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46 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Crónica de una noche
Hay momentos, por absurdos que parezcan, en uno tiene momentos de, llamemosle, iluminación. Ayer noche tuve uno de ellos. Salí de marcha a una fiesta privada, aquello era un hervidero de drogas, alcohol y tensión sexual flotando en el aire. No llevaba ni cinco minutos cuando ya iba colocado, bueno, más que eso, la verdad es que ya iba ciego. De ahí no podía salir nada bueno, solo balbuceos inconexos sobre mujeres, y sexo. Y entre tan profunda conversación pues más birras y más hierba.

La noche llegaba a su fín y yo empezaba a entrar en un estado cercano a lobotomía, cuando paso algo similar a lo que yo llamaría efecto magdalena de Proust, solo que no tan trascendente. Fué el momento en que vi una china (de mi porro) incandescente en el parquet de la casa. Entonces desperté, me dí cuenta que estaba cayendo en abismos desconocidos, que me estaba conviertendo en una especie de Shawn Ryder, pero con la desgracia de no tener discos publicados. Quién en su sano juicio haría una crónica sentimental de mi vida? Quién asumiría el rol de Tony Wilson? Quién se encargaría de ponerle voz en off a mis sensaciones? No lo sabía, pero cobré consciencia de que con esa china, lo que en realidad se estaba quemando eran los mejores años de mi vida, mi juventud y lo peor, es que sentía que no había hecho nada de provecho todavía, sentía que estaba ya, en tiempo de descuento.

Ah, por cierto, la película, obra maestra.
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56 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una entre miles
Ojalá todas las películas fueran capaces de contagiar tanta vitalidad a base de genio e ingenio. Ojalá todas las películas supieran resultar interesantes mientras te divierten y sin por ello olvidar que se puede desplegar originalidad en el proceso, porque lo que es este film está bien hecha de cojones. La de tiempo que hacía que no disfrutaba tanto viendo una película!
Sin ser seguidor de la movida de Manchester, sin ser incondicional de New Order, Joy Division y menos aún de los Happy Mondays, he conseguido disfrutar de todo esas historias, de todas esas imágnees porque está hecha con frescura y no sólo se obsesiona por explicar los hechos y realzarlos, también sabe escenificarlo con gracia, con arte y sabe presentarnos a unos personajes interesantes y músicos creíbles (no como esas rídiculas caricaturas que aparecen en Casi Famosos), (muy) excéntricos y que si no fuese por su valor histórico podrían ser igualmente grandes personajes de una comedia. No hay muchas películas que consigan enseñar algo y a la vez resultar divertidas, por desgracia en el cine parecen conceptos reñidos (al fin y al cabo es algo complejo de hacer). Ni que decir tiene que al finalizar la película, y si hemos prestado un mínimo de atención, habremos aprendido algo acerca de un movimiento cultural del siglo pasado, lo que significaba Manchester y también nos habremos reído generosa y gustosamente.
En lo actoral hay que decir que Steve Coogan se ganó cada libra que le pagaron por esta película, pues él es el sustento (a pesar de los estupendos secundarios que van apareciendo) y sabe transmitir la locuacidad y el genio de ese loco llamado Tony Wilson. Otro que, según mi humidle opinión, también lo borda es el actor que interpreta a Ian Curtis, que clava sus bailes espasmódicos que tanto le caracterizaron y transmitir su cáracter sombrío y excéntrico. Puede que no tenga el nivel de Phillip Seymour Hoffman haciendo de Capote, pero deja bien claro como se encarna a un ídolo popero.
Hace algún tiempo vi otra película de Winterbottom, Wonderland, y no me gustó demasiado. Creía que el director no merecía la pena a pesar de su esfuerzo por resultar ecléctico, pero con esta me ha demostrado que me equivocaba, que como todo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, de modo que recomiendo a todo el mundo que no confíe demasiado en Winterbottom que vea esta película antes de juzgarlo de manera definitiva. Es una película entre mil. Una joya generacional.
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36 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Bienvenidos a Madchester
El punk. Granada TV. Fac1. Tony Wilson. El baile epiléptico de Ian Curtis. El post-punk. New Order. El segundo acto. Apocalypse Now. New Order. Blue Monday. La Hacienda. El éxtasis. El momento exacto. El dance. La cultura rave. Los Mondays. Las drogas, las armas, la violencia. La fotografía de Robby Müller. La libertad artística. El costo libanés. Dios. Manchester.

Esto no es una película sobre Tony Wilson. Sólo es un personaje secundario de su propia historia, cuyo único protagonista es la música, y la gente que la hizo. Espléndida.
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34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Siete
Como buena obra de culto, sobrevalorada por los afines y menospreciada por aquellos a los que no les interese el tema. Destaca el bullir de una generación sin vergüenza en la que, más que los valores musicales, se preciaban la pose y el desapego social. A Winterbottom le viene de perlas este nihilismo cultural de fondo para travesear sin pautas y sin asomo de rutina. Un paseo divertido para los que gustan vagar entre utopías.
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21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Genial película (siempre que te guste la música)
Sin duda es una de las películas más originales que he visto en mucho tiempo. La primera vez que vi la película, no había oíod hablar de joy division en mi vida. Sin embargo, hoy lo considero uno de los grupos primordiales de la música contemporánea.

Si bien la película es muy buena, no se la recomiendo a alguien que no le guste la música (sobre todo la alternativa) o que le desagrade el cine "de ahora" (entiéndase como cine de ahora toda esta retahíla de películas realizadas en los últimos años cuyos planteamientos y desarrollos no tienen absolutamente nada que ver con las de antaño y cuya estética no es tan común al cine que estamos acostumbrados a ver).

En síntesis, creo que para ver esta película tienes que estar preparado para ver una película de alguien como winterbottom y que trate sobre la música alternativa del manchester de los 80. Si no lo estás, es posible que te aburras (y con razón, que no es un ataque propio de un intelectualoide de los de "si no te gusta joy division y la naranja mecánica eres un inculto").
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA LOCURA COMO ARTE
He de decir que la primera vez que vi esta película era un ignorante total de lo que significaba Factory Records,Joy division o toda ese delirante y fascinante atmósfera que rodeó al Manchester de los 80. Considero que es la película que mejor refleja la idea del amor al arte y a una idea; y nadie como Steeve Coogan para encarnar a ese caballero renacentista convertido en el mecenas y guía musical de toda una época.
Dos años después del primer visionado mi desconocimiento ya se había esfumado y ahí fue cuando la disfruté a tope. Esto también se debe a que en este cuadro visual se habla de uno de los grupos que más me gustan JOY DIVISION, unos putos cracks. Genial la escena de la muerte de Ian Curtis; siempre me ha parecido bastante coherente que el momento elegido para suicidarse fuera después de ver Stroszek de Werner Herzogh, para quien no la haya visto decirle que es una gran película pero si no quieres sentir que te clavan un puñal en el corazón mejor pasa de verla.

No se que más cosas decir, es que resaltar otros momentos o actuaciones es complicado porque todo parece pertenecer a un engranaje perfecto.

Acabo diciendo que este es un peliculón que hay que ver sí o sí y que tiene que ser la ostia irse de fiesta con Shaun Ryder.

"Here are the young men, the weight on their shoulders
Here are the young men, well where have they been?"
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Todo es fiesta
Mezcla de documental, drama, comedia y alucinógenos, Tony Wilson nos conduce en su "viaje" desde los albores del punk manchesteriano a las raves discotequeras de los noventa, a través de su mayor punto en común: una turmix de música, drogas y sexo, es decir, la fiesta. No hay ascenso y caída, hay exceso, y Tony Wilson (que a veces recuerda al Rob Gordon de Alta Fidelidad en su versión más glamourosa) nos lo muestra todo sin pararse a preguntas y valoraciones, pero con sus sabias reflexiones. Él es el único que sabe que todo esto no es más que posmodernidad.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Movida en Manchester
La película se basa en la vida de Tony Wilson (Steven Coogan), peculiar presentador musical que fundó un sello discográfico llamado Factory Records con el que dio a conocer a futuros grupos esenciales de la escena indie de la época, como Joy Division (futuros New Order tras el suicidio de su cantante) o Happy Mondays y creó la discoteca Hacienda, algo así como su particular Studio 54.

Winterbottom hace suya la consigna sexo, drogas y Rock & Roll y se sirve de la vida de Tony Wilson para filmar como si de un documental se tratara el cambio musical que se produciría en Manchester. Lo que más llama la atención es la manera en que está dirigida, así como su montaje y su fotografía, ya que durante el metraje se entremezclan distintas imágenes y distintos formatos de las mismas, mezclando color con blanco y negro o fotogramas con distinos tipo de texturas, lo que proporcionan un original e interesante acabado.

Lamentablemente todas las buenas intenciones, el frenético montaje, la interesante fotografía o la soberbia banda sonora sirven de poco cuando el protagonista resulta ser un tipo tan engreído, resabido y pedante (que conste que adoro la pedantería), tanto que acaba por convertir el visionado en algo agotador. Más todavía si se tiene en cuenta que aparece prácticamente en cada fotograma de la cinta. Y no es por la actuación de Coogan (aunque tampoco ayude para lograr lo contrario), sino por la saturación de una personaje caricaturesco y pagado de sí mismo. Pero bueno, siempre nos quedará la buena música.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Estafa, no dura 24 horas.
Michael Winterbottom hace un repaso magistral, desde el esplendor creativo de las primeras bandas a finales de los 70 en un lugar concreto, la ciudad de Manchester, hasta la irrupción de la música electrónica en los clubs o salas de fiesta a finales de los 80, primeros 90.
Cuando vi por primera vez esta película no conocía a Joy Division, ni a Ian Curtis, ni a los Happy Mondays, ni a Martin Hannett, no sabía quien era Tony Wilson, ni su discográfica, Factory Records, ni su discoteca, Hacienda, y mucho menos que presentaba un programa en una cadena local de televisión, con el mismo nombre que la bella ciudad y provincia española, Granada TV. Básicamente lo único que conocía de Manchester era al United.
De lo que si soy consciente, es que mi completo desconocimiento, justifica mi absoluta devoción por esta cinta, ya que me parece imposible una presentación de todos, y de todo ello, mejor.
Me da igual que el actor que interpreta a Ian Curtis no se parezca a el verdadero Ian Curtis, no me importa que se omitan ciertos detalles de la vida de algún personaje, ni que Tony Wilson fuese mas gordo y mas calvo, estoy seguro de que se podía haber sido mas fiel a la realidad y profundizar mas en algunos personajes, a costa claro está, de perder ritmo narrativo y acabar siendo un docudrama, pero la intención no era esa, la intención principal era la máxima diversión posible a un ritmo frenético y creo que de ninguna forma podría haber sido más divertida. Además que Michael Winterbottom se cubre las espaldas, poniendo en boca de Tony Wilson (Steve Coogan) un par de reflexiones para aclarar a los puristas, posibles desavenencias entre lo que se cuenta y la realidad. Más o menos dice así:

1. “Esta no es una película sobre mi vida ni sobre la vida de nadie, es una película sobre la música y aquellas personas que la hicieron posible, como Ian,….” Y en mi opinión es la mejor película, cuyo tema principal es la música, que han visto mis ojos y escuchado mis oídos.
2. “Si vas a contar una historia y puedes elegir entre realidad y leyenda, quédate siempre con la leyenda” En cuanto a esto, puedo estar de acuerdo a medias, creo que si lo que se pretende contar, son hechos históricos con cierta trascendencia política o social, como pueda ser una guerra o un genocidio, lo justo es ser tan fiel a la realidad como sea posible. Pero no es el caso.

Lo único malo que le he visto a la película, es que cuando se acaba, te da una pena muy grande porque se ha terminado la fiesta, y claro, te pega la bajona.

Por todo lo demás.

Tíos, esta mierda es cojonuda.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Manchester: La broma finita (I)
Mánchester. En 1982, Morryssey y Johnny Marr crean el grupo "The Smiths". El grupo consiguió una inmediata aceptación por parte de la crítica especializada. En pocos años se convirtieron en candidatos al célebre título de grupo pop de la década.

Lo lógico sería pensar que estos chicos, serían llamadas a filas por el bueno de Tony Wilson ( personaje narrador de esta maravillosa película, sin ser él protagonista...según Winterbootom el protagonista es Mánchester y sus gentes), que estaba formando el sello independiente más importante en el mundo de la música después de la "Motown", pero el caso es Morryssey firmó por la pequeñísima discográfica "Rough Trade".

Ahora, imaginaos la paradoja: una ciudad gris, de chimeneas recortando el horizonte, donde la luz solar apenas incide durante 3 semanas al año y que los días en que lo hace se topa con un tamizado, ya no de ollín, pero en cualquier caso de mierda. De repente, surge Ian Curtis, surge Joy Division...Y a la par, un chico vegetariano, con amaneramiento claro en nuestros días < documento gráfico 1: http://www.youtube.com/watch?v=BjkMhwNWcbY&feature=related> pero que supongo que en aquella época se podría tildar de "moderno", se convierte en el largamente esperado nuevo mesías del pop.

Todas las entrevistas y documentos buscados en la red, pueden servirnos para esbozar una leve descripción de Morryssey, esa gran ausencia del sello del todopoderoso Tony Wilson, "The Factory"; y casi, sino fuera por el guiño de Winterbootom, ausencia también en esta película "24 hours party people". En el lider de "the Smith" se advierte una lucha por la soledad (la fama y el reconocimiento, no eran el objetivo, como tampoco lo era para Ian Curtis); pero hay que comprender que en la época del surgimiento de "the Smith", "The Factory" eran todos los demás. No hubo peleas, rifirafes, ni nada por el estilo, no hubo discusiones por el dinero de contratos ni nada; Morryssey quería ir por libre y Tony era como era.



(Continua en crítica de "Control")
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La fiesta que duró veinte años
Esta especie de falso documental de Winterbottom nos ilustra de forma muy esclarecedora sobre los audaces movimientos musicales que los británicos trasladaron de la calle a los escenarios, allá por los iniciales 70 del siglo pasado. Tomando como ojo del huracán la ciudad de Manchester y como punta de lanza a la compañía discográfica independiente Factory Records, asistimos de la mano de su fundador Tony Wilson (Steve Coogan en la ficción) al nacimiento de una nueva filosofía contestataria en el mundo del rock, personalizada en la escena punk (con los Sex Pistols como principal referente) y poco después con la new wave que encabezaron grupos como The Durutti Column, Happy Mondays o Joy Division (que se convirtió en New Order a la muerte, por ahorcamiento, de Ian Curtis). El nombre del sello es deudor del lugar de conciertos que Wilson y sus socios habilitaron para las bandas locales: The Factory.

El guión de Frank Cottrell Boyce es ligero y flexible e introduce a ritmo eléctrico información, sucesos, anécdotas, leyendas e historias imaginadas que muy bien pudieron ser ciertas. Siempre utilizando como cicerone al incansable y dicharachero empresario padre del invento, que duró, contra viento y marea, hasta que fue deglutido por London Records, en 1992.

Así pues 20 años que cabalgan sobre dos horas de cine: ameno, sincero, vivificador y excesivo para cuerpos cansados, que no obstante gritan antes de instalarse en la parca: ¡que me quiten lo bailao!
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La fiesta tenía buena pinta...
Película muy curiosa que empieza tremendamente bien y acaba tremendamente mal, no me refiero a la historia, sino a que los primeros 45 minutos son geniales, y a partir de ahí cada vez es más pesada, hasta que llega un momento en que es un coñazo.

El título le viene que ni pintado, estructuralmente la película puede parecerse a algunas fiestas en las que todo comienza muy bonito, todo es muy divertido y la gente se ríe mucho, luego a la mitad llega una especie de tiempo muerto en el que la gente se empieza a ír y ya no está tan bien la cosa, y luego llega el final con todo el mundo tirado, nadie hace nada ya y sólo está el gracioso (el protagonista de esta película) haciendo las mismas gracias que tanto nos gustaban al principio pero que ahora son una mierda, y mientras hay uno tirado que le ha dado un amarillo, al otro un coma etílico y otro está taquicárdico.

Pues así es “24 hour party people”, al principio mola mucho, y al final ya no tanto.

La música muy buena por cierto, y a la dirección le pasa lo mismo que a la película, al principio es muy potente, pero por ser tan excesiva termina cansando.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
MEZCLA.
Convertir la discoteca Hacienda, en lo que más tarde sería, les llevó más tiempo. Muy bien ambientada, quizá su mayor logro haya sido el vestuario, Steve Coogan muy acertado en el diseño de personaje. Buen recorrido por algunos de los grandes grupos británicos de la década de los setenta, que aunque solo sea por referencias, resulta estimulante recordarlos.

Es entretenida, funciona musicalmente y nos ofrece una potente dirección de Michael Winterbottom, abarcando con estilo y método, las casi dos horas de su metraje.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Docudrama musical de los buenos.
Con un tono cercano al documental y tocando por algunos momentos la mejor comedia británica, esta es una película que te agarra desde el principio y no te suelta gracias a un agilísimo estilo narrativo que hace que sus dos horas se te pasen en un suspiro. Da igual que no estés al tanto de la movida de Manchester, incluso que no te guste demasiado la música de Joy Division (pero si te molan, este será un film de cabecera). Winterbottom hace aquí una de sus mejores películas demostrando que no solo es un director de variados registros, sino que además sabe entretener cuando el tema así lo exige.

Lo peor del film es la duda que te asalta: ¿Porque en España no hay nadie con el suficiente talento para rodar un fresco histórico semejante sobre la Movida Madrileña?
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Sexo, drogas y New Wave
En primer lugar, diré que no soy una gran conocedora ni fanática ni especial seguidora de ese movimiento diverso y conocido como "New Wave" (de hecho, llevo toda la vida escuchando canciones de grupos pertenecientes a esa ola, pero con las modas de intentar agrupar lo inagrupable, resulta que todos se adscriben a una supuesta tendencia musical tan ramificada que es imposible discernir sus límites).
Soy bastante profana en ese tema. Hasta hace poco no conocía grupos como Joy Division (del cual he tenido conocimiento a través de mi novio) o Happy Mondays y otros cuantos. Sí conocía, en cambio, a otros que he escuchado desde niña y que yo antes no sabía que pertenecieran al mencionado "New Wave". Grupos como The Cure, Simple Minds, Pet Shop Boys, Depeche Mode, Duran Duran y The Police y no sé cuántos más llevan muchos años liderando tendencias y de alguna forma han marcado algún momento de mi desarrollo personal y han figurado ahí como parte de la banda sonora de mi vida. Sin ser gran seguidora de ninguno de ellos, sin embargo reconozco el valor sentimental que algunas de sus canciones conservan para mí.
Esta película-documental sobre el alzamiento musical de Manchester en los años 70 supone un buen documento o archivo sobre una época que hizo historia en la evolución y revolución sociocultural de Gran Bretaña. En una época de experimentaciones y cambios, de proliferación de bandas que aportaban nuevos estilos, de discográficas que buscaban nuevos talentos... En suma, una década en la que comenzaría una vorágine de encumbramientos y caídas, de excesos, cazatalentos, oportunistas... Un universo de sonidos y voces experimentales envueltos en un aura de meteórica fama, de escándalos, de corrupción, de aceleración... Y siempre la eterna lucha entre lo "comercial" y lo "alternativo". Tony Wilson, un freak de los medios audiovisuales, alberga la ilusión de crear su propia discográfica (la Factory Records), con la particularidad de conceder siempre plena libertad creadora a sus grupos. Esto conlleva varias ventajas: favorecer la inspiración creativa y la personalidad propia de los músicos sin asfixiarlos con contratos restrictivos. Pero también varios inconvenientes crónicos: la pérdida constante de dinero. Siempre el litigio entre lo lucrativo y el fomento de las auténticas cualidades de los artistas. Tony Wilson, defensor de causas difíciles, apostó por lo segundo. Y probablemente buena parte de las evoluciones musicales actuales tengan mucho que agradecerle.
Imagino que, para los más entendidos en estos temas, esta película puede llegar a constituir un gran homenaje a unos tiempos pasados, a unos lugares concretos que se constituyeron en la cuna en la que se gestaron estilos que revolucionaron el mundo con sus ritmos, melodías y concepciones, y que son en gran parte responsables de los estilos que perviven hoy día. Manchester, cuna y hervidero de una revolución conceptual, rompedora y fructífera, como también lo fueron otras ciudades británicas.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
LA DECONSTRUCCIÓN DEL RELATO
Película arriesgada sobre los hechos que transcurrieron en Manchester a finales de los 70. Winterbotton no es un cineasta de medias tintas y aquí lo demuestra sobradamente. Poseedor de un estilo diferente (él y Greengrass comparten este estilo) y rompedor, aquí opta por la deconstrucción del relato para crear a partir del caos. Un caos organizado, por otra parte. Ya que en la película no vemos ni un solo paso en falso en lo que se refiere a guión, algo difícil con antas idas y venidas.

El británico logra el objetivo de acercarnos y hacernos participes del film mediante una realización casi documental. Realmente, lo que hay aquí es una mezcla de estilos. Mas que de estilos, de movimientos. La Nouvelle vague mezclada con neorrealismo italiano tiene como resultado esto, un film seudo documental que interactúa con el publico de la forma más natural y sencilla posible.

El hilo conductor de todo esto es el personaje de Steve Coogan (perfecto en todos y cada uno de los momentos psicológicos por los que pasa el protagonista. Él nos va descubriendo cada momento, cada locura, cada ida de cabeza, cada genialidad que se produjo en esta época. Él lo disfruta y lo sufre todo, y en consecuencia, nosotros, ya que aunque en algún momento intenta poner distancia con el espectador lo que consigue, inteligentemente, es el efecto contrario. El film destila inteligencia y estrategia por los cuatro costados. Cada plano y cada situación parece hecha para introducir al espectador en la película y, una vez dentro, removerlo hasta que no le quede más remedio que adorar u odiar a New Order.

Las imágenes de archivo ayudan con el objetivo de representar la realidad fidedignamente y son de los momentos más electrizantes del metraje. Brillante desde sus estrambóticos títulos de crédito, nos deja momentos de cine de calidad, de los grandes, con una sutileza y una autoconciencia de lo que se hace que es de agradecer, ya que no trata al publico como estúpido sino todo lo contrario. Los movimientos de cámara, made in Winterbotton, excelentes. Y la música, genial. El aire crepuscular que impregna todo está echo con sofisticación. Genial película.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La Hacienda.
054/16(10/02/10) El singular director británico Michael Winterbottom, se basa en hechos reales para ofrecernos aquí su peculiar tributo a Tony Wilson (Steve Coogan), un visionario cazatalentos y promotor musical, creador en la industrial Manchester de Factory Records en 1976, una compañía que daba total libertad a sus grupos, lo cual hacia que salieran lo mejor de cada uno, resultado de ello fueron Joy Division, que derivaría con la muerte de Ian Curtis en New Order y Happy Mondays, esta libertad también fue la tumba de la compañía, que tenía en la macrodiscoteca ‘La Hacienda’ su buque insignia, además de sede. La puesta en escena es un falso nervioso documental psicodélico conducido por Tony Wilson, en el que se nos muestra su auge y caída, haciendo un recorrido por la génesis de la compañía hasta su fin, Wilson se nos presenta como un idealista que antepone el arte al dinero, es la eterna lucha entre integridad o venderse, en la que siempre pierde el arte. La cinta se mueve en un tono de comedia sarcástica, salpicada de situaciones divertidas que hace que a los que no les gusta esta música (entre los que me cuento) se les haga amena, nunca cae en un maniqueo sensiblero, incluso un suicidio se nos muestra de forma trivial, por cierto en una escena magnífica, un cantante (no desvelo su nombre) llega en solitario a su casa se pone a ver ‘Strozek’ de Werner Herzog, mientras bebe, se levanta, una elipsis después vemos oscilar sus pies en el aire con el fondo del film, brillante. La historia es también un fresco de una época en que la máxima del <Sexo, drogas y rock&roll.> era el motor de la gente que se movía en estas noches, era lo que hacía que florecieran grupos con carisma y a la vez esto era lo que los destruía, era una forma de vida acelerada donde el <vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver.> era el pan nuestro de cada día. Me gustaría resaltar la secuencia del cierre de La Hacienda y su anarquista y rebelde discurso de despedida. Recomendable a los que gusten de retrospectivas de un época de gente que vivía al día. Fuerza y honor!!!
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
24 hour party aburrimiento people
Tenía un montón de ganas de ver ésta película pero resultó un aburrimiento total, no me gustó nada, me aburrí estrepitosamente. La pintaban muy bien pero es un aburrimiento, toca un tema interesante como es el del origen de la música en Gran Bretaña, cuna de tantos genios pero luego decepciona profundamente.

No me gustó nada.

24 hour aburrimiento people.
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12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Retrato de una interesante época
Que la mejor música del mundo viene del Reino Unido a mí siempre me ha parecido una evidencia. Que además, hasta la llegada del nuevo siglo, teníamos música de calidad en la mayoría de géneros, también está más que claro. Así que tenía decidido que esta película tendría que verla en cuanto pudiese.

Gracias a la cinta podemos conocer la aparición de grupos como Joy Division y su evolución hacia New Order, el ambiente musical y cultural en general surgido en el Manchester de finales de los 70 y la aparición de locales y discotecas que definieron una época, así como la aparición de la cultura acid. Lo bueno es que vemos toda clase de estilos musicales y la evolución del sonido británico durante dos décadas, con lo que consigues aprender de manera divertida (ya que el tono cómico está presente a menudo) sobre cómo nació, se desarrolló e incluso murió parte de esa música con la que he disfrutado estos años.

Personalmente me interesan más esta clase de cintas que los biopics desvirtuados sobre cantantes o grupos en concreto. Lo bueno de estos temas es que ayudan también a presenciar los cambios sociales. En ese aspecto, una película que trate ese Reino Unido tatcheriano con la efervescencia del ska y el punk a finales de los 70 y comienzos de los 80 resultaría igualmente un proyecto a tener muy en cuenta.

Para los que somos nostálgicos de una época y un sonido recomendaría ver esta película, pese a que el tono documental pueda echar atrás a algunos. Nos sirve para darnos cuenta de la negativa evolución musical de estos años, lo cual, aunque duro de asumir, siempre es bueno recordar de cara a aspirar a una resurrección del talento frente a la chabacanería actual.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Love will tear us apart again
Impecable fresco de la movida musical de Manchester desde 1976 hasta los años noventa. Como fan de Joy Division que soy no puedo sino alabar el pulso narrativo del siempre solvente Winterbottom así como su excelente tono de documental. Interpretaciones correctas y una excepcional banda sonora. Muy recomendable.
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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