situarte en la psicología y en la zona, así como la dirección, que logra hacer fluir todo lo que cada uno lleva dentro hasta parecer que eres tú, el espectador, quien está viviendo el propio drama y empiezas a cambiar tus puntos de vista sobre los personajes una vez llegas a conocerlos, como hacen los propios personajes.

Tres anuncios en las afueras, también, es toda una bofetada al estilo de vida estadounidense. No es eso lo que la hace muy buena. Estoy seguro de que el resto de sociedades del mundo son igualmente penosas, aunque sí es cierto que EEUU presume siempre de ser idílico y alguien les tiene que sacar de vez en cuando de su propio autoengaño. No me intreresa este mensaje, aunque fundamente la psicología de la historia. Me importa cómo refleja la búsqueda de la justicia y cómo reaccionamos cuando no la encontramos; es más, cuando sospechamos que nunca podrá llegar.

No os la perdáis.
[Leer más +]
430 de 503 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
De violencia, gótico sureño, western y "pandillas"
"Three Billboards Outside Ebbing” no sólo resulta fascinante porque retrate a la perfección ese sur profundo, sórdido y salvaje que aún pervive desde Faulkner o el western, sino porque no deja títere con cabeza en ese mapa de personajes prototípicos, todos desquiciados, perdedores y garrulos ya sean policías, amas de casa o dentistas, y porque cierra una trama a la perfección aunque el final parezca abierto.

En una escena magistral, la protagonista (mítica antiheroína desde ya) le explica a un cura por qué formar parte de una “pandilla” te hace también culpable de todos los abusos e injusticias cometidos por otros miembros de esa pandilla, los supieras o no. Si estás con ellos, encubres y callas, entonces los consientes.

En la Zona Spoiler comento mi teoría sobre el crimen que ocupa el tema central del relato, aunque en realidad su resolución no es lo verdaderamente importante sino esa corriente imparable de bajos instintos, venganzas, corrupciones y actos propios de justicia.
[Leer más +]
402 de 453 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Tres maneras de morir
Jodidamente inclasificable. Empezando por encontrar un título para esta reseña, tratar de resumir o de hallar un único denominador al conjunto de sugerencias, temas y circunstancias que rodean a esta cinta se vuelve una tarea titánica e insalvable por su riqueza de contenidos, por su variedad de derroteros que abarca, por su complejidad de evocaciones que sugiere, por su amplitud de miras y porque no resulta fácil resumir en pocas palabras la inagotable pluralidad de significados que va tocando a lo largo de su metraje. A primera vista parece una historia de venganza: el afán justiciero de una madre coraje que necesita a toda costa que se honre la memoria de su hija vejada, violada y asesinada. Pero tras esa áspera superficie de revancha y desquite late la culpa, bulle el yerro, quema la omisión y arde la responsabilidad por no haber protegido a lo más querido, ya por siempre perdido, deshonrado y humillado.

No hay buenos ni malos y eso lo complica todo. O, más bien, los supuestos buenos pecan de negligencia, abuso o arbitrariedad, los supuestos malos no son tan malvados como parecen y los culpables ni tan siquiera hacen acto de presencia. El vacío es el verdadero protagonista de la función, la ausencia de nuestros seres queridos, la dificultad de despedirse de lo que nos carcome, la imposibilidad de dejar atrás lo que nos corroe, la injusticia de querer ser justos en un mundo arbitrario y cruel, la imposibilidad de rematar una faena aunque en ello nos vaya la vida, la memoria, el recuerdo, el amor… Si hubiera respuestas sencillas ante problemas complejos todos saldríamos ganando, pero entonces no estaríamos en la realidad, sino en un mundo fabuloso de hadas y duendes, de encantamientos y leyendas que por desgracia nos es ajeno, extraño e inalcanzable.

Gracias a un guión original que roza la perfección (pergeñado por el propio director, Martin McDonagh) y a un reparto pletórico que encarna sin resquicios ni contemplaciones unos papeles ingratos, ambiguos, deleznables, atroces y egoístas, que abraza a tumba abierta la molesta confusión de la vida y de la muerte: El rostro granítico y desolado de Frances McDormand nos revuelve las entrañas y nos da pavor, la vulnerabilidad de Woody Harrelson nos desconsuela y abate, la garrulería primitiva y racista de Sam Rockwell nos impacta hasta alcanzar una inesperada compasión e indulgencia… Si pudiéramos ponerle coto a la vida no tendríamos que deambular por siempre perdidos y desfondados por las afueras, pero entonces no estaríamos asistiendo a la radiografía del desconsuelo y la futilidad.

Merece la pena dejarse abofetear durante este viaje pedregoso: la recompensa será una indeleble amargura, entre lo tragicómico y lo funesto. Un enigmático portento.
[Leer más +]
151 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La publicidad hay que pagarla
Nominada a mejor guion, mejor película, mejor montaje, mejor banda sonora, mejor actriz y actor principal y mejor actor secundario, y con una nota media de 7.8 en la web, «Tres anuncios en las afueras» es teóricamente la mejor película que podemos ver a día de hoy en las salas de cine.

No quiero ser malvada y no busco hacer saña, pero ¿no se está sobredimensionando un poco? A caballo entre el western, los Coen y Cormac McCarthy, «Tres anuncios en las afueras» nos narra el conflicto entre una madre que ha perdido a su hija y la presión de todo un pueblo de Missouri ante su particular forma de denunciar la impunidad del crimen. Esto, que a primera vista se podría pensar que es lo importante, en el fondo no lo es, solo la excusa, el macgufin para contarnos lo que de verdad le interesa a Martin McDonagh: un alegato a favor del amor y la solidaridad entre las personas.

Para ello hace un retrato de personajes increíble, vamos, que no se cree, en el que volvemos a encontrarnos con el repetido planteamiento de lo que llamaré «evolución mágica». Es decir, que yo hasta hace cinco minutos he sido una persona violenta, con pocos escrúpulos, una tirada de la vida, y cinco minutos después evoluciono a un héroe lleno de amor y de tolerancia hacia el prójimo. Porque sí. Los personajes ambiguos suelen ser fascinantes, pero la gama de grises tiene que perfilarse con coherencia y sentido, tiene que haber relación entre causas y efectos; es una falacia pensar que un psicópata que no ha demostrado nunca sentimientos va a enamorarse o que un racista convencido abrazará a un negro por arte de birlibirloque. Eso son clichés, una prueba de ese buenismo exasperante en el que no se comprende que el mal, que la ira, que la frustración, que los pensamientos políticamente incorrectos están dentro de nosotros, en unos más y en otros menos, y que para extirparlos de nuestra psique y de nuestra alma se necesita mucho más que una carta o que un discursito, por mucho amor que haya en ello.

Así, «Tres anuncios en las afueras», de la que diría que es más comedia negra que drama, está repleta de esa incoherencia, de situaciones y actitudes inverosímiles que lastran el relato. Además de incluir con toda alevosía un discurso feminista en el que las mujeres válidas son cincuentonas, duras, agresivas, independientes y muy badass, y las no válidas tienen diecinueve años, sirven de huida vital y sexual para el varón y son tan bobas perdidas que se enamoran de un viejo maltratador. Este punto en torno a la violencia me parece interesante. Porque quizás el maltrato depende de la percepción, y es muy posible que Mildred (y el guion) perciba que la violencia es solo una manifestación de las personas independiente del género; solo una reacción humana válida en la que gana el más fuerte, una interacción entre iguales en la que ella misma puede a veces ganar o perder.

Mucha publicidad y poco fundamento.
[Leer más +]
359 de 611 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Todo un peliculon
Sin lugar a dudas para mi la mejor película del Festival de cine de San Sebastián, estaba integrada en la sección Perlas ya que había ganado en Venecia el premio al Mejor Guión y en Toronto el premio del público. Merecidamente en Donosti ganó también el Gran premio del público con pocas películas que le hicieran sombra.

Martin McDonagh director de “Escondidos en Brujas”y “Siete Psicópatas” escribió también el guión pensando siempre en Frances McDormand como la protagonista principal, pero ella tenía serias dudas para interpretarlo ya que se veía con 58 años muy mayor para el papel, fue su marido Joel Coen el que le convenció ya que el guión le parecía maravilloso.

Aparte de Frances, estan Woody Harrelson como el jefe de policía, Sam Rockwell, Peter Dinklage, Abbie Cornish y John Hawkes todos ellos en unos personajes muy bien creados y que ayudan a que la película sea redonda.

Filmada en Carolina del Norte, el director de fotografía es Ben Davis (Kick Ass, Los vengadores, Dr. Strange, Guardianes de la Galaxia) , tiene una partitura como siempre magnífica de Carter Burwell.

Un film negro y triste pero a la vez muy divertido e irónico, algo muy difícil de realizar ya que tiene muchos matices y giros sorprendentes. Una película increíblemente buena y que posiblemente se convierta rápidamente en una película de culto para los amantes del buen cine.
Destino arrakis.com
[Leer más +]
133 de 184 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Sí se puede decir más alto y más claro: en un anuncio de la carretera
Es increíble que una película como ésta pueda ser rechazada por comentarios destructivos. La película es excepcional en su montaje, en sus actuaciones, en su dirección, en sus localizaciones, en el tratamiento del guion y en todos los aspectos, la brutalidad que exhibe el inmenso Sam Rockwell es más común de lo que uno piensa y no se ha entendido. Es impepinable que la película se limita a las circunstancias y no puede ir explicando cada secuencia y entretenerse en lo que sería lo cotidiano e insustancial de lo que uno hace o no hace cuando no hace nada, por ejemplo. Es alucinante que alguien se queje de que al sheriff no le pegue la mujer que tiene, seguro que esa persona luego se definirá en sus círculos como persona de mente abierta y libre de prejuicios. Se queda uno nota.

La película es, en todos los aspectos, una bocanada de aire renovado, enclavada en esa América que de profunda no tiene un pelo, es la América de los Coen, de las buddy movie de cachondeo, tan reconocible que te hace sentirte como en casa, mientras te mete en el asunto sin explicaciones y desde el minuto uno en el que ya estás absorto, enganchado. Quién no lo esté no se entiende.

Sam Rockwell está inmenso, es difícil pensar en alguien que pudiera superarle a la hora de meterse en el papel de un poli con tal gama de psicopatías, brutalidad y encima llegar a entenderlo y reconocerlo, que es más difícil todavía. Lo mismo que todos los demás que ya es decir, incluyendo el racimo de barbaridades con las que nos deleita la señora Frances. En fin, no sé qué se puede achacar en contra de la escena en la que Woody tose sin querer cuando es una secuencia acojonante de un realismo tal que hasta tú mismo le disculpas al tío. Bueno, la película es excepcional, con personajes de alta gama incluyendo a Peter Dinklage, inmenso, cómo pasea y representa el peso de todos los que son cómo él, de toda una vida vivida siendo diferente y la protesta terrenal que clama de continuo. Es acojonante, ya nos lo demostró en Vías cruzadas, algo fuera de serie, cada minuto es aprovechable y para reflexionar profundamente. Pienso que hay gente muy enclaustrada en sus ideas, y en vez de aceptar unos hechos expuestos de forma peliculera pero con ganas y eficacia, no lo olvidemos, buscan razones para seguir con sus verdades y les cuesta respetar las que no comulgan con las suyas y te quieren convencer de ideas absurdas muy lejos de la realidad de esta película.
[Leer más +]
110 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Decepcionante.
Reconozco no haber conectado con la película de McDonagah en ningún momento y visto el caluroso entusiasmo con el que ha sido recibida pienso que igual es cosa mía y el problema radica en que, tal vez, no he sido capaz de apreciar todas sus virtudes. Aún así trataré de exponer porque me parece un film mediocre e impostado.

La película me parece que cuenta una historia a todas luces creible pero la manera que tiene de mostrar sus cartas me parece falsa, llena de clichés y tosquedades por culpa, a mí parecer, de un guión que no entiende de matices o tonos grises. Abusa de subrayados y de reiteraciones.

Enumero en spoiler algunas de las incongruencias que me pareció percibir en la cinta. Lo hago en spoiler para no molestar a quien no la haya visto.
[Leer más +]
117 de 197 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Supongo que debemos decidirlo por el camino
Tras ‘Escondidos en Brujas’ y ‘Siete psicópatas’ Martin McDonagh firma su película más redonda con la magnífica ‘Tres anuncios a las afueras’. El mejor guion sin duda del año. Una tragedia con mucho sentido del humor y con un agradable sabor a los Hermanos Coen.

Todo comienza con la imagen de tres vallas publicitarias que poco después se convertirán en el desencadenante de un vendaval de ira, odio y venganza, con terribles consecuencias para todos.

Con un personaje protagonista en busca de justicia, Mildred (sublime Frances McDormand) que cada vez que abre la boca deja una frase antológica.
Y un personaje antagonista, el policía Dixon interpretado de manera magistral por Sam Rockwell, que sufre una auténtica transformación.

2 personajes tan bien escritos y con diálogos tan brillantes, que deberían añadirlos a la asignatura de guion. (“- ¿Cómo va el negocio de torturar negros, Dixon?” “- Se dice “Negocio de Torturar a Personas de Color” ahora.”)

Un GUION con mayúsculas donde todo fluye. Donde temas como el racismo o el machismo surgen a partir de la confrontación de los personajes. Al igual que el humor, que permanece al acecho, para dar luz a los momentos más sombríos y no permitir, en cierta medida, que nos quedemos a oscuras.

“Supongo que debemos decidirlo por el camino” es un buen ejemplo de ello.
[Leer más +]
54 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
VIOLADA MIENTRAS MORÍA; TODAVÍA NO HAY DETENCIONES; CÓMO PUEDE SER, JEFE WILLOUGHBY?"
02/02(02/01/18) Brillante tercer largometraje del irlandés Martin McDonagh (producida, escrita y dirigida por él), ha pulido su obra más madura y equilibrada, mordaz dramedia que se te quedará por siempre, comedia negra, o drama sobre el dolor y la ira con mucho humor, todo se mezcla en simbiosis fabulosa, deriva en un fresco punzante de la América profunda, con notorios efluvios a los Coen, en que se puede ver como una especie de tríptico con las recientes del año pasado “Hell or high water” y “Manchester by the sea”, donde se tratan temas similares, una ácida reflexión sobre nuestras ansias de justicia vengativa, una radiografía que deconstruye los mitos de la América rural, la de “rednecks” y “trash White”, muestra personajes en su escaparate típicos del entorno, tallados geosocialmente en un entorno donde reina la “tiranía” (o sea, violencia) policial, el racismo, la homofobia, el machismo, el alcoholismo, y toda intolerancia posible (también a los enanos), pero que al escarbar en ellos el realizador los dota de alma, de debilidades, de virtudes, de capacidad de evolucionar, de sobre todo dimensión humana, haciéndonoslos cercanos en sus tonalidades grises. En su superficie un relato sobre una tragedia que a través de una “madre coraje” se hace un lienzo de con varias capas de análisis, donde la profundidad nos hace calarnos un relato poliédrico. Argumento que hunde sus fauces en los sentimientos de culpa que nos hacen buscar chivos expiatorios a nuestros errores. Desarrollando una cinta que desborda agilidad, con diálogos procaces, frescos, réplicas y contrarréplicas vibrantes, donde los tacos son tsunami, y con un monólogo abrasador de la “heroína” contras la Iglesia Apoteósico.

Film que con gran inteligencia navega entre la crudeza de violaciones, palizas brutales, cáncer, maltrato machista, rostros quemados, con mucha sangre, con racismo, venganzas, y ello entrelazado a un nihilismo humorístico turbador que delinea un micromundo de personajes imperfectos, donde los buenos y malos no existen, es la complejidad y ambigüedad humana la que sobresale, se expresan entre diálogos más afilados que una Katana Hattori Hanzo, y con sus acciones viscerales, las que salen del fondo del corazón (sin filtros), llegando en el desarrollo a emocionar, pero sin caer en sensiblerías, los protagonistas se muestran como personas duras que deben (todos) convivir con el dolor.

Un libreto excelentemente estructurado, sabiendo sorprender, cogiendo estereotipos y sabiendo retorcerlos, al principio creemos que Mildred es una Madre Coraje víctima de un entorno rural amodorrado, pero las cosas conforme avanzan nunca son lo que parecen, el sheriff a priori es un tipo rudo, el ayudante un racista violento redneck, pero nada es lo que parece, no hay blanco o negro, la vida se mueve en grises y hay el realizador es un cirujano consumado proyectando las contradicciones, para ello está fenomenal el uso que hace de la bandera USA como fondo paradójico en algunas secuencias, queriendo enraizarnos en este mundo cerrado tan montañés estadounidense.

Es un retrato de personalidades poliédricas, con sus virtudes y sus enormes aristas: Destaca por supuesto la “heroína” Mildred Hayes, una guerrera, una estoica Madre Coraje, lenguaraz en su obsceno lenguaje, decidida, autosuficiente, una especie de pistolero en el oeste luchando contra el sistema, moviéndose entre lo conmovedor y lo repelente, y siempre hacia adelante, siempre creyendo en sus convicciones, nada le tuerce. Y todo ello encarnándolo con un brío y electricidad majestuoso por Frances McDormand, su mejor actuación en su exitosa filmografía, sublime el modo de modular dolor y causticismo nihilista, con una mirada penetrante, con una oralidad ametralladora, utilizando los insultos cual cowboy en el wild west, mujer dura que deja traslucir grietas de fragilidad(es bello momento en que habla con un ciervo). Le ayuda su imagen sin aparente maquillaje, siempre con un mono de trabajo y un pañuelo en badana en la cabeza, cual uniforme de batalla, emitiendo poderío y seguridad en sí misma, su pose imperturbable es el espejo de su dolor, y ello en una evolución sutil, remarcada en su sonrisa final. Una fuerza desatada de la naturaleza que arrolla la pantalla en el soliloquio (jaque mate) al cura que pretende reprenderla. Supongo que el Oscar de este año tiene ya su nombre (y aún no la han nominado), cuidado miembros de la Academia si no queréis carteles a las puertas de vuestras casas; Como antagonista está el ayudante del sheriff, Jason Dixon, tipo zafio, inculto, odioso, homófobo, racista, violento, un clásico redneck, un perdedor que aún vive con su madre, tipo que en su ignorancia cree defender a su jefe con sus impulsos básicos. Encarnado por un titánico Sam Rockwell, dotando a su rol de patetismo, de ira, de energía constante, de ira, de instintos primarios, moviéndose entre lo jocoso y lo deplorable, el actor (en su mejor actuación hasta la fecha) sabe dosificarlo con rayos de humanidad, con una transformación muy bien llevada, maravillosa interpretación teniendo una fascinante y perturbadora química con McDormand (Mildred “Sigues en el negocio de torturar negros”, la respuesta de Dixon es impresionante “No es políticamente correcto decir eso. Se dice negocio de torturar gente de color”), siendo el culmen esa última charla en el coche (spoiler); El jefe de Policía Willoughby que en principio lo esperas como un facha despótico, nos hace un zasca a exponerlo como un tipo comprensivo, atento, cariñoso con su familia, y que sabe convivir dignamente con un cáncer. Woody Harrelson está notable emitiendo tolerancia, sabiduría, incluso en su tramo final ternura, convirtiéndose con el devenir del relato en la brújula moral de la historia, con narración omnisciente añadida; Del poder en la delineación de personajes habla el modo en que sabe dar a secundarios su minuto de gloria que aprovechan luciéndose (no puedo extenderme por falta el límite de caracteres).
[Leer más +]
47 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un hombre bueno es difícil de encontrar
Ciertamente; y no es porque no dijera Miss Flannery. Pero aún más difícil es encontrar una buena película.

No niego los méritos de doña Frances.

Pero me temo que el sr. McDonagh prefiere los golpes de efecto a los golpes de talento. Y como sus golpes tienen gracia y suelen empujar hacia "el lado correcto de la Historia", crítica y público culto aplauden con las orejas.

Pues no es es para tanto, queridos niños.
[Leer más +]
41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La ira que todo lo consume.
Ese sentimiento de ira, de odio y deseo de venganza, de que se haga justicia en un mundo injusto y vil. Ese sentimiento poderoso es lo que mueve a Mildred Hayes a comenzar una guerra contra el departamento de policía de Ebbing. ¿La razón?, la muerte de su hija y el amargo sentimiento del no poder hacer nada, siempre se busca alguien a quien poder culpar, la policía por no hacer más de lo que hace, el pueblo por su conducta y a ella misma por no tener palabras de apoyo y comprensión para con su hija. Sí, el personaje de Mildred es tan sumamente complejo que solo una actriz de un talento tan descomunal como Frances McDormand puede bordar, hacer suyo y convertirlo en un referente ya no solo del cine, sino de lo que un personaje femenino debe ser.
Su comportamiento y su fiereza para hacer lo que hace a sabiendas de las repercusiones que conllevará poner esos tres carteles.
La réplica la dan un Woody Harrelson como el sheriff William Willoughby, un buen policía que goza de la simpatía del pueblo, un personaje bueno y afable y para terminar un inconmensurable Sam Rockwell como el agente Dixon, un personaje de lo más desagradable, inculto, por momento estúpido y racista, influenciado por una madre que es el eje de su patética vida. Un personaje que pasa del odio a la lastima con una facilidad pasmosa gracias al buen hacer de Rockwell.

El guión es sencillamente una maravilla. Las situaciones de drama y miseria se reproducen bajo ese manto de humor negro tan hermanos Coen que dota a la película de ese toque especial y que deja al espectador tocado por lo que ve, pero a su vez riendo a carcajadas. Como he dicho, una delicia.

La dirección de Martin McDonagh es una vez más sobresaliente con ese ambiente tan de western y esas fotografía y BSO que ponen la guinda a esta pequeña maravilla.

De lo mejor que se puede ver este año en el cine. Veo muchas y merecidas nominaciones a los premios de la academia.
[Leer más +]
41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La película que más me ha gustado del Festival de Cine de Donostia 2017
Pues sencillamente, la película que más me ha gustado del reciente Festival de Cine Internacional de Donostia-San Sebastián, año 2017.
No, no digo que haya sido la mejor que he visto (que si reflexiono un poco igual llego a la conclusión de que también), sino con la que mejor me lo he pasado, con las que he disfrutado más.
Y es que claramente es una obra mayor, con un portentoso guión del propio realizador, que a la manera de la sublime "Comanchería", nos habla burla burlando de aspectos y hechos socio-político-culturales, propios de la América Profunda de Los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), pero extrapolables a otros contornos y sociedades, donde el racismo, la injusticia, los miedos y recelos constantes entre miembros de una comunidad, afloran por el detonante de una enérgica y valiente mujer, que ha perdido a uno de sus seres queridos y a la que la Justicia ha dejado tirada, al menos según su parecer.
Excelsa Frances McDormand, con una interpretación que seguro le lleva a la nominación a los próximos Óscars, el ritmo constante y los sorprendentes giros argumentales, hacen de este film una obra mayor que resulta apasionante en muchísimos momentos.
A la vez, el acabado técnico es perfecto, con preciosas canciones y banda sonora potente.
Atención al personaje de mi admirado Sam Rockwell, un hallazgo en toda regla.

https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
[Leer más +]
42 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ebbing
Suelo hacer un juego con un amigo cinéfilo que consiste en imaginar de qué cineasta pensaríamos que es una película si la viéramos sin créditos y sin tener ninguna información previa de ella. Por estilo, tono, estética, narrativa, realización, dirección de actores, etc, se pueden sacar bastantes conclusiones al respecto cuando se ha visto tanto cine y de tantos autores. Y en este caso, en dicho juego, es muy evidente quienes te vienen a la cabeza al visionar esta estupenda película. Por varias razones, pero principalmente por Frances McDormand, el retrato de esa América profunda y el tono de comedia negra y dramática. Sí, claro, los hermanos Coen.

Parece muy obvio que su guionista y realizador, Martin McDonagh (que ya había destacado con las vicistudes de aquellos dos destartalados sicarios en la maravillosa ciudad de Brujas), es un admirador de los Coen, a quienes se diría que homenajea metiendo en su película pinceladas de obras como 'Fargo', 'Sangre fácil', 'Arizona Baby' o 'Muerte entre las flores'. Y la elección de la McDormand (estupendo personaje, que le dará su segundo Oscar, tras el de 'Fargo') como la protagonista de su historia remata más si cabe la evidencia.

Quizá haya quien piense que este retrato de la América paleta es exagerada y estereotipada en exceso (ese policía racista, impulsivo y tarado encarnado por un destacado Sam Rockwell, por ejemplo), y a quien moleste el humor negro pese a que el punto de partida de la historia es un asunto tan chungo como la violación y asesinato de una chica, pero todo está bien llevado y tratado, y el empleo de la comedia en el tono general justifica el recurso a una cierta caricatura, que la película asume que el espectador entenderá y al que propone entrar en ese juego.

Una de las películas más destacadas de la cosecha de esta temporada, y un salto en la aun breve carrera de un cineasta a seguir teniendo muy en cuenta, que ofrece aquí su mejor obra hasta el momento.
[Leer más +]
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
MAS TRASCENDENTE QUE SU APARIENCIA.
Resulta más compleja de lo que pudiera pensarse en un principio. Diálogos punzantes no solo de Frances McDormand, que sería lo esperado. Escenas bien construidas, a la vez que interpretadas de manera sobria, lo que aporta credibilidad.
Nos encontramos ante un relato cinematográfico, completo, con variados visuales y narrativos, construidos para entender las razones por las que cada uno actúa como lo hacen.
Elemento secundario la muerte de la hija, aunque el dolor de la madre se remarque en alguna escena suelta, para recordarnos de forma precisa, la razón final de sus actos.

Frances McDormand indiscutiblemente alzó la estatuilla en la entrega de los Oscar.
[Leer más +]
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
¿La peor película que he visto nunca?
La peor película que he visto nunca. Al menos con la que lo he pasado peor. Hay películas aburridas (Upstream color). Hay películas mal hechas (The room). Pero esta película es dolorosa, y no porque sea el drama desgarrador que pretende ser. Después de ver este título y las nota que tiene, uno se plantea dejar de ver cine. Quizá es que no tengo ni idea y mis gustos o mi forma de valorar una obra cinematográfica ya no está en consonancia con el cine que se hace ahora.

Es fácil ver el mensaje que nos quiere transmitir el autor: “La única forma de salir de una espiral de violencia es el amor” Esto es muy bonito, pero en un guion tan tan tan tan malo hace pupa. Un episodio de Aida también tiene mensaje, pero eso no le hace bueno.
La historia es un apelmazado de casualidades y cosas “porque sí”, porque vienen bien para reforzar hasta la náusea lo que quiere decirnos el director. Todo aderezado por reivindicaciones sociales de todo tipo, como guiñando un ojo a los miembros de la Academia: “Hey esto va por vosotros chicos”. Se te revuelve el estómago pensar que la gente ve en esto a un autor valiente capaz de arremeter contra gran parte de los problemas de la sociedad estadounidense; cuando la verdad es que los productores le han obligado a poner estos elementos para conseguir todos los premios que puedan.

La sucesión de escenas, que se repite una y otra vez, es la siguiente:

-Escena badass de la protagonista tipo Poochi(el perro molón de los Simpson).
-Escena absurdamente violenta dentro de su contexto.
-Escena de humor tonto.
-Escena con música emotiva.
-Escena con amago de lloro de Poochi.

Hay veces que el orden cambia, pero el efectismo de todas ellas permanece.

Más abajo voy a dar ejemplos de todo lo que no me ha gustado, entrando en spoilers. No voy a seguir ningún tipo de orden.
[Leer más +]
49 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
3 anuncios por lo menos para un Oscar
Reconozco que la comedia negra es uno de mis “géneros” favoritos en el cine. Autores actuales como Alex de la Iglesia, Los hermanos Coen, Tarantino y en menor medida Woody Allen aparecen entre las películas con dosis mayores de ese tipo de humor, incomprendido por muchos y rechazado por otros tantos.

“3 anuncios por un crimen” es la apuesta para la temporada de premios. La película tiene un montón de aciertos y virtudes, pero también varios fallos. Respecto de lo primero, el casting fue preciso, los tres actores principales (Harrelson, Rockwell y McDorman) están a la altura de un guión que flaquea por varios lados, pero que en ningún momento termina por desmoronarse. Según mi apreciación es lo mejor de la película. Hay un desarrollo de personajes que es paulatino y evidente y que le da coherencia a la historia. Existen algunos flashbacks que le dan fuerza a las motivaciones de los personajes, necesarios (Como en “Manchester frente al mar” por ejemplo) y reveladores de las motivaciones y sentimientos de los personajes, insisto, muy bien interpretados.

El problema de la película es justamente, según yo, la sobre utilización del humor negro. Hay momentos que resulta excesiva, poco creíble, desubicada y mal “encajada”. He ahí la diferencia con los maestros que nombré anteriormente, que dominan ese ámbito como nadie. El drama-comedia es atractivo a mis ojos, pero sin excesos y sin caer en lo burdo, sobre todo cuando se “pretende” construir un drama que a todas luces es brutal.

Y siguiendo en el tema del guión, que sin dudas es el aspecto a criticar, hay personajes tan estereotipados y que van de la mano con lo mismo que decía anteriormente. La película enfatiza y subraya demasiado aspectos en base a los personajes, que terminan siendo caricaturas, y eso al final de cuentas, y en el objetivo que pretende la película, terminan por dañar o mejor dicho, convencer al espectador que lo visto no impacte o provoque.

Respecto del mensaje, que lo dice el personaje más sobrante e imbécil de la película, resulta evidente. El odio, el arrepentimiento, el orgullo y el dolor asoman como sentimientos conductores de la trama y obviamente generan ese tipo de desenlace, que resulta acertado y contundente en lo que se pretende.

“3 anuncios por un crimen” no destaca principalmente por su labor técnica. Su director, que se caracteriza por comedias negras, pero no dramáticas, evidencia defectos, a pesar que ofrece momentos de verdadera maestría frente a la cámara. Hay un plano secuencia que es una delicia. Resumiendo, la película es buena, pero no excelente. Obviamente, en el cine, como en cualquier arte, todo es subjetivo y personal. También es cierto que existen parámetros objetivos para evaluar una obra, y en este caso, según yo, la obra de McDonagh resulta disfrutable, pero no recordable.
[Leer más +]
28 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
La mujer bizca, el dentista gordo, el sujetaescaleras y los caballos para discapacitados
Mujer golpeada y maltratada por su marido (como todas, por lo menos en potencia), ¿abandonada además al irse (¡¿no quería que se fuera?!) con una de diecinueve? (qué cabrón), madre de hija, muy joven, brutalmente violada y asesinada (otro peligro lacerante y constante) se enfrenta, emprende una cruzada libertaria, verdadera y salvaje contra todos los hombres malos (prácticamente la unánime mayoría, salvo quizás los negros y homosexuales, probablemente, seguramente sea así, eso creo), "Un hombre bueno es difícil de encontrar", diría Flannery O'Connor, especialmente centrada su lucha contra los policías (todos, o casi, homófobos, racistas, violentos y muy lerdos) y los curas (pasaban por allí pero son pederastas de raíz y querencia), con el fin de encontrar/atrapar al malnacidohijodeperra asesino y violador de su querida niña.
Ella es nuestra amada heroína. Amante vocacional y sincera de los animales (condición sine qua non para ser una buena persona, si no pasas esa prueba, mereces el infierno, hay que acreditar esa bondad con algún gesto fehaciente), los enanos (más bien discapacitados métricos), los negros (por supuesto, la duda ofende) y del bien (aunque disimule a veces, es más buena que el cielo, las estrellas y Nevada Las Vegas, lo que pasa es que la pobre arrastra un dolor tan grande que a menudo se pierde, pero ya decimos que es santa y generosa, valerosa y bondadosa como el sol y todas las galaxias, como Oregón, Nueva York, Madagascar y Formentera).
A ver, nos falta algo. Violencia de género, racismo indiscriminado, violaciones, agresiones, mutilaciones, estupefacciones...
Ah sí. Humor del bueno. No todo iba a ser llanto y crujir de dientes. Es también necesario el relajo. Un engrasante para que el pueblo trague. Vaselina que es cosa fina. Entre horror y desgracia algún chiste o comentario ingenioso que anime la fiesta y aliñe el guiso.
¿Y la construcción de personajes, la lógica narrativa, la mesura, el tiento, la coherencia, el pudor, la vergüenza, la honestidad, la franqueza?
Jaja. Nada. Son paquetes, meros instrumentos para introducir tres o cuatro ideas boyantes, óptimas, respetables y pertinentes.
¿Qué harías si fueras un director con algunas pretensiones y grandes ambiciones?
a) Cuestionar el mundo actual con sus monsergas, propagandas e ideología dominante. Debatir, dudar, replantear, preguntarse, desnudar, valorar, temblar, sutilizar.
b) Montarte en el carro de los vencedores. Volverte un esbirro o nada más que comercial. Dar forma al discurso oficial. Ser parte del paisaje. Ponerte en la foto y recibir premios por tu buen comportamiento. Amar a los perros fieles.
c) Ni lo uno ni lo otro. Lo que te surja o te apetezca. Algo libre y personal. Una observación particular. Una extrañeza insólita. Sentido común. La vida misma. Lo que sea.
Este director ha elegido...
Spoiler:
Para que la oferta fuera completa me faltaban unos cuantos detalles o temas muy interesantes que habían quedado en el tintero:..., unidad de quemados y lanzados, malvados aterradores, palizas insospechadas y habituales, descubrimientos casuales y abismales, enfermedades terminales, suicidios impactantes, madres acojonantes...
Veamos. Unos cuantos asuntillos curiosos más:
- ¿Cómo es posible que tras tirar a un tío por la ventana y agredir a otra persona a plena luz del día y delante de todos (delante del recién jefe negro, por ejemplo), no te detengan inmediatamente y se te caiga el pelo?
- ¿Cómo es posible que a continuación el agredido salvajemente te encuentre casualmente en la habitación del hospital y te ponga la pajita en señal de paz? ¿Es homosexual, buena persona evidentemente? ¿Calmado, reflexivo, gay, obvia, oficialmente?
- ¿Cómo es posible que de cenutrio, cernícalo y troglodita que no tiene ni medio milímetro de cerebro con luz o sano pase a redimido hombre bueno y política y humanamente concienciado y generoso en lo que tardas en beberte ese refresco tan jugoso con pajita mediante?
[Leer más +]
84 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Misuri- Aldeanos trastocados
A las 12:00 volvimos a las perlas en el Victoria Eugenia: la ganadora del mejor guión en el último Festival de Venecia Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Misuri, tercera película del director irlandés Martin Mcdonagh. Mildred Hayes (una gran Frances Mcdormand), seca y solitaria madre divorciada, compra tres pancartas de anuncios abandonadas para recordar con unos incómodos mensajes que recuerden a la policía local que siguen sin investigar la muerte y violación de su hija ni encontrar al culpable, dirigiéndolos expresamente al mayor Willoughby (un excelente Woody Harrelson). Una decisión que no será recibida con buenos ojos en el pueblo, pues este padece un terrible cáncer.
[Leer más +]
29 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
TERMINE EL TÉ, PADRE, Y SALGA CAGANDO HOSTIAS DE MI CASA
"Tres Anuncios en las Afueras" es una interesante y brillante tragicomedia, dirigida por Martin McDonagh y protagonizada por Frances McDormand. Un drama sobre el dolor y la ira con mucho humor, todo se mezcla en simbiosis fabulosa, deriva en un fresco punzante de la América profunda. Una magistral (Frances McDormand) en su mejor papel en pantalla, interpreta a Mildred, una madre que acaba tomando una actitud inusitada tras meses de espera y de ver como la investigación por la muerte de su hija no avanza y todavía no hay rastro del culpable. Siete meses atrás, Mildred perdió a su hija víctima de un brutal crimen que sacudió la ciudad. Como el caso estaba siendo dejado de lado tanto por los medios de comunicación como por la propia policía, ella decide alquilar tres vallas publicitarias para presionar al sheriff (Woody Harrelson), que aparentemente parece estar demasiado relajado y poco involucrado en la resolución del asesinato. Sin embargo, el Sheriff Willoughby reacciona y se reúne con Mildred para explicarle que lo ha intentado todo, además de pedirle que retire los carteles. Mildred se niega, una decisión que, en un principio, pudiera verse como de una mujer sin corazón, fría, enseguida comprenderemos que la realidad es muy diferente, simplemente no puede permitirse el lujo de ser amable.

Vemos a una mujer que lo ha perdido todo, a su hija, a su marido, (ahora saliendo con una adolescente de 19 años) y, a su hijo, enojado, porque las vallas le han vuelto a reabrir las heridas por el recuerdo de su hermana. De ahí que, a nuestra anti heroína Mildred, solo le quede la ira y mantener el asesinato de su hija públicamente. Sin embargo, la venganza puede traer consecuencias inesperadas. Mildred Hayes ha sido violentada y debe ser expiada. No utiliza armas para castigar a los perpetradores, sino tres grandes vallas publicitarias. Ella no utiliza las balas para combatir sino las palabras. El director intenta transmitir en esta cinta un sentido de la venganza diferente a lo acostumbrado en películas sobre este género. Durante mucho tiempo, el cine estadounidense nos ha enseñado que la violencia es la mejor arma para hacer justicia. McDonagh no está muy convencido de ello y encontró una manera magistral de compartir sus dudas. Al mismo tiempo, hace una sutil crítica al abuso de poder de las fuerzas policiales estadounidenses, las cuales parecen demasiado ocupadas haciendo la vida imposible e insoportable a las personas de color, en lugar de preocuparse por mantener la ley y el orden. El personaje que mejor encarna la ambigüedad de la relación de los estadounidenses con su fuerza policial es el interpretado por (Sam Rockwell) que aparece como un individuo particularmente detestable.

Una historia abrasiva, en la que se entrecruzan personajes desgarrados y amargados, salpicada de humor cáustico y de momentos de ternura profunda, y en la que asistimos a ciertos pasajes de lucidez extrema. Diálogos secos, sin ninguna concesión a envoltorios suavizantes. El film se mueve en dos planos. Uno individual, en el que se deslizan las historias de los personajes y otro más coral, en el que el director satiriza la parte más reaccionaria no solo de la América profunda, sino de todo el mundo. Y en medio de toda esa rabia y estulticia, asistimos a la evolución de un personaje que, en cierta forma, abre un atisbo de inteligencia y redención de la que tan necesitado está a veces el ser humano. La Banda sonora es fundamentalmente country de gran nivel y que enlaza perfectamente con ese pueblo sureño, con vestigios de racismo, homofobia y violencia. Todos los aspectos de la cinta tienen una factura exquisita pero me gustaría destacar especialmente su fotografía. Ben Davis hace un magnífico trabajo en el trato del color oscureciendo los momentos tristes, llenando de luz los alegres o incomodándonos con esos sutiles toques rojos cuando algo malo amenaza con ocurrir. Todo, en cada plano, acompaña el sentido y sensaciones de la historia y, en consecuencia, el espectador lo toma como suyo viviendo todo como si realmente fuera un habitante más de ese pueblo.

Las actuaciones son inmejorables, los personajes están maravillosamente dibujados, incluso los secundarios, son ambivalentes y van más allá de los clichés con los que inicialmente fueron creados. A través de diálogos absolutamente magníficos y dolorosamente honestos, atrapando al espectador desde un inicio por su impecable desarrollo narrativo. Apenas se siente el peso de la película en las espaldas de Frances McDormand, a pesar de que acapara cada plano, cada escena con su espectacular interpretación. Alejada de lo políticamente correcto, Mildred Hayes es todo un ejemplo de mujer batalladora que cree en sus convicciones y no teme nada. Woody Harrelson, interpreta al "poli bueno" el jefe de policía Willoughby, una figura incorruptible de Ebbing, ciudad pequeña perteneciente a Missouri. Sam Rockwell es el (poli malo) ayudante de Willoughby, encarna al oficial Dixon, con una interpretación extraordinaria. Dixon es un sujeto torpe, racista, homófogo y completamente inmaduro. Sin embargo, McDonagh consigue realizar un increíble ejercicio de contorsionismo en el guion para jugar de manera prodigiosa con la evolución y el desarrollo de este personaje, como si se tratara de un fascinante truco de magia. La presencia de Sam Rockwell centra toda la atención de la pantalla cuando McDormand no aparece en escena.

En definitiva, es una película que toca varios palos a la vez, no sólo el tema de la violencia dentro de la familia, sino también habla de racismo, de amistad, del amor... Un film irónico, mordaz e incluso con escenas que provocan risas, mostrando el ser bondadoso de los habitantes de Ebbing. Posteriormente, se convierte en el pensamiento lógico de la inutilidad de la violencia. Para llegar al final, donde varios personajes soportan un dolor emocional y físico extremo. En el desagradable y sangriento desenlace donde hay momentos de expiación y redención.
[Leer más +]
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Mildred encontró a Wayne
Mildred Hayes es la madre coraje, vestida con un mono de trabajo, de América y Martin McDonagh, guionista y director de Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, papel hecho por y para Frances McDormand. Con aires del John Wayne de Centauros del Desierto de John Ford, McDormand construye un personaje carismático, agrio y valiente como pocos vistos, sobre todo en el género femenino. No es para menos la gran interpretación de Sam Rockwell, como el agresivo policia racista y lector de cómics a tiempo parcial y su evolución emocional dentro de la historia. La colección de personajes deja su poso.

Comedia negra, aderazada con humor ácido y con envoltorio de drama, narrada con inteligencia y diálogos punzantes, que atraparán sin remedio al público por su ritmo. Sin obviar la exquisita dirección de McDonagh, (ese plano secuencia de la paliza al gerente de los carteles por parte de Dixon, simplemente fantástico). No deja de ser una historia desgarradora, contada en tono de Western moderno por estética y música.

Evoluciona en matices de guión. Aunque el humor ya lo tiene desde los primeros compases, la muerte y el suicidio están representados de forma socarrona, va creciendo con el ritmo de la historia y la evolución de los propios personajes. Es algo que también se percibe en el cine de los Hermanos Coen como Fargo o Nebraska de Alexander Payne, más recientemente.

TRES ANUNCIOS EN LAS AFUERAS es una de las películas del año. Retazos de los Coen en un drama de la América profunda, con tintes de comedia negra, a ratos más divertida de lo que cabría esperar, con aire de Western moderno. Frances McDormand y Sam Rockwell tremendos.
[Leer más +]
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas