126 Críticas de los usuarios

Cuando yo tenía ocho años de edad, mi gran ilusión era poder ir al gran cine “Lago” y ver la rey de los superhéroes, le primero, el mas admirado, el del mejor súper traje. Esa era: ¡Superman! Y no me decepciono.
Para poder entrar a la función fue una gran odisea. Enorme filas para entrar al cine. Y los amiguitos que me acompañaban (los de mi “pandilla”) luchando a brazo partido por conseguir boletos, porque desde luego ya estaban agotados. Era un cine enorme; de los que hoy en día, casi no hay.
Cuando por fin pudimos entrar. Los colores azul, rojo y amarillo del traje de Superman me deslumbraron. Yo no sabía de efectos especiales en el cine. Yo lo único que sabia, es que mi súper héroe favorito estaba a todo color y volando por diferentes paisajes. Me gustaba en especial cuando volaba de noche entre los grandes rascacielos con un sinfín de luces que eran las ventanas de los mismos.
La cara de mi superhéroe reflejaba naturalidad, lozanía, la imagen de la justicia. Era un rostro simétrico, muy apropiado para el hijo prodigo de Kriptón. Pero lo mejor era cuando se transformaba rápidamente y al abrir su camisa se veía la “S” y a volar se ha dicho.
Su padre, del planeta Kriptón Jor –el (Marlon Brando) a mi me impresiono. Por su autoridad que emanaba en su papel. En cambio Lex Luthor (Gene Hackman) no me convenció. Lois Laine (Margot Kidder) sin ser muy simpática, al ser la chica del superhéroe, se le aceptaba.
En fin, Superman en el cine, es el padre de todos los superhéroes posteriores. Y es que uno siempre busca un superhéroe de cambio de personalidad tan creíble como lo hacia el Superman de Christopher Reeve, quien nació para ese rol. Y después de muchos años al verlo en esa silla de ruedas, todos sabíamos que seguía siendo el hombre de acero.

"Superman" es una película que, si la ves de adulto, te puede llegar a encantar, pero que si tienes la suerte de haberla visto cuando eras un crío, es que flipas en colores. Yo la vi con diez años, creo que por el 90, mientras agonizaba en mi lecho de dolor con unas anginas galopantes que además había conseguido traspasar a mi hermano, con lo cual el panorama debía ser dantesco, con dos niños profiriendo alaridos y discutiendo durante horas sobre quién tenía los ganglios más virulentos e inflamados, por no hablar de los guantazos que nos arreábamos cuando la fiebre daba un respiro. Y aunque esta introducción pueda parecer gratuita, no lo es en absoluto: sirve para explicar la capacidad de fascinación que puede llegar a tener una película cuando, en el estado en que nos encontrábamos entonces, fuéramos capaces de verla de cabo a rabo sin decir esta boca es mía.

La vimos del tirón, en entrega absoluta y petrificado silencio. Luego pasaría con ella la varicela y el sarampión, la volvería a ver en mi adolescencia y sobrevivió intacta al paso de la edad adulta. Durante todo ese tiempo, nunca analicé los motivos por los cuáles me gustaba tanto la película ni porqué me parecía tan cojonuda que hubiese asesinado a cualquiera que osase poner su calidad en tela de juicio. Sólo en estos últimos años en los que se ha puesto tan de moda el género y cuando empiezo a sospechar que nadie volverá jamás sobre los pasos del hombre de la kryptonita, he tratado de hallar las claves que expliquen el porqué de esa magia tan particular que posee "Superman" y de la que carecen otras películas de superhéroes.

Me pregunto si acaso reside en los ojos azules y tristes de Marlon Brando mientras contempla por última vez a su hijo. O en la destrucción del planeta Krypton, un holocausto de cuerpos lloviendo sobre fondo color de sangre. O en la desaparición del actor Christopher Reeve en el interior de ese personaje-agujero negro que es Clark Kent/Superman. O en la metódica obsesión que corroe a un Gene Hackman que nunca será el hombre más poderoso del mundo.

Realmente, no puedo explicarlo. Simplemente decir que "Superman" es una película imprescindible para todo fan de los superhéroes y del cine fantástico que se precie. Y que es distinta. Y que es preciosa.

Y que si tuviera que poner un ejemplo para demostrarlo, me remitiría a la escena en que un Superman niño levanta un tractor ante la mirada atónita de Glenn Ford. Porque su descubrimiento de lo maravilloso, también es el nuestro.

A algunas películas, como Superman, se les perdonan muchas cosas por su mera condición de míticas. Los buenos momentos que nos hicieron vivir siendo niños y sus títulos rimbombantes abonan el terreno para que florezca la nostalgia y ésta nos nuble el juicio haciéndonos recordar las cosas mejores de lo que en realidad fueron.

Estoy completamente seguro de que buena parte de los usuarios que han valorado la película con calificaciones tan altas se replantearía su voto si volviera a verla hoy día. Y es que, mal que nos pese, Superman no es una buena película. Y no es una buena película, fundamentalmente, por culpa de los imperdonables defectos de un guión ya de por sí flojo, muy flojo, incluso en comparación con el resto de cintas de superhéroes.

Yo sólo exijo de una película dos cosas: que sea entretenida, y que sea creíble. No necesito más. Ni que tenga grandes actuaciones, ni que sea innovadora, ni que sea profunda... Y Superman quizá sea entretenida, pero no es verosímil. El guión resulta tan poco creíble, tan absurdo y ridículo que, cuando la veía de nuevo, a veces me he sentido como si los guionistas me estuvieran tomando por imbécil.

Porque algunas cosas son perdonables, como que nadie se dé cuenta de que Clark Kent es Superman cuando se quita las gafas o que su traje no se desintegre en el magma, pero otras son el colmo de la estupidez. He aquí algunos ejemplos:

No pretendo ni puedo ser del todo objetivo al escribir esta crítica porque desde la primera vez que la vi fue lo más parecido a un auténtico flechazo. Sí, desde luego soy de los que consideran que "Superman The Movie" de Richard Donner es sencillamente una obra maestra (y no soy muy dado a utilizar este tipo de etiquetas) que aún hoy sigue en perfecta forma y, desde luego, no ha sido superada. Y es que ya desde sus impresionantes créditos iniciales (¿de cuántas películas podemos decir que nos acordemos de sus créditos de inicio?) hasta el último segundo de película es lo que se dice una verdadera experiencia cinematográfica en todos los sentidos. Creo que "Superman" es una de esas raras excepciones donde confluyen multitud de talentos para, al final, crear una obra irrepetible. Desde la participación de Mario Puzo en el guión, pasando por la breve aunque inestimable aparición de Marlon Brando (para muchos, entre los que me incluyo, Jor-El no puede tener otro rostro que no sea el del genial actor), la fabulosa composición del personaje de Lex Luthor a cargo de un Gene Hackman en estado de gracia (y nunca mejor dicho), la fantástica fotografía del desaparecido Geoffrey Unsworth (a quien va dedicado el film), sin olvidar la plena dedicación del director Richard Donner (que desde un principio creyó firmemente en el proyecto, y eso se nota), o la inmensa partitura de John Williams (un auténtico clásico de la música de cine)... y luego está la gema, la joya de la corona, un acierto supremo como pocos ha habido en la historia del cine: la elección de un por aquel entonces desconocido Christopher Reeve para interpretar a Kal-El, más conocido como Superman. Hoy día ya nadie duda que Superman tiene y siempre tendrá un cuerpo y un rostro... el de Reeve. Cualquiera que venga después de él (llámense Welling o Routh) serán simples sucedáneos a la sombra de una más que forjada leyenda cinematográfica.
En definitiva, con "Superman The Movie" se dieron multitud de factores, los astros (y nunca mejor dicho) se alinearon para dar lugar a una pieza clave dentro de la cultura de cine contemporánea. Es la mejor adaptación que se ha hecho de un personaje del cómic y aún no ha podido ser superada, y tengo la impresión de que jamás lo será. Imprescindible.

No entraré mucho en consideraciones sobre todo el apartado técnico de esta película, aunque sí señalaré que la fotografía es muy buena (espectaculares las imágenes aéreas cuando Supermán vuela sobre Nueva York y otros lugares y las imágenes del espacio, incluyendo la estupenda recreación del planeta Kripton); los efectos especiales son muy respetables; la conocida banda sonora es espectacular... Las actuaciones no son una maravilla, pero están bastante correctas. A destacar la solemne aparición de Marlon Brando como el verdadero padre de Supermán.
Dejando aparte estos aspectos ya de por sí aceptables, lo que hace que esta película posea esa pátina especial es que se convirtió en todo un mito en el cine de ciencia-ficción y aventuras. En una década en la que empezaban a despuntar grandes sagas y series espaciales (Star Wars, Star Trek...), Supermán no se quedó atrás y se granjeó un puesto de honor entre las películas de este género más taquilleras y que marcaron un hito en su tiempo, un hito que continuó y se mantuvo a lo largo del tiempo, hasta hoy.
Supermán es uno de esos clásicos que varias generaciones llevamos viendo (las generaciones de los 70, los que éramos niños en los 80, incluso en los 90 se mantuvo su popularidad y ya en el nuevo milenio se la sigue venerando). Para los que la vimos por primera vez hace más de veinte años, esta película se convirtió en un sentimiento colectivo. Más allá de nuestra razón, más allá del análisis objetivo de sus cualidades, Supermán se hizo un hueco en nuestro subconsciente, en nuestro corazón, en nuestros sueños. En su día, todos quisimos ser como él, todos quisimos ponernos una capa roja y volar como él lo hacía, y tener su fuerza, y quisimos ser superhéroes como él para salvar el mundo. La sensación de libertad, de poder, era demasiado atractiva para que la ignorásemos. Pero, además, la sencillez del personaje, que tan normal y patoso es cuando adopta su identidad humana (Clark Kent), nos llegaba y nos conmovía y conseguía que nos identificáramos con sus torpezas e incluso con su incapacidad para declararse a la chica que le gustaba. Y cuando se transformaba en Supermán y cobraba esa seguridad en sí mismo, reunía todas las cualidades que todos anhelábamos poseer.
Por lo tanto, esta película forma parte de mis sueños de niña y me resulta imposible desligarla de esos sentimientos tan profundos que causan ciertas películas que nos marcan en nuestra infancia.

Aún al día de hoy sigo convencido de que esta obra maestra de Richard Donner continúa siendo el mejor ejemplo de la adaptación de un cómic a la gran pantalla. “Superman” es la esencia de todo lo bueno que hay dentro de un ser humano escenificado curiosamente a través de un extraterrestre, por lo que me atrevo a afirmar que “Superman” es el más humano de todos los héroes siendo el único que no es de este planeta. Me duele mucho cada vez que veo el DVD y ver a Marlon Brando el primero en aparecer en los títulos de crédito, cuando es el menos interesante de todos, su padre humano (Glen Ford) tiene mucha más riqueza conceptual que éste y apenas pasa desapercibido. Espero que llegue el día en se haga justicia, rectifiquen y sea Christopher Reeve el primero en aparecer, seguido de Gene Hackman y Margot Kidder, el ego y los caprichos del Sr. Brando ya pasaron a la historia.
Es complicado analizar un film al que veo perfecto, ni que decir que fue Christopher Reeve el alma, el hombre que supo poner espíritu a un sueño imposible, su perpetua imagen como héroe nos acompañará para siempre. Pero no quiero ser injusto, Reeve lo bordó pero la película son millones de matices que la convierten en lo que es, Gene Hackman está de muerte como Luthor, su cinismo y humor negro es inimitable, Margot Kidder es la más simpática y agradecida novia que un superhéroe podría tener, ni guapa ni siliconada, una persona normal, la mezcla de comedia y drama se funde con una química inmejorable. La película queda detallada desde su comienzo por infinidad de ricos pormenores que dan autenticidad a un relato tan ficticio, desde krypton podemos ver que incluso una raza superior tiene sus propios temores, la creencia en los mismos provocará que Jor-el salve la vida de su hijo ya que no dudó del destino al que su planeta se enfrentaba. Uno de los momentos más emocionantes y mejor filmados desde mi punto de vista es aquel en el que fallece su padre adoptivo y el cristal le llama para comenzar su destino, así como el momento en el que Clark se lo cuenta a su madre y se funde en un emotivo abrazo con ella, todo ello rodado con plano de grúa magníficamente acompañado por la memorable música de Joihn Williams. La aparición por primera vez de Superman salvando a Lois de una muerte segura, el vuelo de ambos, todas las apariciones de Luthor y sus ayudantes y la creencia que nos dio Christopher Reeve de que un hombre puede volar, una película perfecta que sin los medios actuales logró un ingenio e imaginación que todavía (desde mi punto de vista) nadie ha podido superar.

Dijo el creador del cómic de Superman, que creó al personaje basándose en Cristo, con el cual tiene múltiples similitudes.
Lo cierto es que Clark Kent, no es el hijo de Dios, pero se le asemeja.
Richard Donner, quiso desde niño llevar a la pantalla grande al increíble hombre de acero, y tras hablar con los mandatarios de la Warner ( que más tarde le traicionarían, despidiéndole en "Superman II" ) consiguió una fantástica película con una historia increíble. El elegido para dar vida a la doble vida del extreterrestre exilidado del planeta Crypton fue un desconocido Chris Reeve, recientemente fallecido.
Reeve consiguió con esta película crear una legión de fans que aún perdura y ser lanzado a la fama.
Lo cierto es que el " superman" de Donner, lo tiene todo. Con un presupuesto millonario para la época, consiguieron una película fantástica,cuyo mayor aliciente fue lograr con una suma considerable de dinero que Marlon Brando participara en el proyecto, después de que negara profundamente que jamás volvería a aparecer en una pantalla de cine.
Los efectos especiales revolucionaron el cine y la gente se quedó encantada con ver volar a un hombre por primera vez en la historia.
Gene Hackman, después de " French Connection", atrajo a la gente culta, que admiraba al actor por la película que contaba con Fernando Rey, y Superman, como superheroe, se encargó de atraer al público familiar.
Al final, la película salió redonda, nada comparable a las sucesoras, que sólo son fuego de artificio.
Por cierto, hoy día, Bryan Singer, está rodando " Superman returns", con vistas a estreno, el verano 2006. Será la quinta película de la serie, después de la serie de Tv. Ojalá le quede bien.

Es curioso, pero me gustaría contarles la historia de mi vida en torno a lo que significó para mí una película como esta, por lo que me gustaría hacer una remembranza y poner algunas calificaciones hipotéticas.

Calificación 10
Yo la vi en el cine, y en su época fue una experiencia realmente gratificante, un espectáculo impresionante, el vuelo, la fuerza, el…el Superman.

Calificación 8
Durante mi adolescencia, tuve la oportunidad de volverla a ver en cine, en algunas "Matinees", pero mi adoración bajo un poco, ¿no se porque?, tal vez por la edad y la entrada inminente a la madurez.

Calificación 5
Durante mi época de soltería, el desencanto se apoderó de mí, y el gusto por un superhéroe que volaba y aparte era ridículamente pisoteado por todos, en su contraparte de Clark Kent, no me hacía mucha gracia.

Calificación 4
Recién casado y el simple hecho de pensar en un tipo engominado y con cara de "muñequito", me hacia sentir un poco mal...y pensaba como me pudo enganchar esta película cuando era niño.

Calificación 9
Un día llegue con la película en cuestión, y la puse en el reproductor de DVD, para que la vieran mis hijos, y.... ! OH Sorpresa ¡
Desde el primer momento,...la música del señor Williams hizo que mis pequeños (una niña de 8 años y un pequeño de 4), les brillaran los ojos.
¿Quien es papá?
Es Superman.
Superman, el superhéroe...
SI
GUAUUUU...
La película siguió, y ellos en orbita....y yo perplejo.
No podía creer que una película, tan desvalorada (por mi mismo), había calado tan hondo en unos niños acostumbrados a la "modernidad".
Hasta la fecha es una de sus películas favoritas y el "Héroe", el hombre de acero es un estigma que estará siempre en sus corazones.

Moraleja: Nunca subestimes la capacidad de asombro de un niño, como tú lo fuiste algún día de tú vida.

El tiempo pasa, y lo que parece que fue ayer de repente ya son años los que nos separan. A menudo visitamos las películas de otra época y puede suceder lo que a mí, que maldigo el tiempo que avanza y se lo carga todo. Hoy he vuelto a ver "Superman" y le he tenido que bajar la nota, porque hay cine que es atemporal y nos hace reír o llorar lo mismo hoy que hace 20 ó 50 años, y hay otro cine que sencillamente se lo merienda el tiempo. En este paseo a lomos del superhéroe más famoso he visto infinidad de errores, más allá de que se trate de un género que lo permite todo. La complicidad y afinidad de antes ha quedado en una desazón interior y en tristeza, este Superman no es el mismo que vieron mis ojos hace tantos años ya.

La primera parte, con Brando disfrazado y la explicación de los orígenes de Superman me ha parecido igual de buena, pero todo lo demás es muy flojo y de una calidad muy discutible. Hay numerosos ejemplos que no son spoiler, como el supuesto humor que ofrece el malo Hackman y su equipo, que es para taparse las manos o para salir corriendo, nefasto, por no hablar del falso amor entre la chica y el héroe, que te lo has de creer para que el final tenga sentido. Aunque todo el mundo a estas alturas lo sepa, lo detallaré en la zona oculta, el final es lamentable. En definitiva, muchos la aprobamos sólo porque nos resulta entrañable, pero para mí es un error meterle un 10 considerándola una obra maestra. Es evidente que es mi opinión, como decir que sus más de dos horas me han parecido más de cuatro.

Lo reconozco, de haberlo sabido, no la hubiera vuelto a ver...

Es requisito imprescindible, para quien vaya a ver esta película por primera vez, la pantalla grande. Sólo a partir de ahí podrá formarse una valoración correcta de lo que supuso esta estupenda cinta para la generación de finales de los 70. Aquellos primeros y maravillosos efectos especiales, sobre todo los referidos a los poderes de Supermán, nos fascinaban. ¡Verlo volar! Era una invitación permanente a soñar, a fantasear, a convertirnos en los héroes de la gente anónima y de princesas mundanas como aquella vecina que nos atraía o la chica de clase con la que eramos incapaces de hablar. Lo cierto es que Supermán nos dio tantas cosas...
La película nos cuenta tres historias: La destrucción del planeta Krypton mientras los padres de Supermán mandan a su hijo -todavía un bebé- a la tierra. Las luchas internas de un joven de dieciocho años que intuye que su sitio no está al lado de sus padres adoptivos. Y, finalmente, la llegada de Clark Kent periodista al famoso Daily Planet, al mismo tiempo que Supermán se da a conocer como innegable ayuda a la humanidad.
"Supermán" fue un ejemplo de dirección, montaje, guión y emociones para las posteriores y, ahora ya, actuales generaciones de cineastas. Cineastas que tuvieron los mejores y más grandes modelos del CINE MODERNO y de la ciencia-ficción: Supermán I y II, La guerra de las galaxias, Indiana Jones, E.T. Cineastas que tuvieron todo y...todo lo tiraron por la borda. Eliminaron el factor humano de sus películas, rechazaron los textos comprensibles llenos de ingenio, humor y amor. Confundieron, manipularon, soliviantaron al personal. Y, así mismo, se autoproclamaron genios.
Quizás no sea culpa de ellos, seguramente se vieron abrumados por la grandeza de sus predecesores y la aparición de una avanzadísima tecnología que ellos pensaron que era mejor y más interesante que las historias humanas. Puede ser...aunque a veces pienso que no tienen perdón.

Sin duda un clásico entre los clásicos. Este "Superman" de Richard Donner tiene muchas cosas que la convierten en un clasicazo (a pesar de no ser ni mucho menos una película perfecta). Para empezar están esos créditos iniciales fascinantes y memorables, acompañados de esa inolvidable banda sonora de John Williams con un tema pricincipal vibrante y absolutamente emocionante que, en mi opinión, es el mejor que ha hecho jamás. Pero es que toda la banda sonora es completa (¿cómo olvidar el emotivo y a la vez enérgico tema del "planeta Kripton"?). También cuenta con escenas irrepetibles que poseen una ambientación digna de mención (es imposible olvidar la estética del planeta Kripton y a sus kriptonianos habitantes, o la guarida de Supermán, o su look tan perfecto), y tiene un par de buenas actuaciones cob un Christopher Reeve perfecto como el hombre de acero, y con un Marlon Brandon en su secundario papel como Jor-el (con unos discursos que saben transmitir una especial trascendencia sobre el destino de su hijo Kal-el). Y hay secuencias que no solo impresionan la primera vez que se ven, sino que merecen más de un visionado para ser admiradas (como por ejemplo la primera aparición de Superman tras ese inolvidable discurso de su padre Jor-el y acompañado por esa inigualable banda sonora de John Williams, o ese vuelo nocturno de Lois y Superman). Lo cierto es que esta superproducción de los 70 no tiene su mayor virtud en los efectos especiales (que han quedado bastante anticuados), sino en un guión que nos regala momentos muy bien ejecutados con una gran ambientación, actuaciones decentes y una banda sonora para el recuerdo.

Pero por supuesto que tiene defectos. Al igual que tiene escenas inolvidables, tiene otras bastante malas. Además los villanos son muy blanditos y como mucho resultarán cómicos, pero nada más. La cinta además tiene algunas escenas demasiado alargadas y un exceso de metraje. Y es cierto que en su día seguramente supuso un gran boom, pero a día de hoy el tema del superhéroe que vence a los villanos de una manera bastante lineal y típica ha sido tan explotado que hay otras películas de superhéroes mucho menos clásicas pero de mayor calidad, porque este "Superman" peca de una gran inocencia, simpleza y muy poco realismo. Pero eso tampoco es algo excesivamente malo, porque "Supermán" no es más que una película de aventuras fantásticas y ya está.

La verdad es que en su conjunto es una adaptación bastante fiel del clásico comic. Y no deja de ser la historia del superhéroe más famoso y recordado. "Supermán" hace ensombrecer a las últimas películas (no animadas) que se han hecho del hombre de acero.

Lo mejor: Los inolvidables créditos del comienzo, Jor-el, una única banda sonora que pone los pelos de punta, los primeros momentos.
Lo peor: Tiene demasiada lentitud, la historia es demasiado típica y vista hoy en día. Solo gustará a los muy fans del género.

Aparece el logo de Warner Bros. En blanco y negro, un telón y la voz en off de un niño. Un antiguo cómic. Los créditos azules volando por la pantalla, las trompetas de John Williams y la "S" escarlata. Comienza Supermán.

Esa sensación que me produjo la primera vez que la vi cuando la estrenaron en la televisión fue indescriptible. Tantas veces había visto a Supermán en cómics o en dibujos animados que no me creía que pudiera llegar a ver a mi superhéroe favorito en carne y hueso. Todo el día nervioso, deseando que llegara la noche para el gran acontecimiento. Y no sólo yo, mis padres y mis amigos también. Era el no va más, lo más grande que pudiéramos presenciar en nuestra vida.

Y allí estaba. Christopher Reeve, embutido en el traje, inseparable el uno del otro. Desde entonces, para mí Reeve era Supermán y viceversa; no podía imaginármelo con otra cara. Y la música de John Williams acompañaba tanto o más al personaje como su actor. ¿Quién no la conoce, haya visto o no haya visto la película? ¿Quién no la ha tarareado alguna vez mientras jugaba a desabrocharse la camisa, quitarse las gafas (las usaras o no) y alzaba el puño mientras se imaginaba la capa carmesí ondeando al viento? Supermán era ya inmortal por entonces, pero Richard Donner logró hacerlo inolvidable.

Quitándonos un poco la inevitable aura nostálgica, el filme es una de las mejores adaptaciones que se han hecho nunca de un cómic. Richard Donner, famoso pocos años después por su saga "Arma Letal" y la aventura de "Los Goonies", nos regaló unos bellísimos y memorables momentos en una cinta que, si bien entretiene durante más de dos horas, resulta a ratos algo vacía y carente de interés. Buena culpa de ello la tiene la interpretación de Gene Hackman, una de las peores de su brillante carrera, interpretando a un Lex Luthor algo simplón y falto de carácter, que da la sensación de ser un enemigo soso para este Supermán.

El resto de actores están correctos en sus papeles, destacando al siempre sobrio y magnético Marlon Brando como Jor-El, el padre de Supermán, que quiso cobrar una buena suma de dinero por salir unos pocos minutos al comienzo. Y sin dejar al malogrado Christopher Reeve que, a pesar de no haber sido una maravilla de actor, supo darle al personaje todo lo que necesitaba y murió siendo Supermán incluso en silla de ruedas.

Ahora, Christopher, podrás volar de verdad por encima de las nubes.

Cuando fui al cine a ver esta película contaba con apenas seis años, pero aunque parezca mentira la recuerdo perfectamente, ¿cómo olvidarla?… Cuando las luces se apagaron dando paso a los inolvidables créditos iniciales supe que iba a ver algo grande. Y allí, a oscuras y rodeado de gente tan fascinada como yo, descubrí la magia del cine a través de los profundos ojos azules de Christopher Reeve.

El mago que obró tan poderoso influjo en mi no fue otro que Richard Donner. Es francamente difícil encontrar pegas a esta película, tanto como decidir cuál de sus muchos aciertos es responsable de haberla convertido en una obra maestra. Richard Donner se consagró en cuerpo y alma a dirigirla. También nos ofrece una fotografía excelente, obra del fallecido Geoffrey Unsworth a quien está dedicada la película. Y qué decir de la maravillosa banda sonora, compuesta por ese genio absoluto que es John Williams, ya sólo la majestuosidad con la que arrancan los créditos de entrada sumerge al espectador en la historia...

Puede que una de las principales claves del éxito sea el guión, que fue a parar a una de las mejores manos que podían encontrarse: Mario Puzo, que ya había escrito el guión de ‘El Padrino’, contribuyó a crear una historia fantástica que más de cuarenta años después sigue conservando toda su magia. La trama es sencilla pero tremendamente sólida y quizás por ello la grandeza de esta película no resida en el efectismo de sus imágenes sino en su sencillo mensaje.

Pero hay alguien que merece un reconocimiento especial, un joven actor que consiguió hacer realidad el sueño de todo hombre. Hablamos de Christopher Reeve, que dio más sentido que nunca a la frase promocional de la película: “Creerás que un hombre puede volar”. Y lo creímos, de hecho voló más alto que ningún otro hombre y se convirtió por derecho propio en el mejor Superman dentro y fuera de la pantalla. Al contrario que todos sus sucesores, Reeve consiguió ponerse en la piel de Clark Kent y hacernos olvidar que, tras su traje y corbata, se ocultaba un poderoso superhéroe. Y lo hacía con una mirada, con una gestualidad, transmitiendo ese encanto, gracia y vulnerabilidad humana que exige el personaje. Algo que actores posteriores como Tom Welling o Brandon Routh no consiguieron igualar.

Si hablamos de los efectos visuales es lógico encontrarlos desfasados, pero debemos tener en cuenta que en su momento fueron toda una revolución visual, lo nunca visto hasta entonces. Y a día de hoy suelen contemplarse más como algo entrañable que como un defecto que le resta calidad a la película.

En definitiva: En mi opinión estamos ante la mejor adaptación de un cómic de superhéroes que se haya hecho hasta la fecha, a pesar de todos los defectos y carencias que podamos encontrarle. Incluso acepto reconocer en esta crítica de 'Superman' que es una película imperfecta, pero sin duda es la película imperfecta más maravillosa que he visto. Sí, es evidente que el apartado visual de cualquier película actual está por encima de ella, pero la magia de ‘Superman’ no reside en lo que vemos sino en cómo lo vemos. Y yo, como muchos otros, tuve la inmensa suerte de poder ver esta película cuando aún no sabía ni lo que era el cine, con la inocencia y la ilusión propias de un niño. Ojalá pudiera regresar a mi infancia y ver una vez más esta película con aquellos mismos ojos.

-Lo mejor: Christopher Reeve, el mejor Superman y el mejor Clark Kent que han visto y probablemente verán nuestros ojos.

-Lo peor: Ciertos excesos cómicos en determinados personajes que desvirtúan el conjunto.

-Más en: www.cineycine.com

Richard Donner consigue hacer una gran película con una premisa muy similar a Star Wars. Lucas le pidió a Williams que compusiera una música que fuera más grande que la vida misma y Donner hace exactamente lo mismo.
El reparto es de lujo y el guión pertenecía a aquella época en la que los guionistas podían ser presentados como estrellas (a bombo y platillo se anunciaba que la película la protagonizaba el Padrino, Marlon Brando, y Mari Puzo, su guionista, era el autor del libreto también). La Warner puso toda la carne en el asador y realiza la que es todavía una de las mejores películas de superhéroes de la historia. El prólogo, largo, resulta muy acertado, así como la presentación de todos los personajes. De hecho, una primera parte de la película está dedicada solo a la infancia y adolescencia de Clark Kent y luego ya llega la parte en la que toca presentar al héroe y lo hacen de una forma extremadamente acertada (la escena del helicóptero). Pero en cualquiera de los casos la película consigue ser no solo entretenida, es emocionante.
La música de John Williams es sin duda un grandísimo acierto en la película (por cierto, por problemas de agenda Jerry Goldsmith, que venía de haber colaborado con Donner en su film anterior, no pudo componer la banda sonora). Y como en Star Wars la música de Williams es un elemento clave, tanto a nivel narrativo como emocional (¿alguien hoy no reconocería el tema de Superman de Williams? ¿alguien hoy conocería el tema de Superman de Zimmer?).

Sin lugar a dudas, una película muy acertada, muy entretenida, muy recomendable y sigue siendo un gran ejemplo de como hacer una buena y gran película de aventuras y superhéroes, donde la emoción gana a la acción.

Ah, y claro, la película tiene otro acierto mayúsculo. Y es, claro está, Christopher Reeve. La mejor encarnación posible del héroe de acero, la única persona que ha sido capaz de humanizarlo y de hacer un Superman capacitado de conectar con el público.

Esta película está hecha de la materia de la que se componen los sueños de infancia.

Un clásico indiscutible del cine de entretenimiento moderno. ¿Los efectos? Pues han envejecido (relativamente: comparen con "Superman returns" y se darán cuanta de lo poco que ha mejorado el tema en treinta y pico años), pero mantienen su encanto.

Y de eso se trata. Eso es lo que no comprende el cine actual, obcecado en el abuso de FX en detrimento de la historia, los personajes y los diálogos.

Porque esta película es pura magia. Impecable en muchos momentos: ese johnfordiano Smallville, la mítica BSO de Williams, la divertida escena repleta de subtexto entre Lois y Clark cuando el Hombre de Acero es entrevistado...

Vi la versión 2000 que hay algunas escenas inéditas y el doblaje es nuevo. Me sorprendió porque gana en actualidad haciendo que el sonido sea muy de ahora, pero... se añora ese sonido característico de los 70... con lo que prefiero volver a la versión original, aunque en esta hubiera escenas inéditas.

Los efectos especiales, para la época que es, están muy bien, aunque se notaran muchas maquetas. La historia se nota que no cabe todo lo que quisieron hacer, y queda un final como el final de un episodio que sabes que va a continuar.

El último giro (nunca mejor dicho) que hace, cuando hacer ir marcha atrás en el tiempo queda demasiado fantasioso e irreal... es lo único que le podría reprochar a la película.

Hablar de Superman es hablar de un mito, de un clásico, aunque se hayan hecho más películas, la verdad es que solo hay una, y esa es la primera que se hizo.
Retratada por Christopher Reeve, un personaje mítico que retrató a Superman y durante toda la vida se le relacionaría con ese personaje, quizás una desgracia para su carrera, pero un sello para mi generación.

Recuerdo como mi padre nos traía las películas de VHS que había que alquilar en los videoclubs y Superman era aquella película que recuerdo muy bien, una época ya pasada pero maravillosa porque Superman no solamente es un personaje mítica en el cine, sino retrata una época en el que el cine familiar era el pan de cada día.

Superman es un clásico, a pesar de verla hoy otra vez, no me cansa y no me hace pasar ridículo por sus efectos, creo que es una película de una época pero para toda una vida, y además prefiero ver los clásicos y no las nuevas versiones de plástico que se hacen, el clásico tenía alma, los personajes era impresionantes y todo dirigido con maestría.

Si la veo hoy en día y me sigue gustando y entreteniendo es porque algo tiene, y ese algo se llama alma.

Con este largometraje sobre el hombre de acero, se demostró que el cómic podía ser mucho más que un simple entretenimiento infantil. La adaptación de Superman a la gran pantalla resultó un éxito completo de taquilla y crítica, y sobre sus espaldas recae el peso de haber creado, como aquel que dice, el género superheroico cinematográfico. Del mismo modo que Superman fue el primer héroe de cómic, del que bebieron y en el que se inspiraron todos los demás, Superman The Movie es la inspiración para otras muchas cintas sobre enmallados combatidores del crimen. Y se lo merece.

Algunas, por no decir casi todas las escenas, tienen algo mítico que aún impresiona hoy en día. La presencia de Christopher Reeve llenaba la pantalla, y los efectos especiales fueron una revolución en su momento, y vista hoy en día no resulta rídiculo; es más, algunas de las escenas de vuelo son incluso más poderosas y creíbles que muchas de las que ahora mismo se recrean con CGI. Ver Superman, es como leer un cómic animado, los personajes parecen haber saltado de las páginas a la pantalla. Y por si fuera poco, la banda sonora de John Williams aporta una fuerza que, casi con toda seguridad, solo puede encontrarse en dos o tres películas más en toda la historia del cine, convirtiéndose casi instantáneamente en la banda sonora personal, irreemplazable y eterna del personaje.

Contando además con Marlon Brando en un pequeño pero importantísimo papel, con Gene Hackman como el villano y con el irrepetible acierto de encontrar a Christopher Reeve para encarnar a Clark Kent y Superman, esta película tiene todo lo que se puede esperar. Es un espectáculo, un referente, una completa guía de cómo hacer cine de superhéroes. Y hoy en día aún mucha gente utiliza este manual.

Sin más, visto lo visto, y eso que me gusta Superman Returns, menos Man of Steel, está claro que este superman, el de Donner con sus actores, va a ser y será para siempre la mejor película de superman que se ha podido concebir. Le sigue Superman 2 por supuesto... Pero ésta que nos ocupa es como pura fantasía mágica del superheroe por antonomasia, es una fórmula perfecta cinematográfica que además hace que uno se exalte y emocione tanto como se tense y se entristezca si se requiere. En definitiva, el superman definitivo ya se grabó hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia cinematográfica muy lejana a la actual, que parece atrincherada en una estrella de la muerte a base de dibujos informáticos calzados fotograma a fotograma... You´ll believe a man can fly!!!!!!!

De todas las películas de superhéroes, y hay muchas… quizás demasiadas, “Superman” sigue siendo la más genuina y gloriosa de todas. Con un elenco de artistas de primer nivel, aunque veteranos y en papeles secundarios pero dejando ver su calidad como actores. Una lujosa superproducción para la época, 1978 era un año en que los efectos especiales alcanzaban una especial relevancia, que ahora nos parecen ridículos pero entonces, eran el no va más. Nada que ver a estas alturas con la tecnología digital desarrollada que en mi opinión, creo que nos ha desbordado con la estética del videojuego, que a veces es tan apabullante que aburren con el más difícil todavía, desvirtuando esa magia y fantasía que tenía la ciencia ficción.

En una galaxia lejana, ante la inminente destrucción del planeta Krypton. Un bebé es enviado por sus padres al espacio. En ese viaje sideral llegará a nuestro planeta, donde el niño será adaptado por un matrimonio de granjeros de Kansas (USA), sólo Superman podría tener dos padres como Marlon Brando y Glen Ford. Con los años, se convertirá en Clark Kent (un excelente Christopher Reeve), un reportero del Daily Planet en Metrópolis, un tipo desgarbado, ingenuo, que es algo torpe y tímido con las mujeres. Consciente de sus poderes sobrenaturales, los utilizará para luchar contra la injusticia y la maldad encarnada por el villano Lex Luthor (un desaprovechado Gene Hackman) que es una amenaza para la sociedad.

La obra se divide en una serie de “set pieces” diferenciadas, que le impiden alcanzar una homogeneidad global; tenemos el episodio de Krypton con sus padres originales, el de Smallville con su padres adoptivos educándolo en valores humanos, la Fortaleza de Soledad y su aprendizaje, todo lo que atañe a la redacción del periódico y, por último, la trama que atañe a Lex Luthor. Pero no hay algo que ensamble todo ello entre sí y conforme una unidad. La historia de amor con Louis Lane, siendo romántica le falta más poder de convicción, dado el origen del protagonista y su condición de superhéroe para la empatía con el espectador.

El personaje creado por Shuster y Siegel, nació sobre el papel en 1938, pero no sería hasta 40 años después cuando el cine encontró el vehículo idóneo para inmortalizarlo. Acción y aventura se dan cita en esta entrañable película para todos los públicos que sin ser perfecta, por lo ya expuesto anteriormente, Richard Donner supo imprimirle en coherencia con las principales reglas de oro del cine, la grandiosidad del gran espectáculo para divertir a la audiencia emocionando a toda clase de espectadores. La película forma parte de la historia del cine, su éxito comercial provocó muchas secuelas que en mi opinión y a pesar de los muchos y mejores efectos especiales, son inferiores a este Superman producido por Alexander Salkind.