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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
5
Terror Desde la muerte de su esposa embarazada en un terremoto en Haití hace 12 años, Victor Fielding ha criado solo a su hija Angela. Pero cuando Angela y su amiga Katherine desaparecen en el bosque, solo para regresar tres días después sin recordar lo que les sucedió, se desencadena una cadena de eventos que obligarán a Victor a confrontar el mal y, en su terror y desesperación, busca a la única persona viva que ha presenciado algo así ... [+]
3 de octubre de 2023
80 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros Test Screenings no auguraban un buen resultado entre la audiencia, ávida de encontrar una genuina y portentosa secuela para “El Exorcista” de Friedkin. Tampoco el embargo perpetrado a las reviews de los pases previos, indicaba nada halagüeño, (quizás se quiera evitar el efecto Cannes que hundió a "Indiana Jones: El Dial del Destino"). Pero lo cierto es que, a lo largo de estos 50 años, que se cumplen ahora de su estreno, la obra maestra pasó a ser una suerte de franquicia maldita que fue desvirtuando el sentido de la original. No olvidemos que David Gordon Green ha afirmado que la cinta actual es la primera de una trilogía y enlaza directamente con la cinta original del 73, (ahí es nada!) obviando las dos secuelas, las precuelas y la serie de tv.

La pregunta es… ¿Lo consigue?...

Vayamos por partes: mal que nos pese, en 2023 no puedes mostrar lo que se mostraba en 1973. Ahora mismo existe una cultura de la censura, de lo políticamente correcto y de que todo ha de ser family friendly. Por tanto, es imposible que directores, guionistas y actores implicados, por más que se partan los cuernos, puedan lograr lo que la primera consiguió: están maniatados y las únicas licencias poéticas en clave terrorífica son los típicos jump scares, (sonido atronador) vómitos por CGI y continuos easter eggs que buscan la comicidad/complicidad con el espectador más veterano, (el añadido de Ellen Burstyn es el principal guiño a la nostalgia) y que son sólo eso: guiños gratuitos que no ahondan en la tragedia. Una suerte de captatio benevolentiae donde el argumento de autoridad son: meter a Ellen Burstyn y el continuo abuso de clichés/easter eggs de la original; nos quedamos con los vómitos y las lentillas pero desaparece el mensaje subversivo, lascivo y de perversión de su original. Es una película de sustos, no de terror.

Porque el principal pecado de David Gordon Green es el intentar vendernos esta nueva secuela como la auténtica, la que de verdad se debería haber rodado y no las infames, "El Exorcista II: El Hereje", (de las peores secuelas de la historia) o la infumable “El Exorcista III: Legión”, (1990)

Esa goebbeliana letanía de autoinducir la autosugestión de lo válido y no válido, de lo genuino y lo espurio es lo que de verdad mata a una cinta que, objetivamente, podría haber sido una gran peli de terror si no se compara con la obra maestra en la que dice estar basada y rendir tributo. Sí, las intenciones están ahí y se ve a director y guionistas, (nada menos que 5) totalmente volcados en reverenciar e intentar capturar la esencia de su original.

Lamentablemente, todo tiene un tufo a peli comercial de manual y recuerda en muchas cosas a los fallidos intentos de otros directores por rescatar del olvido, antiguas franquicias: de hecho, ésta cinta recuerda perfectamente a lo sufrido en Terminator Destino Oscuro, (2019) rescatando desesperadamente a Linda Hamilton o al Prometheus/Alien Covenant de Ridley Scott.

Como diría Neruda, “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”: El Exorcista de 1973 no se puede repetir porque aquella película era grotesca, perturbadora e implacable. Aunaba el terror psicológico, la tragedia y drama humano con el horror más visceral y despiadado: lograba con su demonio sumerio, aunar la conciencia colectiva de la lucha del bien y el mal universal: daba igual si eras creyente o no: del cine salías, como mínimo, con un poso de malrollismo pétreo creyendo, hasta para el más empedernido ateo, en la vívida existencia del mismísimo satanás; por una única y sola razón: la cinta era una obra maestra que sabía masticar en las partes de la psique humana más profundas y además lo hacía lenta y sinuosamente, como el Capitán Howdy, jugando con nosotros, ganando nuestra confianza para después despedazar nuestra inocencia y raciocinio.

Nada de esto existe aquí: si que es cierto que el maquillaje y la fotografía guardan ciertos ramalazos con la obra original, (en el mejor de los sentidos) que el dúo, (Marcum y Jewett) es solvente, que Ellen Burstyn, es Ellen Burstyn y es de lo poco que logra hacernos olvidar que estamos ante otro refrito que busca quemar su última bala, haciendo uso de todos los ingredientes originales pero ejecutados sin alma, (sic). Cuya única virtud es no ser tan mala como las secuelas, pero poco más. Además, argumentalmente, es un caballo cojo: se nos presentan familias disfuncionales actuales, con minorías raciales y demás tropos prototípicos del nuevo establishment hollywoodiense: familias monoparentales, desestructuradas, racismo, etc, etc… Cuando la misma cinta del 73 nos muestra a una Karen MacNeil divorciada, hija putativa del hipismo y las religiones New Age de los 60s y 70s. Aquí su figura es reducida a mero reel para intentar colarnos en subsiguientes secuelas, a Reagan. Todo con calzador cuando su personaje podría haber dado mucho más de sí y no reconvertida en exorcista amateur.

Otro elemento que lastra la cinta es su carente sentido del ritmo y lo pésimamente que está montada: la cinta es larga, (como todas las superproducciones actuales) y sólo sabe avanzar con cambios de plano a lo Tony Scott/Michael Bay y filtros cutres que se supone aumentan el horror y no hacen más que ahondar en el carácter televisivo del formato. No cabe duda de que estamos ante una gran producción con fallos graves de diseño y ritmo.

Por tanto, es “El Exorcista: El Creyente” es otra víctima de su tiempo y su propia madre saturniana devorando a sus propias secuelas sin piedad y con toda la razón.

Cerramos la crítica que vendría a resumir el sentido general de ésta “secuela”:
Karras: "¿por qué esta niña?; no tiene sentido"

Merrin: "yo creo que intenta que nos desesperemos; que nos veamos como animales horribles; que rechacemos la posibilidad de que Dios pueda amarnos"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Buscapé
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