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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
4
Thriller. Intriga. Terror Un joven y ambicioso ejecutivo de empresa (Dane DeHaan) es enviado para traer de vuelta al CEO de su compañía, que se encuentra en un idílico pero misterioso "centro de bienestar", situado en un lugar remoto de los Alpes suizos. El joven pronto sospecha que los tratamientos milagrosos del centro no son lo que parecen. Cuando empieza a desentrañar sus terribles secretos, su cordura será puesta a prueba, pues de repente se encontrará ... [+]
11 de septiembre de 2023
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Un cuento de hadas perverso, retorcido y sugerente que toma como base cintas del terror italiano como “Suspiria”, (Dario Argento, 1977), “Phenomena” (Dario Argento, 1985) o la mismísima obra de culto: “La resurrección del mal”, (Corrado Farina, 1971) o “La Residencia”, (1969, Chicho Ibáñez Serrador)

Verbinski se ceba con las religiones New Age usando los tropos de “El Invitado de Drácula” o “El Retrato de Dorian Gray”. Por tanto, la cinta tiene una fuerte carga onírica y psicoanalítica de postín pero que funciona en su conjunto. Al fin y al cabo, estamos ante un thriller potente sobre un crisol de subgéneros que no terminan de cuajar. Hasta ahí, como homenaje o producto camp, la película es perfectamente disfrutable.

El problema principal de la cinta es el batiburrillo del montaje: es cierto que dicho montaje pretende marcarse un “Memento”, (Christopher Nola, 2000) de Aliexpress e incluso se atreve a un conato de David Lynch: la sobrecargada atmósfera, la simbología y sexualización de cada fotograma, (chapó Bojan Bazelli) pero no se consigue el efecto deseado de sumergir a su personaje principal y al espectador en el desconcierto, más bien nos lleva a un delirante compendio de escenas bien rodadas pero sin más.
Tampoco se aprovecha ni el trasfondo edípico de su villano principal, ni la supuesta inocencia virginal del personaje interpretado por Mia Goth: resulta tan etéreo como anodino. Un mero maniquí para amortizar el visionado.

Aun con todas sus taras, “La cura de bienestar” es una apuesta segura si lo que se busca es disfrutar de un homenaje sobre películas de culto y novelas clásicas. Por momentos, sentimos que Verbinski sólo busca seducir el onanismo más gafapastil, retando al espectador a identificar cada homenaje o “easter egg”, cuando no directamente plagio, de las cintas en las que busca recrearse.

En definitiva, “La cura de bienestar” es una cinta irregular, con una estética apabullante y un trasfondo cultureta bastante leído, pero poco inspirado: Verbsinki no es un gran artista: no sabe robar sin que le pillen con el carrito de los helados. Es tan obvio, que él mismo autospolea al espectador curtido en todo tipo de cintas de serie z.

Porque, en suma, ésta cinta es una gran cinta de serie b disfrazada de rococó, dirigida por un director “independiente” que busca dar gato por liebre al espectador y fracasa estrepitosamente con un falso final que no por ridículo, resulta más insultante hasta para el coprófago menos exigente .
Y es una pena, porque el relato daba para mucho más y contar con un actor de la talla de Jason Isaacs, podría haber ofrecido una obra inquietante, potente y perturbadora.

Nos quedamos en un aguachirri que implosiona por vicios tontos de creerse más de lo que realmente es.

Cinta condenada a servicios de streaming domingueros o canastos de surtido Eroski.
Buscapé
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