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91 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
¿A quién queremos o creemos salvar cuando fabulamos una ficción?
¡Qué misterio el de la imaginación, el de la creación literaria, el de la creatividad de todo tipo! ¿De dónde nace, a qué se debe, por qué a veces parece más una pasión cuyo objetivo fundamental es enderezar algo que sentimos que estuvo mal? Misterios insondables de la vida, de la mente humana, de la naturaleza de las personas, abocadas a veces a reparar o reordenar los añicos de algo que se rompió ante nuestros atónitos y atormentados ojos o a expiar alguna culpa ajena aunque como niños nada pudimos hacer – y ahora como adultos repetimos aquello, desde la fábula, como queriendo cerrar una herida aún en carne viva y que nos devasta hasta el fin…

Esta cinta contiene varias películas a la vez. Por una parte está la batalla de egos entre Walt Disney (1901-1966) y la escritora australiana P.L. Travers (1899-1996) cuando el magnate norteamericano trató – por enésima vez – hacerse con los derechos para llevar a la gran pantalla el personaje más famoso salido de la pluma de la escritora, la memorable e inefable Mary Poppins. Pero también es el pormenorizado recuento de la infancia atormentada de la escritora en su Australia natal, donde presencia el declive y muerte de su adorado padre, con una agonía entre etílica y tuberculosa. Pero así mismo es el recuento e inventario implícito de todo aquello que nos aboca a fabular, a crear mundos fantásticos o ficciones de toda índole, como una forma de expiar alguna falta o de superar algún cataclismo del destino. O también es una amable y amena descripción de lo ingrato y arduo que puede ser el acto de escribir un guión y ensamblar todos los pormenores de una película hasta verla convertirse en realidad.

Y todo funciona bien y se funde en un hermoso relato entre la nostalgia, el amor, la gratitud, el reproche, el dolor, las huidas hacia delante, los mundos fabulosos de alborozo de mercadotecnia, los pequeños sinsabores trufados de amor paterno filial… En definitiva, se nos muestra un amplio abanico de tramas y sub-tramas, todas ellas bien urdidas y que tras una suntuosa y estomagante amabilidad de colorines no ocultan el poso indeleble de amargura o las lesiones calladas del alma que hemos ido recogiendo a lo largo del camino.

Mención expresa merece el espléndido reparto, todos ellos en estado de gracia. Especialmente memorable y adorable en su estirada vulnerabilidad brilla una felizmente recuperada Emma Thompson, absolutamente impresionante en su gama de matices y gestos. Casi a igual altura le dan la réplica tanto Tom Hanks, como Colin Farrell, Paul Giamatti y Jason Schwartzman. Ellos saben conferir las dosis de verdad que se esconde tras tanto oropel indigesto y celofán estomagante. Una muy bella película con sus dosis de profundidad y calado. Muy recomendable.
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73 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Unos pies que se mueven al ritmo de la música...
Realmente si hay una película que ha logrado sorprenderme este año, es ha sido "Al encuentro de Mr. Banks". Nunca esperé que llegara a conmoverme de la manera en la que lo hizo, incluso en el tramo final no pude evitar que se escaparan las lagrimillas, lo cual en una película siempre es de agradecer, porque es síntoma de que te ha llegado al corazón.

Creo que todo esto es debido, en mayor parte, a las interpretaciones de Emma Thompson y Tom Hanks. Ambos están espléndidos en su labor interpretativa, pero lo de ella es increíble, se ha metido en la piel de su personaje de tal manera que no parece que esté actuando en ningún momento. Debería estar nominada al Oscar sin ninguna duda.

Otro de los motivos que han hecho que esta película me entusiasme de tal manera ha sido el cariño que siento por la película de "Mary Poppins", que marcó realmente mi infancia, y ver el proceso de creación de la película, el cariño y cuidado con el que trataron el material original, me ha tocado el corazón. Al igual que lo ha hecho toda la historia relacionada con el personaje de Colin Farrell, de la que no quiero dar muchas pistas por si alguien aún no ha visto esta maravilla que recomiendo fervientemente,

Mi nota: 10
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54 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Trescientas cucharadas de azúcar...
En 2012 se estrenaron dos películas que giraban en torno al proceso de producción de dos iconos del cine de Alfred Hitchock: "Hitchcock" de Sacha Gervasi y "The Girl" de Julian Jarrold. En ambos casos, la historia que contaban era mucho más interesante que la forma de hacerlo, terminando por ser películas tan sencillas como en el fondo innecesarias, que no se salían del guión marcado por la correción académica. En respuesta a aquellos dos desapasionados trabajos llega con "Al encuentro de Mr. Banks", una producción de Walt Disney Pictures que explica cómo el creador de Mickey Mouse estuvo persiguiendo su ambición de llevar Mary Poppins al cine, lidiando con la escritora de la célebre novela. John Lee Hancock ("The Blind Side") se pone tras la cámara de un film que, digámoslo, tiene mucha más pasión y candor que las dos réplicas de cera basadas en los episodios de Hitchcock. Lo que también tiene, y esto no es bueno, es un problema a la hora de saber cuándo parar.

En "Al encuentro de Mr. Banks" conviven dos películas. En una conocemos el pasado de P.L. Travers, la escritora de Mary Poppins, bien interpretada por Emma Thompson. Estas secuencias se introducen como flashbacks del tiempo presente, que corresponde a una segunda película: la novelista, ya adulta, lidiando con la producción del film que se terminaría estrenando en 1964. En estos segmentos hay una mirada interesante al proceso creativo, sin ahondar demasiado en el 'cine dentro de cine' pero ofreciendo apuntes interesantes que se disfrutarán, sobre todo, si se ha visto (¿alguien no lo ha hecho?) la película a la que hace eco. El tono aquí es más bien cómico: un personaje cascarrabias truncando la ilusión y la 'magia' de los trabajadores de Disney. Hay un choque, y deja algunos intercambios verbales divertidos.

El problema llega con la película 'del pasado', los flashbacks. Sería injusto negar que está correctamente filmado, porque lo cierto es que lo está, con una fotografía que remite a las películas clásicas del Hollywood familiar, y algunas secuencias bastante trabajadas (sobre todo, cierta escena nocturna en un lago). Pero lo que es indiscutible es que todo es muy cursi, extremadamente, hasta el punto de dar (en alguna ocasión) arcadas, especialmente en los flashbacks que se introducen el terce actor. El último es demencial. En "Mary Poppins", Julie Andrews cantaba una canción que en la versión española decía algo así como "Con un poco de azúcar esa píldora que os dan, la píldora que os dan, pasará mejor." Bien, Lee Hancock no pone un poco de azúcar: echa el azucarero entero. Y -a veces- empalaga hasta el punto de generar diabetes y crear una especie de muerte por glucosa.

"Al encuentro de Mr. Banks" abusa además de la música de la forma más sensiblera posible. Y es curioso que en esos momentos no funcione en absoluto (todo lo contrario, más bien) y que si que logre que sus trampas tengan efecto cuando no usa este recurso. Por ejemplo, en el tercer acto, hay cierta conversación (que no spoilearé) que es un tuco de guión completamente evidente. Pero llega a emocionar algo. Funciona aún sabiendo que la están metiendo doblada. También hay aciertos en alguna caracterización, y una buena interpretación de su reparto, aunque todo sea tan increible (la historia no hay por dónde cogerla) que no queda más que aceptar la película como exactamente eso: una película, protagonizada por personajes y no 'personas' de un 'basado en hechos reales'. Aprobada porque en el fondo, tiene un tono tan amable que casi da igual que sus errores sean tan evidentes. Hay películas (mucho) peores que ver, eso seguro.
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44 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Disney se autopublicita y le sale más que bien
"Al encuentro de Mrs Banks" resultó ser el producto perfecto para que la Disney se hiciera una obvia autopublicidad y, de esta manera, conseguir que aquellos fieles de antaño corran a la búsqueda del blu-ray de "Mary Poppins" o hacia los desaparecidos ejemplares en versión prosa de P.L Travers.

La historia nos contará todas las anécdotas que presuntamente se sucedieron durante la pre-producción de lo que más tarde se convertiría en un clásico de la casa del ratón, y los conflictos con los que el mítico Walt Disney tuvo que filtrear para que P.L Travers no interfiriera más allá de la entrega de los derechos de su novela "Mary Poppins" y, para ello, nos ponen una pareja de titantes yéndose a duelo en cada escena: Tom Hanks y Emma Thompson.

En esta película todo parece estar hecho con todo el amor de la fábrica de los sueños de Hollywood: un diseño de producción impecable, fotografía de ensueño, escenas para la posteridad, un guión sólido y brillantes interpretaciones. Y es quizás sus interpretaciones el mayor punto a su favor. Thompson está impecable como Travers trayéndola a la vida, y Tom Hanks (aunque aparezca menos de lo esperado), realiza una importante y convincente representación del gran Disney.

Al tiempo en que se relaciona el pasado y el presente del personaje principal, el filme nos va narrando de una forma sublime todos los miedos, culpas, desencuentros y egos que pueden encerrarse en un foro de grabación y cómo el perdón a uno mismo resulta ser la pieza clave para la liberación y la felicidad.

Para aquellos cinéfilos que quieran disfrutar de un "detrás de" y quienes buscan un filme para reír y dejarse conmover, me atrevo a decir que nadie saldrá desairado de "Al encuentro con Mrs Banks", una película donde seguramente varios nos podemos encontrar también.
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29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Con un poco de azúcar la integridad del autor no nos molestará más...
Era inevitable, sabiendo que la factoría WD estaba implicada en el desarrollo de la película. Ya el cartel en el que la sombra de Walt se transformaba en un alegre Mickey anunciaba lo que venía a continuación.

Y lo que venía, evidentemente, era un concienzudo trabajo de blanqueamiento, planchado de arrugas y pasteurización de la realidad de los hechos, empezando por el propio tío "Walt" y su "fábrica de los sueños". Dicho sea antes de todo: Mary Poppins evidentemente es un clásico maravilloso e inolvidable, tengo bonitos recuerdos de ella, y en sí mismo creo que no tiene nada de malo que una peli infantil sea escapista e irreal, por qué no.

Lo malo es el trasfondo.

Nada más empezar la película se nos pinta a la señorita Travers (como iniste en ser llamada una y otra vez, ante los sordos oídos de casi todos, a los que evidentemente les chupa un pie todo lo que la mujer diga) como una maniática estirada y desagradable, capaz incluso de ser borde y desagradecida con la compañera de vuelo que amablemente le cede su sitio de equipaje para plegarse a sus manías. Sí, amigos: los primeros minutos de la peli están dedicados íntegramente a intentar que le cojas manía a esta estúpida repipi que tiene la tonta pretensión de que se respete el espíritu de su obra y sus personajes. ¡Ja! ¡Qué se habrá creído! Para más antipatía, Pamela Travers no soporta la estética ultra-dulcificada del mundo Disney, con sus jardincitos perfectos, sus peluchitos sonrientes o sus reuniones de trabajo acompañadas de pasteles y gelatinas. Al parecer en el reino de la Fantasía no existe la diabetes y los trabajadores cantan felices mientras se atiborran de chucherías. Ejem.

En fin, es que Travers es todo lo contrario que "Walt" (allí todos le llaman así; ya sabes, era un tío super campechano y simpaticote que nunca paraba de sonreír y trataba a todo el mundo super bien) y sus compañeros, que son una gente super llana y accesible que sólo pretenden crear una peli llena de magia transformando a su antojo guión y personajes, pasándose por el forro cualquiera de las peticiones de la autora de los libros. Pero bueno, ¿quién será ella para andar pidiendo que hagan esto o lo otro?

Ante la actitud de Walt, sólo me caben tres interpretaciones: una, que los libros no le gustaron realmente, pero, listillo y con ojo comercial, captó el posible filón si le añadíamos al asunto una o varias "cucharadas de azúcar" en forma de canciones, bailes, segmentos animados, cuartos que se ordenaban mágicamente... Dos: sí le gustaron, pero no los entendió en absoluto. O tres, una mezcla de ambas cosas.

Porque si no, no me lo explico. No me he leído los libros de marras, pero por las palabras de Travers, queda muy claro que su Mary Poppins no abogaba por pintar las cosas de color de rosa y mantener a los niños al margen de las realidades desagrables de la vida, sino que les animaba a madurar y enfrentarse a ellas de forma realista, un mensaje bastante iconoclasta incluso a día de hoy, quizás más que nunca. Si este era el mensaje de los libros, y a Disney (y a "miles de niños") supuestamente les encantaron, ¿por qué era necesario traicionarlo TOTALMENTE para la película y convertir a Poppins en un hada madrina que resuelve los problemas con magia?

En fin, pese a todo el progreso que nos han mostrado en películas como la reciente y fantástica Frozen, Disney sigue siendo Disney, y en definitiva todo se resuelve de forma que la tontorrona de Pamela Travers se da cuenta de ella estaba equivocada y que debe de abrirse al mundo y a la felicidad, lo cual está muy bien, y dejarse de tonterías y permitir que la invada la "magia Disney", y hasta dormir abazada a Mickey, lo cual me resulta un poco discutible. Pese a todo le pongo cinco estrellas, porque Emma Thompson, la heroína de la película, hace una interpretación colosal y le otorga al papel un carisma y un capacidad de empatizar con su personaje que no están al alcance de cualquier actriz, y finalmente me hizo soltar varias lágrimas ante la terrible vulnerabilidad y el dolor que esconde su personaje. Y así, pese a todas las perrerías que le hace el guión, un personaje destinado a resultar un tanto antipático por lo menos al princicio de la peli, acaba convertido en el entrañable estandarte de todos los que se han atrevido alguna vez a luchar contra la corriente y no dejar que se ahogue su voz en pos del dinero u otros intereses. Un último apunte en la zona spoiler.
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29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Al encuentro de Mrs. Travers
Película que narra la cesión de los derechos de autor de la escritora P.L Travers a Walt Disney, a su vez que nos presenta parte del proceso de preproducción en la elaboración del guión.

Una película que se divide en dos narraciones que bien podrían ser dos películas diferentes. Muy distantes en su forma e incluso al público al que puede ir destinado, tienen ambas un mismo factor común: el factor Disney. Si bien la narración de la infancia de la escritora no cae en un dramatismo fácil, sí que posee unas características Disney bien apreciables, que de bien seguro agradará al público medio. En cuanto a la otra parte de la narración, se podría llegar a pensar –partiendo de la base que es un film Disney sobre Walt Disney y el propio Disney- en una idealización y un endulzamiento de éstos. Algo que parece intentar evitarse en un comienzo, siendo lo más objetivo posible, pero que acaba cayendo ante dicha tentativa.

En lo que a actores se refiere, una excelente Emma Thompson (P.L Travers) se lleva gran parte del protagonismo encarnando a su personaje pedante, enigmático y plano durante más de la mitad de la película (en spoiler [1]). Tom Hanks (Walt Disney) acertado como siempre. No tiene casi ni que esforzarse para ser buen actor. Collin Farrell maneja bien su personaje, lleno de cambios de humor. Por último, quiero destacar personalmente al personaje del taxista Ralph (Paul Giamatti) que, sin grandes pretensiones, es uno de los personajes más acertados del relato.

La peor parte de la película son los giros del guión y de determinados personajes, que llegan a ser demasiado rápidos y poco justificados. Quiero destacar especialmente el cartel de la película. Muy acertado. Me refiero al que salen Travers y Disney paseando y que en su sombra se proyecta a Mary Poppins y Mickey Mouse, respectivamente. Resume la afinidad y orgullo que supone para un autor su propia creación artística [2].

En definitiva, Al encuentro de Mr. Banks es una correcta película comercial que gustará al público al que va destinado. Una película de Disney por Disney.
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20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Volemos todos una cometa
Al encuentro de Mr Banks es un ejemplo de buen cine comercial lleno de buenos sentimientos y mejores intenciones.
Un poco al estilo de Descubriendo Nunca Jamás, la maravillosa película de Marc Forster sobre la creación de Peter Pan, la cinta de John Lee Hancock detalla el proceso de adaptación de las novelas de Mary Poppins al cine en el inmortal musical con Julie Andrews. Pero en realidad la historia de cómo se cocinó semejante éxito es lo que menos importa de la historia. La película es, por encima de todo, la descripción de dos relaciones casi de amistad, o al menos de cariño y respeto (la de P.L. Travers con su chófer, un estupendo Paul Giamatti, y por supuesto la que unió a la escritora con Disney) y una oda al poder reparador de la literatura y la ficción y a cómo estas puede formar parte de la vida de los que las practican de una forma que otros apenas puedan comprender. Como tal, la película es estupenda, se deja ver maravillosamente y es la mar de entretenida. sin embargo, queda la sensación de que le falta gas en muchos momentos y que no pone toda la carne en el asador en el apartado más emocional de la narración, que es el que conecta con los corazones de los espectadores, como sí hacía la mencionada cinta con Johnny Depp y Kate Winslet. Queda así un poco fría para el espectador, sobre todo para aquellos que no sean particularmente fans de la historia de la niñera con paraguas, y no termina por tanto de cuajar como debería, o como sí cuaja en los flashbacks o en la secuencia final en el cine.
Afortunadamente, Hancock tiene tres actores en pantalla que valen su peso en oro. La verdad es que no se entiende muy bien a qué viene el odio de muchos espectadores hacia Tom Hanks, cuando sigue siendo un actor de los que ya no quedan, único a la hora de meterse en todo tipo de personajes, pieles y maquillajes sin que nadie le preste atención a que es él, Tom Hanks, aquel chico que nos enamoró en Big hace tantos años. Colin Farrell es otro siempre infravalorado, pero aquí está simple y llanamente soberbio en el que quizás es el personaje más encantador y bondadoso que ha interpretado nunca. Y Emma Thompson, la estrella absoluta de la función, merece todos los premios del mundo por clavar las estridencias e infinita complejidad de la creadora de Mary Poppins. El suyo es un recital de emociones para enmarcar y cuidar durante mucho tiempo.
En definitiva, una película bonita y entretenida, que podría haber dado para más pero cumple muy bien con sus objetivos.

Lo mejor: Emma Thompson, Colin Farrell y todas los flashbacks que detallan la infancia de Travers, las más emotivas del metraje.
Lo peor: Es bonita pero le falta ese punto de maestría dramática y de emoción que tenía su pariente cercana Descubriendo Nunca Jamás.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Salvando al Sr. Banks y a Disney.
Emotiva. Esta es la palabra que me ha venido a la mente al terminar de verla. Un gran trabajo de realización a cargo del director de The Blind Side (Un sueño posible) (2009). John Lee Hancock consigue llevar a buen puerto el trabajo que supuso poder trasladar a la gran pantalla la obra de P.L. Travers, Mary Poppins. Reconozco que, aunque han habido muchas películas que me han hecho emocionar, la que nos ocupa, sin duda, ha conseguido sacarme de mí algunas lágrimas. Tom Hanks y Emma Thompson están espléndidos como Walt Disney y la escritora respectivamente. Tal vez, el mejor caracterizado ha sido Hanks, a tenor de ver fotos del Walt original durante los títulos de crédito del final, he visto mucho parecido. Merecería estar nominada a muchos Oscar, pero ya sé sabe cómo va esto en Hollywood. El diseño de producción es soberbio, trasladar a la gran pantalla la visión de cómo era la California de los sesenta y la propia Disneylandia. Esas oficinas, esa Walt Disney Productions, magnífico. Todo es sensacional, parece que estés ahí. La imagen (ya la vemos en el trailer, así que no estoy destripando nada, tranquilidad) de Disney (Hanks) recibiendo a Travers (Thompson) en Disneylandia, es como si estuviera viendo al Disney de carne y hueso. Todo muy bien hecho. Me ha parecido un guión muy bueno. Sin ninguna duda, se han documentado bien. Al menos, con ese detrás de las cámaras, podríamos decir, en la creación del guión, con el guionistas y los compositores de la música y las canciones, junto con el personaje de la Thompson, que pidió a Walt que constaran todas las reuniones grabadas en cinta. Se ve que esa mujer era dura de pelar, algo borde también, pero bueno, teniendo un pasado como el suyo, como el que va apareciendo en bastantes flashbacks, me ha dado algo de pena. Hablando de flashbacks, parece que se abusa de ellos, pero tal vez, y en cierto modo, sirve para ayudar a contar la historia mucho mejor.
Me dejaba a los secundarios, que hay bastante actor y actriz conocida. Por ejemplo, Paul Giamatti como el chófer de Travers, está muy bien en su personaje y le hace ver el lado positivo a la mujer. Colin Farrell y Ruth Wilson como unos sufridos padres y un descubrimiento, el de la joven actriz Annie Rose Buckley que interpreta a Ginty.
Mary Poppins, tal como la pintan en los mencionados flashbacks me ha recordado a la Niñera Mágica (aquella película que interpretó hace unos años, casualidades del destino, la misma Emma Thompson), pero sin verruga y algo más decente.
El problema que le veo a esta película, un problema que no afecta a su bienestar, es más bien para los que quieran ir a verla. Aunque sea de la factoría Disney no significa que a los niños les llegue a gustar. Tal vez la película Mary Poppins era de temática infantil, pero esta Saving Mr. Banks (es que, perdonad, pero se me atraganta el título español) tiene pasajes bastante adultos, y tal vez haya niños o niñas en que les parezca aburrida.
Es un film que, cuando lo veáis, os llegará al corazón, os lo aseguro y quién sabe si os arrancará algunas lágrimas en el proceso. En mi caso, así ha sido.
Mi nota final es gloriosa. Es un 10/10.
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19 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
La cutre historia de una triste rendición
Walt Disney es un señor muy majo muy majo muy majo.

Pamela Travers es una señora muy bruja muy bruja muy bruja.

Mr. Disney es amable, educado, comprensivo y el mejor jefe del mundo.

Miss Travers es borde, caprichosa, mandona, estúpida y maleducada.

Mr. Disney quiere hacer una película basada en un libro de la bruja Travers.

Miss Travers no quiere que Disney haga una película basada en su libro.

La Mary Poppins de Mr. Disney es tan dulce, amable y comprensiva como él.

La Mary Poppins de Travers es tan borde, mandona y mala pécora como ella.

Así pues, qué vio Mr. Disney en Mary Poppins para desear llevarla al cine.

Así pues, qué vio Miss Travers en la Mary Poppins de Disney para aceptar su oferta.

Cómo consigue Mr. Disney hacer comulgar con ruedas de molino a Miss Travers.

Cómo consigue Miss Travers renunciar a su Mary Poppins por la de Mr. Disney.

Y cómo consigue John Lee Hancock que Mr. Disney me caiga tan rematadamente mal.

Y cómo consigue John Lee Hancock que Miss Travers me caiga tan jodidamente bien.

En fin... Mr. Disney es Tom Hanks y sí, indudablemente hace un gran papel.

Peeero... Miss Travers es Emma Thompson, que se merienda a Mr. Disney-Hanks.

Y en definitiva... esto no es más que la cutre historia de una triste rendición.
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15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Bellísima
Una película hermosa de principio a fin con unas actuacciones excelentes, Hanks, Thompson, Farrel, Giamatti y Rose excelentes.
Una película que nos llevara a la niñez y ara sonrojarnos recordando a ese Disney tan grande y maravilloso.
Una historia de vida muy fuerte pero bien llevada.
Con esa perseverancia de Walt y la terqueas de trevers te harán reír y llorar por momentos.
Muy bien ambientada.
Una historia sin desperdicios, que mostrara como a veces el pasado puede cambiar el rumbo de nuestras vidas, y anclarnos en el.
Maravillosa historia
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Vamos a contar mentiras tralará
Al encuentro de Mr. Banks es una película para melancólicos, para disneymaníacos en general y fans de esa obra maestra que es Mary Poppins en particular. También es una mentira de principio a fin, pero ese es otro tema. O no.

John Lee Hancock dirige este escaparate onanista disfrazado de homenaje que es Al encuentro de Mr. Banks. El guion de Sue Smith y Kelly Marcel es una definición potente de lo que representa la palabra "mentira". No hay demasiado en la película que se corresponda con la realidad, sobre todo en el diseño de ese genio clonador llamado Walt Disney y en un final que está lejos de parecerse al que sucedió en realidad. En ese apartado, el resultado es una verdadera abominación. En la dirección, John Lee Hancock cae en el error de introducir con demasiada convicción unos flashbacks que entorpecen la narración con la única finalidad de dejar una moraleja final de psicoanalista amateur o de orador de capilla de media pelo. Aunque el diseño es elegante, Hancock nos presenta una historia plana que solamente encuentra algo de movimiento en los ya mencionados absurdos flashbacks, que son el único elemento que rompe la monotonía del relato, aunque sea para mal. Por último, quisiera destacar lo cerca que estuve de vomitar cuando escuché el alegado del señor Disney destinado a conmover; no había entendido hasta ese momento que Al encuentro de Mr. Banks era ciencia ficción y eso me chocó bastante.

El reparto es una maravilla, eso sí. Emma Thompson es una auténtica bestia y, puesto que la película gira en torno a ella, hace de contrapeso para equilibrar la balanza. Las apariciones de Tom Hanks son otro puntazo, haciendo creíble al exageradamente adulterado Walt Disney. Colin Farrell está ahí un poco como el que ve llover, con un buen trabajo pero sin relevancia real por mucho que forme parte de la moralina barata de la película. Paul Giamatti es un monstruo que lo mismo te acojona que te conmueve y todo con una facilidad pasmosa. El trío formado por Jason Schwartzman. Bradley Whitford y B.J. Novak suma muchísimo, convirtiéndose en tres encantadores secundarios.

Resumiendo: Al encuentro de Mr. Banks es una mentira de película, una estatua del autobombo disneyniano, un ejercicio de onanismo en el que la verdad importa un comino, una apelación a la piedad por melancolía y un sendero abrupto que pretende venderse como carretera asfaltada. Una castaña importante, la verdad. La cosa es que su reparto es tan, tan, tan, tan bueno que equilibra la balanza. Una cosa por la otra.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Nunca dejes de soñar
Saving Mr. Banks trata la historia del último período de convicción a la inflexible y traumática Pamela Travers (autora del cuento Mary Poppins) por parte del mítico Walt Disney, para cederle los derechos del cuento y hacer una película, como seguro que ya sabréis.
Es un guión de adaptación libre de la verdadera historia, sobretodo en la parte de la infancia de la protagonista.El drama es alegre y comercial, que se sustenta por el buen reparto y su tono. Lo interesante en mi opinión, es la de conocer la enigmática personalidad de la escritora, y sus motivaciones a no cederla y más aún de como se inspiró para escribir su mítico cuento. El film tiene buen ritmo y la banda sonora es agradable; Hanks y sobretodo Thompson están muy bien y congenian a la perfección... Pero la infancia es la parte más bonita y compleja del film y quiero destacar a C. Farrell, no solo porque hace muy bien su personaje de padre contradictorio, feliz y amante de su familia, a la vez que alcohólico-depresivo, sino que también me parece la chispa de toda la creatividad del mundo de M. Poppins en la escritora, haciendo del recuerdo de su infancia la parte crucial para entrelazar y entender ese largo cortejo de convicción entre los dos personajes principales.
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11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un episodio muy concreto de la historia del cine
Película que cuenta un hecho muy concreto de la historia del cine.
Basado en hechos reales, cuenta como Walt Disney invitó a la escritora P.L. Travers 15 días a sus estudios en Los Ángeles para comprarle los derechos de autor de su obra Mary Poppins.
La película no habla en ningún momento de tema económico, y si de la relación de ambos, muy compleja por el carácter estricto, inflexible, rígido e incómodo de la escritora.
Esa es toda la película. Ella participa en el guión de la obra y de los números musicales, mostrando toda su incomodidad posible, inflexiblemente. Y Walt Disney, guionistas y compositores, detrás de ella estudiando comprenderla y entenderla para poder avanzar en la obra.
Paralelamente a esta historia, y de manera abusiva y casi incómoda, se va contando porque la escritora, soltera y sin hijos, tiene ese carácter, a través de episodios de su infancia y la relación con su padre principalmente, en Australia.
Y digo absorbente e incómoda porque cada secuencia que cuenta en el estudio de Walt Disney, va acompañada de un recordatorio de su infancia. Prácticamente cada secuencia, lo que hace realmente incómodo, más, cuando los episodios de su infancia la mayoría son intrascendentes.
Correctamente interpretada por Tom Hanks. Maravillosamente interpretada por Emma Thomson, y también podemos considerar protagonista a Collin Farrell, en el papel de padre de la escritora en Australia. Casi interviene más que Tom Hanks en toda la cinta.
La película tiene cierto encanto por informar como se gestan obras clásicas del cine como Mary Poppins en este caso. Negociaciones, relaciones, conflictos…etc.
La ambientación de la película, posiblemente lo más sobresaliente.
En general, cinta espesa, que sólo veo interés a gente muy amante del cine y sobre todo de Mary Popins. Yo me considero de los primeros, no de los segundos, por lo que tiene un aprobado raspado.
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Reinventando la historia.
Con una importante cuota de emoción pero no de aquella fácil, si no de la que llega producto de un trabajo minucioso y de depuración metódica, "Saving Mr. Banks" (2013) basada en hechos de la vida real, aparece como una agradable sorpresa en ese subgénero de redescubrir historias del pasado en la inagotable autoreferencia del mundo del cine.

Aunque los prejuicios y antecedentes previos que pudieran conocerse acerca de la vida de Walt Disney y sus vínculos con sombríos círculos de poder son de público conocimiento, la película corre en una dirección donde es preciso guardar esos datos para no contaminar lo que se nos presenta. Una historia donde la fuerza de las interpretaciones brilla y tanto el mensaje como la profundidad de los temas aparece diferente pese a tratarse de un leit motiv conocido.

Hablar de Emma Thompson y de Tom Hanks en acción a esta altura de sus carreras, es garantizar que no se perderá el tiempo en ver una película y si a ello le sumamos al gran Paul Giamatti y Colin Farrell por sólo dar otros nombres, la invitación pasa de grata a atractiva. Además, John Lee Hancock como director confirma que posee el tacto que ya probó en 2009 con "The blind side", y aún cargando con clichés logra que el contexto disipe lo previsible y lo tedioso.

Como contras, para quienes desconozcan de la noción de "Mary Poppins", su sentido y alcance en la industria, puede que el film les suene innecesario. Más aún si se extiende por dos horas, donde también pudiera criticarse la complaciente mirada a los referentes en cuestión, pero si se le analiza, se verán también simbolismos y mensajes más allá de lo explícito.

Estamos ante una buena película, bien hecha, bien actuada, con una musicalización deliciosa, que va a lo seguro y nos ataca donde más nos gusta que lo hagan. Una apuesta segura.

Recomendación:
Buena. Un film blanco, familiar y especial para amantes del cine.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
CREANDO MAGIA
Parece ser que la industria de Hollywood ha encontrado un filón con esto de mostrarnos los entresijos de los rodajes y la preparación de las películas de forma dramatizada. Algo que ya pudimos ver en la destacable “Mi semana con Marilyn” y la divertida “Hitchcock”.
Este año le toca el turno a una de las películas más emblemáticas de la historia del cine, nada menos que “Mary Poppins”, un título que más ha marcado generación tras generación desde hace exactamente cincuenta años.
Y es ese lado emocional con el que juega esta recreación realizada por la propia Disney, la mejor baza para el éxito de la película entre los espectadores.
El director John Lee Hancock que logró hacer ganar el Oscar a Sandra Bullock con “The blind side”, nos introduce en plenos años sesenta, y en la batalla creativa entre Walter Elias Disney y Pamela Travers, autora de los cuentos originales, y una persona intratable con un trauma personal que arrastra desde su infancia. La clave la encontramos en el título original de la película, y no en la errónea traslación al castellano.
No es una película sobre el rodaje de “Mary Poppins”, ni un biopic sobre Disney, sino más bien sobre la vida de Travers, y sobre el viaje que realiza a los Estados Unidos y a su niñez en la Australia de principios del siglo XX.
Pero eso no deja que los mitómanos de la figura del creador de Mickey Mouse, disfruten (disfrutemos) de la cantidad ingente de guiños sobre su figura, películas y sobretodo su excelente gusto por los musicales.
Todas y cada una de las escenas donde aparecen los hermanos Sherman creando las magníficas canciones a golpe de piano son de los mejor de la película. Casi es más bien un homenaje a su banda sonora, más que a la película en sí misma.
La pareja protagonista es de quitarse el sombrero, Hanks se ha mimetizado en Disney y lo representa con la ternura propia que todos recordamos. Casi invita a la realización de un spin-off con él, sobre su vida. Y Emma Thompson es inconmensurable, su papel despierta el mayor interés de la cinta, y te hace ver, aunque sea solo por encima, el peso que llevaba la autora sobre sus hombros.
Dos grandes autores, que desde dos puntos de vista diferentes, lograron crear algo mágico y perdurable en el tiempo.
Es probable que el visionado de la cinta no sea del todo satisfactorio, ya que su ritmo emocional es en muchas ocasiones algo parco, sobre todo en aquellos momentos de la vida en Australia. Pero sin duda logra llegarnos a nuestro corazón con escenas que nos harán volver a creer en el polvo de hadas y en la magia más inocente de nuestra infancia.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Supercalifragilisticaexpialidosa
En efecto, tal y como se nos cuenta en esta película, parece que al papá del ratón Mickey le costó en su día Dios y ayuda hacerse con los derechos de la popular novela infantil “Mary Poppins”. La autora del libro, la escritora australiana Pamela Travers, no le puso las cosas nada fáciles y estuvo dándole largas durante varios años hasta que finalmente dio su brazo a torcer. El film de Lee Hancock reconstruye la última fase de lo que fueron estas arduas negociaciones (al parecer fueron en total catorce años de tira y afloja y no veinte como le oímos decir a Tom Hanks en un momento dado, al menos en la versión doblada).

Y qué importa que las cosas no ocurrieran exactamente como se nos cuentan en la película; “Al encuentro de Mr. Banks” posee el suficiente encanto para que no tengamos en cuenta estas minucias. Puede que algunos personajes y algunas situaciones que vemos en pantalla se hayan idealizado en exceso, pero ello no nos impide descubrir cómo debieron ser en realidad esos personajes, y cómo debieron sucederse los hechos que se relatan, de una forma bastante amena por cierto. Y así, de un lado tenemos a un insistente Walt Disney desplegando sus dotes de seducción y su artillería pesada – su dinero- dispuesto a conseguir su caramelo y llevarse al huerto a su “escritora favorita” (según llega a confesar en una ocasión) y que no deja de ser un tipo encantado de conocerse a si mismo y un narcisista de mil pares. En el otro extremo, la estirada Pamela Travers, una maniática y remilgada tiquismiquis, aunque en el fondo un ser tremendamente frágil temeroso de vender su vida y su obra al mejor postor.

Por si fuera poco se da la circunstancia de que en “Al encuentro de Mr Banks” tenemos dos películas por el precio de una. En la primera, asistimos al mencionado choque de egos entre Mr Disney y Mrs Travers, abiertamente una comedia que da pie además a una reflexión soterrada sobre el eterno conflicto entre arte y negocio. La parte dramática se saltea en forma de flasbacks que recrean la infancia de la protagonista y que se van intercalando en la trama principal a lo largo del metraje. La Travers adulta habla con la Travers niña que acude desde el otro lado del espacio y del tiempo para recordarle quién era realmente Mr. Bannks y quién es ella misma. Esa infancia, tan propensa siempre a ser idealizada - aquí se hará a través de una bella fotografía en tonos amarillos y dorados- puede resultar también ese otro territorio oscuro en el que vamos dejando atrás nuestros complejos y nuestros recuerdos más amargos. Los artistas son de esos seres privilegiados que pueden elegir entre sacar un día a la luz y a la superficie ese sustrato para compartirlo con los demás o no hacerlo,. Y por supuesto también son muy libres de permitir o no que alguien pueda llegar a adueñarse algún día de ese mismo sustrato y esos mismos recuerdos y dar su propia versión.

Por lo visto, a muchos esta mezcla de drama y comedia se les ha terminado indigestando. Demasiado dulzona dicen. A mí me ha parecido una propuesta coherente que además tiene plena autoconsciencia sobre el mensaje que quiere ofrecer (ni el propio Walt Disney me parece que quede totalmente redimido al final). Si la historia es desigual, si los flasbacks no encajan bien con la trama principal, es porque ésta es un peldaño más atractiva que aquella...

Y no nos engañemos, allí está también Emma Thompson. Todo en la película gira alrededor de esta actriz felizmente recuperada para el cine después de algunos años desaparecida. Su ausencia entre las nominadas al Oscar del año es una de las injusticias más incomprensibles de la reciente historia de los premios. Con Thompson, reímos, lloramos, nos emocionamos; la británica está inmensa, tanto que hace palidecer el trabajo de algunos de sus compañeros de reparto. Tom Hanks cuenta con el handicap de que su personaje tal vez no está todo lo bien trazado que debiera, y todos sabemos los problemas que tiene siempre Colin Farrell para sacar adelante sus papeles, especialmente los más dramáticos. Quienes sí están definitivamente estupendos son Jason Schwartzman que mantiene el tono en las escenas al piano con la Thompson (o en el emotivo “Bye it” junto a Hanks) y el ya indispensable Paul Giamatti en un personaje que derrocha humanidad y ternura.

En resumen, “Al encuentro con Mr Banks” me parece una buena película… más que buena, bonita, tierna, encantadora,… no sé, en una palabra,yo la encuentro supercalifragilisticaexpialidosa.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Amable, soñadora, feliz y bonita
Dos horas que te sumergen de lleno en el mundo de la factoría Disney desde dentro tal y como sería hace 50 años mientras se gestaba la archiconocida película de Mary Poppins. La película guarda un tono tan amable durante toda la película que resulta casi imposible sentirse alegre y con una media sonrisa mientras la estás viendo.
Esas dos horas se hacen muy llevaderas y creo que te hace transportarte al pasado gracias a un diseño de producción muy bien cuidado en todos los escenarios, y los personajes que aparecen, tanto protagonistas como secundarios creo que están muy bien construidos: aun cuando no sabemos cómo era Walt Disney, el personaje encarnado por Tom Hanks resulta totalmente creíble y con muchos matices que le hacen parecer como si fuera el gran padre de la película, una interpretación diferente por parte de este gran actor; y lo mismo pasa con Travers, que aunque no la hubiéramos conocido, es un personaje tremendamente bien construido por parte de Emma Thompson, bajo mi punto de vista una interpretación muy muy buena que ofrece una gran cantidad de sentimientos, gestos y muchos matices que la hacen pasar por momentos serios, amables, antipáticos y emotivos siendo cada vez tan creíbles como el anterior. Por su parte, los secundarios que menos aparecen, cada vez que entran en acción le dan ese toque afable y humano a la película, que finalmente acaba por convertirse en un relato que habla sobre los sueños, la infancia y el querer es poder de una forma general tan bien equilibrada que resultará muy atractiva tanto para mayores como para pequeños.
Bajo mi punto de vista, es una película con gran corazón que te deja muy satisfecho después de verla, y te involucra casi sin darte cuenta mientras estás inmerso en ella, y eso es muy difícil de conseguir. Disfrutadla.
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9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
BUENOS ACTORES, BUENA HISTORIA...
...en definitiva, una gran película. Admito que aunque esta película fui a verla principalmente por mi admiración hacia Emma Thompson, pues "Mary Poppins" nunca me gustó mucho y Walt Disney no es el personaje de la historia del cine que más me atraiga, el resultado es grandioso. Lo mejor es que te cuenta con excelente ritmo narrativo una historia poco conocida sobre la producción de "Mary Poppins", algo que se ve reforzado por las magníficas interpretaciones de Tom Hanks y Emma Thompson como Walt Disney y P.L. Travers respectivamente.
La música de Thomas Newman, junto con los actores secundarios (Ruth Wilson,Colin Farrell...), crean un delicioso entorno, sobre todo en lo que respecta a como se intercalan las escenas de la producción de "Mary Poppins" con las de los recuerdos de Travers.
Volví a ver "Mary Poppins" por primera vez en mucho tiempo después de ver esta gran película y me gustó mucho más que cuando la vi por primera vez, y es que el saber de donde provienen las ideas de una historia ayuda mucho a apreciarla.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
AL ENCUENTRO DE MR. BANKS...LO BIEN HECHO, BIEN ESTÁ
Hay veces que cuando una pélicula es buena, no se le debe pedir más.
"Al encuentro de Mr. Banks" es eso: una película buena: Una historia interesante, bien contada, con buenas interpretaciones, buena dirección, buen guión, buena música, buena fotografía, buena dirección artística, buen sonido...un cóctel bien agitado, con los ingredientes justos para hacerte pasar un rato agradable sin emborracharte. Ahí radica su mayor virtud: cumplir de lleno su objetivo, ya que nació para ser buena y no magnífica.

En esta época maldita del año que nos bombardean con "obras maestras y lecciones de cine" prefabricadas para alzarse con una buena colección de estatuillas doradas, llenar las arcas de ciertos productores duchos ya en estas estrategias, e hinchar los egos de psudo-directores autoelevados al olimpo de los falsos dioses, se agradecen productos sólidos y coherentes como éste, que no pretenden ser más de lo que son.

Dicho de otro modo: que nadie espere el "biopic" definitivo sobre la figura del señor Disney, ni un drama demoledor, ni un melodrama de esos de encoger el alma, ni una comedia de sonrisa perenne ni mucho menos de carcajada fácil. Que nadie espere nada de eso y sí un drama ligero, pero solvente, con toques de comedia, un poco de cine dentro del cine, otro poco de biografía no oficial de dos personajes opuestos y un bastante de nostalgia. Todo eso y una película dentro de otra película que se va contando a golpe de flashback hasta confluir inevitablemente al final del metraje.

Es en este punto donde pueden surgir las mayores y quizás las únicas pegas. Si bien la historia del padre de la Señorita Travers, situada a principios del siglo XX, resulta interesante, conmovedora y esclarecedora, también es cierto que en ocasiones también se hace reiterativa, excesiva y un poco innecesaria. Quizás son demasiados saltos al pasado y no todos oportunos ni necesarios. Quizás, sólo quizás, a pesar de lo atractiva que resulta esta inesperada historia, te deja con hambre de un poco más de la lucha entre Disney y Travers por los derechos de Mary Poppins. Aún a sabiendas de que la están suavizando y edulcorando. Aún a sabiendas que la película deriva en una redención de la figura de la autora de Mary Poppins, que en la realidad debió ser un personaje digno de las malvadas de la tradición más Disney. Aún a sabiendas que en realidad esa lucha más que el centro de la película, es el pretexto para ella, casi un "MacGuffin". Sí, aún a sabiendas de todo eso, quizás no le hubiera venido mal un poco más de intensidad en ese aspecto.



Aparte de esa, ahora mi única gran queja de verdad: ¿¡A quién se le ocurrido la absurda idea del título en español?! Vamos a ver, señores traductores de títulos:

1-"Salvando a Mr. Banks", a pesar de ser un título poco atractivo, tiene sentido; tiene todo el sentido del mundo, porque en realidad de eso va la película: de por qué la bruja Travers se empeña en que el personaje de Mr. Banks (el padre de los niños a quienes cuida Mary Poppins) no aparezca como un padre insensible y distante.
2-"Al encuentro de Mr. Banks", no sólo es un título de esos que te hacen no entrar en una sala de cine, es que además no tiene ningún sentido. 3-Mi consejo para el siguiente título que quieran traducir: déjenlo como está, aunque sea en inglés, o al menos no le encarguen que se lo traduzca a ningún señor traductor de la competencia.

Una vez puestas todas mis quejas, sólo me quedan elogios.

Primero a Enma Thompson que lentamente y sin prisas, va devorando la pantalla según avanza la película, con esa elegancia y esa contención impostada a que nos tiene acostumbrados. Haciendo una recreación magnífica de su personaje, dotándole de humanidad y hasta de una cierta simpatía que dudo que tuviera originariamente.

Después a Tom Hanks, que después de muchos años ha conseguido convencerme en un papel, haciéndome olvidar que a quien veo es a él y no a Walt Disney.

Por supuesto a Paul Giamatti que construye un "secundario" sólido como una roca.

A Collin Farrell, por ser creíble....y así, uno a uno, todos los integrantes del reparto por saber dar vida a sus papeles y convertirlos en personajes de carne y hueso.
Después a su director, John Lee Hancock, por su mano firme, su profesionalidad y su falta de pretensiones y de pretenciosidad; por saber encajar las piezas y por su elegancia.

Luego a los guionistas, Sue Smith, Kelly Marcel, sobre todo por saber limitarse a unos pocos personajes y por escribirlos tan bien.

Y por supuesto a Thomas Newman por su efectiva banda sonora.

A destacar la secuencia en que intercalan pasado y presente usando el ensayo de la canción del banquero como nexo, creando uno de los puntos álgidos de la historia.
Y sobre todo el sereno duelo interpretativo de los dos protagonistas en la secuencia que da sentido a toda la película, cuando Disney consigue finalmente los derechos de Mary Poppins para su adaptación al cine. Sólo por éstos minutos, siempre sin grandes alardes, merecen la pena los 120 restantes. Es más, aunque sólo fuera por despertar la curiosidad hacia esa sí magnífica película que es Mary Poppins, ya merecen la pena los 125 minutos.

Insisto: una película buena; no magnífica, ni gloriosa, ni que escribirá una página dorada en la historia del cine...pero de esas, la verdad, ya empieza uno a estar un poco harto.
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Nunca dejes de soñar, etc.
Si se quiere disfrutar de Al encuentro de Mr Banks hay que ir a la sala de cine con buenas intenciones y dejarse engañar un poco. Si acudimos con el ceño fruncido y con pocas ganas de emocionarnos, es mejor pasar. Esta película es puro Disney: todos los personajes tienen un gran corazón, aunque sean cascarrabias, alcohólicos o antisemitas.

Dicen que Walt Disney se repetía el siguiente discurso al levantarse de la cama: "Soy un líder, un pionero, soy uno de los grandes hombres de mi tiempo. Muchas más personas en el mundo conocen mi nombre que el de Jesucristo. He creado un universo. Mi fama sobrevivirá al tiempo". Alrededor del creador del imperio Disney siempre han circulado muchos rumores, unos más infundados que otros. No obstante, no parece que fuese un ejemplo en muchas de sus facetas. Pero quien esté libre de pecado, etc.

(...)

En nuestro caso, ni siquiera hemos visto Mary Poppins ni leído sus libros. Tampoco nos hemos sentido nunca demasiado cercanos al mundo Disney. Ni cuando éramos niños. Por lo tanto, llegamos a esta película sin ninguna predisposición emocional. Y una vez vista, podemos afirmar que nos hemos dejado engañar un poco…

Al encuentro de Mr. Banks tiene un aroma a clásico bienintencionado que se disfruta con facilidad. A ello ayuda un guión que no esconde en ningún momento sus objetivos: quiere emocionarnos, hacernos soñar y repescar ese niño que, dicen, todos llevamos dentro. (Por cierto, una de las guionistas de esta película se encarga de Cincuenta Sombras de Grey). Es una película honesta que desde el inicio muestra sus cartas. Si quieres entrar en ella, sabes que tienes que dejar a un lado los ceños fruncidos y olvidarte que la vida siempre tiene dos caras. Aquí, solo veremos una. La amable. La del Disney creador de un imperio que hizo soñar a millones de niños y adultos. O algo.

La película gira en torno a un recurso trilladísimo en el cine familiar: el corazón herido de una persona cascarrabias que esconde un pasado triste deberá ser ablandado por toda una corte de personajes bienintencionados. Aquí el cascarrabias es P.L. Travers, una escritora célebre por ser la creadora de Mary Poppins cuyas finanzas flaquean a principios de los 60 y da una oportunidad a Walt Disney para trasladar su personaje al cine.

El chófer, el abogado, los guionistas, los músicos, las secretarias, y el presidente del imperio Disney dedicarán todo el metraje a ablandar y redimir el corazón de Miss Travers. El recurso narrativo es tan insistente que asfixia la película. Este es el aspecto más negativo de Esperando a Mr. Banks.

No obstante, la cinta consigue algunos de sus objetivos. Y aunque no somos nada aficionados al uso de flashbacks en el cine, la infancia de la protagonista, gestionada narrativamente de forma certera, es la mejor parte de la historia a nuestro juicio. Esperando a Mr. Banks gana empaque a través de esta historia paralela y se nos hace más llevadero el cansino proceso de ablandamiento y camelo al que nos hemos referido más arriba.

Nos gusta el cine dentro cine, sí. Y esta película tiene mucho eso. Muchos críticos señalan esta parte como la más positiva de la película pero a nosotros nos resulta demasiado artificiosa, aunque esté basada en una historia verídica.

El trío de actores principales cumple con sus respectivos papeles. Emma Thompson está notable como P.L. Travers, Tom Hanks tira de oficio y ofrece algunos golpes de humor y un borracho soñador es un personaje que le viene como anillo al dedo a Colin Farrel.

Esperando a Mr. Banks requiere un importante esfuerzo del espectador, el esfuerzo de no esforzarse. Simplemente dejarse llevar. Y luego, probablemente, olvidar.

Lo Mejor: Aroma a buen clásico familiar. La historia de P.L. Travers niña en Australia.

Lo Peor: Exceso sentimental. El recurso narrativo de cascarrabias en proceso de ablandamiento emocional llega a irritar.

[crítica extraída de alucine.es]
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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