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345 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
O la forma de llevar con brillantez el teatro al cine
Dogville no deja indiferente a nadie. Leyendo las críticas observó qué o es una obra maestra para el ochenta por cien o una basura para el veinte restante. No hay posturas intermedias. A mí personalmente me parece de diez. Un diez intenso como Kidman, Bettany, Bacall, Caan o el mismo Von Trier. Razones? Bueno... a mí no me importa el tema a tratar o si escasean los decorados o los efectos especiales. A mí me gustan las historias y esta es de las buenas. El que prefiera ver al travesti del Anakin dándo tumbos con una espada laser quizá Dogville le venga un poco grande. Y con ello no pretendo insinuar que este film sea para intelectuales. No. A dios gracias...

Cuando terminé de verla me acordé de Troya, de Ulises, Elena, Aquiles y toda esa basca. Grace me pareció el caballo de troya que llega a Dogville. Después de su paso nada sería ya igual. Supongo que en los USA les habrá sentado como una patada en los huevos porque presiento que muchos se sentiran identificados no con las personas claro, jeje... sino con el pueblecito...

La doble moral cristiana es tratada por Trier de manera salvaje. Las violaciones físicas y espirituales a las que es sometida Grace y la forma de plasmarlas me parecen excelentes. La primera vez que Grace es asaltada y continuando la acción se pasa a una panorámica y se ve cómo la fuerzan en la parte superior derecha de la pantalla es, simplemente, magistral. Guiño-homenaje a Tarantino?
Por otro lado, los habitantes de Dogville me recuerdan a los de Solo ante el peligro en el que el bueno de Cooper las pasó canutas para salvar el pellejo.

El que se supone noviete de la Kidman en Dogville es uno de los sujetos más peligrosos e infames que he tenido el gusto de conocer en el mundo del cine. Imágenes y reacciones perversas en su fondo, sanas y agradables en la forma y siempre apuntando hacia la misma diana, la jovencita buenorra, malhechora y desdichada. El final operístico me pareció monumental, en especial la escena en la que aparece el bebe de tres meses. Jus jus... que bueno... que heavy....
Excelente propuesta. Un guión magistral. Decorados? Ni me enteré. 9.8

"¿Por qué piensas que todo el mundo merece ser perdonado por tí? ¿Acaso crees que es arrogante por tu parte impartir justicia?"
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350 de 477 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
El poder corrompe
Es una historia desgarradora donde se representa magistralmente la esencia de la condición humana en cada uno de sus intérpretes. Desde el humilde granjero, el médico hipocondríaco, la erudita profesora o el ciego automarginado, gente bondadosa y “temerosa de Dios”, todos comparten esa tendencia, parte intrínseca de la historia y del ser humano, de utilizar vilmente su poder sobre los demás.

En referencia a la escenografía, se ha obviado todas las paredes y objetos superficiales del pueblo y en su lugar las han representado mediante líneas pintadas sobre el suelo negro, no se trata de recurso de marketing sino que es una forma de hacer olvidar al espectador de la falta de dichos elementos y centran la atención en los personajes y los diálogos. Cuenta con excelentes interpretaciones ya sea de sus protagonistas (Nicole Kidman, Paul Bettany) como de los actores secundarios (Lauren Bacall, James Caan).
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234 de 280 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una descarnada cirugía a corazón abierto de los más escabrosos límites de la sociedad y del alma humana
Todo lo que he visto me recuerda a ese cuento del lobo que se disfrazaba con una piel de cordero para engañar a sus víctimas. O quizás sea mucho más complejo que eso. Me recuerda a un relato que escuché en otra película en el que un violador pedía perdón a su víctima mientras cometía su atroz acto.
El ser humano es la única criatura del mundo que se destruye a sí misma a conciencia.
Lars Von Trier propina un mazazo brutal a los cimientos de la sociedad. Muy lejos de ofrecer algún atisbo de esperanza o de posibilidad de redención, nos muestra los infectos suburbios interiores de la estructura social, en los que los peores impulsos de la condición humana se hallan acechantes, aguardando tras un hipócrita barniz de aparente cordialidad y bondad el momento de abalanzarse sobre la presa ideal.
Dogville es un pueblo simbólico. Utilizando una cámara inquieta y activa, con imágenes de documental, y representando el pueblo de una forma meramente esquematizada, como un plano, la puesta en escena se revela como una de las más originales que he visto. Con la genialidad de la sencillez, descubrimos que no son necesarios unos escenarios grandiosos ni representados al detalle. Se apela a nuestra imaginación visual para recrear en nuestra mente las calles, las casas y los panoramas que se observan desde las ventanas. Una técnica adoptada del teatro, en el cual se nos presupone una aceptación previa de un esfuerzo imaginativo por nuestra parte para "ver" los ambientes, apenas esbozados en el escenario con unos cuantos objetos que sugieren los espacios y los lugares. Recurso brillantemente empleado en la película. De hecho, parece ser que Von Trier reivindica la vuelta a los orígenes escénicos, a la simplicidad de la puesta en escena destinada a exigir un esfuerzo por parte del espectador, el cual tenderá a crear y ampliar en su mente lo que apenas se insinúa ante sus ojos.
Si a este peculiar recurso le añadimos unos actores que interpretan con genialidad, entonces realmente descubrimos que se puede prescindir de toda parafernalia escénica.
Teniendo asumido ya que Von Trier no busca distraernos con una hermosa fotografía ni cambios de escenarios, sino centrarse por completo en la esencia de la sociedad que disecciona, nos envolvemos totalmente en una trama que va creciendo por momentos hasta convertirse en un verdadero gigante que oprime aplastantemente nuestra conciencia.
Hablaba antes de que la sociedad es un lobo con piel de cordero, un animal de apariencia afable que oculta a una bestia carnívora y voraz. Como todas las fieras voraces, anda en busca de una presa. Y esa presa la encuentra en los seres que de alguna forma relucen por sí mismos, brillan porque poseen esa cualidad tan frágil, envidiada y odiada: la integridad.
Sigo en el spoiler.
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195 de 239 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Me ha hecho daño... ahí queda eso.
Va a ser difícil olvidar la primera vez que le metí mano a Lars von Trier. Normalmente para realizar este tipo de experimentos tienes que tener las cosas muy claras y saber lo que haces porque si no el resultado puede ser muy lamentable. Mientras avanzaba he dudado si me encontraba ante un fiasco, arriesgar con puestas en escena tan raras tiene su mérito por sí mismo, pero ¿y el contenido? Ahí es donde llegan los golpes, a mi interior claro, a mi alma, más allá de la piel, superando la estética de ese teatro ya perfecto ha conseguido tocarme la fibra a través de la terrible crueldad que muestran esos pervesos habitantes de Dogville. Menos mal que me he liberado con el final (spoiler) porque si no me voy a Dinamarca a buscarlo para pedirle explicaciones.

¿Qué más que no se haya escrito aquí? Poco, está todo dicho, trazar así de bien la maldad del ser humano tiene mucho mérito. Ese lado oscuro y terrible que bien podría presentarse bajo la certeza de que el hombre es un lobo para el mismo hombre es sólo una parte, también creo en la bondad, el altruismo y las buenas intenciones (por eso quizás no le pongo un diez, es mi pequeño homenaje al lado bueno del ser humano) Pero en Dogville sólo encontramos lo peor de lo peor, todo es tan terrible que me ha hecho daño. Por otro lado celebro haber encontrado a una Kidman así, sobresaliente.
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94 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Análisis PROFUNDO, la crítica más completa pero muy límitada debido al tope de 3000 caracteres. Spoiler interensantísimo.
La crítica original fue de 7.591 caracteres.
No pretendo convencerte de que Dogville es bestial, sólo te expongo mis ideas.
Sí, quizás sea lenta. Vale, la primera hora se hace larguísima. Cierto, cuesta acostumbrarse a la falta de decorados. Pero estamos ante un florecer de sentimientos, de sensaciones, de pensamientos. Von Trier nos ofrece una apuesta original en la que suprime cualquier cosa que nos distraiga de lo que de verdad interesa, la esencia (por ejemplo los decorados o la acción). Si deseas ver acción o pasar un buen rato ésta no es tu película, ¡ah! ¿deseas ver algo que te haga pensar?, pues éste es tu momento. Abre tu mente y disfruta.

Von Trier nos brinda una estupenda ocasión para analizarnos a nosotros mismos y reflexionar sobre cómo somos las personas o lo que nos merecemos
Nicole Kidman está...pff, cada palabra, cada gesto nos hace sentir y percibir lo que siente su personaje, hace un papel perfecto.
La película comienza en un poblado llamado Dogville, donde Grace llega por azar. Entonces necesitará la ayuda de este "simpático y bondadoso" pueblo. Se irán desarrollando una serie de acontecimientos que nos dejarán afectados y por qué no decirlo, con los cataplines en la garganta...(spolier).

Y por favor, poned mucha atención en el diálogo final de la peli. Es absolutamente interesante y necesario, nos plantea una cantidad increíble de preguntas.
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123 de 178 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una crítica argumentada en nueve puntos y un prólogo
Prólogo -. Lars Von Trier nació en 1956 y cursó estudios en la National Film School of Denmark. Realizó numerosos cortometrajes ("Nocturne", el más famoso de ellos, en 1980) y se graduó con el mediometraje experimental "Images of a Relief". A partir de ahí iniciaría una meteórica carrera que le haría pasar por varias etapas artísticas, llevándole a recoger numerosos premios en algunos de los más prestigiosos festivales de cine del mundo. Paralelamente su ego se multiplicaba y nacía el Trier.Personaje, que canibalizaba al Trier.Cineasta. "Europa" fue su primera joya pero no tardaron en llegar las dos temporadas de la miniserie "Riget". En 1995 creó (junto a otros cineastas) el movimiento Dogme, tan criticado como aclamado. Tras la 'trilogía de Europa' (Element of Crime/Epidemic/Europa) llegó la 'Golden Heart Trilogy' (Breaking the Waves/Idioterne/Dancer in the Dark) y, cerrada ésta, se embarcó en la (aún inconclusa) 'trilogía de EEUU - Tierra de oportunidades' con esta "Dogville". Y automáticamente Trier dejó de ser promesa y se convirtió en Maestro.

Punto 1-. La idea. El nacimiento del concepto de Dogville bien merece ser aplaudido hasta la extenuación. La semilla fue el teatro minimalista de Bertolt Brecht y Trier lo hizo evolucionar, remarcando las líneas de las localizaciones, imponiendo nuevas reglas.

Punto 2-. El reparto. No hay un solo actor que lo haga mal, pero destaca, sobre todo, el magnetismo de una Nicole Kidman maravillosa y la presencia de otros nombres como Bacall, Skarsgard, Cann, Gazzara, Betanny o Clarkson. Todos se comen la pantalla a bocados, han nacido para interpretar estos roles.

Punto 3-. Narración 'en on'. Todo lo que pasa lo vemos. No hay paredes, no hay limitaciones, toda la información se dispone en pantalla y es el espectador quien debe crear los nexos, enriqueciendo cada escena de forma natural. Sólo encuentro un referente en esta forma de delegar en el espectador el dar sentido a la imagen: Jacques Tati.

Punto 4-. Narración en off. John Hurt es el narrador de la historia y quien nos guía en los momentos en los que así lo exige ésta. Su profunda voz y su perfecta entonación de cuenta cuentos convierte este terrible drama en una deliciosa fábula macabra difícil de olvidar.

Punto 5-. Mirada. Unos ojos azules desnudándose a la cámara sirven para rellenar los espacios en los que los silencios cobran más sentido que la palabra. Este punto hermana con el segundo y la labor que realiza la esplendida Nicole Kidman, que rara vez se ha mostrado a la vez tan frágil, y tan fuerte de espíritu.

/ INTERLUDIO-. Sigue abajo sin ningún tipo de spoiler ni destripe argumental. /
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43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Dogville: Reflexión sobre el "buenismo"
Esta es una obra de teatro y una película a la vez. El director danés, Lars Von Trier, aborda el tema filosófico de "Una cosa es predicar y otra dar trigo", que él lo enfoca con el dicho latino DICTUM AC FACTUM (Dicho y hecho); es decir, la hipocresía humana que desplegamos ante un recién llegado, mostrándonos al principio como personas morales, éticas o buenas (buenismo) y luego en cuanto han pasado los primeros días y la careta de "buenos" ya nos pesa demasiado, la dejamos caer y aparece entonces la cara real desagradable de quienes en verdad somos: éticos y buenos de conveniencia. Lo cierto es que cobramos por los favores que hacemos y casi siempre muchísimo más caro que lo que vale el servicio o la caridad prestada. En esta obra teatral-película, los hospitalarios, buenos, éticos y morales habitantes de Dogville acogen buenamente a una mujer perseguida por el mal, la acogen pero bajo la apariencia de gente buena que libra del mal, luego resulta que sus bondades degeneran en males peores que el mal del cual intentaban proteger a la extraña. El mensaje de esta obra es tremendo pero bastante real: por lo general el "buenismo" que se presenta como bueno, pueden resultar "insanamente bueno", tanto que acaba atrayendo al propio MAL MAYOR, "demonio" u "horma de su zapato". También cabe acá el mensaje universal que popularmente reza: "De las aguas mansas que me libre Dios, que de las bravas ya sé librarme yo". Notable película para espectadores que gusten de ver cine-teatro filosófico-reflexivo.

Fej Delvahe
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54 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¿COMO QUE DOGVILLE NO SE MERECIA ESTO?
Lars von Trier. Sinceramente busca una hazaña, retrata de una manera sin igual sus percepciones individuales y por tanto subjetivas de un pueblo, concretamente EEUU. Me considero especialmente fanático del cine, del estilo de Nietzsche tal vez para quién la representación coincidía con un sincero malestar, malestar que se manifestaba acudiendo a lo que socialmente se consideraría deprimente, enfermo. ¿Quién sino el o yo, se reiría a carcajadas de la escena ultra impactante en la que se dispara a quemarropa a un infante enfrente de los ojos de su madre? No es secreto quizá, que a pesar de que un esfuerzo inicial pretende encerrar únicamente inclinaciones de una comunidad especifica, encierra la generalidad de la especie humana, sus debilidades, pasiones, el famoso arte del engaño y la manipulación. Las aberraciones a las que llega una comunidad en pro de una moralidad menos infestada. Si bien es cierto, que el final del film es retratado de manera magistral, acudiendo a la respuesta de la víctima, aquel que nos hizo gritar de la manera silenciosa en que Nicole Kidman lo hizo, quien de manera improvista y con la sensualidad de un giro tamaño estadio, se a galana con el poder, tanto poder en sus manos, y justo allí; una nueva depravación. El escenario merece mención aparte, la división de la película que da la sensación de tener el texto en las manos, de tachar lo previsible, de rearmar la trama. Una verdadera joya en estos días de cine-basura, que da mucho de qué hablar, que parece ceñirse por fragmentos a la escuela dogma 95, que cumple definitivamente con todo lo que se espera de un titulo como este, ciudad de perros.
Muy Buena.
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38 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Sobre el arte: "Dogville", "La Soga" y "La Huella"
"La Soga" y "Crimen Perfecto", de Hitchcock, son películas "teatrales" con valores escénicos y cinematográficos.
"La huella", de Mankiewicz, posee únicamente valores escénicos.

"Dogville" no posee ningún valor cinematográfico ni escénico.

No posee valor cinematográfico porque no hace uso del montaje y el lenguaje de la cámara como medio de expresión (el montaje es en verdad aleatorio, y la cámara es una mera "registradora" de lo que pasa en el plató -no existe la concepción de la imagen-.)

No posee valor escénico ya que la cámara siempre está con Nicole y no se hace uso de la posición de los personajes o los elementos en el escenario, que se banaliza como soporte de la acción. No se saca ningún partido expresivo - y esto es verdaderamente sorprendente - a las elecciones escénicas previas, como la ausencia de paredes.

En lugar de conservar lo mejor del teatro y potenciarlo con los medios del cine, resta verdad a lo que cuenta, banalizándolo y quitándole intensidad.

El único medio de expresión - repito, el único - de este film es la palabra (la voz en off y los diálogos). El director nunca debió utilizar el cine para contar esta historia - sino el cuento - pues del cine utiliza sólo el soporte, no los mecanismos de expresión.

En el arte, el fondo y la forma van unidos. No existe separación. El arte no establece una comunicación de un contenido a través de una forma, sino que la forma ya es en sí misma contenido. Este film, pues, no es arte, ya que pretende la transmisión de un contenido ignorando las posibilidades formales PROPIAS del medio de expresión escogido.
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177 de 323 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
ÉRASE UNA VEZ UN PUEBLO
Lars von Trier, uno de los artífices del movimiento Dogma ´95, provoca y cautiva en su última película.
El cineasta danés Lars von Trier, culpable de obras tan deslumbrantes y desgarradoras como el musical Bailar en la oscuridad o el dramón Rompiendo las olas, cautivó al público y la crítica de Cannes en la pasada edición a pesar de no recibir un solo premio. Algunos hablaron de posiblemente la mejor película del año, sentencia que me dispongo a corroborar aquí y ahora por varios motivos.
Corrupción y venganza
Érase una vez un pueblo afincado en lo más profundo de los Estados Unidos de América. Una princesita llamada Grace (Nicole Kidman, en estado de gracia como la protagonista) huía de sus perseguidores, y a punto de desvanecerse por culpa del cansancio y el frío, Tom, un joven educado y culto, le ofrece, como portavoz del pueblo de Dogville, su ayuda para esconderse. A cambio, sólo tendrá que hacer algunas tareas para ganarse la confianza de sus habitantes, pero con ello descubrirá el mundo real y la mezquindad del ser humano. Lo que desconocen es que Grace porta un secreto.
A lo largo de un prólogo y nueve capítulos, en un escenario que recuerda a las representaciones teatrales de Bertold Bretch, Lars von Trier vuelve a reinventar el cine en la primera parte de una trilogía con la que se dispone a seguir ahondando en la condición humana. Un narrador omnisciente acompaña al carácter arquetípico de los personajes tratando de que el espectador capte las determinadas inclinaciones morales de cada uno en una búsqueda de necesaria complicidad. Poco a poco, nos adentramos en este cuento moral y alegórico en el que la línea que separa el bien del mal es tan frágil, que nos balanceamos del sacrificio a la inocencia preguntándonos si real menteel alma humana es capaz de regenerarse tras explotar y degradar a otra.
Film político y comprometido de final arrebatador, una obra maestra universal que, a pesar de ser un ejercicio minimalista de contención abstracta e invisible, alcanza el suficiente ardor simbólico como para llevar nuestros sentidos (y sentimientos) hasta extremos que rayan en lo irracional.
Orgullo, cobardía, celos, lujuria, sentido de culpa, amor desinteresado, utilización de las personas para fines propios, esclavitud, compasión, cólera, tolerancia, necesidad de recibir...
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41 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Obra maestra del cine, rompe moldes y nunca antes una película podía tener tantas interpretaciones y lecturas.
Dogville fue de esas películas que tanto me han impactado, puedo decir que es una de las mejores películas de los últimos años además de considerarla una de las mejores películas de la historia del cine.
Es la verdad que rompió moldes y se salió por completo de los esquemas del cine clásico pero señores esto no es nuevo, Bergman hizo tantas películas casi sin escenografía haciendo casi una obra teatral en la pantalla consiguiendo resultados espectaculares como en El rito o en De la vida de las marionetas, Lars von Trier quiere que los actores actúen, que haya una historia que contar por encima de la escenografía u otras tantas cosas que en el cine de hoy parecen tener más prioridad que los actores o las historias.
Trier construye un guión espectacular y de los mejores que he visto en los últimos años, una película que puede ser analizada desde diferentes puntos de vista, pues Trier no analiza la historia de Grace y sus habitantes del pueblo, analiza la maldad del ser humano, la moral, la religión, el espíritu humano en diferentes condiciones sociales, la película es una obra maestra en el análisis moral del ser humano, es un guión con tantas lecturas que se convierte en una película de culto para muchas personas.
La bondad, inocencia, sencillez, ternura, un regalo de Dios a un pueblo perdido donde sus gentes son el resumen de la sociedad humana, Trier construye una historia que ha dado mucho de que hablar.
Una película cargada de teatro, fácilmente esta película podría ser llevada a escena pero quería una película, poder ser con su cámara el ojo del espectador, consigue unos ángulos, cortes, grabados de una manera tan peculiar que consigue adentrarnos en la escena consiguiendo que esta sea más real.
La elaboración de cada parte está genialmente estudiada al igual que las interpretaciones, Kidman hizo el papel de su vida, demostró que ama el cine como arte y buscaba la oportunidad de demostrarlo ya que en Hollywood tiene la obligación de hacer la basura que en los últimos años está haciendo, el único papel realmente bueno que hizo, aunque corto fue con Kubrick, demostró un talento que anteriormente no pudo mostrarnos.
Todos los actores son fantásticos.
Trier se adelanta como uno de esos directores que rompen moldes, busca y busca, analiza y analiza al ser humano para crear siempre una película con mensaje moral y moraleja, a veces consigue espectaculares resultados como en Bailar en la oscuridad, Rompiendo las olas o en Los Idiotas, a veces le salen más regulares como en El jefe de todo esto, pero sigue siendo un director que ama al cine y este como medio de comunicación para poder comunicar un mensaje moral.
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36 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Vaya, vaya con Lars
Quién me lo iba a decir. Informándome sobre los sucesos que acontecian en Cannes, surgió de nuevo en mi el recuerdo de Lars von Trier, más que nada por su pedantería y su poca humildad al afirmar que él "era el mejor director del mundo".
No es que antes no lo conociese, sino que no me llamaba demasiado la atención.
Después de eso sí lo hizo y de entre su filmografía elegí Dogville, me gustaba las imágenes que veía en Internet, me gustaba la estética de la carátula, me gustaba la sinopsis, pero sobretodo, me gustaba Nicole Kidman.

Los 10-20 primeros minutos, lo reconozco, me dije, ¿qué cojones hago yo mirando esta basura?¿Después saldrán escenarios no?¡¿Dónde está la Kidman?!

Si bien esos minutos iniciales son interesantes, llegan a ser lo más flojo de la peli.
Lars nos empieza a introducir personajes a cascoporrillo, a tal velocidad que la mayoria acabas sin saber quién diablos son.

Pero llega la Kidman y todo cambia, tanto en el argumento del film, como en mi estado de ánimo. La peli empieza a mejorar. Joder Lars, si el hecho de que no haya decorados empieza a ser la polla.

La historia se vuelve más oscura, se va complicando la trama, ese pueblecito honrado del principio de la peli ya no es lo que parecía, hasta aquí llega la corrupción. Todo empieza a cojer interés, te empiezas a fijar en cualquier detalle, porque, nunca se sabe, al final puede tener relevancia y empiezas a flipar en colores.

¡Si Lars!¡Eres la polla! Estas haciendo que me enganche mazo esta película y que me sienta identificado con los personajes, qué tristes son, qué patéticos, qué imperfectos, qué humanos...

Y llega el final y: ¡hala! Tío, cómo mola el final. Yo alomejor no sé mucho de cine, pero te lo aseguro Lars, yo si hubiese hecho esta peli, estate seguro de que también iría soltando por allí que soy el mejor director del mundo. Sí señor, con un par de cojones.

Lo mejor (en spoiler)
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39 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Viviendo en mi casita de papel
Nunca he hablado con él y no es que me muera por hacerlo nunca, pero estoy convencido de que si alguien le preguntara qué le gustaría haber sido de no haberse dedicado al cine, Lars Von Trier diría algo así como pintor de Capillas Sixtinas o constructor de catedrales góticas. No me cuesta nada verlo, todo modestia y embeleso, contemplando su película al final del rodaje, con la misma cara que debió poner Miguel Ángel tras dar la última pincelada en el techo del Vaticano, convencido de haberle dejado a la humanidad una obra inmortal, destinada a durar por los siglos de los siglos.

“Dogville” fue rodada en el año 2003, pero, en realidad, es algo más antigua que eso. Se trata, de hecho, de uno de los ejemplos más acabados de arte medieval que conozco. Desde su privilegiada atalaya de ciudadano danés que nunca ha puesto los pies en los Estados Unidos, Von Trier retrata la sociedad americana como lo haría un pintor de escenas bíblicas en paredes y vitrales para la plebe iletrada: una narración alegórica con personajes estereotipados y nombres simbólicos, en un escenario desnudo de todo ornamento que pudiera desconcentrar a los analfabetos espectadores y hacer que se perdieran el sentido final de su edificante fábula. Von Trier, como un bondadoso y erudito frailecillo, nos confía desinteresadamente los secretos de su sabiduría, nos lleva de la mano y nos ilustra acerca de los peligros y maldades de la sociedad de un país que conoce de primera mano: no sólo lo ha visto en documentales y en “Bonanza”, sino que incluso pasó un día por delante de un McDonalds. Imaginaos.

Lo mejor de “Dogville”, en cualquier caso, no está en la pantalla, sino en las butacas, en esos críticos y ese público que se derriten de gusto mientras los tratan de imbéciles y les embuten un burdo autoplagio de la ya ridícula y tremendista “Bailar en la oscuridad” en que apenas se intercambian buenos y malos, una soga por balas y fuego, una mema islandesa por una pelirroja de hielo. En aquellos que vieron una osadía nunca vista en la tiza y el cartón o en esa gente que juega a dar portazos o a hablar con perros invisibles. En los que siguen considerando a nuestro frailecillo un artista transgresor y novedoso en vez de un apolillado y torpe narrador y un extraordinario, eso sí, experto en mercadotecnia.

Hubo una época, allá por los años 70, en que estuvo de moda escribir novelas sin puntos, comas ni mayúsculas. Eran malísimas, por supuesto, y completamente incomprensibles, pero sus autores decían luchar contra las esclavizadoras convenciones, contra los mentirosos artificios del arte. Abrían caminos nuevos, ganaban premios, construían, como Von Trier, catedrales de papel, incomprendidas y adelantadas a su época, que iban a durar para siempre. Ahora, claro, duermen el sueño de los justos y nadie las echa en falta. Son, como “Dogville”, auténticas y polvorientas antiguallas, papel mojado y cartón rancio que el tiempo, tranquilos, acaba poniendo siempre en su lugar.
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98 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
En crítica: La primera vez que la vi / En spoiler: La segunda vez que la vi
Como rectificar es de sabios, hago lo propio con un film que me decepcionó bastante el día que aposté por él por primera vez. Reconozco que en aquella ocasión me dolió en el alma el euro y pico entregado al dependiente del videoclub a cambio de lo que yo creía una película sin parafernalia, y la cual resultó ser uno de esos extraños experimentos que de muy vez en cuando te lanzan a traición en toda la jeta desde el séptimo arte.

No, compañeros; no voy de rácano por la vida. El euro y pico no me dolió por el gasto en sí. El cabreo acogido fue porque nos estropeó, a mi buena acompañante y a mi, lo que sería una noche de sábado y cine en casa. Hay que reconocer que si no te lo esperas... te choca.

Lo del plató y la tiza nos hizo gracia en el primer plano. Recuerdo comentar en esa primera vez, a mi acompañante y hermana, lo bonito-gracioso-curioso que quedó ese primer segundo de película. Ese pueblo enfocado desde el cielo. Me gustó.
El prólogo siguió; la tiza también. Nuestras caras fue lo único que cambió;

- ¿Toda la peli va a ser así? - Preguntó ella.
- No creo... esto debe ser el prólogo sólo.

Un carajo pa mi. En menos de lo que canta un gallo nuestras caras cambiaron sin efecto fade de la sonrisa curiosa a la decepción absoluta. Le dimos a siguiente capítulo... y las tizas seguían allí.

Poco más que contar. Tras una breve debate apagamos el aparato y nos decidimos por probar suerte en distintos canales. Tan mala resultó la alternativa, que Dogville recibió años más tarde un espléndido 1 por mi parte.
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47 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Humanville
¿Porqué Dogville? ¿Qué nos han hecho los perros para asimilarlos a humanos?. Sólo los humanos pueden actuar como en Dogville, porque sólo los humanos pueden ser tan extremadamente desagradecidos y mezquinos como en Dogville. Esta película es una bomba contra el corazón de la cultura judeo-cristiana, una bomba que amenaza con hacer saltar por los aires las raíces más profundas de la cultura occidental. Esta película te estalla en plena cara y te deja sentado en la butaca sin saber cómo reaccionar. Llega el final y miro a un lado.... a otro.... al techo.... a mis pies..... me siento inquieto...... ¿Qué hago? ¿Me voy? ¿Salgo corriendo? ¿Me tomo una copa?..... tengo que hacer algo, pero ya.... rápidamente..... cualquier cosa que no sea acostarme. Esto es muy fuerte y no se puede digerir así como así. Y como remate, mientras aparecen los títulos de crédito y todavía no te has recuperado de tan tremenda bofetada, suena a toda pastilla el “Young Americans” de David Bowie, como una burla a tu desconcierto. Mmmmmmmmohones!!!! en pocos momentos de mi vida he sentido una emoción tan intensa como en ese momento.
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26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"La arrogancia es la peor cosa en la vida"
Von trier nos regala otra vez un verdadero peliculón!, pocas veces el tema de la doble moral, el egoísmo, las justificaciones y la naturaleza humana en sí es abordado con tanta originalidad y profundidad.
El personaje de Bettany ha sido diagramado magistralmente, un hombre intelectual y que se percibe a si mismo como campeón de la moralidad, haciendo esto que siempre esté envuelto en una aura de superioridad, sus acciones bondadosas y misericordiosas en principio esconden un motivo oculto aterradoramente egoísta, cree que conoce lo mas profundo de la naturaleza humana, y al final lo que espera es el reconocimiento y admiración de los demás por su "sabiduria"(Haciéndolo éste hecho mas corriente de lo que él imagina)

Nicile Kidman ha estado brillante(me extenderé en el spoiler), así como el resto del elenco, la falta de decorados y musicalización me parece intrascendente ante la magnitud del guión y el poder de la historia.

Von Trier nos muestra con un estilo narrativo único y con una realización cargada de alegorías, que la forma de comportarse del ser humano es netamente situacional y que el pretender ser empático con los demás y el pretender que no emitimos juicios es probablemte el acto de arrogancia mas extrema que alguien pueda tener.

Si disfrutas de las historias con un sentido excistencial bastante fuerte y de actuaciones poderosas y verosímiles, ésta película es obligatoria, un 10 rotundo!!.
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27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
REFLEXIONES PESIMISTAS
Inmenso Lars Von Trier en esta experimental y cautivadora obra. Pese a lo desconcertante de su morfología narrativa y visual, formas sensibles que desorientan al espectador educado en la convención formal y academicista del cine, poco tardamos en habituarnos a la ausencia de decorados y a esa estética más próxima al teatro que al séptimo arte. La llegada de una joven misteriosa y aparentemente sin pasado a un pequeño pueblo de los Estados Unidos despierta toda una serie de relaciones y reacciones que desembocarán en catastrofe. Pesimismo sobre la condición humana, crítica al espíritu cerrado y conservador norteamericano y experimentalidad se dan la mano en esta magistral película de uno de los mejores valores del cine contemporáneo. Hasta Nicole Kidman, actriz que por regla general no soporto, está genial en su críptico papel.
Inmensa.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Caca for you.
Recuerdo que, en la víspera de mis 18 abriles, mi padre me dijo con una gran sonrisa en la boca: "Muchacho, mañana te voy a llevar a un sitio donde te vas a hacer un hombre". Ni que decir tiene que aquella noche la pasé casi en vela por la emoción y que hasta me repasé la huevada, no fuese a estar para tan magno evento hecho un becerro con olor a requesón. Pero la cosa empezó a torcerse a la mañana siguiente; me extrañó mucho que mi padre me levantase a las 5 para llevarme a un sitio de esos. Pero lo que más me extrañó fue que me pusiese en la cabeza una rempuja y en la mano, un mancaje como un demonio. Yo pensé: "Será una fiesta de disfraces. Qué guasón." Pero no; el muy cabrón me plantó en un secarral y me tuvo cavando zanjas hasta el anochecer. El tío se lo pasó pipa; perfectamente se le podían ver las dos muelas que todavía conservaba, que le quedaban más o menos por el fondo de la boca, de las carcajadas que soltaba. A día de hoy, aún me despierto en la noche, presa de un ataque de pánico y sudando cual verraco, con la imagen del molaje de mi puñetero padre. Desde aquel aciago día, cada vez que veo un apero, paso por delante de una ferretería o huelo a trabajo, sea del tipo que sea, me dan bajones de azúcar y me salen sarpullidos en el cogote.

¿Que qué quiero decir con todo esto? Pues que me ha pasado exactamente igual con esta puta mierda de película o lo que cojones sea o se le quiera llamar: QUE ME HAN ESTAFAO. Si yo me planto delante del monitor a ver una jodida película, quiero ver una jodida película, no una jodida obra de teatro para frikis a tope de aforfones. ¿Es tan difícil de entender? No creo, ¿verdad? Si tú vas a un concierto de los Stones y te encuentras con Bill Wyman tocando la bandurria, ¿eso es un concierto de los Stones? Pues no, muchacho.

Menos mal que no me ha costado un duro verla.

Esto no se le hace a un parao de larga duración, hostia.
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POBRES CORDEROS CONVERTIDOS EN LOBOS
Hacía tiempo que había caído en mis manos el DVD de Dogville, conociendo "El Cine" de Triar estaba esperando el momento adecuado para enfrentarme a un cine difícil que no hace concesiones a lo comercial, a una propuesta innovadora y transgresora, pero al mismo tiempo coherente a su mensaje.

Dogville es un concepto, y como tal luce mejor desprovisto de aderezos, de ambientación y de decorados. Su naturaleza pide a gritos esa desnudez para que se presente con toda su fuerza y contundencia. De paso, Lars von Triar nos recuerda que es preferible una buena idea sin recursos que muchos recursos sin ideas. Al prescindir de localizaciones reales sitúa la atención sobre los actores que son los que cargan exitosamente con el peso dramático de la acción. Que muestra uno de los aspectos más tenebrosos de la naturaleza humana. Thomas Hobbes hubiera disfrutado de esta propuesta estética que desarrolla uno de sus principios más divulgados:“el hombre es un lobo para el hombre*”. El poder sobre el otro convierte a pobres corderos en lobos y el miedo produce ese efecto que hace al ser humano vulnerable y manipulable para ceder su dignidad hasta límites insospechables.

El cineasta, que da una vuelta de tuerca a la historia con un final poco previsible -con una riqueza cinematográfica que sólo poseen unos pocos privilegiados-, nos planta ante nuestra perpleja mirada una indiscutible obra maestra, metáfora de la humanidad.

*En realidad originaria del comediógrafo latino Tito Marcio Plauto (254 a. C. - 184 a. C.) en su obra Asinaria, donde el texto dice exactamente: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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Para reflexionar
Sabiendo que es de Lars Von Trier, que ya me había decepcionado en Melancolía, me adentré con cierto recelo en Dogville.

Lo primero que observamos y lo que más nos llama la atención es el peculiar escenario, que nos lleva a preguntarnos cuánto presupuesto se habrá invertido en la película. Bastante poco. Surge la idea de estar ante la película más original que hayas podido ver.

La película tiene un argumento muy arriesgado. El final era el único final posible para que se instalara en el espectador la sensación de justicia. Ya de por sí no es muy apta para gente sensible, pero si el final no hubiera estado a la altura de las expectativas la película se habría convertido en una experiencia que deja muy mal sabor de boca.
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