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36 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Versión de Mateo de Cafarnaúm
Tercer largo realizado por Pier Paolo Pasolini, basado en el evangelio de San Mateo. Se rodó en exteriores de la región de Basilicata (Potenza y Matera), el volcán Etna (Sicilia) y Viterbo (Lacio) y en los estudios Incir de Paolis (Roma), entre abril y julio de 1964. Nominado a 3 Oscar, obtuivo el Premio Especial de Jurado de Venecia. Producido por Alfredo Bini, se estrenó el 4-IX-1964 (Italia).

La acción tiene lugar en los años 0 a 2 y 30 a 33 DC, aproximadamente, en Belén, Egipto, Nazaret, lago Tiberíades, Jerusalén y alrededores. Se transcriben hechos y palabras de Jesús de Nazaret, según la versión de San Mateo, comprimida y ajustada a un metraje de unas 2 horas (131').

La película explica una historia dramática, adaptada al cine en numerosas ocasiones. La narración es artesanal, imperfecta, sencilla y no artificiosa. Se dan cambios de ritmo, luz y sonido, encuadres mejorables, algunas brusquedades y precipitaciones que confieren al film un grato sabor de autenticidad y espontaneidad. De inspiración estética neorrealista, filma cámara en mano, los actores no son profesionales y el guión se extrae del texto de San Mateo, Mateo de Cafarnaúm para sus coetáneos. Se obtiene un relato de apariencia documental, como si hubiera sido rodado durante la acción. No se glorifican los hechos y no se divina al protagonista. Éste usa cabellos cortos, sin las melenas tradicionales, y es de complexión asténica en contradicción con las formas atléticas al uso. No habla con el tono melífluo de un predicador religioso, sino con la fuerza y el vigor propios de un líder obrerista. Se explica con firmeza, no exenta de cierta altanería. Contesta las preguntas con otras preguntas, parábolas o alegorías, que desconciertan a sus oponentes. Rechaza los valores asociados al poder y la riqueza. Exalta la justicia, la solidaridad, la misericordia, el perdón y la paz (sermón de la montaña). Los milagros se exponen sin alaracas, sin melodías triunfales y sin tomas espectaculares. La crueldad de la crucifixión se muestra con tomas generales y puntos de vista distantes. Para Pasolini lo importante no es el dolor del sacrificio, sino el valor de las enseñanzas.

La música, coordinada por C. Rusticelli y L.E. Bacalov, incluye fragmentos de Bach ("Pasión según S. Mateo", "Agnus Dei", 2 conciertos), Prokofiev ("Cantata de Alexander Nevski"), el "Gloria" de la Misa Luba y el espiritual negro "Sometimes I Feel Like Motherless Child". La fotografía, de Tonino Delli Caolli, ofrece primeros planos iconográficos, planos generales de lejanía, encuadres sencillos y barridos descriptivos. Subraya la aridez del paisaje y la soledad del personaje. Es excelente la escena inicial, sin palabras y sin música, de María y José. El vestuario está inspirado en la pintura del s XV (Piero della Francesca). La interpretación del protagonista corre a cargo de un estudiante del primer curso de Económicas de la Universidad de Barcelona, hijo de madre israelí.
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126 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Il vangelo secondo Pasolini
- Una hermosa puesta en escena, sin florituras ni grandilocuencia.
- El mar de blancura.
- La abundancia de primeros planos (Pasolini y su querencia por los rostros bien curtidos).
- Las tímidas panorámicas.
- Se suceden, austeros, los episodios de la vida de Jesús, prescindiendo de nexos narrativos.
- Enrique Irazoqui: un Cristo al margen de los tópicos, enjuto y cejijunto, dotado de una voz maravillosa en V.O.
- El ángel milagroso, con un viso al margen de la tierra.
- La potencia del texto de la Biblia.
- Una filmación respetuosa, a cargo de un ateo.
- La música: entre Bach y Billie Hollyday; o sea, miscelánea.

Se intuye el germen de algo inmenso, pero, como ya dijera el gran Claudio Rodríguez: “Siempre la claridad viene del cielo; / es un don: no se halla entre las cosas / sino muy por encima, y las ocupa / haciendo de ello vida y labor propias.”

Y Pasolini sí que era de este mundo.
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55 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Las siete diferencias
Decía mi profe de filosofía del arte, años ha, que uno de los síntomas característicos de cualquier experiencia estética que se precie estriba en el hecho de que quien la disfruta se siente, por regla general, como engullido por una espiral de sinergias que lo instigan a trazar múltiples paralelismos o divergencias entre diferentes obras de arte; ya sea entre una pintura y una novela, entre un tema musical y un drama teatral o -como en mi caso- entre dos pelis.

Desconozco si realmente “El evangelio según San Mateo” me propició o no una experiencia de tal calibre, pero lo que sí sé es que la personalísima y gafapastosa versión evangélica de Pier Paolo me impulsó a rememorar con denodada insistencia “La pasión de Cristo”, de Mel Gibson. Y no por el mero hecho de ser dos obras coincidentes en personajes y contexto histórico, sino porque jamás había visto dos pelis tan diametralmente opuestas en lo que a su concepción ética y estética respecta. Veamos por qué:

1.- El empleo de la fotografía, por ejemplo, es revelador. Pasolini (o, mejor dicho, Tonino Delli Colli) optó por un blanco y negro deslumbrante -casi cegador diría yo- para enfatizar y afianzar la pureza y autenticidad de la figura de Cristo. Un blanco y negro que parece renegar de la escala de grises y que subraya, de esta manera, la sempiterna dualidad entre discípulos y no discípulos (“los que no están conmigo, están contra mi”) de Jesucristo. Gibson, en cambio, utiliza una fotografía más bien oscura y tenebrista. Una fotografía -en color obviamente- consignada a plasmar de la forma más hiperrealista posible la sangre, las laceraciones y los higadillos de Nuestro Señor Jesucristo.

2.- El enfoque argumental también es diferente. Mientras Pasolini construye su peli entorno a las parábolas de Cristo, Gibson se centra única y exclusivamente en las últimas horas de su espeluznante calvario.

3.- La intencionalidad, por consiguiente, también es muy distinta. Pasolini no persigue más que mostrarnos la vida de Cristo de la forma más rigurosa, austera y hasta espartana posible. Sin ninguna concesión a la idealización, al sentimentalismo o al aleccionamiento gratuito. Gibson, en cambio, se recrea en mostrarnos con luz y taquígrafos cómo intuye que aconteció el calvario del mesías. El efectismo gore, por lo tanto, constituye uno de los rasgos más intrínsecos de esta última.

4.- La contrapuesta imagen de Jesucristo en los filmes de Pasolini y Gibson resulta, asimismo, significativa. El italiano lo describe como un líder revolucionario dotado de personalidad y temperamento. El australiano, por su parte, prefiere mostrárnoslo como un mártir. Un hombre que por amor a su padre (Dios) y a sus hermanos (la humanidad) encajará sin un solo gemido o lamento la tortura más sanguinaria y brutal a la que puede ser sometido un ser ¿humano?

(sigo en spoiler desvelando, como no, datos importantes)
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45 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El Evangelio según San Mateo
La película narra paso a paso y de una forma exquisítamente fiel al Evangelio de San Mateo, la vida de Jesús se Nazareth.
Técnicamente es casi perfecta, con una logradísima dirección de actores y con una ambientación y puesta en escena mas que meritorias. Hay encuadres preciosos en los que los rostros de los personajes lo expresan todo.
Pocas veces el cine ha tenido una mejor Virgen María (de joven y de mayor), un mejor San José, un mejor Judas...los Reyes Magos, Herodes. El papel de Cristo es otra cosa; muy digna de analizar en una o varias tesis doctorales.
Hay dos aspectos especialmente destacables en el film: las austeridad y los sermones.
La Austeridad: Reina en todo momento. En la forma de filmar (neorrealismo) y en la presentación de los hechos. No hay grandilocuencias.. Ni en la entrada a Jerusalen (solo unos pocos niños llevan un ramito en sus manos), ni en el juicio (parece algo cotidiano), ni en la crucifixión. Las connotaciones hipersolemnes de otras producciones están totalmente ausentes.
Los sermones: Pasolini reproduce sin pudor, una y otra vez, los sermones incongruentes, amenazadores, incoherentes, contradictorios, volubles, vengativos..de Jesucristo. Este es sin duda, el mayor logro de la película. El Evangelio de San Mateo dice lo dice. Está escrito. A partir de ahí, cada uno debe intertretar y digerir los mensajes.
Película inteligentísima por los cuatros costados- El ateo Pasolini cuenta la historia de Cristo. Mejor no la podía contar.
Mordaz crítica a la ignorancia, la intolerancia, la superstición, la religión, los intereses de todo tipo, desde la más extricta ortodoxia evangélica.
Obtuvo, entre otros, el Gran Premio del Oficio Católico del Cine. ¿La ironía en su estado máximo?
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32 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Soberbio retrato de un revolucionario.
Sólo el sencillo y soberbio planteamiento argumental de esta mítica película empalidecería un trailer de cintas religiosas de vocación rigurosa, y por extensión, tentadoras a la hagiografía. Lo que hace el gran humanista Pasolini (casi no quedan hombres como lo fue éste) es partir de una adaptación "literal" de lo escrito por el apóstol San Mateo para narrar la vida de Jesucristo (personaje apasionante para él) desde una perspectiva fílmica dónde prima lo preconizado precisamente pro el cristianismo: el valor de lo sencillo y de lo arcaico, la humildad, el valor de lo humano, apoyándose en un equipo de actores "amateurs" (para más coherencia da el papel de la virgen María a su católica madre) dónde el español Irazoqui intrepreta a Jesús, en una realización premeditadamente del mismo sesgo, buscando en los primeros planos (obvia influencia de Dreyer) la transparencia y luminosidad de las profundidades del alma humana, a partir de una elección de rostros, magistral. Esto lo hace un hombre ateo, homosexual y comunista, al que le fascina la figura de Jesús y al que, en su amplitud cultural, le interesa la dogmática cristiana, pues cree (y eso creemos muchos) que Jesús no fue sino un revolucionario que predicaba una doctrina llamada cristiana pero nada esquiva a solaparse con la comunista: la igualdad social, el ensalzamiento de los pobres, el valor de los sentimientos humanos... ¿O no? Y eso, sin hacer la sempiterna, líneal y casi siempre execrable hagiografía manipulada e impuesta.
Fenomenal banda sonora también la de esta obra maestra, verdadera película irrepetible con una primera secuencia inolvidable: la Virgen María embarazada.
Una lección, que al lado del bodrio gore de Mel Gibson, queda como un auténtico milagro cristiano, que hace "canonizable" a Pasolini. He dicho.
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22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Todos, uno más
Una película enorme. Sí, enorme, por pequeña y leve que pueda parecerle a uno tras haberla visto (nada que ver con la grandilocuente y harto artificiosa "Pasión de Cristo" de Gibson, y tantas otras). Es una película simple rodada por el comunista escritor de las bellísimas páginas de "Una vida violenta" o del poemario "Poesía en forma de rosa". Esta fuerza del pasado (como él se define en el poemario citado) nos lleva al mismo en calidad de espectadores, como un asistente más de la vida de Jesucristo. Puede que lo mejor de la película sea eso: se recrea el texto evangélico con la sencillez y naturalidad de la época, sin efectos especiales, ni sangre a raudales, sino con nosotros detrás de Jesús, siguiendo sus pasos, tratando de hacernos lugar por entre las espaldas de la gente que lo sigue más de cerca (he aquí uno de los grandes aciertos: la cámara no es omnisciente, no ocupa siempre el ángulo más espectacular, sino que se confunde entre la gente, tal como haríamos nosotros, alzando la cabeza y moviéndonos sin parar para intentar ver qué está pasando, qué maravilloso ser ha congregado a tanta gente).

La cámara toma otra perspectiva cuando Jesús habla: se hace en primer plano, hecho que sugiere que el mensaje sí es personal, para cada uno, para que cada cual traduzca a Jesús en su interior y sus palabras se graben en la memoria del oyente para, tal como dice Borges en su fragmento de evangelio apócrifo, ilumine nuestros días. Por contra, los acontecimientos fueron descontrolados y fundaron un ente objetivo, ajeno a cada ser, que es la Iglesia Católica. Sin embargo, ajeno a iglesiadas, esta película muestra con sinceridad a uno de los místicos cuyas enseñanzas suponen un salvoconducto a la felicidad.

Además, hay que tener en consideración que esta película, a diferencia de cualquier otra realizada sobre el mismo personaje, prima su palabra y minimiza las truculentas escenas que solemos esperar. Las lágrimas son sinceras y calladas; las alegrías, contenidas.

Feliz quien vea esta película, pues la austera luz de la felicidad iluminará su rostro y la alegría tonificará sus entumecidos músculos faciales.
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14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cine intemporal
Tanto en su día, cuando la veo de nuevo, casi medio siglo después, la película me parece intemporal y por encima de cualquier moda.
Hay una clara voluntad de atenerse al texto del Evangelio y de rodar con la mayor sencillez posible, sin alardes sin efectos especiales, sin hollywoodurismo.
Quizá Enrique Irazoqui no refleja bien a Cristo, pero no hay actor en el mundo que pueda hacerlo.
Y el asunto de que si Passolini era ateo y cómo hace esta película... No pienso que un ateo de esos recalcitrantes y agresivos pueda hacer algo como esto. Se habló mucho en su día -yo vivía en Italia por aquellos años- de que la película era también un homenaje a la fe de su madre.
En cualquier caso, verdadero cine, una experiencia distinta, quizá irrepetible.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Evangelio según pasolini.
Una película de cine de autor como fueron las películas de Pasolini; aparte de ser en blanco y negro queda marcada por su puesta en escena, algo que llama enormemente la atención desde la primera escena un mano a mano entre la virgen Maria y su esposo san José, la caracterización de los personajes todos practicamente con rasgos físicos marcados y diferenciados y sin usar maquillaje para dar mayor sencillez y realismo, el vestuario de las gentes y sobretodo en el de escribas y fariseos así como el del Sanedrín; también en sus paisajes siempre áridos buscando la mayor simplicidad posible.
El desarrollo está tomado del evangelio de san Mateo, aunque no lo sigue al completo, se centra primordialmente en las enseñanzas a sus discípulos, las cuales son expuestas una tras otra sin descanso ni preludio, aspectos como la pasión o la resurrección son tratados muy de pasada casi por obligación.
LLama mucho la atención la figura de Jesús, alguién muy directo y sincero, como lo fue en realidad, pero demasiado estricto sin apenas flexibilidad y dando un aire de precipitación que no le corresponde.
Sorprende que una persona atea, comunista y militante, haya escogido este tema para una de sus películas: sin duda da que pensar.
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18 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Rostros
La partitura es conocida, se trata de tocarla de otra forma. Y ahí estamos con Pier Paolo. ¿Aporta algo esta versión? Quizás...
Un blanco y negro lechoso y rotundo, unas soledades desérticas y áridas, unos primeros planos abundantes, un esencialismo minimalista, un aluvión de caras, un cine asilvestrado y libérrimo que no acaba de cuajar del todo, cortado abruptamente en el montaje.
Sermoneador, arrogante, milagrero, pelma, orador impenitente, contradictorio, atrabiliario, provocador, caritativo, revoltoso, visionario, profético, sufriente, resignado, quejoso...
Está toda la vaina. El prometido reino de los cielos. Se ve bien. Pero lo mejor, sin duda para mí, es la excelente selección musical, la cual contrasta, su generosa magnificencia, con los parajes lunares, casi paleolíticos, entre los que se mueve con garbo y pena nuestro héroe cristiano de marras.
Por lo tanto, en verdad os digo, versión despojada, humilde, valiente, sencilla. Acertada a medias, en la proposición, no tanto en la enfática realización (la cara obsesivamente discurseadora de Irazoqui), reiterativa y un tanto rala, cortada como a hachazos, descompensada, lo cual impide considerarla una gran obra, más bien queda en curiosidad interesante y extraña; querible y pobretona, seguramente mucho más cercana a los orígenes del tinglado religioso conocido que toda la estrepitosa y vana zambomba jolivudense tan de fanfarria y tentetieso.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
MESÍAS MARXISTA
Pier Paolo Pasolini había entrado con fuerza en el cine italiano, influenciado por el neorrealismo demostrando con dos magnos largometrajes como “Accatone” (1961) al lado de su actor fetiche Franco Citti y “Mamma Roma” (1962) con una magnánima Anna Magnani, la dureza y la misería que se vivía en los suburbios de la capital italiana interpretado por éstos sendos personajes marcados por la delincuencia y la prostitución. Unas visiones nada complacientes por una realidad patente (y que aún se puede enmarcar en éstos tiempos que corren) y que Pasolini ya dejaba visionar en algunos reportajes y documentales sobre la vida social italiana, así como algunos escritos como “Una Vida Violenta”.

Sus reflexiones sobre una nueva cultura apoyada por el pluralismo de las masas, le acusó a enfrentarse con la Derecha y la Iglesia. Su filmografía, a medida que avanzaba, se volvía cada vez más provocativa, con los ejemplos evidentes de “Teorema” (1967), “Pocilga” (1969) y su trilogía de la Vida (1971-1974) y su abortada trilogía de la Muerte; iniciada con la provocadora “Salò o los 120 días de Sodoma” (1975) que no pudo ver su estreno en vida, debido a su asesinato en la playa de Ostia por razones que aún no se han esclarecido.

“El Evangelio Según San Mateo” es un film grande, rodado a fe de poesía que por devoción. Una estampa de Pasolini que ofreció al detalle con una excelente selección de la banda sonora (desde Mozart a J.S Bach, la misa Luba congolesa (Gloria) e incluso el espiritual negro con el “Sometimes I Feel Like a Motherless Child”, en la escena de la adoración de los Reyes Magos ). Y sin olvidar la sobresaliente fotografía en blanco y negro de Tonino Delli Colli.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El mensaje filosófico sin misticismo
A propósito del tema del film, voy a utilizar un símil descriptivo acorde con la religión, y es que Pasolini nunca fue santo de mi devoción, de ahí que ésta sea mi primera reseña sobre el cineasta boloñés. No obstante he de reconocer que su película me parece muy notable por estar alejada del misticismo. Estrenada en un momento en que la cultura innovadora europea era inaccesible para los españoles, celosamente vigilados por la censura, cuya cúpula era formada por el clero en su mayoría. Alarmados todos ellos por la noticia de que un director marxista se atrevía a filmar la vida de Cristo desde una óptica distinta hasta lo visto entonces. Todo sacerdote que se preciara se atrevió a criticar la obra desde diversas lecturas casi siempre maliciosas debido a la filiación política del cineasta, no digamos ya, su latente homosexualidad.

Llegaron a decir (el clero español), que era una obra irrespetuosa, tendenciosa y un variado ramillete de adjetivos descalificativos, la interpretaron con mucho recelo, pero ya en su momento sorprendió a todo el cine mundial por su sencilla naturalidad y cercanía estética. Frente a los fastos oropeles con que el cine americano había abordado el terreno bíblico, Pasolini propone una lectura muy diferente y terrenal, exento de sobrenaturalidad. El tiempo la ha revalorizado desde su tratamiento formal que en su fotografía intenta acercarse a los lienzos cinematográficos de Dreyer, desde una fotografía cuidada y luminosa de blancos y negros. Otro aspecto a destacar, además del excelente casting en mi opinión, es el cuidado paisaje musical: la obra coral cumbre, “La pasión según San Mateo” de Johan Sebastian Bach, también su concierto para violín y oboe, algo de Prokofiev y también de Mozart, ilustran varios pasajes además de la música compuesta por Bacalov.

Pese a todo lo expuesto, no deja de ser cierto que es una obra controvertida, pues aborda la vida de Jesús desde una óptica revolucionaria, pues él viene a cambiar el “Orden establecido”, poniendo “patas arriba” el sistema de aquella vetusta sociedad. La selectiva mención de las “Bienaventuranzas” que solapan un cierto mensaje político, esquivando los mensajes más reaccionarios del evangelio. Intenta buscar el encuentro entre el creyente y el que no lo es, el católico convencido y el suspicaz marxista. La fisicidad del Jesús (Enrique Irazoqui) que nos muestra Pasolini es poco agraciado, es un tipo más bien bajo, de barba rala, y pequeña melena peinada hacia atrás, cejijunto, magro de carnes, tosco y poco afectuoso, con miradas a veces, incluso de ira y desprecio. Nada que ver con la divinidad de lo bello y perfecto. Una película atípica que rompió con los cánones de lo correcto en los films religiosos.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La Vida de Jesús según Pasolini.
64/21(31/03/15) Probablemente el mejor film sobre la vida de Jesucristo, el más poético, crudo, seco, paradójico lo realizara un ateo, marxista y gay declarado como Pier Paolo Pasolini. De remarcado acento naturista, exhibiendo una autenticidad doliente, con semejanzas al cuasi-documental, gracias entre otras cosas al acertado casting de actores no profesionales, autóctono de las zonas de rodaje, campesinos y pescadores la mayoría. Se apoyo exclusivamente en los escritos, sin más guión que el Evangelio, sus frases, monólogos y diálogos, sintetizándolo lo mejor posible, eliminando lo necesario para dar un metraje aceptable, solo añade que de los labios de Jesús salgan los nombres de los apóstoles, aunque entiendo que Pasolini pasó por su particular filtro, maximizando la ambigua vertiente comunista que se le atisba a Jesús, sobre todo en sus incendiarias diatribas en contra del poder establecido.

Analizando fríamente la cinta puede extraerse una visión de Jesús cercana al revolucionario, los discursos de Jesús son interpretados de modo cercano al sindicalista que busca enardecer a los oprimidos proletariados, al beligerante contra los ricos, llega a decir <Es casi imposible que un rico entre en el Reino de los Cielos>, contra el capitalismo, cuando en un ataque de ira destroza los puestos de mercadillo en el interior del Templo, es alabado por los pobres, en el Icónico Domingo de Ramos, es repudiado por poder establecido que lo ve como una amenaza a su status, belicoso por momentos <No vengo a traer la paz, si no la espada>, intransigente <El que no está conmigo, está contra mí>, algo atemporal que se puede ver reflejado hoy día en cualquier izquierdista con ínfulas de cambiarlo todo.

Pasolini despoja de artificios embellecedores la historia, se atiene a presentar de modo asceta el dramático Santo Relato, experimenta con los ritmos, encuadres, luz, diferentes tonos, crea sensación de realismo construido en base a pura sencillez, expone a un Jesús que repudia la codicia de los ricos, desdeña a los acomodaticios gobernantes, loa la solidaridad, la misericordia, el perdón, la justicia, poniendo el acento en la compasión y el amor. Pasolini, al contrario que la posterior “La Pasión de Cristo” de Gibson, se centra en las enseñanzas, en sus mensajes, en los valores morales que intenta inculcar, hace escasas las imágenes del dolor de Jesús, no vemos le golpean, solo le ponen una corona de espinas, hasta el Vía Crucis es presentado como que Jesús apenas llevó los maderos, transita junto a otro que los lleva, la Crucifixión es bastante tenue. Film en muchos aspectos contemplativo, introspectivo, reflexivo, meditabundo, nos abstrae de los componentes políticos de la época, Palestina ocupada por los invasores romanos, son presencia testimonial con Poncio Pilatos. Pasolini edifica la historia de Cristo insuflado de un halo místico poderoso, de gran profundidad. Para aumentar esta sensación que lo importante son las palabras en pos de la humanización de Jesús, son la representación de los milagros, reflejados de un modo muy natural, sin exaltación artificiosa de fotografía o música, la curación del leproso, plano contra-plano y ya está sanado, del mismo modo la multiplicación de los panes y peces, o el andar por el agua, sin fanfarrias que la adornen de modo acartonado.

La puesta en escena es uno de sus pilares más sólidos, con magno diseño de producción de Luigi Scaccianoce (“Othello” de O. Welles), filmado en Italia, en Viterbo (Lacio), en Puglia, Ginosa, Massafra, Manduria, Castel del Monte, Gioia del Colle, en Basilicata (Potenza y Matera), Lagopesole y Sassi de Matera, Cutro y Le Castella, volcán Etna (Sicilia) y en los estudios Incir de Paolis (Roma), recreando con verismo atroz lares áridos, secos, grises, duros, toda esta sensación atomizada por la descarnada fotografía en glorioso b/n de Tonino Delli Colli (“El verdugo”), de reminiscencias al neorrealismo italiano, con potentes primeros planos de Jesús departiendo (haciéndonos ver nos habla personalmente, de gente que escucha con devoción), panorámicas, sugerentes travellings, fueras de plano sugestivos, barridos simbólicos, todo esto remarca la aspereza del paisaje y atomiza la soledad anímica del protagonista, se inspira en muchas tomas en la pintura y la escultura cristiana, notándosele influencias del pintor italiano del renacimiento Piero Della Francesca (1415-1492), en un reflejo probablemente anacrónico y ecléctico de las vestimentas de los personajes, gracias al llamativo vestuario de Danilo Donati (“Amarcord”), con pomposo vestuario del sanedrín coronado por esos aparatosos gorros, pero donde más destaca es en la imagen de Jesús, lejos de la acostumbrada, sacada del arte bizantino, bebiendo del pintor galo del SXIX Georges Rouault, Jesús es un tipo melifluo, con pelo corto (como judíos de su tiempo), lleva una túnica con capucha que le deja en ocasiones el rostro ensombrecido, con una barba escasa, cejijunto. Todos estos elementos adornados por la ecléctica música, todo una miscelánea singular de temas clásicos sumado a otros de sonidos sacros de diferentes culturas y creencias, coordinada por C. Rusticelli y L.E. Bacalov, como Johann Sebastian Bach (“Misa en si menor” y “Pasión según San Mateo” ), el tema góspel de Odetta ("A veces me siento como un niño sin madre"), en las escenas de María y el niño y los reyes magos, Blind Willie Johnson ("Oscura era la noche, fría ¿Era la tierra "), declaración judía ceremonial "Kol Nidrei", el "Gloria" de los congoleños Missa Luba, Prokofiev ("Cantata de Alexander Nevski"), este durante la masacre de inocentes, estos heterogéneos temas son colocados en el momento justo para elevar las perturbadoras sensaciones. (continua en spoiler)
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Y dijo Jesús a sus discípulos: "LOL"
Después de ver la genial película Bruno, pensé que necesitaba redimirme para limpiar mis pecados cinéfilos, así que cogí de la Biblioteca El evangelio según San Mateo. Dado que ya no acostumbro a acudir a algún cura a confesar mis pecados por temor a ser violado, con este visionado me considero limpio y libre de toda divina pena consecuencia de mis impíos actos terrenales.

Pero dejemos de hablar de mí, hablemos de la película. El evangelio según San Mateo trata de un señor llamado Jesús, que recitaba discursos molones y arrastraba más fans que Bertín Osborne. A los señores de gorritos extraños les caía mal Jesús porque no les firmaba autográfos así que decidieron clavarle las muñecas a una cruz para que no le pudiera firmar a nadie más. Gente extraña la de aquella época.

La historia mil veces contada en especiales de Pascua de TV, carece de emoción ya que sabemos de antebrazo todo lo que va a pasar. No obstante, el objetivo de Pasolini le da un tono diferente, más cercano. Una visión bastante particular que consigue que el espectador se sienta parte de la escena, parte de esa muchedumbre furiosita que asiste a la condena de Jesús (ver plano desde enmedio de la gente filmando a Jesús desde la distancia).

Reconozco que tras ver Teorema de Pasolini, quise ver esta película pensando morbosamente que alguna sorpresa dejaría Pasolini en la cinta. Nada más lejos de la realidad, no hay nada estridente ni que se salga de guión tal y como esperaba. Pero a pesar de ello, el resultado final de la película es bueno. No dejo de recomendarla, aunque solo sea para ver la historia de Jesús desde un punto de vista más austero, humilde y desmitificado.
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13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El Mesías ha llegado.
En el año 2004 nos bombardearon sin compasión con "La pasión de Cristo" de Mel Gibson , película deleznable donde las haya que a pesar de todo ,muchos fuimos a ver esperando algo interesante- incluso creo que se reestrenó al año siguiente , en el 2005, en plena Semana Santa-. Desde que vi sin embargo "El evangelio según san Mateo "(1964) de Pier Paolo Pasolini, hace años , me di cuenta de que estaba ante la mejor obra de género bíblico realizada en toda la historia del cine , incluso más allá de las costosas superproducciones holliwoodienses que nos presentaban a un Cristo más bien anglosajón : o sea , rubio , barbudo y de ojos azules.

Pasolini fue un ateo confeso admirador , sin embargo , de la figura de Jesucristo- el primer comunista , como sabiamente diría Joaquín Sabina citando a no sé quién-. Para hacer este film , siguió fielmente las directrices del neorrealismo italiano , es decir -entre ellas - la de escoger actores no profesionales: y es ahí donde nos encontramos a Enrique Irazoqui , un estudiante de económicas de asdendencia vasca que representa un papel principal estelarmente , a pesar de su escasa experiencia en este sentido. Aguanta parlamentos abundantes con primeros planos y con una seguridad pasmosa y vemos en él una mirada suspendida en misticismo que impresiona al más ateo .La peli está repleta de primeros planos , panorámicas y travellings de una limpieza y libertad que solo entenderán quienes hayan visto alguna obra de Renoir - salvando las distancias, of course-.

Pier Paolo no escribió ningún guión para este film , sino que siguió fielmente el Nuevo Testamento en los diálogos y monólogos de sus personajes. Éstos llaman la atención por poblar paisajes áridos , desérticos , desnudos y por mostrar rostros -maquillados o no , lo desconozco - ajados y propios de un lugar como el que desmenuza la Biblia.En definitiva , todo apunta a un realismo hipnótico y a la par duro que difiere mucho de lo sanguinolento expresado en "La pasión de Cristo".

Su música es otra de las protagonistas , puesto que si hago memoria en mi imaginario cinematográfico, tengo dos piezas musicales unidas inexorablemente a su correspondiente film - aunque la obra musical lo precediese- , éstos son "Muerte en Venecia" con la 5ª sinfonía de Mahler y "El evangelio según san Mateo " con "La pasión de Cristo" de J.S. Bach.

Puede que yo no sea cristiana -porque creer en dios es un lujo que no puedo permitirme , tal y como decía Woody allen en "Delitos y faltas" - pero si algún día empiezo a creer será por el visionado de este film , y no por la lectura de la Biblia.
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9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El sueño, la duda, la búsqueda, el cansancio.
No resulta difícil cuando te educan en la religión cristiana dejarse hechizar por lo que no es si no una especie de cuento de hadas no demasiado diferente de los que llenan nuestra infancia. La historia de Jesús penetra con mucha fuerza en los primeros años de nuestra vida más aún si eres como era mi caso un niño imaginativo, inquieto y soñador. Así sucedió conmigo en aquellos días en los que alternaba la misa dominical, la preparación de la primera comunión y el catecismo con Dumbo o con Mary Poppins. Todo formaba parte de mundos alternativos donde las cosas propias de los sueños eran posibles. El cristianismo, así enseñado era entonces una parte importante de mi interior y veía en Jesús un amigo cercano que me protegía en los momentos de miedo e inseguridad.

Sin embargo no te prepara el cristianismo para todos los cambios que se presentan cuando la niñez comienza a esfumarse y la desorientación se adueña de tu ser en los años venideros. Paulatinamente vas descubriendo que aquel amigo invisible que al parecer tanto te amaba no aparecía por ninguna parte cuando requerías de su ayuda y que todo dependía en mayor o en menor medida de ti mismo. Suelen ser años de crecimiento donde la duda deriva en muchos casos en la perdida de la fe. En mi caso dejé abierta una pequeña puerta para que ya que el supuesto camarada Jesús parecía estar demasiado ocupado para dedicarme un par de minutos de su tiempo, supiera que a pesar del desplante continuo había una parte de mí que aún seguía creyendo en el sueño.

Alejado de toda religión en la edad adulta continué teniendo sin embargo la necesidad de seguir buscando al menos un destello donde solo había opacidad y fui descubriendo diversos puntos de vista que hasta entonces desconocía. Si se profundiza en Jesucristo la historia católica oficial se queda en una superficie que solo se complementa con multitud de diferentes prismas, desde los evangelios apócrifos a las diferentes visiones que tienen de él otras religiones pasando por las aportaciones de la ética y la filosofía. Pero todo este estudio detallado de quien fue en realidad aquel llamado El Cristo a pesar de resultar cautivador por novedoso e incluso sorprendente en ocasiones, terminó derivando en una postura agnóstica casi por agotamiento. El problema resultó ser el de siempre. He leído y escuchando tantas cosas pero en realidad, escurridizo amigo ¿Dónde estás?
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8
SAN MATEO
Algo impensable me resultaba el relacionar un pasaje del maestro Jesús en manos de Pasolini. Y es que a mis 17 años en aquel entonces en donde yo solo había visto “El Decamerón” y “Edipo Rey” Películas de amplio estudio a nivel bachillerato. No concebía tal relación.
Pero volviendo a este director italiano, heredero del neorrealismo. Y ahora 23 años después, y siguiendo el trabajo artesanal de Piere Paolo; debo reconocer que Pasolini tenía una forma brutal de llevar sus ideas al cine. Atrevido, controversial y sobre todo terriblemente político, en aras de expresar sus ideas, resulta agresivo a las conciencias de todos los tiempos. Por eso sus obras resultan atemporales.
Dícese que estaba a favor de las masas. Yo creo que estaba solamente a favor de su arte.
Los rostros cuadrados y marginados de “El Evangelio según San Mateo” no reflejan una idea religiosa, sino un espíritu rebelde y anarquista que encontró acomodo en los pasos del maestro Jesús.
No condeno a Pasolini, porque no buscaba poder. Ningún artista es morboso. Por eso los altos mandos religiosos aprobaron su trabajo en esta ocasión.
Pasolini, aún así… pisó callos y conciencias. Ya que su arte es incomprendido en nuestros días.

“Todo arte es completamente inútil, la belleza es una forma de genio, la belleza es un milagro de Jesús… el espíritu que anima el alma de Pasolini”
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10
Según Pier Paolo
El que la generalmente considerada mejor película sobre la vida de Cristo sea obra de un rojo y ateo puede ser debido a que Pasolini se tomó el reto fundamentalmente como una adaptación literaria. Al fin y al cabo, el evangelio es un libro. Recogerá o no hechos históricos, será o no de inspiración divina o reflejará sencillamente leyendas y doctrinas surgidas de aquí y de allá. Pero, en uno u otro caso, es un libro. Y Pasolini es un gran adaptador literario. No busca recrear lo narrado de forma que resulte verosímil sino que en sus películas lo escrito sigue pareciendo escrito. Los apóstoles marchan detrás de Jesús como hipnotizados cuando él los recluta porque así es como está narrado. Los ángeles son rostros hermosos en saya que no pegan nada con el resto del escenario, porque así son en el texto. Las conversaciones no tienen asomo de verosimilitud sino que reflejan el debate que el texto transmite. Y el resultado es magnífico y de total coherencia. En ninguna película, por cristiana que intente ser, las palabras evangélicas adquieren la intensidad que tienen en ésta: en primeros planos que se suceden (a veces no del rostro), en discursos que se encadenan, alternando un acento de dulzura con otro de briosa censura. El uso de la cámara al hombro, colocada detrás del público que asiste a una predicación, provoca al espectador la sensación de ser un curioso más que se apelotona para vislumbrar qué es lo que mira todo el mundo. La sobriedad de escenarios y vestuario no coarta su credibilidad básica. Y aunque la palabra de Cristo prevalece sobre los hechos milagrosos, estos están igualmente presentes, mientras que la secuencia de la crucifixión toma el dramatismo y la crudeza precisas, sin necesidad del gore que tanto entusiasma a los teólogos de vocación masoquista que tanto aplaudieron la versión de Gibson.
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9
Moral cristiana y marxismo
Tuvo que ser el marxista y heterodoxo Pier Paolo Pasolini quien nos ofreciera la mejor película que se haya filmado sobre Jesús de Judea. Tomando como base el evangelio de Mateo, el director italiano pinta un fresco muy real, doloroso, lacerante sobre la vida, pasión y muerte de la figura más importante de la Historia. Pasolini nos muestra a un Jesucristo tal y como nos lo enseñaron en el colegio, humilde y cercano a los más desfavorecidos.
La banda sonora, con los recurrentes temas de la pasión bachiana y la música para un funeral masónico de Mozart, acompaña muy bien todo el recorrido de la cinta, subrayando los momentos álgidos. Un actor español, Enrique Irazoqui, interpreta su personaje a la perfección. La propia madre del cineasta, ese gran pensador del marxismo que fue, interpreta a María, madre abnegada que llora ante el suplicio de su hijo (sigo en el spoiler).
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7
Jesucristo despojado de glamour
Pasolini tiene el gran mérito de dar un giro decisivo a la iconografía cinematográfica usual hasta ese momento. De un Cristo de cabellos rubios, ojos azul celeste y túnica al viento, rodeado de campanudas voces celestiales, pasamos a este Mesías moreno y sencillo que predica con la aridez de un dirigente obrero. No contento aún, lo presenta sobre el escenario en blanco y negro de los hechos y lo rodea de una pandilla de desarrapados que parecen sacados directamente de "Accatone". Resulta curioso el cameo del propio director haciendo de "rey negro" y chocante la dedicatoria de la película al Papa Juan XXIII. Quizás no era aún Pasolini el "forajido" que llegaría a ser o puede que aquella Iglesia del aggiornamiento no era aún incompatible con él del todo. De hecho esta Pasión no prescinde de la carga ultraterrena, a pesar de presentarnos a un Cristo más humano. Desde luego hay un antes y un después en el género, aunque Zeffirelli vuelva al preciosismo años después. La influencia en cuanto a escenografía se hará notar en "Jesucristo Superstar" y el afán de realismo reaparecerá, en versión gore, en el Cristo de Mel Gibson. Con todo la película llega a hacerse aburrida; quizás tenga que ver con que conocemos demasiado la historia y sabemos que el jicho muere (y resucita) al final.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Jesús de Pasolini
Película de la que hay que destacar su sencillez, pequeña ante otras grandes producciones que abordan la temática de Jesús. Sin embargo, esa sencillez es la que le da garantía a este film, centrándose más en la importancia de los textos bíblicos en los cuales se basa la historia.

Pasolini se sumerge en darle fidelidad a estos textos, realizando innumerables primeros planos a los distintos protagonistas. Una obra realista, sincera y bien realizada (en términos de la historia), un aporte importante dentro de este género cinematográfico, realizado curiosamente por alguien ateo y homosexual.

Una película interesante para cualquier persona sea o no religiosa, de una u otra forma todos nos hemos visto envueltos en la figura de Jesús y la percepción grandilocuente que se tiene de él. Hay que obviarle los efectos a esta obra tan sencilla, un punto aparte la música, extraordinaria.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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