Suscribo todo lo que se ha dicho sobre Tourneur, un cineasta que no siempre contó con los medios que hubiera querido y que sin embargo posee una filmografía variopinta y de lo más digna. Tal vez Tourneur estaba destinado a quedar en un segundo plano, tal vez el reconocimiento tardío que se le da a día de hoy sea una consecuencia más de su biografía. Si Tourneur es quien es en el universo cinematográfico es por películas como "La noche del demonio", bien construida, impecable en muchos aspectos y entretenida de principio a fin. Mi reflexión sobre el director aquí queda, tal vez estaba predestinado a hacer este tipo de películas y de otra manera no podía ser. Las veces que me ha decepcionado, que también las hay, ya casi está olvidado.

La historia de brujos, magia negra, hechizos y materialización física del mal está muy bien llevada, incluso creo que es posible que más de un espectador quede atrapado por su atmósfera y opine que "La noche del demonio" supone una verdadera obra maestra, una joya por descubrir. Yo no llego a tanto, tiene mucho mérito pero se queda varios escalones abajo antes de tocar el techo. La barba de chivo del malo es maravillosa, y la fiesta con los niños en la mansión son momentos tremendos. Además Tourneur pone encima de la mesa los elementos del sempiterno debate entre la razón, la ciencia y lo paranormal o incognoscible. No está nada mal llevado. Si en lugar de Dana Andrews (que no es que lo haga mal) tuviéramos a la superestrella del momento (más que él) la película la habría visto más gente, desde luego... Qué le vamos a hacer, son las cosas del destino, este es el cine de Tourneur. Personalmente a mí la historia de amor me repatea bastante y la materialización de su malvada majestad entre nieblas y rayos me ha parecido eso, muy de Tourneur.

En definitiva, imprescindible para los amantes del género de terror. El resto la podrá disfrutar comedidamente, tal vez como yo, no es mala película, eso desde luego.