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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
6 de enero de 2018
47 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
02/02(02/01/18) Brillante tercer largometraje del irlandés Martin McDonagh (producida, escrita y dirigida por él), ha pulido su obra más madura y equilibrada, mordaz dramedia que se te quedará por siempre, comedia negra, o drama sobre el dolor y la ira con mucho humor, todo se mezcla en simbiosis fabulosa, deriva en un fresco punzante de la América profunda, con notorios efluvios a los Coen, en que se puede ver como una especie de tríptico con las recientes del año pasado “Hell or high water” y “Manchester by the sea”, donde se tratan temas similares, una ácida reflexión sobre nuestras ansias de justicia vengativa, una radiografía que deconstruye los mitos de la América rural, la de “rednecks” y “trash White”, muestra personajes en su escaparate típicos del entorno, tallados geosocialmente en un entorno donde reina la “tiranía” (o sea, violencia) policial, el racismo, la homofobia, el machismo, el alcoholismo, y toda intolerancia posible (también a los enanos), pero que al escarbar en ellos el realizador los dota de alma, de debilidades, de virtudes, de capacidad de evolucionar, de sobre todo dimensión humana, haciéndonoslos cercanos en sus tonalidades grises. En su superficie un relato sobre una tragedia que a través de una “madre coraje” se hace un lienzo de con varias capas de análisis, donde la profundidad nos hace calarnos un relato poliédrico. Argumento que hunde sus fauces en los sentimientos de culpa que nos hacen buscar chivos expiatorios a nuestros errores. Desarrollando una cinta que desborda agilidad, con diálogos procaces, frescos, réplicas y contrarréplicas vibrantes, donde los tacos son tsunami, y con un monólogo abrasador de la “heroína” contras la Iglesia Apoteósico.

Film que con gran inteligencia navega entre la crudeza de violaciones, palizas brutales, cáncer, maltrato machista, rostros quemados, con mucha sangre, con racismo, venganzas, y ello entrelazado a un nihilismo humorístico turbador que delinea un micromundo de personajes imperfectos, donde los buenos y malos no existen, es la complejidad y ambigüedad humana la que sobresale, se expresan entre diálogos más afilados que una Katana Hattori Hanzo, y con sus acciones viscerales, las que salen del fondo del corazón (sin filtros), llegando en el desarrollo a emocionar, pero sin caer en sensiblerías, los protagonistas se muestran como personas duras que deben (todos) convivir con el dolor.

Un libreto excelentemente estructurado, sabiendo sorprender, cogiendo estereotipos y sabiendo retorcerlos, al principio creemos que Mildred es una Madre Coraje víctima de un entorno rural amodorrado, pero las cosas conforme avanzan nunca son lo que parecen, el sheriff a priori es un tipo rudo, el ayudante un racista violento redneck, pero nada es lo que parece, no hay blanco o negro, la vida se mueve en grises y hay el realizador es un cirujano consumado proyectando las contradicciones, para ello está fenomenal el uso que hace de la bandera USA como fondo paradójico en algunas secuencias, queriendo enraizarnos en este mundo cerrado tan montañés estadounidense.

Es un retrato de personalidades poliédricas, con sus virtudes y sus enormes aristas: Destaca por supuesto la “heroína” Mildred Hayes, una guerrera, una estoica Madre Coraje, lenguaraz en su obsceno lenguaje, decidida, autosuficiente, una especie de pistolero en el oeste luchando contra el sistema, moviéndose entre lo conmovedor y lo repelente, y siempre hacia adelante, siempre creyendo en sus convicciones, nada le tuerce. Y todo ello encarnándolo con un brío y electricidad majestuoso por Frances McDormand, su mejor actuación en su exitosa filmografía, sublime el modo de modular dolor y causticismo nihilista, con una mirada penetrante, con una oralidad ametralladora, utilizando los insultos cual cowboy en el wild west, mujer dura que deja traslucir grietas de fragilidad(es bello momento en que habla con un ciervo). Le ayuda su imagen sin aparente maquillaje, siempre con un mono de trabajo y un pañuelo en badana en la cabeza, cual uniforme de batalla, emitiendo poderío y seguridad en sí misma, su pose imperturbable es el espejo de su dolor, y ello en una evolución sutil, remarcada en su sonrisa final. Una fuerza desatada de la naturaleza que arrolla la pantalla en el soliloquio (jaque mate) al cura que pretende reprenderla. Supongo que el Oscar de este año tiene ya su nombre (y aún no la han nominado), cuidado miembros de la Academia si no queréis carteles a las puertas de vuestras casas; Como antagonista está el ayudante del sheriff, Jason Dixon, tipo zafio, inculto, odioso, homófobo, racista, violento, un clásico redneck, un perdedor que aún vive con su madre, tipo que en su ignorancia cree defender a su jefe con sus impulsos básicos. Encarnado por un titánico Sam Rockwell, dotando a su rol de patetismo, de ira, de energía constante, de ira, de instintos primarios, moviéndose entre lo jocoso y lo deplorable, el actor (en su mejor actuación hasta la fecha) sabe dosificarlo con rayos de humanidad, con una transformación muy bien llevada, maravillosa interpretación teniendo una fascinante y perturbadora química con McDormand (Mildred “Sigues en el negocio de torturar negros”, la respuesta de Dixon es impresionante “No es políticamente correcto decir eso. Se dice negocio de torturar gente de color”), siendo el culmen esa última charla en el coche (spoiler); El jefe de Policía Willoughby que en principio lo esperas como un facha despótico, nos hace un zasca a exponerlo como un tipo comprensivo, atento, cariñoso con su familia, y que sabe convivir dignamente con un cáncer. Woody Harrelson está notable emitiendo tolerancia, sabiduría, incluso en su tramo final ternura, convirtiéndose con el devenir del relato en la brújula moral de la historia, con narración omnisciente añadida; Del poder en la delineación de personajes habla el modo en que sabe dar a secundarios su minuto de gloria que aprovechan luciéndose (no puedo extenderme por falta el límite de caracteres).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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