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Críticas ordenadas por:
Amazing Grace
Amazing Grace (2018)
Concierto
  • 7,0
    1.041
  • Estados Unidos Alan Elliott, Sydney Pollack
  • Documental, (Intervenciones de: Aretha Franklin, Reverand James Cleveland) ...
7
La magia de la voz
En 1972, Warner eligió al prestigioso director Sidney Pollack para rodar el mejor concierto de gospel de la historia. Es curioso que pensaran en él , parque nuestro hombre se había distinguido hasta el momento por dramas recios y viriles. Pollack aceptó, y sobrevino el desastre. No tenía ni idea de cómo se filmaba un musical, de modo que las imágenes iban por un lado y el sonido por otro, y no lograron acoplarlos. Warner se quedó con el material, que durmió durante cuatro décadas. Pollack, ya gonizante, no quiso marcharse dejando ese fleco, de modo que delegó en su amigo y productor Alan Elliott la responsabilidad de recomponer el desaguisado, puesto que las técnicas habían cambiado mucho. Amazing Grace es la plasmación de una cantante en estado de gracia, nunca mejor dicho, bien secundada por un coro dirigido por Alexander Hamilton, un tipo tan energético, entregado y marchoso que casi le roba el protagonismo a Aretha. Veréis, el gospel no es mi estilo musical favorito, pero por una vez dejémonos llevar por la magia de dos noches inolvidables, una conjunción de talentos profundamente imbuidos del mensaje que desean transmitir. Toda la parafernalia religiosa me sobra, pero es lo que hay.
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Crónica negra
Crónica negra (1972)
  • 6,7
    2.050
  • Francia Jean-Pierre Melville
  • Alain Delon, Richard Crenna, Catherine Deneuve ...
8
el imperio de los canallas
Más clásicos. Esta vez, la despedida de Jean-Pierre Melvile, del cine y de la vida. Sin alcanzar la excelencia de sus dos obras mayúsculas, Le doulos y Le samouraï, Crónica negra es un excelente relato policial, duro y cortante, en que las fronteras entre "buenos" y "malos" se diluyen constantemente. Cuenta, además, con dos secuencias de visionado obligatorio: el atraco al banco nada más empezar, en que la violencia de los elementos parece presagiar la violencia que se desatará en el interior del local, y la extraordinaria set piece del asalto al tren, rodada con un tren Payá y un helicóptero de la misma marca, toda una lección de planificación y economía de medios (ni siquiera hay música, para no interferir en las imágenes). Melville exhibe una vez más su gran amor por el thriller estadounidense, pero lo remite al polar con elegancia y sabiduría. Hermosa fotografía en B&N de Walter Wottitz, que aprovecha al máximo los ariscos paisajes donde transcurre la acción. Repite Delon, en su sempiterno papel de policía duro, a quien no le importa golpear a sospechosos, travestís o señoras de buen ver, demostrando que era algo más que una cara bonita.A Richard Crenna, actor irregular, a quien muchos recordarán como el jefe de Rambo, le crecían las cornamentas, ninguna como la que lució en Fuego en el cuerpo. Catherine Deneuve, la divina frígida, está y no está, un poco en plan florero, lamento decirlo. Un grupo de estupendos secundarios francees redondea la función. Una obra que merece una revisión urgente.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Irma la dulce
Irma la dulce (1963)
  • 7,9
    34.682
  • Estados Unidos Billy Wilder
  • Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Lou Jacobi ...
7
La mujer, la pata quebrada y en casa
Una de las actividades que me he propuesto para este infausto período de confinamiento obligado es la revisión de clásicos. Me rondaba por la cabeza empezar con Uno, dos, tres, pero mi consorte insistió en Irma la Douce. Intrigado por la nota relativamente baja que le había otorgado en su momento, acepté sin más. Ya sabemos que estas revisiones pueden conllevar sorpresas, como así fue. De entrada, constaté que es una película nauseabundamente machista, sexista y patriarcal. Si las de #MeToo se enteran, exigirán arrojar a la pira todas las copias existentes, y eso porque Wilder ya no está con nosotros, porque ardería con ellas. El segundo problema me intriga en un maestro de su categoría: es demasiado larga, las situaciones se repiten hasta la saciedad y se alargan de forma innecesaria. Con 20 minutos menos, habría quedado más arregladita. Imagino a ese par de misóginos inveterados, Wilder y su adlátere en tantos guiones, I.A.L. Diamond, frotándose las manos mientras escribían el libreto. O sea, una puta lo que quiere es que su chulo vista de coña, utilice los mejores perfumes, pise fuerte a su alrededor para dejar claro que le pertenece, y todas esas zarandajas. Ahora bien, lo que desea una puta, en el fondo, es ser esposa y madre, que la vida está muy achuchá. Por supuesto, las situaciones de comedia están bien orquestadas, de manera brillante en ocasiones, pese a esos bucles que ya he mencionado. André Previn compone una banda sonora muy parisina, o sea, acordeones por un tubo, la dirección artística de Alexandre Trauner es impecable, y el gran Joseph LaShelle brinda una paleta de colores abigarrados al recrear un París que sólo existía en la imaginación de sus creadores. Shirley MacLaine borda su papel de puta tontorrona pero de buen corazón (su gran especialidad), y aparece sexy en no pocas escenas. ¿Qué decir de Jack Lemmon? El actor fetiche de Wilder, en un doble papel, se muestra seguro de su arte, en plenitud de condiciones. Lou Jacobi, Moustache, está a punto de robar la función a la pareja. Cada aparición suya me daba ganas de aplaudir.
Después de todo lo dicho, es fácil deducir que hoy no podría rodarse esta historia tal como lo hizo Billy Wilder, a menos que alguna avispada feminista (¿Greta Gerwig, tal Vez?) le diera la vuelta como un calcetín. Cosas más difíxiles he visto. Para completistas, a ver quién reconoce a un jovencísimo James Caan, en su primera aparición en pantalla grande.
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1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pauline Kael: El arte de la crítica
Pauline Kael: El arte de la crítica (2018)
Documental
  • 6,2
    174
  • Estados Unidos Rob Garver
  • Documental, (Intervenciones de: Pauline Kael, Quentin Tarantino) ...
6
Dura de pelar
Durante casi 25 años, Pauline Kael fustigó desde las páginas del New Yorker a glorias imperecederas del cine, castigó películas maravillosas, salivando mala hostia en todos los renglones de sus críticas Es una pena que este documental, que parece rodado con muchas prisas, y que avanza como un trenque va a descarrilar, no investigue más en las circunstancias personales, laborales y literarias de tan distinguida harpía. A lo largo del metraje circula gente muy dolida (Gregory Peck, David Lean, Ford Coppola), de forma que a veces cuesta entender cuál era el criterio de esta judía que osó cargarse Shoa, un tremebundo panfleto prosionista que duraba 566 eternos minutos. Mirad, una señora que puso a parir Blade Runner ya me predispone en su contra. Yo había leído fragmentos sueltos de sus recensiones, y mal no escribía, pero algo la impulsaba a la destrucción, a la política de tierra quemada. Al mismo tiempo, adoraba a Godard, cosa sorprendente, y en su delirio llegó a cuestionar la autoría de Orson Welles sobre Ciudadano Kane, de modo que el genio estuvo a punto de denunciarla por difamación. Desde luego, el documental es una obra incompleta, falta de equilibrio, pero visto lo que hay la recomiendo a cinéfilos de pro.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años más bellos de una vida
Los años más bellos de una vida (2019)
  • 6,0
    561
  • Francia Claude Lelouch
  • Jean-Louis Trintignant, Anouk Aimée, Souad Amidou ...
4
Atrapados en el geriátrico
Como todo el mundo sabe, Un hombre y una mujer fue un monstruoso éxito de crítica y público, que la recibieron como si de un giro en la historia del cine se tratara. Como no estoy del mejor de los humores, aunque procuraré que no se note demasiado en mis recensiones, no la pude ver en su momento por aquello de que no tenía edad, ni para amar ni para lo otro, y cuando por fin la vi, se me antojó cursi y polvorienta como una antigualla. El dabadabadá mo ponía de los nervios. Por supuesto, me abstuve de visitar la secuela, rodada veinte años después, y ahora, por eso de que no puedes salir de casa, he bajado la guardia. Es un tostón geriátrico como la copa de un pino. Trintignant, muy deteriorado (89 años), sale perjudicado en comparación con Anouk Aimée, una anciana de muy buen ver (87). Lelouch, el benjamín del trío, sólo suma 82. Mirad, el corta y pega del original con las escenas nuevas es espeluznante, los diálogos penosos, y todo el proyecto, en general, se lo podían haber ahorrado. Porque si éste es el canto del cisne, muy probablemente, de la legendaria pareja, mal favor les ha hecho. Consignar la breve aparición de Monica Bellucci, una señora capaz de acabar con las impotencias más contumaces. Para nostálgicos del mito.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El emperador de París
El emperador de París (2018)
  • 5,6
    1.827
  • Francia Jean-François Richet
  • Vincent Cassel, Patrick Chesnais, August Diehl ...
4
El gran impostor
Vidocq es un personaje legendario de la historia de Francia. Ladrón, estafador, contrabandista, probablemente asesino, mil veces capturado y mil veces fugado, terminó trabajando para la policía y creó lo que hoy se llama la Seguridad Nacional, amén de fundar la primera agencia de detectives privados. El cine no tardó en adaptar su figura, existe incluso una película muda, pero las dos más comentadas son la de Pitof, con Gérard Depardieu en el papel protagonista, barroca pero mediocre, y sobre todo El asesino poeta, hermosa cinta de Douglas Sirk con el gran George Sanders (cuando le daba la gana) como Vidocq. Prueba suerte ahora Jean-François Richet, niño mimado del cine galo, de quien nunca me cansaré de recomendar el díptico de Mesrine. Creo que circula, o circulaba, en DVD. Le sale una película sórdida, de una violencia gratuita y desagradable, apenas basada en hechos reales, aunque eso da igual si la obra es sólida. Lleva a cabo una esforzada reconstrucción del París de la época, tanto de sus abismales suburbios como de sus lujosas residencias, presenta una serie de personajes históricos de renombre, entre los que descuella Fouché, en magistral aunque breve encarnación de Fabrice Luchini, aprovecha ese rostro inquietante de Cassel para plasmar el terror que inspiraba entre sus correligionarios del hampa, y el envoltorio acaba aplastando al contenido, sin dejarnos otra cosa que una serie de imágenes, unas bellas, otras acongojantes. No termina de cuajar la mezcla, y ni tan sólo la aparición, escasa, de Olga Kurylenko anima la función. Por tanto, un pequeño fracaso de su autor.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Godzilla: Rey de los monstruos
Godzilla: Rey de los monstruos (2019)
  • 4,9
    9.019
  • Estados Unidos Michael Dougherty
  • Vera Farmiga, Kyle Chandler, Millie Bobby Brown ...
2
Godzilla, rey de los bodrios
Por más ternurita que uno sienta por el pobre Godzilla, no es de recibo ser abofeteado, insultado, befado, mofado y escupido con semejante pestiño. Y eso que salen también Rodan (Los hijos del volcán), Mothra y la madre que los parió a todos. El guión no existe, no sabes muy bien qué sucede, existe un mensaje vagamente ecológico entre cuyos delirios creí percibir que, devolviendo la Tierra a los monstruos para que exterminen a la raza humana, el planeta volvería al paraíso primigenio; o algo así, porque los actores, de lo peorcito visto en mucho tiempo, se gritan frases de manual de autoayuda que sonrojarían a un camionero. Da pena ver a Sally Hawkins y David Strathairn, por no mencionar a la adorable Zhang Yiyi, batallar con un libreto escrito con el culo,que aspira a videojuego para adolescentes descerebrados antes que a guión cinematográfico. La música no se percibe, casi mejor, entre el fragor de rugidos, berridos, balidos, bramidos, explosiones, colisiones y toda la parafernalia habitual del "mucho ruido y pocas nueces". No creo que los amantes de aquellas entrañables películas japonesas, de inocentes efectos especiales, sientan mucho amor por esta franquicia,. que esperemos concluya pronto con el inevitable enfrentamiento entre Godzilla y King King. ¿Acabarán convertidos en pareja de hecho? ¿Copularán y tendrán descendencia? Grandes misterios que me dejan postrado en el sanatorio hasta que me den el alta. De momento, estoy sedado, sujeto con correas a una cama, y convertido en un acerico de IV. Eso me pasa por ver determinadas cosas. Grrrrrrrr....
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La banda
La banda (2019)
  • 5,6
    797
  • España Roberto Bueso
  • Gonzalo Fernández, Charlotte Vega, Carlo Blanco ...
6
Reconciliarse con el pasado
La banda es una película humilde, silenciosa, sin pretensiones, probablemente muy sentida. Un joven músico que vive en Londres, y cuyo objetivo es ser contratado por una orquesta sinfónica importante, vuelve a su pueblo valenciano natal para asistir a la boda de su hermano. Durante esos breves días, se producirá una catarsis cuando se reencuentre con la novia de su mejor amigo, a la que ama desde hace tiempo. Además de todo lo dicho antes, La banda es una película barata, un poco rohmeriana, en que los personajes se describen a través de lo que dicen y, sobre todo, de lo que callan. Esos largos silencios que inundan la cinta, aunque uno a veces piense que esa generación no habla porque no sabe qué decir, son el síntoma de lo que anida en el interior de Edu, algo que pugna por salir o que sólo se pondrá de manifiesto en ese abrazo final tan explícito, tan sanador. Aviso de la existencia de esta película porque no esperaba gran cosa y me llevé una agradable sorpresa. Ópera prima como director y guionista de Roberto Bueso, espero y confío en que se vuelva más locuaz y escriba nuevos guiones que confirmen la buena impresión recibida. Los actores, desconocidos para mí, interpretan como si vivieran sus papeles, y en más de una ocasión diría que improvisan sobre unos apuntes. Ni rastro de ella en los Goya, por eso me resulta más valiosa todavía.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extramuros
Extramuros (1985)
  • 6,1
    550
  • España Miguel Picazo
  • Carmen Maura, Mercedes Sampietro, Manuel Alexandre ...
6
Todo por amor
La llegada de Miguel Picazo al cine, con La tía Tula bajo el brazo, significó un hálito de esperanza para el cine español, necesitado de calidad e inteligencia. Pero Picazo se lo tomó con calma. Tardó 4 años en rodar su siguiente largo, Oscuros sueños de agosto, una cruel decepción, y otros nueve para presentar el tercero. Para entonces, las esperanzas ya se habían diluido, y se decía aquello de que "sonó la flauta...", pues ese mismo año de 1977, para pasmo de propios y extraños, se arrimó al cine de destape con Los claros motivos del deseo, donde se follaba mucho y se decía bien poco. Picazo clausuró su carrera con esta Extramuros, basada en la novela de Jesús Fernández Santos, que recibió el Premio Nacional de Literatura. Cuenta la historia de un convento que va a ser cerrado y sus monjas dispersadas. Dos hermanas, cuyo amor mutuo sobrepasa el mero afecto fraterno, pero sin llegar al goce carnal, se inventan una historia para que no las separen. En el mundo cerrado y claustrofóbico de la España posterior a Felipe II, con la Inquisición campando por sus respetos, y los nobles dando por el saco como de costumbre, su plan saldrá trágicamente mal, como no podía ser menos. Picazo firma con una corrección que a veces traspasa la frontera del tedio para caer en el aburrimiento puro y duro. Deduzco que la novela debía ser mucho mejor, pero no la he leído, no puedo opinar. La narración se apoya en las esforzadas interpretaciones de Carmen Maura y Mercedes Sampietro, que lo entregan todo, y de una Aurora Bautista muy lejos de aquellas Agustina de Aragón, Juana la Loca y Teresa de Jesús con la que nos flagelaba en su primera etapa. Hasta que llegó Picazo, precisamente, y le regaló La tía Tula, para que, en el segundo tramo de su carrera, pudiera ponerse estupenda y hasta despelotarse, gesto muy de agradecer. El entrañable Manuel Alexandre tiene un pequeño papel, y también se asoma Assumpta Serna, que por una vez no enseña el felpudo. En definitiva, Extramuros es una película correctísima, bastante televisiva y previsible, pero las actrices defienden con uñas y dientes sus papeles. Algo es algo.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Testimonio de mujer
Testimonio de mujer (1982)
  • 6,0
    86
  • Francia Jacques Rouffio
  • Romy Schneider, Michel Piccoli, Helmut Griem ...
5
La venganza puede esperar
Dato para amantes de mitos: última película de Romy Schneider, muy tocada por la muerte de su hijo David, que intentaba sobrellevar a base de pastillas y alcohol. Poco después de participar en esta cinta, la encontraron muerta en su domicilio. La falta de autopsia impidió determinar si fue suicidio o eso que llaman muerte "natural". ¿Y qué más da? La actriz murió, el mito nació. Por desgracia, Testimonio de mujer no es un gran título, está rodada de manera pedestre por Jacques Rouffio, con un guión endeble y cogido con imperdibles, en esa modalidad de flashbacks intercalados con escenas actuales. La idea de ejecutar a un insufrible nazi siempre predispone al público en favor de la obra, pero en ningún momento es creíble lo que está sucediendo.Algunos personajes deambulan por la cinta sin grandes cosas que decir, como el de Helmut Griem, o incluso el de Gérard Klein. Piccoli asume el rol con su desenvoltura actual, es decir, sin expresar grandes sentimientos, y a ella se le nota algo ausente. Le sobraban los motivos. Triste canto del cisne de una de las actrices más bellas e inteligentes que nos ha dado el cine europeo, el cine a secas. Sólo por ello vale la pena asomarse a sus imágenes.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más allá del jardín
Más allá del jardín (1996)
  • 5,2
    1.501
  • España Pedro Olea
  • Concha Velasco, Fernando Guillén, Miguel Hermoso Arnao ...
5
La redención de Palmira
Vaya por delante mi absoluto respeto por la figura de Pedro Olea, un realizador que siempre se ha esforzado por conciliar comercialidad con calidad, desafío superado en ocasiones con notable (Pim, pam, pum... ¡fuego! y Un hombre llamado Flor de Otoño), y en otras con menos éxito (Tormento, No es bueno que el hombre esté solo). Olvidaremos piadosamente lo de Juan y Junior en un mundo diferente. Más allá del jardín no se cuenta entre lo mejor de su filmografía. Está basada en un tostón de Antonio Gala que combina mujeres necesitadas de amor y otras hierbas, hijos gay, amantes gay, amantes macho alfa, adulterios con jovencitas, y redención como única salida. Palmira está de muy buen ver (Concha Velasco: cuerpazo y ojazos), pero su marido ni la toca, enfrascado en sus negocios y en nínfulas de buen ver. Ella, salida como la pipa de un indio, no necesita sólo amor, sino algo más sólido, tumefacto incluso mejor, y entrega su cuerpo a un hombre que no puede corresponderla, y después a un sinvergüenza que, encima, la chantajea. Una dolorosa tragedia familiar la impulsa a marcharse a la peligrosa
Rwanda, con el fin de ayudar a la población y reencontrar al hombre al que amaba (Giancarlo Giannini y sus ojeras). La realización adopta un formato de culebrón televisivo muy poco grato, por el que desfilan rostros hoy consagrados (Ingrid Rubio, Eduardo Noriega, y la singular Martirio, aquí sin gafas de sol, que aporta un toque de exotismo a la trama). Debo confesar que, con esa osadía y desdén tan propios de la juventud, yo menospreciaba a Concha Velasco por haber sido la amante del director fascista por excelencia del cine español, y por aparecer en bodrios de eso que se llamaba comedia a la española. Después, comprendí que hay que comer, y los años 50 no debían ser muy halagüeños para la gente de la farándula. De no ser por ella, Más allá del jardín se vendría abajo. De hecho, si por algo vale la pena la película, es por Concha. Sólo lamentamos que apenas muestre su excelso cuerpo, pero lo que hay es lo que hay.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al este de Java
Al este de Java (1969)
  • 5,4
    565
  • Estados Unidos Bernard L. Kowalski
  • Maximilian Schell, Diane Baker, Brian Keith ...
4
Al oeste de Java
Sí, porque ya sabemos que los conocimientos geográficos de los estadounidenses, fuera de su propio condado, son escalofriantemente escasos. Krakatoa, el volcán que hizo erupción, se halla al oeste de Java, no al este. Aclarado este monumental fallo, reseñar que esta película fue una de las últimas producciones de Cinerama, y bien se la podían haber ahorrado. Aunque se adelanta en tres años a la moda del cine de catástrofes impulsada por el monstruoso éxito de La aventura del Poseidón, sus valores son endebles, cuando no inexistentes. Los cromos dan pavor, me refiero a los efectos especiales, realizados a base de maquetas infames, fondillos y miniaturas, con explosiones que las tracas falleras mejoran con matrícula. Durante la primera parte, como es habitual, van desfilando los personajes encerrados con un solo juguete, en este caso el Batavia Queen, el barco que se dirige a las aguas de Krakatoa en busca de un cargamento de valiosas perlas, con algunos convictos forzados a bordo. Más que personajes son estereotipos, tópicos andantes que sueltan frases capaces de alimentar la ira del santo Job. Les dan vida, por decirlo de alguna manera, actorcillos de tres al cuarto que desaparecieron más pronto que tarde de circulación, comandados por un Maximilian Schell de rara inexpresividad. La cinta se arrastra durante un metraje excesivo, pese a que fue piadosamente cercenado por la productora. Cuando llegan las fallas, digo las tracas, digo el enfurecido momento del volcán, uno ya está demasiado harto de necedades para hacer caso de los horrores que plasman las imágenes. Bernard L. Kowalski regresó de inmediato a su entorno natural, la televisión, de la que no debería haber salido jamás, y Al este de Java se hundió en las profundas aguas del olvido, hasta que la 2 la resucitó el otro día. Amén.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nathalie X
Nathalie X (2003)
  • 5,6
    1.291
  • Francia Anne Fontaine
  • Fanny Ardant, Emmanuelle Béart, Gérard Depardieu ...
5
Pequeñas veleidades burguesas
Catherine es rica, triunfa en su profesión de ginecóloga, lo tiene todo, pero se aburre en la cama. Su marido y ella ya no follan. ¿Es culpa de ella? ¿De él? ¿De ambos? Decidida a averiguar si su hombre le pone los cuernos, contrata los servicios de una prostituta de lujo, cuyo nom de guerre es Nathalie, para poner a prueba la fidelidad de Bernard. Por supuesto, Nathalie tendrá que informarle de todos los detalles escabrosos de su presunta relación con Bernard, incluidos los más íntimos, faltaría más. La historia irá dando giros y giros, hasta desembocar en una conclusión acaso sorprendente... Es lo que solemos llamar una película terriblemente francesa, gente guapa y rica que no sabe hacer nada con su vida, puesto que, en principio, lo tiene todo. Una vez definido un propósito, no se detiene ante nada para lograr su objetivo. ¿Recordáis aquello de "los ricos también lloran"? Pues eso. La historia, pese a su morbillo, no se sostendría sin grandes intérpretes. Fanny Ardant, siempre elegante, siempre contenida, siempre aportando ese matiz, ese gesto, esa mueca reveladora de que va más salida que la pipa de un indio, está perfecta, ravissante. ¿Quién mejor para el papel de Nathalie que una de las más excelsas zorras del cine galo, la incomparable Emmanuelle Béart, inolvidable belle noiseuse en toda su prístina desnudez? Sólo verla de lejos ya te pone inquieto, esos ojos de fiera, la boca depredadora de las mil y una felaciones, su cuerpo de curvas y volúmenes sorprendentemente equilibrados. Ella es la guía del laberinto en el que Catherine se ha metido. El trío se completa con Gérard Depardieu, que sale poco y está comedido. La película puede parecer ridícula en ocasiones, no lo niego, y sólo gente con mucha pasta se puede montar esos embolados. Sin duda es bastante mejor que su estúpido e inútil remake, Chloé, obra de un Atom Egoyan ya en plena decadencia. En cualquier caso, mucho ruido y pocas nueces. Perversión de qualité.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El membrillo
El membrillo (1982)
  • 5,8
    136
  • Francia Bob Swaim
  • Nathalie Baye, Philippe Léotard, Richard Berry ...
6
Algo huele a podrido
Una pandilla de policías corruptos, machistas, racistas y asesinos hace la vida imposible a una pareja, puta ella, su chulo él, para que el hombre trabaje de soplón para ellos, con el fin de liquidar a un gangster que se les ha atragantado. Una colección de personajes repugnantes circula por las imágenes de esta película, en que los menos tóxicos resultan ser los residuos de la sociedad. La acción es trepidante y no concede cuartel al espectador, que se queda cubierto de mugre hasta las cejas. Si esos tipos son los que nos defienden, yo me apeo. Gran parte del mérito de la cinta recae en los intérpretes, empezando por una Nathalie Baye que nunca estuvo mejor, la pobre puta de buen corazón machacada por unos y por otros. Comparte cartel con su entonces compañero, Philippe Léotard, al que estaba a punto de cambiar por Johnny Halliday. Siempre entusiasta a la hora de desnudarse, Baye tampoco nos decepciona en este título. Richard Berry es el brutal jefe del grupo de policías que les tortura, en todos los sentidos, siempre a un paso del brote psicótico. Maurice Ronet, casi con un pie en el otro barrio, es el gangster codiciado por los (supuestos) agentes de la ley. Un polar brutal, no apto para todos los paladares.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duelo de reyes
Duelo de reyes (1963)
  • 4,5
    48
  • Italia Primo Zeglio
  • Yvonne Furneaux, John Ericson, Renzo Ricci ...
4
Reina de rompe y rasga
¡Caramba con la tal Semiramis! ¡Menudo pendón! A ciencia cierta, nadie sabe si existió la tal reina asiria, constructora de Babilonia, pero eso a Primo Zeglio y a su pléyade de guionistas les importa un rábano.Tantas manos implicadas se hicieron un lío, y la película discurre con fláccido aburrimiento, lo cual en un peplum es imperdonable. Esta señora jugaba a varias bandas, y no vacilaba en entregar sus artículos más preciados si con eso lograba sumar un reino más. Aquí se inventan que quedó prendada, que no preñada, de un apuesto esclavo que, por supuesto, también era rey de su pueblo. Entre intrigas, traiciones, alguna que otra batallita mal coreografiada y diálogos de llorar, discurre esta cinta que, si destaca por algo, es por la aparición de Yvonne Furneaux, señora de hipnóticos ojos verdes y suntuosos senos. Si Semiramis era algo parecido a Yvonne, no me extraña las que se armaban. Le da la réplica un gañán, que no galán, importado de Estados Unidos tras comprobarse que no había manera de convertir a aquel cacho carne en un actor. Kansas busca a un asesino (1960) fue su gran oportunidad, cuando encarnó al famoso gangster Pretty Boyd Floyd, pero ni por ésas. Su máximo momento de gloria fue cuando posó en bolas para un desplegable de Playgirl en 1974. Poca coña, que estaba a punto de cumplir los 50. En cuanto a la Furneaux, tras pasear sus curvas y valles por alguna película destacable (La dolce vita, Repulsión, La momia versión Terence Fisher), tuvo el mal gusto de casarse con un hombre adinerado y retirarse a vivir a Lausana, la muy desagradecida. Duelo de reyes no aporta nada, y encima adormece. Pensadlo dos veces.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El secreto de Santa Vittoria
El secreto de Santa Vittoria (1969)
  • 6,9
    1.461
  • Estados Unidos Stanley Kramer
  • Anthony Quinn, Anna Magnani, Hardy Krüger ...
6
El espíritu del vino
El secreto de Santa Vittoria llegó a nuestras pantallas cuando yo era carne de Arte y Ensayo, y había desarrollado cierta actitud "highbrow" ante determinadas muestras de cine comercial (lo cual no impedía que me zampara cualquier basura adscrita al terror, al fantastique o a la ciencia ficción que se estrenara. ¡Salvemos Can Pistolas!). Algunas circunstancias me recomendaron mantenerme alejado de esta película. Por ejemplo, Anna Magnani, cuyos ojos ojerosos, combinaciones blanquecinas e histrionismo agudo me producían ganas de echar a correr. Por ejemplo, el Anthony Quinn posterior a Zorba el griego, entocinado en encarnar a hombres bigger-than-life, cortos de entendederas y rápidos con la botella y la mano en el culo de la chica. Por ejemplo, Stanley Kramer, típico representante del cineasta liberal, o sea, progresista a la americana, que después de tocar temas tan trascendentales como el juramento hipocrático (No serás un extraño), la cuestión racial (Fugitivos), la guerra nuclear (La hora final) o evolucionistas versus fundamentalistas (La herencia del viento), sin olvidar Judgement at Nuremberg, cuyo repugnante título en castellano me niego a reproducir, sobre los crímenes del nazismo, se marcó un pelotazo en Cinerama con El mundo está loco, etc., y una pararruchada como Adivina quién viene esta noche. De modo que no estaba preparado para Santa Vittoria. El tiempo, que casi todo lo cura, ha calmado un poco mis ímpetus puristas, de modo que la grabé y la vi. Inofensiva. Todo el mundo sabe de qué va, así que no lo voy a repetir. Baste decir que Quinn está de bofetada en algunas secuencias, y que ella, al menos, no sale en combinación. Cuentan las crónicas que Anna detestaba a Anthony, y en la escena en que le echa a patadas de casa (yo también lo habría hecho), se empleó tan a fondo que... se rompió el pie. Se lo debieron pasar todos en grande. Por aquello de estar rodada en Italia, participan además Virna Lisi, bellísima, para devorarla de pies a cabeza y vuelta a empezar, el petardo de Renato Rascel y un superjoven Giancarlo Giannini, quien todavía no había desarrollado esas bolsas bajo los ojos propias de la mala vida. No quiero olvidar al veterano Eduardo Ciannelli y a una fugaz Valentina Cortese. La fotografía de Giuseppe Rotunno es espléndida, enamorada de los paisajes que enfoca y de ese terruño ancestral en el que se mueven los personajes. Parece ser que basada en hechos reales, Hardy Krüger repite su papel de oficial alemán-pero-no-nazi, con esa cara de buen chico que tenía. Demasiado larga para ser divertida, convoca alguna sonrisa de vez en cuando y te hace pensar en ese tipo de cine que, para bien o para mal, no volverá.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dodge, ciudad sin ley
Dodge, ciudad sin ley (1939)
  • 6,8
    1.848
  • Estados Unidos Michael Curtiz
  • Errol Flynn, Olivia de Havilland, Ann Sheridan ...
7
El sheriff de Dodge City
Conviene desempolvar los clásicos de vez en cuando, con cuanta más frecuencia mejor, teniendo en cuenta las oleadas de mediocridad que se abaten sobre nosotros, en ocasiones disfrazadas de qualité y con la bendición de cierta crítica poco crítica. Dodge, ciudad sin ley no es la mejor entrega de la dupla Flynn-De Havilland, pero aun así entona la tarde y templa el alma. Se trata de un ágil y energético western firmado por el casi siempre eficiente Michael Curtiz. Repasa prácticamente todo el catálogo: asesinatos por la espalda, traiciones sin cuento, tiroteos, estampidas de reses aterrorizadas, pelea a puñetazos con destrucción del saloon incluida, damiselas en apuros, malos malísimos, héroe que no se despeina en ningún momento, un repugnante niñito que recibe su merecido, periodistas insobornables... Sólo faltan los indios. Errol Flynn está más comedido que de costumbre, echo en falta el ímpetu animal de El capitán Blood, Robin de los Bosques, La carga de la brigada ligera... Olivia sale menos de lo acostumbrado, pero en la última media hora se le acumulan las escenas, como para compensar su escasa presencia en la primera parte. Ann Sheridan canta y baila, muy recatadamente, por cierto. El amigo del héroe vuelve a ser Alan Hale, por supuesto, y los malotes poseen las efigies del torvo Victor Jory y el peligroso Bruce Cabot. Max Steiner da rienda suelta a violines y trompetas varias, mientras Sol Polito filma las imágenes con un limpio y reluciente technicolor. Incluso atisbamos en un breve papel a Gloria Holden, la inolvidable hija de Drácula, y al fascista Ward Bond, curtido en mil y un westerns. Toda esta combinación de luminarias ofrece 104 minutos pletóricos de acción, humor y emoción, con esa fe en lo que hacían propia de los clásicos. No es moco de pavo, con la que nos está cayendo encima...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los consejos de Alice
Los consejos de Alice (2019)
  • 5,7
    800
  • Francia Nicolas Pariser
  • Fabrice Luchini, Anaïs Demoustier, Nora Hamzawi ...
6
Ética y política
En un momento en que todo tipo de charlatanes y voceros populistas intentan desprestigiar la política, de forma que las dos palabras de mi título parecen antitéticas (de hecho, ya se ocupan los propios políticos, salvo honrosas excepciones, de desprestigiar su oficio), es interesante echar un vistazo a esta pequeña película, si bien aquejada de un exceso de verborragia. Una joven filósofa sin la menor experiencia en el campo de la política es captada por el gabinete de imagen del alcalde de Lyon para darle ideas. El alcalde, un socialista honrado y recto, se encuentra falto de nuevos conceptos tras 30 años de dedicación a su carrera. Entre la novata y el veterano se establecerá una relación de insólita complicidad, hasta el punto de que sus asesores ponen en cuestión la labor de la joven cuando el alcalde sopesa presentarse a presidente de la República... Estamos ante la típica película francesa en que el guión, los diálogos, es lo primordial, antes que la acción o el encadenamiento de situaciones, de modo que quienes teman aburrirse con las continuas disquisiciones que relacionan la ética, la estética, la moralidad y el trabajo político pueden quedarse en casa. Nos zambullimos en el mundo desconocido que existe más allá de los titulares periodísticos y las fotos acompañantes, descendemos a las catacumbas de lo que se cuece tras esos imponentes muros que albergan ayuntamientos, en este caso, palacios presidenciales o sedes de partidos políticos. Una inmensa maquinaria trabaja para llevar adelante no sólo la labor externa, la que percibe el pueblo, los súbditos, sino las ambiciones personales de quienes han sido ungidos con el poder. La cinta es un mano a mano apasionante entre un Fabrice Luchini cada día más superlativo y una Anaïs Demoustier que se crece ante el maestro y ofrece la interpretación más completa de su ya dilatada carrera, pese a su juventud. Lo mejor de Los consejos de Alicia se concentra en los encuentros entre ambos, en ese placer visible que sienten dos artistas al dar lo mejor de sí mismos.. Pero el espectador ha de ser paciente y acomodarse al ritmo de las imágenes y a la espesura de unos diálogos no aptos para todos los públicos, y no me estoy poniendo estupendo, sino realista. Hay a quienes les sonará a chino lo que están oyendo. Para apasionados de la política y/o la filosofía.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El secreto de las abejas
El secreto de las abejas (2018)
  • 5,7
    1.229
  • Reino Unido Annabel Jankel
  • Anna Paquin, Holliday Grainger, Kate Dickie ...
6
La miel del amor
La Inglaterra profunda, my profunda, años 50: incultura, represión, rabia contenida. Jean llega a un pequeño pueblo para ocupar el puesto de médico. Mal vista por hombres y mujeres, tendrá que ganarse su confianza poco a poco. Además, es lesbiana, algo impensable para la época y que debe ocultar a toda costa. Lydia es de esas mujeres que siempre eligen al peor hombre posible, y no para de meter la pata, tanto en su vida personal como en el ámbito laboral. Su ex marido es un gañán adusto y desabrido, como en toda película feminista que se precie, y la maltrata de palabra y obra. Tienen un hijo, Charlie, que posee la rara habilidad de "tratar" con las abejas. Cuando Lydia se quede sin trabajo y sin casa, Jean les acogerá. Poco a poco, una relación más que amistosa se irá trabando entre ambas mujeres... Bien, la historia está contada de forma reposada y algo cansina, sin ahondar demasiado en los personajes. La anécdota de las abejas tampoco está muy trabajada, de forma que ese apunte que apela al fantastique se queda en nada. El romance, con todas las dificultades que conlleva, pasa con discreción por la pantalla, aunque uno empatiza con la pareja, rodeada de gente tan estúpida como analfabeta. Annabel Jankel, otrora firmante de dos mayúsculos bodrios como Muerto al llegar (un remake inútil y mal concebido) y Super Mario Bros., vuelve a la pantalla grande tras 25 años de exilio en la televisión con esta obra tibia, pero a la postre simpática sobre un amor que afronta graves dificultades. Como siempre en el cine británico, buena fotografía, buena música y excelentes secundarios. Pero dan ganas de recibir más...
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tobor el grande
Tobor el grande (1954)
  • 4,9
    79
  • Estados Unidos Lee Sholem
  • Charles Drake, Karin Booth, Billy Chapin ...
3
El robot y los malvados comunistas
Tobor el grande es una película tan empecinadamente mala que cuesta creerlo. Ambientada en plena Guerra Fría, da lecciones acerca de cómo ser un buen ciudadano, amante de la patria y demás zarandajas, incluso desde la más tierna infancia. Rodada de manera birriosa por el ,mediocre Lee Sholem, quien cuenta en su filmografía con títulos tan deleznables como Cannibal Attack o Pharaoh's Curse, se despacha en 77 angustiosos minutos, mientras uno cree que algún agente del FBI entrará de repente en el salón y le obligará a jurar la Constitución (estadounidense, of course). El robot es del mismo tipejo que creó Robbie the Robot, de la entrañable Planeta prohibido, pero está claro que en ésta faltaba presupuesto y/o imaginación. El niño, repelente en todo momento, es de bofetada. El elenco actoral no despierta excesivos frenesís, y si algo conviene destacar es la presencia de Karin Booth, una señora que pasea con elegancia sus sobresalientes pectorales, desmintiendo la idea de que es un ama de casa recatada y virtuosa. Para coleccionistas irreductibles de la ciencia-ficción años 50.
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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