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210 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
Maravilla oculta
Vitalista, tierna, original, fascinante, emotiva, extravagante, crítica, inteligente, mordedora, punzante, seria, feliz, profunda, valiente, genial y maravillosa. Probablemente falten adjetivos en esta lista pero la propuesta audiovisual y sobretodo la propuesta de guión te enganchan desde el primer hasta el último plano. El carisma de cada personaje, la extraña sensación de envidia pero respeto y gratitud hacia ellos, el enfrentamiento continuo entre todas las ideas, la lucha interior del padre (grandísimo Viggo Mortensen), la oposición sin tregua del resto de la sociedad, las dificultades con las que se encuentra el pensamiento propio en la actualidad, la clara intención de mostrar que ningún sistema es perfecto pero rechazando cualquier pensamiento inmobilista y promoviendo la creatividad y la locura como forma de avanzar... todo acaba consiguiendo que ames lo que has visto y te alegres de que hoy en día aún quede cine en mayúsculas al amparo de la industria. Puntuación: 10 de 10.
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302 de 414 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Captain Viggo
¿Cuál es la mejor educación para los niños? Muchos padres se desesperan cuando sus hijos comienzan a tener sentido propio para hablar pero de su boca no salen las palabras que los progenitores esperaban escuchar, sea por un alarde de inteligencia impropio de su edad que deje en cueros a los mayores o por una alarmante insuficiencia de conocimientos. Cansados del método educativo tradicional, hay quienes se plantean una enseñanza basada únicamente en métodos naturales e inculcada por las propias figuras paternas. Este es el caso de Ben y Leslie, que deciden irse a vivir a un remoto bosque donde proporcionarán a sus retoños una educación al aire libre, que les alivie de Internet, cine, televisión, videojuegos y demás estándares de entretenimiento moderno para volcarles en el ejercicio físico y la nutrición mental, entendiendo esta por absorber dosis de casi todas las ramas del conocimiento.

Captain Fantastic intenta retratar a esta familia desde el momento en que Leslie acumula varias semanas ingresada en un hospital de la ciudad. Ben y sus seis hijos se mueven de un lado al otro del bosque desempeñando el mismo plan, hasta que el protagonista recibe la desgarradora noticia de que ha enviudado. La familia deberá decidir entonces si rompe con su exilio voluntario de la civilización o si regresa a ella para rendir un último adiós la mujer de su vida.

El actor Matt Ross dirige y escribe su segundo largometraje como una especie de cuento sobre los perjuicios del estilo de vida contemporáneo, sin que por ello intente defender la alternativa llevada a cabo por los protagonistas de su relato. Bajo un claro manto cómico, decorado con situaciones desternillantes, se esconde un pequeño drama que quizá para la generación de los que hoy estamos en la veintena no parezca tal, pero puede ser un problema de cara al largo plazo. La honestidad de Ross hace que este debate no se quede en una mera fachada, sino que realmente invita al espectador a meditar acerca de hasta qué punto los medios y dispositivos tecnológicos están moldeando nuestra forma de vivir.

Habrá pocos como Viggo Mortensen capaces de personalizar esta idea, de interpretar con semejante tino a un personaje tan peculiar como el Ben de Captain Fantastic, un tipo que cree ser el adalid de lo puro y natural frente al "fascismo" imperante en la sociedad contemporánea. Queda claro desde el principio que el actor neoyorquino no se encuentra ahí solo por sumar caras conocidas al film (que cuenta también con Frank Langella), ya que su manera de dialogar y de comportarse hacen que sea difícil imaginar papeles que le sienten mejor. De igual forma, merecen ser destacadas las interpretaciones de adolescentes y niños, alguno de los cuales corría peligro de ser irritante pero que por fortuna lo único que transmiten es veracidad.

Al fin y al cabo, lo que Ross parece tratar de decirnos con esta película es que es mejor evitar ambos extremos. Los avances proporcionados por las nuevas tecnologías no son malos per se, pero sí que es necesario es encontrar una fórmula que combine las virtudes de estas con el disfrute del entorno natural y el fomento de una mens sana in corpore sano. Quizá esta lectura posea algo más de relevancia en Estados Unidos, pero la idea principal debe subyacer en cualquier sociedad occidental. Esto es lo que hace de Captain Fantastic algo más que un divertido pasatiempo; sin llegar a ser soberbia, la obra de Ross transmite con corrección lo que pretende contar y lo hace de una manera tan agradable como efectiva, sin pecar de buenrollista pero sabiendo escapar de aspectos demasiado profundos.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
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223 de 263 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un "quiero pero no me atrevo" sobre la vida occidental.
He salido de ver esta cinta con sensaciones encontradas. Muy probablemente porque llegué con expectativas demasiado altas.

Los agujeros en el guión me parecen excesivos: por ejemplo, el poco "flipe" de niños que jamás han estado en la civilización con la primera visión de esta; la enorme e irreal capacidad de unos niños que son superatletas, saben varios idiomas, física avanzada, y son perfectamente capaces de cazar sus propias presas; o la increíble incorruptibilidad del cuerpo de la madre que está perfectamente hermoso y no se ha podrido después de 6 o 7 días desde su muerte.

Por otro lado, la comicidad me parece escasa (daba para muchísimo más) y la profundidad filosófica un poco superficial al tocar varios temas en los que tampoco profundiza. Aunque el planteamiento puede parecer socialmente subversivo, al final no lo es, o al menos el autor no se sitúa claramente a favor de la subversión.

En cambio me gusta que una cinta comercial se atreva a tocar cosas generalmente tabú como el hablar de muerte a los niños, la ridiculización de los centros comerciales, lo absurdo de las religiones organizadas, e incluso mostrar con cierto "desprecio" a los primos civilizados.

Me falta un poco de todo, me falta más drama, más humor, y más profundidad en general para que la cinta sea lo que yo esperaba ver. Aún así, bastante por encima de la media general y una película en la que sales pensando.

A destacar la fotografía, con varios momentos de sol frontal y bajo contraste, y la música. Ambas con un toque muy indie.

Todos los actores me parecen fantásticos en sus papeles. Echo de menos más metraje para cada niño por separado. Pero también es cierto que echo de menos tantas cosas, que si hiciesen la película para mi duraría tres horas.
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168 de 211 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Fórmula Indie
No escuchen a los gafapaster: el cine independiente también tira de fórmula, exactamente igual que Michael Bay. En Captain fantastic, para ser honestos, tampoco se molestan mucho en ocultarla y la sensación que queda al encenderse las luces es de que a uno le han colado un relato agridulce en lo emocional y que mezcla demasiadas cosas en lo argumental. ¿Es mala película?: en absoluto. Todo fluye con ritmo, hay momentos inspirados y el reparto es sólido, destacando especialmente el infantil, porque el buen trabajo de Mortensen se da por descontado. Los problemas para el espectador pueden llegar si se para a analizar sobre lo que quiere contar el guión. Sin desvelar la trama, el personaje de Viggo es una mezcla delirante entre libertario, hombre del Renacimiento y exterminador de zombies (para aclaración, ver spoilers) que ha criado a su camada en lo profundo del bosque. Puede parecer que la película va a abrir un buen número de melones sobre temas interesantes como la educación fuera de los cauces habituales, la sociedad de consumo, el alcance del Estado, pero al avanzar la trama vemos que su intención no es esa, ni siquiera provocar algún debate, sino vendernos una historia rocambolesca que busque la complicidad del espectador. Por eso no sé si hay algo más allá de la Fórmula; es muy dificil de decir si la película toma algún partido o simplemente quería contar algo más allá de las peripecias de una familia... peculiar.
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108 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Encantadora y memorable fábula
Puede que lo que cuente Matt Ross no sea nada nuevo, puede que haya momentos en que mi cerebro me haga recordar a Pequeña Miss Sunshine y al rollo familiar que suele traerse entre manos Wes Anderson pero lo que cuenta es sin duda realmente encantador, tan divertido como sorprendente y rompedor. Sino, que alguien se fije en los momentos padre-hija pequeña con diálogos tan explosivos como impredecibles. Una historia a modo de cuento moderno con moraleja de por medio, la vida no se aprende solo de los libros. Frank Langella como secundario que aparece poco también borda un papel con grandes diálogos y bastante trascendencia y relevancia en la trama. Trama donde un Viggo Mortensen nunca había estado mejor desde su todopoderoso Aragorn del señor de los anillos. Espero que le nominen al oscar aunque no creo que se atrevan y tiren por otros papeles mas 'de la academia'. La música también forma parte de la cinta donde denota un tono familiar e indie que sin duda llega a conmover sin pretenderlo porque no es una comedia pero tiene momentos cómicos, porque no es un dramón de llorar pero tiene momentos tristes. Una dramedia fabulosa que merece ser recordada en este año. Mucha personalidad y sobretodo ingenio en Captain Fantastic. Sorprendente.
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76 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Interesante
Es una de esas que aparenta discurso radical, el cuchillo entre los dientes, no hay dolor, Los hermanos Karamazov, subo montañas, cazo ciervos y me los como crudos, corro como Mo (Farah), medito, levito, me parto en dos y trasciendo, para en verdad rápidamente confesarse bonachona, dulzona, bonita de mirar, achuchable, perdonable, querible, arcoíris, lo siento, te quiero y no lo volveré a hacer nunca más.
Denuncia la sociedad del espectáculo empresarial y las grandes corporaciones, la educación como vivero de mentiras e hipocresías, y se dedica a sacarnos niños pimpollos que nos roban el alma y a crear una historia golosamente comercial y entregada.
Bueno, una vez descubierto el pastel, a este simpático capitán Pescanova que tampoco disimuló demasiado su triste truco de magia, ahora trataremos de ir más allá y hablar de sus gracias, desgracias, inteligencias y muchos temas.
- Sí, es mejor la verdad cruda que la ficción almibarada (motivo por el cual esta película justo gusta tanto, por su melocotón). Sí, cuando se habla de proteger a los niños, lo que en realidad se hace es proteger a los padres, proteger sus cuentos, trampas y miserias. Y, de paso, entrenar a sus hijos, que se preparen para ser, inevitablemente ellos también, grandes simuladores, no queda otra, se dicen aunque no lo reconozcan.
Sí, es verdad, basta ya de "infantilizar" a los niños, de considerarlos idiotas a los que hay que engañar y embadurnar de cursilería y estupidez, tapar los ojos ante la perra vida.
- Se trata de encontrar un oasis, una utopía, una forma de orden, de belleza y verdad. Lo cual, por muy hermoso e idílico que parezca, es justo lo contrario de la vida, un abigarrado caos imposible de controlar y dirigir que te come vivo, que te desborda y turba por mucho que te guardes, escondas o intentes dar la vuelta a las cosas. Y, toda esa ansia de absoluto, suele ser además el paso previo al desastre y al dolor, cuando se intenta doblegar a la fuerza, elefante en cacharrería, una realidad resistente a toda forma de uniformidad, cuando se pretende imponer normas, directrices y reglas rígidas que, bajo el manto del ideal, suelen ocultar deseo de dominio, imposición y, en último término, odio a la vida con todo lo que tiene de azar e imprevisto, como hecho cierto. Suele ser también, esa huida hacia delante, hacia el control férreo, casi cuartelero de la manada, sinónimo de fracaso vital, de cobardía e impotencia, el sustrato, si vamos más allá y nos ponemos algo estupendos, de los regímenes totalitarios, de todos los iluminados que en el mundo han sido y de su mucha barbarie como método ineludible para imponer sus sueño/deseo.
- Se hace un canto a la cultura, al conocimiento, al mundo elevado de las ideas, a huir de las vaguedades y las imprecisiones, pero la película se pierde en generalidades, en buenas intenciones y, para colmo, es terriblemente burda, machacona y gritona en su discurso, lo contrario de lo que se supone que son el refinamiento y la sabiduría, la complejidad, sutileza o discreción calmada que acarrean estas virtudes.
- Si son tan contraculturales, no deberían ensalzar a Chomsky como a un gurú, no deberían tener ídolos ni santones, habría que cuestionarlo todo, hasta a uno mismo el primero, todas nuestras certezas, ni hablar de los figurones, catedráticos o académicos.
- Y si citan a Chomsky cuando dijo que la asunción de la falta de esperanza es su garantía, que hay que tenerla para así poder cambiar, mejorar el mundo, yo me preguntaría, ¿y por qué debe haber esperanza a la fuerza?, ¿no es esa la premisa innegociable de toda religión organizada que, por cierto, parece que contradictoriamente repudian, su clave, su centro, lo mismo que de toda forma de intento de expolio y control del sumido ciudadano medio, la promesa de una recompensa que nunca llega, la excitación de un deseo, de un final feliz, ardid en el que se basa toda la industria comercial, todo modo de venta o engaño, el si haces, compras, votas, te afilias, pagas o te suscribes a todo lo que te oferto u ofrezco, tu vida será gloria, ya sea material o espiritualmente, matrimonial, sexual o económicamente, la eterna zanahoria o timo de la estampita ta conocidos?, ¿no se podría rechazar esa gran esperanza como artificio forzado, optimismo falaz y malintencionado normalmente, como candidez interesada en el mejor de los casos?, ¿no sería mucho mejor observar tal cual, el funcionamiento del mundo objetivamente, sin apriorismos ni prejuicios, atentos a cada caso concreto, a la evolución de las situaciones, al contexto, al hombre y sus circunstancias, a las causas y otras ascuas y luego, ya si eso, ponerse verdosos y esperanzados o resignados o activamente pasivos o lo que sea, ya se verá?, ¿no se esconde detrás de ese voluntarismo optimista muchas veces una negación terca y lerda de la realidad que acaba deparando mayor confusión y tristeza al sobrevalorar las capacidades humanas ante un medio que le condiciona tanto y que cambia constantemente, obligándole de esa ciega manera a chocar y esmorrarse contra fuerzas que le superan y no entiende apenas, movido como tonto por eslóganes y lemas vacíos de contenido del tipo si quieres, puedes, hay que luchar por los sueños y otras chorradas o simplezas parecidas tan del gusto de muchas muchedumbres y leitmotiv de tantas películas comerciales o anuncios generales?, ¿no se basan también en esa idea todos los charlatanes, escritores de best sellers de autoayuda y demás impostores, por no hablar de políticos, curanderos, hechiceros y otros tahúres? ¿no habíamos quedado en que era mejor la verdad difícil que el consuelo simple?
- ¿No es innecesariamente exagerada, hasta grotesca, la dimensión de superhéroe del protagonista, no se les fue de las manos esa mezcla de Einstein, Rambo, Usain Bolt, David Crockett, Buffalo Bill, Ralph Waldo Emerson, Whitman, Abraham, Dersu Uzala y Tolstoi?
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114 de 184 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Von Trapp revisited
El protagonista es un superhombre capaz de enseñar seis idiomas a sus hijos sin salir del bosque, y de darles la formación necesaria para ser admitidos en Yale además de un entrenamiento físico propio de marines. El nuevo hombre, que se aísla de la sociedad para conseguir esta fabulosa superación, es un superhombre que cría supermanes (y superwomanes).

Por suerte para el, sus seis hijos son por igual superdotados física e intelectualmente, además de guapos a rabiar. También por suerte para el, que su pareja resulte ser bipolar tras el nacimiento del primero de los hijos no ha sido un obstáculo para sacarlos adelante.

Pretendiendo contraponer al modelo social imperante un modelo nuevo, humanístico, directamente pasa a presentar este modelo como olimpiaco, o sea para dioses, sin mas pasión que el conocimiento y la superación física. Todo es armonía en el paraíso.

Para qué el superhombre prepara a sus hijos, si no tiene intención de que salgan del bosque, es un misterio. Sera para que procreen entre ellos y generen una nueva especie humana; el homo supersapiens ( o robinsansonico) . Desde luego no los prepara para que sean críticos y tolerantes. Es la versión Chomsky del adoctrinamiento cristiano. Mira que les gusta las religiones a algunos agnósticos.

Situaciones cómicas hay a porrillo porque es tan inverosímil que da sonrojo. Hay un momento en el que piensas que si cantaran serian los Von Trapp revisited. Y es precisamente el momento en el que se arrancan a cantar, jajaja. Una gozada!

Mas en spoiler.
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117 de 195 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Hippylollas
No es que no se mueva ni un milímetro del estereotipo más vergonzoso, de la caricatura más gruesa, es que provoca carcajadas involuntariamente, que, por cierto, son las más divertidas por inesperadas. Por eso no le pongo un 1. Me hizo reír en los momentos más "profundos" y "filosóficos". Por ejemplo, el funeral alternativo es de lo más gracioso que he visto en algún tiempo, con la cultísima música de Guns N' Roses y esas coronas de flores y plumas de ave a lo indio; o esa sabia despedida paternofilial del "Sé tú mismo" y "No te mueras" que me llegaron al alma.
Una banda, vamos. Una banda de seres superiores física e intelectualmente, con todos esos conocimientos enciclopédicos, bueno, más bien wikipédicos. Eso es, Wikipedia papá, que es todo un hortera de parque temático( especialmente en la 2ª parte, cuando sale de "hippy vestido de payaso" como dice el, éste sí, muy sabio abuelo) y su sabionda prole que oscila entre el repelente niño Vicente y Rambo. Un paraíso de la República de Platón( literal de la carta cursilona de la difunta mamá) que más bien parece una utopía Ikea, una república independiente de su casa, que es todo el mundo y más allá, con sus estrellas, "bujeros" negros y de gusano (Mortensen enseña la picha) y universos para lelos.
Una familia new age que repele y agota, en un primer momento, pero que, según les vas conociendo, son de lo más desternillantes por ridículos. Una filosofía de andar por casa, que, como digo, es el universo y más allá, que incluye citas de Noam Chomsky a lo cookies fortune y actos de rebeldía muy chungos: un robo a un supermercado con una estrategia muy sofisticada y tirar unas cenizas por un retrete.

Definitivamente, creo que, sin ánimo de ser conspiranoico, Donald Trump está detrás de todo esto. Está escrita por el peor enemigo de los antisistema. Ya lo dijeron Siniestro Total......Mata hippies en las Cíes...Ahhhh...
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110 de 187 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La secta de Noam Chomsky.
220/15(20/11/16) Decepcionante segundo film de Matt Ross (también guioniza), avalada por sus buenas críticas, por un argumento sugestivo y un protagonista carismático, pues este potencial se diluye con una arrogante clase moralista, queriendo adoctrinarme maniqueamente sobre que el mundo sería mejor si fuéramos maoístas y viviéramos en cuevas, alimentándonos de lo que cazáramos, y entre medias debemos creernos que el gurú de la tribu sería un Platón moderno que mientras da clases de adiestramiento militar, inculca enseñanzas cual robot, una fábula antisistema y anticapitalista que me da grima, pensaba que en algún momento habría una catarsis en la que se cuestionaría de algún modo esta visión idealizada de un mundo cavernícola, hay un tramo en que parece que así va a ser, pero entonces redobla su apuesta panfletaria llegando a rozar (siendo benévolo) lo insoportable, con unos niveles de condescendencia y superioridad moral que dan arcadas. Una road-movie iniciática sustentada en un argumento que tras su pretenciosa propuesta está cogida con pinzas, con multitud de trampas y agujeros propagandísticos que no pueden ocultar su endeblez estructural.

Ben (Viggo Mortensen) vive con sus seis hijos en medio del bosque, en armonía con la naturaleza donde cazan animales para alimentarse, siembran sus propios productos, los entrena bajo condiciones difíciles y estrictas, para que sobrevivan ante tales condiciones y ante cualquier eventualidad en el mundo exterior, los educa a su manera, los hace críticos del sistema.

El relato nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, sus niveles de contradicción chirrían más que los goznes del Titanic en el hundimiento, nos quiere hacer ver que se puede ser feliz en una secta que vive de espaldas al consumismo, entonces porque está la madre en un hospital? Nuestro mundo tiene muchos males, pues claro, pero tiene virtudes, como las clínicas, pues que en su radicalismo o todo o nada. Arremeten contra el sistema, son anti todo, sobre todo anti religiosos, pero ellos hacen culto de un filósofo, hacen ídolo a Noam Chomsky (Se ha definido a sí políticamente como un anarquista o socialista libertario), desparramándose el clan en una vergonzante escena del cumpleaños del susodicho. No creen en el consumismo (eso dicen), cuando en realidad lo que no creen es en pagar, pues de robar en supermercados aprovechándose de mentir con una enfermedad (rastrero) si que saben. Quiere fomentar el respeto, la paz y la justicia, pero al contrario (por el adoctrinamiento político del padre) se permiten odiar a los religiosos, como si su vida no fuera un modo dogmatico de fe que no se cuestiona. Quiere ser radical y políticamente incorrecta en sus planteamientos de cómo una vida alternativa nos haría mejores, pero su desarrollo es dócil, buenista, blandita, artificiosa, no puede ser que todos los hijos sean cruces entre Rambo y Aristóteles, no puede ser que nos quieran vender al superhombre (o supermujer) de Nietzsche, todos fuertes, inteligentes, y rubios, esto hace unas décadas lo quiso instaurar un tipo con bigotito. No puede ser que nos venga a decir que los colegios no sirven, que no educan bien, cuando en realidad el Líder de esta secta no educa, lava el cerebro, para que toda su prole piense en bloque cual comité comunista. Y que pretende el realizador con este nocivo mensaje, que sean nuestros padres los que nos eduquen? No puede ser que quieran hacernos ver que la mejor educación para los niños es que pierdan la inocencia que les hace niños, no se puede hablar con ellos de todo, cada edad debe tener su temática, sexualidad, suicidios, el comunismo,..., discutible es poco. No todos pueden ser Doctos y físicamente superdotados como este Capitán Fantástico. No puede ser que lo que en realidad estamos viendo es una secta endogámica que no tiene relación con el mundo exterior, ello para que no se contamine de las ideas de nuestra tóxica sociedad, que espera el bueno de Ben, que procreen entre ellos incestuosamente?

Una especie de revisión complaciente de “La costa de los mosquitos” (1986), que al principio expone sus mejores cartas con un manual de boy-scout ágil, con momentos bucólicos, pero en cuanto comienza la road-movie descarrila, llegando a momentos de vergüenza ajena cuando se presentan como hippies horteras en la Iglesia, una cosa es ser ateo y otra ser un irrespetuoso. La filosofía barata que mana del relato es de todo a cien, hacernos creer que un mundo mejor es una Utopía anarquista, comunista, donde lo mejor es vivir en comunas new age, con este universo los avances del mundo se habrían quedado en el fuego. La empatía y su conexión con el espectador (o sea yo) es nula, por la falta de aristas del protagonista y sus repelentes vástagos, y es que partimos de que no hay mínima profundización en el protagonista, no sabemos quién es, de donde viene, porque es tan inteligente y tan pedagogo con sus hijos, de donde le viene su comunismo, porque ha huido de la sociedad, simplemente porque sí una mañana se levantó con su mujer y se dijo hoy nos hacemos ermitaños. Tampoco ayudan unos diálogos moldeados, prefacturados, manipuladores y forzados. Todo esto deriva en la falta de emoción, su mezcla de drama y comedia me queda sosa, sin moverme a sentimiento alguno de sensibilización, pues todo se siente plano. Se añade un final que se alarga más que una visita de los suegros, estirándose en un océano de redundancias hippies, con momentos no aptos a diabéticos, llegando a parecer el tedio.

Hay tramos de un subrayado hiperexcesivo, como lo es el de la visita a los cuñados-tíos, esa pompa que se gasta Ben de altivez y petulancia que se erige en demiurgo capaz de discernir lo bueno, malo y perverso de nuestra sociedad, y para ello el hastiante colofón de poner a la niña pequeña de repelente sabelotodo.
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97 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Desmontando la esencia de la vida
Me resulta gracioso tratar temas de cine fuera de los círculos más eruditos en la materia. En la mayoría de ocasiones diferentes reuniones que poco o nada tienen que ver con ello suelen convertirse en distendidas charlas sobre el séptimo arte y sus colaterales (sí, de Brad Pitt y la Jolie también). Reuniones que suelen tener un común final: el terminar acribillado sobre qué película recomendaría, si tal o cual actor lo considero notable o que explicación le encuentro al absurdo y sorprendente éxito de 'Ocho apellidos vascos'. Conversaciones en las que, para que negarlo, disfruto como un enano pero en las que, a fin de cuentas, terminan teniendo todas un común denominador: saber si tal o cual película merece la pena verse.

'Captain Fantastic' es una de esas películas que llegan a lo largo del año que te dejan huella. De esas que no olvidas fácilmente y que tras una noche en compañía del gran Johnny Walker no haces sino darle vueltas y más vueltas a la trascendencia de su guion. Sí, de esas que merecen la pena, y mucho, se lo digo yo. Palabra de boy scout.

Premiada en Cannes en la sección Un certain regard (mejor director) y tras su premier en Sundance, llega a España el segundo largometraje en la carrera de Matt Ross (actor de reparto que podemos quizás recordar de películas como 'American Psycho', 'El aviador' o de la serie televisiva 'Big Love'), un autor que sin duda ha encontrado su lugar dentro del séptimo arte: detrás y no delante de la cámara. 'Captain Fantastic' es tan recomendable como sorprendente. Deudora por momentos de la estética nerd de Wes Anderson aunque en este caso más ochentera que sesentera; la película utiliza una mezcla de comedia, simpatía, sensibilidad, melancolía y sobre todo mucha emotividad sobre la dificultad de cómo ser padre, qué educación y que valores fundamentales transmitir a nuestros hijos y de como la sociedad cohabita dentro de la tenebrosa jungla de asfalto, con sus virtudes y sus demonios, ampulosa de consumo y marcas comerciales, dando cada vez más valor a la esencia individual y egoísta más allá de los pilares de la unión, apoyo y respeto. El respeto que da el escucharse, el escucharnos y tratar de comprender las diferentes versiones sobre la vida, la muerte y el cómo ésta debe sobrellevarse. Una historia que no oculta cierto tono autobiográfico de base, de vivencias personales, ya que Ross vivió durante muchos años en unas comunidades alternativas que su madre ayudó a fundar, nada de hippies como despectivamente o de alguna forma reduccionista se tiende a tildar a este tipo de sociedades, sino familias que cansadas de un tipo de vida se instalaron en el bosque para vivir y ayudarse unos a otros.

La película, como la vida, se sustenta en varios pilares fundamentales sobre los que se erige fuerte y consistente. Esos pilares no son otros que la fuerza del poderoso guion y la soberana presencia de un actor completo y absolutamente maduro como Viggo Mortensen; una rara avis que no terminó devorado por el lado comercial del cine Hollywood a pesar de sus éxitos, y que siempre prima los grandes trabajos, en Europa o América Latina, más allá del vil metal que dan otros films. No sería de extrañar que ambas aspectos, guion e interpretación masculina obtuvieran premiso de aquí a principios del año próximo. Completan el reparto un estupendo George McKay ('Pride' o 'Sólo ellos'), quien junto a Samantha Isler encabezan el destacado reparto juvenil, y los populares Frank Langella, Kathryn Hahn y Steve Zahn.

También son un placer para los sentidos la fotografía Stéphane Fontaine, jugando con desenfoncados y luces naturales -muy indie-, y la música que Alex Somers aporta al film. Somers, norteamericano afincado en Islandia, explora su estilismo visual llevado a los tonos de sus composiciones: Experimentales, sensoriales y que conjugan magistralmente los tempos del guion.

Una auténtica delicia de película que narra como un padre de familia y sus seis hijos y tras vivir diez años en los remotos bosques han de abandonar su estilo de vida y volver a la civilización. Un choque de mundos y cultura tratado con humor no exento de emotividad y que no hace sino desmontar la sociedad contemporánea a través del dilema moral de la educación y el respeto.

Una historia compleja y conmovedora, a la que apenas podemos achacar un par de momentos de fino maniqueísmo -tan difícil de evitar en este tipo de films- y que volará delante de sus ojos como un suspiro. Indispensable joya contemporánea.

LO PEOR: Su emotividad y complejidad emocional. Cine con mayúsculas.
LO PEOR: Algún momento de brocha gorda.

VALORACIÓN:

Banda Sonora: 8,5
Fotografía: 8
Interpretación: 9
Dirección: 9
Guión: 9
Satisfacción: 9,5

Nota Final: 8,80

@hilodeseda - www.habladecine.com
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67 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Es posible vivir fuera del sistema?
Esa es la pregunta que se hace el para mí desconocido Matt Ross en esta película estupenda y muy interesante. Y su respuesta es no del todo. Decía Mortensen en una entrevista que lo más fácil hubiera sido presentar al protagonista, Ben, como un héroe y a los capitalistas como villanos, reduciendo la historia a un enfrentamiento entre buenos y malos, pero que afortunadamente Ross había optado por tirar por otro lado y por eso Mortensen había aceptado el papel. Aunque Ross deja clara sus simpatías por Ben este, como humano que es, está lejos de ser perfecto y también se equivoca y mete la pata. Y su suegro,que representaría a los defensores del sistema, por muy cabrón que sea no es malvado y todo lo hace para proteger a sus nietos y estar con ellos. Todo esto le da verosimilitud, realismo y complejidad a la película y me parece un gran acierto. Como también me lo parece que introduzca de vez en cuando momentos y diálogos cómicos realmente divertidos que suavizan el drama que sufren los personajes y que están muy bien metidos, sin ser forzados en absoluto.
Además de plantear cuestiones muy interesantes como la lucha contra este sistema inhumano y antinatural, la paternidad y las relaciones paterno-filiales, Captain Fantastic está muy bien hecha en todos los aspectos, destacando la dirección, la magnífica fotografía, la banda sonora (me encantó esa peculiar y preciosa versión de Sweet Child O' Mine de Guns N' Roses interpretada realmente por los actores) y las grandes interpretaciones de todo su reparto, especialmente un Viggo Mortensen impresionante que consigue que parezca que su personaje ha sido escrito para él y los sorprendentes chavales que interpretan a sus hijos los cuales, incluso los más pequeños, están a un nivel que ya le gustaría a intérpretes mayores y más experimentados, más teniendo en cuenta que sus papeles son bastante difíciles, con una gran carga emocional.
Las únicas pegas que le pongo son que a veces peca un poco de sensiblera, que algunos momentos resultan un poco inverosímiles y que sobre todo en la parte final se nota que intenta contentar a todo el mundo, tanto a los detractores del sistema como a sus defensores. Personalmente me hubiera gustado que se mojara más en ese aspecto.
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39 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
La película más sobrevalorada del año. Y posiblemente también la más falsa y manipuladora
Se veía venir habiendo leído las críticas, pero aún así tenía esperanzas de que 'Captain fantastic' fuese una película aceptable, pero no. Incomprensible ese 7'5 que tiene si realmente alguien busca una película con algo de verosimilitud.

Dejando a un lado el adoctrinamiento político y religioso que lleva a cabo la película, lo de vivir apartados de la sociedad puede resultar un punto de partida interesante. Sin embargo nadie puede creerse lo de que los niños sean todos superdotados, por muy dictatorial que sea el padre, es imposible que en esas condiciones todos hablen 6 idiomas de forma fluida (incluyendo el esperanto, tócate los cojones), unido a que sepan derecho, física, medicina (por lo visto saben curar roturas de huesos incluso), y al mismo tiempo sean unos atletas, sepan cazar, se organicen para robar, etc. Tienen algunos libros y ya con eso parecen saberlo todo, también de pensamiento político y religioso. Aunque bueno, realmente sólo repiten como papagayos lo que les enseña el padre (buena interpretación de Viggo Mortensen).
Por supuesto el blanco preferido es el cristianismo, incluso en la película lo dicen "no hay que meterse con nadie, salvo con los cristianos". Claro, es que si te metes con los musulmanes igual no lo cuentas, tontos no son, la verdad.
Por supuesto el capitalismo es basura para todos los protagonistas, pase lo que pase, y todos los que viven en sociedad son unos borregos ignorantes.
Uno de los protagonistas se declara maoista y no pasa nada, todo sigue su curso e incluso nos quieren hacer ver que es buen chaval (si bien es cierto que ese personaje dice una frase bastante afortunada, pero poco más). ¿Os imagináis una película donde un chico sea neonazi o fascista y todo siga tan normal? Pues eso. No olvidemos que si ha habido un dirigente político sanguinario en el siglo XX ese ha sido Mao.

En fin, supongo que tendré muchos negativos en esta crítica porque si tiene un 7'5 es que le ha gustado a la mayoría, pero una película en la que los 7 protagonistas son odiosos (unos más que otros) ya se empieza a torcer desde muy pronto, sólo hay que ver cómo se siguen desarrollando los acontecimientos para que se confirme lo peor. No me ha conmovido evidentemente porque no puedo empatizar ni con la historia ni con los personajes, y muchos ven en la emotividad el punto fuerte de la película, así que no puedo coincidir con ellos.
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56 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Moonrise hell
Aunque no se pueda gritar muy alto por miedo a caer en opiniones discordantes o calificaciones oscuras, la segunda película de Matt Ross es el desastre del año. No lo es, solamente, por la proposición de su tibio argumento sino, más bien, por dejarlo en terreno de nadie al no creerse nada de un guión, escrito por él mismo, con casi 120 minutos de metraje.

Hasta aquí nada diferente a lo que ocurre cientos de veces cada curso cinematográfico. Sin embargo, esta vez el error parece haber calado en el público y en los jurados y, de la misma forma que nos sucede cada vez que encendemos el televisor, tampoco sabemos la razón.

Lo justificaríamos si todo recayera en la atracción hacia su figura principal, aunque lo que asusta es que algunos vean un atisbo de libertad en esta alternativa dictatorial donde el control bien se podría trasladar de los verdes bosques del noroeste del Pacífico al norte de algún país asiático.

La propuesta engancha por radical en espera de su antónimo. Pero cuando llega, la narración se limita a anteponer extremos atolondrados. Música clásica, excelencia y vino contra consolas, hipotecas y jardines imperfectos. Y cuando creíamos que llegaría la esperada autoconsciencia (por un instante parece hacerlo), la película se despeña en la trampa de una manera estrepitosa con, tal vez, la escena más ridícula vista en un cine en tiempo. Pocos serán los que no sepan identificarla. La incoherencia del mensaje queda al descubierto mientras la gasolina se regenera, los dientes brillan más que nunca y los vestidos realizados con piel de animal hacen palidecer a los mismísimos diseñadores de moda.

Salvemos, como se ha dicho antes, al bueno de Viggo ya que él es el único reclamo. El polifacético actor se pasea en todo su esplendor y, tal vez, ese sea el gancho al que agarrarse. Nada desdeñable, por cierto. Es su imagen la única capaz de sustentar el fondo. Y con ello, la peligrosa costumbre moderna de quedarnos con la superficie sin atender a las consecuencias.

Claro que de eso nuestro mundo ya sabe un rato.

Mejor no encendamos la televisión.
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53 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
La tontería del año
Esta película es tan irreal que resulta risible. Un tipo vive con sus hijos en el bosque, y todos ellos son unas máquinas intelectuales, pudiendo discutir sobre política y economía. También son unas máquinas físicas, pudiendo hacer deportes de riesgo y ejercicios de alta intensidad. Buenos cocineros, increíbles conocimientos de supervivencia (nada más empezar, matan un ciervo lanzándose sobre él y rajándole el cuello, ahí es nada). Vamos, que no son personas, son superpersonas. A mí el que más gracia me ha hecho ha sido el pequeño gritando soflamas anticapitalistas.

Pero vivir aislados en el bosque tiene sus inconvenientes, y es que no han desarrollado inteligencia emocional, ni conocimientos sobre la sociedad que les rodea.

Es una película para pasar el rato, más orientada a los que no saben quien es Noam Chomsky, que a los que sí.
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41 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El precio de la diferencia
Ser diferente no es malo. Sólo resulta complicado mantener la distancia con el común. Ser igual que la mayoría tampoco es intrínsecamente bueno, ser como los demás no tiene que ser algo favorable. Cada uno es como es y cualquier tiene cosas positivas y negativas, que suelen ser las mimas. No podemos pensar que por salirnos de unos cánones somos mejores o peores que los demás. En algunos aspectos la originalidad es muy valorada. En otros casos disimular nuestra presencia en el conjunto monocromo se considera la máxima aspiración.
Las diferencias deberían ser buenas y estar valoradas. Esta valoración se trunca por la desconfianza de los que no las aprecian; un comportamiento distinto al esperado, levanta suspicacias a los envidiosos, a los poco empátícos, a los inflexibles, a los que no son capaces de ponerse en la piel de otra persona. El problema no es la persona que no es como las demás, sino los prójimos que no son capaces de respetar las diferencias, ya no digamos de valorarlas positivamente.

Además de nuestra individualidad, diferenciadora por definición, está ese modo de vida distinto del que deciden participar un grupo de personas, una comunidad. Ahí es donde se les empieza a considerar peligrosos para sí mismos y para los demás. Ahí es donde la maquinaria social pone en marcha toda su potencia para aplastar o para acorralar en un redil sin escapatoria al grupúsculo que se destaca, al que alza una voz disonante en el coro social que componemos entre todos. De esta forma surgen las leyes que intentan preservar nuestra forma de vida, de protegernos frente a los diferentes. Mentira. Las leyes preservan y protegen la forma de vida de los que mandan, que suele coincidir con la forma de vida de los poderosos. De esta forma surge el estado, que se erige en protector de unos valores ensalzados como comunes y que permiten ese arropo social del grupo por el que nos sentimos protegidos de nuestros propios miedos. Porque vivir diferente es vivir libre de miedos, es alcanzar plenitud interior y con el entorno, es cuando la sinceridad te hace ver un mundo más real y más cercano, es sobrevolar por encima de tus propias aspiraciones en favor de las del grupo.

Me apetece citar muchas frases de esta película. Esta es una de ellas: "Si asumes que no hay esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto hacia la libertad, que hay oportunidades para cambiar las cosas, entonces hay una posibilidad de que puedas contribuir a conseguir un mundo mejor. Esa es tu alternativa". Confieso que he tenido de consultar quién es Noam Chomsky: un lingüista, filósofo y teórico de la izquierda en Estados Unidos, que se convierte en protagonista indirecto de una película comercial. Hasta el punto de que la familia alternativa de Captain Fantastic celebra su onomástica en lugar de la Navidad. Todo te descoloca en esta película: el modo de vida familiar: armonioso, ligeramente castrense, instructivo, saludable, agreste, sangriento, estudioso, musical; la forma de ganarse la vida; el aprovechamiento del tiempo una vez que te alejas de la televisión y de otras tecnologías modernas; la formación de izquierda radical (podía haber sido de otro tipo); el contacto sorprendido con el resto del mundo.

Esta continua sorpresa e inquietante descolocación es la que te atrapa en su bucle, hasta hacerte desear ser actor principal de uno de esos modos de vida diferente, querer echarte al monte y cambiarlo todo, desear ese espacio libre de miedos, de angustias y de obsesiones que te permita saborear la felicidad.
Magnífica película para la reflexión, a la que le pueden sobrar los dos minutos finales de rendición.
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35 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
¿Dónde está lo fantástico?
Ben (Viggo Mortensen) vive con sus seis hijos en medio del bosque, en armonía con la naturaleza donde cazan animales para alimentarse, siembran sus propios productos, los entrena bajo condiciones difíciles y estrictas, para que sobrevivan ante tales condiciones y ante cualquier eventualidad en el mundo exterior, los educa a su manera, los hace críticos del sistema.

Es evidente que en algún momento tiene que venir el quiebre del argumento, donde este clan tiene que enfrentarse a la sociedad, especialmente los chicos más pequeños quienes prácticamente toda su vida la han pasado recluidos. Lo hacen por una situación un tanto lamentable referente a otro miembro de la familia que se encuentra enfermo.

Captain Fantastic fue estrenado en el Festival de Sundance, pasando también por la sección Un Certain Regard de Cannes donde se alzó con el premio a mejor dirección, afronta entonces la aventura de este soñador individuo frente a la necesidad de impregnarle su visión a sus hijos, y de luchar de forma extrema ante un ya mencionado sistema turbio y sucio, que sin pensarlo mucho, se sabe que está así.

Ross quien también es guionista intenta desesperadamente generar empatía con su propuesta, pero falla desde el primer minuto, no hay una contextualización del motivo por el cual este hombre ha tomado la decisión de vivir bajo esas condiciones. Además, los diálogos se encuentran muy forzados, muy construidos, especialmente los de los chicos, lo que le resta credibilidad al relato.

El drama está ahí, pero en ningún momento se puede tomar en serio, nunca el espectador se va a sentir consternado, precisamente porque la contextualización ya mencionada antes simplemente no existe. Hay un intento de meter situaciones cómicas que tampoco calzan, que no prosperan, todo se siente muy ingenuo, falso y predecible.
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31 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Pereza tremebunda
Ni siquiera funciona cuando entran en escena los malos y capitalistas, único momento en el que el onanismo de Chomsky levanta un rebuzno entre los suyos. Ya ni es necesario, el mensaje está tan calado y se discute tan poco que hasta los desfiles aburren, aunque sea de los tópicos más cansinos y repetitivos y por ello los más aclamados.

Que si Papá Noel, que si McDonald's..en fin, perfecta para disfrutarla en tu home cinema de 3k euros rodeado de tus hijos con uniforme ya que, al fin y al cabo, es a lo que aspira. Consigue, eso sí, rozar la parodia con su exageración.
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20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El siempre necesario aliento del Cine Indie.
Avalada por el premio al mejor director, en el la sección "Un Certain Regard", de la pasada edición del Festival de Cannes, se presenta la segunda película de Matt Ross, un realizador que hasta el momento, firma se obras desde su propio guión original, factor siempre a tener en cuenta, en un planeta cine tan consumido e invadido por los productos de encargo manufacturados.

Precisamente, y protegido por la tranquilidad de libertad creativa que proporciona el terreno independiente, a Ross no le ha temblado el pulso para poner en marcha una curiosa road movie, en la que un padre vive aislado en el bosque con sus seis hijos, de diferentes edades, completamente a espaldas de una sociedad de consumo, a la que consideran nociva y degradante para el individuo. Pese a ello, se verán obligados a regresar a la civilización para hacer frente a un asunto familiar urgente.

Portando un acertado discurso anticapitalista, el film adquiere sus mejores momentos, cuando se sitúa hábilmente entre conceptos políticos, que contemplan el comunismo como base teórica, y visiones filosóficas, que acaban por encumbrar la figura de Noam Chomsky, como una especie de Papa Noel para chicos listos. Es en ese punto, donde los diálogos de calidad su suceden, se respira ese estilo nada convencional, del que siempre ha podido presumir el cine indie.

En contra, tener que asumir algunos aspectos demasiado inverosímiles en la educación de los niños, puede que esta particular Costa de los Mosquitos que Ross ha construido, se sustente mejor en su parte inicial, justo antes que el transito emocional al pasado de ese mencionado encuentro familiar, y el exceso de argumentos, amargue un tanto tan prometedor punto de partida, que al menos, en sus formas, recuerda al film que Peter Weir estrenó, a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, con Harrison Ford como protagonista.

Hablando de actores, no se puede pasar por alto este capitán fantástico, que desde la naturalidad y la contención, ha construido Viggo Mortensen, - desnudo integral frontal incluido - bien acompañado por un grupo de talentosos, y en su mayoría, menudos interpretes, y por la presencia, siempre estimulante, del veterano Frank Langella, al que la edad no ha restado un solo ápice de contundencia.

Finalmente, puede que a muchos no les llegue del todo el mensaje de esta agradable fábula antisistema, quizá lo mejor que se pueda decir de ella, es que no juzga la motivación de los personajes, dejando que entendamos que, como suele suceder con casi todas las facetas o situaciones de la vida cotidiana, siempre surgen voces a favor y en contra, algo que permite al espectador sacar sus propias conclusiones, sin llegar en ningún momento a sentirse coaccionado.



<Lee esta critica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>
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25 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Soberana fantasmada
Para mi es una película totalmente fallida, más bien debería titularse "Mi primera semana en los Boy Scouts". Digo que es floja por no decir Mala. Todo el elenco infantil, es manifiestamente mejorable, quizá pésimo. El guión peor si cabe, salvo un par de frases New Age. No hay casi nada aprovechable, simplemente parte de la idea del "buen salvaje", pero no avanza hacia ningun lado, salvo una insistir en una serie clichés en torno a la educación que bien podría ser parte de un debate de chavales de 2º de la ESO. Viggo es el único que aguanta el tipo, lo demás no hay por donde cogerlo. El director mas parece que quisiera convencernos de justo lo contrario de lo que la película propone: fuera de la sociedad no se puede vivir, no hagas el tonto, y quizás esa es la idea central de la pelicula, porque todo lo que muestra, te lleva a pensar justo lo contrario de lo que realmente parece que fuera su intención.

Podriamos seguir abundando en adjetivos críticos, pero cada vez estoy más en contra de lo que últimamente se puede leer en FA, porque la gente se empieza a exceder tanto en el adorno y el engolamiento, que las criticas se han convertido en una sucesion de frases rimbombantes, sin sentido ninguno, muy al estilo de críticos especializados, como Boyero y compañía, que más bien parecen hechas por políticos para no decir nada.
Sigue en el spoiler....
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18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Anarquismo grotesco que no entiende. Road movie familiar que no arriesga.
(Veo algunas críticas políticas desde una posición neoliberal, capitalista y conservadurista, y creo que es necesaria una crítica dentro del pensamiento anarquista).
No se equivoquen. Es un telefilme entretenido de tarde de domingo, con toques que pueden hacernos pensar hasta que se termine la película y volvamos a nuestras vidas. El típico filme veraniego sobre el vivir en comunión con la naturaleza, deudora de Walden de Thoreau, muy Into the Wild o The Kings of Summer, con una crítica al sistema capitalista. No se asusten, los actores/actrices están muy bien (los más pequeños están genial) y un diseño de arte y fotografía muy bucólicos. La banda sonora, a mi parecer, es previsible y cae en el hipsterismo pseudo-hippie actual, sumándole esas improvisaciones folk que esperarías totalmente de una película que recoge todos los elementos del género. Pero el fallo de este filme, y de todo el género, es la crítica socio-política descafeinada. Aquí intentan llegar más allá, pero en un momento se detiene. No arriesga. No interesa. Y no lo hace porque pasa por encima de una teoría anarquista, adorando a Noam Chomsky (aunque los protagonistas, por el contrario, se mueven por un anarquismo primitivista), recogiendo frases chulas (algunas veces dichas gratuitamente, sin contexto alguno, como en el final entre Bodevan y Nai) que están muy bien para mostrarnos la ideología de los personajes, pero sin desarrollo ni causa alguna: No conocemos en ningún momento la motivación del padre para desmarcarse del sistema, y los hijos e hijas simplemente han sido adoctrinados por él sin conocer activamente el mundo exterior capitalista (aunque con una educación y pensamiento crítico que se agradece, y es uno de los puntos fuertes de la película, a mi parecer).
Existen dos tramas dentro de la película: La recuperación de la madre (donde se muestra bastante bien elementos de la violencia institucional, aunque se trata de una trama bastante insulsa que intenta ser emotiva y que obvio aquí por no ser demasiado interesante) y la dicotomía entre una ideología política y otra (el anarquismo primitivista y el capitalismo). Lo interesante del filme es que intenta hacer una crítica de los dos sistemas. El gran fallo, es que la crítica a la primera es incorrecta, porque ha construido una visión grotesca y criticable de ésta. Es decir (a parte del primitivismo, qué nervios cogí pensando en la desnutrición infantil que campaba a sus anchas en esa casa) la extrema educación y modo de vida casi militar que impone el padre. Esto ya echa para atrás, y hace pensar al espectador medio que, o se vive en el sistema, o se vive como vive la familia protagonista. El padre parece ser un profeta psicótico que educa a sus hijos de manera que puedan sobrevivir a un "mundo real" que él entiende como fuera de la sociedad y en la naturaleza, una paranoia innecesaria, llegando a escenas absurdas que rozan lo grotesco, como la escena de la escalada, que muestra al espectador una normalización de un maltrato infantil innecesario y que no defiende ni explica en absoluto el modo de vivir de dicha familia. Se nos muestra al hijo que se desmarca de dicha ideología como un ser sin pensamiento crítico, cuando simplemente quiere abandonar el autoritarismo absurdo del padre. Otro de ellos tiene un arrebato friki porque no sabe comportarse en el amor, una escena completamente irreal y con un monólogo absurdo que no tiene ni pies ni cabeza viniendo de un personaje como ese, con una educación crítica que asumimos que va en contra de lo que precisamente está diciendo, una escena hecha para intentar mostrarnos que el ambiente educativo en el que se mueve es deficiente en aspectos básicos del crecimiento adolescente. Muy forzado. Es interesante el cambio ideológico en el cabeza de familia cuando por fin la vida de uno de sus hijos se ve afectada, intentando realizar algo que va en contra de la voluntad de otro de ellos, y sólo es ahí (y este es el problema) cuando es posible criticarse su modo de vida, en medio de un juego infantil más que cuestionable para cualquier ser humano razonable, y más dentro del pensamiento político que profesa la familia. No es serio, es el inicio del desenlace de la trama, sin arriesgarse a tener una base sólida. Al fin y al cabo lo que se critica es el juego infantil que se realiza, y se achaca a todo el modo de vida y toda la ideología: infantil, un juego de niños que debe acabar, otra película coming-of-age. Y ahí pierde todo su encanto y se convierte en otro filme más para la repisa que terminará olvidado. Aún así, tiene aspectos muy interesantes, como la crítica a la educación, el desconocimiento político y la eliminación de los tabúes para hablar con sinceridad y obtener consciencia de la vida. Pero con todo ello, una crítica malgastada que me ha dejado con un silencio por mi parte, como el que presenciamos en la escena final de la cocina (zona spoiler).
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17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
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