Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Drama Ben (Viggo Mortensen) es un hombre que ha pasado diez años viviendo en los remotos bosques situados en el noroeste de los Estados Unidos criando a sus seis hijos, varios de ellos junto a su mujer. Aislados totalmente de la vida moderna, de las comodidades de las ciudades y de la sociedad de consumo, Ben es un padre devoto que ha inculcado en sus hijos una peculiar forma de pensar y vivir la vida. Sin embargo, una trágica noticia hace ... [+]
21 de noviembre de 2016
97 de 165 usuarios han encontrado esta crítica útil
220/15(20/11/16) Decepcionante segundo film de Matt Ross (también guioniza), avalada por sus buenas críticas, por un argumento sugestivo y un protagonista carismático, pues este potencial se diluye con una arrogante clase moralista, queriendo adoctrinarme maniqueamente sobre que el mundo sería mejor si fuéramos maoístas y viviéramos en cuevas, alimentándonos de lo que cazáramos, y entre medias debemos creernos que el gurú de la tribu sería un Platón moderno que mientras da clases de adiestramiento militar, inculca enseñanzas cual robot, una fábula antisistema y anticapitalista que me da grima, pensaba que en algún momento habría una catarsis en la que se cuestionaría de algún modo esta visión idealizada de un mundo cavernícola, hay un tramo en que parece que así va a ser, pero entonces redobla su apuesta panfletaria llegando a rozar (siendo benévolo) lo insoportable, con unos niveles de condescendencia y superioridad moral que dan arcadas. Una road-movie iniciática sustentada en un argumento que tras su pretenciosa propuesta está cogida con pinzas, con multitud de trampas y agujeros propagandísticos que no pueden ocultar su endeblez estructural.

Ben (Viggo Mortensen) vive con sus seis hijos en medio del bosque, en armonía con la naturaleza donde cazan animales para alimentarse, siembran sus propios productos, los entrena bajo condiciones difíciles y estrictas, para que sobrevivan ante tales condiciones y ante cualquier eventualidad en el mundo exterior, los educa a su manera, los hace críticos del sistema.

El relato nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, sus niveles de contradicción chirrían más que los goznes del Titanic en el hundimiento, nos quiere hacer ver que se puede ser feliz en una secta que vive de espaldas al consumismo, entonces porque está la madre en un hospital? Nuestro mundo tiene muchos males, pues claro, pero tiene virtudes, como las clínicas, pues que en su radicalismo o todo o nada. Arremeten contra el sistema, son anti todo, sobre todo anti religiosos, pero ellos hacen culto de un filósofo, hacen ídolo a Noam Chomsky (Se ha definido a sí políticamente como un anarquista o socialista libertario), desparramándose el clan en una vergonzante escena del cumpleaños del susodicho. No creen en el consumismo (eso dicen), cuando en realidad lo que no creen es en pagar, pues de robar en supermercados aprovechándose de mentir con una enfermedad (rastrero) si que saben. Quiere fomentar el respeto, la paz y la justicia, pero al contrario (por el adoctrinamiento político del padre) se permiten odiar a los religiosos, como si su vida no fuera un modo dogmatico de fe que no se cuestiona. Quiere ser radical y políticamente incorrecta en sus planteamientos de cómo una vida alternativa nos haría mejores, pero su desarrollo es dócil, buenista, blandita, artificiosa, no puede ser que todos los hijos sean cruces entre Rambo y Aristóteles, no puede ser que nos quieran vender al superhombre (o supermujer) de Nietzsche, todos fuertes, inteligentes, y rubios, esto hace unas décadas lo quiso instaurar un tipo con bigotito. No puede ser que nos venga a decir que los colegios no sirven, que no educan bien, cuando en realidad el Líder de esta secta no educa, lava el cerebro, para que toda su prole piense en bloque cual comité comunista. Y que pretende el realizador con este nocivo mensaje, que sean nuestros padres los que nos eduquen? No puede ser que quieran hacernos ver que la mejor educación para los niños es que pierdan la inocencia que les hace niños, no se puede hablar con ellos de todo, cada edad debe tener su temática, sexualidad, suicidios, el comunismo,..., discutible es poco. No todos pueden ser Doctos y físicamente superdotados como este Capitán Fantástico. No puede ser que lo que en realidad estamos viendo es una secta endogámica que no tiene relación con el mundo exterior, ello para que no se contamine de las ideas de nuestra tóxica sociedad, que espera el bueno de Ben, que procreen entre ellos incestuosamente?

Una especie de revisión complaciente de “La costa de los mosquitos” (1986), que al principio expone sus mejores cartas con un manual de boy-scout ágil, con momentos bucólicos, pero en cuanto comienza la road-movie descarrila, llegando a momentos de vergüenza ajena cuando se presentan como hippies horteras en la Iglesia, una cosa es ser ateo y otra ser un irrespetuoso. La filosofía barata que mana del relato es de todo a cien, hacernos creer que un mundo mejor es una Utopía anarquista, comunista, donde lo mejor es vivir en comunas new age, con este universo los avances del mundo se habrían quedado en el fuego. La empatía y su conexión con el espectador (o sea yo) es nula, por la falta de aristas del protagonista y sus repelentes vástagos, y es que partimos de que no hay mínima profundización en el protagonista, no sabemos quién es, de donde viene, porque es tan inteligente y tan pedagogo con sus hijos, de donde le viene su comunismo, porque ha huido de la sociedad, simplemente porque sí una mañana se levantó con su mujer y se dijo hoy nos hacemos ermitaños. Tampoco ayudan unos diálogos moldeados, prefacturados, manipuladores y forzados. Todo esto deriva en la falta de emoción, su mezcla de drama y comedia me queda sosa, sin moverme a sentimiento alguno de sensibilización, pues todo se siente plano. Se añade un final que se alarga más que una visita de los suegros, estirándose en un océano de redundancias hippies, con momentos no aptos a diabéticos, llegando a parecer el tedio.

Hay tramos de un subrayado hiperexcesivo, como lo es el de la visita a los cuñados-tíos, esa pompa que se gasta Ben de altivez y petulancia que se erige en demiurgo capaz de discernir lo bueno, malo y perverso de nuestra sociedad, y para ello el hastiante colofón de poner a la niña pequeña de repelente sabelotodo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow