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132 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
El insoportable espesor de la familia
Hace no mucho leí a alguien (como siempre, no recuerdo quién) que decía que la familia es esa institución social de la que siempre estamos preconizando su defunción y que en cambio nunca termina de morir. Como si estuviera hecha a prueba de bombas. En August. Osage County, adaptación de la obra homónima del dramaturgo, guionista (adapta su propia pieza teatral) y actor Tracy Letts, se narra la descomposición de una familia que se encuentra bajo el yugo de una matriarca gravemente enferma de cáncer (una Meryl Streep a ratos alucinada y alucinógena, y casi siempre demoledora) que ha hecho del ataque a sus seres queridos su única forma de vida. Ahora, que la muerte golpea a su puerta.

Cuanto más decimos que la familia está al borde del colapso más, en realidad, se fortalecen sus lazos. Hay más interdependencia (emocional, no estoy hablando de cuestiones económicas) entre nuestros padres y nosotros que la que hay entre ellos y nuestros abuelos, y seguramente menos de la que habrá entre nosotros y nuestros hijos (si es que algún día esta generación alcanza la suficiente estabilidad económica para tenerlos). Esta cuestión la toca de pasada August durante la fabulosa secuencia de la cena familiar. Ante las quejas de sus hijas por el trato que les dispensó su madre durante su infancia esta responde hablando de la suya, de la terrible relación con su madre, ya no de la frialdad de su relación, sino directamente de la agresividad que la presidía. Más adelante, el personaje de Meryl Streep les dice a sus tres hijas, lacónicamente, que quizás eso es lo que ha heredado de su madre. Esa maldición/necesidad de devorar a sus crías. Y quizás su hija mayor (Julia Roberts, fantástica, en uno de los mejores trabajos de su carrera) lo haya heredado también. Quizás toda esa fuerza volcánica, ese odio, ese rencor, es una maldición familiar que corre por los genes y se traspasa de generación en generación, creando madres que de tanto amar a sus hijos los asfixian en sus ansias de control.

Esta película dirigida por John Wells, sin mucha personalidad pero con solvencia, es por lo tanto una gran reflexión sobre la familia como estado de sitio, como cárcel de la que no es posible escapar. En esta película no hay mucho sitio para la esperanza, la familia es una condena a cadena perpetua. Cuando la hija del medio (Julianne Nicholson, la más contenida y aún así la que más desgarra de todo el reparto) dice que la familia no es más que un grupo de personas unidas por estrictos lazos biológicos se equivoca al restarle importancia a ese hecho. Letts acaba demostrándonos que la unión genética viene acompañada de algo más, algo que quizás no sea producto ni de la convivencia ni del cariño, algo espeso que se mueve por las entrañas impregnándolo todo. No hay posibilidad de escapar de la familia, porque la familia está dentro de ti desde que naces.

Si August no duele es porque no persigue que nos encariñemos a sus personajes. Es una historia tan agria, que se mueve por lugares tan oscuros, que hace difícil amar a unos personajes llenos de miseria. No tengo muy claro si esa decisión es un acierto o un error, sólo sé que la película funciona, a pesar de que su clímax, la cena familiar de 20 minutos, esté situada en medio del metraje, condenando al film a deslizarse lentamente cuesta abajo durante los 40 minutos restantes, aun habiendo en ellos varios picos de cruda tensión. Si la primera parte es una comedia negra, tras la cena (o más bien en el transcurso de la misma) la historia torna en un drama familiar que quizás carga demasiado las tintas en alguno de los temas que expone. Si la primera parte es de Meryl Streep, la segunda lo es de Julia Roberts, lo cual no justifica una secuencia final diferente a la de la obra de teatro que no aporta absolutamente nada a una historia que de tanto desgañitarse termina con la voz rota.
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113 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Por favor, que alguien le de un valium a Meryl Streep
Cuando Meryl Streep subió a recoger su tercer Oscar (por una película tan floja como "La dama de hierro"), dijo algo así como "entiendo perfectamente que no volveré a subir aquí". Bueno, parece que se ha olvidado de aquello porque la tía sigue insistiendo en recibir premios hasta que se muera. Yo lo siento, pero aunque me parece una magnífica actriz (sobre todo antes de volverse loca por perseguir estos galardones), y aunque tenga ya tres Oscar y ¡17! nominaciones (y esperad a ver si no recibe otra...), en "Agosto" está insoportable durante la mayor parte del metraje. La primera hora de la película es una (mala) suerte de revisitación de "Celebration" (Thomas Vinterberg, 1998) en la que una familia rota se reune cuando uno de sus miembros desaparece. Pese a que algún dialogo es ingenioso, y algunos actores estén más que sólidos (Roberts sorprende), Meryl está ahí para chupar cámara y llorar, poner muecas, y cargárselo todo con su presencia.

Porque Meryl, que insisto, es (muy) buena actriz cuando la controlan, puede ser de las peores cuando no le ponen la correa. Ejemplo al azar: los primeros tres minutos de película, donde interpreta a una mujer enferma, hasta las cejas de pastillas. Vamos, que su rol es algo así como una drogadicta 'borracha'. La cámara se le pega a la cara (como en el 80% del film) y da un recital de cómo no deben hacerse las cosas. ¿Jack Nicholson en El Resplandor? Bendita contención, señores, en comparación. Hay secuencias donde está mucho más calmada y da gusto verla (cuando habla con sus tres hijas) pero en la parte de la cena, en la que su única función es soltar frases en forma de puñal para hacer avanzar la narración, no hay Dios quien la aguante.

Dicho todo lo anterior, y perdónenme Dioses de La Interpretación Suprema y Amantes del Cine De Incuestionable Valor Académico, creo que "Agosto" es una película estimable que recoge la tradición de los melodramas familiares y lo lleva por un buen camino en cierta parte del tiempo, hasta que se olvida de lo que quiere contar y empieza a meter subtramas para animar un poco las situaciones. No le pongo pegas al guión en global porque va a lo que va, pero sus trucos son evidentes y crea una distancia dramática que implica que cualquier cosa puede pasar en favor del espectáculo circense. Por citar un ejemplo de película que hace algo similar, pero bien, estaría "Septiembre" de Woody Allen. Y no quiero irme a Bergman porque entonces el pobre John Wells iba a acabar mal, y tampoco es su culpa (en solitario) que esto no se venga arriba.

Con una Meryl Streep más controlada y algunos arreglos en el guión (personajes desdibujados, por ejemplo), podríamos hablar de una película más sólida. Pero yo lo siento, la señora tengo-tres-Oscar, fuera de sí, puede arrasar con todo como un Sharknado por Twitter. En resumen: "Agosto" no es mala, pero tampoco es tan buena como podría haberlo sido. Ni tan aguda, chispeante, o satírica como pretende con un guión plagado de microhistorias con ambición de levantar ampollas.
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103 de 168 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Secretos de familia: catálogo de sinsabores y la alcoba como campo de batalla cruento
La vejez no perdona y la edad no es nada complaciente con nadie – y la familia es un caldo de cultivo propicio de lo mejor y peor de cada casa. Cumplir años nos hace dejarnos llevar por el mal humor, la amargura vitriólica que se ha ido emponzoñando con el paso del tiempo y a la que damos rienda suelta, ya para lo que nos queda, de perdidos al río. Y nada es tan egoísta, desagradecido, ingrato y atroz que las reuniones familiares cuando los secretos largamente entumecidos o enterrados pugnan por desbaratar el poco equilibrio o placidez que parecía quedar…

La potente y exitosa obra teatral original se explayaba durante casi cuatro horas (creo recordar) y nos evocaba ecos y aromas del Tennessee Williams faltón, procaz y malnacido. Y si bien esta adaptación se ha condensado a la mitad, conserva intactas la mala baba paterno-filial, la entrañable crueldad familiar, el adorable enfrentamiento entre las hermanas de sangre, los callados subterfugios para ocultar los amoríos, enamoramientos, acoplamientos, adulterios y permutas varias – y sus no siempre adorables consecuencias. Esas ganas de escapar, de huir, de marcharse, de esconderse, de abandonar que nos invaden cuando ya no podemos más, la brutal, lacerante e implacable realidad de que los hombres suelen dejar a sus mujeres cuarentonas por buenas mozas veinteañeras, como si lo construido en común no tuviera relevancia, ni peso, ni fuerza, ni densidad. ¡Ay!

Si nos gustan los dramones familiares, sofocantes de calor, sudor, sufrimiento y desconsuelo, habremos dado con una película que si bien muestra una torpe y anodina dirección, sin creatividad ni sorpresas, permite disfrutar del texto gracias a unos actores siempre intensos, siempre precisos, siempre inapelables. Sobre todo destacaría tanto a una felizmente recuperada Julia Roberts (hermosa, vibrante, adorablemente amargada), como a un intenso y veraz Chris Cooper (que tiene alguna de las mejores pláticas de toda la obra). Y Meryl Streep, aunque esté pasada de vueltas, siempre es un placer contemplarla en su insaciable capacidad de protagonismo.

Intensa muestra de cine adulto, que se degusta como las películas de antaño donde la palabra señoreaba con delectación. Ofrece lo que promete.
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38 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La familia unida.
Duele y golpea bajo. Desde sus representaciones teatrales, a su momento de gloria en la gran pantalla, el libreto de Tracy Letts escuece como sal en las heridas del alma. La historia que esta autora desarrolla en "Agosto", es la de los avatares del destino más cruel conjugadas en la familiaridad del reconocimiento que establece un vínculo angustioso entre el espectador y el relato. Por cada diálogo, hay una palabra que alguno ha escuchado o pronunciado alguna vez; una idea ya expresada en nuestra vida; una sensación desoladora de dèjá vu que nos transforma en testigos de nuestro propio infierno. Todo llevado al extremo satírico y aberrante que exigen las tablas del escenario teatral, y que a través del proyector, puede saturar a algún que otro espectador convirtiendo el drama en histriónico homenaje al fracaso, pero que a un servidor, personalmente, ha dejado encogido en la butaca, debatiéndose entre el odio a la condición humana o a sí mismo.

John Wells, director de la estimable, y en mi opinión poco valorada, "The Company Men", respeta el legado teatral de la obra, y lo transporta a la gran pantalla con oficio y gran dominio de los mecanismos dramáticos del séptimo arte, dejando a sus actores hablar por él, sin tratar de imponer su estilo al relato, que presenta de manera tan desnuda. Su mérito reside en situar la historia en el contexto adecuado, y una vez desarrollado el catalizador de la trama, dejarla avanzar a través de la palabra y la labor del actor. Porque "Agosto" esconde un trabajo actoral notable, y que probablemente quede sepultado bajo las loas a las dos grandes figuras del reparto, unas grandes Streep y Roberts, que gracias a pequeños destellos de sobreactuación, convierten a sus personajes en blanco de las iras del espectador; mientras el resto del reparto da la réplica de manera grandiosa. Porque por encima de esas dos grandes divas del séptimo arte, esta un elenco de secundarios espectacular comandados por unos soberbios Chris Cooper y Margo Martindale.

Con todos ellos desplegados sobre el papel, Letts destroza la gran familia americana, presa de sus trampas morales y de su estilo de vida cimentado sobre débiles pilares éticos, destruyendo el concepto fraternal del amor, y devolviéndoselo al espectador en forma de ácido sarcasmo que cuesta digerir. Sin duda, "Agosto" dolerá a más de uno, incapaz de entonar el mea culpa ante un retrato espinado sobre las complicadas relaciones familiares y su constante asomo al vacío del fracaso.
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37 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
El vacío.
¿De que sirve reunir tantos grandes nombre de la interpretación si después los pongo a trabajar de utileros en la filmación? Algo parecido ocurre con "Agosto". De la misma forma que una película en 3d y con mucha acción y un final explosivo, impide a veces darse cuenta de que uno asistió a un vacío total, en esta película son las actuaciones y los momentos dramáticos los que hacen pensar que es buena. Y el problema es que la película no lleva a ningún lado. Son simplemente un par de cosas que van sucediendo sin ton ni son. ¿Drama? Yo solamente sentía repulsión por ver un grupo de gente desgraciada y fracasada decir cosas desgraciadas y fracasadas y no poder salir de su idiotez. Pero lo peor de todo es que de eso podría tratarse la película, sin embargo no, no se trata de eso ni de nada, no hay un punto de vista concreto ni un intento de mensaje, entonces me aburro. No voy a soportar un dramón, a veces triste como enfermedades o muerte y otras veces idiota como culebrón, para que solamente me den eso y no me den algo más, una mirada. Aunque no esté de acuerdo después, pero me de su mirada.

En fin, no entro en detalles como la dirección genérica y la supuesta "comedia" absurda. Dos puntos para Meryl Streep, que aunque muchos no la soporten o digan que es exagerada o cosas así, para mi sigue siendo grosa. Y uno para repartir entre los demás que hacen un trabajo correcto.
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49 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ah, la familia! Ese oasis de amor y tranquilidad...
Que una película tenga momentos tan demoledores, tan duros y definitivos sin necesidad de mostrar agresividad física o énfasis musical -dejando de lado al bueno de Eric Clapton que suena una y otra vez en el tocadiscos-, es ya de por si un logro estimable. El argumento por si mismo no es que invite a la sorpresa: familia "des-estructurada" se vuelve a reunir por un acontecimiento luctuoso y a partir de ahí salen a la luz todos los rencores soterrados. Espectacular reparto con momentos brillantes para todos, y unas cuatro/cinco escenas que se te quedan rondando la cabeza tras verlas. Fue muy valorada en su estreno, y realmente cumple con las expectativas. No apta para todos los públicos, aunque en este caso ello no quiera decir que haya sangre a chorros, o sexo explícito. Tarda un poquito en arrancar, pero cuando las lenguas se aflojan ya no hay quien las detenga.
Personalmente, es la mejor interpretación que le recuerdo a Julia Roberts, y nunca me cayó menos pesado Dermot Mulroney...y eso tiene mérito. Nuestro encantador "Sherlock" aquí cambia neuronas audaces por sensibilidad tontorrona.
Muy recomendable si no tienes miedo a verte reflejado en situaciones familiares con miga, y puedes aguantar una película sin explosiones ni quince contra picados por segundo.
Nota: 7,90.
Pd. Preciosa interpretación final en unos maravillosos títulos de crédito de Kings of Leon.
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19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Demonios en el jardín
Resulta gratificante encontrarse películas que son capaces de desmontarte con suma facilidad algo tan sagrado e intocable hoy en día como la institución familiar y todos los mitos que se crean alrededor de ella.

A partir de la obra teatral del mismo nombre ganadora del premio Pulitzer, John Wells se mete entre los engranajes que articulan la dinámica familiar: hijos predilectos, amores incestuosos….todo aquello que los modismos niegan pero que, no nos engañemos, existen. Los personajes son el reflejo de los silencios guardados durante años y de ese extraño y cancerígeno sentido del respeto que misteriosamente suele imperar en la familia media. El mismo sentido del respeto que convierte a sus miembros en esclavos de lo que no les dejaron ser, en títeres movidos por un mente torturada, o torturadora. Se conforman con lo que les ha tocado vivir, esperando tal vez que alguien de un puñetazo en la mesa durante una comida y diga toda la verdad. El mundo de las apariencias en el que felizmente habían vivido entonces se resquebraja y surgen los monstruos, monstruos llenos de neurosis, resentimientos y vacíos.

Todos los actores, especialmente las féminas, lucen sin despeinarse y nos ofrecen todo un abanico de caracteres ante los que cualquier miembro de una familia, sea sumiso, dominante, ingenuo, se puede ver identificado. Mención especial para una Julia Roberts que hace de perfecto alter ego de su madre y que se convierte en ese canal que perpetuará el insigne estigma familiar. Amén, Violet. Y, hablando de la matriarca, una Meryl Streep para variar inconmensurable, que dota a su personaje de esa aprensión, de ese falso orgullo y vanidad que puede caracterizar a cualquier cabecilla que interprete que su vida ha sido un nido de amarguras y desahogue sus penas pasando el resquemor a sus hijos.

Los personajes no dejan de sorprendernos y no dejan de descubrirse y nos muestran como sólo la confrontación y la sinceridad hace que ese “grupo de células unidas aleatoriamente” ocupe su sitio. Y al final el que busca algo termina encontrándolo, aunque no fuese precisamente lo que buscaba. Amén Violet.
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20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Excesiva
No es ya solo que el exceso en las desgracias y el culebrón que no sabe ya cuántos saltos mortales dar para aumentar la tensión y el desgajamiento. No es el exceso de metraje. No es una Meryl que participa de ese exceso, y con gusto, y a la que el director deja recrearse en unas cuantas escenas infumables más propias del cine mudo (frente a ella la Roberts da una lección de saber estar). Es el paquete lo que hace a la película agotadora a pesar de unos diálogos por momentos brillantes. Uno acaba cansado y hasta las narices de Meryl, una vez más sin un director que sea capaz de contenerla y ofrecerla como estrella central del lloro o el exceso.
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21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA ARISTOCRACIA DE HOLLYWOOD
La aristocracia de Hollywood responde a una larga etapa cinematográfica, donde Meryl Streep representa el último eslabón de una época. Pero en Agosto, su inmediato brillante trabajo, no consigue evitar el lastre que supone un guión teatral adaptado al cine. Todo funciona acorde a lo esperado, pero se respira un aire viciado de tablas de escenario que se mantiene a lo largo de todo el film.
Si te gusta el retrato intimista, no te defraudará, pero tampoco conseguirá hacerte olvidar su procedencia en ningún instante.

Un seis
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17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El odio hecho diálogo
El cine no es otra cosa que una manera de contar historias; estas historias pueden ser de muchas clases: interesantes o anodinas, espectaculares o sencillas, irreverentes o amables.

Que difícil es narrar algo anodino, sencillo y amable de forma que ejerza un especial poder de atracción sobre el. espectador; digamos finamente que le falta todo para alimentar los bajos instintos del mismo. Este es el caso de "Agosto". Quizás se muestre algo perezosa al principio, algo fría, pero cuando coge fuerza se enseñorea como un tornado en el medio oeste americano. La señora Julia Roberta está genial, seguramente el mejor trabajo de su carrera, pero ninguno de los demás actores del reparto la desmerece.
El caso de Meryl Streep es digno de análisis aparte porque -en lo que a mí respecta- me causa sensaciones contrapuestas. Por un lado su fuerza interpretativa ahoga al propio personaje. Me da la sensación que el director, John Wells, la ha dejado por imposible y tras comprobar que nada puede sacar que ella no quiera dar, la abandona a su vena histriónica, pero por el otro, no se le ven muchas salidas a un papel como el suyo. En cualquier caso es una actriz increíblemente buena.
Sólo resta decir que la película deja "poso", y en ciertas escenas, especialmente amargo. Situaciones resueltas con una eficacia extrema y moderadas dosis de "mala leche"
Hay que verla.

Luis F. de Castro
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Teatro 1 - 0 Cine
Las reuniones familiares siempre han sido una tentación para los narradores del mundo. Agosto nos muestra el reencuentro de la familia americana Weston. La desaparición del padre por causas desconocidas provoca que las hijas acudan a la casa donde se criaron y a la realidad familiar de la que huyeron. Allí su madre, enferma y adicta a las pastillas, las espera con artillería pesada. “Vamos girando alrededor de un cactus”, afirma el padre antes de desaparecer. La madre, poco a poco, irá convenciendo al espectador de su condición vegetal. Pinchando, con ingenio y mucha mala baba, a quien se acerque lo mas mínimo.

Lo que podría ser una cena agradable resulta ser un festín de emociones que nunca llegan a resolverse. Consiguiendo esa sensación de apetito, deseo o hambre. Todo sinónimos de una misma condición ansiosa. El espectador deviene un carnívoro que quiere más a cada escena y, en cierta forma, la matriarca sirve los platos cada vez más pesados. Durante el banquete, la nieta de 14 años afirma ser vegetariana, argumentando que “comer carne es comerse el miedo del animal antes de matarlo”, todos ríen, incluso el público le parece absurda la afirmación. Pero lo cierto es que el miedo está en cada uno de los comensales y rige las vidas de todos ellos, de forma protagonista. La sentencia de la niña, así como el cáncer de boca de la madre o el desierto o el asfixiante calor, se suman a la lista de guiños metafóricos que Tracy Letts mete en un guión para saborear varias veces. Diálogos, pausas y monólogos van en perfecta sintonía con las dinámicas emocionales de cada instante. La armonía del texto, así como la rítmica del film, son de Oscar. Cabe añadir que estamos ante un matriarcado turbador sobre tres hijas de carácter. Aquí los hombres, desbordados por su compañía, quedan en un tercer lugar de estudio. Se puede afirmar que la obra supera, y con creces, el test de Bechdel, donde mujeres, con nombres, no hablan de hombres.

Pero todo eso es teatro. Ahora, vamos al film.

Algo de tacto, ciertas pausas, buena luz y algo de música agradable conforman los hallazgos de un director-encargo más preocupado por las estatuillas que por un cine que apueste por algo. Porque no estamos ante una buena película, estamos ante una fabulosa obra de teatro filmada. Aquí el diálogo o asociación entre imágenes es inexistente. Solo importa el texto y lo que se dice, y como se dice, y quién lo dice. Las imágenes, aquello que configura la propia naturaleza del cine, aquí solo participan a modo de maquillaje para el gran engaño. Por mucho que nos pese, Agosto es otra victoria del teatro en el cine. Pero eso si, un gran teatro. Sea como sea, la producción tiene muy claro su objetivo: ser "Candidata a los Oscars" (ya un género en si mismo, con criterios, políticas, normas y marketing propios), pero la falta de firma, de carácter, de riesgo, o de esencia misma nos impide un último aplauso. Ese perfectísimo repelente de productos hechos con cronómetros y estadísticas y estudios de mercado sirve para ganar dinero, pero no para ahondar en las conciencias de los espectadores. Es imposible no compararla con otras reuniones familiares fílmicas, como por ejemplo, “Celebración”, de Thomas Vinterberg (director que si apuesta); donde la familia europea trata de temas mucho más dramáticos que la soledad o la falta de amor o el maltrato educativo entre madres e hijas, que para qué engañarnos, no son carne roja. Con Agosto, sea como sea, uno se queda con hambre.
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15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Reparto espectacular + guión brillante = podía haber sido mejor el resultado
Hay veces que un buen guión queda lastrado por diferentes razones. en este caso ocurre ésto por la falta de un director con garra, que sepa hacerse con las riendas de un reparto de campanillas, con unos principales, y sobre todo unos secundarios excelentes, y cuando digo todos digo todos, especialmente Margo Martindale, Chris Cooper, Benedict cumbernach, o las tres hermanas: Roberts, J. Nicholson (menudo descubrimiento) y J.Lewis ( ¿por que ha estado desaparecida tanto tiempo esta actriz?).

La omnipresencia de una Streep desbocada en esta película hace que se eche de menos a un director que la pusiese firme, la supiera contener, y hacer de su interpretación una gran interpretación. se me ocurre Stephen Daldry o el mismo C.Eastwood.

Mientras la veía no podía pensar en tantas actrices coetáneas de la Streep a las que se les podía haber dado la oportunidad de lucirse en este papel ( Susan Sarandon, Sally Field, Sissy Spaceck, o las algo más mayores pero también excelentes Ellen Burstyn o Gena Rowland). Me da la impresión que el todopoderoso Weinstein prefirió el tirón popular de la protagonista de Memorias de Africa...

PD ¿Cuanto hace que Streep no se pone a las órdenes de directores de primera línea? Tipo Daldry, Eastwood, Pollack, ¡ ¿para cuando un papel con Scorsesse por ejemplo?!
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Vaya panda de pirados, yonkis, frikis y arrastrados
John Wells realiza esta adaptación de la obra teatral del mismo título escrita por el dramaturgo Tracy Letts, que por cierto también firma el guión. La obra ganó el Pulitzer en 2008 y por lo visto fue un exitazo en Broadway, así que me imagino que Wells decidió aprovechar el tirón y apostar a caballo ganador.

Por lo general me suelen gustar bastante estas historias de reuniones familiares porque me recuerdan mucho a algunas familias que conozco y casi le puedo poner nombres y apellidos de personas reales a cada personaje. Lo que ocurre en esta ocasión es que están todos tan sumamente tarados que es imposible encontrar en ninguna familia un ramillete tan completo de piramientos varios: la madre drogata, el padre alcohólico, las hijas a cuál más perjudicada, los yernos para echarlos a los marranos, y la única nieta sale vegetariana porque dice que si comes carne comes el miedo de los animales. Vamos, línea y bingo.

Pero la cosa no queda ahí, qué va. Si fuera sólo eso, tendría un pase. Pero es que para colmo no paran de soltar secretos de familia; cada cinco minutos un secretillo, que si éste no es hijo de su padre sino de su tío, que si la otra sacó furtivamente la pasta de la caja fuerte, que si tal que si cual… Total, una familia que no gana para sustos y sorpresas. Y claro, ya tanto conflicto familiar como que mosquea un poco y resulta, no ya poco verosímil, sino directamente el despiporre.

Y por si todo esto fuera poco, la protagonista es una Meryl Streep más paroxísmica que nunca; un auténtico dechado de tics y aspavientos sin fin. A ella, que no le hace falta tampoco mucho para darle al baile de San Vito, encima se pone a interpretar a una pastillera con tendencia a la histeria, toma ya, os podéis hacer una idea. Por supuesto, la tropegésima nominación al Oscar estaba cantada.

En desconcertante contraste, Julia Roberts no mueve un solo músculo de la cara en las dos horas que dura la película. El mismo gesto desde el minuto uno hasta el final. Y claro, ves a la una pegando botes todo el rato y con la cara de niña del exorcista que se le pone a la Streep cuando le da el telele, y a la otra con la cara de palo, y es una paranoia.

Dicen que Tracy Letts es el niño malo malote de la dramaturgia americana contemporánea, pero yo, si esto es una muestra de lo que este tío sabe hacer, lo veo más como un caricaturista con oficio. Quienes lo comparan con Tennessee Williams, sinceramente, creo que no tienen ni puta idea.
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19 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Los excesos de Agosto
Qué indigestión! Me siento como después de una pantagruélica comida de Navidad después de haber visto Agosto, la película de J. Wells. La verdad es que, no conociendo la aclamada obra de teatro en la que se basa, me he sentado en la butaca del cine convencido de que vería un film, sobretodo, de actores y actrices en estado de gracia, pero no pensaba encontrarme con un cúmulo tan grande de excesos concentrado en el microcosmos de una família del Medio Oeste Americano que parece llegada directamente de Marte. Es como si el autor pensara resucitar a T. Williams pero actualizándolo con elementos de una serie venzolana concentrados en un par de horas. O es que alguien puede tragarse que una familia así exista y pueda ser el retrato de algo más que un potaje en el que el cocinero ha ido metiendo ingredientes picantes y fuertes que dejen atónito al espectador o que provoquen su vómito. Ahí va!
Ah, se me olvidaba: efectivamente, los actores estan todos espléndidos.
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10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
GRANDE PUMARES POR COMO ME MOSTRASTE EL CAMINO…
Cuando era niño ya me costaba conciliar el sueño y lo conseguía escuchando el extraordinario programa “POVO DE ESTRELLAS” del inolvidable y grandísimo CARLOS PUMARES. Una de las cosas de las tantas que recuerdo era su odio exacerbado hacia dos actores, uno era Robin Williams y la segunda no era otra que la tan laureada MERYL STREEP. Quizá por esa influencia o bien porque realmente estoy de acuerdo con el maestro, no puedo con ellos. Si a eso unimos que no me interesan para nada las películas realizadas para el lucimiento de uno de sus actores, el resultado es que Agosto no me atraía para nada. Y una vez visionada me reafirmo en que la STREEP es una actriz sobrevalorada, que sólo trabaja para su propio triunfo y dejando de lado las películas en las que actúa. En AGOSTO todo lo que comento sobrepasa los límites.

El film dirigido por el televisivo JOHN WELLS está basado en la muy premiada obra de teatro AUGUST: OSAGE COUNTY de TRACY LETTS . Un drama familiar ambientado en Oklahoma. El director realiza un buen trabajo si los excesos de “la susodicha” no dieran sombra a todo lo que acontece.

Con todo lo expuesto puede resultar extraño que mi puntuación sea de “6”. El motivo es que el elenco de actores secundarios que forman la trama está realmente muy bien. JULIA ROBERTS está sobresaliente, con una fuerza impresionante, con una ruda belleza y dándole un millón de vueltas a “la susodicha”. Los demás secundarios, en especial JULIETTE LEWIS (una debilidad), CHRIS COOPER y todos los demás, realizan un extraordinario trabajo. Además, las tramas que rodean a la principal son realmente interesantes y muy bien tratadas, consiguiendo que siempre y cuando no aparezca en escena la STREEP, se mantenga un interés muy destacado.

Interesantes las menciones que se hacen de los “nativos americanos” y sobresalientes los chispazos de humor que dentro de un drama de este calibre se dan en la escena del banquete.

En definitiva, AGOSTO es un film que si no fuera por las exageraciones y búsqueda de una nueva estatuilla de su actriz principal habría sido una buena película. Muy destacable el trabajo de JULIA ROBERTS.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Saturación de Meryl Streep
Muchos nos preguntamos qué número de la suerte tendrá Meryl Streep en su carta astral para que le regalen una nominación para el Oscar cada vez que eructa. La repercusión y el prestigio de Streep como intérprete entre la crítica puede llegar a provocar la ceguera colectiva ante sus tan cacareadas dotes dramáticas que aquí no es que brillen por su ausencia sino que aburren por su insistencia. De ella esperamos cosas espectaculares, por lo que una actuación vacilante en una actriz como ella constituye un fracaso.

La que fuera durante muchos años una actriz respetadísima, en este tramo de madurez de su carrera sólo parece arañar guiones que le permitan exhibirse, lo que en su caso se traduce en minutos en pantalla. Porque, sí señores, incluso una actriz de su calibre puede llegar a convertirse en una gorgona cansina y omnipresente, a quien no pocos cineastas de diferente color y ralera fílmica han otorgado carta blanca para que circule por la pantalla desplegando su abanico de tics, sin un asomo de contención o, acaso, signos de haber recibido directrices por quien firma la película, que está para algo más que encender el piloto rojo de la cámara.

Es este un largometraje, largo, muy largo, que descansa sobre el trabajo de sus actrices. Un vehículo para su lucimiento pero sin riendas para detener el exceso y la sobreactuación de sus dos caballos desbocados. Mediante una dudosa recolección de retales cinematográficos procedentes de otras películas como ¿Quién teme a Virginia Woolf?, El Aniversario o La rosa tatuada, por citar sólo una de las numerosas obras de Tennessee Williams en las que se inspira, 'Agosto' acaba deslizándose por la peligrosa rampa del maniqueismo, el recurso fácil, los diálogos pretendidamente explosivos y el abuso de la caracterización impostada para acabar en manos de unas insoportables Meryl Streep y Julia Roberts intentando ocupar la pantalla durante dos interminables horas.

Lástima; hubiera sido una ocasión magnífica para incluir un premio más en las vitrinas de Streep: El Razzie a la peor actriz.
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27 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La clásica Maniobra Loco Weinstein
"Que nada se interponga entre tú y un saco de billetes, muchacho... y si asoman unos cuantos Oscars, mejor" (Bob & Harvey Weinstein).

No quiero que haya malentendidos: esta gente no produce malas películas, pero tienen una tendencia a salpimentar sus productos con el toque W, un sensacionalismo propio del Circo Barnum que en ocasiones no queda bien. Agosto es básicamente un All-star de actores en el que se ha dado la orden de que cada uno se luzca como si no hubiera mañana y de forma proporcional a su tiempo en pantalla: Cumberbatch & Friends unos pocos minuticos, Roberts un poco más y la Streep... a la Streep le han dado carta blanca para que despliegue todos y cada uno de sus trucos de actriz vieja, muecas, speeches lapidarios, miradas al infinito y humedales oculares. ¿Es esto malo de por sí?. Pues hombre, si el guión es bueno y el director avispado te puede salir un clasicote, pero si cuentas con un libreto destilado de todos los lugares comunes de familia desestructurada de TV movie, y te empeñas en alcanzar el récord mundial de carnaza por minuto de metraje, la cosa deja de ser divertida. Y el caso es que en Agosto ya no caben más frikis, más pécoras, más cuñados depravados, más primos zopencos, más revelaciones abracadabrantes, más tensión a flor de piel, más narcóticos ni más amores que matan, de modo que a la media hora el drama se torna esperpento, a la Streep solo le falta gritar sobre la mesa "Oh capitán mi capitán", a la Roberts descabezar un pollo a mordiscos y al espectador sospechar que se haya (otra vez) ante uno de las exitosos y manipuladores a más no poder productos de diseño de los hermanos Weinstein.
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12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La familia unida permanece unida, no siempre.
Drama familiar que relata como a la desaparición del cabeza de familia sirve para la unión y posterior disolución de lo que quedaba de una típica familia americana. Moraleja: Lo que se oculta en familia hace más daño que las verdades o los reproches. Excesivamente larga, me da igual que se trate o trate de acercarse a la obra teatral original, a fin de cuentas es solo una recreación para la gran pantalla. Si no la has visto y no la piensas ver, no te pierdes nada. Si decides verla, mejor compra la entrada para otra película que merezca tu tiempo.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
'Agosto' pasa más rápido que la película
Acción excesivamente lenta, ya que se sujeta demasiado en los personajes. Pasas la mayor parte de la película sin saber a dónde se dirige la historia. Además, se quiere vender una comedia cuando es todo lo contrario ¡un dramón! La primera es hora se hace interminable y aunque si bien mejora (mínimamente) al final no puedo calificarla con algo que no sea aburrida y predecible.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Cada familia es un mundo.
Y el mundo de las familias disfuncionales (que en realidad yo creo que todas lo son) siempre le resulta interesante al cine. En este caso, primero fue el teatro.

Tracy Letts escribió esta obra de teatro que ya fue traída a los escenarios de nuestro país protagonizada ni más ni menos que por Norma Aleandro y Mercedes Morán, y ahora tuvo la oportunidad incluso de guionar su propia versión cinematográfica.

El labor de dirección recayó en John Wells, director de algunas series de tv que además dirigió el film The Company Men. En este caso, el elenco es de lujo. Meryl Streep y Julia Roberts encabezan un reparto que acompañan Ewan McGregor, Juliette Lewis, Chris Cooper, Benedict Cumberbatch, Dermot Mulroney y hasta Sam Shepard en una breve pero importantísima aparición, que luego deriva en desaparición.

Porque después de algún plano abierto exterior conocemos a este matrimonio compuesto por Violet y Beverly en un prólogo donde quedan al descubierto la problemática relación entre dos personajes rotos y además se presenta un nuevo personaje, alguien que viene a ayudar a la casa, éste hombre desaparece. Y su desaparición deriva en una reunión familiar como hacía años que no sucedía.

Y las reuniones familiares en las que se encuentran y reencuentran personas que son afines por lazos sanguíneos pero tienen miles de diferencias y sueños y modos diferentes de ver la vida nunca se dan bien. La obra, y la película, ponen en la mesa miserias, sueños frustrados, celos, amores prohibidos y demás elementos digno de un culebrón de canal de aire a las 3 de la tarde.

Agosto es una película donde ningún personaje es atractivo y por lo tanto es imposible empatizar con alguno. A simple vista parecería ser que las mujeres son las peores, y probablemente lo sean.

Pero mientras el personaje de Chris Cooper parecería ser diferente al resto, mostrándose afectuoso con su hijo, es quien después no tiene problema en burlarse del vegetanearismo de la más joven de la familia, creando una situación tan incómoda como lo es toda la película. Lo peor de todo el film sea quizás que ni siquiera los actores la salvan, ni siquiera una Meryl Streep afeada y venenosa logra destacarse en este film tan opaco, todos sobreactúan y se dejan llevar por un guión aburrido y previsible.

En lugar de ser un film satírico, termina siendo un culebrón, tal como mencionaba previamente. Mientras la primera parte del film apuesta a un humor negro todo eso se va perdiendo hasta la resolución aburrida y esperada.

http://elespectadoravezado.com.ar/index.php/criticas/2-hemos-visto/1263-qaugust-ousage-countyqagosto
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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