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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
7
Drama Durante catorce años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, 'Mary Poppins', que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En efecto, tal y como se nos cuenta en esta película, parece que al papá del ratón Mickey le costó en su día Dios y ayuda hacerse con los derechos de la popular novela infantil “Mary Poppins”. La autora del libro, la escritora australiana Pamela Travers, no le puso las cosas nada fáciles y estuvo dándole largas durante varios años hasta que finalmente dio su brazo a torcer. El film de Lee Hancock reconstruye la última fase de lo que fueron estas arduas negociaciones (al parecer fueron en total catorce años de tira y afloja y no veinte como le oímos decir a Tom Hanks en un momento dado, al menos en la versión doblada).

Y qué importa que las cosas no ocurrieran exactamente como se nos cuentan en la película; “Al encuentro de Mr. Banks” posee el suficiente encanto para que no tengamos en cuenta estas minucias. Puede que algunos personajes y algunas situaciones que vemos en pantalla se hayan idealizado en exceso, pero ello no nos impide descubrir cómo debieron ser en realidad esos personajes, y cómo debieron sucederse los hechos que se relatan, de una forma bastante amena por cierto. Y así, de un lado tenemos a un insistente Walt Disney desplegando sus dotes de seducción y su artillería pesada – su dinero- dispuesto a conseguir su caramelo y llevarse al huerto a su “escritora favorita” (según llega a confesar en una ocasión) y que no deja de ser un tipo encantado de conocerse a si mismo y un narcisista de mil pares. En el otro extremo, la estirada Pamela Travers, una maniática y remilgada tiquismiquis, aunque en el fondo un ser tremendamente frágil temeroso de vender su vida y su obra al mejor postor.

Por si fuera poco se da la circunstancia de que en “Al encuentro de Mr Banks” tenemos dos películas por el precio de una. En la primera, asistimos al mencionado choque de egos entre Mr Disney y Mrs Travers, abiertamente una comedia que da pie además a una reflexión soterrada sobre el eterno conflicto entre arte y negocio. La parte dramática se saltea en forma de flasbacks que recrean la infancia de la protagonista y que se van intercalando en la trama principal a lo largo del metraje. La Travers adulta habla con la Travers niña que acude desde el otro lado del espacio y del tiempo para recordarle quién era realmente Mr. Bannks y quién es ella misma. Esa infancia, tan propensa siempre a ser idealizada - aquí se hará a través de una bella fotografía en tonos amarillos y dorados- puede resultar también ese otro territorio oscuro en el que vamos dejando atrás nuestros complejos y nuestros recuerdos más amargos. Los artistas son de esos seres privilegiados que pueden elegir entre sacar un día a la luz y a la superficie ese sustrato para compartirlo con los demás o no hacerlo,. Y por supuesto también son muy libres de permitir o no que alguien pueda llegar a adueñarse algún día de ese mismo sustrato y esos mismos recuerdos y dar su propia versión.

Por lo visto, a muchos esta mezcla de drama y comedia se les ha terminado indigestando. Demasiado dulzona dicen. A mí me ha parecido una propuesta coherente que además tiene plena autoconsciencia sobre el mensaje que quiere ofrecer (ni el propio Walt Disney me parece que quede totalmente redimido al final). Si la historia es desigual, si los flasbacks no encajan bien con la trama principal, es porque ésta es un peldaño más atractiva que aquella...

Y no nos engañemos, allí está también Emma Thompson. Todo en la película gira alrededor de esta actriz felizmente recuperada para el cine después de algunos años desaparecida. Su ausencia entre las nominadas al Oscar del año es una de las injusticias más incomprensibles de la reciente historia de los premios. Con Thompson, reímos, lloramos, nos emocionamos; la británica está inmensa, tanto que hace palidecer el trabajo de algunos de sus compañeros de reparto. Tom Hanks cuenta con el handicap de que su personaje tal vez no está todo lo bien trazado que debiera, y todos sabemos los problemas que tiene siempre Colin Farrell para sacar adelante sus papeles, especialmente los más dramáticos. Quienes sí están definitivamente estupendos son Jason Schwartzman que mantiene el tono en las escenas al piano con la Thompson (o en el emotivo “Bye it” junto a Hanks) y el ya indispensable Paul Giamatti en un personaje que derrocha humanidad y ternura.

En resumen, “Al encuentro con Mr Banks” me parece una buena película… más que buena, bonita, tierna, encantadora,… no sé, en una palabra,yo la encuentro supercalifragilisticaexpialidosa.
Juan Solo
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