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Voto de Francisco Javier Millan:
7
Drama Durante catorce años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, 'Mary Poppins', que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece ser que la industria de Hollywood ha encontrado un filón con esto de mostrarnos los entresijos de los rodajes y la preparación de las películas de forma dramatizada. Algo que ya pudimos ver en la destacable “Mi semana con Marilyn” y la divertida “Hitchcock”.
Este año le toca el turno a una de las películas más emblemáticas de la historia del cine, nada menos que “Mary Poppins”, un título que más ha marcado generación tras generación desde hace exactamente cincuenta años.
Y es ese lado emocional con el que juega esta recreación realizada por la propia Disney, la mejor baza para el éxito de la película entre los espectadores.
El director John Lee Hancock que logró hacer ganar el Oscar a Sandra Bullock con “The blind side”, nos introduce en plenos años sesenta, y en la batalla creativa entre Walter Elias Disney y Pamela Travers, autora de los cuentos originales, y una persona intratable con un trauma personal que arrastra desde su infancia. La clave la encontramos en el título original de la película, y no en la errónea traslación al castellano.
No es una película sobre el rodaje de “Mary Poppins”, ni un biopic sobre Disney, sino más bien sobre la vida de Travers, y sobre el viaje que realiza a los Estados Unidos y a su niñez en la Australia de principios del siglo XX.
Pero eso no deja que los mitómanos de la figura del creador de Mickey Mouse, disfruten (disfrutemos) de la cantidad ingente de guiños sobre su figura, películas y sobretodo su excelente gusto por los musicales.
Todas y cada una de las escenas donde aparecen los hermanos Sherman creando las magníficas canciones a golpe de piano son de los mejor de la película. Casi es más bien un homenaje a su banda sonora, más que a la película en sí misma.
La pareja protagonista es de quitarse el sombrero, Hanks se ha mimetizado en Disney y lo representa con la ternura propia que todos recordamos. Casi invita a la realización de un spin-off con él, sobre su vida. Y Emma Thompson es inconmensurable, su papel despierta el mayor interés de la cinta, y te hace ver, aunque sea solo por encima, el peso que llevaba la autora sobre sus hombros.
Dos grandes autores, que desde dos puntos de vista diferentes, lograron crear algo mágico y perdurable en el tiempo.
Es probable que el visionado de la cinta no sea del todo satisfactorio, ya que su ritmo emocional es en muchas ocasiones algo parco, sobre todo en aquellos momentos de la vida en Australia. Pero sin duda logra llegarnos a nuestro corazón con escenas que nos harán volver a creer en el polvo de hadas y en la magia más inocente de nuestra infancia.
Francisco Javier Millan
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