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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
1
Ciencia ficción. Acción Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los ... [+]
3 de abril de 2024
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A Guillermo del Toro se le quiere y se le respeta por dos razones principalmente: "El Laberinto del Fauno" y por ser un friki entrañable que ha logrado el sueño que otros muchos anhelamos durante nuestra adolescencia: plasmar nuestras pajas mentales sobre el celuloide.

Sin lugar a dudas, ahí del Toro lo ha conseguido todo, incluido el reconocimiento máximo a su labor con un Óscar por su "La Forma del Agua".

Pero el que mucho abarca, poco aprieta y ese café para todos que se está convirtiendo su cine, acaba en el desparrame de orgías visuales huecas, (La Cumbre Escarlata) o en productos vacíos e infantiloides como la cinta que nos ocupa: Pacific Rim.

Ya para empezar, el error está en dar el rol protagónico a un actor tan limitado como Charlie Hunnam, cuyas dotes interpretativas no pasan de fruncir el entrecejo y marcar abdominales. De hecho, es un actor que no ha podido sobrevivir a su personaje moja bragas en SAMCRO, su Jax era de lo más flojito de aquella serie interpretativamente hablando, pero daba la contrarréplica a un reparto de carcamales que se lo comían con patatas.

No obstante, el tipo se vendía como el nuevo Heath Ledger, pero de Hacendado y es por eso mismo que Guillermo del Toro contrató sus servicios: actor medianamente popular con un caché aceptable para una cinta cuyo presupuesto se lo va a comer por completo la pantalla verde.

Y es eso lo que tenemos: un argumento predecible de la A a la Z, personajes más que trillados, un ritmo algo más pausado que otras cintas del género pero que no termina de arrancar.

Porque en definitiva, el problema que tiene Guillermo del Toro con sus cintas son sus finales anticlimáticos o mal cerrados, (La Cumbre Escarlata, La Forma del Agua) sufre del mismo mal que la peor versión de Ridley Scott en bodrios como Legend, Napoleón o Prometheus: basan su narrativa en lo visual sin pararse dos segundos en pensar si todo el tinglao que montan tiene sentido o es un mero vehículo de conectar onanisticamente con su público: los primeros gozando egotrípicamente de la orgía rococó que han montado y su público, tocándose las partes bajas con los ABS de Charlie Hunnman a.k.a Jax, para los amigos.

De hecho, ni la cinta funciona con el público teen al que va dirigida, (demasiado lenta y “profunda”) ni por supuesto, con un público más adulto y curtido en muchas más batallas que los mechas de cartoné que aparecen en la pantalla.

Perfectamente prescindible.
Buscapé
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