51 Críticas de los usuarios

Sydney Pollack, a pesar de que la mayoría de sus cintas son de gran categoría, para muchos no pasó de ser un director discreto, y sus películas: Memorias de África, Jeremiah Johnson, Totsie, entre otras denotan que realmente era un director-actor de categoría. Llegar a plasmar en la pantalla “Los tres días del Cóndor” basada en la novela de James Grady, no era tarea fácil, tenía que tocar la Central de las Centrales de Inteligencia de mayor extensión en el mundo, la más poderosa, con mucho más poder que todo el que podía tener el ahora recordado J. Edward Hoover, dominadora de todos los secretos del mundo y de la que se han podido conocer sus directores, pero no la inmensidad de miembros que componen su entramado, y sus callados y silenciosos trabajos que la mayoría de veces deben ir a otros fines muy diferentes, por la que fue creada la más famosa de Las Centrales de Inteligencia del Mundo.

La película de intriga y suspense, nos viene a demostrar que hasta el más minúsculo de sus Departamentos, se encuentra sumamente controlado y siempre según James Grady, si deben eliminarse sus miembros por la seguridad de algunos púes se eliminan, no importa el método que se emplee. La cinta muy bien interpretada, aunque con cierta premiosidad, mantiene el interés en todo momento. Plantea algunas cuestiones que no han perdido actualidad, a pesar del tiempo transcurrido desde que fue rodada. La enorme soledad de los personajes, la frialdad del ambiente, la tergiversación de los hechos ocurridos a través de la prensa, todo ello nos marca pero aún queda los peor, la falta de esperanza.

El trabajo de un excelente Robert Redford es inmejorable, al igual que el de ese actor Cliff Robertson (tan poco aprovechado), un magnífico Max Von Sydow, en el papel de sicario vendido siempre al mejor postor, la presencia de Faye Dunaway (algún apoyo tenía que encontrar Redford), y ese final totalmente abierto, sin saber si “Cóndor” queda a salvo.

No creo que se tarde mucho en poder ver un remake de ésta película, por este motivo les recomiendo que se tomen el tiempo para conocer este excelente thriller, antes que tengan que llegar a compararla con otra.

Magistral thriller que presenta todas las virtudes que elevaron a Pollack como uno de los directores mas prometedores de los 70 gracias a películas tan brillantes como Yakuza, Jeremiah Johnson, Tootsie o 3 Days of the Condor. En este caso el director demuestra una extraordinaria habilidad en el género (como recientemente volvió a demostrar en The Interpreter) haciendo que la historia mantenga el interés sin decaer en ningún momento, creando una considerable atmósfera de intriga y dándole un ritmo moderado pero implacable. El tratamiento de la trama resulta ejemplar, dosificando la acción y creando magníficas escenas de tensión. Pero si se muestra acertado en la parte de intriga de la trama principal, donde realmente destaca es en el tratamiento de los personajes, que hacen que la historia gane en profundidad e interés. Tanto el personaje de Robert Redford como el de Max Von Sydow, ambos actores esplendidos, están llenos de aristas y sutilezas, consiguiendo llevarse la atención del espectador por encima de la trama. Igualmente acertada esta Faye Dunaway, que por aquella época había protagonizado la magnífica The Thomas Crown Affair con Steve McQueen, haciendo un certero retrato de una mujer inestable e insatisfecha con su vida. De hecho la parte de la trama que hay entre Redford y Dunaway es convierte en uno de los focos del film, basada en los inteligentes y perspicaces diálogos y en la tremenda química que existe entre ellos, que a pesar de todo mantiene un agradecido tono de verosimilitud muy poco habitual en el género. Todas las escenas de carácter intimista se revelan extraordinarias, sacando lo mejor de Pollack y consiguiendo un conjunto de calidad y tremendamente atractivo que ha envejecido con sorprendente brío. Magnífica banda sonora jazzística setentera de Dave Grusin. Si no la has visto, no te la pierdas, pues deja en pañales a cualquier thriller actual.

La trama es interesante, desde luego, y consigue enganchar, pero hay tantos fallos de verosimilitud que da un poco de risa. Las interpretaciones en general bastante bien, sobre todo Redford y Max von Sydow. Hay algunos diálogos de antología como el final entre Redford y Cliff Robertson. Bueno, y la última pregunta que queda en el aire es uno de los mejores ends del cine de espionaje.

Pero a pesar de todos estos méritos indudables, está la falta de credibilidad de gran parte del guión. Pongo algunos ejemplos en el spoiler.

Película de 1975. Plena crisis politica en Estados Unidos tras conocer los hechos reales de las épocas 60-70: Watergate, Vietnam, Cuba. ¿En quién te puedes fiar? Epoca que ha dado lugar a buenas peliculas de intriga y espionaje.

Sólida actuación de Redford en todo momento. Von Sydow hace su papel como Von Sydow sabe hacer como nadie. Dunaway tal vez actua en una pelicula 'sólo para hombres' pero se defiende con mucha calidad.

Pero de verdad, ¿Todo un departamento de la CIA destinado a leer todo lo escrito en el mundo; novelas, periódicos, revistas, en todos los idiomas? Como si en Filmaffinity hubiera un Condor leyendo todas las críticas escritas por todos los afiliados a este website maravilloso .
!Go fool your'mum!

Sin embargo, buena pelicula para lunes-viernes con una pizza de cena en sofa.

Ha pasado la época del cine negro, llegan los 70 y surgen nuevos intereses, ya no se trata únicamente de vigilar al enemigo de detrás del Telón, ahora llega la época de las Conspiraciones. Dice el analista: Yo no soy un agente de campo, yo sólo leo libros. Pero no, ya no hay inocentes, todos tenemos parte de culpa en el funcionamiento del sistema, todos somos culpables mientras no se demuestre lo contrario. Ahora hay gobiernos que dirigen al gobierno, una CIA dentro de la CIA, maniobras en la sombra, lo que se dice: conspiraciones. Y nadie como Robert Redford plasmó al ciudadano medio metiendo las narices en estos temas: Brubaker, Todos los hombres del presidente, y otras tantas.

En Los tres días del cóndor nos presentan un caso ficticio que podía ser verdad, y nos lo presentan de una forma espectacular. En un ambiente que recuerda el estilo británico se producen unos asesinatos de esos que prevés que nunca se aclararán. Y un hombre escapa por casualidad, por no estar donde tenía que estar en el momento preciso. Así es la gente. El centro lingüístico no es más que una tapadera, allí leen todo lo que se publica en el mundo, lo leen para saber que se cuece por otras tierras, porque algo de lo que se escriba, puede ser una conspiración. Allí no se estudia la novela histórica, ni en la Compañía exportadora se dedican al comercio, y el cóndor no es un pájaro, es un nombre en clave, y el ruiseñor es una encargada del registro, y el cartero no es un cartero. Todo son tapaderas.

Extraordinario film de Sydney Pollack. Faye Dunaway era una presencia casi obligada por ser estrella indiscutible entonces, se requería un rostro serio como el de ella, duro, que no llevara el argumento a un romance agradable que confundiera los graves hechos por suceder, en una relación simpática. Max von Sydow encaja su papel de manera perfecta, posee las maneras y presencia exacta a los del frío asesino que requiere una conspiración, y Cliff Robertson parece llevar toda la vida en esos despachos de las torres gemelas haciendo crucigramas. Los tres días del cóndor es el ciudadano medio en medio de una conspiración sin querer estarlo, a ciegas. El hombre desvalido contra los estamentos secretos, el hombre que quiere salir de esa conspiración y ver la luz, pero no es inocente, es un analista y está metido en el ajo y hay que ir a por él, porque para que una conspiración funcione, como es lógico, debe mantenerse en secreto.

Pretencioso film de espionaje que ofrece pasajes de indudable calidad pero que a la par nos trae otros excesivamente farragosos y de torpe desarrollo narrativo.


Robert Redford que volvía por tercera vez consecutiva a trabajar con Pollack, después de “Las aventuras de Jeremiah Johnson” y “Tal como éramos” da vida a un “librero” de la C.I.A. que con el paso de los minutos irá pareciéndose cada vez más a McGyver.

Su compañera de reparto, la guapísima Faye Dunaway, esta vez se limita a estar como un mero objeto decorativo sin aportar nada a la historia, en un papel ya clásico del cine para con las mujeres.

La historia se sustenta en una discreta novela del escritor de medio pelo James Grady, que por cierto se titula “Los seis días del Cóndor” y no los tres. Pero la película iba perdiendo piezas desde un principio.

Normalmente este tipo de películas suele fallar casi siempre en lo mismo, tienen un planteamiento barroco para por último, terminar por alguna simpleza como es el petróleo. Nada más lejos de la realidad, precisamente son los procesos lo más sencillo y en cambio son las causas lo resulta en muchos casos verdaderamente incognoscible.


De todas formas no hay que hacer una lectura equivocada de la película, al contrario, en realidad el espléndido diálogo final -lo mejor del film- muestra que todos aquellos que critican a las agencias o servicios de inteligencia no dudarían en apoyarlas si les faltase comida, energía o seguridad. Todo el mundo firmaría tener un Guantánamo a cuatro horas de casa si eso le garantizase su supervivencia, y el que diga lo contrario es porque no es capaz de desprenderse de hipocresía. El día que las cosas se pongan feas, muchos pacifistas de pacotilla cogerán el rifle y el cuchillo y degollarán al prójimo.

En otro orden de cosas, me parece que la marcada estética setentera -sin lugar a dudas la década con mayores modos y modas a la hora de rodar de la historia del cine- le perjudica notablemente con años de perspectiva. Se nota la mano del fotógrafo Owen Roizman (“Frech Conection”), uno de los personajes más snob y obsesionado con la tendencia de esa década.

De los setenta me parece una de las películas más flojas de Pollack sin lugar a dudas, aunque un visionado –no más- tampoco hará daño a nadie. A la gente puesta un poco en estos temas le defraudará, eso sí, a los que están locos con las conspiraciones, con la Trilateral o el monstruo del lago Ness, seguro que les encanta. Hay gente para todo.


Nota: 5,8.

La intriga lo es todo. Y todo en esta película fomenta la intriga. Su desarrollo narrativo pausado (quizás un tanto por de más) permite la correcta distribución de todos los detalles, los cuales funcionan creíblemente (excepto por un par de situaciones no tan relevantes). Basada en una novela, honestamente el film atrapa. No sólo por su valorable historia de espías entrelazados en una batalla de quién es quién, asimismo las tareas actorales del reparto en general son de destacar y en particular los trabajos de los consagrados Dunaway, Sydow y Redford. Por supuesto, es menester dar destaque a su director Sydney Pollack, quien con sus planos quietos y personales, moviendo la cámara en su justa medida, brindándonos acción bien filmada y de calidad cuando así lo requiere la trama; infunde el respeto artístico de aquel que ama el cine.

El mensaje de la película es claro, cristalino, diría yo: Hay que leer tebeos de Dick Tracy y novelitas sencillas. Si acaso, eventualmente, algún periódico, pero sin exagerar, porque la prensa oficial sólo servirá para alejaros de la realidad. No lo dudeis, amigos. Así, no sólo podréis trabajar para la inteligencia americana, llegando a la oficina a la hora que os salga del pijo, y ronear en los bares de vuestra vasta cultura, ya que sabréis de la precocidad de Mozart o del escaso éxito en vida de Van Gogh, si no que además, si por un casual entran en el curro mientras bajáis a por la comida, y matan a todos vuestros compañeros, estaréis preparados para sobrevivir a la maquinaria del estado, puesta en marcha a su más alto nivel para eliminaros, porque vuestra sabiduría les resultará incomoda. Pero no temáis, porque los conocimientos adquiridos con la lectura de esta literatura fácil, os permitirán sobreponeros a la situación, para desenmascarar una conspiración que encierra una trama dentro de una intriga, mientras enamoráis, con la sensibilidad de la que os empapará esos libritos, a cualquier fémina que se cruce en vuestro camino, pasando, gracias a vuestro encanto, de asustado rehén a comprometido cómplice de vuestras aventuras... que os vais a hartar de follar, vamos. ¡Y no sólo eso! ¡Leed comics criaturas! Sólo así podréis vencer en lucha sin igual a agentes especializados armados con ametralladoras, con la única ayuda de un palo de los de menear la candela, y el flas de la cámara de fotos. Y podréis entrar en las mansiones de los jefazos que mueven el cotarro, por la patilla. Y lo mejor de todo, ¡podréis caminar bajo la lluvia, no chiribiri finito, sino goterones gordos de los de Gene Kelly, sin mojaros! ¿A que mola?
Pues no lo dudéis, amigos. A comprar el último de Dick Tracy. Si no, seréis unos mediocres, incapaces ni siquiera de seguir la trama de una película como ésta.

Siendo franco, lo único salvable de esta película es la dirección de Pollack, siempre elegante y eficaz. La historia que se nos cuenta es una majadería que pudo tener su aquel en su momento pero que ahora es un contínuo deja vu: qué mala es la CIA, qué malo es el petroleo, etc. El problema es que el desarrollo es bastante absurdo con giros que rozan el ridículo (el personaje de Dunaway, que pone carne y poco más), y aunque el ritmo no es malo puede levantar grandes bostezos en aquellos acostumbrados al cine actual. Por lo demás, tenemos al Rubiales de Hollywood poniendo empeño en su papel, pero lejos de hacer algo memorable, y al Rubiales Sueco que tiene tanta presencia en pantalla que con solo levantar la ceja borra del mapa a cualquiera. En definitiva, cinta presuntamente clásica pero que no puede competir con otras muchas coétaneas de su género.

Bajo mi punto de vista todo lo que tiene que ver con la Guerra Fría, los espías y la historia particular de los USA en relación a este tipo de hechos ha caducado y carece de todo interés. Sin embargo, a veces se da el caso que la trama puede atraer por estar bien planteada, por tener puntas de acción determinadas o porque el ritmo, aquello imprescindible en situaciones dadas de busca y captura del protagonista, es lo suficientemente acelerado como para no querer perderse nada. A menudo el contenido es lo de menos, la acción está por encima: no es el caso de los tres días que se toma el rubiales Cóndor para desmantelar a la CIA. Ni siquiera el interés por desvelar el final y por ese mismo final merece la pena, el aburrimiento se solapa con ininteligibles giros de la trama, como si desentramar fuera necesario para nosotros, no, de eso nada, si las cosas no se entienden será porque están mal hechas, así de sencillo.

Mención a parte merece un comentario común a muchos usuarios que tampoco yo voy a silenciar, la ridícula aparición de Dunaway, aportación de chicha porque sí, porque está muy buena y el rubiales está muy bueno también y, claro, tiene que mojar en esos tres días. Fuera de lugar, lamentable. A mí estas aportaciones innecesarias me mosquean. Así que no la recomiendo, el literato Redford es capaz de superar a cualquier otro espía y de ser un don nadie mete un estirón y se coloca al nivel de unan divinidad, o por encima, capacitado para todo y más. Va en moto porque quiere, podría volar.

Es la pregunta que nos hacemos cuando vemos la cinta y que básicamente hace que se mantenga la película...
Buena intriga sobre el poder que toma la CIA en USA y que se vuelca en encontrar a nuestro protagonista un R. Redford que se presenta como ingenioso, activo y un poco infantil, pero que se sobrepone a la trama de una manera poco creíble en ocasiones.
La película comienza con un asalto a la sede del misterioso y secreto trabajo de Turner, haciendo un trabajo "limpio y de primera clase" aunque cometen el error de no acabar con todos y aquí comienza una buena trama que se mantiene

No se me ocurre un título mejor para esta película.
Es la primera vez que veo a mi querido Robert Redford haciendo un papel de secuestrador, siendo un tipo de esos "malos" a la fuerza, el héroe americano al que las circunstancias le obligan a no ser quién él "es en realidad", claro....
Bueno Robert es un agente de la CIA que ha leído lo que no debe, especialista en encontrar mensajes cifrados, y que lucha por conservar la vida y desenmascarar a los malotes de verdad.
Por el camino se encuentra a Faye Dunaway, y claro, él necesita ayuda.
Es un film intenso, ambicioso. A mí me entretuvo pero ¿quién sabe? es de esas películas que pueden aburrir mortalmente al mismo tiempo. Tiene planos increíbles para ser 1975, mezcla interesantes diálogos y el suspense se mantiene hasta el final. Faye Dunaway es lo mejor del film, estando muy por encima de Redford. El resto de secundarios lo hace bien, y se mantiene el suspense, pero eso sí la música es una tragedia.

Como trama está bien planteada pues llega varios momentos de la película que sabes quienes son los perseguidores y los perseguidos, sin caer el error de muchas tramas de espías que no sabes quién es quién, y acabas dedicando mas tiempo en ordenar las caras en tu cabeza que en asimilar lo que te cuentan.-
Robert Redford hace un papel muy parecido al de Harrisson Ford en El fugitivo, mientras Faye Dunaway esta, en mi opinión, normal, ni bien ni mal, y al final no queda para nada definida su relación en un futuro y más acaba siendo un rollete pasajero que algo sólido.

Si que el personaje de Redford sorprende pues a pesar de ser el héroe de la película y demostrar una capacidad de aprendizaje fuera de lo común, tiene las necesidades propias de cualquier humano, además de vestir, como siempre es norma, de una forma impecable, un tío con clase.
Para pasar un buen rato y ver los aparatos informáticos obsoletos de hace años.-

Esta película con el paso del tiempo se ha ido elevando como si un cóndor surcara los andes del espionaje y por tanto la visión de esta nos da un mensaje mas amplio en lo que se refiere al mundo de los espías. Faye bien en su papel, así como Redford; un burócrata que tiene que salir de la rutina de su vida y se enfrenta a la intriga en su esplendor. Después de ver Los tres días del cóndor nos queda la sensación de que regresando de comprar bocadillos nos enfrentaremos a una aventura que nos acelerara los latidos y nos encerrara en una claustrofobia odisea. Y con suerte nos encontremos con una dama dispuesta a caer en el síndrome de Estocolmo.
Esta película de Pollack; pertenece a la élite de pelis como "Topaz", "Con la muerte en los talones", "El espía que surgió del frió" y otras que nos hicieron cambiar la forma de ver el mundo convulsionado por la intriga. Una forma de ver la vida con la visión del cóndor.

Mediocre película de espionaje donde Robert Redford interpreta a un chupatintas que él solito destapa una gran operación de la CIA. El personaje de Redford cuenta con habilidades inusitadas para el oficinista medio, amén de que las pistas se las va encontrando conforme las va necesitando. Eso le resta casi todos los puntos de credibilidad a un guión que flojea aunque la acción de la peli aguante el tipo hasta el final.

Lo más llamativo es que presente a los espías y mercenarios como auténticos gentlemen elegantes y educados, aunque luego no les tiemble la mano para asesinar sangre fría a todo el que haga falta, o que se tomen los conflictos internacionales e invasiones de países como un mero juego (las víctimas militares, el sufrimiento de los civiles, etc. son daños colaterales de ese juego).

Por desgracia, la realidad supera a la ficción cuando hablamos del poder del capital. Sólo hay que ojear los periódicos para darse cuenta de que es el capital quien hace y deshace en el mundo a su antojo. La pregunta que hace Cliff Robertson al final de la trama resume claramente toda esa manipulación.

Sinceramente, esperaba más de una película que empieza con una buena idea y que está protagonizada por Redford y Dunaway, pero si le quitamos la estética refinada a 'Los tres días del Condor', 'Conspiración' de Mel Gibson le gana por goleada. La única explicación que le encuentro a que este largometraje fuese un hito en el género de espionaje es que en el 75 no habría muchas voces denunciando conspiraciones gubernamentales y ésta marcó la diferencia.

Se deja ver, pero no es peliculón.

¿Cree alguien que la CIA sea un arma estabilizadora y beneficiosa para alguien más que para unos pocos?
¿Cuál es el precio por mantener los poderes actuales, como el petróleo? ¿cientos de vidas, miles de vidas, no existe límite?
Cóndor, un tipo muy inteligente, le gana la partida a estos secuaces del imperio. Al menos en una película, por un corto periodo de tiempo, un valiente capaz de tal hazaña podrá caminar, pero ¿hasta cuándo?
Muy bien están Robert Reford, Faye Dunaway, Max Von Sydow y Cliff Robbertson, muy acertados y creíbles.
Esta película tiene unos diálogos muy inteligentes.

Nada que objetar a dirección, actuaciones y demás; notables, más o menos. Bien. La mala nota de esta sobrevalorada película se debe a una trama muy borrosa que está lejos de parecer verosímil, cae de lleno en lo fantasioso y no suscita ni la curiosidad ni el interés.

Nos presentan un departamento anexo a la CIA cuya misión es entrever en libros y publicaciones posibles datos sensibles, una tarea que ni los mismos operarios comprenden muy bien y cuyos resultados no llegan a conocer jamás y, sin embargo...

Me da la sensación de que Sydney Pollack trata de contarnos una historia tan confusa, tan liosa y alambicada que al final el mismo no sabe muy bien por donde tirar. A mi entender no se dan las claves para comprender “Los Tres días del Cóndor”, de tal modo que la trama no llega a estar ni bien construida, ni la conclusión de la misma llega a sostenerse.

A parte de paranoias, gobiernos ocultos, tramas y espionaje al más alto nivel, la historia tiene un buen comienzo y algunos momentos de suspense muy buenos como cuando se encuentra en el ascensor con Max Von Sydow; y hasta de acción como la frenética pelea de Robert Redford, sorprendentemente buena. Es cierto que no acaba de resolverse convenientemente por lo apuntado más arriba pero al menos se mantiene la emoción de que va a pasar con “El Cóndor”.

Mención a parte merece la pareja protagonista Robert Redford-Faye Dunaway que establecen una relación un tanto extraña pero con cierto encanto sobre todo por el personaje de Faye que se muestra más que encantada de la vida con su atractivo secuestrador.

No entiendo como se han perdido programas como “ Qué grande es el cine” aquí descubrí cómo una película puede tener más que entretenimiento.
Con todo esto solo puedo decir que descubrí esta película un día por casualidad, la ponían en la Tv. y solo puedo decir de ella que es una maravilla desconocida.

Es el año 1975. En España se trataba de salir de una dictadura. En Estados Unidos intentaban regenerar su democracia. A través del cine, el tándem Sydney Pollack-Robert Redford es el paladín de la causa, Igual que bastantes años después lo hiciera Oliver Stone revisando la historia reciente de su país... La Guerra Fría había convertido a la CIA en un auténtico monstruo ingobernable. Su poder era tal que se había convertido en una fuerza que no tenía que rendir cuentas a nadie y que ningún otro de los poderes llegaba a controlar. De ese monstruo y su intromisión en la vida cotidiana de los ciudadanos trata Los tres días del Cóndor. Robert Redford es Joe Turner. Está empleado por la American Literacy Historical Society, un nombre hueco que nada quiere decir. Se dedica a leer y leer libros en diferentes idiomas para extraer de ellos tácticas de espionaje, modelos de terrorismo, cualquier información que convenientemente procesada, sea útil para la organización para la que trabaja. No es más que una tapadera de la CIA, una de las muchas actividades de la Agencia en su afán de acumular datos.