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Críticas ordenadas por:
Bienvenidos al Sur
Bienvenidos al Sur (2010)
  • 5,8
    10.205
  • Italia Luca Miniero
  • Claudio Bisio, Alessandro Siani, Giacomo Rizzo ...
8
"Quando vieni al Sud piangi due volte..." ¡Va p' allá!
Esta divertidísima comedia es una de esas películas que llegan a nuestra cartelera sin hacer demasiado o ningún ruido, para instalarse en la misma durante un período de aproximadamente una semana y desaparecer después sin que demasiada gente haya tenido la oportunidad de disfrutarla. Muchos se dejan arrastrar por los grandes títulos con impresionantes carteles copados por los rostros de algunos de los actores internacionales más conocidos de la actualidad, en detrimento de un buen puñado de cintas que probablemente sean de merecido disfrute. Desde luego, siempre que vamos al cine nos encontramos ante la eterna gran aventura: ¿serán dos horas inolvidables, simplemente entretenidas, o aborrecedoras?. Pero merece la pena probar, moverse hasta las magníficas salas de Kinépolis Madrid (todas las ciudades del país deberían contar con unos cines de esta admirable comodidad, por decreto ley) y sin meditarlo demasiado decir: “esta”.

Y ahí estaba “Bienvenidos al Sur”, remake de la película más taquillera de la historia de la filmografía francesa (“Bienvenidos al Norte”, 2008), adaptada ahora bajo bandera italiana por el director Luca Miniero (“Nessun messaggio in segreteria”, 2005) y Massimo Gaudioso (uno de los guionistas de “Gomorra”, 2008). Al parecer, el fenómeno también se ha repetido en Italia y sus más de cinco millones de espectadores acreditan el increíble éxito alcanzado por el film. Su desternillante argumento nos sitúa frente a Alberto Colombo (Claudio Bisio), un director de una oficina de Correos de Brianza (Lombardía) que, agobiado por la insistencia de su neurótica mujer, Sylvia (Angela Finocchiaro), para que solicite un traslado a Milán, recurre a una estúpida treta que acabará por mermar sus planes y hacer que éstos salgan de una forma completamente distinta a la prevista. Es enviado a Castellabate, un pequeño pueblo de Campania lleno de mala fama que advierte de peligros de todo tipo: atracadores, asesinos, mafiosos, enfermedades infecciosas, paletos sin escrúpulos que hablan de una forma ininteligible…

Una vez allí, el protagonista deberá lidiar con todas las situaciones que le van surgiendo, presentándose estas con el mismo nivel de diversión y excelente humor que el de una de las primeras escenas. Uno de los puntos fuertes de esta obra es precisamente su constancia, pues a pesar de que a veces, por la propia naturaleza de la trama se levante el pie del acelerador, la película es un río de momentos muy graciosos, capaces de arrancar bastantes carcajadas, las suficientes para saber que el dinero de la entrada, ha sido una buena inversión. “Benvenuti al Sud” está dotada de un aire fresco y agradable que recuerda al de otras muchas producciones italianas contemporáneas, y que se caracteriza por la finura y el buen gusto técnico, argumental y narrativo con el que ofrece su realización.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paranoid Park
Paranoid Park (2007)
  • 6,8
    7.577
  • Estados Unidos Gus Van Sant
  • Gabe Nevins, Taylor Momsen, Jake Miller ...
5
Crimen en los alrededores del parque del Este
Gus Van Sant dirige y escribe esta irregular película, centrada en la investigación de un crimen producido en los alrededores de “Paranoid Park”, un punto de encuentro de “skaters”. Uno de los investigados es el principal protagonista, Alex (Gabe Nevins), que va ofreciendo su versión de los hechos tanto en forma de respuestas al detective Lu (Daniel Liu), como de flasbacks desordenados que la realización va adaptando según le conviene, con la intención de desconcertar e intrigar al espectador. Aunque la película se deja ver muy bien, Van Sant cae en el irreparable error de hacer que prime la estética sobre el sentido del argumento. Esta obsesiva fijación del director hace que se desprecie lo más interesante de la trama en beneficio de interminables escenas (largos y silenciosos travellings, miradas absurdas, secuencias de “skaters”, etc) que por si fuera poco, se repiten una y otra vez.

Una vez resuelto el caso que sigue la trama, la realización deambula durante el tercer cuarto de su duración entre secuencias que, si bien a veces son de una admirable factura artística y técnica, en el fondo resultan huérfanas por su vacío significado. La despreciable apatía que el primerizo actor Gabe Nevins (quien a mi juicio no realiza un buen trabajo) imprime sobre su aburrido personaje tampoco ayuda a seguir el argumento con demasiado agrado, pues lo completamente inexpresivo del rol que asume acaba por desembocar en el tedio de unas historias que despegaron apuntando muy buenas maneras, pero que pronto se cayeron por el propio peso de su incoherencia. Técnicamente, además, la dirección no corrige errores naturales surgidos durante el rodaje de las escenas: miradas que se escapan de reojo hacia la cámara, algún montaje defectuoso, un momento en el que se puede ver cómo el protagonista desarrolla una conversación mientras sus ojos se mueven como si estuviese siguiendo unas líneas…
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lost in Translation
Lost in Translation (2003)
  • 7,1
    102.177
  • Estados Unidos Sofia Coppola
  • Bill Murray, Scarlett Johansson, Giovanni Ribisi ...
8
Park Hyatt Tokyo Hotel
Siguiendo la estela de toda una serie de películas contemporáneas de renombre por las que aún no había pasado mis ojos, acabé encontrándome con la segunda realización -después de “Las vírgenes suicidas” (1999)-de Sofia Coppola como directora: “Lost in Translation”. Un viaje a la soledad, la amargura, el devaneo de quien no encuentra un sentido lógico a su vida, o simplemente de aquellos que pese a disfrutar de una relación estable (noviazgo de larga duración o matrimonio), encuentran en la rutina de sus vidas una monotonía que aturde, aburre y desmoraliza. Todo esto en una película de más que agradecida factura, que se sigue con hipnótico interés durante sus pausados y agradables 104 minutos de duración. La hija del gran Francis Ford Coppola demuestra con esta cinta una temprana madurez, por saber crear una obra tan personal y auténtica como bien proyectada. Historia, interpretaciones, guión, fotografía y apartado musical se funden en una sola cosa para construir un conjunto de sensaciones capaces de perdurar en la retina y el corazón del espectador.

El argumento -escrito por la propia Sofia Coppola, que ganó un Oscar por ello- nos sitúa en Tokio, atrapados por la inmensidad de los carteles publicitarios que conforman un gran mosaico de luces de neón y paneles digitales en una gran extensión de la capital japonesa. Hacia el “Park Hyatt Tokyo Hotel” se dirige en un lujoso vehículo el apático actor norteamericano Bob Harris (Bill Murray), que antaño protagonizaba un puñado de películas que le dieron fama y prestigio, y que hoy debe conformarse con anunciar una marca de whisky al otro lado del planeta. Con su mujer e hijos en los Estados Unidos, Harris lucha contra su soledad y su elevado insomnio visitando distintas dependencias del hotel, hasta que se encuentra con un bello a la par que dramático reflejo: el de una preciosa pero afligida Charlotte (Scarlett Johanson), mucho más joven que él pero con muchas cosas en común, entre ellas el insomnio. Ambos presumen de una fiable relación conyugal, pero sus rostros y acciones delatan que algo falta en sus vidas…

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El luchador
El luchador (2008)
  • 7,2
    46.485
  • Estados Unidos Darren Aronofsky
  • Mickey Rourke, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood ...
8
"El único sitio donde me hacen daño es ahí fuera"
“El luchador”. Qué gran título para tan buena película. Porque su protagonista, el bueno de Randy “The Ram” (interpretado por un excepcional Mickey Rourke), una empobrecida vieja gloria del “wrestling”, lucha más allá del cuadrilátero en el que combate: disputa contiendas contra su propia soledad, desarrolla humildes trabajos para sobrevivir en una mugrienta caravana, intenta restablecer el contacto con su propia hija y se consuela, previo pago, con una veterana 'streaper' (buena Marisa Tomei). En esta historia lo importante no sólo es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Darren Aronofsky dirige con maestría el desarrollo de un argumento nacido en el bien labrado guión de Robert D. Siegel.

La crudeza se dibuja con trazos exentos de melodrama o artificios, recurriendo a la ironía si hace falta para transmitir la profundidad de algunos de los mensajes que destilan un buen puñado de escenas. Comparen, simplemente, dos de los travellings que la cámara, enfocada desde las espaldas del protagonista, ofrece: uno de ellos lleva a “The Ram” hacia el 'ring' para batirse contra su rival entre los aplausos del público; el otro le transporta mediante los “bastidores” del supermercado en el que trabaja, hasta la charcutería. Pasión y realidad. Lo más reseñable de todo es que se habla de temas tan crudos como los ya citados (soledad, pobreza, desesperanza) y otros como la interesantísima trastienda del mundo de la lucha libre y el compadreo existente entre todos los “rivales-intérpretes”, etc. sin buscar una lágrima o destrozar corazones: Aronofsky pone los papeles sobre la mesa y parece decir “esta es la realidad: así de cruda y desgraciada. Guste o no”.

Y acierta, dejando en un servidor una marcada sensación de desasosiego, pesimismo y estupor, por reconocer que así es la vida y algunos de sus senderos, como los seguidos por Randy (un encantador personaje por el que podemos sentir empatía fácilmente), van ligados a su naturaleza, sin nada que podamos hacer para que eso cambie en su totalidad. Tan sólo podemos contribuir en situaciones aisladas con un granito de arena, librándonos de todo tipo de prejuicios, abriendo los ojos y descubriendo a las personas, mientras consideramos que lo que para muchos es “poco”, para otros es toda su vida. Gran película.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La neige au village
La neige au village (2008)
Mediometraje
  • 6,6
    27
  • Francia Martin Rit
  • Grégory Gatignol, Sébastien Morin, Fanny Sidney
8
"Es la paz fría y profunda, que se extiende por el mundo"
Austero en palabras pero rico en realismo, inspiración y sensaciones. Así es “La neige au village”, el trabajo de más duración (43 min.) del realizador francés Martin Rit, que anteriormente había filmado dos cortometrajes, “La leçon de guitare” y “Les garçons”, ambos de 2006. El bien labrado planteamiento de este mediometraje gusta por la simpleza y lo realista de un desarrollo que no busca aumentar su dramatismo a base de artificios. La realización se basta con mostrar sus acciones desde una perspectiva natural y acertada, a pesar de guiar la trama por un ingenioso sendero. Resulta agradable encontrarse trabajos de este estilo, tan puros, frescos y verdaderos, que se valen del poder de lo sencillo. No esperen lágrimas, catástrofes o situaciones espectaculares, sólo la vida misma, durante un exquisito día de primavera en el sur de Francia.

Probablemente algunas de sus secuencias caigan sobre el espectador como curiosas anécdotas, recuerdos o momentos con los que uno puede sentirse identificado de alguna forma: desde el simple hecho del hombre aburrido que descansa plácidamente sobre el fresco manto de césped de un parque, a la persona con aparente trastorno que dentro de esos límites observa compulsivamente a los demás, hasta la clásica estampa de la chica solitaria sentada en un banco, que clava su mirada sobre un libro mientras respira la paz y la tranquilidad del lugar. Los destinos de las tres personas que protagonizan las recién citadas historias navegan en una misma dirección que nace desde un curioso misterio que se transforma en una sucesión de imprevistos y sigilosos seguimientos entre personas.

El silencio producido por una inexistente banda sonora y la importancia que se le da a los sonidos cotidianos de la urbe (murmullo de la gente, pasos, vehículos, el aire que habita entre las hojas de los árboles…) hace caer sobre los actores la obligación de realizar unas interpretaciones de calidad, que logren transmitir la personalidad de unos personajes que no sólo son desconocidos entre ellos, sino también para nosotros, puesto que en todo momento lo que estamos contemplando es una historia entre extraños: es como salir a la calle y observar, convirtiéndonos de esta forma en otro de los protagonistas de la cinta. Cada uno de los intérpretes tiene algo bueno que ofrecer, y sus trabajos quedan igualados para beneficio del conjunto.

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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guantanamera
Guantanamera (1995)
  • 6,4
    5.833
  • Cuba Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío
  • Jorge Perugorría, Carlos Cruz, Mirtha Ibarra ...
7
El cadáver de la burocracia
Divertida, fresca, agradable y entretenida road-movie cubana, dirigida por Tomás Gutiérrez Alea (“Fresa y chocolate“, 1993), que falleció un año después del estreno de la película, y Juan Carlos Tabío (“El cuerno de la abundancia”, 2008). En “Guantanamera” somos partícipes de un viaje a contrarreloj, el que tiene que disputar un cortejo fúnebre que, adaptado a nuevas, absurdas y desproporcionadas medidas sobre el traslado de cadáveres entre ciudades, debe atravesar Cuba teniendo como prioridad el ahorra de gasolina y las precarias dietas de los trabajadores, así como la llegada en tiempo récord al punto de destino. Adolfo (Carlos Cruz) es el encargado de que todo el plan se desarrolle según lo previsto, sacando de quicio con sus datos y cálculos a todos los que le rodean, tanto familiares como Giorgina (Mirta Ibarra) y Cándido (Raúl Eguren) o trabajadores del séquito. Todos ellos tendrán que lidiar con posibles problemas que puedan surgirles durante el trayecto, discusiones, y todo tipo de momentos enmarcados en el humor negro que invade la totalidad de esta comedia.

Por la misma carretera por la que marcha el cortejo, se encuentran dos camioneros que deben llevar su carga a su punto de destino. Ellos no van tan apurados de tiempo pero el principal problema que les surge son los amores de carretera de uno de ellos, Mariano (Jorge Perugorría), que tiene más de una “amada” repartida por el país. Esta historia paralela supone un gran acierto de la dirección, pues además del interés de sus entretenidas aventuras, consigue que el ritmo de la película no caiga en la monotonía de un solo viaje, convirtiendo al espectador en el testigo de dos trayectos que conducen a la misma dirección: La Habana. Todo con una visible intención crítica de los realizadores de la cinta, que denuncian lo incoherente de los excesos burocráticos que paren leyes o normas patéticas que sólo buscan el beneficio de quienes menos lo necesitan, en detrimento de los dolientes, principal referencia que se emplea en el guión para hacer alusión a los familiares de los muertos. Y es que el fallecido no importa, porque “ya no padece”, y la familia… “pues que se aguante” mientras transportan a su ser querido como un saco de patatas, siendo cambiado constantemente de vehículo para que la tacañería llegue hasta límites insospechados.

Todas las interpretaciones del plantel son geniales, siendo la más destacada, a mi parecer, la de Raúl Eguren, que da vida al bueno y afligido de Cándido. Carlos Cruz, Mirta Ibarra y Jorge Perugorría, junto al resto del reparto, completan unos gratos papeles con una calidad que se encuentra muy por encima de lo esperado para una película de bajo presupuesto como la coproducción Cuba-España-Alemania de la que se informa mediante estas líneas.

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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia del Bronx (A Bronx Tale)
Una historia del Bronx (A Bronx Tale) (1993)
  • 7,8
    44.878
  • Estados Unidos Robert De Niro
  • Robert De Niro, Chazz Palminteri, Lillo Brancato ...
10
Las calles del Bronx. Años 60.
El “South Bronx” o Sur del Bronx es una de las postales más sugerentes y recurridas de la parrilla cinematográfica norteamericana, significando las calles de este lugar -perteneciente al condado homónimo, en el estado de Nueva York- todo un emblema urbano de inmigración, estando formado en su mayoría por hispanos, seguidos éstos de personas de raza negra, europeos, asiáticos y gente de otra procedencia. Pero su extensa popularidad nace de una mala fama llevada al cine, la televisión o la literatura infinidad de veces, principalmente desde los años 70, tiempo en el que las calles del citado lugar se convirtieron en un mundo paralelo; un lugar que combatía la ley mientras se perdía entre sus altos índices de violencia elevados por las bandas criminales que se iban formando, y que se disputaban el negocio de las drogas, la reclamación de su propio territorio entre organizaciones, robo de vehículos y un largo etcétera que nunca salía de los límites de lo ilegal. Todo ello hasta convertirse en la bandera de la peligrosidad, pobreza y marginalidad, tristes factores a los que contribuyeron con su indiferencia o inacción las administraciones públicas responsables. Hoy, a pesar de gozar de un progresivo crecimiento, el Sur del Bronx continúa teniendo alguno de los barrios más pobres y las áreas de crimen más altas del país.

En la película dirigida por Robert De Niro no veremos el retrato más feroz de las situaciones mencionadas, pero sí el más emblemático, y además sólo asistiremos al nacimiento de esa decadencia urbana. Son los años 60. Los niños juegan alegremente y al calor del buen tiempo con las bocas de riego, robando piezas de fruta a los humildes trabajadores de la zona o sirviéndose gratuitamente del transporte público al engancharse en la parte trasera de los autobuses. Son jóvenes como Calogero (Francis Capra), de 9 años, que amanece desde bien temprano para sentarse en el escalón de entrada a su portal y ser testigo en primera línea del ambiente del barrio. Los mafiosos de ascendencia italiana -encabezados por Sonny (Chazz Palminteri)- que habitan el lugar también se divierten a su manera, con juegos de azar y en general con todo aquello que rodea al oscuro mundo de las apuestas clandestinas, mientras controlan de forma meticulosa todo lo que sucede en el barrio que dominan. El adorable Calogero siente una profunda admiración por Sonny, al que no tiene el privilegio de conocer personalmente: contempla a lo lejos sus gestos y formas para imitarlo, admirando sus trajes y cada paso que da el mafioso sobre el sucio suelo del Bronx. Pero el padre del pequeño, un honrado conductor de autobús llamado Lorenzo (Robert De Niro), vigila a su querido hijo de cerca para que no caiga en las garras de una vida criminal. Sólo una inesperada casualidad unirá los destinos de todos. Es una historia de unas vidas, de un barrio. Es una historia del Bronx.

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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Platoon
Platoon (1986)
  • 7,7
    69.533
  • Estados Unidos Oliver Stone
  • Charlie Sheen, Tom Berenger, Willem Dafoe ...
7
¿Qué es la guerra?
¿Qué es una guerra? Para muchos es un recuerdo estadístico, una reunión de efemérides, una fecha para recordar, o para olvidar. Una solución drástica a un problema que no podía solucionarse por otros medios, o un recurso desproporcionado y antinatural que acaba con las vidas de miles de seres humanos. El escritor del imperio romano Flavio Vegecio Renato pronunció durante el siglo IV las palabras que hoy son un famoso proverbio: “Si vis pacem para bellum” (Si quieres la paz prepárate para la guerra). El filósofo alemán Friedrich Nietzsche clamaba contra la inutilidad de la guerra por “volver estúpido al vencedor y rencoroso al vencido”. El historiador francés Alphonse de Lamartine defendía que la guerra “no es más que un asesinato en masa, y el asesinato no es progreso”. Y el genial escritor y periodista Arturo Pérez Reverte afirma que “la guerra es el estado normal del hombre”. Muchas definiciones y dispares interpretaciones para un fenómeno tan defendido como odiado (sí, más bien lo segundo), en el que los principales protagonistas son todos esos jóvenes y no tan jóvenes soldados que pierden su vida durante la batalla. Unos luchan por obligación. Otros por deseo, o por necesidad. Otros simplemente no saben porqué. Y desde esta perspectiva de hombres desesperados y ansiosos por volver a sentir el aliento de su familia, muy lejos de donde se encuentran, Oliver Stone (“JFK: caso abierto”, 1991) dirige y escribe “Platoon”.

Es la Guerra de Vietnam, y un joven soldado de reemplazo, Chris (Charlie Sheen), se une a las tropas desplegadas en el país asiático. Poco importa su nombre o lugar de procedencia. Sólo esperan su cuerpo, alma y metralleta para adentrarse en lo más recóndito de la selva y combatir contra el Viet Cong. Estupefacto por lo que contempla, va conociendo a sus compañeros de pelotón, entre los que parecen haber montados dos frentes: el de aquellos que se han vuelto locos por el mal de la guerra y dan muestras de una incomprensible crueldad y el de los soldados que comprenden que se enfrentan contra seres como ellos mismos. “Platoon” no sólo habla del infernal escenario de un conflicto bélico, sino que se concede además una vital importancia a las relaciones humanas entre los que lo disputan, ofreciendo una marcada y conseguida personalidad de cada uno de los protagonistas de la cinta. Somos, como ellos, partícipes de buenos y malos momentos, sintiendo la acción y la inestabilidad de la guerra entre nuestras sensaciones.

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16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Valor de ley
Valor de ley (2010)
  • 7,1
    56.344
  • Estados Unidos Joel Coen, Ethan Coen
  • Jeff Bridges, Hailee Steinfeld, Matt Damon ...
8
El gran Rooster Cogburn
“True Grit” se convierte, por méritos propios, en una de las mejores películas de la filmografía de los hermanos Coen. Su conjunto no sólo desprende el olor del sello de calidad inimitable del director bicéfalo, que vuelve a ser el que era recordando el sabor que nos dejaron cintas como “Muerte entre las flores” (1990), “Fargo” (1996) o “El hombre que nunca estuvo allí” (2001), sino que también ha devuelto una frescura merecida a uno de los géneros cinematográficos más emblemáticos y de mejor acogida de toda la historia del cine. Las viejas historias de venganzas, personajes icónicos, aventuras cabalgando entre interminables, solitarios y muchas veces bellos lugares, y un modo de vida fascinante, se reproducen en este notable western cargado de excelentes interpretaciones, aplastante guión e inconfundible dirección.

Todo un ejercicio de buen cine que a juicio de un servidor merece ser aplaudido doblemente. Me alegra que dos directores tan reconocidos apuesten por un género tan aparentemente acabado (que de año en año da alguna que otra perla, muchas menos de las que un montón de amantes del género desearían) y que encima lo hagan aportándole una luz propia, elementos originales y situaciones que sólo ellos saben sacarse de la manga.

Esta historia nos cuenta la persecución de una joven de catorce años, Mattie Ross (Hailee Steinfeld), al asesino de su padre, que cayó a manos de Tom Chaney (Josh Brolin). Tras el aspecto infantil de la niña se esconde toda una mujer calculadora, que lleva al milímetro los negocios familiares debido a la aflicción de su madre, incapaz de hacerse responsable de esas tareas. Todas estas funciones parecen excesivas para una persona de su edad, pero Mattie las resuelve mejor que cualquier adulto, con una sorprende habilidad de palabra y capacidad para negociar, saliendo prácticamente victoriosa de cualquier situación que pueda resolver con estos medios. Para llegar hasta la persona que mató a su padre, decide contratar a uno de los alguaciles más reconocidos del momento, el viejo, gordo, borracho y sarcástico Rooster Cogburn (Jeff Bridges), quien no parece entusiasmado por el encargo de la pequeña. Aparece también un Ranger de Texas, LaBoeuf (Matt Damon), quien busca a la misma persona, Tom Chaney, por delitos cometidos en su Estado. Comienza así una aventurera trama en la que la lengua es la mejor arma de los protagonistas, quienes atraviesan todo tipo de territorios con la intención de poder llegar a su destino. El humor está muy presente en varias escenas que se disfrutan a carcajadas (mortales las del “tiro al plato”, o los ruidos de Bruce Green), principalmente protagonizadas por la irónica, punzante y bohemia actitud del admirable Cogburn.

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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo miedo
No tengo miedo (2003)
  • 6,7
    2.054
  • Italia Gabriele Salvatores
  • Giuseppe Cristiano, Aitana Sánchez-Gijón, Diego Abatantuono ...
8
Retrato de una infancia
Encantadora película del director de “Mediterráneo” (1991), Gabriele Salvatores, que nos sumerge en los pensamientos y vivencias de un grupo de niños italianos que matan el tiempo de un caluroso verano de 1978, proponiéndose retos y aventuras en las proximidades de una pequeña, solitaria y aislada aldea del sur de Italia. Los chavales nos recuerdan nuestra infancia, esa etapa en la que pudimos apreciar lo más hermoso de la vida al valorar las cosas que hoy nos parecen más insignificantes, como los mayores tesoros de la Tierra. Un tiempo en el que las enemistades se resolvían con un intercambio de juguetes o una promesa que finalizaba con las palabras de “¿amigos?”, e ignorábamos por desinterés los asuntos más complicados y problemáticos, al ser “cosas de mayores”. Hacíamos nuestra vida siendo casi inconscientes del verdadero y cruel mundo que nos rodeaba, siendo nuestra mayor pasión poder salir a “callejear” con nuestros amigos, en un grupo en el que, como sucede en esta historia, siempre estaba el “cabecilla” o el “chulito” por una parte, y el marginado de la cuadrilla, del que se aprovechaban todos, por otra.

En “Io non ho paura” el argumento vira en esa dirección, desde las historias protagonizadas por un grupo de jóvenes compuesto por Michele (Giuseppe Cristiano), Salvatore (Stefano Biase), Barbara (Adriana Conserva) y Teschio (Fabbio Tetta). Durante uno de esos días en los que el sol se clava sobre la piel como una espada, todos ellos tienen una “importante” misión que cumplir: hacer una carrera desde un punto determinado hasta una vieja casa abandonada que hay en mitad del campo. Una vez allí, exploran el lugar, juegan en el mismo, o tratan de adjudicárselo como hacíamos antaño (“yo he visto primero la casa, así que es mía”). Antes de marcharse, Michele detiene su atención sobre una generosa tapa de metal que hay en el suelo y que sirve para esconder una especie de agujero que habita un niño. Comienza entonces una historia de intriga que plantea sobre la trama un montón de previsibles preguntas que no intentan formar en su conjunto una aclamada cinta de intriga sino un dibujar un buen retrato de la inocencia y curiosidad de dos niños que coinciden por casualidad.

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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carretera (The Road)
La carretera (The Road) (2009)
  • 6,6
    55.106
  • Estados Unidos John Hillcoat
  • Viggo Mortensen, Kodi Smit-McPhee, Charlize Theron ...
6
Pasos vacíos entre la niebla
Monótona y de escasas emociones, esta película tiene como mayor aliciente su argumento, pero éste ya ha sido representado de manera más contundente en la magnífica serie “The Walking Dead” (2010). Si pretendían vendernos una dramática historia sobre una situación apocalíptica en la que un padre y un niño deben sortear los distintos peligros y dificultades que les van surgiendo, lo único que han conseguido ha sido dibujarnos la postal, deleitarnos con un gran lienzo, una buena fotografía y una mejor dirección artística. Los personajes de la cinta vagan sin rumbo de un sitio a otro, y el espectador asiste al espectáculo con la gratitud del entretenimiento que aporta el conjunto, y la interesante reflexión nacida de alguna escena apartada. Que Viggo Mortensen es un gran actor no es ningún secreto, pero en los últimos años ha estado metido en películas que a mi juicio se le han quedado pequeñas. No cuento “Alatriste” (2006), que para mí fue una gran cinta.

Volviendo a “The Road”, decir que el chaval, Kodi Smit-McPhee, no llega a parecerme insoportable, pero sí demasiado impuesto. Su personaje combina el hecho de llevar un peluche de la mano, con la personalidad altiva de su rol. Es un niño, pero no deja de ser un actor, y a mí me parece sobreactuado y apenas creíble, aunque su actuación vaya mejorando con el paso de los minutos. En todo el metraje hay escenas que sobran, escenas que faltan y momentos que podían haberse reforzado. Pero entretiene, siendo ideal para ver en casa un miércoles a las siete de la tarde y al calor de la estufa.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conspiración de silencio
Conspiración de silencio (1955)
  • 7,6
    6.979
  • Estados Unidos John Sturges
  • Spencer Tracy, Robert Ryan, Lee Marvin ...
8
El forastero
Dentro de la filmografía del director John Sturges (“Los siete magníficos”, 1960) y en la carrera del bueno de Spencer Tracy, figura, en lugar destacado, esta “Conspiración de silencio”. Una película llena de intriga, agradable sabor a western, personajes con una personalidad muy bien marcada, y una duración tan breve que hace que la cinta se nos pase en un soplido. En apenas una hora y veinte minutos podemos asistir a un notable espectáculo sostenido por el buen guión escrito por Millard Kaufman y expresado desde la calidad interpretativa de un reparto manifiestamente coral, con grandes e inmediatamente reconocibles estrellas de siempre como el principal protagonista, encarnado por Spencer Tracy, y el resto del plantel que va apareciendo según pasan los minutos, compuesto por nombres como Robert Ryan, Lee Marvin, Anne Francis o Ernest Borgnine, entre otros.

La historia que da pie a la trama comienza ante el mismo tren que hace llegar hasta el pequeño y hermético pueblo de Black Rock a un personaje que hace llamar la atención entre los nerviosos habitantes del lugar. Vestido de forma impecable, con un brazo inmóvil y portando una maleta, John J. Macreedy, de entre cincuenta y sesenta años de edad, trata de informarse en la ciudad del paradero de un granjero japonés, Joe Komako. Sus indagaciones son continuamente interrumpidas por las hostilidades a las que es sometido por una cuadrilla de vecinos encabezada por el calculador Reno Smith (Robert Ryan), seguido por un acechador Hector David (Lee Marvin) y el imponente Coley Trimble (Ernest Borgnine), quienes temen que el forastero descubra un misterioso hecho que todos tratan celosamente de ocultar. Macreedy asiste con indiferencia y mucho temple al “espectáculo” que le preparan, resolviendo sus desencuentros con serenidad y buenas palabras, pero esta actitud no hace más que acrecentar el nivel de inquietud de los chicos de Reno…

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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Watchmen
Watchmen (2009)
  • 6,8
    78.474
  • Estados Unidos Zack Snyder
  • Jackie Earle Haley, Malin Akerman, Patrick Wilson ...
7
"Me gustaría que toda la escoria de la Tierra estuviera en una sola garganta"
El visionado de “Watchmen” ha sido, para mí, la asistencia a un espectáculo dividido en dos actos. El primero, correspondiente a su hora y media inicial, magistral: vistoso, irónico, tétrico, sorprendente, misterioso y toda una lección de cómo se puede llevar un cómic al cine. Y el segundo, correspondiente al resto de la duración del film: minutos aburridos, demasiado melodrama, exceso de escenas románticas, demasiado protagonismo sobre las espaldas de personajes que estropean la pantalla (Mattew Goode sobraba de principio a fin), una ansiada búsqueda por algunas escenas que estéticamente lo son todo pero que tienen un sentido vacío, etc.

Esta historia de peculiares superhéroes caducados entusiasma desde la perspectiva que muestra la nostalgia de éstos por los viejos tiempos, y resulta admirable cuando Jackie Earle Haley se enfunda su máscara de Rorschach para narrar las páginas de su propio diario. Pero desconozco una razón lógica para explicar cómo el paso de los minutos va haciendo mella en la película hasta llegar al final, con una resolución que no comparto. Pero es “Watchmen”, una película llena de historias controvertidas y con más momentos buenos que malos. Una metáfora sobre nuestra propia corrupción, la humana, la moral, aquella que nos afecta a todos, con indiferencia del trabajo o del cargo que ocupemos. Y un genial viaje a un pasado alternativo que se convierte en uno de los mayores alicientes para ver la película: Nixon presidente “todoterreno” (igualando los mandatos del mismísimo Franklin D. Roosevelt), con la Guerra de Vietnam ganada, la relación EEUU-Rusia a punto de desembocar en una guerra nuclear... Sin duda, es un gran entretenimiento que tras de sí guarda la ventaja de tener como base el argumento del cómic escrito por Alan Moore y dibujado por Dave Gibbons. Una verdadera pena que no mantenga su nivel en dos horas y media que debieran haber sido únicamente, dos.

Menciones aparte en este comentario: el muy buen trabajo del ya citado Jackie Earle Haley, la contundencia de Jeffrey Dean Morgan en el rol de “El comediante”, una banda sonora espléndida rebosante que delata el carácter pesimista del espíritu de la historia, etc. Y menciones “castigadoras”, el traje de Batman-El búho (he visto el del cómic y guarda grandes diferencias), sexo “porque sí” (y no sólo una vez), desenlaces reprochables y la madre de todos los errores: ese fuelle que va perdiendo fuerza minuto a minuto y del que su máximo exponente es el Dr. Manhattan, fascinante en su principio y detestable -por aburrido y deprimente- en adelante.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jonah Hex
Jonah Hex (2010)
  • 4,0
    5.324
  • Estados Unidos Jimmy Hayward
  • Josh Brolin, John Malkovich, Megan Fox ...
6
"Se me han acabado las respuestas graciosas"
Hablar de “Jonah Hex” es recordar inevitablemente la injusticia a la que fue sometida esta película en las salas de cine. En España, directamente a DVD, con unas críticas generalizadas que advertían el mayor desastre cinematográfico del año (y quién sabe si del siglo por los calificativos dedicados por muchos desde sus líneas) mientras una interminable ristra de patéticas producciones de pseudo-cine inundaban los cines haciendo que el espectador se echase las manos a la cabeza ante las paupérrimas carteleras que se presentaban semanalmente. “Jonah Hex” no tiene la capacidad de hacer vibrar, y su fuerza se diluye en muchas ocasiones por el descuido de una dirección artística bastante conformista, una cámara demasiado fría que parece más de televisión que de cine, demasiado tópico entre el texto de su guión y un considerable desaprovechamiento de los actores.

Pero cuenta con el plus de ser un buen entretenimiento garantizado desde sus vistosos efectos especiales (a pesar de lo reprochable de su “detonador = bola de dragón”), su atrayente historia y los buenos desenlaces de cada escena. Su estilo puede recordar al de “Sherlock Holmes” (2009) por el hecho de ser la adaptación de un cómic que moderniza historias clásicas (véase el sofisticado armamento, y el uso de una cámara digna de película de acción al más puro estilo Hollywood). Josh Brolin hace el resto con un personaje muy bien interpretado y cargado de interés, seguido del siempre fantástico John Malkovich, al que da gusto ver a pesar de la brevedad de sus apariciones. El resto del elenco se encuentra demasiado limitado: pocas o irrelevantes frases, intervenciones bastante simples y/o “de trámite”, etc.

Muy digna, interesante y amena película que nos hace ver otro tipo de western, desde esta trama de héroes y villanos, diferentes bandos (Unión y Confederados), venganzas y citas con la muerte. Debió, merecidamente, ser emitida en cines, evitando el incomprensible desprecio al que fue sentenciada.
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20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terciopelo azul
Terciopelo azul (1986)
  • 7,4
    55.665
  • Estados Unidos David Lynch
  • Kyle MacLachlan, Isabella Rossellini, Dennis Hopper ...
9
Oda a la paz
La vida puede ser un lugar en el que nacer, vivir y morir. O un espacio temporal lleno de sensaciones y experiencias positivas y negativas en el que convivimos personas de la más dispar condición humana, social, ideológica o racial. Algunos tenemos sentimientos, soñamos y padecemos. Otros son capaces de alcanzar el más alto nivel de crueldad y perversidad posible, sin llegar a ser tocados por los remordimientos. Caminamos por un mundo de injusticias que se suceden diariamente, quedando el más desfavorecido casi siempre en el peor lugar, como si fuese arrastrado por la corriente, y el más hijo de puta de la Tierra rodeado de los más inmerecidos beneficios. En esta película tendremos la oportunidad de conocer a los dos bandos desde una perspectiva misteriosa, mágica y cargada de belleza, fruto de la excelente dirección del admirable David Lynch, que se consagraría en sus funciones el mismo año de la producción de esta cinta. Tras un guión de apariencia convencional, se esconden más interpretaciones y reflexiones de las que podamos palpar a primera vista, hablándonos esta historia de la vida, la muerte, la amistad y el amor desde una perspectiva que sólo Lynch consigue encuadrar.

Se abren las puertas de dos espacios diferentes -divididos por una línea muy estrecha- en nuestro planeta, el de las buenas personas y el de los seres inmundos, sin necesidad de recurrir al retrato más fiel de estos acontecimientos pero tampoco sin utilizar artificios que sumen demasiado melodrama a la cuestión. El argumento se desarrolla en la ciudad de Lumberton (Carolina del Norte, EEUU), una pequeña localidad maderera que se presenta desde unos magistrales títulos iniciales en los que se esboza la felicidad de sus habitantes al ritmo de la canción que da nombre a esta película, “Blue Velvet” (Bobby Vinton), bajo un cielo que brilla y transmite paz y prosperidad. Después, la cámara desciende hasta los infiernos, un jardín que bajo su verdoso y reluciente manto de césped cobija miles de cucarachas y otros desagradables insectos, que terminan siendo testigos del infarto que sufre un hombre mientras regaba felizmente sus plantas. Esta mordaz metáfora es la “línea estrecha” que divide los dos espacios que he mencionado al inicio de este párrafo. Ingresado en el hospital, el hombre recibe la visita de su hijo, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), quien de regreso a su casa se entretiene en un descampado en el que acaba encontrándose una oreja humana. La recoge y la lleva a la comisaría local, atendido por Williams, un detective amigo de su padre. Jeffrey, interesado por el caso, acude a la casa de Williams, lugar en el que conoce a la encantadora hija del policía, Sandy (Laura Dern), con quien termina haciendo amistad. Ambos, empujados por su curiosidad y espíritu adolescente deciden investigar por sí mismos el crimen, adentrándose en un recóndito mundo lleno de sombras, intriga y peligros.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conejos (Rabbits) (Miniserie de TV)
Conejos (Rabbits) (2002)
Miniserie
  • 6,1
    1.758
  • Estados Unidos David Lynch
  • Scott Coffey, Rebekah Del Rio, Laura Elena Harring ...
7
Atmósfera
Extraño mediometraje de 42 minutos de duración, dividido en 9 pequeños episodios que conforman una miniserie dirigida por David Lynch y protagonizada por Scott Coffey, Rebekah Del Rio, Laura Helena Harring y Naomi Watts, a quienes no podremos reconocer físicamente en este trabajo debido a los disfraces que se enfundan para dar vida a sus misteriosos personajes. Estos no son otra cosa que tres falsos conejos que se dedican a mantener conversaciones absurdas, intrascendentes y sin ningún tipo de sentido entre las paredes de una vieja, sombría y austera habitación que se convertirá en el único escenario que el espectador pueda presenciar. Un plano fijo durante toda la duración de la cinta, sobre un decorado y desde una técnica que comparten una inversión bajo mínimos, serán los elementos que servirán de escenario para mostrarnos a través de sus personajes la paranoica y extravagante maraña “guionesca” tejida por el propio Lynch en este producto que alterna la mística belleza de lo enigmático, llegando a resultar fascinante por momentos, con el rechazo que puede producir sobre el espectador una sencillez manifiesta y la irracionalidad de su guión y las escenas que se van desarrollando. Como en el arte, aquí puede pasar como en esas esculturas abstractas que para unos no significan absolutamente nada (una necedad o estupidez) y para otros son una cargada transmisión de sentimientos, un mundo que espera ser descrito.

Los actores mencionados en líneas superiores fueron “rescatados” por el realizador en el rodaje de su anterior trabajo, “Mulholland Drive” (2001). El único hecho que humildemente creo que puede empujarnos a ser partícipes de esta locura de proyecto es el de consumir esa droga que tan bien prepara David Lynch: la de su propia atmósfera. Sólo merece la pena verla (casi exclusivamente por los seguidores de este cineasta) para ser testigos de un ambiente lúgubre, agobiante, lleno de misterio y por momentos terrorífico, acentuado por los compases de Angelo Badalamenti, que en esta ocasión describe una breve partitura que se repite durante todo el metraje con una cargante pero envolvente melodía que alterna sus limitados compases con la inclusión de tétricas sirenas de barco. La atmósfera se funde con los diálogos vacíos de los personajes de la cinta, que al preguntarse algo entre ellos, son respondidos con una frase completamente fuera de contexto que en muchas ocasiones desemboca en risas enlatadas de un público irreal, fórmula también utilizada para presentar, mediante un efusivo aplauso grabado, a cada uno de los conejos cada vez que éstos entran en el cuartucho en el que dan forma a sus dementes situaciones. Una forma de ridiculizar o criticar esas cientos de series televisivas de Estados Unidos en las que sus protagonistas son aplaudidos desde un botón “Play” y sus gracias son de obligada carcajada pre-grabada.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más allá de la vida
Más allá de la vida (2010)
  • 6,1
    38.045
  • Estados Unidos Clint Eastwood
  • Matt Damon, Cécile De France, George McLaren ...
7
Atravesando las barreras
Primera y hasta el momento única incursión de Clint Eastwood en el terreno de lo sobrenatural, con una película que se convierte por “méritos propios” en la menos destacada de la filmografía contemporánea del director, que en la última década había alternado la realización de auténticas obras maestras con el estreno de cintas de altísima calidad. No nos encontramos ni ante un “resbalón” del mítico realizador norteamericano, ni ante un “Eastwood impuro” o “sin fuerzas”, -adjetivos concedidos por diversos críticos de medios de comunicación- sino ante un buen trabajo que lamentablemente no ha podido repetir el nivel de las anteriores producciones realizadas. No estoy excusando que esta cinta no haya podido ser mejor porque las anteriores de Eastwood eran magistrales y por ello insuperables, simplemente digo que prácticamente ningún director, y menos de la actualidad (porque del pasado se me vienen nombres a la cabeza como Alfred Hitchcock, Sam Peckinpah, John Ford, David Lean, etc) es capaz de mantener la misma intensidad durante toda su carrera.

En “Más allá de la vida”, Clint Eastwood nos presenta tres historias paralelas protagonizadas, cada una, por distintas personas en un lugar diferente del planeta. París es el escenario en el que una periodista de la televisión nacional, Marie LeLay (Cecile De France), después de haber vivido una angustiosa experiencia en el Sudeste asiático con un tsunami (alucinantes primeros minutos) que estuvo a punto de costarle la vida, regresa a su país con la intención de recuperar la normalidad en su vida. Pero su estado no es el mismo desde las trágicas situaciones de las que fue testigo en el lugar arrasado. En San Francisco se encuentra George Lonegan (Matt Damon), un parapsicólogo con la capacidad de convertirse en el nexo entre los vivos y los muertos, para que éstos puedan establecer contacto entre sí. Pero para él, su virtud no es más que una maldición, de la cual se intenta evadir trabajando en una fábrica y asistiendo a cursos de cocino (bellísimas escenas cargadas de lirismo, igual que el programa que Lonegan escucha en la radio por las noches) cerrándose en banda cada vez que una persona llama a su puerta para que éste le haga lo que es conocido como una “lectura”, el procedimiento para poder ver el “más allá”. Volamos hasta Londres y allí nos encontramos a Jackie (Lyndsey Marshal) una madre alcohólica y adicta a las drogas que cuida a sus hijos, dos gemelos llamados Marcus y Jason (interpretados por Frankie y George McLaren), bajo la atenta mirada de los Servicios Sociales, que hacen revisiones constantes en el hogar familiar para comprobar que los niños reciben un buen trato. Los dos encantadores hermanos encubren a su querida madre para que a ésta no le sea retirada la custodia de sus hijos.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cadillac rosa
El cadillac rosa (1989)
  • 5,0
    3.219
  • Estados Unidos Buddy Van Horn
  • Clint Eastwood, Bernadette Peters, Timothy Carhart ...
7
Tommy Nowak
Tercer y último trabajo como director de Buddy Van Horn, en el que repite Clint Eastwood como protagonista de la cinta, tal y como ya ocurriera en las anteriores producciones del realizador, “La gran pelea” (1960) y “La lista negra” (1988). Antes, durante y después del estreno de las películas citadas, el esporádico cineasta ha basado su carrera como doble/especialista, apareciendo en un importante número de películas protagonizadas por Gregory Peck y Clint Eastwood, hasta llegar a convertirse en coordinador de especialistas y trucos visuales en cintas como el díptico de la Segunda Guerra Mundial dirigido por Eastwood en 2006, “Cartas desde Iwo Jima” y “Banderas de nuestros padres”, entre otras muchas del recién citado actor-director, lo que delata la gran relación entre Eastwood y Horn.

Probablemente esta amistad o excelente relación laboral fue la que llevó a Clint Eastwood a aceptar su aparición en una cinta de calibre menor como la que aquí se da cita, estatus al que ha sido sometida debido al vapuleo de la crítica y del público generalizado, que han visto una liviandad soberana en el conjunto de “El cadillac rosa” y han encontrado fantasmas que no les han permitido disfrutar del excelente entretenimiento que mi persona ha podido vivir. Y es que está cantado que esta no es ni de las mejores películas de sus años, ni del género, ni del subgénero, ni de las más sonadas de la filmografía de Eastwood debido a un visible convencionalismo en su argumento, pero desde luego aporta un nivel de entretenimiento magistral dentro de un conjunto trepidante, simpático, lleno de situaciones de ligero humor negro y adorables desenlaces, que contribuyen a que cuando uno acabe de ver la película la admita como un cómodo recurso concebido desde la evasión proporcionada por “una de esas” películas de persecuciones, tiroteos y peleas, protagonizadas por un héroe que parece tener solución para todos los problemas que le surgen. La única diferencia es que “El cadillac rosa”, es una cinta bien hecha respecto a las otras. Es convencional, típica y tópica, pero es digna de agradecer, seguir y digerir, limitándose a ofrecer lo que promete.

Y en esta ocasión, el héroe es Tommy Nowak (Clint Eastwood), un experimentado caza-fugitivos que trabaja para una agencia de prestamistas de fianzas, teniendo la misión de atrapar a todo aquel que haya burlado su libertad provisional o condicional al haber pagado su fianza para encontrarse en ese estado. Después de unas primeras detenciones de las que seremos testigos en los primeros minutos de la cinta, en los que veremos a Novak utilizar mañosas tretas y engaños para atrapar a sus “presas”, la agencia le reclama para ir a por una fugitiva: Lou Ann McGuinn (Bernadette Peters), quien se escapa del hogar familiar con el coche de su esposo, un llamativo Cadillac de color rosa.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corazón salvaje
Corazón salvaje (1990)
  • 7,0
    28.368
  • Estados Unidos David Lynch
  • Nicolas Cage, Laura Dern, Diane Ladd ...
7
"...y para mí es un símbolo de mi individualidad y de mi fe en la libertad personal."
Dirigida y escrita por David Lynch, esta película es una de las más convencionales del realizador norteamericano. Aquí, el fabuloso, mágico, onírico y a veces desquiciante espíritu surrealista y abstracto del director no abarca más terreno que el de la insinuación, lo indirecto o los pequeños homenajes que el realizador brinda a su propia figura, con la inclusión en el metraje de impactantes detalles “de la casa” que nos hacen recordar el nombre del culpable de la elaboración de esta película. Alrededor de lo citado, que podemos denominar como el “sello Lynch”, nos encontramos con el resto del film, que si bien como ya he mencionado navega entre aguas bastante transitadas, lo hace siempre con la perfecta técnica que generalmente envuelve todas las producciones del estadounidense, en las que interpretaciones, guión, banda sonora y fotografía se fusionan con maestría para ofrecer cada escena como un buen lienzo cargado de detalles, misterio, belleza y total falta de complejos.

Resulta muy de agradecer encontrarse directores tan minuciosos, detallistas, cuidadosos y amantes del arte, como el cineasta que dirige la cinta aquí comentada, que extiende las fronteras de su espíritu artístico siendo además de realizador de cine, pintor, músico, fotógrafo y diseñador de mobiliario. Este carácter tan ligado al expresionismo prácticamente “obliga” a David Lynch a ofrecer todos sus productos bañados con la perfección aportada por un creador y un incansable artista.

Como decían del mítico futbolista Zidane cuando estaba en los últimos años de su carrera, el menor chispazo o detalle de calidad de aquel magistral jugador era igual o mejor que el total de muchos de los mejores compañeros suyos de entonces. Así es “Corazón salvaje”, que no es de las mejores cintas de Lynch pero iguala o supera el contenido de muchas producciones de un buen puñado de reconocidos directores, dando como resultado una buena película. El argumento de la misma se centra en Sailor Ripley (Nicolas Cage), una especie de macarra que viste con una horrorosa cazadora de piel de serpiente y dibuja en torno a su figura un grotesco personaje que sólo ofrece de su vida un repertorio de secretismo que iremos descubriendo a medida avance la película. Condenado por homicidio, sale de prisión al serle concedido un permiso provisional, con el único objetivo de escapar, incumpliendo su sentencia para empezar una nueva vida en otro lugar junto a su adorada novia, la exuberante Lula Fortune (Laura Dern). Pero Marietta (Diane Ladd), la madre de ésta, no aprueba la relación, y demuestra la mencionada situación de una forma radical, casi enfermiza. Por ello, contrata los servicios de un matón profesional, Marcelo Santos (J.E. Freeman), quien empezará a tejer una tela de araña para devolver a Lula a los brazos de su madre y borrar del mapa a Sailor Ripley.

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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mulholland Drive
Mulholland Drive (2001)
  • 7,1
    75.807
  • Estados Unidos David Lynch
  • Naomi Watts, Laura Elena Harring, Justin Theroux ...
10
"Esa es la chica"
Hay ocasiones en las que la lógica y la belleza son incapaces de transitar por el mismo camino. Al menos, no la lógica absoluta, esa impuesta por un guión que se desarrolla a través de un argumento sencillo, en el que todo puede tener respuesta y en el que el espectador sigue con facilidad los planteamientos mostrados por el realizador de la película. En “Mulholland Drive”, David Lynch parece llevar al extremo su pasión por un cine completamente abierto, de múltiples interpretaciones, pero cargado de belleza, con una exquisita combinación de música y fotografía que deja claro que este director es uno de los mejores “creadores de escenas” del cine. Y es que esto es gran parte de la filmografía de Lynch: magistrales composiciones individuales de escenas, cargadas de una enfermiza y admirable perfección, llenas de magia, confusión y con una de las atmósferas más inquietantes, auténticas y personales que podamos respirar, dando siempre como resultado un film perturbador, mágico, místico, surrealista y generalmente, controvertido.

La discusión se inicia cuando esas escenas tan perfectas intentan entrelazarse: comienza un ejercicio mental en el que por mucho que nos esmeremos en estudiar los detalles para sacar una conclusión, nos encontraremos con que otra persona ha imaginado una cosa completamente distinta. El sentido común escapa de las manos de un realizador que prefiere sugerir en lugar de sentenciar, haciendo como en el caso de “Mulholland Drive” un majestuoso thriller que se sigue de maravilla en su mayor parte del metraje, pero que tal y como era imaginable llega a un punto en el que todo explota y empiezan a presentarse todas las rarezas y, por extensión, interpretaciones posibles.


El argumento de esta película comienza en una carretera llamada Mulholland Drive. En ella, se produce un extraño accidente del que sale conmocionada la ocupante de uno de los vehículos, Rita (Laura Elena Harring), quien vaga por las calles hasta acceder a hurtadillas a una vivienda ajena en la que pretende cobijarse. Parece desorientada, pero en lugar de buscar respuestas, sólo quiere dormir. Es la casa de la tía de Betty Elms (Naomi Watts), una preciosa aspirante a actriz que la habita mientras su familiar se encuentra fuera por motivos de trabajo. Allí, las dos mujeres se encuentran, y tras sorprenderse ambas de haber coincidido, procuran conocerse gracias a la buena disposición, amabilidad y preocupación de Betty, quien trata de ayudar a Rita (que se encuentra como ausente, con un claro estado de amnesia) a saber quién es y qué razones la han llevado hasta ese lugar. Sus primeras pesquisas ponen sobre la mesa un nombre que les servirá de pista para iniciar tan ardua investigación: Diane Selwyn.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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