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Voto de Benjamín Reyes:
9
Animación. Drama. Comedia La película tiene por protagonista a un motivador profesional que, cuanto más ayuda a la gente, más monótona y anodina es su vida; todo el mundo le parece y le suena igual. Hasta que la voz de una chica le suena diferente y está dispuesto a abandonarlo todo y a todos por alcanzar la felicidad con ella. Película de animación escrita por Charlie Kaufman (Adaptation) con la colaboración de Dan Harmon (creador de Community). (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un guionista genuino en el firmamento fílmico en los últimos años ese es Charlie Kaufman, artífice de los brillantes guiones de ”¿Cómo ser John Malkovich” (1999), “Adaptation (El ladrón de orquídeas)” (2002) u “Olvídate de mí” (2004). Ahora regresa con un nuevo guion, que también codirige con Duke Johnson.
“Anomalisa” (un juego de palabras que fusiona la palabra anomalía con el nombre de la protagonista, Lisa) aparentemente es una película que va de un tipo que aprovecha un viaje de negocios para echar una cana al aire. Tras esta miope lectura se encierra una lúcida reflexión sobre la identidad personal en una sociedad estandarizada. Lo que nació como una obra de teatro en 2005 se ha convertido diez años después en una proeza narrativa cinematográfica en cuanto a lo que revela y lo que oculta, en la que se juega con la idea de la soledad, el amor y la esencia que nos convierte en personas.
Michael Stone, marido, padre y respetado autor del libro de autoayuda “Permítame ayudarle a ayudarles” es un hombre ahogado por la banalidad de su vida. Ve a todas las personas de forma uniforme, estandarizada, reflejo de del drama de la incomunicación del personaje protagonista, que vende una técnica de comunicación mercantilizada y vacía. Por eso todos los personajes tienen el mismo rostro, excepto la pareja protagonista. Por eso la trama se desarrolla en lugares de paso e impersonales (la habitación de un hotel, un bar, una sala de conferencias). Por eso la voz de Tom Noonan resuena en todos los personajes secundarios.
“Anomalisa” es un portento de la animación stop-motion (técnica que ya usaban en los albores del cine Georges Méliès y Segundo de Chomón) creada por un innovador estudio: Starburns, que comenzó su andadura en 2010, el cual buscó a los mayores talentos en stop-motion para grabar minuciosamente los movimientos de marionetas de treinta centímetros de altura hasta tal punto que han sabido captar detalles como los ojos relucientes de los personajes, las facciones toscas o las manos gruesas. Incluso se incluye una tierna escena de sexo, alejada del sarcasmo de la de “Team America” (2004). “Queríamos que los cuerpos pareciesen reales”, sentencia Kaufman. Los directores optan por dejar visibles las costuras en las caras de Michael, Lisa y otros personajes a propósito para alejar la animación de las típicas películas en stop-motion, donde las dos partes frontales del rostro del personaje –la frente y la zona inferior de la cara– están separadas y, por lo general, tapadas con pintura digitalmente para crear un aspecto más uniforme y antropomórfico. Kaufman y Johnson prefieren revelar los defectos e imperfecciones, en armonía con el drama existencial de Michael Stone.
“Anomalisa” es por momentos perturbadora y ofrece pasajes desconcertantes, surrealistas, pero también posee una conmovedora banda sonora basada en instrumentos de cuerda creada por Carter Burwell. Su valía fue reconocida con Gran Premio del Jurado en la última Mostra de Venecia. Asimismo está nominada a mejor largometraje de animación en los Oscar, pero ese premio se lo llevará, probablemente, “Del revés”.
Kaufman se niega a pronunciar palabra alguna sobre de qué tratan sus obras y prefiere que el público saque sus propias conclusiones. Así que cada espectador que vea “Anomalisa” tendrá un diálogo diferente con esta inquietante película.
Benjamín Reyes
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