arrow
Críticas ordenadas por:
Grupo 7
Grupo 7 (2012)
  • 6,5
    35.608
  • España Alberto Rodríguez
  • Antonio de la Torre, Mario Casas, Joaquín Núñez ...
8
Policías de Sevilla
“Grupo 7” está repleta de grandes virtudes. Tantas como para merecer que pueda ser considerada como una de las mejores películas españolas de los últimos años. Si no arrasa en la próxima edición de los Goya a pesar del chiste de mal gusto que significa esa gala, que los de la Academia se dediquen a otra cosa, mariposa. Algo que dice mucho de la personalidad de esta película es su identidad propia. Auténtica. No necesita conformar un popurrí multi-estilo basado en el cine de nadie, ni recurre a trampas exageradas y efectistas que busquen atacarnos directamente, ya sea en su vertiente dramática o en la más cargada de adrenalina. Su drama es real, la acción es posible. Sus personajes son naturales, creíbles y cercanos: hay conexión con el espectador.

La cinta de Alberto Rodríguez puede presumir además de un impecable poderío técnico. Visualmente está llena de fuerza, pulso y capacidad para transmitir lo que hay, ayudada eso sí por un sonido directo y atronador, que atraviesa una magnífica ambientación de finales de los ochenta y principios de los noventa. La banda sonora destila muy buen nivel. En general, la película tiene ritmo y lo sabe administrar con inteligencia durante toda la duración. Toda una limpia de estos policías -hombres de Harrelson “de la casa”- en una Sevilla que debía lucir impecable antes de la famosa Expo ’92, libre de yonquis y tráfico de drogas, no se vaya a decir.

“Grupo 7” es también la película en la que sí, se puede hablar bien de Mario Casas, que sin hacer un papel prodigioso y aún notándose sus deficiencias cumple sobradamente con su papel de aspirante a Inspector que no tarda mucho en contagiarse de los malos modos de sus compañeros, encarnados (además de por un discreto José Manuel Poga) por un inmenso Antonio de la Torre dando vida a un personaje memorable y un -atención- EXTRAORDINARIO Joaquín Núñez en su primer pasito por el cine: éste último completamente suelto, natural y divertido. Una gozada de interpretación la suya. Y lo dicho: yo me uno al Grupo 7, pero dándole un 8.
[Leer más +]
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre sin pasado
El hombre sin pasado (2010)
  • 6,9
    9.028
  • Corea del Sur Lee Jeong-beom
  • Won Bin, Kim Sae-ron, Kim Tae-hoon ...
6
Nueva bajada a los infiernos del crimen
Su capacidad para transmitir sensaciones y no cortarse un pelo a la hora de dibujar las escenas de acción más explícitas y violentas sigue el ejemplo mostrado en los últimos thrillers de acción sur-coreanos, que han creado un género en el que ya sabes a lo que te vas a enfrentar: lo más oscuro de la condición humana visto desde la perspectiva de unos personajes desalmados inmersos en una ascendente y sangrienta espiral de violencia, con protagonistas que generalmente no tienen absolutamente nada que perder. Se aferran a sus propias miserias, a cualquier desconocido que puede ser la única persona con la que puedan estrechar un vínculo medianamente familiar en sus vidas, a esa niña que, como en esta película, comparte con el protagonista el hecho de ser una solitaria, abandonada e incomprendida víctima de lo incontestable. Es la fórmula de películas como “The Yellow Sea” (2010) o la brillante “The Chaser” (2008).

Aquí su personaje central es Tae-Sik (Won Bin), un enigmático propietario de una casa de empeños que refleja su oscuridad en el traje negro en el que siempre va enfundado. Aunque aún no ha estrechado ningún vínculo demasiado profundo con So-Mi (Kim Sae-ron) -una niña que siempre ronda su tugurio- la presencia de ésta cerca de él deja entrever que, en el fondo, el imperturbable protagonista deja abiertas las puertas de poder sentir algún tipo de emoción. El principio de ese “algo” se dinamita cuando unos mafiosos van a por la madre de la pequeña, una prostituta que les ha robado droga. Lo que respecta a las escenas de acción que se suceden a continuación es -a mi modo de ver- impecable, tanto por el pulso por el que se manejan como por la crueldad y cierta originalidad de las mismas.

Si bien es cierto que no rompe esquemas respecto al cine de acción, aporta una frescura necesaria. Las artes marciales y los tiroteos se mezclan con los recursos más vastos e imprevisibles, así como con sorprendentes peleas de cuchillos en las que la rapidez y pulcritud de los movimientos se digiere con mucho interés.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
[•REC]³: Génesis
[•REC]³: Génesis (2012)
  • 5,1
    19.393
  • España Paco Plaza
  • Leticia Dolera, Diego Martín, Mireia Ros ...
3
Perdónenme
Esta crítica va sobre pedir perdón. Sí, perdón por no haberme unido al corro de la patata que tenían montado el resto de los asistentes de la sala, que se reían a carcajada limpia durante el visionado de una película que se dice de terror. Qué daño hace recordar que reírse es gratis, porque aquí con esa excusa tiraban las risotadas hasta por debajo de las butacas. Y no eran de esas risas perplejas ante la estupidez que están presenciando sino de esas que para colmo disfrutan con el espectáculo al que asisten. Les dicen que es un solomillo de primera, el carnicero les pone un par de huesos roídos, y encima se ríen. Y aplauden, como los monitos esos que llevan platillos. Perdón por creer que esta película forma parte de una saga que con su primera entrega consiguió llegar a ser terrorífica y con la segunda -pese a la notoria bajada de nivel y aumento considerable de sus defectos- deleitarnos con algunos momentos magistrales. Perdón por haber leído “precuela” en lugar de “parodia”.

Perdón por haberme puesto las expectativas más bajas de la historia para -tiene narices- no llegar ni a cumplirlas. Perdón por creer que los zombis hacían muecas muy graciosas y daban más pena que miedo. Perdón por haber pensado que el director de la película bien pudiera ser Santiago Segura. Perdón porque no me haga gracia una película de terror, ni una de comedia con un humor tan simple, tan barato, tan inocente. No tengo que disculparme, en cambio, por el hecho de que me hayan gustado las interpretaciones de Diego Martín (“Policías, en el corazón de la calle“, 2003) y Leticia Dolera (“Prime time“, 2008), sin los cuales no quiero imaginarme qué habría sido de esta película. Y tampoco por haber disfrutado con una escena -una de las pocas que me llevo de aquí, junto a otro aislado par- de la guapa actriz ya citada al ritmo del “Gavilán o paloma” de Pablo Abraira, arriesgada elección de un tema que hace muy buen contraste con el momento en el que aparece. Destacan también los meritorios efectos de sonido y, como siempre (esta vez durante mucho menos tiempo, aunque con mejor resultado) las escenas con la cámara al hombro, nerviosas, realistas.

La película, dirigida en solitario por Paco Plaza (Jaume Balagueró se queda en la producción), supuestamente quería meternos en situación y hablarnos del origen de los zombis patrios, pero se queda en una mala comedia negra con pretensiones de terror al por mayor, empañando de sangre y violencia -pero en plan cutre- el convite de una boda que casi gustaba más antes de la invasión de los muertos vivientes. Una película que no se puede tomar en serio y que en su vertiente cómica -al menos a este servidor- no hace ninguna gracia.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
225 de 360 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intocable
Intocable (2011)
  • 8,0
    111.704
  • Francia Olivier Nakache, Eric Toledano
  • François Cluzet, Omar Sy, Anne Le Ny ...
8
Ganas de vivir
Vamos directamente a por sus personajes. Son el claro ejemplo de que los polos opuestos se atraen, de que es más lo que nos une que lo que nos separa, pues siendo ambos completamente distintos activan por obra y gracia del siempre imprevisible juego del destino una extraordinaria, entrañable y divertida relación. Phillippe (François Cluzet) es blanco, tetraplégico, millonario, bien posicionado y de buena familia, amante del arte en general y de la música clásica y la poesía en particular. Driss (Omar Sy) -su cuidador- es negro, goza de una salud plena, se encuentra (o encontraba) en paro, pertenece a una familia deshecha que vive en un barrio marginal, y le encanta escuchar y bailar funky. Ambos coinciden en lo principal: son unas bellísimas personas, alegres y especiales, cuya máxima es la de poder disfrutar de la vida.

Driss irrumpe en la soporífera monotonía de Phillippe para tirar a la basura la bandera de la hipocresía o ignorancia que enarbolan muchos de los llamados tolerantes y/o conocedores del drama que suscita cualquier tipo de discapacidad. Lo verdaderamente doloroso de cualquier afectado por un problema de estas características no es sólo la desgracia que le ha sido impuesta sino la errónea percepción de la gente que les rodea, empeñada en hacer ver a esa persona como alguien distinto y dispensándole por ello un trato diferente y excesivamente protector. “Intocable” rompe esas barreras y nos saca de nuestro letargo para que nos atrevamos a descubrir por nosotros mismos la realidad de las cosas desde una óptica alejada de los tópicos, en esta historia inspirada en hechos reales que se digiere con entusiasmo, entre sonrisas y carcajadas, con el corazón en un puño y la alegría haciéndolo latir con emoción. El buen rollo se apodera de la cinta y uno se siente profundamente ligado a sus personajes, interpretados con absoluta brillantez por dos inmensos François Cluzet (“Pequeñas mentiras sin importancia“, 2010) y Omar Sy (“Corresponsales especiales“, 2009).

Ellos son los pilares de una película que Olivier Nakache y Eric Toledano (“Aquellos días felices“, 2006) han manejado con pulso firme, manteniendo el metraje libre de lagunas y contundente en el recorrido directo hacia nuestras emociones. La película se disfruta muchísimo y su espíritu nos invita a afrontar la vida tumbando los muros del prejuicio racial, social o de cualquier otra condición para mostrar cómo ni siquiera aquello que consideramos como el problema más grande puede ser capaz de derrumbarnos si somos capaces de mantener lo que más transmite esta película: optimismo y alegría.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rocky
Rocky (1976)
  • 7,1
    92.096
  • Estados Unidos John G. Avildsen
  • Sylvester Stallone, Talia Shire, Burt Young ...
8
Un combate ante la vida
“Rocky” no habla sólo del boxeo, sino del combate que todos mantenemos ante la vida. Su personaje es uno de esos humildes luchadores desconocidos que contemplan con tristeza el panorama sombrío que les rodea, aceptándolo y siendo conscientes de lo que pensaban eran sus limitaciones y en realidad eran puertas que pedían ser abiertas. Un poco de fe, un poco de amor o paz interior que ordene sus desconcertadas mentes y se lanzan al vacío de lo que puede ser el fracaso, pero también el éxito. Rocky representa el poco estudiado estereotipo de personas que aún rebosando talento y posibilidades, entierran lo mucho que valen ante el nublado juicio de quienes les rodean, esos tipos que siempre tienen un “estás loco” en la boca cuando te decides a dar el primer paso de una arriesgada aventura.

Sylvester Stallone dibuja con mucho tino un personaje entrañable, que tras su imponente aspecto alberga un corazón que no le cabe en el pecho y que a pesar de lo forzado de algunas situaciones (fulminante evolución de carrera) que apunta el guión, consigue afianzarse como un icono indispensable del boxeo en el cine. La película también recuerda un tema más recurrido, como es el hecho de toda esa cantidad de buitres que sólo aparecen cuando huelen el éxito cercano y que tan lejos vuelan de ti si no hay nada provechoso que puedan sacarte. Si hay un cine que te ayuda a crecer como persona o al menos recordarte una senda que debes explorar, esta película forma parte de esa selección, por levantarte de la silla y recordarte que espabiles, por su mensaje sincero y motivador, por lo mucho que se disfruta.
[Leer más +]
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
800 balas
800 balas (2002)
  • 5,5
    16.092
  • España Álex de la Iglesia
  • Sancho Gracia, Ángel de Andrés López, Carmen Maura ...
8
Desierto de Tabernas
Alex de la Iglesia (“El día de la bestia“, 1995) homenajea el spaghetti-western desde una perspectiva simpática y entrañable que se desarrolla dentro de ese mítico enclave en el que se rodaron cientos de películas de este y otros géneros: el incomparable desierto de Tabernas, en Almería. Sirviéndose de una simple pero emotiva trama central, comienza el argumento con el joven Carlos (Luis Castro) que se desplaza -haciendo creer a su madre que va a una excursión con el colegio- hasta Almería, con el objetivo de conocer a Julían (Sancho Gracia), su abuelo, que trabaja en un espectáculo en el que se hacen representaciones del Oeste. Con una técnica admirable y un desarrollo lleno de buen humor, “800 balas” sabe rendir tributo al género sin dejar de ser auténtica, divirtiéndonos a la par que hace fluir su historia sobra un ‘crescendo’ que no culminará hasta que aparezcan los créditos finales.

Original, atrevida y digna incluso de verse más de una vez, esta película engancha por saber transportar el Oeste hasta la vida cotidiana de un pueblo en nuestros días actuales, mientras mantiene su peso en su humor y en el mensaje de saber aferrarnos a aquello que queremos por mucho que para el resto sea lo más insignificante del mundo. Alterna lo hilarante de muchas de sus escenas con la apabullante acción de una buena parte de su metraje, mientras somos acompañados por toda clase de fantoches, borrachos y vividores que tras tanto juego de vaqueros albergan un buen corazón. Alex de la Iglesia ha sabido hacer aquí una gran curiosidad muy de agradecer dentro del necesitado cine español.

Así, “800 balas” nos dispara con la intención de hacernos reír y disfrutar con las peculiares hazañas de sus simpáticos personajes, protagonizados por un correcto reparto del que sobresale el siempre espléndido Sancho Gracia (“Entrelobos“, 2010), en compañía aquí de un notable Ángel de Andrés López (“Tapas“, 2005) y una buena Carmen Maura (“La comunidad“, 2000) cumpliendo con su papel de la fría y malvada villana de la cinta. Roque Baños (“Frágiles“, 2005) completa una banda sonora muy sugerente que nos trae los mejores recuerdos de las grandes películas del spaghetti-western, reuniendo sus trepidantes partituras en esta entrañable, desvergonzada y divertida comedia que, teniendo auténticos momentazos, no descuida su cara más dramática para hablarnos de los sueños, por pequeños que estos parezcan.
[Leer más +]
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los idus de marzo
Los idus de marzo (2011)
  • 6,7
    30.660
  • Estados Unidos George Clooney
  • Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman ...
7
Once upon a time in Ohio
La última película dirigida por George Clooney (“Buenas noches, y buena suerte“, 2005) hasta la fecha se devora con ganas e interés, mientras su argumento nos hace de guía turístico a través del mundo de la manipulación y la mentira política, ese universo en el que venderías a tu madre por un voto y matarías a tu vecina por un buen puñado de delegados en el caso de las primarias norteamericanas sobre las que fluye esta historia. Llevada con buen pulso, ritmo tranquilo y agradable, pero constante y despierto -jamás aburrido-, golpea la mesa con la fuerza de sus diálogos y el buen trabajo de sus actores, que más que entregados se encuentran cómodos haciendo unos papeles que tampoco exigen demasiado. Clooney ofrece una visión muy pesimista de todos aquellos que nos gobiernan o intentan hacerlo, y no se vende a demócratas o republicanos pese a que su personaje lucha por los del primer partido.

Todos son políticos y por extensión descorazonados, no importa lo que necesite la gente, importa lo que la gente pueda creer que necesita en el momento de la campaña. La chaqueta puede cambiar de color si la cuenta corriente babea y la persona en la que creías hasta ahora puede convertirse en el ser más despreciable sobre la Tierra, teniendo todo esto solución a cambio -cómo no- de un módico acuerdo político en el que ambas partes puedan ver su culo muy alejado de un terreno pantanoso. Pese a todos los aciertos de Clooney manejando el guión que el mismo escribe junto a Grant Heslov basándose en la obra de Beau Willimon, “Farragut North” la película llega a un punto en el que todo lo que podía dar ya está exprimido y la gota de ese jugo resultante es una subtrama (no diré cual) que simplifica toda la maraña que se había estado tejiendo hasta el momento: efectivamente, me estoy refiriendo a un “podía haber dado mucho más de sí, pero se ceban en una sola cuestión”.

Aún así, los minutos dedicados a esa situación que señalo, se emplean sin renunciar al enriquecimiento de sus diálogos, que ofrecen perlas realmente memorables que con la intención de evitar un ‘spoiler‘ no transcribiré. Clooney también es lo bastante inteligente en la dirección para dar a cada cosa su desenlace correspondiente y no dejar -al menos en apariencia- ningún cabo suelto significativo. La elección del reparto es sencillamente extraordinaria.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bronson
Bronson (2008)
  • 6,4
    7.176
  • Reino Unido Nicolas Winding Refn
  • Tom Hardy, Matt King, Amanda Burton ...
5
Mickey Peterson
El mayor problema que puede tener una película es el de que no te cuente nada. Eso es lo que le sucede a “Bronson”, que pone todo muy bonito y bien mediante un pretencioso estilo que combina el virtuosismo visual (estupenda fotografía; atrevido pero a veces despistado montaje) con unas escenas cargadas de trampa. Sus secuencias, adornadas con una estupenda BSO, hacen fluir por ellas los vacíos y repetitivos diálogos de su protagonista, que nada cuentan, nada transmiten y por extensión nada significan. Lo único que hacen es dejar constancia de que en nuestro mundo sí hay alguien que merezca el dudoso galardón de ser el “tipo más estúpido e inútil de la Tierra”. Ese es el tal Bronson.

No se puede sentir fascinación -ni prácticamente interés- por un personaje así, cuyo modus-vivendi se limita a atizar a los guardias y dar paseítos dentro de su celda con cara de malo malísimo, con el único objetivo de que vayan cambiándole de las prisiones que pisa y de las que apenas palpamos su vida. La exploración que se realiza del interior del protagonista es tan limitada como los lugares por los que fluye su lineal y única historia (llena de lagunas), teniendo en cuenta que el tío en el que se basan los hechos ha estado prácticamente toda su vida detenido en régimen de aislamiento: siendo así, disponiendo de tan poco material para hacer esta película por la escasez de trama que puede proporcionarnos este personaje ¿era necesaria realizarla? o ¿se podía haber hecho de otra forma?.

Para compensar ese poco jugo a exprimir del relato, la realización apuesta por dinamitar toda capacidad de transmitir a través de unas soporíferas e incomprensibles escenas surrealistas en un Teatro desde el que Bronson, en una especie de representación de su vida ante un público, escupe más diálogos biográficos, de esos que no quieren decir nada y apenas importan, y donde se ve al Tom Hardy más sobre-actuado de la cinta, cuya interpretación a niveles generales no pasa del aprobado raspado. Mi generosa nota obedece al hecho de que, al menos, es una película con la que se puede pasar el rato, y ofrece una técnica que se puede disfrutar. Pero nada más. No pasará a la historia. Y lo peor es que al terminarla, sigues sin saber quién demonios era ese tal Bronson, o por qué hicieron una película sobre él.
[Leer más +]
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El exorcista
El exorcista (1973)
  • 7,7
    102.671
  • Estados Unidos William Friedkin
  • Linda Blair, Max von Sydow, Ellen Burstyn ...
6
3600 Prospect Street
Hablando desde una evidente falta de objetividad encuentro que esta película es de esas que han envejecido muy mal. Y no por el conjunto de la misma sino por algunos detalles y diálogos ridículos (todos ellos pertenecientes a la trama central de la cinta) que causan desde carcajadas hasta incluso, vergüenza ajena sobre lo que se está contemplando. Generalmente, la cinta es una digna obra de terror, perfecta en todo aquello que sólo busca sugerirnos algo: el problema llega cuando ese algo se convierte en explícito y los momentos que dedican para mostrarlo rozan el esperpento. Hablando tan mal de esta película ¿podría recomendarla? Personalmente, no he encontrado en ella nada que me pueda proporcionar un mínimo de terror, aunque sí goza de cierta magia, aura especial y marcado suspense que se convierten en sus virtudes para que podamos seguir la cinta con mucho interés.

Por tanto, la respuesta a la pregunta que planteo, sería que sí es una película recomendable. Sí por lo que intriga, por lo que aporta al mundo del cine, por Lee J. Cobb, por Max Von Sydow, por el inquietante personaje del padre Karras (Jason Miller), por su confusa atmósfera, por sus brillantes minutos iniciales, por la oscuridad de sus escenas, por la oportunidad de conectar con la posibilidad de una molesta visita del demonio. En 1973 debió ser un bombazo una película que sin cortarse un pelo mostraba -y aquí viene resumida la sinopsis- a una niña poseída que soltaba todo tipo de basura (literal y metafórica) por la boca y que tras ser estudiada por diversos médicos que no encontraban una explicación razonable a su estado, fue puesta en manos de los profesionales de Dios, un par de sacerdotes especializados en exorcismos. Pero llega 2012 y al contemplar que mientras el satánico ser hacía presencia en la joven, el espectador tiene que ser testigo de diálogos de “pedo-culo-caca”, se te cae el alma al suelo. Supongo que el doblaje al español (lamentablemente, la versión que yo he visto) la perjudica enormemente, pues no me encajan demasiado algunas frases tan ridículas como: “Cabrón, fóllame, fóllame, joputa”. Tampoco puede digerirse el risible tono en el que se pronuncian.

De existir el diablo y poder hacer acto de presencia entre nosotros, imagino que el señor Satán nos deleitaría con algunos diálogos más originales que los citados, porque para decir “joputa” y volver a su casa, mejor que se quede velando por las infernales almas que habitan su ardiente hotel. Yo lo reitero pese al riesgo de ser fusilado por todo amante de esta obra: si no hubiese visto esta película en el bendito canal TCM -que se toma muy en serio esto del cine- pensaría que durante los momentos en los que el demonio manifestaba su posesión sobre la niña, lo que se estaba emitiendo realmente era algún viejo sketch de Florentino Fernández (‘Flo’, para los amigos) en aquel añorado programa llamado ‘El informal‘.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Silencio en la nieve
Silencio en la nieve (2011)
  • 5,5
    3.116
  • España Gerardo Herrero
  • Juan Diego Botto, Carmelo Gómez, Víctor Clavijo ...
5
Frío invierno ruso
Evitando cualquier tipo de inclinación ideológica que enturbie la realidad, el destacamento de voluntarios españoles enviado para combatir bajo mando nazi en la Segunda Guerra Mundial y conocido como la División Azul (o la 250 división de infantería integrado en el Ejército terrestre de la Wehrmacht) es de merecido estudio y conocimiento tanto por lo que estas tropas consiguieron como por aquello a lo que se enfrentaron: nada menos que les tocó bailar con la más fea, siendo enviados directamente al Frente Ruso.

En esta película no queda reflejada en absoluto la valentía o entrega de esos españoles que lucharon por lo que creían y no dudaron en dar su vida para aferrarse a sus convicciones, que no discuto si eran acertadas, radicales o difusas por el tiempo en el que se desarrollaban. Y si ese reflejo no se ve contrastado aquí es porque la realización escoge una línea argumental que puede considerarse como estúpida: en pleno frente ruso, con los cadáveres contándose por centenares, la máxima preocupación de una división es la de encontrar al culpable de un par de asesinatos. Además, emplea un tiempo considerable en escenas que se convierten en repetitivas por el abuso de su ejecución. La película entretiene, gusta Carmelo Gómez sobre todas las cosas, grandes minutos los pocos que tiene Francesc Orella, tiene una gran fotografía, está rodada en un inmejorable enclave, pero no llena, no aporta. Una vez terminada, se olvida, se evapora.
[Leer más +]
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kick-Ass: Listo para machacar
Kick-Ass: Listo para machacar (2010)
  • 6,8
    66.487
  • Reino Unido Matthew Vaughn
  • Aaron Taylor-Johnson, Chloë Grace Moretz, Christopher Mintz-Plasse ...
8
"Take cover child!!! Now switch to Kryptoniteeee!!!"
“Kick-Ass” es una película gamberra, fresca, divertida, original, trepidante, sin complejos. Uno de esos antídotos que se convierten en un auténtico chute contra el aburrimiento, una agradecida experiencia necesaria para olvidarte por completo de todo lo que te rodea mientras descubres un mundo de marcado -pero pretendido- acento freak que combina a unos personajes esperpénticos con una historia que, si bien parece querer jugar a parodiar el subgénero de los superhéroes en el cine, aporta una línea argumental muy auténtica que, fiel a las intenciones de la realización, no pretende que se pueda tomar en serio pero sí que se pueda valorar con respeto aquello de lo que eres testigo durante el visionado de la cinta. Su público mayoritario puede encontrarse entre los amantes de los cómics, los adolescentes o los que ya no lo son tanto pero aún conservan dentro de sí ese espíritu rebelde y simpático que nunca debió marcharse.

Dirigida por Matthew Vaughn, basa su trama en el cómic homónimo escrito por Mark Millar y dibujado por John Romita Jr. En esta película su historia nos habla de un marginado chico de instituto llamado Dave Lizewski (Aaron Johnson). Él siempre ha soñado con ser un superhéroe, pero no tiene ningún tipo de poderes: esto es el mundo real y aquí no sucede lo que en los tebeos o el cine. Cargado de intenciones (que es lo único que tiene) y tras comprarse un chirriante traje verde para crear su propio mito heroico, se lanza a la aventura con la esperanza de poder luchar para salvar el mundo: así es como nace Kick-Ass (cuya traducción literal como bien sabéis, es “patada en el culo”). Como en otras muchas historias de superhéroes, el corazón del protagonista alberga sentimientos sobre una preciosa chica a la que no puede revelar su identidad, secreto que tampoco compartirá con sus fieles amigos friki-adictos a los cómics y a ser atracados día si y día también por cualquier maleante con pretensiones de dueño de la calle.

Como bien se dice, nunca hay que juzgar un libro por su portada. Personalmente, creo que “Kick-Ass” tiene un envoltorio que tira de espaldas, pero luego la realidad es completamente distinta: lo que hace es cogerte del cuello, levantarte y zarandearte, animarte, involucrarte en su historia, salpicarte con su adrenalina, sumergirte en la brillantísima calidad técnica que despliega la película y que en nada tiene que envidiar a cualquier otra superproducción que se tome más en serio el género que toca. Su ritmo no para, las historias se suceden y sus personajes caen de maravilla. Desde el protagonista a los nuevos fichajes que éste irá conociendo durante el transcurso de la película.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Código del hampa
Código del hampa (1964)
  • 7,2
    3.101
  • Estados Unidos Don Siegel
  • Lee Marvin, Angie Dickinson, John Cassavetes ...
8
Sheila Farr: peligro de muerte.
Una mujer puede ser el arma más peligrosa que existe sobre la Tierra. Si se lo propone puede convertirse en un impredecible y embaucador demonio con apariencia de diosa, capaz de arrastrarte hasta sus intereses cual lava volcánica descendiendo sobre las laderas de su víctima, impresionando con su exclusividad y desplegando todo su poder destructivo. El dolor que puede causar puede ser comparable al del iluso que se encuentra frente a ese río de lava, que atónito por la belleza de ese espectáculo natural se queda inmóvil para jugárselo todo a una carta e intentar demostrarse a sí mismo que lo que está viviendo no es un sueño, que los sueños han despertado. Y es lo que pasa en “Código del hampa”, película repleta de hombres pero dominada por una sola mujer, una ‘femme fatale’ que aún brillando con la fuerza de una estrella no se hace con todo el universo de esta cinta, pues la obra de Don Siegel (“La jungla humana“, 1968) está tan bien hecha que siempre mantiene equilibrada la balanza de todos sus perfectos personajes.

Basada en el relato que Ernest Hemingway publicó en 1927 en la Scribner’s Magazine (“The Killers”, que dio otra adaptación al cine con “Forajidos”, 1946), la película comienza después de unos brillantes títulos de crédito acompañados por la misma melodía que años atrás compuso Henry Mancini para “Sed de mal” (1958), y que dan paso a un inolvidable recurso para dar el pistoletazo de salida a esta historia (la transición de créditos-inicio de película a través de unas gafas de sol). Charlie Strom (Lee Marvin) y Lee (Clu Gulager) son dos matones a sueldo que tras ejecutar a un hombre quedan llenos de dudas sobre la actitud de su víctima en el momento del asesinato: no se defendió, parecía no importarle lo que pudiera pasarle. Estas sospechas llevan a los dos protagonistas a iniciar sus pesquisas sobre lo que pudiera esconderse detrás, llevándoles la trama hasta varios flashbacks sobre el asesinado, Johnny North (John Cassavetes), que van narrándoles las diversas personas a las que interrogan con no mucha amabilidad.

Los nombres de una impresionante mujer llamada Sheila Farr (Angie Dickinson) y el imponente Jack Browning (Ronald Reagan) salen a la luz junto a una cifra de miles de dólares. Es entonces cuando nos involucramos en una espiral llena de preguntas y respuestas, peligros y desconfianza, que fluye sobre una inteligente estructura en la que la intriga se erige como principal protagonista, dividiéndose la trama en varios frentes que combinan una relación de amor casi imposible, un apasionante enredo planificado para cometer un robo en la línea de “Atraco perfecto” (1956) y el emocionante desarrollo de la investigación sobre los hechos que realizan los dos matones.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Infierno blanco
Infierno blanco (2011)
  • 5,5
    14.354
  • Estados Unidos Joe Carnahan
  • Liam Neeson, Frank Grillo, Dermot Mulroney ...
7
En medio de ninguna parte
Joe Carnahan (“Ases calientes”, 2007) cumple y aprueba con buena nota la misión de ofrecer al cine una nueva película de acción que no esté bañada en los aburridos y previsibles tópicos habituales. Se puede hacer buen cine de este género construyendo lo trepidante desde una perspectiva lógica e inteligente que nos dibuje una película como “Infierno blanco”, en la que su trama explora el viejo concepto de la supervivencia, situando a sus personajes sobre un escenario desolado en el que deberán hacer frente a todo tipo de peligros. Esta es una película que engancha por sus nutridos e interesantes diálogos, asusta por sus sorprendentes y hasta muy desagradables escenas de difícil digestión, y mantiene agudos todos nuestros sentidos para que podamos adentrarnos en su absorbente historia.

El problema llega cuando hay que darle salida a algunos momentos que se finiquitan con desenlaces ‘sentimentaloides’ o muy poco originales, y con una última parte en la que se va desinflando todo lo que tanto había costado conseguir; también, la a veces reiterada y casi abusiva utilización de unos ‘flashbacks’ que tratarán trasladarnos los recuerdos más agradables de su protagonista principal, merman en ocasiones la tensión creada en una escena, por su radical diferencia de ritmo con la secuencia que interrumpen. A pesar de ello, algunos encajan de maravilla y logran la que puede ser la intención del realizador, que es la de inyectar a la trama una buena dosis de tristeza, nostalgia y desesperación, visible en todos y cada uno de los personajes que la componen.

Un avión que se estrella en medio de ninguna parte. Un reducido grupo de supervivientes. Nieve. Lobos. Miedo. Son los ingredientes principales de una trama que nos sitúa dentro de un panorama que parece apocalíptico, con sus variopintos personajes atravesando mares de nieve a temperaturas de veinte grados bajo cero, aturdidos ante su incredulidad sobre lo que han visto, llenos de recuerdos que no desean abandonar, vagamente esperanzados por encontrar una salida, una señal de civilización, alguien que les pueda rescatar, y perseguidos por un peligro aún mayor si cabe que el del frío temporal que les invade y la escasez de medios para afrontar esta difícil aventura: los lobos. Entre los miembros del grupo se encuentra la persona ideal para enfrentarse a esta encarnizada lucha entre el hombre y el animal: Ottway (Liam Neeson), que trabaja como vigilante-francotirador para la compañía petrolera de la que también forman parte el resto de supervivientes, y cuya misión consistía en ‘limpiar’ de lobos las zonas en las que su empresa tenía que trabajar.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
33 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
La invención de Hugo
La invención de Hugo (2011)
  • 6,8
    61.127
  • Estados Unidos Martin Scorsese
  • Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kingsley ...
6
La estación
Las historias protagonizadas por niños siempre albergan grandes alicientes: citarnos de nuevo con nuestras más inocentes ilusiones, hacernos soñar de la misma manera que cuando aún no éramos conscientes de las miserias que componen esta vida, devolvernos parte de la infancia que perdimos, transportarnos a un mundo mágico en el que los problemas siempre tienen alguna solución… Martin Scorsese (“Shutter Island“, 2010) pretende resucitar ese espíritu traicionando -de nuevo- su propia identidad artística. Y es que el trabajo del realizador italoamericano a lo largo de su carrera puede dividirse en dos partes: la auténtica (urbana, reflexiva, oscura, delincuente, polémica, única, llena de personajes convertidos en icono) y la que inició una vez entrado el nuevo siglo: más densa, arriesgada, comprometida con historias enrevesadas, transmitiendo la sensación de que tuviera que saldar alguna deuda con esa parte del cine que nunca tocó.

A todos sorprendió su anuncio de una película familiar en 3D, producto en las antípodas de lo que hasta ahora había hecho el director. John Logan (“Gladiator“, 2000) adapta la novela escrita por Brian Selznick ‘La invención de Hugo Cabret‘, cuyo argumento nos habla de un niño huérfano llamado Hugo que vive sólo entre los grandes relojes de una estación de tren. Allí los mantiene y repara, y cuando el hambre acucia baja a darse algún paseo entre los andenes para birlar algún tierno croissant. Su mayor reliquia es un robot estropeado y oxidado cuyo funcionamiento se acciona a cuerda, y su mayor objetivo, el de repararlo, por toda la historia sentimental que hay detrás de él. En su odisea se cruzarán personajes que intentarán darle caza para meterlo a un orfanato, como el Inspector (Sacha Baron Cohen), o ayudarle, como es el caso de la entrañable niña ansiosa de aventuras, Isabelle (Chloë Moretz). El mayor enigma se esconde tras las barbas del personaje interpretado por Sir Ben Kingsley, George, que regenta una tienda de reparación de juguetes dentro de la estación.

La película quiere ser un sentido homenaje al cine y una experiencia llena de sueños infantiles, y aunque en su conjunto es preciosa y la atmósfera de la que está compuesta puede considerarse como mágica, hay algo que deja vacías las emociones o la capacidad de transmitir de esta historia. Como película infantil, “La invención de Hugo” es brillante: si yo tuviera siete años estaría saltando de alegría sobre mi butaca, celebrando esta bella e inocente fábula nostálgica. Pero como hace ya muchos años dejé atrás esa edad, sólo puedo contemplarla desde una percepción adulta que no logra sobrecogerse, ni emocionarse, ni vibrar con esta película, encontrando múltiples desenlaces bastante predecibles y multitud de historietas demasiado impuestas e ingenuas como para sorprender.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
64 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
War Horse (Caballo de batalla)
War Horse (Caballo de batalla) (2011)
  • 6,5
    29.329
  • Estados Unidos Steven Spielberg
  • Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan ...
7
Sonrisas y lágrimas
Steven Spielberg sigue siendo alguien que sabe estrujar corazones y arrancar sonrisas. Al menos esa es la fórmula que aquí emplea, mezclando los aspectos más dramáticos con algunas simpáticas escenas que consiguen hacer más cercanos a los personajes que navegan entre las aguas de este guión. Llena de virtudes, secuencias poderosas y cargada de una fuerte emotividad que puede hacer presencia entre nuestros sentimientos, arrastra también a lo largo de toda la duración de la cinta un gran inconveniente: su falta de ritmo. La densidad que maneja el desarrollo del film es un obstáculo que impide que lo dramático se convierta en desgarrador y que durante algunos pasajes, el tedio llame a las puertas de nuestra boca para provocar algún bostezo. Aún con lo citado, ‘War Horse‘ es una película muy bien hecha, de muy interesante argumento, buenas interpretaciones y apetitosa digestión.

El objetivo del realizador resulta evidente, siendo fiel a su estilo e intentando acceder a nosotros por ese atajo que lleva directo a nuestras emociones. Qué mejor forma de hacerlo que con una película en la que uno de los animales más bellos y nobles de toda la evolución es homenajeado para mostrarnos todo lo que ha sufrido por nuestra desagradecida especie. Hablamos sin duda del caballo, ese fascinante animal del que -además de en otros innumerables conflictos y tareas- se contaban sus muertes en millares durante la Primera Guerra Mundial. El argumento de esta cinta nos sitúa ante Albert Narracott (Irvine), un joven granjero entregado en cuerpo y alma a sus padres, y cuya fascinación por los caballos le lleva a desear uno propio. El día en el que su humilde progenitor aparece frente al hogar, casi por error, con un bellísimo ejemplar, Narracott lo recibe con entusiasmo y se dedica plenamente a criarlo, lo que da lugar al nacimiento de una tierna amistad entre el animal y su apasionado dueño.

El dolor y sufrimiento de todos los caballos no sólo se refleja en la película sino que atraviesa la pantalla para instalarse en nuestras almas, pudiendo contemplar desde una perspectiva casi insólita la admirable pasta de la que están hechos estos impresionantes seres. Está el momento antes de entrar al cine, en el que eres consciente de la importancia y aura especial de estos animales; y está el momento en el que terminas de ver la película y terminas enamorándote de ellos. Una de las grandes virtudes del film es también su capacidad para saber montar todas las historias paralelas de las que está compuesto: aunque el cartel principal de la película sólo muestre a uno de los protagonistas la cinta está plagada de personajes e historias perfectamente ejecutadas, y su importancia está muy bien equilibrada respecto al resto de papeles. Si bien se echan de menos frases para la posteridad o momentos de mayor calado, todos los personajes de “Caballo de batalla“ resultan trascendentes.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excalibur
Excalibur (1981)
  • 7,3
    26.190
  • Reino Unido John Boorman
  • Nicol Williamson, Nigel Terry, Cherie Lunghi ...
8
Magia en la niebla
Atmósfera. Es el ingrediente de esta fantástica película dominada por un espíritu mágico, tenebroso, desolador y absorbente que se mezcla con la nebulosa oscuridad que gobierna las escenas, para dar cuerpo a una épica cinta llena de fuerza visual, argumental y narrativa. John Boorman (“Defensa”, 1972) mantiene el pulso firme para llevarnos a un mundo de insólita belleza invadido por el misterio y los personajes profundos, en una historia tan conocida como apasionante que aquí se asienta como una de las mejores reproducciones en el cine de las leyendas artúricas. Han pasado los años y ciertos detalles de la dirección artística no pasan inadvertidos ante nuestra óptica de cirujano, pero cualquier deficiencia producida por lo mal acostumbrados que estamos a la tramposa y efectista perfección digital de nuestro tiempo, no sólo se olvida si se hace un análisis sincero sobre el resultado general de la obra, sino que engrandece esta película por lo meritorio de lograr dibujar tal perfección dentro de unas formas tan clásicas y artesanas como las que demuestra “Excalibur”.

La historia se basa en la versión de Sir Thomas Malory “La muerte de Arturo” y nos acerca hasta esta leyenda centrándose en el origen de la misma, el rey Uther Pendragon (Gabriel Byrne), quien después de verse poseído por la lujuria y aprovecharse de la buena fe del mago Merlín (Nicol Williamson), concibe el hijo del que es separado inmediatamente y que años después será conocido como Arturo (Nigel Terry), un humilde escudero sin más ambición que la de servir en lo que su padre y hermano de adopción puedan necesitar. Pero entonces llega el famoso momento en el que “la persona que sea capaz de sacar la espada Excalibur de la piedra en la que está clavada, será el nuevo Rey”. A partir de ahí la cinta sigue analizando los extraordinarios poderes de la archiconocida espada, mientras va citando todos los mitos que siempre han rodeado este bello relato. El amor tiene un protagonismo privilegiado en la trama, dejando espacio también para los tradicionales conceptos del valor, la lealtad y el honor.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El reino de los cielos
El reino de los cielos (2005)
  • 6,0
    54.309
  • Reino Unido Ridley Scott
  • Orlando Bloom, Eva Green, Jeremy Irons ...
8
La voluntad de Dios
¿Qué tendrá esta película que se le pueden perdonar tantas cosas? Empiezo citando las que pienso son sus carencias para entrar en situación. Por ejemplo, el poco tacto a la hora de conducir determinadas subtramas que o bien carecen de importancia suficiente para llegar a interesar, o han sido elegidas como simples eslabones para redirigir con cierto desánimo el argumento central. Sus diálogos, no vacíos pero sí generalmente comunes, se permiten albergar entre sus palabras algunas perlas de muy digna mención, pero en su mayoría demuestran las carencias de un guión que no ha querido profundizar ni en una trama más labrada ni en unos personajes más carismáticos. Al parecer estas carencias se debieron a las limitaciones impuestas por los productores de la cinta (craso error, que buscaba el éxito comercial y taquillero por encima del interés en construir una obra perdurable). Después de estas líneas, alguno podrá pensar ¿para qué voy a ver esta película? La razón es simple: con todo lo citado consigue ser una de las mejores cintas épicas que podamos encontrar.

Para llegar a este punto, Ridley Scott (“Robin Hood“, 2010) centra toda su atención en unos escenarios impresionantes sobre los que se libran espectaculares batallas. Su impecable ambientación (la celestial fotografía e insuperable dirección artística acompañan un fantástico trabajo digital) nos empuja hasta dejarnos en medio de la historia protagonizada por Balian (Orlando Bloom), un joven herrero que llora en su interior el reciente fallecimiento de su esposa e hijo. Su padre (al que desconocía), un reputado caballero cruzado llamado Godofredo de Ibelin (Liam Neeson), llega hasta su hogar para ofrecerle formar parte de las Cruzadas y llevarlo consigo hasta Jerusalén, lugar en el que Balian conocerá a la bella princesa Sibylla (Eva Green) y se irá ganando la reputación de hombre justo. El disfrute de todo el imperioso despliegue visual del que hacen gala la mayoría de las escenas proporciona una evasión total que hace que esta sea una de esas películas que se hacen más cortas de lo que son. No es sólo su acción, es cómo ésta se va desarrollando, los pequeños detalles, la pasión que se ve en esas secuencias, el espíritu del que uno se logra contagiar, la épica que un maestro como Ridley sabe montar con facilidad.

El mensaje de la película invita a una nueva reflexión sobre la convivencia entre todas las religiones y culturas, lamentándose de que la ceguera de muchos desemboque en millones de muertes, en la involución de los pueblos y en la creación de unas murallas invisibles que a día de hoy siguen separando civilizaciones.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sherlock Holmes: Juego de Sombras (Sherlock Holmes 2)
Sherlock Holmes: Juego de Sombras (Sherlock Holmes 2) (2011)
  • 6,4
    49.658
  • Estados Unidos Guy Ritchie
  • Robert Downey Jr., Jude Law, Noomi Rapace ...
7
Recorriendo el mundo
Parece que los métodos del realizador británico Guy Ritchie (“Snatch. Cerdos y diamantes“, 2000) siguen funcionando. La fórmula de rejuvenecer el espíritu del mítico Sherlock Holmes hasta el nivel en el que la percepción original sobre el mismo parece difuminarse para enseñarnos a un personaje completamente distinto al tradicional, fusionada con una acción repartida en inteligentes dosis que administran una adrenalina muy particular, garantiza un entretenimiento maestro, vivo, de autor. El público quería más y Ritchie ha demostrado que sin cambiar de libreto es posible seguir exprimiendo la frescura de la base con la que se trabaja. Aún le queda pendiente acompañar la brillante personalidad de Holmes y su fiel escudero Watson con una trama más poderosa, de auténtica intriga, menos previsible o inocente. Y es que a mi parecer el argumento central, la historia que guía a los personajes de esta cinta, no interesa demasiado por la ausencia de lo que he demandado en las líneas anteriores.

La presencia de Robert Downey Jr. (“Salidos de cuentas“, 2010) sostiene firmemente el desarrollo generalizado de la película, y lo bien que encaja su personaje al lado del rol interpretado por Jude Law (“Camino a la perdición“, 2002) crea un buen ambiente que se sabe tratar para hacer que ambos luzcan espontaneidad y un feeling impresionante. Ahora la trama nos sitúa ante las perversas intenciones del malvado de esta película, el profesor Moriarty (Jared Harris), ante quien deberá enfrentarse el bueno de Holmes en compañía de Watson y otros personajes que ambos se irán encontrando a lo largo y ancho de los territorios que pisen (Inglaterra, Francia, Alemania y Suiza). Como en la anterior entrega, el humor está presente en multitud de ocasiones, y con él se consigue ser simpático, divertido o incluso las dos cosas. La presencia del flamante hermano del detective más famoso de todos los tiempos, Mycroft Holmes (Stephen Fry), refuerza los puntos más animosos de la cinta, tanto por la extravagancia del rol que interpreta como por la simpatía que transmite el hecho de ver cómo el increíble y trepidante Sherlock tiene un hermano igual o más particular que él.

Gracias a una impresionante fotografía y un excelente trabajo del departamento artístico y digital, no es difícil sumergirse en lo más profundo del siglo XIX, siendo testigos de magníficas construcciones, el bullicio de las calles y el estilo de vida de aquel entonces. Se vuelven a emplear escenas a cámara lenta para detallar lo que sólo la mente de Holmes puede hacer: anticipar los movimientos de sus adversarios y poder así defenderse ante ellos, previo estudio. Fruto de ello es que vista en el cine, esta película pueda gozarse sobremanera.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chinese Coffee
Chinese Coffee (2000)
  • 6,8
    179
  • Estados Unidos Al Pacino
  • Al Pacino, Jerry Orbach, Susan Floyd ...
8
Desgraciados
Un mustio y deprimente cuartucho, dos grandes actores y un guión de calidad cuyas palabras fluyen como el agua en las cataratas del Iguazú, es todo lo que necesita Al Pacino para dirigir su segunda película, tras “Looking for Richard” (1996). Basada en la obra de Ira Lewis, “Chinese Coffee” es un repaso a la vida de dos personajes desgraciados y abandonados que se reúnen en la penumbra de la triste casa de uno de ellos para mantener una conversación que se extenderá durante toda la duración de la película. Exceptuando algunos lapsus en los que el argumento da paso a algunos flashbacks para aportar más contenido a la historia que se va narrando, toda la trama se desarrolla en el salón de Jake Manheim, el personaje interpretado por Jerry Orbach. A él acude un afligido y desesperado Harry Levine (Al Pacino) con la intención de reclamarle un dinero que le debe. Recién despedido de su último trabajo como conserje de un restaurante francés de élite, todo lo que le queda a Levine son los viejos harapos con los que se viste y un dólar con cincuenta centavos que guarda en su bolsillo.

Durante diez minutos del primer tramo de la película, el carácter dramático de la obra cede terreno a una amarga comedia que expresa el patetismo de la vida del personaje interpretado por Pacino, tan trágico y desdichado que hasta él mismo deja entrever alguna tímida sonrisa mientras describe sus propias penurias. En este espacio cuesta mucho retener alguna carcajada, pues alberga unos minutos brillantes que no dejan de hacerse suceder más palabras y, con ello, más infortunios de Levine, un aspirante a escritor profesional que antaño tuvo la suerte de poner a la venta dos libros, cosa que intentará de nuevo volviendo a la carga con otro escrito. Pero antes quiere que su amigo Jake, la antítesis de su personaje (es calmado y demuestra autoridad, todo lo contrario al nervioso e hipocondríaco Levine), lea su trabajo para darle su opinión.

La película te atrapa en su primer minuto y no te suelta hasta que aparecen los créditos finales. Hablan tanto y de tan buenas cosas que el interés no sólo se va manteniendo sino que incluso va incrementándose a medida que transcurre el metraje. La vida de dos infortunados -casi marginados sociales- sirve para explicar muchos aspectos de nuestra existencia, y toca temas que van desde el amor o la amistad, a los sueños perdidos, lo que se pretende en la vida, los temores en la edad adulta (o los que pudieran presentarse al superar la barrera de los cuarenta) y, en definitiva, de si unos desgraciados lo son porque el mundo les ha puesto ahí o porque ellos sencillamente se han ido hundiendo solos, agobiados por sus circunstancias y superados por su miedos.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cuento de Navidad (Cuentos de Navidad) (TV)
Un cuento de Navidad (Cuentos de Navidad) (1984)
TV
  • 6,4
    498
  • Reino Unido Clive Donner
  • George C. Scott, Frank Finlay, Angela Pleasence ...
8
Recuperar la navidad
Generalmente culpamos a las grandes superficies comerciales de la pérdida del verdadero espíritu navideño, pero pocas veces miramos dentro de nosotros para reconocer o valorar que la sociedad ha ido enfriándose con el paso del tiempo, y se ha ido tomando de una forma más a la ligera cualquier tipo de celebración que antaño estaba arraigada a nuestras costumbres más profundas. Las fechas navideñas no deberían ser las únicas en las que nos reunamos con los nuestros o expresemos más claramente nuestros sentimientos, sino que deben ser un recordatorio sobre lo bella y feliz que debería ser esta vida plagada de injusticias, maldad y desgracias. La navidad es una de las pocas oportunidades del año que nos incita a la reconciliación, a la unión, a enmendar nuestros errores. Y sí, efectivamente también es una fecha en la que por desgracia descubrimos cuántos hipócritas nos rodean, pero nosotros debemos intentar ser más fuertes que ellos.

Casi todo esto es lo que Clive Donner (“Stealing Heaven”, 1988), que ya había formado parte del equipo técnico de “Scrooge” (1951) como editor, retrata en su preciosa película para televisión “Cuentos de Navidad”, una fábula que mediante una impecable recreación de sus escenarios, que desprenden con todo esplendor su lograda atmósfera invernal y navideña, relata cómo el avaro Ebeneezer Scrooge (George C. Scott) siente un gran rechazo por la Navidad y todo lo que rodea a esta fecha tan señalada. Considera que sólo es una época para comprar cosas que no se necesitan y no se pueden pagar. Pero se le aparece el espíritu del que siete años antes fue su amigo y empleado, anunciando la visita de otros tres espectros que representarán el pasado, el presente y el futuro de Scrooge, con los que recordará su infancia, abrirá los ojos ante el presente y se asustará del futuro que se le predice, respectivamente.

Toda la película en su conjunto es magnífica. No deja cabos sueltos, abarca todo lo necesario para conseguir ser emotiva y transmitir al espectador tanto la fuerza de la obra de Dickens como el verdadero espíritu de la navidad. Está claro que no es la única ni la más conocida de las películas que comparten este mismo nombre, ni del cine y de la televisión en general, pero merece la oportunidad de ser vista además de por lo citado, por la ternura con la que inspira su esencia, por su perfecta ambientación y por la elegancia de toda la cinta, bien acompañada por las partituras compuestas -magistral “Wasted Youth“- por el británico Nick Bicât (“La piel que brilla”, 1990).

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
[Leer más +]
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fichas más visitadas