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Críticas ordenadas por:
100 años de perdón
100 años de perdón (2016)
  • 6,1
    21.098
  • España Daniel Calparsoro
  • Rodrigo de la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo ...
6
Quien roba a un ladrón... (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 15 de abril del 2016)
“Cien años de perdón” se ha convertido en la película española más taquillera en lo que llevamos de año, dejando un mensaje diáfano: el público español quiere ver cine de género, aunque no sea “made in Hollywood”. Lo curioso del caso es que el filme dirigido por el irregular Daniel Calparsoro y el imprescindible guionista Jorge Guerricaechevarría, es que funde sus raíces en la realidad cotidiana de la sociedad española. Prima hermana de la reciente “El desconocido” (2015), “Cien años de perdón” emplea como “leit motiv” el atraco a un banco para luego desviarse hacia los recovecos de la corrupción política que ha sufrido la Comunidad Valenciana en las últimas décadas. Sin dar nombres reales todos sabemos que se hace referencia a Rita Barberá, Francisco Camps y demás cuchipanda. Sin olvidar los paralelismos con el “corralito” de Argentina, ya que varios atracadores son del país de Evita Perón.

“Cien años de perdón” presenta un arranque contundente (la pertinaz lluvia contribuye a crear la atmósfera adecuada), se atasca a mitad de metraje (como los atracadores que intentan escapar por el túnel subterráneo) y posee un final eficaz. El subgénero de películas de atracos ha alumbrado un ramillete de títulos imprescindibles en la historia del cine como “Atraco perfecto” (1956), “Tarde de perros” (1975) o “Reservoir Dogs” (1991). “Cien años de perdón” no engrosará esa nómina, pero se constituye en una película entretenida, que además tiene el plus de reflexionar de forma amena, sobre nuestra realidad más cercana. No hay que olvidar que España es uno de los países más corruptos del mundo mal que nos pese.
Al margen de la acertada dirección de Calparsoro (que deja atrás el fiasco de “Combustión”, 2013, que se reducía a una sucesión de estéticos spots publicitarios), el mayor acierto es el guion de Guerricaechevarría (colaborador habitual de Daniel Monzón y Álex de La Iglesia), que refleja la historia de un atraco narrado minuto a minuto, en el que se van abriendo varias tramas paralelas. “Cien años de perdón” es un “thriller” en el que los personajes muestran tanto su lado dramático como su sentido del humor (El Loco, encarnado por Joaquín Furriel, ayuda convenientemente a descargar de trama la drama). En la rica galería de personajes de “Cien años de perdón” están presentes roles de todos los ámbitos sociales que acaban construyendo un espejo en el que poder mirarnos. De tal manera que se aúnan, de forma equilibrada, escenas de acción con la cercanía de unos personajes humanos, en medio de un contexto de corruptelas varias.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hitchcock/Truffaut
Hitchcock/Truffaut (2015)
Documental
  • 7,0
    2.853
  • Estados Unidos Kent Jones
  • Documental, (Intervenciones de: David Fincher, Martin Scorsese) ...
8
Colosos del cine (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 8 de abril del 2016)
En 1962 Alfred Hitchcock y François Truffaut se reunieron durante ocho días para alumbrar el libro “El cine según Hitchcock” (1965), escrito por el director de “Los 400 golpes” (1959). 50 años después se ha convertido en la Biblia del cine, que cinéfilos, guionistas o directores de cine tienen subrayado hasta la saciedad. “Hithcock/Truffaut”, que se pudo ver por vez primera en Canarias en el reciente Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, recoge la esencia del libro a través de fotografías y fragmentos de las 50 horas que se grabaron como resultado de las 500 preguntas que formuló Truffaut con la inestimable ayuda de la traductora Helen Scott.
“El cine según Hitchcock”, que desgrana las 53 películas del cineasta de oronda silueta, desde “El jardín de la alegría” (1925) a “La trama” (1976), ha sido traducido a más de 20 idiomas y cambió la opinión del cine de Hitchcock en Estados Unidos, valorándolo a partir de entonces como un director-autor.
Kent Jones, que firma habitualmente en las páginas de la revista “Film Comment”, resume el espíritu de aquel memorable encuentro, combinando hábilmente imágenes de “La ventaba indiscreta” (1954), “Vértigo” (1958) o “Los pájaros” (1966) con las grabaciones sonoras originales y la participación de un selecto grupo de cineastas contemporáneos, que incluyen a David Fincher, Martin Scorsese o Wes Anderson. La película destaca frases de Hitchcock como: “Mi lema es: lo lógico es aburrido”, “los actores son ganado” o “el cine mudo es la forma más pura de cine”, así como revela detalles como que la archiconocida secuencia del acuchillamiento en la bañera de “Psicosis” (1960) se grabó tras 70 tomas y una semana de rodaje o que Hitchcock le pidió a Truffaut en varias ocasiones que apagara la grabadora para hablar “off the record”.
El gozoso encuentro entre Hithcock y Truffaut fue una especie de transmisión del testigo del cine, ya que el primero solo rodaría tres títulos más y el segundo solo había rodado tres largometrajes. Entre los 18 filmes que Truffaut grabó después se encuentran títulos seminales del cine como “La piel suave” (1964), “Fahrenheith 451” (1966) o “La noche americana” (1973). En definitiva, “Hithcock/Truffaut” es un verdadero regalo tanto para los cinéfilos como para el público en general, ya que retrata de forma ágil y amena el encuentro entre dos colosos del cine.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El regalo
El regalo (2015)
  • 6,4
    19.737
  • Estados Unidos Joel Edgerton
  • Rebecca Hall, Jason Bateman, Joel Edgerton ...
8
Old Boy (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 25 de marzo del 2016)
“El regalo”, que se exhibió en el pasado Festival de Sitges, donde Joel Edgerton se alzó con el premio al mejor actor, irrumpe en la cartelera española cinco meses después y lo hace con fuerza.
La vida de una pareja acomodada cambia radicalmente cuando comienzan a recibir misteriosos regalos de un antiguo compañero de clase de Simon. Ciertos secretos del pasado aflorarán después de más de 20 años. El debut en la dirección de largometrajes de Joel Edgerton, que también escribe el guion y produce la cinta, comienza como tantas películas: una pareja joven y feliz se muda a la casa de sus sueños para empezar una nueva etapa de su vida. Este inicio simple, sin malicia, se va tornando, paulatinamente, en un “thriller” psicológico en el que se van escanciando gotas de terror y el malestar se va deslizando dentro de la trama progresivamente, generando en el público un creciente nerviosismo en torno a lo que va a ocurrir. Es la elegancia sencilla del terror gradual, a la que ayuda la punzante banda sonora compuesta por Danny Bensi y Saunder Jurriaans. “El regalo” se encuentra en las antípodas de la cinta surcoreana “Old Boy” (2004), con la que comparte la premisa argumental, ya que esta apuesta por los fogonazos visuales.
La película juega con la curiosidad del espectador, que empatiza con una pareja aparentemente normal. “El regalo” parte de la base de que el hogar es donde uno se siente a salvo, así que si sentimos una amenaza en ese entorno, entonces sobreviene el pavor. La casa del filme presenta paredes acristaladas, para transmitir vulnerabilidad. Esta peculiaridad fue potenciada por el equipo técnico, particularmente en iluminación y cámara, de tal manera que se incorporan reflejos en los planos de mayor suspense y que tienen un sentido premonitorio de la historia. Una historia que explora la relación de Simon (Jason Bateman) y Robyn (Rebeca Hall), marido y esposa, que son la encarnación del éxito social.
El filme de Joel Edgerton (“Animal Kingdom”, 2010) responde a la pregunta: ¿Y si alguien a quien dañaste hace tiempo reaparece en tu vida en un encuentro fortuito? Por eso la trama explora el impacto del pasado común de dos personas sobre el presente, y los daños colaterales que se derivan. De tal manera que muestra cómo cada uno recuerda los hechos pasados de diferente manera. La gente entiende su pasado a través del prisma de su propia experiencia individual. Lo que una persona puede recordar como una broma inofensiva, otra puede interiorizarlo como una profunda e hiriente violación.
“El regalo” se basa en un sólido guion fuertemente aferrado a tres personajes perfectamente perfilados, de tal modo que la sencilla premisa inicial se va tornando en un intrincado argumento, que va ganando enteros a medida que avanza la trama. “El regalo”, que tiene un final epatante, habla de las consecuencias, la culpabilidad, y la asunción de responsabilidades por los propios actos, aunque hayan transcurrido 20 años. Y es que el pasado siempre vuelve.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Janis: Little Girl Blue
Janis: Little Girl Blue (2015)
Documental
  • 6,8
    1.554
  • Estados Unidos Amy Berg
  • Documental, (Intervenciones de: Janis Joplin, Cat Power) ...
8
Janis is the Magic (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 18 de marzo del 2016)
Janis se ha estrenado en Canarias gracias a la tercera edición del Monopol Music Festival, que se celebró en el marco del 16º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.
El documental de Amy Berg no es una hagiografía de Janis Joplin (1943-1970) sino que refleja las luces y sombras de la que está considerada la mejor cantante de rock de la historia, para lo cual elige como hilo conductor las cartas que Janis escribió a sus padres, narradas por Cat Power, que arrojan el retrato íntimo de una persona libre y atormentada (“sentía el dolor del mundo”).
Entre los datos biográficos que más concitan la atención se encuentra el hecho de que, al igual que Kurt Cobain, sufrió acoso escolar en su etapa del instituto. Así como que fue elegida como la persona menos agraciada físicamente de su promoción, lo que le dejó marcada como se revela en una entrevista posterior a la propia Janis Joplin. De marginada social a estrella del rock. Tuvo una carrera musical tan meteórica como efímera (de los 17 a los 27 años) en la que solo vio editados tres discos en vida (Pearl se publicó tres meses después de su fallecimiento), y en la que formó parte de las bandas Big Brother and The Holding Company y Kozmic Blues Band.
La cantante blanca con voz negra fue libérrima en el sexo y en el consumo de estupefacientes. Acertadamente, el documental aborda el tema de las drogas con elegancia, de tal manera que sus devaneos con las sustancias psicotrópicas se reflejan visualmente. Uno de los principales aciertos de Janis es la selección de material de archivo que la muestra cantando arrebatadamente en directo: “Tocar es lo más divertido del mundo”, dice ella misma en un momento dado de la película. Y los festivales de Monterrey (1967) y Woodstock (1968) mostró su mejor versión como cantante. Gracias al documental el mito de Janis Joplin sale reforzado. Además, el público sale de la sala de cine diciendo: “Pues había cosas que no sabía”. Janis es cine que hace sentir que la artífice de “Cry Baby” o “Summertime” sigue viva y, al mismo tiempo, hace sentir al espectador que también está vivo.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mavis!
Mavis! (2015)
Documental
  • Estados Unidos Jessica Edwards
  • Documental, (Intervenciones de: Mavis Staples)
7
Mito viviente (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 11 de marzo del 2016)
Una parte de la tercera edición del Monopol Music Festival (MMF), que se celebra hasta el 13 de marzo en el marco del 16º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, se proyectará este fin de semana en Aguere Espacio Cultural. Seis son los títulos que se podrán ver en el espacio lagunero: “Mavis!” (2015), “Made in Japan” (2016), “A Band Called Death” (2015), “David Bowie: Five Years” (2013), “Leonard Cohen: Bird on a Wire” (2015) y “Lemmy” (2010). Todas se podrán ver en versión original subtitulada al módico precio de 3,50 €.
Nos centraremos en “Mavis!”, de la canadiense Jessica Edwards. Tras ese escueto y admirativo título se encuentra Mavis Staples, que a sus 75 años sigue subiéndose a los escenarios y maravillar al público con su torrente de voz. La película que inauguró MMF es un notable documental que glosa la importancia de una de las más grandes cantantes góspel del siglo XX a través de sus seis décadas de fulgurante carrera musical. Artífice del primer disco de góspel que rebasó la barrera de un millón de copias y de himnos musicales como “Sit Down Servant”, “Help me Jesus” o “If You Ready Come With Me”, que todos hemos tarareado alguna vez sin saber quién era su intérprete.
La septuagenaria Mavis Staples sigue siendo un animal escénico a pesar de necesitar un bastón para andar. La cámara nos muestra a una dicharachera Staples que graba en el estudio, que se desenvuelve como pez en el agua en el escenario y en el “backstage”, que ríe socarronamente cuando habla de la atracción de Bob Dylan hacia ella o que se emociona al contar la pérdida de un ser querido. El brío musical de este auténtico torbellino musical se contagia al espectador. Es imposible ver “Mavis!” sin balancear la cabeza o golpear el suelo con el pie al ritmo de la música que inunda el metraje. Y es que su música vitalista y libertaria contagia al más pintado. “Mavis!” es cine que te hace sentir que estás vivo.
En definitiva, “Mavis!” es un documental clásico, pero vibrante, que muestra un acertado equilibrio entre entrevistas, imágenes de archivo y actuaciones en vivo recientes. Contado en primera persona no cae en la hagiografía y refleja cómo forjó su estatus de leyenda del góspel y del soul, pero también varios reveses en su dilatada trayectoria como el fallecimiento de su padre o el estancamiento de su carrera en los 80, del que salió, en parte, gracias al apoyo de Prince.
Después de visionar “Mavis!” uno siente el impulso irrefrenable de escuchar toda la discografía de una cantante imprescindible en la historia de la música popular de las últimas seis décadas. Y Jeff Tweedy (el cantante de Wilco) lo sabe mejor que nadie.
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Bone Tomahawk
Bone Tomahawk (2015)
  • 6,6
    15.961
  • Estados Unidos S. Craig Zahler
  • Kurt Russell, Patrick Wilson, Matthew Fox ...
7
Slow West (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 4 de marzo del 2016)
Algunas de las mejores películas de la historia del cine pertenecen al género western. Ahí están los ejemplos de “La diligencia” (1939), “Solo ante el peligro” (1951), “Grupo salvaje” (1969) o “Sin perdón” (1992). En los últimos años han existido varios intentos por reflotar el género como son los casos de “Open Rage” (2003), “Appaloosa” (2009) o la reciente “Los odiosos ocho” (2016), aunque son solo algunas andanadas alejadas de la edad dorada del género.
El 16º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, que se inaugura hoy, incluye en su extensa programación el ciclo Neo Western, integrado por seis western recientes que exploran nuevos territorios como es el caso de “Bone Tomahawk”, que ofrece una miscelánea de géneros, entre el western y el terror, que hará las delicias de los espectadores que busquen emociones fuertes.
El ritmo de “Bone Tomahawk” es parsimonioso y solo se rompe en determinados momentos, que se constituyen el fogonazos visuales que impactan por oposición a la tranquilidad del resto del metraje. Paradigmática es la escena de la persecución a pie, que ocupa gran parte de la película, en la que uno de los perseguidores tiene la pierna entablillada y camina con muletas. Esta persecución arrítmica nos permite un acercamiento psicológico a los personajes.
Aviso para navegantes. A los que suelen etiquetar injustamente a este tipo de cine de “lento”, ponerles sobre aviso de que a los 90 minutos la trama da un giro hacia el terror (con tintes gores que recuerdan a “Holocausto caníbal”, 1980) y la acción hace acto de presencia porque la historia lo requiere. Concita la atención que “Bone Tomahawk” sea la ópera prima de S. Craig Zahler, por su madurez y saber emplear los planos adecuados en los instantes precisos. No en balde fue premiado con el premio al Mejor Director en el último Festival de Sitges. Para la ocasión ha contado con un reparto de postín: el ya icónico Kurt Russell (con una caracterización similar a la de “Los odiosos ocho”), el veterano Richard Jenkins, el popular Mathew Fox (de la serie “Perdidos”) o Patrick Wilson (el policía de la segunda temporada de “Fargo”).
El resto del ciclo Neo Western se completa con la proyección de los estimulantes filmes “Slow West”, “The Salvation”, “Aferim!”, “The Dark Valley” y “El ardor”. Ninguno “made in USA”.
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deadpool
Deadpool (2016)
  • 6,8
    54.763
  • Estados Unidos Tim Miller
  • Ryan Reynolds, Morena Baccarin, Ed Skrein ...
5
Autoparodia (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 26 de febrero del 2016)
La lista de películas sobre superhéroes de la última década es interminable y destacar sobre el resto de títulos es harto difícil. Si por algo será recordada “Deadpool” es porque es una película vertical (de esas que juegan con el bagaje de imágenes que ha visto el espectador), en la línea de “Kick Ass” (2010), y que apuesta descaradamente por el sentido del humor auto paródico, y que se atreve a hacer chanza, incluso, de una enfermedad devastadora como lo es el cáncer y salir airosa.
“Deadpool” desvela sus intenciones desde los iniciales títulos de créditos en los que aparecen descripciones como “personaje hecho por ordenador”, “tía buena” o “británico haciendo de villano”. La ópera prima de Tim Miller no deja títere sin cabeza y se mofa de los estereotipos de los superhéroes, de iconos cinematográficos, del sexo y hasta de la propia Marvel, que produce la cinta, para terminar riéndose de los espectadores por haber aguantado hasta el último rótulo esperando una escena final.
La trama (la búsqueda del tipo que le dejó la cara a Deadpool como un émulo de Freddy Krueger tras un experimento científico) es una mero pretexto argumental para mostrar una sucesión de escenas de acción (que sigue los esquemas clásicos de este tipo de cine) y humor macarra, trufado de diálogos chisporroteantes.
Detrás del anti-héroe de traje rojo (color escogido para que los “malos” no le vean la sangre”) se encuentra Ryan Reynolds, que ya interpretó un Deadpool mudo y episódico en “X-Men Orígenes: Lobezno” (2009), y se ríe tanto de esta actuación como la de “Linterna verde” (2011).
“Deadpool” ofrece acción y humor a raudales y el público que busca una mera evasión de la cotidianidad de su existencia lo agradece. Las risotadas de los espectadores los delatan. Su sentido del humor irreverente está calando en el público –ya lleva recaudados cerca de 500 millones de dólares- de tal manera que existe una petición de firmas en change.org en la que piden a Lorne Michael, creador y alma máter de “Saturday Night Live”, que el mercenario bocazas Deadpool sea el presentador de uno de los programas del veterano programa televisivo.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anomalisa
Anomalisa (2015)
  • 6,9
    11.986
  • Estados Unidos Charlie Kaufman, Duke Johnson
  • Animación, (Voz: Jennifer Jason Leigh, Tom Noonan) ...
9
¿Quién eres? (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 19 de febrero del 2016)
Si hay un guionista genuino en el firmamento fílmico en los últimos años ese es Charlie Kaufman, artífice de los brillantes guiones de ”¿Cómo ser John Malkovich” (1999), “Adaptation (El ladrón de orquídeas)” (2002) u “Olvídate de mí” (2004). Ahora regresa con un nuevo guion, que también codirige con Duke Johnson.
“Anomalisa” (un juego de palabras que fusiona la palabra anomalía con el nombre de la protagonista, Lisa) aparentemente es una película que va de un tipo que aprovecha un viaje de negocios para echar una cana al aire. Tras esta miope lectura se encierra una lúcida reflexión sobre la identidad personal en una sociedad estandarizada. Lo que nació como una obra de teatro en 2005 se ha convertido diez años después en una proeza narrativa cinematográfica en cuanto a lo que revela y lo que oculta, en la que se juega con la idea de la soledad, el amor y la esencia que nos convierte en personas.
Michael Stone, marido, padre y respetado autor del libro de autoayuda “Permítame ayudarle a ayudarles” es un hombre ahogado por la banalidad de su vida. Ve a todas las personas de forma uniforme, estandarizada, reflejo de del drama de la incomunicación del personaje protagonista, que vende una técnica de comunicación mercantilizada y vacía. Por eso todos los personajes tienen el mismo rostro, excepto la pareja protagonista. Por eso la trama se desarrolla en lugares de paso e impersonales (la habitación de un hotel, un bar, una sala de conferencias). Por eso la voz de Tom Noonan resuena en todos los personajes secundarios.
“Anomalisa” es un portento de la animación stop-motion (técnica que ya usaban en los albores del cine Georges Méliès y Segundo de Chomón) creada por un innovador estudio: Starburns, que comenzó su andadura en 2010, el cual buscó a los mayores talentos en stop-motion para grabar minuciosamente los movimientos de marionetas de treinta centímetros de altura hasta tal punto que han sabido captar detalles como los ojos relucientes de los personajes, las facciones toscas o las manos gruesas. Incluso se incluye una tierna escena de sexo, alejada del sarcasmo de la de “Team America” (2004). “Queríamos que los cuerpos pareciesen reales”, sentencia Kaufman. Los directores optan por dejar visibles las costuras en las caras de Michael, Lisa y otros personajes a propósito para alejar la animación de las típicas películas en stop-motion, donde las dos partes frontales del rostro del personaje –la frente y la zona inferior de la cara– están separadas y, por lo general, tapadas con pintura digitalmente para crear un aspecto más uniforme y antropomórfico. Kaufman y Johnson prefieren revelar los defectos e imperfecciones, en armonía con el drama existencial de Michael Stone.
“Anomalisa” es por momentos perturbadora y ofrece pasajes desconcertantes, surrealistas, pero también posee una conmovedora banda sonora basada en instrumentos de cuerda creada por Carter Burwell. Su valía fue reconocida con Gran Premio del Jurado en la última Mostra de Venecia. Asimismo está nominada a mejor largometraje de animación en los Oscar, pero ese premio se lo llevará, probablemente, “Del revés”.
Kaufman se niega a pronunciar palabra alguna sobre de qué tratan sus obras y prefiere que el público saque sus propias conclusiones. Así que cada espectador que vea “Anomalisa” tendrá un diálogo diferente con esta inquietante película.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carol
Carol (2015)
  • 7,0
    22.371
  • Reino Unido Todd Haynes
  • Cate Blanchett, Rooney Mara, Sarah Paulson ...
7
Sentido y sensibilidad (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 12 de febrero del 2016)
“Carol” acumula seis nominaciones para la próxima entrega de los Oscar. Esa es su tarjeta de visita, pero más allá del oropel que envuelve a los premios de la industria de Hollywood, el nuevo trabajo de Todd Haynes es una pequeña joya fílmica en la que cada secuencia está perfectamente planificada como si se tratara de fotografías o pinturas (es evidente el influjo de Edward Hopper). Todo en “Carol” está estudiado, desde el cuidado diseño de vestuario (obra de Sandy Powell) hasta la selecta selección musical, pasando por unos diálogos elaborados con precisión milimétrica. Todo para configurar un filme exquisito y delicado.
Se prodiga poco Todd Haynes como director de largometrajes en el cine, -seis en veinticinco años- pero cuando lo hace, suele dar en la diana. Si “En lejos del cielo” (2002) abordaba con elegancia el controvertido tema de la xenofobia en la sociedad estadounidense contemporánea a través de una relación interracial, ahora con “Carol” se adentra en la historia de amor entre dos mujeres en la misma pacata sociedad de la década de los 50. Cate Blanchet (que ya trabajó con Haynes en “I´m not here”, 2007) y Rooney Mara (Mejor Actriz en el Festival de Cannes 2015), dan vida a dos personas que se enamoran. Es una historia tan sencilla y tantas veces vista que no debería llamarnos la atención, pero lo hace, por la misma razón que seguimos recordando “Breve encuentro” (1945), de David Lean, porque en ambas impera la sutileza, donde nada está forzado y todo sucede en el tempo preciso.
Basada en el relato homónimo de Patricia Highsmith, “Carol” resulta un relato extemporáneo, alejado del ruido de la sociedad moderna, que nos devuelve a otra época en la que las cosas sucedían más despacio.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revenant: El renacido
Revenant: El renacido (2015)
  • 7,2
    72.532
  • Estados Unidos Alejandro González Iñárritu
  • Leonardo DiCaprio, Tom Hardy, Domhnall Gleeson ...
8
Naturaleza salvaje (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 5 de febrero del 2016)
“El renacido” acumula 12 nominaciones a la próxima entrega de los Oscar, con lo que este “prewestern”, como lo ha denominado el propio Iñárritu, es el máximo favorito de cara a la gala que se celebrará el próximo 28 de febrero.
“El renacido” es un espectáculo visual de primera magnitud en la que por momentos el espectador siente que está dentro de la película, sobre todo, en el prólogo, que guarda ciertos paralelismos con el de “Salvar el soldado Ryan” (1997). El sexto largometraje de Alejandro González Iñárritu explora los infinitos horizontes del paisaje americano (se rodó en localizaciones de Canadá y Argentina) para captar en toda su magnitud la lucha del ser humano por la supervivencia (especialmente brutal es el ataque del oso a Hugh Glass).
Este filme concebido para ser visto en pantalla grande muestra de forma visceral la vida en estado primario, rodeando a sus personajes de unos espectaculares paisajes naturales, para hacer sentir al espectador que lleva a un ser humano cuasi moribundo a sobrevivir a través de escenas que muestran en primer plano la respiración del protagonista (un trampero malherido que es abandonado a su suerte en 1823), donde la cámara se llega a impregnar de nieve y sangre, donde se escucha el silencio de la naturaleza y la fantástica banda sonora, de Ryûichi Sakamoto, describe excelsos paisajes sonoros con el objetivo final de mostrar la interacción entre los seres humanos y la naturaleza salvaje.
Básicamente, “El renacido” es la historia de una venganza, con lo cual se emparenta con la reciente “The Salvation” (2015), un magnífico western protagonizado por Mads Mikkelsen; sin embargo, también ofrece una reflexión sobre el racismo de tal manera que habla de una nación, Estados Unidos, en construcción, donde todos sus habitantes son inmigrantes y por lo tanto donde la pureza de la raza es pura quimera. “El renacido” vuelve a mostrar la atracción del cineasta mexicano por lo intenso, dejando para el recuerdo un puñado de escenas indelebles como aquella en la que nuestro protagonista rebana a un caballo y le extrae sus vísceras para guarecerse en una especie de feto animal.
Por su parte, Leonardo DiCaprio va en pos del Oscar que se le resiste (ya lo merecía por “¿Quién ama a Gilbert Grape”, 1993 o “El lobo de Wall Street”, 2013). No habla durante gran parte del metraje y cuando lo hace se escucha una voz afilada como el cuchillo, con lo cual prima su interpretación corporal. Le da la réplica un convincente Tom Hardy. Les secundan un amplio elenco masculino en el que figura el español Javier Botet (la Niña Medeiros de la saga “REC”).
Alejandro González Iñárritu ha demostrado en sus seis largometrajes que es un hacedor de imágenes poderosas. “Amores perros” (2000), junto con “21 gramos” (2003) y “Babel” (2006), todas con guion de Guillermo Arriaga, demostraron que es una auténtica fiera cinematográfica. Con “Biatiful” (2010), ya sin Arriaga en el apoyo textual, quedó claro que necesitaba de un guionista que encauzara su torrente visual, lo cual consiguió con “Birdman”, que con la inestimable ayuda de Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris y Armando Bo, se alzó con cuatro Oscar. Ahora parece dispuesto a arrasar en la próxima entrega de los eunucos dorados.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creed: Corazón de campeón
Creed: Corazón de campeón (2015)
  • 6,6
    24.753
  • Estados Unidos Ryan Coogler
  • Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson ...
7
Revisitando el mito (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 29 de enero del 2016)
El hijo más famoso de Filadelfia vuelve a la gran pantalla por séptima vez. En 1976 a Silvester Stallone se le iluminó la bombilla y escribió el guion de la primera entrega de “Rocky”, poco podía imaginar que ganaría el Oscar a la mejor película (en detrimento de la imprescindible “Taxi Driver”, que se alzaría ese año con la Palma de Oro en Cannes) y mucho menos que el personaje de Rocky Balboa se convertiría en un icono de la cultura popular, que incluso, ha llevado a que se erija una escultura en su honor en la antigua capital de Estados Unidos.
Toda la saga goza de un gran predicamento entre una gran parte del público, pero su calidad cinematográfica deja bastante que desear, sin embargo esta nueva entrega es la mejor de todas porque rompe con el esquema de las anteriores, que desprendían un tufillo a telefilmes, en las que se contaba el ascenso meteórico de un boxeador procedente de un estrato social bajo hasta ser campeón de los pesos pesados, secundada por la pegadiza banda sonora de Bill Conti y un montaje para amnésicos. El éxito de la saga de Rocky reside en su simplicidad y en que muchos espectadores se hayan identificado con su protagonista.
“Creed: la leyenda de Rocky” es en puridad un “spin off”, en que Rocky Balboa no se sube al ring sino que ahora entrena al vástago secreto de uno de sus grandes rivales: Apollo Creed (encarnando por Carl Weathers en cuatro entregas). Es por eso que el prólogo nos muestra la vida de Adonis Creed en un correccional en que ya hacía sus pinitos como púgil marrullero y luego, ya adulto, su intención de dedicarse al boxeo renunciando al apellido paterno. Stallone se mete en la piel de un Rocky achacoso, que ya está retirado y ve la cercanía de la muerte (elocuente es su visita al cementerio). Su interpretación la ha valido un Globo de Oro y una nominación al Oscar al mejor actor secundario, un premio que todavía no tiene, y en que tiene serias opciones de ganar por el que, probablemente, sea el mejor papel de su carrera.
Ryan Coogler revisita el personaje de Rocky Balboa de forma muy inteligente, apoyado en un guion coescrito con Aaron Covington. La presencia de Rocky aparece de forma gradual, a los ocho minutos vemos un vídeo de Youtube de una de sus míticas peleas y a los 16 minutos contemplamos unos turistas sacándose instantáneas en la escultura ubicada en las escaleras en la que alzaba los brazos tras un intenso entrenamiento en la película seminal. Asimismo, el entrenamiento y los dos combates que veremos se muestran de forma diferente, incluyendo fichas visuales de los contendientes a través de una imagen congelada y datos técnicos. Y no emplea el recurso fácil de emplear una fanfarria conocida por todo quisque como son los archiconocidos sones de la música de Bill Conti, que solo suenan en el combate final en un momento puntual.
El boxeo es el deporte cinematográfico por antonomasia y ha legado grandes títulos a la historia del cine como son “Marcado por el odio” (1956), “Toro salvaje” (1980) o “Million Dollar Baby” (2004), pero ninguna de las siete entregas de la saga de Rocky entra en este selecto grupo. Segundos fuera.
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1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
45 años
45 años (2015)
  • 6,5
    5.424
  • Reino Unido Andrew Haigh
  • Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James ...
7
Secretos de matrimonio (publicada en el periódico El Día de Tenerife en 22 de enero del 2015)
El espacio de cine de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) proyecta desde hoy, a las 19 y 21:30 horas, y hasta el domingo (al precio de 4 €), en seis pases distribuidos a lo largo del fin de semana la película británica “45 años”, que llega con un mes de retraso a la oferta audiovisual de la isla. En este sentido debemos congratularnos con la labor de este espacio que ofrece cine en versión original subtitulada que de otra manera no podríamos ver en pantalla grande.
Ya desde los planos iniciales, una panorámica de una estampa rural de Norfolk o la visión de nuestra protagonista paseando el perro, intuimos que estamos ante una película dirigida a un público adulto que guste de apreciar matices, sutilezas y escuchar los diálogos. Aquí no hay texto superfluo sino dardos emocionales. La anterior película de Andrew Haigh, “Weekend” (2011), describe una relación que apenas acaba de comenzar y que puede o no seguir más allá de los dos días indicados en el título. En “45 años”, sin embargo, se muestra la mirada íntima a la rutina de un matrimonio sin descendencia que lleva casi toda la vida juntos, de tal manera que los dos títulos constituyen una honda reflexión de las relaciones de pareja. Sin embargo, las preguntas son muy similares: ¿Cómo se establece la confianza mutua y cómo se expresa el amor? ¿Hasta qué punto podemos acercarnos al otro y hasta dónde debemos funcionar solos?
“45 años” revela una forma poco habitual de ver las relaciones, la vejez, el perdón y los celos desde la perspectiva de un guionista y director con una profunda percepción de las relaciones humanas. Una historia así requería de dos intérpretes de amplio bagaje y no podía encontrar mejores actores que Charlotte Rampling (“Portero de noche”, 1974) y Tom Courtenay (“La soledad del corredor de fondo”, 1962), como lo demuestra que la Berlinale del 2015 les otorgará los galardones a las mejores interpretaciones. Aunque ha sido la Rampling la que ha obtenido mejor cosecha, aglutinando el galardón a la mejor actriz en la Seminci de Valladolid y en los premios del Cine Europeo. Amén a la nominación al Oscar.
Los dos personajes, pasean el perro, leen, bailan, hacen el amor y hablan, sobre todo, hablan. “45 años” analiza con lupa una fase de la vida, la senescencia, a menudo excluida del cine para explicitar el riesgo que implica exponerse emocionalmente a otra persona. Cabe traer a colación títulos como “Secretos de un matrimonio” (1973), de Ingmar Bergman, “Another Year” (2010), de Mike Leigh o “Amor” (2012), de Michael Haneke, que en diferentes formas abordan la misma etapa de la vida. “45 años” muestra cómo soterramos los detalles más pequeños y mundanos que pueblan nuestra existencia hasta tal punto que pasado el tiempo se hacen insostenibles y estallan tarde (como es este caso) o temprano.
“45 años” es el antídoto ideal para títulos empalagosos como “El diario de Noa” (2004), que “venden”, una idea romántica de la pareja irreal y dañina para el común de los mortales. Permítanme que termine con una nota personal. Después de ver “45 años” me reafirmo en mi idea de que el matrimonio es un viaje que no quiere emprender.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los 8 más odiados
Los 8 más odiados (2015)
  • 7,3
    64.908
  • Estados Unidos Quentin Tarantino
  • Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh ...
8
América bastarda (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 15 de enero del 2016)
El cine está de enhorabuena porque Tarantino ha hecho una de Tarantino. La octava película de Quentin Tarantino –en realidad son nueve, si contamos “My Best Friend´s Birthday”, un largometraje mutilado de 1989- ofrece una brillante historia cocinada a fuego lento que termina por entrar en ebullición en su tramo final y estallar en la cara del espectador.
“Los odiosos ocho” comienza con una excelsa panorámica de un paraje nevado que explota al máximo el Ultra Panavisión 70, para inmediatamente, hacer uso del recurso visual de un plano detalle de un cristo crucificado –durante dos minutos y 30 segundos- para mostrar el paso de una diligencia. A este inicio magistral le sigue una estructura capitular de seis fragmentos que nos muestra un western protagonizado por ocho personajes principales, que son una excusa perfecta para que Tarantino dé rienda suelta a todo su ingenio y verborrea, y en el que la trama se complica cada vez que aparece en escena un nuevo personaje. Particularmente interesante es el uso de una carta escrita por Abraham Lincoln, empleada como “un arma contra los blancos”.
“Los odiosos ochos” está impregnada de la justicia poética bastarda de Tarantino. Si en “Malditos bastardos” (2009) planteaba su particular venganza contra el nazismo, aquí, coincidiendo con “Django desencadenado” (2012), se venga, a su manera, del desprecio hacia la raza negra en Estados Unidos. Si los western de John Ford representan la forja de América mostrada de forma honorable, los dos western de Tarantino se recrean en los aspectos bastardos de la historia del país que le vio nacer. La historia de Estados Unidos –como la de todas las naciones del mundo- está teñida de sangre y “Los odiosos ochos” es una especie de microcosmos social que recrea los odios generados por la reciente guerra de Secesión, y en particular la batalla de Baton Rouge.
Durante casi tres horas, los personajes habitan solo tres localizaciones (con alguna elipsis temporal que aligera la intencionada claustrofobia): la diligencia, el establo y la mercería. Personajes que están encarnados por viejos conocidos en el cine de Tarantino (que se reserva la voz en “off”) como Kurt Russell, Samuel L. Jackson, Tim Roth o Michael Madsen, a los que se une una impagable Jeniffer Jason Leigh.
Hasta el capítulo 4, veremos un Tarantino más contenido, que presenta concomitancias con la reciente “Slow West”, hasta que en el minuto 95 se produce el primer asesinato y comienza la espiral de violencia. Aunque aquí no hay violencia como juego como en “Pulp Fiction” (1994) o en los dos volúmenes de “Kill Bill” (2003-04), pero sí que esta es efectista y busca el impacto en el espectador en un ambiente claustrofóbico como el de “Reservoir Dogs” (1992).
Sergio Leone (la danza de la muerte de “Hasta que llegó su hora”), Agatha Christie (la estructura del relato de “Diez negritos”), John Ford (los encuadres de “Centauros del desierto”, el recuerdo de “Sargento negro” y “La diligencia” en el aire), e incluso, un fotograma de “Carrie” (la cara ensangrentada de Daisy) son pasados por la batidora visual de Tarantino (que curtió su cinefilia en los años que trabajó en un videoclub) para ofrecer una verdadera lección de cine, secundada por la impecable banda sonora del maestro Ennio Morricone.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maggie
Maggie (2015)
  • 5,1
    5.544
  • Estados Unidos Henry Hobson
  • Arnold Schwarzenegger, Abigail Breslin, Joely Richardson ...
7
Otra vuelta de tuerca (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 8 de enero del 2015)
George A. Romero otorgó carta de natalicio al subgénero de zombis allá por 1968 con la seminal “La noche de los muertos vivientes”. Luego dirigió cinco secuelas más que metían en dedo en la llaga sobre diversos aspectos de la condición humana y sentaban cátedra.
Si en los 70, 80, e, incluso, los 90, uno decía que veía películas de zombis lo miraban como a un bicho raro, sin embargo, gracias a varios remakes sobre el cine de Romero (“El amanecer de los muertos”, 2004 o “El día de los muertos”, 2008) y, sobre todo, a la eclosión de la serie “The Walking Dead”, lo que era “underground” se ha convertido en “mainstream”. Y ahora, cada cierto tiempo, con mayor o menor fortuna llega a la pantalla algún título de zombis o su variante de seres infectados, que tanto han calado en la audiencia planetaria. La clave de su éxito hay que buscarla en que en este tipo de producciones subyace el miedo que los mortales tenemos al ineluctable encuentro con la parca.
Ahora llega “Maggie”, protagonizada por el inefable Arnold Schwarzenegger. Quien espere ver a Terminator aniquilando seres descerebrados a diestro y siniestro se llevará un monumental chasco, ya que esta ópera prima detiene su mirada en la relación de unos progenitores y su vástago y cómo afecta la infección de esta a la unidad familiar. Consecuentemente “Maggie” aboga por la contención, deteniéndose en el dolor, no el físico sino en el espiritual, el que cala en el alma cuando se siente la pérdida de un ser querido. En cierta manera, “Maggie” es la cara B de “28 semanas después” (2007), de Juan Carlos Fresnadillo, que preconizaba la acción sobre el diálogo.
En puridad “Maggie” es un drama familiar con algunas pinceladas de terror. La película dirigida por el debutante Henry Hobson hace hincapié en los lazos afectivos como lo ilustran la emotiva conversación entre padre e hija en la cocina o la despedida de la protagonista de su mejor amiga. A pesar de lo escrito, el planteamiento de “Maggie” no es del todo original ya que comparte ese viraje al drama con la serie británica “In the Flesh”. Algunos pensarán que “Maggie” es “lenta”, pero la película presenta el tempo adecuado para la historia que cuenta: la paulatina y progresiva conversión de una persona en zombi durante seis meses.
Aunque si por algo pasará esta película, que se pudo ver en la sección oficial del último Festival de Sitges, a la posteridad es por la convincente actuación de Arnold Schwarzenegger. Contra todo pronóstico, Schwarzenegger, al igual que Clint Eastwood en “Los puentes de Madison” (1994), muestra su lado más sensible, en la que probablemente sea su mejor actuación de toda su carrera. Cosas veré Sancho.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bloodsucking Bastards
Bloodsucking Bastards (2015)
  • 4,6
    1.577
  • Estados Unidos Brian James O'Connell
  • Fran Kranz, Pedro Pascal, Emma Fitzpatrick ...
5
Catarsis gore (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 11 de diciembre del 2015)
“Bloodsucking Bastard” se exhibió en el reciente Festival de Sitges, en la sección Midnight X-Treme. Este dato debe ser suficiente para dejar bien claro a qué tipo de público está dirigida esta delirante sátira gore del despiadado mundo laboral.
Series como “The Office” o la imprescindible “Mad Men” o películas como “Trabajo basura” (1999) o “Jerry McGuire” (1996) han explorado el mundo de las imbricadas relaciones laborales, concretamente el microcosmos que suponen las empresas estructuradas en oficinas compartimentadas.
“Bloodsucking Bastard” es una rareza que, aparentemente no tiene mayor pretensión que hacer pasar un rato entretenido a los amantes del género fantástico (lo cual no consigue del todo), pero, hete aquí que encierra una reflexión sobre el competitivo mundo del trabajo (que, por ejemplo, en Corea del Sur provoca varios suicidios diarios). La “realidad ordinaria” se ve interrumpida en el minuto 25 con el primer elemento fantástico de la historia: un fiambre envuelto en sangre en el baño. Luego aparecerán vampiros por doquier para demostrar que la tesis del filme es sencilla: el trabajo te chupa la sangre. Pronto salen a relucir todas las rencillas acumuladas por los compañeros de oficina del timorato protagonista que terminan por descubrir quién odia a quién y quién ama a quién. El metraje está sazonado con sentido del humor del tipo: “Por cierto, tu amigo muerde cuellos está haciendo su mejor imitación de una pintura de Jackson Pollock”.
“Bloodsucking Bastard” es un Mike Judge (artífice de la mencionada “Trabajo basura”) pasado por el tamiz gore, que en su último tramo desemboca en una loca orgía sangrienta sin llegar a la catarsis de hemoglobina que supuso en su momento “Brain Dead” (1992), de Peter Jackson, que llegaba a “salpicar” al espectador.
La oficina como lugar de conflicto ha sido la base de una de las mejores series de la última década: “Mad Men”, protagonizada por “guerreros”, cuyos trajes son sus “armaduras”, que escenifican “la batalla” en la oficina. “En este negocio no hay sentimientos. Te compran, te venden, te despiden”. Elocuente frase del capítulo 12 de la séptima temporada. En su vertiente más dramática cabe reseñar “Arcadia” (2005), de Costa-Gavras, en la que el personaje protagónico aniquilaba uno a uno a sus contrincantes. Si miramos hacia atrás en el tiempo encontraremos el clásico de Jacques Tati, “Playtime” (1963), que ofrecía una lúcida representación, en clave de humor, de la compartimentación del espacio en el ámbito laboral.
En definitiva, “Bloodsucking Bastard” es uno de los estrenos en la cartelera española más estrambóticos del año que termina, que incluye películas como “Tusk”, en la que un ser humano se fusiona con una morsa; “Somos los que somos”, protagonizada por una familia caníbal; o “Lo que hacemos en las sombras”, una de vampiros modernos. Aviso para navegantes: los amantes del género gore no deben dejar de ver la reinterpretación de Sam Raimi de su saga “Evil Dead”, en la curiosa serie “Ash vs Evil Dead”, en la que la sangre y las risotadas están garantizadas.
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Un gran dinosaurio
Un gran dinosaurio (2015)
  • 6,2
    17.221
  • Estados Unidos Peter Sohn
  • Animación, (Voz: Raymond Ochoa, Jeffrey Wright) ...
5
Juan con miedo (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 4 de diciembre del 2015)
“El viaje de Arlo” es la nueva apuesta del binomio que conforman Disney y Pixar (conviene recordar que la primera compró a la segunda en 2006) y la moneda se decanta del lado de Disney, por lo que desde la escena inicial queda claro que el filme está dirigido exclusivamente a los infantes.
La historia de “El viaje de Arlo” es naif y repetitiva: la iniciación a la edad adulta, en la que los hijos deben de seguir su propio camino a través del aprendizaje que proporciona la propia vida. Aunque también es la historia de una enemistad que se torna en amistad. Todo en la cinta está concebido, desde el aspecto endeble y frágil de Arlo, para que el espectador se meta en la piel del entrañable dinosaurio. La historia es puro Disney (el fantasma de “Bambi” planea en todo el metraje) y la animación es Pixar.
Y precisamente ahí, en la animación radica el principal valor de “El viaje de Arlo”, cuyos paisajes deslumbrantes casi parecen reales. De hecho, la naturaleza es la gran protagonista de la película: el embravecido mar, las imponentes montañas, la impetuosa tormenta de arena… De tal manera que el impresionante paisaje desempeña un papel crucial en la historia ya que el filme catapulta a Arlo a un lugar salvaje que le obliga a enfrentarse a sus miedos atávicos (“a veces pequeño, solo resistiendo el miedo hallarás la belleza en el otro lado”, le espeta su progenitor al principio del metraje). Por el camino, Arlo se encontrará con personalidades muy distintas que contribuirán a su desarrollo personal, voluntariamente o no. La amistad con el niño humano Spot es la que más le influirá para enfrentarse a sus miedos, plasmados en las fuerzas de la naturaleza.
El equipo de animación ha capturado en toda su magnitud los parajes naturales del noroeste estadounidense, zona que atesora una gran variedad de paisajes que van de Jackson Valley y los Teton a los géiseres y cascadas de Yellowstone. Para lo cual emplearon la base de datos del Servicio Geológico de Estados y configuraron un programa informático para diferenciar los colores de los kilómetros de terreno. El derroche de belleza y fuerza arrolladora de la naturaleza ha servido de inspiración a los realizadores para convertirla en un protagonista más y no un simple escenario para la historia de Arlo y Spot. Otro detalle singular es que las nubes del filme son cien por cien volumétricas, lo que ha supuesto un cambio considerable en la técnica de Pixar.
“El viaje de Arlo” se sustenta además en la fascinación que crean los dinosaurios entre los infantes. Al margen del “apatosaurus” llamado Arlo, también veremos desfilar por la pantalla a una familia de T-Rex, inspirados en gran medida en una familia del noroeste estadounidense.
El mensaje de “El viaje de Arlo” es diáfano: si los churumbeles están sobreprotegidos y se educan en un entorno aséptico nunca se convertirán en adultos sino en “niños grandes”. Eso sí, títulos más aconsejables, y menos ñoños, sobre el proceso de aprendizaje los encontraremos en “El rey león” (1994, Disney) y “Buscando a Nemo” (2003, Pixar).
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el corazón del mar
En el corazón del mar (2015)
  • 6,2
    16.889
  • Estados Unidos Ron Howard
  • Chris Hemsworth, Benjamin Walker, Cillian Murphy ...
6
En pos de la ballena blanca (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 18 de diciembre del 2015)
En 1850 el ballenero británico Essex zarpó en pos de una copiosa caza de ballenas y cachalotes para fomentar el negocio del aceite, pero en su periplo se topó con una díscola ballena blanca que propició la zozobra de la embarcación y el consiguiente naufragio de parte de su tripulación. “En el corazón del mar” cuenta, al unísono, esta emotiva historia de supervivencia y la narración del relato del grumete Thomas Nickelson a Herman Melville, artífice de la celebérrima novela “Moby Dick” (1851), considerada la epopeya de América.
Atreverse con un clásico de la literatura no es tarea fácil y más si ya existe una película magistral como “Moby Dick”, dirigida en 1956 por John Huston, con gu¡on de Ray Bradbury, y con un personaje inmenso como el encarnado por Gregory Peck. Sin embargo, Ron Howard no se ha amilanado y presenta su propia versión cinematográfica, que funciona en las secuencias prototípicas del subgénero de aventuras a bordo de un barco, pero falla en la endeble historia del conflicto entre clases sociales. Así sobresalen las escenas en exteriores con cámaras aéreas y cámaras subjetivas que muestran la travesía del barco (impactante es la escena de la tormenta), pero falla en el conflicto entre clases sociales, entre el hijo de un granjero (Owen Chase, encarnado por el guaperas Chris Hemsworth, conocido por su rol en “Thor”) y el vástago de una familia de rancio abolengo (George Polard, interpretado por Benjamin Walker). En este sentido se encuentra en el lado opuesto a “Rebelión a bordo” (1962), de Lewis Milestone, que presentaba un sensacional duelo interpretativo entre Marlon Brando y Trevor Howard. En el apartado actoral cabe mencionar la anecdótica presencia de Jordi Mollà, en la piel de un capitán español.
“En el corazón del mar” tiene virtudes y defectos, pero la balanza se torna más hacia el lado positivo. Para los espectadores nacidos y criados en los siglos XX y XXI resulta llamativo contemplar la vida en estado primario de la centuria del XIX, lo cual se ejemplifica en la elocuente secuencia del grumete que se introduce en el viscoso interior de una ballena muerta en la que es imposible no torcer el rostro.
El conjunto está rematado con la épica banda sonora del murciano Roque Baños, que ya ha compuesto partituras en otros títulos de renombre cono “El maquinista” (2004), “Posesión infernal” (2013) o “Regresión” (2015). Por supuesto no hay que olvidar que el filme se rodó en localizaciones de La Gomera (Alajeró) y Lanzarote (Yaiza, playa de El Golfo), que son perfectamente reconocibles.
Recientemente mantuve un encuentro con Miguel Ángel Fuertes, animador en películas como “El mundo perdido” (1997), “La amenaza fantasma” (1999) o “Happy Feet” (2006), que con sorna afirma que “si no dicen te lo prometo o hay tiros no es una película estadounidense”. Y no le falta razón, ya que en el cine de Hollywood se promete mucho (incluyendo “En el corazón del mar”) y se pegan muchos tiros. Y es que la sociedad estadounidense se fundamenta en la defensa a ultranza de la familia y del derecho constitucional a poseer armas, lo cual explica esos chocantes “christmas” navideños de familias armadas hasta los dientes delante del clásico árbol de Navidad.
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Flores
Flores (2014)
  • 6,6
    9.594
  • España Jon Garaño, José Mari Goenaga
  • Nagore Aranburu, Itziar Aizpuru, Itziar Ituño ...
8
Gente corriente (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 16 de septiembre del 2015)
El Organismo Autónomo de Cultura del ayuntamiento capitalino reedita a partir del 16 de septiembre los Encuentros con el Cine que se celebraron por vez primera el año pasado en el Teatro Guimerá con la presencia de destacados cineastas del panorama nacional como Mar Coll, Fernando Franco o Patricia Ferreira y directores canarios que empiezan a despuntar como David Pantaleón o Amaury Santana. En 2015 se ha optado por un formato diferente y se proyectarán tres películas en el mes de septiembre (“Loreak”, “Hombre que hace que duerme”, de Miguel García Morales, y “BKLYN 11211”, de José Víctor Fuentes) y otras dos en noviembre (que se darán a conocer el 16 de septiembre). Cuatro de los cinco títulos son filmes sin estrenar en Tenerife (el quinto se verá primero en MiradasDoc).
La película vasca “Loreak” ha sido la elegida para inaugurar esta segunda edición de Encuentros con el Cine, auspiciados por Digital 104. La cita, que contará con la presencia de uno de los dos directores de la cinta, José María Goenaga, se podrá ver a las 20:30 horas al precio de 3 €. Al término de la proyección se desarrollará un debate entre el cineasta y el público moderado por Jorge Gorostiza.
Los dos primeros minutos de “Loreak” -que significa flores en vasco- definen el tipo de cine que proponen Joan Garaño y José María Goenaga. En estos dos minutos se suceden ocho planos en los que el espectador verá un ramo de flores, una persona de espaldas sosteniendo un paraguas bajo la lluvia, una anciana, el primer plano de una mujer, un accidente de tráfico, la estampa de una verde colina y unas grúas. En esos ocho planos se resumen la historia que veremos en la primera película de la historia del cine comercial español rodada íntegramente en euskera.
“Loreak” es un cine que requiere de un espectador activo que vea más allá de lo superficial. El cine no es solo una mera evasión sino también una forma de contar historias mínimas con las que cualquiera puede sentirse identificado. “Loreak”, que formó parte de la sección oficial de San Sebastián en 2014 y estuvo nominado a mejor película en la última edición de los Goya-, sigue la senda fílmica del Benito Zambrano de “Solas” (1999), del Carlos Sorín de “Historias mínimas” (2002) o del Alberto Lecchi de “El frasco” (2008), ya que este puñado de largometrajes detiene su mirada en historias cotidianas protagonizadas por personajes corrientes.
“Loreak”, que guarda más de un punto en común con “Magical Girl” (2014), emplea las flores como símbolo que cruza la vida de varios personajes gracias al andamiaje de un sólido guion, que se centra en tres instantes concretos de la vida de tres mujeres que viven diferentes momentos de su existencia, pero coinciden en que comparten existencias grisáceas y tienen heridas abiertas. El largometraje explora los diferentes significados que concedemos los humanos a las flores: amor, dolor, esperanza o recuerdo, sacando a relucir los sentimientos a flor de piel de los protagonistas: una madre recarcomida por el dolor, una mujer madura que acaba de entrar en la menopausia y está atrapada en un matrimonio rutinario o una viuda que decide pasar página sin derramar una lágrima. Personajes que evolucionan a lo largo del metraje que se prolonga en el tiempo cinematográfico durante cinco años. Lo que convierte a “Loreak” en una honda reflexión sobre la soledad y un acercamiento al carácter emocional del pueblo vasco. Asimismo, es una lúcida reflexión sobre cómo afrontamos los seres humanos la pérdida de un ser querido y cómo intentamos cubrir su vacío.
La escena clave de “Loreak”, que acontece a los 27 minutos, muestra un accidente de tráfico de forma anticlimática, alejada de artificios, que es como suelen ocurrir los accidentes en la vida real. También es muy verosímil el ritual de llevar flores al lugar del accidente. Muchos son los rincones de las carreteras donde podemos vislumbrar unas flores que rememoran a las personas que han perdido la vida en la cuneta. Como dice la madre del fallecido: “Las personas no mueren mientras no las olvidamos”.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El clan
El clan (2015)
  • 6,7
    11.307
  • Argentina Pablo Trapero
  • Guillermo Francella, Peter Lanzani, Gastón Cocchiarale ...
7
¿La familia? Bien, gracias (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 20 de noviembre del 2015)
Desde que el cineasta argentino Pablo Trapero presentó “Mundo grúa” en 1999 ha concitado la atención de los espectadores a escala internacional. En cada una de sus ocho películas ha denunciado diversos aspectos de su país, exceptuando los retratos familiares de “Familia rodante” (2004) y “Nacido y criado” (2006). Si en “El bonaerense” (2002) criticaba la corrupción de la policía de Buenos Aires, en “Leonera” denunciaba el calamitoso estado de las cárceles argentinas, así como en “Carancho” (2010) ponía en la picota los turbios negocios de las aseguradoras o en “Elefante blanco” (2012) mostraba el día a día en una populosa villa del extrarradio bonaerense.
Pablo Trapero sigue en su línea de sacar a relucir los trapos sucios de la historia reciente de Argentina y en “El clan” se centra en la historia verídica de la familia Puccio, que mantenía un alto estatus social gracias a los lucrativos secuestros que llevaba a cabo el patriarca con aquiescencia del resto de sus familiares, lo cual le ha valido el premio al mejor director en el último Festival de Venecia. La historia de “El clan” funde sus raíces en la dictadura de Jorge Videla (1976-1981), pero, a diferencia de “Garage Olimpo” (1998) o “Buenos Aires, 1977” (2006) se sitúa, cronológicamente, unos años después como lo ejemplifica que comience con un vacuo discurso del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989). Y es que la luminiscente cara de la flamante democracia argentina escondía un reverso tenebroso.
A pesar de que “El clan” comparte la temática de la filmografía anterior de Trapero, esta nueva apuesta difiere estilísticamente de las anteriores en que emula el cine estandarizado de Hollywood, empleando canciones reconocibles por el común de los mortales (“I´m justing gigolo” o “Sunny Afternoon”) para conferir de ritmo dinámico a las escenas de los secuestros. Trapero apuesta por un cine narrativo más ágil que, probablemente, le hará llegar a un público más amplio, alejado de los festivales de cine y de las filmotecas.
En cuanto al reparto, el siniestro padre del clan Puccio está magníficamente encarnado por Guillermo Francella, que refleja tanto su lado humano como inhumano. La trama se centra en la relación paterno-filial entre el patriarca y el primogénito. Ambos son cómplices, pero mientras el primero ejecuta sus ideas sin miramientos, el segundo tiene remordimientos. Ahí reside la clave de esta siniestra historia familiar que conmovió a la sociedad argentina cuando se destapó el asunto.
Aunque la mayoría de los espectadores solo sabrían mentar a Juan José Campanella si se les preguntara nombres de directores argentinos. La realidad es que la nómina de directores en activo del país de Messi es bastante laxa. Desde Adolfo Aristarain a Lucrecia Martel, pasando por Adrián Caetano, Lucía Puenzo, Matías Piñeiro o Daniel Burman, demostrando la buena salud de una de las cinematografías más pujantes del cine contemporáneo.
Por la naturaleza de la historia que cuenta, no es de extrañar que “El clan” haya batido todos los récords de taquilla en Argentina, logrando más de 1.100.000 espectadores en sus primeros nueve días de exhibición, superando a los estrenos de “Relatos salvajes” (2014) y “El secreto de sus ojos” (2009), demostrando que los argentinos están interesados en los desmanes de la reciente historia de su país. A ver si los españoles aprendemos de los argentinos y dejamos de ningunear el cine que cuenta nuestra propia historia.
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Sicario
Sicario (2015)
  • 6,9
    35.992
  • Estados Unidos Denis Villeneuve
  • Emily Blunt, Benicio del Toro, Josh Brolin ...
5
Narco-lepsia (publicada en el periódico El Día de Tenerife el 13 de noviembre del 2015)
A la nómina de directores canadienses contemporáneos de mayor fuste de las últimas décadas, que integran David Cronenberg (“Videodrome”, 1982, Atom Egoyam (“Exótica”, 1994) y Denys Arcand (“Las invasiones bárbaras”, 2003), en los últimos años se les han incorporado Xavier Dolan (“Mommy”, 2014) y Denis Villeneuve.
El cineasta canadiense Denis Villeneuve sorprendió a propios y extraños con su epatante cortometraje “Next Floor” en 2010, un ejercicio de estilo que rememoraba al clásico de Luis Buñuel “El ángel exterminador” (1962). Sin embargo su verdadera eclosión internacional no se produjo hasta el estreno de su cuarto largometraje: “Incendies” (2011), un auténtico fogonazo audiovisual, repleto de imágenes muy potentes. Luego dirigió, “Prisioneros” (2013), que pasó sin pena ni gloria por la cartelera, e inopidamente, “Enemy” (2014), una curiosa versión de la novela de José Saramago, “El hombre duplicado”.
Ahora, presenta “Sicario”, que formó parte de la sección oficial del último Festival de Cannes, un filme correcto ambientado en el mundo del narcotráfico que carece de la potencia visual y la garra de “Incendies”, que se centra en diálogos carentes de interés y en pocas escenas de acción que no llegan a cuajar, de tal manera que llega a caer en el tedio, e incluso en la “narco-lepsia”. Afortunadamente, en el último tramo, la película remonta el vuelo y ofrece una jugosa secuencia en la que se adentran en un túnel, emulando la visión nocturna, mientras un sonido ensordecedor embarga al espectador. Si “Incendies” era un viaje hacia el origen del odio que postulaba por la redención espiritual, “Sicario” es todo lo contrario, aquí el odio se retroalimenta y termina por estallar en la cara del espectador.
En cuanto al reparto, destacan los nombres de Benicio del Toro y Josh Brolin, que se meten en la piel de personajes que conocen a la perfección, pero sin ofrecer lo mejor de su repertorio actoral. No siempre la conjunción de talento produce buenos resultados. Ahí está el caso del largometraje “Historias de Nueva York” (1989), que reunió a Woody Allen, Martin Scorsese y Francis Ford Coppola, tres de los mejores cineastas de la historia del cine, y sin embargó, arrojó como resultado una cinta ramplona.
“Sicario” supone una pequeña decepción, por eso los espectadores que quieran ver un proyecto audiovisual relacionado con el mundo de los narcos de alto copete tienen una cita ineludible con la primera temporada de la serie “Narcos”, de Netflix, que arroja uno de las interpretaciones más convincentes de los últimos tiempos en la figura del intérprete brasileño Wagner Moura, que encarna a un impecable Pablo Escobar, que en una sencilla y elocuente frase resumió la esencia del mundo de los narcos: “plata o plomo”.
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10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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