arrow

46 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
El gran duelo
Film emblemático de espadachines, realizado por George Sidney ("Levando anclas", "Los tres mosqueteros"). Escrito por Roland Millar y George Froeschel, adapta la novela "Scaramouche" (1921), de Rafael Sabatini. Se rueda en exteriores de Château de Pierrefonds (Oise, Francia) y del Golden Gate Park (San Francisco, CA) y en los platós de MGM Studios, con un presupuesto estimado de 3,5 M dólares. Producido por Carey Wilson ("El cartero siempre llama dos veces", Garnett, 1943), se estrena el 8-V-1952 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en Gavrillac, La Croix y Paris, en la primera mitad de 1789. André Moreau (Granger), de unos 25 años, es hijo biológico de un noble que por razones desconocidas oculta su identidad. Carece de patrimonio, pero es beneficiario de una asignación mensual que recibe a través de un abogado. Es vitalista, frívolo y de espíritu aventurero. Vive a salto de mata, libre de preocupaciones, a la búsqueda de experiencias y emociones. Bullanguero y bromista, cuando le conviene no se corta a la hora de embaucar, engañar, aparentar y fingir. Dotado de gran encanto natural, es seductor, elegante, apasionado y emprendedor. Le atormentan los deseos de conocer sus orígenes y su pasado. Tras completar sus estudios en Paris, regresa a la casa normanda de sus padres adoptivos, Georges e Isabelle de Valmorin. Se relaciona desde hace tiempo con Leonor (Parker), de su misma edad. En el camino de regreso conoce a Alina (Leigh), de 19 años, hija del conde Armando de Gavrillac, prometida del pérfido y sádico marqués Noel de Moynes (Ferrer), de 35 años.

El film combina aventuras, drama y romance. Es la segunda adaptación de la novela de Sabatini. La primera, muda, se rodó en 1923 a las órdenes de Rex Ingram. Es un film emblemático de capa y espada, ambientado en una época convulsa de la historia de Francia. Da a Janet Leigh uno de sus primeros papeles importantes y consagra como gran estrella a Stewart Granger.

La aventura comienza cuando Noel de Moynes da muerte a Philippe de Valmorin (Anderson), hermano adoptivo de André y éste promete vengarle tan pronto como llegue el momento oportuno. Desarrolla una historia folletinesca y de aventuras, saturadas de secretos familiares de tintes melodramáticos y escasa verosimilitud. André es testigo presencial del asesinado de su hermano adoptivo, se enamora de la que cree que es su hermana, uno de sus peores enemigos es su hermano biológico, abandona a la mujer que siempre le ha dado apoyo y protección.

La narración es fluida, dinámica, brillante e intensa. Traspira una atractiva atmósfera de humor y jovialidad. Incorpora un acusado sentido romántico, exento de sentimentalismos cursis. Presenta una cuidada ambientación (arquitecturas, decorados, vestuario). Incorpora uno de los duelos a espada mejor resueltos y de mayor duración (7 minutos), que hace presente la lucha del bien y el mal.
[Leer más +]
42 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¡Exijo una satisfacción!
Y va un guantazo. Esto se ha perdido. Lo del guantazo, digo. Ahora se estrella una jarra de cerveza en la cabeza del contrincante. No queda tan cinematográfico, para que engañarnos. Aunque hay de todo, por ejemplo: Gaspar Noé usa un extintor (aquí ganó el galo y yo me tapé los ojos).

En uno de los episodios más antológicos de la familia amarilla, Homer da uso a su guante y su satisfacción. Allí funciona hasta que se topa con el Scaramouche de las pistolas. Los duelos de pistolas al no ser que los ruede Kubrick o Leone no son tan hermosos. Y además acaban en un plis plas excepto si los rueda Béla Tarr o los propios hermanos Guachosqui (con su bala silenciosa y tortuguera).

Scaramouche es como cuando de pequeño iba al circo. Hay intriga, hay humor, hay tensión y hay color.

Scaramouche no es un circo, pero forma parte activa del mayor espectáculo del mundo: el cine.
[Leer más +]
44 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Géneros extintos I: El cine de aventuras
Una de esas maravillosas películas en las que durante 2 horitas nos sumergíamos en la pantalla de la mano de un barquero borrachín (La reina de África), un soldado dicharachero (El hombre que pudo reinar) o un guaperas espadachín (la que nos ocupa). Un género que George Lucas y acólitos se encargaron de enterrar a finales de los 70 con las putas superproducciones.

La primera premisa del género que cumple Scaramouche y con creces es el entretenimiento. Persecuciones a caballo, duelos a florete, teatro cómico filmado, romanticismo con un toque de acidez... todo ello rodado de forma excelente y con actores solventes. Y es que si esta premisa no se cumple, sus virtudes técnicas me la soplan. ¿Verosimilitud? Huelga decir que ninguna. Pero esto no es una adaptación pretenciosa. Pedir que la esgrima escénica que se practica sea fiel a la historia real es una chorrada como una catedral, simplemente por definición.

Toda la película está impregnada con un color precioso (recuerda a Brigadoon, con esos colores tan vívidos), la dirección es precisa y variada y la belleza de sus actrices está fuera de toda duda. Interpretativamente sobresalen Mel Ferrer y Eleanor Parker, dos personajes de carácter que dan el contrapunto perfecto a los bellos pero sosos Granger y Leigh. Muy destacables también el vestuario, las localizaciones y la música de Victor Young que acompaña sin empachar la divertida historia de este truhán. Haciendo honor a Julio Iglesias.

Y es que si tengo que elegir entre esto y el señor de los anillos...pues la elección es evidente.
[Leer más +]
35 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
¡VIAJEMOS AL SABOR DE LA AVENTURA!
Las diferencias entre el cine de aventuras y un documental del canal Historia son tan evidentes que no quiero ocupar un tiempo precioso, para mí y para ustedes, explicándolas. Saco esto a colación por algún comentario critico respecto a esas clases magistrales de esgrima capaces de convertir al más torpe de los espadachines en un aspirante a campeón de florete. La cosa,
es cierto, recuerda a esos manuales tipo “Aprenda esgrima en diez lecciones”, pero lo mismo que fútbol es fútbol (Boskov dixit), cine es cine y además, en el género aventurero encajan muy bien todas las incongruencias espacio-tiempo, al servicio del divertimento que es de lo que se trata.

Y lo mismo que la comedia dell´arte juega impunemente con los absurdos, haciendo que las farolas se doblen a voluntad o los estacazos sean tracas verbeneras,  Scaramouche juega  con el espectador para, alejándole de las lógicas cartesianas, simplemente entretenerle y divertirle, aunque muchos hechos no resistan un examen riguroso ni se sometan a la ley de las
probabilidades.  ¿Se lo pasó usted bien? Pues ya está. Eso es todo lo que cuenta. No le dé más vueltas. No todo han de ser dramas, thriller o películas que te atornillan sin piedad a la butaca. Hay un cine de evasión precisamente para eso, para evadirnos por unos minutos de una realidad a la que luego volvemos, volvemos y volvemos... Y en esa evasión están Los tres mosqueteros, El capitán Trueno o el propio Scaramouche. ¡Viajemos al sabor de la aventura!

Dirigida por un George Sidney quién ya se había atrevido con la obra de Dumas la película es un excelente exponente del subgénero de "capa y espada" con uno de los actores más aventureros que en el cine han sido, Stewart Granger, recordemos El Prisionero de Zenda, Salomé, Las minas del Rey Salomón o Todos los hermanos eran valientes. Se ha dicho que a Granger le falta ese tono burlesco necesario para dar el verdadero matiz al personaje de Scaramouche. Tal vez. Pero les aseguro que lo hace bien y que su interpretación es creíble y meritoria. A su lado Mel Ferrer, casi perfecto en su papel de infame y "chapeau" su manejo de la espada (tanto si es propio como si es doblado). De ellas, me quedo con la exuberancia de Eleanor Parker antes que con la porcelana de Janet Leigh, aunque ninguna desmerece.

Si, ya sé que es de las típicas películas de sábado por la tarde, en la sobremesa. Ya. Pero eso no la hace necesariamente mala. Quienes sustentan sus críticas en este tipo de cosas lo que en realidad están manifestando es su incapacidad para valorar el cine por el cine, por lo que ofrecían y por lo que aún ofrecen. Y Scaramouche ofrece evasión, acción, aventura, romance y calidad, sea en la sobremesa del sábado o en ¡Qué grande es el cine!.
[Leer más +]
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¿ Precuela de Star Wars ?
Cada vez que veo esta película me recuerda más a Star Wars, quizá George Lucas no lo sepa pero esta historia recuerda muchísimo a su conocida saga. No sólo porque el personaje lleva máscara al estar desfigurado, sí no por la trama en la cual el protagonista tiene que aprender esgrima para luchar contra su enemigo, adiestrado por el mismo maestro, el cual le recomienda que para aprender más esgrima reciba clase del maesto de maestos, el que le enseñó a él, sería como sí Luke Skywalker primero aprendiese de Obi Wan y luego del maestro Yoda. Además del lío amoroso entre la que creé su hermana y la que le ayuda a escapar de los malvados, su antiguo amor, también tenemos un fabuloso duelo final que para mí es uno de las mejores luchas a espada de todos los tiempos en el cine en donde no se puede escuchar la famosa frase "Yo soy tu padre " pero sí algo parecido que omitiré para no desvelar el final.
La pelicula es una gozada visual se miré por donde se miré, y con ese final sorpresa que quizá inspirase a Lucas para una de las más conocidas escenas de su saga galáctica.

Lo mejor : El vestuario y el largo duelo final.
lo peor : Algunas escenas un poco cursis por la época.
[Leer más +]
26 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Scaramouche: Operación Triunfo.
Rafael Sabatini fue un escritor de segunda fila dentro del género de aventuras, sus novelas son infinitamente peores que las de Salgari, Karl May, Verne o Haggard por citar algunos, pero tuvo la suerte de ser más británico que italiano –su madre era inglesa y escribía en ese idioma sus libros y fue espía de Su Majestad en la SGM- y la pérfida Albion siempre agradece a sus súbditos tal distinción con la posteridad.

Sus libros, cargados de un foribundo antiespañolismo, no fueron como digo gran cosa, sino fuera por Hollywood que convirtieron al capitán Blood y sobre todo a Scaramouche en personajes casi mitológicos.

De esta segunda novela, quizá su mayor éxito, y de su versión cinematográfica trata esta crítica, nunca mejor dicho, ya que “Scaramouche” tiene algunas virtudes y bastantes defectos.

Las virtudes son evidentes. Es complicado encontrar muchas películas en toda la historia del cine que superen la calidad esgrimistica de lo que se puede contemplar aquí. Si Stewart Granger está bien con el acero, Mel Ferrer está de Juegos Olímpicos y medalla a la buchaca. Impresionante.

Las dos actrices espectaculares, Eleanor Parker notable y Janet Leigh sobresaliente, con una belleza sin par. Y funcionan muchas cosas más, pero no voy a ser un abrazafarolas que ya hay muchos por la web.

En realidad el problema de la película es la propia historia y su absoluta falta de verosimilitud. Cuando se habla del superhombre de Nietzsche, algunos citan a Tarzán o a Conan. No, que va, el superhombre es Scaramouche. Sólo a él -y en un breve espacio de tiempo- le está permitido aprender a manejar el florete y derrotar al mejor espadachín de Francia; a convertirse de la noche a la mañana en un actor triunfante en todo el país, que enmudecería a los actores del método; o a protagonizar los discursos y desenvolvimiento como parlamentario nacional que hace que sea la envidia de la Carrera de San Jerónimo; y por supuesto llevarse todas y cada una de las mujeres de calle...

Al director George Sidney nunca se le dio bien este tipo de género cinematográfico y lo realizó impulsado por el éxito de “Los tres mosqueteros”, sin embargo hay momentos que se nota que es lo romántico –donde mejor se mueve- lo que más le interesa traicionando al espíritu del libro y del guión. Además Stewart Granger le falta el sentido de humor para dar la gracia necesaria a Scaramouche, personaje bufonesco, alejado del galán nobiliario típico de este magnífico actor británico. Aún así felicitaciones por el intento, en una de las actuaciones más complicadas de su carrera.

En general que mal ha entendido y se ha acercado Hollywood a la historia de Francia, casi igual de mal que a la de España.
[Leer más +]
29 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
SCARAMOUCHE
El exuberante Sidney sin recatos ni vergüenzas. Plenitud e inocencia del comic. Sus historias, como siempre, son degustables pastiches babilónicos, llenos de technicolor, sin retórica en los sentimientos entrecruzados de sus nunca vacilantes personajes. En Sidney todo es holgado, porque sus increibles e inolvidables barridos de cámara poseen esa excitante limpieza del más puro lenguaje que nos ofreciera el séptimo arte. Hay mucho personaje noble, buenazo, algún que otro villanito, mucha sonrisa de comprensión, y mucha sabiduría cinematográfica en ese peligrosísimo enfrentamiento final. ¡Ah, aquellas tardes irrepetibles de sábado, con estos monumentales tebeos del colosalista George Sidney, que, pese a tanta viñeta imaginativa, te dejaba tamaña sensación de verosimilitud en el cerebro, que uno abandonaba la sala como si le hubieran contado historia de la de verdad, de esa de la Enciclopedia Larousse! Sí, porque uno de nuestros más grandes especialistas en aventuras, el irreprochable Stewart Granger, andaba agitándose por los caminos de la bella Francia y las no menos falsas calles parisinas, y siempre reconfortaba nuestras emociones peliculeras.
Yo, personalmente, le lancé un pequeño anatema, pues me dolió que abandonara a la escultural, liberada y excelsa Eleanor Parker (¡fúlgida cabellera pervertidora, pasión sublimada en aquel carromato circense que parecía un burdel pequeñín en el que más de uno se habría perdido!) por el blondo aporcelanado de Janet Leigh. Claro que, al final, la bellísima y comprensiva Eleanor se consolara nada menos que con el mismísimo Napoleón (escena cortada en su tiempo, y que no sé si hoy aparecerá por ahí). Aventuras turgentes las del Sidney. No sé que más nos podía deparar la vida en aquella estupenda infancia de ensueños.
[Leer más +]
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Viejas e inmortales aventuras
Algo hemos perdido con el paso de los años en el cine, eso está muy claro. Muchos géneros han ido muriendo poco a poco hasta quedar casi inexistentes (musical, western, cine negro...). Quizás el cine ha evolucionado de una manera extraña, ha habido progresos y ha habido atrasos como en casi todo. En el cine de aventuras creo que ha habido cierto retroceso. Me explico. Es indudable que hemos gozado de grandes films de aventuras a lo largo de los últimos años, pero no es lo mismo, no dejan la misma sensación que esos viejos clásicos del cine de aventuras de hace 50 o 60 años.
Las sensaciones no son las mismas, se ha perdido el romance, el humor, incluso se ha perdido el valor. Ese cine nunca volverá, pero para eso tenemos el legado que nos dejaron los grandes clásicos, como es el caso de "Scaramouche".

Tiendo a escribir muchas de mis críticas con cierto toque nostálgico, y puede que a algunos os llegue a molestar y a pensar que soy un pesado, pero no lo puedo remediar. No he podido vivir en esos años 50 (muchos estarán de acuerdo conmigo que es la mejor década de la historia del cine) donde encontrar películas como de la que hoy escribo, y al verlas ahora, en pleno 2012, osea, 60 años después, no puedo evitar maravillarme de cómo era el cine por aquel entonces. Un verdadero arte.

Hablando un poco de la película en sí, "Scaramouche" tiene los ingredientes necesarios para hacer de una tarde aburrida un excelente momento de diversión y emoción, en pasar dos horas viendo cine con mayúsculas y a la vez disfrutar como un niño. Tenemos para empezar una magnífica mezcla de estilos, pues "Scaramouche" es una maravillosa cinta de aventuras llena de romance, humor e incluso dosis de intriga. Un más que buen reparto, con Stewart Granger encarnando al valeroso, charlatán y mujeriego protagonista; Mel Ferrer como un genial villano; y con Eleanor Parker y Janet Leigh dando el toque femenino a la cinta. También son más que destacables las emocionantes escenas de duelos a espada, inolvidable el duelo final entre Granger y Ferrer. Impresionante.

No sé por qué hemos perdido esas costumbres, esa manera de hacer películas tan artesanas como "Scaramouche". Probablemente es porque el cine con el paso de los años precisa de otra serie de cosas. Al menos, para los que amamos el cine tradicional y puro, a los jóvenes que adoramos el cine viejo, nos quedan para el recuerdo las grandes aventuras clásicas, como es "Scaramouche".
[Leer más +]
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
SCARAMOUCHE DEL GRAN GEORGE SIDNEY
Sin duda la mejor película de espadachines de la historia del cine que se ha convertido en un doble gran clásico del cine, de espadachines y de aventuras, con actuaciones memorables de Steward Granger, Mel Ferrer, Eleonor Parker y Janet Leigt y la dirección del gran George Sidney. Este Director, aunque injustamente tratado por algunos críticos, es uno de los grandes aportantes al cine musical y de aventuras. Difícil encontrar una película de baja calidad de Sidney, genio desde niño y talentoso de adulto. Scaramouche, es tal vez la mejor película de Sidney quien supo darle expresión cinematográfica a la novela de Sabatine, siendo uno de los pocos casos en la historia cinematográfica en que la película supera al libro, como ocurrió con "Lo que el viento se llevó". Siempre serás recordado George Sidney por los cineastas del mundo entero, gracias a tu invaluable aporte.
[Leer más +]
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Escaramuzas de increíble vivacidad.
La acción de Scaramouche transcurre en Francia, en un momento anterior a la explosión de la Revolución que pondría fin al antiguo régimen. Dicha situación histórica ejemplifica a la perfección la dicotomía constante que reina todo el relato: el mundo de la vieja aristocracia y los nuevos burgueses, el protagonista del relato es a la vez humilde y aristocrático, ama a una humilde joven exhuberante y al mismo tiempo a otra dama noble, se esconde tras una máscara...

En Scaramouche hay una dualidad constante, un proceso de cambio (social, identitario, emocional) que supone la perfecta plasmación de la aventura entendida como viaje cambiante, como proceso de descubrimiento externo e interno...

Otro rasgo definitorio de la dualidad de Scaramouche es su condición de farsa y de aventura romántica. Por una parte en ella todo es posible, los sucesos tienen carácter folletinesco, exagerado, desenfadado... Por otra, la profundidad emotiva (drama, romance) que alcanza, la franqueza de la mirada del protagonista ante los hechos que ante sus ojos se desencadenan es magnífica.

Filme de ritmo trepidante parece, al mismo tiempo, detenerse en fugaces momentos en los que despliega oasis de frágil perfección. El dominio narrativo de Sidney es total (el filme se inicia con unos hombres a caballo que preguntan por un noble, el cual se ve, al fondo, en una colina incurso en una lid) dando a cada escena el tono que requiere, la fotografía es excelente (cierta escena en los jardines llenos de niebla), las actuaciones de los cuatro actores principales son memorables y la banda sonora de Victor Young posee la suficiente energía y pulso romántico para completar esta muestra de cine de capa y espada difícilmente igualable por su riqueza de tonos, temas, ambientes y actuaciones... Scaramouche parece estar rodada en un pletórico estado de euforia creativa.
[Leer más +]
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
A bailar
Maravilloso ballet que nos lleva volando por palacios, bosques, teatrillos...por un París lujoso y refinado, con un ritmo alado y una alegría de vivir que se contagia irremisiblemente. Cine en estado puro, que no pierde tiempo en devaneos metafísicos. Tiene gracia, precisión rítmica a lo largo de todo el metraje; una dirección artística sin sorpresas de decorador que va de protagonista, pero con todo el inmenso talento artesano del gran Cedric Gibbons; tiene el technicolor de los que ahora somos mayores pero recordamos que con él pintaban algunos de nuestros sueños de niños. Tiene una partitura perfecta de Victor Young, especialmente la ensoñadora pavana; tiene romanticismo, honorabilidad y hombría, la dosis justa de ingenuidad, unos ojos húmedos y soñadores de Janet Leigh, un malvado sin fisuras, una Eleanor Parker que rezuma sexualidad y un Stewart Granger teatral y socarrón; todos están inconmensurables: saben las fuerzas de las que disponen y las ajustan al empeño sin querer ni pretender otra cosa. Del duelo de esgrima, uno no entiende cómo no atraviesan en algún momento a una cámara con alas que es la responsable de que dos espadachines vuelen. Inigualable en su teatralidad, junto a un epílogo más teatral aún y melodramático, desarrolladas ambas escenas, (no podía ser de otro modo), en la escena y las bambalinas de un teatro de comedia parisino. Puro espectáculo romántico, extenuante en su catálogo de bellezas cinematográficas, que los "modelnos" formados en la generación de los efectos digitales y de la cámara de 360 grados quizá no lleguen a comprender.
[Leer más +]
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
LA MEJOR PELÍCULA DE AVENTURAS
Si de pequeño siempre quería disfrazarme en carnaval con un traje que tuviera espada, zorro, pirata, mosquetero, el que fuera, era por Scaramouche, mi personaje preferido. El mejor duelo de espadas en una película divertida y con mucha acción, llena de valores universales.

Marcus Brutus defendía la igualdad, libertad y fraternidad, Scaramouche defiende el honor de su mejor amigo y la promesa de su venganza ante el malvado Maques Noel de Maynes.


Genial! si algún día tengo un hijo está película se la presentaré como algo muy especial.
[Leer más +]
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Fraternidad... ¡Un De Maynes no es hermano de nadie!"
Maravilloso capa y espada que nos recuerda porqué el cine es la más universal de las artes. O lo era, a la vista de los bodrios con que se nos viene agrediendo de unos años a esta parte, circunstancias éstas que conducen dicha labor recordatoria hasta las fronteras mismas de la ayuda humanitaria. Envidio al espectador que por vez primera se siente frente a esta obra maestra, comprendo al que lo haga por enésima. Porque "Scaramouche" es una película redonda, en la que prácticamente nada está fuera de lugar, desde la, en apariencia, más inocente línea de diálogo hasta el último extra.
Fotografiada en hermosos escenarios naturales salpicados con decorados realizados con tal mimo que cuesta discernir cartón de realidad - qué es el cine si no-, estalla el technicolor fastuoso en los hilarantes planos que recrean la Asamblea Nacional, en la flamígera cabellera de Eleanor Parker, y, sobretodo, en la inolvidable escena final, que, además, da a luz al que probablemente sea el mejor duelo de la Historia del Cine. Con mayúsculas.
Citaba al comienzo de la reseña, como de pasada, el diálogo. Pues permítanme reincidir en él. Porque cada palabra que sale de la boca de cada uno de los personajes es de una agudeza pocas veces escuchada. O que éste, su humilde servidor, ha visto demasiado poco cine, todavía. Que también ensalzase hasta al último de los extras no es casual, y donde digo extras quizá quiera decir especialistas: esa galopada que abre la película o la persecución de André Moreau en la que el especialista de turno se parece a Stewart Granger lo que un huevo a una castaña, y, sin embargo, qué encantador.
(Sigue en el spoiler por exceso de palabras)
[Leer más +]
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¡En guardia!
Scaramouche fue el espadachín más famoso del siglo XVIII, que lucha y actúa como un charlatán en medio de amores y aventuras. André es hijo de un noble francés desconocido y muy amigo de Philip de Valmorín, a quien ayuda a huir de los hombres del Rey que lo acusan de sedición.
Scaramouche, 1952. Basada en el libro homónimo de Rafael Sabatini -aunque con algunas diferencias, remake de la versión de 1923 de Rex Ingram protagonizada por Ramón Novarro y clásico de aventuras por méritos propios. Estamos en la convulsa Francia prerevolucionaria, bajo el reinado de Maria Antonieta y las ideas de la Revolución plasmadas en el lema "Igualdad, Libertad y Fraternidad". Todo muy romántico.
Las historias de estos clásicos del género eran muy sencillas, para que nadie, ni los niños, se perdieran, pero tenían una solidez y, sobre todo, un entusiasmo y una inventiva visual que dejaban a nuestros padres y abuelos con la boca abierta. Divertimento puro de una época donde las películas se hacían con cariño y los espectadores eran bastante más ingenuos que ahora. Había muchos duelos había para elegir: Errol Flynn y Basil Rathbone en Las aventuras de Robin hood, Stewart Granger y James Mason en El prisionero de Zenda y incluso el final de Las aventuras de Quentin Durward. Pero el de Scaramouche...
La escena del duelo final en que Granger y Mel Ferrer recorren esgrimiendo un vasto espacio hecho de espacios es un momento de cine de acción pura y ligera, una delicia. Esa lucha a muerte ante los estirados espectadores del teatro, sin dobles... es soberbia, espectacular y memorable. Como la sorpresa que nos aguarda, como la mirada que Scaramouche dedica a Leonor (bella Eleanor Parker) -no desvelaré nada más-. Absolutamente mágica.
Amor, aventuras, espadachines, mucho humor, y de propina, una melancólica reflexión sobre el mundo de la farándula, el fingimiento y la venganza. Hora y media de colorido y grandes actuaciones, espectaculares escenas. Scaramouche ha envejecido, sí, pero con dignidad. Dedicada a aquellos que, como niños, les gusta volver a luchar con espadas de madera.
[Leer más +]
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
SCARAMOUCHE: ACTOR DE PANTOMIMA Y TENAZ ESPADACHÍN
Stewart Granger encarna en este film a un personaje enérgico, decidido, incansable seductor y atento y agradecido con sus amigos. Es difícil no encariñarse de este personaje que actua siempre con una sonrisa en un mundo de locos, como define la cita que introduce la película, extraida de la novela de Sabatini.
Andre Moreau (Granger) será testigo de la muerte de su mejor amigo a manos del conde de Gavrillac (Mel Ferrer) uno de los mejores espadachines de Francia y le jurará vengarlo.
El hilo conductor del relato es la venganza y las temibles consecuencias que comporta: destrucción de la propia felicidad e insatisfacción aunque se logre consumar dicha venganza.
La historia se desarrolla como telón de fondo en una época confusa en la que está a punto de estallar la revolución francesa y se posiciona a favor del pueblo que pretende erradicar el poder, que reside en manos de la nobleza.
Moreau se hallará incapaz de elegir entre dos mujeres, ambas bellísimas pero totalmente diferentes y combinará el aprendizaje del arte de la esgrima con su aportación al teatro cómico como el bufón enmascarado Scaramouche.
George Sidney logra una magnífica película de aventuras dotada de una excepcional fotografía con una gran viveza en los colores, un cuidado vestuario y una excelente banda sonora de Victor Young. Nos presenta a algunos personajes con acertados primeros planos que nos dan una idea aproximada de sus rasgos característicos. Exalta con gran vitalidad la aventura, el amor y la amistad.
La narración es fluida e intensa y combina con gran acierto humor, acción, drama y romance.
Son memorables los duelos de esgrima en los que interviene el conde de Gavrillac, en especial el sublime duelo final en el teatro que se desarrolla en lo alto de los palcos y entre las butacas ante la atónita mirada del público. Son divertidísimas las escenas cómicas de pantomima y son verdaderamente bellas y apasionadas las escenas románticas protagonizadas por el triangulo amoroso. A destacar los primeros planos de Alina (Janet Leight) que retratan la belleza de su rostro y la intensidad del brillo de sus ojos de forma onírica.
Uno de los mejores clásicos del género de capa y espada.
[Leer más +]
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
LA VENGANZA EL BUFÓN
"Scaramouche" de George Sidney, extraordinario director de la época dorada de Hollywood, autor de obras como "Magnolia", firmó esta auténtica maravilla del cine de aventuras que, junto a "Los tres mosqueteros" y "El conde de Montecristo", es uno de los máximos exponentes del cine de capa y espada.
Dirigida en 1952, es una de las mejores adaptaciones de una novela de aventuras, en este caso de Rafael Sabatini. Cuenta la historia de André (divertidísimo Stewart Granger), mujeriego y alegre petimetre de la época pre-revolucionaria. Cuando su mejor amigo muere a manos del marqués De la Tour (Mel Ferrer en uno de sus más inolvidables papeles), decide vengarse del implacable aristócrata, con el pequeño inconveniente de que su enemigo es un maestro en el arte de la esgrima y él no sabe apenas cómo manejar una espada. La acción está aderezada por amorios varios, todo presentado con un colorido exuberante y una alegría de vivir contagiosa y exultante.
George Sidney, un maestro artesano de la MGM, le imprime un brío narrativo, una fluidez a la acción, que sólo los mejores directores son capaces de mostrar sin ápice de vanidad autoral. Stewart Granger, uno de esos actores ágiles y muy simpáticos, está excelente en el papel de Scaramouche, al igual que Mel ferrer, el marqués De la Tour. Ambos comparten, sin lugar a dudas, uno de los duelos más largos y mejor rodados en la historia del cine, una verdadera gozada acrobática, cumbre de esta obra maestra de aventuras de todos los tiempos.
La fotografía, exuberante en su cromática luminosidad, y la B:S.O , memorable, ponen la guinda a ese magnífico "Scaramouche".
[Leer más +]
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una de las cumbres del cine de aventuras juveniles.
Lo primero decir que yo no soy, ni pretendo ser, objetivo a la hora de criticar ninguna película. No soy ningún entendido de cine y las críticas objetivas las dejo a los profesionales del medio.
Si escribo en esta página es para, simplemente, compartir y manifestar mis gustos personales y así recomendar o no, el visionado de una película a algún usuario que quizá coincida con mis gustos y poder así darle una alegría si por casualidad le recomiendo una película que no conoce o por el contrario, ahorrarle pérdidas de tiempo con malas cintas.
Por supuesto eso mismo espero yo cuando leo las críticas de esta página. Por eso mismo me llevo muchas alegrías cuando leo críticas de algunos usuarios que empiezo a conocer bien y me encanta cuando hablan más de las impresiones recibidas al ver un film, que de sus perfecciones técnicas o de sus prodigiosas ejecuciones artísticas.
Dicho esto, voy a hablar de Scaramouche.
Adoro esta película. Es una de las emblemáticas de mi infancia. Basada en una de las grandes novelas clásicas juveniles, un prodigio de novela, pertenece a ese selecto grupo de novelas que ha hecho soñar a varias generaciones de niños y adolescentes.
La isla del tesoro, Los tres mosqueteros, Ivanhoe, Los contrabandistas de Moonfleet, Las minas del rey Salomón, Capitanes intrépidos, Los tigres de Mompracen, Colmillo Blanco, El prisionero de Zenda, El corsario negro, La hija del capitán y tantas y tantas otras pertenecientes a una forma de entender la aventura que, desgraciadamente, creo que ha muerto para siempre.
Esta adaptación es pues, una de las que con mayor éxito se ha realizado para el cine. Aún siendo mejor la novela, que duda cabe, ésta derrocha simpatía y diversión a raudales.
Realizada por George Sidney ( autor de la también clásica " Los tres mosqueteros"), me resulta gracioso que en una crítica de esta ficha se le tilde de " artesano nada personal". Señores, dénme a mí estos " artesanos nada personales" y quédense con esos " autores" tan cacareados que, salvo algunas excepciones, tenemos que soportar los sufridos espectadores después de pagar la entrada, cuya pretenciosidad muchas veces, lo único que hace es ocultar una soberbia y un narcisismo desaforado.
Aventuras de capa y espada. En precioso technicolor y cinemascope. Preciosas cabalgadas. Duelos apasionantes ( el último, ha pasado a la Historia del cine por derecho propio), preciosa ambientación de la Francia del siglo XVIII, antes de la Revolución. Una caracterización de los personajes de ensueño. Héroes y villanos. Dos de las mujeres más hermosas de aquella época. La dulce y clásica belleza de Janet Leigh frente a la explosiva y sensual belleza de Eleanor Parker. Y mucho humor...Ese cine que ya no volverá.
Cuando el cine tenía pocas ínfulas de trascendencia y, sin embargo, estaba repleto de profesionales en su campo, quiénes sin pretender otra cosa que hacer soñar al espectador, hacían un trabajo fino y bien hilado que hoy todos los ordenadores del mundo no pueden remedar. ! Viva la artesanía del cine ! si es como ésta.
¿Que George Sidney es un artesano nada personal?. JA, JA y JA.
[Leer más +]
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Pedazo de duelo
En las películas de programa doble que los niños nos tragábamos todos los domingos la excelencia de una película de aventuras se medía no por los efectos especiales sino por el esperado duelo final. Las historias de los clásicos del género eran sencillas, para que nadie, ni los niños, se perdieran, pero tenían una solidez y, sobre todo, un entusiasmo y una inventiva visual que tiraban de espaldas. Duelos había para elegir: Errol Flynn y Basil Rathbone en Robin Hood (aunque de entre los muchos duelos de Errol es difícil quedarse con uno) el de Stewart Granger y James Mason en El prisionero de Zenda y hasta el final de Quintin Duward, de la que solo recuerdo una coreográfica secuencia entre campanas. Pero lo de Scaramouche es de verdadero vicio. Quizá Stewart Granger y Mel Ferrer no sean los mejores actores del mundo (aunque aquí están verdaderamente bien)pero su lucha a muerte en un teatro lleno de empelucados espectadores todavía me acongoja, por lo bien rodada. Y luego, como de propina, una melancólica reflexión sobre el mundo de la farándula, el fingimiento y la venganza. Todo eso en hora y media de maravillos colores y con la sedante presencia de Eleanor Parker, verdaderamente maravillosa. Si además te ponían una peli del oeste o de miedo, y todo por quince de las antiguas pesetas, no es extraña la nostalgia que sentimos a veces los que hemos sido niños en los años sesenta.
[Leer más +]
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Guión magnífico, interpretación sobervia de Granger y, Janet Leigh (
Magnífica película clásica de capa y "espadachines" (paradigma en este estilo). Guión magnífico, interpretación de Granger espléndida y además rodeado, no de una, sino de dos, bellezones estrellas del hollywood de la época: ni más ni menos que la, aquí más guapa que nunca (con el pelo teñido de blanco ), Janet Leigh ("Psicosis") y, por si fuera poco, Eleanor Parker.

Sé qué hay debajo una sección para describir partes del argumento, ese no es mi propósito, pero me gustaría destacar dos o tres escenas de la película que para mí representan lo que es este film (puede leerse sin ningún problema que el posterior visionado de la película no correrá ningún peligro). El diálogo mantenido entre Janet Leigh y Stewart Granger en dos ocasiones. Al principio de la película, cuando Granger se encuentra con el carruaje de Leigh y éste se ve deslumbrado por su belleza. Granger comienza a tirarle los tejos a Leigh (típica escena, de este tipo de películas en la época, pero no siempre bien llevada a cabo, en este caso sí). Y, sobre todo, el diálogo que mantienen estos dos actores de nuevo, esta vez, al lado de un estanque: ¡por favor, no os perdáis el que diálogo que mantienen Stewart Granger y Janet Leigh en esta escena, que para mí refleja el nivel y la inteligencia del guión, personificado en la figura de Stewart Granger!

Después, típicas escenas de acción entre espadachines (que alegría ver otra vez a "Erroll Flynn" en acción), una escena también genial, en esta ocasión entre Stewart Granger y Eleanor Parker y, un feliz final de la película (también a destacar las escenas en el parlamento).
[Leer más +]
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Detrás de una máscara hay...
George Sidney fue un director especializado en musicales y comedias, y se nota en la forma que tiene de dirigir a los actores y la historia, siempre con el humor por medio.

Por todo eso creo que hacen a esta película agradable y dulce, además de tener un buen reparto, a Stewart Granger siempre le vinieron estos papeles como anillo al dedo. La cara de Mel Ferrer nunca produjo simpatía y es idóneo en estas películas. Eleanor Parker y Janet Leigh con su belleza ya basta.

Un clásico de aventuras que deja un buen sabor de boca.
[Leer más +]
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas