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Críticas ordenadas por:
El dragón rojo
El dragón rojo (2002)
  • 6,5
    40.928
  • Estados Unidos Brett Ratner
  • Anthony Hopkins, Edward Norton, Ralph Fiennes ...
5
Zurraspa
Todos sabemos cómo se las gasta nuestro querido Dino de Laurentiis: tiene todo lo peor de Roger Corman, (la racanería presupuestaria) unida la picaresca de la Gomorra italoamericana. Película o saga que produce, película que jode, (llámese Dune del 84', King Kong del 76', Flash Gordon, Hannibal, etc., etc...) el tío es un "explotation" de manual, disfrazado de milloneti capaz de codearse con toda la camada hollywoodiense.

El ejemplo claro es esta cinta: una explotation/remake/reboot de la cinta de Michael Mann del 86'.

Presentada como una imposible precuela de "El Silencio de los Corderos", (digo imposible porque Anthony Hopkins sale mucho más viejo y se supone que la trama antecede a los eventos con Clarice Starling) y con ramalazos chungos difíciles de entender: aquí Lecter pasa a ser un chascarrillo, todas sus andanzas acaban en tono cómico para todos los públicos, (a petición expresa de Hopkins, hastiado de la glorificación de su personaje) con pinta de chulo putas al inicio de la cinta, bastante cañí y predecible.

Por otro lado, tenemos a un Edward Norton que, entre el horrible tinte de pelo, sus aspavientos y tartamudez nos sacan completamente de la cinta: algo que empeora su doblaje al castellano. El cariz dramático que quiere darle sobrepasa por mucho la sobreactuación.

Ralph Fiennes y Emily Watson son los únicos que parecen tomarse realmente en serio un guion y una producción destinadas a morir en cualquier surtido cutre de DVDs en el canasto de algún super chungo de extrarradio.

Porque... En definitiva, "El Dragón Rojo" no es más que una precuela/secuela fallida de "El Silencio de los Corderos" donde desparrama todo: el suspense, el ritmo de la cinta y la red herrin. Situaciones forzadas o, cuando menos, inverosímiles que dan al traste con el ritmo: el primer tercio de la cinta recuerda a ese tipo de thrillers prefabricados de los 90s protagonizados por Ashley Judd, en un plano meramente funcional; pero la segunda parte de la cinta se vuelve inconexa y errática por momentos. No sabe si centrarse en Hannibal Lecter o en "hada de los dientes".

Pobre Brett Ratner, salir de rodar videoclips de Mariah Carey para acabar siendo masticado, deglutido y escupido por Dino en la sala de montaje: ese ese el problema, el montaje se ve mutilado en postproducción como rehecho para hacerlo más comercial posible. Y el resultado es una tv movie de sábado tarde con actores de primera que no saben qué hacer con un guion desastroso.

Infumable.
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Historia de un matrimonio
Historia de un matrimonio (2019)
  • 7,2
    33.148
  • Estados Unidos Noah Baumbach
  • Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern ...
6
Aportas o Apartas
La película "Historia de un matrimonio" del 2019, dirigida por Noah Baumbach, parece empeñada en presentar el amor y el desamor como dos lados de una misma moneda, pero lamentablemente, esa moneda parece carecer de valor. Desde el inicio, presenciamos una relación que se desmorona más rápido que una casa de naipes en medio de un huracán. Sin embargo, en lugar de explorar las complejas emociones que rodean el divorcio, la película opta por ofrecer una serie de clichés sobre el amor y la pérdida.

La película intenta ser perspicaz al comparar las diversas etapas del divorcio con las del enamoramiento, pero se queda corta al proporcionar una visión superficial y simplista de ambas. Aunque nos muestra los momentos felices de la pareja en flashbacks, apenas nos ofrece una comprensión de por qué se enamoraron en primer lugar. El amor parece ser más una cuestión de conveniencia que una conexión auténtica y profunda entre dos personas.

En resumen, la película trata las relaciones amorosas como si fueran una tortilla de batata: algunos prefieren saborearla con el huevo aún tierno, mientras que otros buscan la esponjosa textura de la papa, perfectamente fusionada con el huevo, menos sabrosa pero más jugosa.

Sin embargo, tanto Noah Baumbach como los actores Johansson y Driver abordan el tema de la ruptura amorosa desde una perspectiva superficial, demonizando a los personajes conflictivos interpretados magistralmente por Laura Dern y Ray Liotta, que son de lo más sensato de la película.

Las relaciones amorosas son como la sintaxis, planteando relaciones subordinadas como el arquetipo de relación romántica ideal y pasando por alto las yuxtapuestas, es decir, las complementarias o alalimón.

Es por eso que el retrato matrimonial establecido resulta arquetípico y, por ende, poco profundo, sin tener en cuenta que las relaciones básicamente se dividen en dos tipos: de suma cero (donde una parte da todo ingenuamente a cambio de nada, y la otra es simplemente el pasivo de la empresa) o de fideicomiso (donde ambas partes acuerdan enajenarse mutuamente por mor de un objetivo mayor, como hijos, contrato social, hipoteca, vencer la soledad...), todas ellas comenzando y terminando de la misma manera: en el Juzgado de Familia.

Porque... como reza el dicho: o aportas o te apartas. En este caso, la película ofrece poco en términos de profundidad emocional y deja a los espectadores ansiando algo más sustancial, algo que nunca llega y del por qué de tanto odio... Y a veces, cuando sólo nos queda el vacío, nuestra única arma de autoafirmación y mecanismo de defensa es el irracional odio que termine de cauterizar cualquier resquicio de remordimiento que pueda retratarnos cual Dorian Gray: monstruos que se enmascaran en el contrato social.
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Pacific Rim
Pacific Rim (2013)
  • 6,0
    43.427
  • Estados Unidos Guillermo del Toro
  • Charlie Hunnam, Idris Elba, Rinko Kikuchi ...
1
Onanismo
A Guillermo del Toro se le quiere y se le respeta por dos razones principalmente: "El Laberinto del Fauno" y por ser un friki entrañable que ha logrado el sueño que otros muchos anhelamos durante nuestra adolescencia: plasmar nuestras pajas mentales sobre el celuloide.

Sin lugar a dudas, ahí del Toro lo ha conseguido todo, incluido el reconocimiento máximo a su labor con un Óscar por su "La Forma del Agua".

Pero el que mucho abarca, poco aprieta y ese café para todos que se está convirtiendo su cine, acaba en el desparrame de orgías visuales huecas, (La Cumbre Escarlata) o en productos vacíos e infantiloides como la cinta que nos ocupa: Pacific Rim.

Ya para empezar, el error está en dar el rol protagónico a un actor tan limitado como Charlie Hunnam, cuyas dotes interpretativas no pasan de fruncir el entrecejo y marcar abdominales. De hecho, es un actor que no ha podido sobrevivir a su personaje moja bragas en SAMCRO, su Jax era de lo más flojito de aquella serie interpretativamente hablando, pero daba la contrarréplica a un reparto de carcamales que se lo comían con patatas.

No obstante, el tipo se vendía como el nuevo Heath Ledger, pero de Hacendado y es por eso mismo que Guillermo del Toro contrató sus servicios: actor medianamente popular con un caché aceptable para una cinta cuyo presupuesto se lo va a comer por completo la pantalla verde.

Y es eso lo que tenemos: un argumento predecible de la A a la Z, personajes más que trillados, un ritmo algo más pausado que otras cintas del género pero que no termina de arrancar.

Porque en definitiva, el problema que tiene Guillermo del Toro con sus cintas son sus finales anticlimáticos o mal cerrados, (La Cumbre Escarlata, La Forma del Agua) sufre del mismo mal que la peor versión de Ridley Scott en bodrios como Legend, Napoleón o Prometheus: basan su narrativa en lo visual sin pararse dos segundos en pensar si todo el tinglao que montan tiene sentido o es un mero vehículo de conectar onanisticamente con su público: los primeros gozando egotrípicamente de la orgía rococó que han montado y su público, tocándose las partes bajas con los ABS de Charlie Hunnman a.k.a Jax, para los amigos.

De hecho, ni la cinta funciona con el público teen al que va dirigida, (demasiado lenta y “profunda”) ni por supuesto, con un público más adulto y curtido en muchas más batallas que los mechas de cartoné que aparecen en la pantalla.

Perfectamente prescindible.
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El señor de los anillos: Los anillos de poder (Serie de TV)
El señor de los anillos: Los anillos de poder (2022)
Serie
  • 5,8
    15.743
  • Estados Unidos Patrick McKay (Creador), John D. Payne (Creador) ...
  • Morfydd Clark, Robert Aramayo, Markella Kavenagh ...
2
Jeff Bezzos quemándo parné
Un quiero y no puedo... Eso es lo que es ésta serie: un intento de desarrollar los apéndices del Silmarillion que daban lo que puede dar de si lo que viene a ser un apéndice: los justo para una miniserie de tres capítulos y ya.

Entonces llega Amazon con Jeff Bezzos a la cabeza, intenta comprar los derechos del Silmarillion a Christopher Tolkien, (finado albacea de la Tolkine State) el cual se negó en rotundo pues, si ya le parecieron en su momento las adaptaciones de Peter Jackson una auténtica aberración, (algo que no comparto) tocar el sacro santo Silmarillion ya eran palabras mayores.

Pero Bezzos tenía los derechos de los Apéndices así que decidió tirar con todo y contratar todo lo mejor de lo mejor, quemando billetes a mansalva en una orgía sin sentido de megalomanía absurda.

Sí, la serie tiene unos valores de producción excepcionales, se nota el dineral enchufado en cada fotograma; lamentablemente, esto no sucede con la trama y sus personajes: si nos dicen que es un culebrón venezolano con elfos y trolls, nos lo creemos.

En suma, tenemos a una Galadriel que busca ligarse a Sauron, (o viceversa) a elfos que quieren marcarse un interracial, (algo que ya se trataba en el legendarium tolkiano de forma directa e indirecta) para cumplir cupo woke pero sin relevancia alguna en la trama. Todo resulta tan cañí, cursi, predecible y sobrecargado que acaba empachando hasta para los más entusiasta de la temática tolkiana.

Fundiéndose en su primera temporada tres veces el presupuesto que Peter Jackson invirtió en tres películas para obtener una mera ornamentación sin contenido lógico y que respete de manera mínima el canon de la saga original.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dune: Parte Dos
Dune: Parte Dos (2024)
  • 7,9
    20.630
  • Estados Unidos Denis Villeneuve
  • Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson ...
9
Gom Jabbar y Clive Barker
Tras una primera cita con Villeneuve y su Dune: Parte I, llega dos años después su secuela. Ambas forman parte del primer libro de la saga de Frank Herbert y viene a enmendar la película maldita de Lynch del 84' que durante décadas fue la única aproximación de celuloide en clave blockbuster al universo de los Atreides y Harkonen.

Denis Villeneuve se siente mucho más libre abordando la secuela y aportando la mayor virtud que sus dos adaptaciones han logrado entre el gran público: llevar un libro imposible a la gran pantalla y que además sea un taquillazo. Hablamos de una novela compleja, encorsetada en la narrativa de flujo de consciencia y donde el mesianismo, la filosofía y el crisol de personajes para una historia netamente coral hacen difícil el café para todos: contentar a los productores, respetar la obra original y ganarse el apego de los fanáticos

Contra todo pronóstico, tenemos a Jon Spaihts que firma un guión impoluto y que sabe entretejer la historia sin aburrir, haciendo énfasis en lo más importante de Dune: sus personajes. No olvidemos que Spaihts salió contaminado de la producción fallida en Prometheus de Ridley Scott. Afortunadamente, ha sabido resarcirse y nos entrega una historia bien escrita.

Del elenco, destacan por encima de todos, Javier Bardem y Rebecca Ferguson. Chalamet y Zendayan no terminan de cuajar como Paul Atreides y Chani pero... cumplen, de eso no cabe la menor duda. Les falta química.

Entonces, ¿Merece la pena ver ésta secuela? Sí, ya que devuelve al cine de ciencia ficción al lugar que nunca debió perder, es una Space Opera formidable con unos valores de producción impropios para el tipo de historia mesiánica que se pretende contar. Es un rotundo éxito narrativo y fílmico cuya mayor virtud es dejar al espectador con ansias de más: indagar en el lore de los Harkonen, (cuya imaginería e historia nos impactan por su brutalidad y sadismo) en el Gom Jabbar de la secta Bene Gesserit y por supuesto ese lugar enigmático y sus gentes que son Dune y los Fremen. Denis Villeneuve logra el cruce definitivo entre Terrence Malick, John Boorman, H. R. Giger y Clive Barker. Toda la cinta trastabilla entre ese ambiente malsano harkoniano y el paraíso perdido de Dune. Todo tan ambivalente y a la vez tan enigmático: queremos más.

Hans Zimmer se limita a la diégesis, no aporta ningún tema realmente memorable pero no desentona bajo la espléndida fotografía de Greig Fraser: mucho más acertada que su primera parte, ciñéndose menos a un anuncio de colonia y más a los tonos terrosos de Dune.

En conclusión: Dune: Parte dos, eleva a su elenco y director al altar de los clásicos y abre de par en par la posibilidad de explorar una saga increíble y compleja a manos llenas. Un Lawrence de Arabia sideral con ínfulas de dios maldito post grunge es algo que nadie debería perderse, ya sea sobre el papel o sobre el celuloide.

Imprescindible.
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4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Napoleón
Napoleón (2023)
  • 5,8
    14.777
  • Estados Unidos Ridley Scott
  • Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Rupert Everett ...
5
La Historia la Escriben los Vencedores
Cada nuevo estreno firmado por Ridley Scott, la crítica se abre en dos frentes: los que ensalzan su labor como excelente realizador, (Alien, Blade Runner, Thelma y Lousie) y los que lo masacran por su visión errática básada únicamente en la fanfarria y la pirotécnica carente de ritmo y guión, (Legend, Teniente O'Neil, Prometheus...)

Pero Napoleón es sin lugar a dudas la que más ha puesto de manifiesto las virtudes, ( que son muchas y notorias) y defectos de un director que a sus 85 años ya le importa poco lo que digan sobre él y se limita a hacer lo que mejor sabe hacer: blockbusters.

Napoleón es en si misma un viaje introspectivo hacia el tándem Phoenix-Kirby encarnado ambos a Napoleón y a su amada Josefina, ambos formidablemente retratados e interpretados por dos colosos que intentan mantener la nave a flote ante un metraje mutilado, (algo ya típico en su director, adicto a los prescindibles Director's Cut) con graves ausencias de etapas históricas determinantes y que dejan a un sobrio Rupert Everett, (encarnando al Duque de Wellington) en un injusto segundo plano.

Y es que Scott viene a hacer suya la frase, "La Historia la Escriben los Vencedores" ya que omite pasajes esenciales de las guerras napoleónicas en mor de dar más metraje a un Joaquin Phoenix que se debate entre la paranoia, la megalomanía y la existencia más prosaica, (por no decir directamente cómica): la cinta y su personaje son autoparódicos ya que quien ha puesto la pasta para hacer éste amago de peplum con aires de Barry Lindon, son los anglosajones, y son sólo ellos los que con su dinero deciden si ensalzar o ridiculizar una figura histórica, polémica, pero esencial del siglo XIX.

Por tanto, la cinta es un excelente vehículo de entretenimiento lastrado por los tajos en la sala de montaje y que presumiblemente serán enmendados con la versión extendida, donde las continuas elipsis y omisiones imperdonables, serán corregidas.

Ahora toca disfrutar una vez más de Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby.
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23 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Taylor Swift: The Eras Tour
Taylor Swift: The Eras Tour (2023)
Concierto
  • 7,4
    541
  • Estados Unidos Sam Wrench
  • Documental, (Intervenciones de: Taylor Swift)
3
Prêt-à-Porter
The Eras Tour es la sexta gira musical de la cantautora estadounidense Taylor Swift. Comenzó en Glendale, Arizona, el 17 de marzo de 2023. Los conciertos duran más de tres horas, con una lista de 44 canciones divididas en 10 actos distintos que retratan conceptualmente los diez álbumes de estudio de Swift. La gira fue un gran éxito comercial y recibió elogios unánimes de la crítica. Se convirtió en un fenómeno cultural y económico, impulsado por una demanda sin precedentes a nivel mundial.

Es por ello, que para terminar de asaltar a los "swifties" que asisten a esta clase de eventos, la nueva diosa aria americana viene a extender una vez más sus garras cual malvada bruja de Blancanieves, con estética Oktoberfest y hatos Hugo Boss para terminar de rematar una de las giras más exitosas de todos los tiempos.

Si eres fan de la redneck reconvertida en icono pop cultureta yanki, quizás te dejes engañar por la estética y el tinglado plasticoide montado a mayor gloria de una mujer hecha a sí misma, hundida en un pozo de egocentrismo copernicano o mejor dicho: taylorswiftiniano; ya que, objetivamente, la cinta tiene muy poco que ver con un espectáculo de show en vivo: grabado en distintas localizaciones, dividido en 10 actos y con un montaje que haría palidecer al mismísimo Michael Bay: todo tiene un tufo videocliplero ultraeditado. Sólo faltan los cromas para simular al público.

Con todo, sería injusto negar el descomunal éxito de la mega estrella que viene a poner en solfa a la vieja guardia, (Madonna, Dolly Parton) una mujer que llegó a poner de rodillas al malogrado Ryan Adams: reputado artista indie que anduvo pagafanteándola tras aburrirse de coquetear con menores. En definitiva, una mujer que lo ha conquistado todo en un mundo de plástico y superficial hecho a su medida.

Este tipo de productos están destinados a un público adolescente, (o viejóven buscando una erección con su Pin-up favorita) poco exigente, víctima de la radio fórmula, del Instagram y Tiktok; only for megafans salidos del barrio Salamanca, dispuestos a sacar su último Iphone adornado de stickers Hello Kitty para capturar el último modelito que sale a lucir la Swift, (y son unos cuantos) capaces de deglutir, babear y bailar hasta con la más fea y aun salir suspirando del evento obscenamente kitsch y teatral más propio de un Prêt-à-Porter que de un espectáculo pop.

Y es que el repertorio da para casi todo: Taylor Swift quiere fingir ser la más indie, la más rockera, la más country girl, la más in y fashion del stardom y a la vez confundir empoderamiento con empotramiento: feminismo de MTV con un surtido de canciones sobre sus exboyfriends de lo más ruborosamente infantil.

Es todo tan rematadamente egomaníaco, protestante, WASP, tan "Made in USA"... Que casi podemos leer el himno de las barras y las estrellas en la implacable y solad sonrisa profident de la diosa trumpista encantada de conocerse a sí misma, simulando en cada acto, un evento de la Super Bowl con sus hiperoxigenadas animadoras.

Quizás se trate de otro Proyecto MK Ultra de manipulación de masas ideado por la CIA y el FBI para adoctrinar mentes prepúberes, sin conocer que detrás de tanto confeti, lo que se halla detrás de tanto divismo, es otra Norma Desmond de manual.

Disfruten del espectáculo, la Swift no se tira pedos, si no besos de amor de América para el resto del mundo.
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71 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
El exorcista: Creyente
El exorcista: Creyente (2023)
  • 4,4
    2.643
  • Estados Unidos David Gordon Green
  • Leslie Odom Jr., Ann Dowd, Jennifer Nettles ...
5
Presos Cautivos de la Nostalgia
Los primeros Test Screenings no auguraban un buen resultado entre la audiencia, ávida de encontrar una genuina y portentosa secuela para “El Exorcista” de Friedkin. Tampoco el embargo perpetrado a las reviews de los pases previos, indicaba nada halagüeño, (quizás se quiera evitar el efecto Cannes que hundió a "Indiana Jones: El Dial del Destino"). Pero lo cierto es que, a lo largo de estos 50 años, que se cumplen ahora de su estreno, la obra maestra pasó a ser una suerte de franquicia maldita que fue desvirtuando el sentido de la original. No olvidemos que David Gordon Green ha afirmado que la cinta actual es la primera de una trilogía y enlaza directamente con la cinta original del 73, (ahí es nada!) obviando las dos secuelas, las precuelas y la serie de tv.

La pregunta es… ¿Lo consigue?...

Vayamos por partes: mal que nos pese, en 2023 no puedes mostrar lo que se mostraba en 1973. Ahora mismo existe una cultura de la censura, de lo políticamente correcto y de que todo ha de ser family friendly. Por tanto, es imposible que directores, guionistas y actores implicados, por más que se partan los cuernos, puedan lograr lo que la primera consiguió: están maniatados y las únicas licencias poéticas en clave terrorífica son los típicos jump scares, (sonido atronador) vómitos por CGI y continuos easter eggs que buscan la comicidad/complicidad con el espectador más veterano, (el añadido de Ellen Burstyn es el principal guiño a la nostalgia) y que son sólo eso: guiños gratuitos que no ahondan en la tragedia. Una suerte de captatio benevolentiae donde el argumento de autoridad son: meter a Ellen Burstyn y el continuo abuso de clichés/easter eggs de la original; nos quedamos con los vómitos y las lentillas pero desaparece el mensaje subversivo, lascivo y de perversión de su original. Es una película de sustos, no de terror.

Porque el principal pecado de David Gordon Green es el intentar vendernos esta nueva secuela como la auténtica, la que de verdad se debería haber rodado y no las infames, "El Exorcista II: El Hereje", (de las peores secuelas de la historia) o la infumable “El Exorcista III: Legión”, (1990)

Esa goebbeliana letanía de autoinducir la autosugestión de lo válido y no válido, de lo genuino y lo espurio es lo que de verdad mata a una cinta que, objetivamente, podría haber sido una gran peli de terror si no se compara con la obra maestra en la que dice estar basada y rendir tributo. Sí, las intenciones están ahí y se ve a director y guionistas, (nada menos que 5) totalmente volcados en reverenciar e intentar capturar la esencia de su original.

Lamentablemente, todo tiene un tufo a peli comercial de manual y recuerda en muchas cosas a los fallidos intentos de otros directores por rescatar del olvido, antiguas franquicias: de hecho, ésta cinta recuerda perfectamente a lo sufrido en Terminator Destino Oscuro, (2019) rescatando desesperadamente a Linda Hamilton o al Prometheus/Alien Covenant de Ridley Scott.

Como diría Neruda, “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”: El Exorcista de 1973 no se puede repetir porque aquella película era grotesca, perturbadora e implacable. Aunaba el terror psicológico, la tragedia y drama humano con el horror más visceral y despiadado: lograba con su demonio sumerio, aunar la conciencia colectiva de la lucha del bien y el mal universal: daba igual si eras creyente o no: del cine salías, como mínimo, con un poso de malrollismo pétreo creyendo, hasta para el más empedernido ateo, en la vívida existencia del mismísimo satanás; por una única y sola razón: la cinta era una obra maestra que sabía masticar en las partes de la psique humana más profundas y además lo hacía lenta y sinuosamente, como el Capitán Howdy, jugando con nosotros, ganando nuestra confianza para después despedazar nuestra inocencia y raciocinio.

Nada de esto existe aquí: si que es cierto que el maquillaje y la fotografía guardan ciertos ramalazos con la obra original, (en el mejor de los sentidos) que el dúo, (Marcum y Jewett) es solvente, que Ellen Burstyn, es Ellen Burstyn y es de lo poco que logra hacernos olvidar que estamos ante otro refrito que busca quemar su última bala, haciendo uso de todos los ingredientes originales pero ejecutados sin alma, (sic). Cuya única virtud es no ser tan mala como las secuelas, pero poco más. Además, argumentalmente, es un caballo cojo: se nos presentan familias disfuncionales actuales, con minorías raciales y demás tropos prototípicos del nuevo establishment hollywoodiense: familias monoparentales, desestructuradas, racismo, etc, etc… Cuando la misma cinta del 73 nos muestra a una Karen MacNeil divorciada, hija putativa del hipismo y las religiones New Age de los 60s y 70s. Aquí su figura es reducida a mero reel para intentar colarnos en subsiguientes secuelas, a Reagan. Todo con calzador cuando su personaje podría haber dado mucho más de sí y no reconvertida en exorcista amateur.

Otro elemento que lastra la cinta es su carente sentido del ritmo y lo pésimamente que está montada: la cinta es larga, (como todas las superproducciones actuales) y sólo sabe avanzar con cambios de plano a lo Tony Scott/Michael Bay y filtros cutres que se supone aumentan el horror y no hacen más que ahondar en el carácter televisivo del formato. No cabe duda de que estamos ante una gran producción con fallos graves de diseño y ritmo.

Por tanto, es “El Exorcista: El Creyente” es otra víctima de su tiempo y su propia madre saturniana devorando a sus propias secuelas sin piedad y con toda la razón.

Cerramos la crítica que vendría a resumir el sentido general de ésta “secuela”:
Karras: "¿por qué esta niña?; no tiene sentido"

Merrin: "yo creo que intenta que nos desesperemos; que nos veamos como animales horribles; que rechacemos la posibilidad de que Dios pueda amarnos"
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80 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Galaxia prohibida
Galaxia prohibida (1982)
  • 3,8
    344
  • Estados Unidos Allan Holzman
  • Jesse Vint, Dawn Dunlap, June Chadwick ...
2
Grotesca
Allan Holzman es la marioneta que firma ésta película pero todos sabemos que el verdadero director es su productor estrella: Roger Corman.

Roger Corman es por todos conocido por su habilidad a la hora de producir películas de bajísimo presupuesto y obtener beneficios sobre todo el circuito casero del extinto VHS.

La película, en si misma, no destaca en nada, ni actuaciones, ni efectos especiales ni ambientación. Es cine de explotación pueril, una suerte de Alien El Octavo Pasajero, (Ridley Scott, 1979) pero lo más cutre posible.

Actuaciones lamentables, efectos realizados con atrezo sobrante de otras producciones casposas y un tufo a softporn chungo ochentero: tetas, potorros y viscosidad sin freno. La música se pone cachonda en los momentos que tiene que generar suspense y tensión y en los momentos erótico-festivo-peludos se pone en plan suspense.

"Galaxia Prohibida" es un fallido intento de aprovechar el rebufo de Alien y La Cosa pero de una forma tan grotesca, cutre y aberrante que da vergüenza ajena.
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Guns N' Roses: Perhaps (Vídeo musical)
Guns N' Roses: Perhaps (2023)
Vídeo musical
  • Estados Unidos
  • Guns N' Roses
3
Rellenando Expediente
Guns N' Roses son la última gran banda de rock clásico capaz de llenar estadios sin publicar disco. Es verdad que están los Rolling, AC/DC, Metallica, etc... Pero todos estos grupos, (quizás la excepción sea los Rolling) siempre publican un nuevo álbum antes de embarcarse en una nueva gira.

Es sabido por todos, que Guns N' Roses sin Izzy Stradlin, es incapaz de componer canciones memorables como hacían en los 80/90s y que, tras el multimillonario y fallido "Chinese Democracy", (álbum que costó 13 millones de dólares grabado única y exclusivamente por WAR y una retahíla de mercenarios, a cada cual más estrafalario y heterogéneo)

Sin embargo, WAR grabó un puñado de canciones/caras b/ descartes de su Frankenstein particular en la etapa apócrifa y ahora los publica regrabados en versiones un tanto deslavazadas con Slash y Duff para justificar la maquinaria millonaria que se han montado el trío calavera.

En si mismo, el videoclip no es más que un remix de sus actuaciones en directo del interminable "Not In This Life Time Tour", (se inició en 2016 y aun hoy estamos en 2023 y siguen girando con la misma cara dura)

Y no es para menos la falta de interés en ofrecer un videoclip decente, al fin y al cabo, el tema es una mediocridad que no tiene ni pies ni cabeza y se nota que no pasó el corte de "demo" de las sesiones grabadas en el Village, allá por 2001: aturullado estribillo, sólo mediocre de Slash, (se cargaron el de Robin Finck) y un corte de piano tontuno y machacón que pretende emular a los Beatles.

Por tanto, es una pena que tras 30 años sin material oficial, la banda haya decidido tirar por el camino de en medio para cumplimentar expediente.
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Guns N' Roses: Since I Don't Have You (Vídeo musical)
Guns N' Roses: Since I Don't Have You (1994)
Vídeo musical
  • 5,7
    67
  • Estados Unidos Sante D'Orazio
  • Guns N' Roses, Gary Oldman, Axl Rose ...
1
Canto de Cisne
"Since I Don't Have You" fue el primer y último single del álbum de versiones lanzado en 1993 por la banda norteamericana Guns N' Roses. Por aquella época la banda estaba totalmente desecha pero aun tenían una serie de obligaciones contractuales con su discográfica Geffen/Interescope/Universal.

El single en cuestión era un versión de los Skyliners de 1959, una decadente balada cronner con los típicos arreglos de la época con piano, orquesta y coros. En si misma, la canción no puede tomarse muy en serio ya que a todas luces es un medio tiempo cuyo único objetivo es de actuar de gancho para las grandes audiencias, las mismas que se habían subido al carro de la moda de turno a raíz de sus power baladas, (Don't Cry, November Rain) pero que poco o nada tenía que ver con la tónica general del álbum: todo versiones de grupos semidesconcidos de punk rock setenteros.

El video clip fue filmado ésta vez por Sante D'Orazio que por lo visto fue el primer y último video que filmó en su carrera. La temática voodoo de excesos psicotrópicos, serpientes, cadillacs, super modelos, (WAR se estaba percutiendo la vixen rubia de bote Jennifer Driver, sustituta de la cocainómana Stephanie Seymour, ahora reconvertida en la rottenmeier de Victoria's Secret) y demás temática pasada de moda y que pondría aun más a la banda a los pies de los caballos ante una nueva oleada Grunge que defenestraba todo lo que oliera a spandex y laca. A su favor, tenemos a un irreconocible Gary Oldman, recién salido de alcohólicos anónimos, (no es coña) que accedió a hacer del diablo por su amistad con Slash, (ambos se conocieron en el set de rodaje de "Sid y Nancy" en 1986) Matt Sorum sale haciendo surf imitando al malogrado Layne Staley con modelos hiperdepiladas y semidesnudas con dos dedos de maquillaje en la frente: los mismos que le faltaban a la banda para rodar semejante bazofia: para 1994, (fecha en la que se estrenó el videoclip) esas temáticas y estéticas ya olían caspa chunga ochentera.

El álbum no tuvo ni éxito de crítica ni de público y el propio Gilby Clarke, (mercenario sustituto de Izzy Stradlin) echó pestes de la balada por horrorosa y hortera. Razón no le faltaba ya que la canción es lo peor del álbum.

"The Spaghetti Incident?" es un disco bastante lamentable por varias razones: la primera de todas, muchas de la canciones fueron descartes del álbum doble "Use Your Illusion I y II", por otro lado, parte de las canciones se regrabaron en sólo dos días con la banda yendo al estudio por separado y sin verse las caras, (principalmente Slash y WAR, que a esas alturas, ya no se podían ni ver) la producción del álbum es dinosáurica, mastodóntica, repleta de overdubs y guitarras dobles de Slash que hacen del viaje una propuesta poco digerible por lo espeso y reiterativo de la propuesta "punk". Y si bien es cierto que tiene joyas como "Black Leather", (Steve Jones) o "Down on the Farm", (UK Subs) el resto de canciones no logran el pretendido objetivo de devolver la credibilidad callejera a una banda deshecha.

Por tanto, "Since I Don't Have You" sería el último "gran" videoclip de Guns N' Roses, que jamás volvería a grabar otro oficialmente hasta treinta años después con el olvidable "Perhaps", (2023)
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coma
Coma (1978)
  • 6,4
    2.826
  • Estados Unidos Michael Crichton
  • Michael Douglas, Geneviève Bujold, Richard Widmark ...
7
Thriller Pesadillesco
"Coma," dirigida por Michael Crichton en 1978, es una película que destaca por su astuta exploración de la maldad humana y la psicología de sus personajes en un contexto médico intrigante. Esta película nos lleva a un mundo de suspense en el entorno de un hospital, donde la trama se desarrolla con una destreza y una tensión sutil que mantienen al espectador atrapado desde el principio hasta el final.

Uno de los aspectos más notables de "Coma" es su capacidad para plasmar la ambigüedad moral en sus personajes. A medida que la historia se desarrolla, nos encontramos con una serie de personajes que, a primera vista, parecen encarnar la bondad y la dedicación médica, pero que ocultan sus propias motivaciones oscuras. Esta dualidad moral añade profundidad a la película y nos obliga a cuestionar la naturaleza de la ética médica y el poder corruptor de la ambición.

La película también se destaca por su habilidad para crear una atmósfera de paranoia y tensión constante. La sensación de que algo está mal se intensifica a medida que la protagonista, interpretada magistralmente por Geneviève Bujold, se adentra en un mundo cada vez más oscuro y enigmático. La película juega con nuestras expectativas y nos hace cuestionar quién está realmente del lado de la verdad y la justicia.

La cinematografía y la dirección de Michael Crichton merecen elogios por su capacidad para crear una sensación de claustrofobia en el hospital, lo que amplifica la sensación de peligro inminente. Además, la película se beneficia de un guion inteligente que plantea preguntas éticas y morales intrigantes sin dar respuestas fáciles.

En resumen, "Coma" es una película que se destaca por su inteligente exploración de la maldad humana y la psicología de sus personajes en un entorno médico. Es un thriller intrigante que mantiene al espectador en vilo, con una trama hábilmente construida y personajes moralmente ambiguos que añaden profundidad a la narrativa. Esta película sigue siendo una obra maestra del suspense que vale la pena ver para quienes disfrutan de historias intrigantes y bien ejecutadas.
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Los niños del Brasil
Los niños del Brasil (1978)
  • 6,8
    7.221
  • Estados Unidos Franklin J. Schaffner
  • Gregory Peck, Laurence Olivier, James Mason ...
6
Anglosférico Atavismo
Durante los 60s y parte de los 70s, los EEUU y U.K. explotaron en todos los ámbitos la mal denominada "Relación Especial" entre el Imperio Yankie y el famélico Imperio Británico. Gobiernos y productoras de cine de ambos lados del Atlántico, se dejaban las encías en felaciones que reflejaban el putativo vasallaje entre los dos tórtolos y como resultado tuvimos la saga original de James Bond y truños infumables como "Los niños del Brasil": daba igual quiénes fueran los malos malosos a los que liquidar, (nazis, comunistas, negros o asiáticos) el tema era generar una genuflexa erección a un público reaccionario y dientonico adicto al brasero, el té y a mirar de soslayo las enaguas de la sobrina.

Porque mucho antes de que el inefable Tom Clancy hiciera de las suyas con sus novelas profascistoides, ya existían otras letanías tanto o más casposas para alimentar la propaganda anglosférica sin rubor. Eso es lo que es "Los Niños del Brasil": un producto torpe, con ínfulas de thriller grandilocuente, (Peck, Olivier, Mason, Ganz...) todos actores de postín al servicio de una propuesta plana, mal montada y peor ejecutada.
Todos sabemos que Josef Mengele fue un hijo de puta de marca mayor y no cabe duda que sus atroces fechorías en Auschwitz y fuera de aquel infierno, lo convirtieron en el Ángel de la Muerte. Sin embargo, la película toma una postura profundamente infantil y estúpida desperdiciando su figura en un Gregory Peck que hace lo que puede con un paupérrimo guion. Lo mismo podemos decir del coloso Laurence Olivier, aquí carcomido por la enfermedad.

Esperamos un duelo de titanes y sin embargo nos despachan un patético duelo de dos vejestorios tan pasados de moda como la propia realización de la cinta.

Es una pena, porque el inicio es prometedor y la aterradora figura de un genocida como Josef Mengele podía haber dado fruto a un thriller potente y adulto. Sin embargo, personajes, (planos) y escenas metidas con calzador para alargar el metraje y dotar de un aire clásico dan como resultado un producto bastante olvidable.
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El secreto de Joey
El secreto de Joey (1985)
  • 5,0
    951
  • Alemania del Oeste (RFA) Roland Emmerich
  • Joshua Morrell, Eva Kryll, Tammy Shields ...
3
Aculturación
A lo largo de la historia, los distintos procesos de nacimiento, expansión y conquista de las distintas civilizaciones, han llevado al nacimiento de imperios y desaparición de pueblos. El caso alemán es en si mismo una amalgama de ambivalencias propias de su cultura centrada en la introyección: Fritz Lang, Ernst Lubitsch, Billy Wilder, F.W. Murnau... Exponentes claros de un existencialismo disonante, repudiados y odiados por su propia madre patria para trascender allende los mares. Se dice que, de la tradición, nace la cultura... Esto vendría un poco a explicarnos el extraño caso de Roland Emmerich: un alemán dispuesto a traicionar "el nuevo cine alemán", (Herzog, Wenders, Fassbinder, Grass o Schlöndorff) en mor de una Green Card que le abriera el coño Holywoodiense de par en par.

Pero… ¿Qué es exactamente "El Secreto de Joey"? Si tenemos en cuenta la trayectoria posterior de su director, (Startgate, Independence Day o 2012) entonces nos percataremos de las verdaderas intenciones de su realizador: esta cinta no es más que un burdo portfolio, un collage de situaciones inconexas y ritmo pedestre que no busca cautivar a niños o adolescentes, las bastardas intenciones de Emmerich son la de ganarse la atención de los capitostes de Hollywood para traerse de Alemania, a un Speilberg de Aliexpress/Hacendado: Emmerich en ésta cinta directamente mutila cada escena de E.T. el Extraterrestre, Poltergeist o Encuentros en la Tercera Fase, sin rubor alguno. Y los codiciosos productores quieren a un tipo capaz de imitar a Spielberg para pagarle lo que a un inmigrante y controlarlo como un pele por cuatro chuches.

¿El argumento? Ni está ni se le espera: un niño queda huérfano de padre y lo que en un principio parece ser un milagro, (contacta con el espíritu de su padre a través de un teléfono de juguete) pronto se torna en algo mucho más siniestro y perverso: un ente que habita un chungo muñeco de ventrílocuo, es el que está manipulando al pobre Joey, aunque en ningún momento se nos dice el qué y ni el porqué de sus insanas intenciones. Es una narración tan torpe como la de Ridley Scott en “Legend”: productos bien fabricados, pero sin sentido, meros videoclips.

A lo que sí asistimos es a un compendio de escenas, a cada cual más recargada de luces y efectos especiales de los 80s, mostrándonos la "típica" vida de un niño de la América profunda de la era Reagan, esto es: familia de “clase media” que se funde todo el sueldo en estanterías enteras del Toys"R"Us: la habitación del chico haría palidecer la de cualquier retoño de la época, al contemplar toda la colección de Star Wars y demás merchandising metido a plomo en una orgía desmedida de capitalismo chungo. Puedo ver a ejecutivos obligando al director a meter toda la propaganda posible para engatusar a los chavales de la época.

Si a eso le añadimos el típico ramalazo europeo, obtenemos un producto bizarro que no contentará a nadie: la película es excesivamente ñoña e infantil para los adultos y, marcadamente oscura y siniestra, para el público infantil.

La música Paul Gilreath es una oda a la diabetes con melodías lacrimógenas y sentimentaloides que buscan despertar en el espectador lo que el director y reparto son incapaces de hacer: emocionar y entretener.

Por tanto, no es de extrañar que la cinta haya permanecido enterrada en el Currículum Vitae de su director y ni si quiera haya alcanzado el interés del público friki y nostálgico para convertirla en "obra de culto" como si ha sucedido con productos de similar factura, (“La Dama Blanca”, “El secreto de los fantasmas”, “El Hotel de los fantasmas” o “Más Allá de la Realidad”)

La cinta ganó cierta relevancia en España cuando la TVE de Pilar Miró, emitió a bombo y platillo allá por el 3 de marzo de 1990, la cinta vendiéndola como la siguiente E.T.; padres y madres ansiosos, acudieron a la cita y se comieron un pastiche que, aterrorizó a los más pequeños, (la sección interminable del laberinto) provocó ataques epilépticos masivos y aburrió a los ingenuos progenitores.

No toda época pasada fue mejor.
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Guns N' Roses - Live in New York 1991
Guns N' Roses - Live in New York 1991 (1991)
Concierto
  • Estados Unidos Jean Pellerin
  • Documental, (Intervenciones de: Guns N' Roses, Axl Rose) ...
10
La Piedra Filosofal del Rock
Como todo lo que sucede en el universo Guns N' Roses en general, y en el minúsculo mundo de mighty WAR todo nuevo lanzamiento se hace con cuenta gotas o con dilatadas demoras que pueden llegar a durar más de dos décadas.

El concierto que nos ocupa, es el último de tres sesiones de warming up previas al inicio de la mastodóntica gira mundial "Use Your Illusion World Tour", (1991-1993) que llevó a la banda liderada por Axl Rose de tocar en clubes de mala muerte o telonear a sus enemigos más íntimos, (Montley Crüe, Iron Maiden, Great White...) a la consagración definitiva entre el gran público y convertirse durante el primer lustro de los 90s, "en la banda más peligrosa del planeta".

El concierto fue previamente usado para extraer snapsets usados posteriormente en el videoclip promocional de la película "Terminator 2", (James Cameron, 1991) con su tema "You Could Be Mine".

La dirección de Jean Pellerin, (habitual realizador de Kiss, Deff Lepard, Great White o Skid Row) es sólida, con tramos rodados en formato Panavision aunque desperdiciando la oportunidad de hacer una versión widescreen de todo el concierto. Por fortuna, tenemos audio remasterizado en 5.1; "Live in New York 1991" es una pequeña gran joya oculta durante décadas y que muestra a una banda en su plenitud, con casi todos sus miembros originales, (excepto Steven Adler sustituido por el mastodóntico Matt Sorum y el "nuevo" teclista Dizzy Reed) a pleno rendimiento y con golosinas tan jugosas como Shanon Hoon cantando a dúo "Don't Cry" o "You Ain't the First".

El color e iluminación son los típicos de las grandes producciones de la época, asemejándose al formato de "AC/DC" Live In Donington 91": conciertos sin trampa ni cartón, ni efectos ni cambios constantes de planos o cámaras lentas. El concierto es plenamente disfrutable y nos da una idea la increíble magnitud de los shows dados por ésta banda en su etapa dorada: si por algo hoy Guns N' Roses siguen reventando estadios tras casi dos décadas de apócrifa encarnación con mercenarios, (la desastrosa etapa Chinese Democracy: 2001-2015) es porque el impacto que supuso la formación original con WAR y Slash a la cabeza, marcó generaciones enteras con shows abrasivos, álbumes de una calidad indiscutible y una imagen atractiva e icónica, casi de comic.


Si pudiéramos destacar los momentos más brutales del concierto, estos son: Bad Obession, Dust n' Bones, You Ain't the First, You Could Be Mine, (durante la cual, Axl se rompió el tobillo) o la incendiaria Welcome To The Jungle.

Aquí dejo el set-list completo del show:
Pretty Tied Up

1. Bad Obsession

2. Right Next Door to Hell

3. Mr. Brownstone

4. Dust n' Bones

5. Live and Let Die
(Wings cover)

6. Paradise City

7. Civil War
(Jimi Hendrix Experience's "… more )

8. Matt Sorum Drum Solo

9. Slash Guitar Solo

10. You Could Be Mine

11. Patience
(The Rolling Stones' "I Was Only Joking" intro)

12. Knockin' on Heaven's Door
(Bob Dylan cover) (Alice Cooper's "Only Women Bleed" intro)

13. Don't Cry
(with Shannon Hoon)

14. You Ain't the First
(with Shannon Hoon)

15. My Michelle

16. Estranged

17. Double Talkin' Jive

18. Sweet Child o' Mine

19. Welcome to the Jungle




Lo que no se entiende es como semejante artefacto de destrucción masiva no llegó a publicarse en su momento, quizás fuera por la abrupta salida de Izzy de la banda, la posterior publicación de los insípidos "Tokyo Dome 92" o la posterior desintegración de la banda en 1994 con WAR obsesionado en promocionar la nueva encarnación de GNR y enterrar a sus antiguos miembros en el ostracismo más salvaje, ( en un grado sumo de hijoputismo, WAR regrabó los álbumes originales de la banda con nuevos miembros para evitar que estos cobraran sus royalties)

Pasada la época de plomo y con una banda ya consagrada, éste concierto ha visto la luz en un carísimo boxset para celebrar los 30 años de la publicación del álbum doble Use Your Illusion I y II.

Habrá algún chalado que diga que el Ritz 88" es mejor que éste e incluso quizás tenga hasta razón, pero lo que éste concierto contiene es un pelotazo seguro de rock duro y música sin parangón alguno entre sus coetáneos.
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La cura del bienestar
La cura del bienestar (2016)
  • 5,7
    9.677
  • Estados Unidos Gore Verbinski
  • Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth ...
4
Menarquia
Un cuento de hadas perverso, retorcido y sugerente que toma como base cintas del terror italiano como “Suspiria”, (Dario Argento, 1977), “Phenomena” (Dario Argento, 1985) o la mismísima obra de culto: “La resurrección del mal”, (Corrado Farina, 1971) o “La Residencia”, (1969, Chicho Ibáñez Serrador)

Verbinski se ceba con las religiones New Age usando los tropos de “El Invitado de Drácula” o “El Retrato de Dorian Gray”. Por tanto, la cinta tiene una fuerte carga onírica y psicoanalítica de postín pero que funciona en su conjunto. Al fin y al cabo, estamos ante un thriller potente sobre un crisol de subgéneros que no terminan de cuajar. Hasta ahí, como homenaje o producto camp, la película es perfectamente disfrutable.

El problema principal de la cinta es el batiburrillo del montaje: es cierto que dicho montaje pretende marcarse un “Memento”, (Christopher Nola, 2000) de Aliexpress e incluso se atreve a un conato de David Lynch: la sobrecargada atmósfera, la simbología y sexualización de cada fotograma, (chapó Bojan Bazelli) pero no se consigue el efecto deseado de sumergir a su personaje principal y al espectador en el desconcierto, más bien nos lleva a un delirante compendio de escenas bien rodadas pero sin más.
Tampoco se aprovecha ni el trasfondo edípico de su villano principal, ni la supuesta inocencia virginal del personaje interpretado por Mia Goth: resulta tan etéreo como anodino. Un mero maniquí para amortizar el visionado.

Aun con todas sus taras, “La cura de bienestar” es una apuesta segura si lo que se busca es disfrutar de un homenaje sobre películas de culto y novelas clásicas. Por momentos, sentimos que Verbinski sólo busca seducir el onanismo más gafapastil, retando al espectador a identificar cada homenaje o “easter egg”, cuando no directamente plagio, de las cintas en las que busca recrearse.

En definitiva, “La cura de bienestar” es una cinta irregular, con una estética apabullante y un trasfondo cultureta bastante leído, pero poco inspirado: Verbsinki no es un gran artista: no sabe robar sin que le pillen con el carrito de los helados. Es tan obvio, que él mismo autospolea al espectador curtido en todo tipo de cintas de serie z.

Porque, en suma, ésta cinta es una gran cinta de serie b disfrazada de rococó, dirigida por un director “independiente” que busca dar gato por liebre al espectador y fracasa estrepitosamente con un falso final que no por ridículo, resulta más insultante hasta para el coprófago menos exigente .
Y es una pena, porque el relato daba para mucho más y contar con un actor de la talla de Jason Isaacs, podría haber ofrecido una obra inquietante, potente y perturbadora.

Nos quedamos en un aguachirri que implosiona por vicios tontos de creerse más de lo que realmente es.

Cinta condenada a servicios de streaming domingueros o canastos de surtido Eroski.
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La sombra del diablo
La sombra del diablo (1997)
  • 5,9
    17.865
  • Estados Unidos Alan J. Pakula
  • Harrison Ford, Brad Pitt, Margaret Colin ...
6
Morbo
Que la cinta se planteó primigeniamente como un thriller oscuro y violento protagonizado por Pitt, era obvio por algunos pasajes del filme, (el sangriento inicio en Belfast) pero que la idea inicial se desvirtuó cual azucarillo en el cola cao es obscenamente patente ya con la premisa hilarante del guion: terrorista del IRA se va a hacer las américas en busca de armamento pesado, (nada más y nada menos que unos Stinger, los mismos que le han costado más de un dolor de huevos a los ucranianos que se los presten el amigo americano) para iniciar la contraofensiva en su tierra.

Si pasamos por alto dicha estupidez, nos encontraremos un thriller bastante convencional al que lo único que llama la atención es el morbo por ver a dos titanes intentado devorarse mutuamente: la química entre el dúo calavera, es nula. Hace unos años Pitt echó pestes de Pakula y el ejército de guionistas contratados exprofeso por Ford para mutar la cinta en otro blockbuster protagonizado por Ford y no por el emergente Pitt: la cinta se concibió como el espaldarazo definitivo a la carrera de Pitt, sin embargo, Ford, en un secular ataque de cuernos, no deglutió muy bien que su personaje fuera un mero mamporrero al servicio de un neófito en el negocio. Así que arduo y sin demora alguna, nuestro querido Dr. Jones acabó tirando de agenda de contactos para hacerle la cama al bueno de Pitt: se presentó en el set de rodaje con un ejército de guionistas para reescribir pasajes enteros en los que Pitt era el protagonista. Dicho y hecho: Pitt pasó a un discreto segundo plano con un Ford encarnando al übermench americano que pone en su sitio a sus primos irlandeses: en la tierra del tío Sam, manda la doctrina Monroe, no la de un paleto irlandés, por muy del IRA que quiera ser.

Diálogos vacuos, predecibles y repletos de confeti proselitista family friendly, villanos de postín, (Treat Williams) y música irlandesa reciclada de Braveheart y Titanic, (nuevamente, el sucumbido Horner, vuelve a las andadas del autoplagio, patente y obsceno) podemos leer directamente en el rictus facial de Pitt que se siente incómodo, violado, usado y tirado por un peso pesado de la vieja guardia hollywoodiense. Inerme, todo él ante un producto abocado desde el minuto cero, al más estrepitoso de los fracasos.

La producción costó unos 100 millones de dólares, de los cuales, Ford se llevó 20 y Pitt trincó 8. El resto del presupuesto se gastó en ansiolíticos y cachondina para relajar un set donde el dúo calavera llegó a las manos. Lo que le costó al neófito ser prácticamente defenestrado del set y de la promo ya que tuvieron que intervenir sus padres para aplacar la ira del hombre del látigo, el cual, prohibió que les fotografiaran juntos y coincidir si quiera en ninguna premier. Dicho y hecho, fue interesante ver el grado de vulnerabilidad de una estrella como Pitt, viajando por medio mundo promocionando una película que detestaba y detesta, sólo, unicamente acompañado por sus padres ya que no podía ni acercarse al entorno de Ford.

Años después, con un Ford bastante más sesudo y menos cabrón, quiso quitarle hierro al asunto diciendo: - “En primer lugar, admiro a Brad Pitt”. “Sin embargo, Brad desarrolló el guion. Luego me ofrecieron el papel. Me guardé mis comentarios sobre el personaje y la construcción de la historia porque admiraba a Brad”.
“Lamentablemente, no pudimos ponernos de acuerdo sobre un director. Tuvimos problemas juntos hasta que llegamos a Alan Pakula, con quien yo había trabajado antes, pero él no. Brad tenía un personaje complicado, y yo quería una complicación de mi rol para que no fuera sólo una batalla entre el bien y el mal. Y fue entonces cuando se me ocurrió lo de los malos tiradores”.

Con lo cual, más allá de un mero truco de marketing para explotar la rivalidad y atraer al público, (estilo Soldado Universal con Dolph Lundgren y Van damme fingiendo un conato de tangana en Cannes 92') masivamente a ver la película, existió una genuina y corrosiva rivalidad que destruyó la cinta y que hoy por hoy es única y tristemente recordada por ver a dos leyendas odiarse mutuamente en cada escena.

En definitiva, “La Sombra del Diablo” no es un mal thriller, funciona como entretenimiento dominguero y poco más. Los artistas involucrados y el set convirtieron lo que podría haber sido un impactante thriller en otro rutinario blockbuster condenado a morir en algún surtido barato de dvds en los canastos de unos grandes almacenes a punto de demolición.
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La joya del Nilo
La joya del Nilo (1985)
  • 5,6
    10.530
  • Estados Unidos Lewis Teague
  • Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito ...
6
La Guerra de los Rose
"La Joya del Nilo" es una secuela que cae en los mismos errores y trampas de la película original, sin lograr redimir ni mejorar su fórmula defectuosa. A pesar de contar con el mismo director, Robert Zemeckis, y los protagonistas Michael Douglas y Kathleen Turner, la película no logra despegar y sigue siendo una experiencia insatisfactoria, un chiste malo y contrapuntístico que no lleva a ninguna parte.

La trama parece ser una repetición aburrida de la anterior entrega, siguiendo los mismos tropos predecibles y situaciones forzadas. La promesa de aventuras emocionantes y giros argumentales intrigantes se desvanece rápidamente, dejando al público con una sensación de déjà vu y decepción. En lugar de expandir el universo y desarrollar a los personajes, la película se contenta con ofrecer más de lo mismo, sin agregar ningún elemento fresco o innovador.

El conflicto central carece de profundidad y autenticidad. La búsqueda de una joya preciosa, (que no lo es tal) y los obstáculos que enfrentan los personajes se sienten huecos y poco convincentes. A diferencia de las películas de aventuras exitosas que logran hacer que el público se sumerja en su mundo, "La Joya del Nilo" solo logra generar indiferencia y desinterés.

La química entre Michael Douglas y Kathleen Turner, que debería ser uno de los puntos fuertes de la película, se siente forzada y carente de autenticidad. La tensión romántica y la dinámica entre los personajes se vuelven monótonas y previsibles, lo que contribuye a la falta de conexión emocional con la audiencia.

Los momentos de acción y aventura son poco memorables y carecen de emoción. Las escenas de peligro y persecución parecen estar ahí solo por obligación, sin aportar nada significativo a la narrativa ni a la evolución de los personajes. En lugar de sumergir al espectador en un mundo emocionante y vibrante, la película solo logra mantenerlo en la superficie, sin realmente involucrarse en lo que está sucediendo en pantalla.

En resumen, "La Joya del Nilo" es una secuela que no logra escapar de las sombras de su predecesora. Con una trama repetitiva, personajes poco desarrollados y momentos de acción insípidos, la película se convierte en una experiencia olvidable y deslucida. A pesar de sus intentos de replicar el éxito comercial de la primera entrega, esta película solo logra resaltar sus propias carencias y falta de impacto.
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Tras el corazón verde
Tras el corazón verde (1984)
  • 6,3
    47.847
  • Estados Unidos Robert Zemeckis
  • Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito ...
5
Anómala
"Tras el corazón verde", dirigida por Robert Zemeckis, se presenta como un intento fallido de replicar el encanto y la emoción de las películas de aventuras clásicas, como la icónica franquicia de Indiana Jones. Sin embargo, en lugar de cautivar al público con una trama intrigante y personajes carismáticos, la película cae en un abismo de mediocridad y falta de creatividad.

Comparar "Tras el corazón verde" con "Indiana Jones" y "Las Minas del rey Salomón" solo sirve para resaltar las graves deficiencias de la primera. Mientras que la franquicia de Indiana Jones ofrece una mezcla emocionante de acción, misterio y humor, "Tras el corazón verde" se tambalea torpemente entre momentos desconectados y previsibles. El anticlimax es el punto más alto de esta decepción, ya que promete una recompensa épica y misteriosa solo para entregar una resolución aburrida y sin impacto.

El Macguffin de la película es un ejemplo lamentable de falta de imaginación. Mientras que las películas de Indiana Jones buscan artefactos históricos y míticos que despiertan la imaginación y la curiosidad del espectador, "Tras el corazón verde" se conforma con una simple piedra preciosa que carece de profundidad y significado. Este pobre intento de generar intriga y emoción solo sirve para resaltar aún más la falta de originalidad de la película.

En cuanto a la actuación de Michael Douglas, su presencia en la pantalla es una constante distracción. Intentando ser el equivalente de Harrison Ford en el género de aventuras, Douglas parece estar atrapado en una imitación poco convincente. Su actuación carece de autenticidad y carisma, y en lugar de cautivar al público, su presencia solo genera una sensación de incomodidad y desinterés.

Kathleen Turner, por otro lado, es víctima de un personaje famélico y lisérgico que carece de desarrollo y profundidad. A diferencia de los personajes femeninos fuertes e inteligentes que suelen acompañar a los héroes de Indiana Jones, Turner se ve relegada a un papel insulso que no hace más que resaltar la falta de enfoque y atención al detalle en la creación de personajes.

En resumen, "Tras el corazón verde" es una película que se esfuerza por emular el éxito de las aventuras clásicas, pero solo logra exponer sus propias debilidades. Con un anticlímax decepcionante, un Macguffin poco inspirado y actuaciones deslucidas, la película carece de la chispa y el encanto necesarios para mantener el interés del público. En su intento de ser un vehículo de lucimiento para Michael Douglas y una alternativa a Indiana Jones, la película solo logra destacar lo inferior que es en comparación.

Aun con todas sus evidentes taras, la cinta tuvo un relativo éxito y contó con una secuela aun más mediocre.
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Oppenheimer
Oppenheimer (2023)
  • 7,4
    38.878
  • Estados Unidos Christopher Nolan
  • Cillian Murphy, Emily Blunt, Robert Downey Jr. ...
6
Excesiva y ególatra
Cinta que narra inicios, auge y caída del considerado por muchos como "padre de la bomba atómica": Oppenheimer.

Estamos ante un biopic que intenta emular el tono bronco y conspiranóico de JFK pero en clave videoclipera y alargado hasta la extenuación.

Hablamos de una cinta entretenida, bien narrada pero cuyo montaje falla a la hora de mostrarnos las elipsis entre, el juicio sumarísimo para cepillarse a Oppenheimer y el desarrollo del Proyecto Manhattan. Desde luego, el primer tercio de la cinta es vibrante y muy entretenido, pero... a medida que avanza el metraje, nos percatamos que Nolan alarga el chicle hasta la extenuación en un intento desesperado de dar un tono político y hasta de thriller para aspirar a los Oscar.

Por tanto, salvo que se sea un friki de la materia o un obstinado obsesivo compulsivo del antimilitarismo y la Guerra Fría, sus tres horas resultarán pesadas para el público general.

Por suerte, la cinta cuenta con un buen plantel de actores, destacando por encima de todos Cillian Murphy ofreciendo un personaje netamente torturado y ambivalente entre su obsesión por el avance científico y la destrucción del mundo.

La banda sonora recuerda a los trabajos de Hans Zimmer pero se nota la sangre nueva Ludwig Göransson: ofreciendo pasajes grandilocuentes con otros más intimistas.

En definitiva, Nolan podría haber contado la misma historia en hora y media pero ha decidido alargar el metraje innecesariamente para encubrir una forma de rodar cine fría, videoclipera y blockbusteriana. Muy lejos de lo logrado por Stone en “JFK”, pero es esa obsesión por las elipsis que enlazan tramas lo que hunde el ritmo y propia identidad la que podía haber sido otra obra maestra. Muy lejos queda ya, el creador de "Memento".
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