35 Críticas de los usuarios

Ya tenía yo ganas de escribir un comentario acerca de una película de Jacques Tourneur, un director cuyo nombre estaría entre los más grandes del séptimo arte de haber contado con más medios y mejor suerte. Pese a ello, su obra es un ejemplo de variedad, brillantez (formal y narrativa), economía y oficio, cualidades que no muchos colegas de profesión pudieron reunir al mismo tiempo. Posee una gran facilidad para lo interesante, y muy particularmente para sugerir inquietud y desasosiego en el espectador, que al ver sus filmes experimenta sensaciones similares a las que genera la lectura de los relatos de Poe, o como es el caso de esta película, de Montague R. James.

Debo señalar que el presente filme es uno de mis favoritos dentro del género de misterio y terror que tan brillantemente abordó Tourneur en obras como "Cat People" o "Yo anduve con un Zombie". El argumento, que aborda el culto al diablo y la dialéctica entre superstición y escepticismo (lo irracional frente a lo racional, las creencias frente a los hechos), toma como eje fundamental el personaje interpretado por Dana Andrews, un científico escéptico que se verá enfrentado a ese mundo oculto y sobrenatural que rechaza. Una vez más encontramos en él una figura arquetípica en la filmografía de Tourneur, la del "héroe" que no alcanza a comprender lo que sucede a su alrededor, viendo crecer en su interior dudas irresolubles que le llevan a cuestionarse sus certezas; esta concepción del protagonista es muy acertada, pues sirve para establecer una identificación poderosa con los espectadores de la película.

El estilo del que Tourneur hace gala en esta obra es soberbio, y sólo presenta algunos inconvenientes narrativos que abordaré más adelante; el empleo de la luz, y sobre todo el papel que juegan las sombras como potenciales fuentes de inquietud y amenaza se revelan como las mejores bazas formales (véanse la sugerente secuencia inicial con Harrington al volante, o la de Dana Andrews huyendo por el fantasmagórico bosque), si bien hay que resaltar la importancia que se concede al sonido, especialmente en la magnífica secuencia de la tormenta, y la relevancia de la banda sonora, que acompaña y subraya adecuadamente la narración. No sólo el argumento (bien construido a través de un guión francamente notable) abunda en la ambigüedad del filme, sino que el conjunto de los hallazgos formales refuerzan tal impresión, bien apoyada además por la correcta labor del protagonista, Dana Andrews, y muy especialmente por el personaje que interpreta Niall MacGinnis, un amable y educado Julian Karswell cuya otra cara constituye, por sí misma, una fuente de desasosiego; la interpretación de Peggy Cummins, por el contrario, me pareció algo floja, aunque es cierto que su personaje tiene menos interés que los otros.

En cuanto a los inconvenientes antes apuntados (que tienen que ver con la materialización de su satánica majestad), paso a comentarlos en spoiler.

El Demonio ha sido siempre una de las criaturas más visualmente aterradoras de la historia del cine, aunque últimamente lo suelen asociar con la reencarnación de un niño con cara de psicópata, con todos esos remakes mal hechos, únicamente comerciales.

Los primeros minutos de la película son brillantes. El sonido, el ambiente en general te atrapan en una espiral de suspense y terror muy lograda. La imagen del Demonio es magnífica (aunque antigua).

Me fascina el escepticismo de Dana Andrews, su inquebrantable convicción de la no existencia de la magia y el Diablo. Este personaje me recordó mucho a la posterior ''mujer escéptica por excelencia'', Dana Scully, en X Files. Misteriosa y curiosamente tienen el mismo nombre.

Una escena que me resultó interesante es cuando Doc. Karswell les explica, a los que no creen en el esoterísmo, la diferencia entre la magia negra y la blanca, y para ello provoca una especie de tormenta. Karswell es el típico doctor que parece que es un demente, pero desde el comienzo hasta el final es el más cuerdo de todos.

Desde lo personal diría que el film me recordó a la atmósfera utilizada por Roman Polanski en muchas de sus obras. Un poco ''incómoda'' en el plano psicológico, pero realmente increible.

Es totalmente recomendable.

Película de terror i horror realizada por Jacques Tourneur (1907-1977) (“La mujer pantera”, 1942). El guión, de Charles Bennett, Hal E. Chester y Cy Endfield (no acreditado), adapta el relato breve “Casting of the Runes” (1904) de Montague Rodes James (1862-1936). Se rueda entre el 9 de noviembre y el 22 de diciembre de 1956 en Inglaterra (Londres, sala de lectura del Museo Británico, aeropuerto de Heatrow, los llanos de Salisbury, etc.) y en los Associated British Picture Studios (Elstree, Borehamwood). Producido por Frank Bevis para Sabre Films Production y Columbia Pictures, se estrena el 17-X-1957 (Londres).

La acción dramática tiene lugar en Londres y en otras localidades del entorno, a lo largo de 6 días de otoño de 1956. Los personajes principales son John Holden (Andrews), eminente psicólogo norteamericano; Joanna Harrington (Cummins), maestra de escuela; y Julian Karswell (MacGinnis), especialista en magia blanca y negra. Holden es simpático, amable, encantador y racionalita. No cree en la existencia de poderes sobrenaturales y satánicos. Joanna, sobrina de un profesor dedicado a la investigación del renio de las sombras, cree cada vez más en los poderes de la oscuridad. Julian es el líder de un vasto grupo de personas de todo el mundo que creen en los poderes mágicos malignos. Conoce los secretos del manejo de los maleficios y de los poderes ocultos. Gracias a ello ha acumulado un gran patrimonio y percibe cuantiosos ingresos.

El relato está construido desde el punto de vista incrédulo de Holden, que es con el que se siente identificado el público. El desarrollo de la historia va sembrando dudas en el ánimo del espectador, que gradualmente se siente atraído por la simpatía y el atractivo de Joanna. La narración se sirve de ruinas de tiempos remotos, incisiones en piedras del megalítico, libros medievales, símbolos primitivos anteriores al alfabeto, inscripciones maléficas y el testimonio de una historia que habla de culto al demonio, brujería y poderes tenebrosos desde la más remota antigüedad. Envuelve la acción en una atmósfera sombría y opresiva que retiene la atención y destila inquietud y angustia. Emplea fugazmente algunas imágenes directas que suman tinieblas (humo), fuego y horror, pero la base del discurso se apoya mayoritariamente en la sugerencia y la insinuación. Tourneur siempre sostuvo que el terror imaginado es mucho más penetrante y demoledor que el terror visto directamente.

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193/17(15/06/11) Entretenidillo film de Jacques Tourneur, sin más, el misterio, el terror y la brujería se dan cita en este trabajo. John Holden (correcto Dana Andrews), científico americano que es convocado en Londrés para dar su escéptico punto de vista sobre el culto a Satán, allí topa con Julian Karswell (buen Nialll MacGinnis) un gurú de la magia negra con el que mantiene una disputa psicológica, lo que le lleva a cuestionarse sus incrédulas convicciones. La cinta la ha maltratado el tiempo, su terror ha quedado en simpáticas escenas, incluso está el grave error de mostrarnos al monstruo al principio, con lo que el misterio y el horror a lo desconocido queda anulado, al verse le resta magia y nos traslada a lo más rancio de la serie b, la elipsis hubiera ido a favor de dar mayor calado al producto. Su ritmo narrativo es ágil y fluido, no te aburres, la intriga por saber que ocurrirá con la maldición de que morirá Holden te mantendrá atento, así como la lucha entre los creyentes en lo sobrenatural y los pragmáticos escépticos intenta mantenerte la incógnita de que es real y que falso, y digo intenta pues desde el comienzo queda claro de qué lado se decanta el realizador, y esto va en perjuicio de la ambigüedad que hubiera requerido la cinta. El personaje de Peggy Cummins resulta forzado, carece de interés y solo está como elemento de romance, es un lastre, además de ser una actriz insulsa. Es una cinta que tiene el encanto propio de la serieb, pero que no pretende ni alcanza más, es de los productos que dormirán en el baul de lo olvidable. Fuerza y honor!!!

Viendo esta peli te puedes convertir, fácilmente y sin darte cuenta, en idólatra del demonio. Es adorable. Aparece entre los pinos, previas chispitas de fuego, y al mirarle a los ojos te entran ganas de ponerle un lazo y llevártelo a casa para dejarlo sentadito de adorno sobre la cama.

La peli es una meritoria adaptación de “El maleficio de las runas” de M.R. James, que no se ciñe literalmente al relato, pero sabe aprovechar lo mejor de éste y aportar un enfoque más renovado. Cuando metes mano a algo que estaba bien hecho, rara vez el resultado es óptimo. Aquí tenemos una rara excepción, la más interesante versión satánica del juego de tú la llevas.

A Tourneur le sobran mañas para contar sus historias de terror y fantasía y, aún así, nunca le había visto tan inspirado como en esta peli, que es de serie B, pero tiene factura de calidad serie A superior.

Hechizante.

Inspirada en un magnífico relato del autor inglés de cuentos de terror M. R. James, La noche del demonio se nos presenta como una aproximación al mundo del esoterismo y el satanismo de corte original y distinto. Es cierto que no era una faceta muy explorada en aquellos años cincuenta, pero incluso a día de hoy, y a pesar de que juega con ciertos convencionalismos que le podrían restar efecto, resulta ciertamente curiosa. Enfoca la maldad desde un ámbito más humano; hace del demonio un actor casi amoral, por encima del bien y del mal, ensayando indiscutiblemente una representación Lovecraftiana del mismo. La locura es otro personaje importante en la historia, como lo fuera en los relatos de Howard Phillips, que encuentran en esta película una bien merecida, aunque indirecta, aproximación. En el plano técnico Tourneur logra, con una iluminación y una fotografía soberbias, el ambiente que un film de esta índole requiere, que se desarrolla entre sombras, brumas y medias luces.

A diferencia de La mujer pantera aquí el ¿animal? se muestra de verdad. Nosotros no somos los excépticos con el demonio. El único que lo es no durará mucho entre nosotros. Anuncian a bombo y platillo su muerte para dentro de tres días. A partir de ese momento pasarán tantas cosas que hasta los no creyentes las pasarán muy mal. Jacques Tourneur maestro del cine B nos muestra una historia apasionante con cuatro toques geniales; otros maestríllos de clase A se tiraron toda la vida para no conseguir más que una fama a costa de no contar casi nada. Y a mí el demonio a la cuarta visión me ha dejado cagado de miedo. Si encuentran un pergamino mejor que se lo pasen o terminarán con el dodotis manchado.

Suscribo todo lo que se ha dicho sobre Tourneur, un cineasta que no siempre contó con los medios que hubiera querido y que sin embargo posee una filmografía variopinta y de lo más digna. Tal vez Tourneur estaba destinado a quedar en un segundo plano, tal vez el reconocimiento tardío que se le da a día de hoy sea una consecuencia más de su biografía. Si Tourneur es quien es en el universo cinematográfico es por películas como "La noche del demonio", bien construida, impecable en muchos aspectos y entretenida de principio a fin. Mi reflexión sobre el director aquí queda, tal vez estaba predestinado a hacer este tipo de películas y de otra manera no podía ser. Las veces que me ha decepcionado, que también las hay, ya casi está olvidado.

La historia de brujos, magia negra, hechizos y materialización física del mal está muy bien llevada, incluso creo que es posible que más de un espectador quede atrapado por su atmósfera y opine que "La noche del demonio" supone una verdadera obra maestra, una joya por descubrir. Yo no llego a tanto, tiene mucho mérito pero se queda varios escalones abajo antes de tocar el techo. La barba de chivo del malo es maravillosa, y la fiesta con los niños en la mansión son momentos tremendos. Además Tourneur pone encima de la mesa los elementos del sempiterno debate entre la razón, la ciencia y lo paranormal o incognoscible. No está nada mal llevado. Si en lugar de Dana Andrews (que no es que lo haga mal) tuviéramos a la superestrella del momento (más que él) la película la habría visto más gente, desde luego... Qué le vamos a hacer, son las cosas del destino, este es el cine de Tourneur. Personalmente a mí la historia de amor me repatea bastante y la materialización de su malvada majestad entre nieblas y rayos me ha parecido eso, muy de Tourneur.

En definitiva, imprescindible para los amantes del género de terror. El resto la podrá disfrutar comedidamente, tal vez como yo, no es mala película, eso desde luego.

A todo se llama hoy película de terror. Esta no lo es en modo alguno. Quisiera ser una película sobre la existencia del Demonio, pero el relato en el que se apoya en muy superficial. Si el Demonio es una criatura de Dios, algo de verdaderamente sobrenatural debería haberse mostrado.
Pero, dejando eso a un lado, el guión es muy sólido, Dana Andrews siempre fue un gran actor, la música es muy buena, el blanco y negro se presta mucho a esas luces entre sombras, herencia máxima del expresionismo.
Sobre todo, se nota que los años cincuenta eran todavía los de una buena racha de cine honesto, sin trucos, directo, al grano.
Por eso, lo peor de la película es la aparición, dos veces, de una figura del Demonio que hoy hace reír (y me imagino que también entonces).
Es sabido que fue una insistencia del productor (como tantas veces) y que Tourneur no las quería.
Claro que existe el Demonio, pero es invisible, porque es espíritu y un gran misterio, el del mal.
De esto último en la película no hay ni rastro.

Hipnótico, esotérico y sobrecogedor cuento (inspirado en el relato breve fantástico "Casting the Runes" de M.R.James) que sabe hallar el necesario punto de equilibrio a una trama en la que el misterio, la sutileza y las sugerencias sobrenaturales devienen determinantes.

Tourneur rueda con mucha concisión narrativa para transmitir una sensación de incierto desasosiego al espectador: atempera la narración y huye de las fanfarrias y efectismos (determinación que provocó las disputas con el guionista y productor ejecutivo, Hal Chester, responsable de los dos planos donde sale el demonio que no rodó Tourneur).

Y es que la presencia del demonio (su inclusión física) generó una enorme controversia (al desvirtuar por completo el ambiente de la obra, si bien le añadió cierto encanto y supone todo un alarde creativo). La exposición del monstruo convirtió el filme en una película de terror en lugar del filme de terror psicológico que Tourneur quería crear.

La película vertebra su discurso en torno a la noción de subjetividad, la desconfianza hacia las sensaciones que los sentidos nos proporcionan y el relativismo de todo punto de vista.Todo plano es así sospechoso de estar sujeto a la influencia de lo sobrenatural. Tourneur filma una historia en sí poderosa, muy disfrutable para el amante del terror y muy bien construida.

Jacques Tourneur hizo una película magistral de terror psicológico: "La mujer pantera".

Esta no le llega ni a la altura del ombligo, pero tampoco lo pretende. Es sólo un entretenimiento al estilo "The Twilight Zone".

Le da cierto morbillo que traten de temas satánicos, que eso siempre da el pego en el cine. Dana Andrews está convincente como escéptico científico que investiga a una secta satánica. Pero el que está logrado de verdad es el líder de dicha secta. Está muy gracioso en la escena del tren.

Lo efectos especiales cojean un poco, pero es perdonable.

El maestro Tourneur da una clase magistral de como utilizar las sombras en el cine en una película que se asoma a sus inicios y en la que se pueden hallar vestigios de Yo anduve con un zombie, y de La mujer pantera.

Para esta lección utiliza a un gran actor como Dana Andrews y se apoya en una banda sonora que sabe darle al film ese toque demoníaco.

Sin ser una de sus mejores películas no concede ni un minuto de metraje que no sea necesario, algo que en el cine actual, como también en la literatura, desgraciadamente es habitual para amortizar o compensar el presupuesto o precio de la misma.

Entretenida película de terror, muy bien ambientada, gracias, en parte, a la banda sonora, aunque los efectos especiales son algo escasos, sobretodo demonio, que es un poco cutre (no se puede pedir mucho contado que es una película de serie B) y lo peor es que sale al principio de la película, esto hace que pierda todo el misterio. Eso el algo que me llama la atención ya que Jacques Tourneur ha demostrado en otras películas que sabe resolver las escenas de terror sin tener que mostrar a “la bestia”. Por lo demás la película tiene un buen ritmo y puedes pasar un rato agradable viéndola.

La noche del demonio de Jacques Tourneur es un film fantástico de terror e intriga de serie B que brilla con luz propia. Dirigida con un ritmo activo y con un estilo valiente por tratar la magia negra en una época en la que estaba poco aceptada, es una obra con una atmósfera misteriosa que inquieta y hace dudar al espectador incrédulo sobre la veracidad de lo que se cuenta en la historia, completando una obra singular e innovadora para su momento que crea gran interés y gustará al público en general. Realizada de manera provocadora tiene un resultado eminente que gusta descubrir.
La fotografía en blanco y negro es alusiva y está repleta de imágenes misteriosas y tenebrosas que atraen al público y lo desconcierta en una labor estéticamente apropiada. La música es intrigante gracias a unos sonidos que inquietan e incluso hipnotizan en una tarea estimulante que acompaña el film en los momentos oportunos. Los planos y movimientos de cámara completan un correcto trabajo a través del uso del seguimiento, detalles, subjetivos, retroceso y cámara en mano informales pero efectivos.
Las actuaciones son auténticas y verosímiles. Como protagonista Dana Andrews está contundente en una brillante labor que enmarca con carácter propio, siendo adecuadas también las interpretaciones de Peggy Cummins, Niall MacGinnis, Maurice Denham y Athene Seyler entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios elegantes e impolutos en los principales y unas caracterizaciones sobrecogedoras en determinadas escenas. Destacan también unos efectos competentes y bastante aceptables para la época en cuestión.
El guion, escrito por Charles Bennett y Hal E. Chester y basado en la historia de M.R. James, es enigmático y tiene una trama profunda que pone en serias dudas a los incrédulos sobre la veracidad de las brujerías y lo fantástico, tanto dentro como fuera del film en una acertada labor que es arriesgada para la época pero que sin embargo tiene gran calidad cinematográfica dentro del cine de serie B. Para esto emplea una narrativa recóndita con voz en off al principio mencionando una cita añadiendo misterio a la película, siendo el resto clásico e intrigante en una pertinente tarea que aumenta la curiosidad del film.
En conclusión, la considero una obra esencial en la filmografía del director y en el género de serie B, ya que aún siendo una cinta de bajo presupuesto saca de lo mejor de sí y atrapa al público con una trama atractiva que está envuelta en una atmósfera de inquietud e incertidumbre, cautivando no solo a los seguidores del género sino al público en general. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, efectos, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que convierten a La noche del demonio, en un film sustancioso al narrar una historia que está envuelta en un ambiente de intriga muy eficaz hasta el final.

Durante la Antigüedad (período greco-romano) y la Edad Media (siglo V al XV), en Escandinavia y las islas británicas (y en parte de Europa) se usaron unos alfabetos cuyas letras se llamaron runas (de run=runa en gótico: secreto, susurro. En finés, runo, también significa poema). En Escandinavia, se creía que las runas eran de origen divino, un regalo de Odín para la especie humana. En una época más reciente, los grupos esotéricos y también neopaganos comenzaron a encontrar cierto uso mágico y ritual de las runas, e incluso los nazis comenzaron a usar algunas letras en su simbología político-militar.

Así las cosas, de simple alfabeto como las usaron los pueblos del pasado; con un cierto aire sagrado que nutría la convivencia y el conocimiento como las aplicaron los esotéricos… ahora las runas servían también para los propósitos non-sanctos de organizaciones decadentes y tenebrosas.

Atraído desde muy chico por la literatura antigua, el inglés, Montague Rhodes James (1862-1936) pasó su vida entre viejos manuscritos… visitando antiguas ruinas… rebuscando en templos abandonados… reunido con historiadores, arqueólogos y paleógrafos… todo esto al punto de que nunca tuvo tiempo para casarse y formar una familia. Convertido, entonces, en un respetado erudito, James asumió como pasatiempo escribir historias de fantasmas y cuentos de terror… siendo así que se hizo famoso, pues, el resto de lo que escribía, sólo interesaba a los más avezados; y aunque se llegó a tenerlo como el mejor escritor de ghost stories, él humildemente anteponía a, Sheridan Le Fanu, como el mejor autor, incluso por encima de Edgar Allan Poe.

A, James, se le abona que, a los fantasmas -hasta entonces pertenecientes a tiempos muy antiguos- ahora él los hace presentes en la sociedad burguesa del siglo XX, y consiguió publicar 5 volúmenes que incluyen 31 relatos; y en el segundo, “More Ghost Stories of an Antiquary” (1911), incluyó el cuento, “Casting the Runes” (El Maleficio de las Runas) que, casi medio siglo después, interesaría al escritor, Charles Bennett, quien compró los derechos e hizo una versión muy libre que tituló, “The Haunted”, la cual vendió al productor, Hal E. Chester… hecho del que se arrepentiría, porque recibió enseguida una llamada de la RKO, diciéndole que quería comprar su guion para que, él mismo, lo dirigiera; y luego, las modificaciones que hizo Chester a la historia cuando por fin, Jacques Tourneur, se encargó de dirigirla, tampoco lo complacieron. Por su parte, Tourneur también se llevaría un tremendo disgusto cuando, con posterioridad a la entrega del material rodado, la productora incluyó imágenes del diablo que él no deseó rodar ni mostrar nunca.

En fin que, <<LA MALDICIÓN DEL DEMONIO>>, parece que alcanzó a casi todo el mundo, pues, siendo una historia de, M.R. James, luce muy distanciada de lo que él escribió. Teniendo un guion firmado por C. Bennett, éste no se vio identificado con lo que al final se filmó; y aparece firmada por J. Tourneur, más no da cuenta de las cosas como él las deseaba… Pero, contra todo, estamos ante un filme muy atractivo y novedoso que se ocupa del interesantísimo cuento de las runas, alcanzando un nivel de suspenso e intriga bastante sugestivo. El escepticismo y los sucesos paranormales también nos brindarán un interesantísimo contrapunto; y Dana Andrews (el psicólogo, John Holden) vs. Niall MacGinnis (el paleógrafo, Julian Karswell), tendrán a su cargo un impactante duelo de interpretaciones.

Tal vez sea mejor no saberlo… pero, quizás valga la pena saberlo.

Título para Latinoamérica: <<UNA CITA CON EL DIABLO>>

Interesante clásico de terror que combina hábilmente dosis de elementos sobrenaturales con intriga psicológica, todo ello desarrollado debajo de un enigmático halo de ambigüedad donde no queda claro que si las alternativas del filme pasan por lo imaginario o por una realidad paranormal.

La cinta desarrolla en su historia una siniestra investigación por parte de un psicólogo extremadamente escéptico de otorgarle explicaciones sobrenaturales a los misterios que parecen estar relacionados con brujería y magia negra, demonología, encuentros extrasensoriales, acontecimientos esotéricos.
De esta manera se nos propone un complejo y ambiguo espectro de situaciones donde se oscila entre la alternativa de que todo el meollo del conflicto sea un fraudulento episodio que podría ser explicado mediante la ciencia racional o la posibilidad de que haya una base sobrenatural donde entes y elementos fantasiosos entran a interactuar en la peligrosa realidad.

La cinta está liderada desde las actuaciones por Dana Andrews encarnando al descreído psicólogo que trata de fundamentar los hechos mediante la razón denostando la superchería. Lo secundan un escalón más abajo Peggy Cummins como una psicóloga con una postura más abierta frente a los fenómenos paranormales, y Niall MacGinnis como el doctor malévolo que admite dominar las fuerzas del mal.

En la cinta hay momentos bastantes conseguidos desde lo visual gracias a una sugerente ambientación de escenarios interiores y a la sugestión que propician los bosques tenebrosos donde se manifiestan extraños acontecimientos.
Tampoco hay que desmerecer a los rústicos pero tolerables efectos visuales que dan vida al marco intrigante que subyace de fondo detrás de la investigación.

En fin, sin llegar a desplegar altas cotas de efectividad esta cinta tiene un interesante atractivo porque se entromete en ciencias ocultas de manera atrapante, en donde el misterio y el suspense coadyuvan para dar por resultado un producto competente y con un aire demasiado similar a la serie de “The X files” como para tomar como referencia un título similar.

Soy escritor y un amante del Fantástico, en especial del cine de Ciencia Ficción. Nací el año que estrenaron la primera "Guerra de los mundos", así que no me dejo llevar por los juicios rápidos e insensatos; y al igual que Harryhausen o Bradbury sigo siendo un joven lleno de sueños y con mucha imaginación; aunque algo más listo. Me he decidido a realizar una revisión de todos los títulos del género, y comprobar a fecha de hoy su frescura. Ésta merece el calificativo de: BUENA.
Jacques Tourner es un realizador peculiar. Sus trabajos destilan un hálito especial, fácilmente detectable por los amantes del Cine. Abordó muchos géneros, siendo reverenciado por los seguidores del Fantástico por tan sólo dos títulos: "La mujer pantera", y la presente. "La noche del demonio" está basada en el relato corto de M.R.James "La maldición de las runas". Es obvio aseverar que la cinta es muy superior al sucinto relato; pero esto por sí solo no bastaría. El filme es un magnífico ejemplo del áura mágica y envolvente que toda cinta de misterio debería tener, arropada con un ritmo acertado, fotografía sugerente e interpretaciones a la altura. Sus excelencias nos permiten sobrepasar las limitaciones de los pocos efectos especiales que tiene la película, ubicándola en el lugar de honor que merece.

Un psicólogo especializado en desmitificar creencias sin fundamentos científicos, termina siendo "maldecido" por un doctor en ciencias ocultas, que le da un papel con unas letras rúnicas escritas en él, donde le detalla que morirá dentro de 3 días.
La historia en si, es sencilla, la cosa no es el qué, sino el como, y eso es lo interesante, es un buen estudio sobre la lucha entre el escepticismo y la paranoia, que Tourneur logra filmar dándole una atmósfera muy lograda oscura pero a la vez realista, quitando las escenas donde aparece ese patético demonio gigantesco totalmente innecesario, y que según el propio Tourneur, ni siquiera fue filmado por él, sino por el productor, que como suele pasar con los productores en general, quería un producto masticado.
Interpretaciones correctas, y como dije antes, una ambientación muy lograda, realmente superior a la mayoría de las películas de terror que se filmaban por aquella época.

En La noche del demonio Dana Andrews encarna a un escéptico psicólogo que investiga la misteriosa muerte de un colega en Inglaterra con la ayuda de la sobrina del fallecido.

Se trata de una interesante historia sobre la brujería y el demonio contada con rigor lo que hace que resulte convincente. De hecho personalmente la considero una de las propuestas más serias sobre historias relacionadas con el demonio que se hayan filmado.

A pesar de los años que tiene y de tratarse de una producción de serie b, conserva todo su atractivo gracias al buen hacer de su director, al sólido guion y a un idóneo reparto que se toma en serio una trama tan aparentemente fantasiosa. (spoiler)

Cita con el Demonio es un thriller sobrenatural inglés dirigido por Jacques Tourneur. Esta película, muy similar a las producciones de la Hammer Films, encara la premisa del cine de terror con un enfoque más moderno.
La trama sigue los pasos de John Holden, un psicólogo especializado en la refutación de eventos sobrenaturales que viaja a Londres para participar en un congreso. A su llegada, el doctor Holden descubre que su colega, el doctor Harrington, ha muerto bajo circunstancias misteriosas. Entonces el protagonista se embarcará en una investigación que lo pondrá cara a cara con los embrujos y supersticiones que dedicó su vida a desacreditar.
A diferencia de la mayoría de las producciones presentadas por la Hammer Films, esta película no adapta relatos de terror clásicos del siglo XIX sino que se inspira en las obras de H.P. Lovecraft para hacer un guión original. La influencia de este autor se hace notar en la naturaleza de la amenaza antagonista. Los protagonistas no luchan contra un vampiro, una momia o el monstruo del pantano sino contra una entidad abstracta cuya existencia escapa a la comprensión del hombre racional. El protagonista es un hombre de ciencias que debe aceptar la existencia de seres que escapan a su capacidad de comprensión en vez de vencerlos con sus técnicas e intelecto. Más allá de las particularidades de la temática tratada, esta es una producción sumamente entretenida. Apenas si hay tiempo muerto en este guión que mantiene una atmósfera de misterio de principio a fin.
El aspecto técnico está entre los más anticuados de esta producción (a la par del tratamiento de los personajes femeninos). La calidad de los efectos especiales va desde lo digno a lo caricaturesco, los que se pregunten a que me refiero no tienen que hacer más que mirar el póster oficial de la película.
En conclusión, Cita con el Demonio es un clásico del cine de terror inglés. La recomiendo tanto para los que disfruten de las películas de terror antiguas como para los que simplemente quieran pasar una noche de misterio.