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Voto de Benjamín Reyes:
7
Drama. Romance Falta sólo una semana para el 45º aniversario de su boda, y Kate Mercer está muy ocupada con los preparativos de la fiesta. Pero entonces llega una carta dirigida a su marido, en la que se le notifica que, en los glaciares de los Alpes suizos, ha aparecido congelado el cadáver de su primer amor. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El espacio de cine de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) proyecta desde hoy, a las 19 y 21:30 horas, y hasta el domingo (al precio de 4 €), en seis pases distribuidos a lo largo del fin de semana la película británica “45 años”, que llega con un mes de retraso a la oferta audiovisual de la isla. En este sentido debemos congratularnos con la labor de este espacio que ofrece cine en versión original subtitulada que de otra manera no podríamos ver en pantalla grande.
Ya desde los planos iniciales, una panorámica de una estampa rural de Norfolk o la visión de nuestra protagonista paseando el perro, intuimos que estamos ante una película dirigida a un público adulto que guste de apreciar matices, sutilezas y escuchar los diálogos. Aquí no hay texto superfluo sino dardos emocionales. La anterior película de Andrew Haigh, “Weekend” (2011), describe una relación que apenas acaba de comenzar y que puede o no seguir más allá de los dos días indicados en el título. En “45 años”, sin embargo, se muestra la mirada íntima a la rutina de un matrimonio sin descendencia que lleva casi toda la vida juntos, de tal manera que los dos títulos constituyen una honda reflexión de las relaciones de pareja. Sin embargo, las preguntas son muy similares: ¿Cómo se establece la confianza mutua y cómo se expresa el amor? ¿Hasta qué punto podemos acercarnos al otro y hasta dónde debemos funcionar solos?
“45 años” revela una forma poco habitual de ver las relaciones, la vejez, el perdón y los celos desde la perspectiva de un guionista y director con una profunda percepción de las relaciones humanas. Una historia así requería de dos intérpretes de amplio bagaje y no podía encontrar mejores actores que Charlotte Rampling (“Portero de noche”, 1974) y Tom Courtenay (“La soledad del corredor de fondo”, 1962), como lo demuestra que la Berlinale del 2015 les otorgará los galardones a las mejores interpretaciones. Aunque ha sido la Rampling la que ha obtenido mejor cosecha, aglutinando el galardón a la mejor actriz en la Seminci de Valladolid y en los premios del Cine Europeo. Amén a la nominación al Oscar.
Los dos personajes, pasean el perro, leen, bailan, hacen el amor y hablan, sobre todo, hablan. “45 años” analiza con lupa una fase de la vida, la senescencia, a menudo excluida del cine para explicitar el riesgo que implica exponerse emocionalmente a otra persona. Cabe traer a colación títulos como “Secretos de un matrimonio” (1973), de Ingmar Bergman, “Another Year” (2010), de Mike Leigh o “Amor” (2012), de Michael Haneke, que en diferentes formas abordan la misma etapa de la vida. “45 años” muestra cómo soterramos los detalles más pequeños y mundanos que pueblan nuestra existencia hasta tal punto que pasado el tiempo se hacen insostenibles y estallan tarde (como es este caso) o temprano.
“45 años” es el antídoto ideal para títulos empalagosos como “El diario de Noa” (2004), que “venden”, una idea romántica de la pareja irreal y dañina para el común de los mortales. Permítanme que termine con una nota personal. Después de ver “45 años” me reafirmo en mi idea de que el matrimonio es un viaje que no quiere emprender.
Benjamín Reyes
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