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333 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
En mundo por montera
Quizá esta película levantara en mí, sensaciones de desasosiego, de fuerte afinidad o de ímpetu por la aventura. Quizá lo hubiera hecho hace algún tiempo. Pero os voy a narrar un hecho que pudo cambiar mi opinión sobre ciertas cosas, entre estas, la película.

Tengo un amigo, cuya madre es todo corazón. Es buena gente, educada, inteligente y servicial. Fue también, en su momento, una segunda madre para mí cuando yo vivía en aquel lugar. Recuerdo que yo estaba en la cama de un hospital y ella, venía a verme con regularidad, dejaba que mi madre se tomara un descanso y fuera a casa. Esta mujer un día, con lágrimas en los ojos me dijo que su otro hijo (el hermano de mi amigo) llevaba ocho días sin decir nada. Estaba sólo de vacaciones por Marruecos.

La mujer, desconsolada, no llegaba a comprender porqué le costaba tanto coger un teléfono. Yo intentaba consolarla diciéndole que era un país muy seguro, con gente hospitalaria y con pocos teléfonos. Nada de esto era falso, pero también yo sabía que si querías llamar podías hacerlo.

Al cabo de una semana el volvió sin haber dado señales de vida. Cuando yo le pregunté por qué, me contestó que no tenía que dar cuentas a nadie. Que por eso desaparecía. Entonces comprendí que no era cuestión de desintoxicarte de este mundo computerizado, que no era cuestión de una búsqueda existencial o de abrazarse a largos periodos de silencio. Era egoísmo. Pensé para mí cuantas veces pude caer en este error, en cuantos viajes, mi madre se sentó al lado del teléfono esperando una llamada.


En “Into the Wild” hay una frase que resume quizá todo esto: “A veces, los hijos pueden ser muy crueles con los padres”. Tal vez por ello, no congenio con el protagonista, tal vez por ello, me cae hasta mal. Emile Hirsch hace bien su trabajo, consigue que quiera darle una patada y espabile.

Con una road movie, Sean Penn plasma con acierto, la experiencia enriquecedora del viaje y la aventura de adentrarse en lo desconocido. De la mano de uno de los más grandes escritores de aventuras, Jack London, el protagonista nos desvela, en casi siempre innecesarios flashback, trazos de sus relaciones familiares para que podamos recomponer su presente y quizá, entenderle. También me pareció innecesario el no mantener la linealidad en la historia, algo que se está poniendo muy de moda.

Aunque la labor en la dirección de actores es muy significante (además de su actor principal, podemos también gozar con una soberbia actuación de Hal Holbrook) a Penn se le escapa un poco el excesivo metraje de una historia que debería haber durado mucho menos.

(sigo sin desvelar nada)
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440 de 569 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
"Hola, soy un niñato prepotente que va de ermitaño por la vida"
Hola, me llamo Christopher McCandless, y doy bastante asco.

Soy muy especial, me gustan los escritores rusos: Me he leído tres libros de Tolstoy, dos de Dostoyevsky, y he dejado uno a medias de Kafka. Como veis, no sé escribir sus nombres, y en realidad Kafka no es ruso, pero joder... muy inteligente debo de ser, ¿no?
¡Si saqué un 10 en política africana hombre!
Soy tan inteligente que no me gusta la sociedad, soy un incomprendido, me da asco el colectivo humano… en particular me da asco mi familia entera. Son unos snobs millonarios que me miman muchísimo, pero como no soy nada egoísta voy a renegar de ellos.
De hecho, voy a irme a ver mundo por ahí y nunca les daré noticias mías.
Que se jodan, seguro que no me quieren.
A fin de cuentas son mis padres y se preocupan por mí, así que no se merecen nada. Me cambiaré el nombre por Alexander Supertramp, que es muy "cool" y me pega más.
¡Qué rebelde soy!

Y venga, a vivir de la naturaleza, que es lo que siempre quise.
Gracias, Felix Rodríguez de la Fuente.

¡Qué bonita es mi historia!
Si algún día hacen una película sobre mí (porque es obvio que me lo merezco), me gustaría que la dirigiera Sean Penn, a ver si dirige tan bien como actúa.
Me gustaría que abundaran paisajes bonitos y que la fotografía fuera lo único a destacar, junto con una entrañable banda sonora de Eddie Vedder... que en realidad resulte prescindible por momentos...
Porque, si se pretende ensalzar la naturaleza, con su fauna y flora salvajes, al final está de más tanta canción de fondo, ¿no?
Pero en este caso da igual, quiero que mi película sea, ante todo, pretenciosa y comercial.
Y entonces, cómo no, me gustaría que se abusara de recursos fáciles: camara lenta, voz en off constante y cosas así...
Aaaaah, y que quede claro que vivir en la naturaleza es incluso más sencillo que vivir de tus padres. Porque la naturaleza no es nada peligrosa y siempre te pone las cosas fáciles.
Si no me creéis preguntadle a Dersu Uzala.

Pero bueno, continuemos con la inmadura historia de mi vida, viajando por el mundo...
(Ah... que quede claro que, cuando digo "mundo", digo Norteamérica y poco más)
En fin... prosigamos...
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679 de 1112 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Toda una experiencia
"Into the wild" es una película que no se puede recomendar a todo el mundo ya que desde el primer al último minuto vamos a estar acompañando a Chris McCandless y vamos a ser testigos de su fuerte ideología que unos tacharán de loco y otros de valiente con un código ético muy definido que supo dar la espalda a toda la sociedad materialista y adentrarse en la naturaleza para encontrarse a si mismo.

La historia trata sobre un universitario prometedor de 22 años que decide un día dejar atrás a su familia en búsqueda de aventuras, pero sobre todo de libertad. Chris viajará sin dinero, buscándose la vida para ir de un lugar a otro y conociendo por el camino a otras personas que al igual que él no terminan de encajar en la sociedad.

La película es muy personal, tienes que compartir o entender un poco los ideales del protagonista para poder disfrutar de ella y que los 150 minutos se te pasen volando. A mi me encantan este tipo de historias en plan road movie donde un personaje va en busca de si mismo pero además Chris huye de una sociedad enfermiza por lo material. También me gusta por ser una película muy naturalista, es realmente increíble dejarse llevar por las bellas imágenes que nos regala Sean Penn, es toda una gozada meterse en el cine a ver esta película y lo digo completamente en serio y si podéis verla en una pantalla gigante mejor.

El personaje principal está interpretado por un semi desconocido, Emile Hirsch, un actor que con esta película ha dado toda una lección. No logro entender como su actuación no ha sido tan premiada ya que sostiene todo el rato la película y lo hace de una manera magistral y ejemplar, realmente llega en algunos momentos a emocionar. Los secundarios también están fantásticos, desde Vince Vaughn a Hal Holbrook pasando por Catherine Keener.

Hay otros aspectos a destacar como lo son el montaje, que desde mi punto de vista es magistral, la música del líder de Pearl Jam que acompaña perfectamente al relato, y la fotografía de Eric Gautier, este tío se merece un monumento por la labor que realiza.

En definitiva, para mi es una de las mejores películas que se han estrenado últimamente en el cine, Sean Penn al que reconozco que no había visto una película suya como director aquí nos brinda una película brillante, única y con mucha personalidad propia y que le convierte en un cineasta a tener en cuenta. Lo mejor es entrar a verla sin saber mucho sobre su trama y dejarse llevar porque "Into the wild" es mucho más que una película, es una experiencia.
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128 de 159 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El vertiginoso sentido de posibilidad.
A. O. Scott, de "The New York Times", dice: "(...) casi vertiginoso sentido de posibilidad (...)".

De esa gran frase yo le quito el "casi".

Si en algo ha acertado Sean Penn con su "Into the wild" ha sido en otorgarle a su película un aura de grandiosidad que nadie podrá negarle. La majestuosidad con la que graba la naturaleza, o mejor aun, con la que graba a Alexander Supertramp dentro de la naturaleza, quita el hipo. Huelga decir que no puedes más que rendirte ante su poderío visual. No hay tregua, y sabes desde el principio que si quieres batirle batalla llevas las de perder. Penn se sabe los trucos y te desarma desde los primeros fotogramas.

Y Penn no sólo quiere que nos creamos la historia de este "cuero", sino que quiere que nos creamos que él se lo cree... y yo me lo creo (sin rintintín).
Da a entender que ha nacido porque quería contar esta historia, como si todo su empeño lo hubiese depositado en Alaska, como si los kilos que pierde el personaje también los perdió él en la elaboración de esta película. Sean Penn quiso que entraramos en la naturaleza con él. Y a mí se me mojó el culo en el río Colorado.

Lo mejor: que la poca credibilidad que me inspiraban los Oscar se ha esfumado en el momento en el que la Academia vapuleó a "Into the Wild" son sus dos míseras nominaciones (actor secundario y montaje).
Lo peor: que todavía no se haya hecho un busto de Emile Hirsch en Alaska. (Si esta no es la interpretación del año, ¿cuál coño será?)
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128 de 167 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Sólo unos apuntes
Digo sólo para que no tengáis que leer nada sobre la peli, para que no os adelantéis a lo que la peli os va a dar, que entre otras cosas, va a ser algo que tiene que ver mucho con la felicidad y la aventura de ser humano, y lo he dicho bien, de ser "humano". Dos cosas: si os gustó Una historia verdadera de David Lynch, ésta es vuestra peli, porque siguiendo el mismo planteamiento consigue llegar a las cotas de la obra maestra de Lynch. Y otra cosa: desde aquí me apuesto una cena (y lo digo en noviembre) que el oscar al mejor actor secundario ya tiene poseedor: Hal Holbrook. Su papel es un regalo y su mirada es todo un gozo para los que nos gusta el cine de carne y hueso.
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184 de 280 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Cobardía existencial
Ante los obstáculos que plantea la vida, una persona tiene básicamente dos opciones: afrontar los problemas o intentar huir de ellos como sea. La historia que narra "Hacia rutas salvajes" podría definirse como el viaje a ninguna parte de un jóven que se niega a afrontar su realidad. No hay nada de heroico en la actitud de Christopher McCandless a pesar de que la película le muestre constantemente como si fuera el adalid de una nueva filosofía neo-hippie. No existe ningún atisbo de inteligencia en las continuas referencias literarias a Tolstói o a Pasternak, tan sólo un supérfluo esnobismo sin capacidad de convicción.

La película de Sean Penn podría compararse a la excelente "Grizzly Man" de Werner Herzog, pero donde la historia de Timothy Treadwell irradiaba autenticidad y valentía la película que nos ocupa solo aporta una visión profundamente cobarde de la existencia. Mientras uno ama a los osos (y a la naturaleza) el otro se queda paralizado de miedo cuando ve uno. Dice el protagonista que "No importa si eres fuerte, lo que importa es sentirte fuerte". Yo creo que el pobre chaval ni era fuerte ni se sentía fuerte.

Aún así me ha sorprendido muy gratamente la dirección de Sean Penn, sólida y contundente. También la interpretación del chico es digna de mención aunque personalmente me quedo con Catherine Keener y Hal Holbrook. Ambos constituyen lo mejor de todo el (excesivo) metraje. Quizá una cierta reiteración en las escenas preciosistas a cámara lenta y una ligera confusión en el tratamiento temporal de la cinta, hacen que el conjunto técnico no sea del todo satisfactorio. La película fue rodada íntegramente en decorados naturales y eso se nota en las bellas muestras de paisajes, sin duda un gran trabajo de localizaciones.

Como conclusión diré que "Hacia rutas salvajes" representa lo contrario de lo que intenta contar. Aunque pueda dar la falsa apariencia de que el protagonista eligió el camino más difícil (renunciar a una vida de comodidades y éxito) en realidad escogió la ruta de una evasión profundamente hipócrita y totalmente ausente del verdadero coraje de vivir. Aún así el creía que era libre y que poseía la verdad y con eso debió bastarle.
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146 de 213 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La felicidad solo es real si es compartida
Hablando con jóvenes de Estados Unidos se revela que Hacia Rutas Salvajes y su protagonista Chris McCandless se ha convertido en hito, Biblia y referencia para muchos de ellos. No deja de resultar curioso que un personaje tan al margen de la ley y la sociedad, con un final tan trágico, tan amoral e incluso egoísta despierte tal fascinación. Pero lo hace, a mí también. Sean Penn adapta el fantástico libro (casi artículo periodístico) del alpinista y periodista Jon Krakauer a la perfección, convirtiendo en hechos dramáticos y cinematográficos lo que en el libro eran notas cortas, declaraciones, pasajes de otros libros y cartas de los propios protagonistas de la historia real de este joven que tras graduarse se marchó sin dinero desde su california natal hasta Alaska, viviendo como un vagabundo y marcando las vidas de todos aquellos con los que se cruzó, trabajó y vivió, por su pasión por la vida en estado puro, en plena naturaleza, alejada de aquellas ideas e inventos creados por los hombres que según él y otros muchos habían acabado con los principios ancestrales del humano: la búsqueda de la paz y la felicidad en los bosques sin senderos, en la orilla solitaria (tan fascinante personaje se asemeja con sus ídolos: Thureau, Byron, Tolstoi, London…). Penn apoya su activa y pasional dirección en un guión sin fisuras que no glorifica a tan complejo personaje, y además se permite hacer una crónica de la América desconocida del mundo: aquellos solitarios que viven al margen de lo que se sabe de América, hippies, vagabundos, aislados, granjeros. Lo caracteriza con una certeza y una humildad encomiables, pero además emociona con una fascinante fotografía de algunos de los pasajes más bellos del mundo y una banda sonora (e idealista) que encaja como un guante. Para el difícil reto de interpretar a Chis, Emilie Hirsh se deja piel y alma y llega a comprenderlo y a hacernos comprender. Su odisea interpretativa alcanza los límites técnicos, físicos, emocionales y transgresores, y los traspasa. Sufrí con verdadera intensidad al verle. Todos los secundarios aprovechan hasta la última gota sus participaciones, están perfectos: Malone, Gay Harden, Hurt, Vaugh, Stewart, Keener y ante todo Holbrook, que da la interpretación más sensible y real en años: lloré con absoluta sinceridad al verle.
Todos ellos dan vida a unas personas por cuyas vidas cruzó un joven, un idealista, un temerario, alguien de principios, un soñador, un alma libre, atrapada, que no sabe escapar.
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84 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Tengo veinte años y soy hijo ilegítimo, me voy a un bosque a desollar un reno
Hay una etapa de la vida que hace equilibrios en la fina cuerda que va desde la adolescencia hasta la madurez y en la que uno puede decir que lee cosas como "El guardián entre el centeno" y "El lobo estepario" y también que admira a Christopher McCandless sin que nadie le mire raro. Superada dicha etapa, se aconseja quemar "El lobo estepario", cederle "El guardián entre el centeno" a tu sobrinito de doce años y darte cuenta de lo infinitamente hostiable que es Christopher McCandless en "Hacia rutas salvajes".

La película araña momentos muy malickianos entre experimentos modernetes a lo Danny Boyle que no van a ninguna parte, aunque dejan algún instante con un genuino sabor a libertad y belleza. Sean Penn como autor no me resulta ni personal, ni interesante y creo que hubiera logrado una película más universal si no hubiese rodado la historia como un adolescente flipadillo con su ídolo pijoflauta, cometiendo además el error de rellenar cada resquicio de película con la omnipresente banda sonora de Eddie Veder, vamos a ver Sean Penn, tú no has ido a un bosque en la puta vida cuando me ruedas dos horas de chaval intentando comulgar con la madre naturaleza y ni un solo segundo de esas dos horas se escucha el sonido del gran silencio.

Dos horas de voz en off, imágenes publicitarias y estética que no se decide entre lo clásico y el videoclip: ¿a qué huelen las nubes? A que a Coixet le ha salido competidor con "penne".
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92 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Pa Alaska voy, de Alaska vengo, y por el camino yo me entretengo.
Basada en un hecho real. No me extraña, me lo creo sin problemas; el mundo está lleno de gilipollas integrales como el protagonista de esta película que, para mi espanto, pasmo e indignación, tiene unas críticas espectaculares y unas puntuaciones realmente escandalosas.

Tenemos a un niñato de familia bien, recién terminada la universidad, y que tiene él superclaro que está por encima del bien y del mal, de esta asquerosa sociedad de consumo, de la moral burguesa de sus padres, de los sentimientos de la gente que lo quiere o lo aprecia...

Él es un espíritu libre y lo piensa demostrar, mochila a cuestas, recorriendo los parajes más salvajes de la América profunda, con la inestimable ayuda de su instinto pijoteril (que ya sabemos que es lo más útil para enfrentarse a los peligros de una naturaleza indómita) y un libro de plantas comestibles. Su objetivo es Alaska.

Es muy divertido ver a este singular e intrépido trotamundos enfrentarse a torrentes, animales salvajes, plantas venenosas, crecidas de ríos, tormentas y desiertos áridos con su mochilita y su libro, y claro, contándonos mediante una oportuna voz en off sus interesantísimas apreciaciones filosóficas de veinteañero chupiguay y molongo. Pero no creáis, que la suya no es la única voz en offf; también tenemos a la hermana del nene, que nos va contando con toniquete llorón por su parte su particular vivencia por la ausencia del niño perdido.

Y luego la de amigos que hace este encantador muchacho durante su andadura, y la de gente interesante que conoce! Y a todos les seduce con su espíritu libre, y todos se lo quieren quedar y todos se lo piden para adoptarlo, follárselo o dejarle su herencia... pero él no, él no quiere ataduras ni dinero ni amor; él sólo quiere su libertad.

Y claro, la libertad es como la fama; cuesta. Y ahí tenemos a Emile Hirsch, que interpreta a nuestro joven y audaz héroe, abriendo y cerrando agujeros del cinturón según va oscilando su peso. Al final de la película a que no adivinas cuántos agujeros tiene.
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65 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Los ríos crecen en primavera
Antes de empezar, déjenme que mande un mensaje al mundo: ¡Sean Penn, dedícate a lo que sabes hacer!...Nota filmaffinity, más de un 7.5, críticas excelentes en prensa y blogs varios, opinión personal: BASURÓN...

Todo ese rollo de llenar la película con imágenes tipo anuncio de BMW queda muy bonito, y no estaría mal si la película fuese un anuncio de coches, pero no, la película es un mensaje profundo y filosófico que pretende hacernos pensar. Para ello no escatima en esfuerzos, partiendo de la base de que el público es más bien espesito, el Sr Penn no duda en plantarnos una voz en off que nos mastique bien masticadito ese mensaje poético...Durante todo el tiempo que dura la película, que es mucho y demasiado, he tenido la sensación de que se me estaba diciendo: "si no te gusta, si no te conmueve, es que eres una superficial". Pues prefiero ser superficial que idiota.

Empezando porque el actor es completamente nulo, con menos registros que el guaperas de "Lost", y siguiendo con un argumento que desde luego no da para las dos horas y veinte minutos que dura la película, todo en ella es aburrido y falto de esa tan pretendida profundidad. El autor se escuda en el "basado en hechos reales" para llegarnos al corazoncito,
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64 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CHISTOPHER JOHNSON McCANDLESS DECIDIÓ VIVIR SU PORVENIR
Solvente historia de un joven que necesita vivir su propia odisea, viajarla, experimentarla, a pesar de los riesgos, de la soledad y de los dolores por los que hay que pasar, a pesar de los sufrimientos que suelen causarse a los familiares y personas que más lo quieren a uno. Viendo los pasos de Chistopher Johnson McCandless. Muchos seres humanos a lo largo de las épocas hemos hecho lo mismo: es inevitable, se trata de una llamada trascendente a las fuentes profundas de las que procedemos y para esto casi siempre el primer paso es cortar con la vida que llevabamos hasta ese momento y poner rumbo radicalmente hacia el regazo de la Madre Naturaleza.

Trascente película porque Sean Penn sabe darle la atmósfera verdadera, religiosa, humanista, naturalista, la incertidumbre, la apertura existencial tan antigua y cautivadora que sintió este joven como antes muchos otros en la Historia, desde Sidharta, pasando por Jesús de Nazaret, Francisco de Asís o Ghandi. Viene ya de muy lejos esa necesidad del alma que muchos seres humanos sentimos de ir en búsquedad del hogar verdadero, de la felicidad no convencional, del plus existencial, de la impronta antropológico-religiosa que todo ser humano conlleva. Sucede desde hace miles de años; tal llamada ya está reflejada en el Bhagavad Gita, cuando Krishna dice a Arjona: “Por cualquier camino que sigan, de ruptura con lo negativo cambiándose a lo positivo, al fin vendrán a mí.”

El lanzarse a buscar y vivir el propio porvenir, como hace el joven Chistopher Johnson McCandless, dejando al dios dinero como principal referencia vital y poniendo en su lugar al Dios del Bien, de lo Bueno y de lo Armónico y Natural del Universo, para ponerse lo más en sintonía con él; esto es algo que siempre ha ocurrido y seguirá ocurriendo.

Cuando se trata de un cambio de vida tan radical y determinante, casi siempre hubo por medio libros que nos inspiraron, que nos fortalecieron, que no envalentonaron a proceder así. La lectura de libros suele ser una característica bastante común en los sujetos que cambian radicalmente de vida y en este filme aparece también dicha idiosincrasia: en el caso de este joven McCandless fue leer a Henri David Thoreau, León Tolstoi, etc. En otros casos ha sido leer la vida de Jesús de Nazaret, de Francisco de Asís, de Francisco Javier, de Ignacio de Loyola... Como sea, es casi siempre la lectura (en sus derivaciones biográficas) la que da osadía aventurera, la que prepara quijotezcamente a lanzarte al mundo como un raro, extraordinario o loco; la lectura te permite acceder a los tesoros del espíritu humano, de todas las edades y de todas las procedencias; quien lee adquiere un poder o posesión de un bien que nadie puede arrebatarle.

Sean Penn, una vez más nos deja muestra que como director de cine puede ser más valioso que como actor, que sabe como filmar películas y tocarnos las fibras invisibles del alma.

Fej Delvahe
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56 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Querer ser diferente te hace igual.
El urbanita progre siente que algo no funciona desde hace mucho tiempo. Tiene de todo y no es feliz. Entonces cree sentir la llamada de la Naturaleza y va para allá a joder. Todos estos hippies posmodernos que mezclan poesía social, arte abstracto, mochila, cannabis y guitarra española con bosques caducifolios pueden irse al carajo. Sinceramente que les parta un rayo.

Muchos de ellos al final tienen que ser rescatados por un helicóptero de la Guardia Civil el fin de semana por acampar en una ladera de ventisca o por intoxicarse con hongos alucinógenos. Son igual de notas que Sean Penn, que fue a ayudar con el Katrina y acabó pidiendo auxilio a Protección Civil.

El protagonista de “Hacia rutas salvajes” es todavía peor. Resulta que es experto en política africana, más bien creo que debió leer “Tarzán de los monos” como mucho. Dos horas y media haciendo el canelo tiene mérito.

Si queréis ayudar al campo, coged el azadón, o mejor aún, no vayáis. Os aseguro que los robles no os echan en absoluto de menos.

Receta indie: música country, joven moviéndose haciendo dedo y muchas bonitas postales. Faltan los nenúfares de Rubén Darío, pero esa anécdota ya la conté otro día, buscadla por ahí.
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78 de 125 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
No es una película de supervivencia en la naturaleza
Aviso para los que esperen ver en esta película una historia de supervivencia en la naturaleza: Esto es mas una "road movie" del estilo de "Una Historia Verdadera" que otra cosa. Aquí el protagonista se pasa casi todo el tiempo viajando de aquí para allá a dedo, o en tren de polizón, y conociendo gente, que en la naturaleza; y cuando por fin llega a los bosques, nos demuestra que no está preparado para ello, y que poco le vamos a ver en ellos.

Me acerqué a esta película, buscando en Filmaffinity por la categoría "naturaleza". Pensaba encontrarme algo del estilo de "El Último Cazador", de naturaleza salvaje, de un hombre que sobrevive en ella, pero en su lugar ¿qué me encuentro? La historia de un niñato que se va de casa a jugar a vivir de la naturaleza sin tener ni puñetera idea, y que se pasa más de tres cuartas partes del metraje viajando de aquí para allá, y trabajando en la misma civilización de la que quiere huir. Es curioso que deje todo su dinero ahorrado para irse a ganar más DINERO trabajando. Me parece una de las múltiples contradicciones que tiene este film, que hacen que flojee muchísimo en su conjunto, y que personalmente, yo no haya podido verlo tranquilo.

Muchos hemos pensado, asqueados por el capitalismo, por las mentiras y la hipocresía del mundo en que vivimos, por problemas familiares, etc... etc... irnos a vivir a la naturaleza, huir de todo. Y me incluyo entre los que mas de una vez se lo ha planteado. Adoro la naturaleza, odio la sociedad actual, el capitalismo, etc... ¡pero! No puedo sentirme indentificado con el protagonista de esta película porque a diferencia de el, sé que la naturaleza, aunque muy bonita, es muy dura. En otras palabras, la naturaleza me da respeto, y sé que no es un juego. Sé que vivir en ella solo no es como leer novelas de Jack London, y que duraría menos de un mes si cometiera la locura de irme de repente sin antes informarme y prepararme a fondo (tampoco cometería la locura de irme solo).

Hay una estrecha línea que separa lo que es un héroe, de un insensato, y nuestro protagonista, la cruza de sobras. Me considero idealista y soñador, de hecho, dejé mi vida a los 22 para viajar a la otra punta del planeta, pero de forma sensata y planeada, y no en plan pataleta irresponsable como hace este crío.

Sigo en el "spoiler" por falta de espacio...
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52 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Viaje a ninguna parte
Perderse y ser uno con la naturaleza. A quien no le gustaría hacerlo a veces. En esta peli lo llevamos hasta las últimas consecuencias y en momentos llegamos a sentirlo con el personaje protagonista. Vivir la aventura, romper las ataduras... todo eso está bien, pero si tienes una estufa y comida calentita, mucho mejor.

La sensación final es que la peli es un poco plana, no tendría por que serlo. Las emociones que debió sentir el auténtico Christopher McCandless darían para ponernos los pelos de punta, seguro. A mi no se me ha movido ni un pelo con esta pelicula. Bien dirigida, bien interpretada, buena fotografia, buena banda sonora, pero le falta algo. Tal vez deberían profundizar un poco más en la psicología del personaje, cuales eran sus motivos (que se pasa bastante por alto), que le impulsaba, que le dolía... En definitiva falta algo más para que llegue a emocionar. Y debería.
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41 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Jack London y Tolstoi juntos en Alaska
A través de la aventura y el placer del viaje, Sean Penn en su cuarto trabajo tras la cámara, nos introduce realmente en reflexiones sobre el ser humano y la búsqueda de respuestas de un joven que emprende un proceso para encontrarse a sí mismo -un viaje también interior, probablemente el más importante-. Basándose en la realidad vivida por Christopher McCandless, la película acompañada por una muy buena fotografía con excelentes paisajes y retratos de variopintos personajes, nos descubre las entrañas de un chico que un buen día decidió cambiar su vida prescindiendo de todos los bienes posibles para preguntarse aquello que nos decía la ya vieja “The logical song” del grupo musical del que tomará su falso apellido: ¿Quién soy?

La historia se divide en diferentes etapas según el aprendizaje hacia el desapego de lo material durante su peregrinaje: la iniciación, la madurez, la sabiduría… Etapas todas ellas contadas mediante flashbacks recurrentes desde el destino final de Christopher, donde finalmente anotará en uno de esos libros que siempre le acompañaban la ansiada respuesta de su búsqueda, la cual los espectadores descubriremos junto con él al acabar la emotiva proyección. Si bien ese empeño últimamente muy de moda de meter flasbacks en historias que podrían perfectamente llevar un desarrollo lineal no termina de ser señal de agudeza de los guionistas, en este caso no supone demasiado inconveniente ni resta viveza a la narración que se mantiene en todo momento sin decaer.

Un buen día también yo conocí a Alexander Supertramp. Me dijo que quería irse a vivir aislado en plena naturaleza, donde se respira libertad, porque pensaba que sólo de esa forma el hombre podría ser plenamente feliz. A pesar de que varias veces, preocupado, le comenté que no podría sobrevivir sin nada, siempre terminábamos discutiendo e insistía en que era yo quien estaba atado a cosas sin las que no era capaz de vivir al mismo tiempo que no podía ser feliz con ellas. Una buena mañana, cuando abrí la puerta de su cuarto, se había marchado. Desde entonces nunca más supe de él y allí me quedé lleno de temores, asombrado al discernir que no sentía miedo realmente por lo que pudiera sucederle, sino por si a su modo él sí alcanzaba de verdad la felicidad.

Perfectamente compaginado entre Jack London y Tolstoi, Christopher-Alexander vivirá su particular “llamada de la selva” indagando en el alma de las personas y en la suya propia para también aprender de sus propios errores y encontrar un sentido en soledad, bajo las cumbres nevadas, junto a bosques y ríos torrenciales, mirando el azul del cielo salpicado por las nubes allá donde se pierden los caminos…
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53 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Chaval, me caes mal...
La película se puede resumir en una palabra: Progrepretenciosa

Uno tiene la sensación de que el protagonista te va a caer mal desde el minuto 2, algo que se confirma en los minutos 3, 4 y 5 cuando un pipiolo con pelito oseatojuro y parecido a Dicaprio:
1. monta un pollo a sus padres en la comida de su graduación porque le quieren regalar un coche nuevo
2. regala todos los ahorros para ir a la universidad (24.000$) a la ONG de moda
3. se las pira con una mochila y en la primera cuneta quema con una cerilla los dólares que tenía en el bolsillo... (por cierto, luego tendrá que currar en el Burguer para ganarse unos dólares...)
Esto último es pa nota; si no fuera por la vergüenza torera de hacer levantarse a toda la fila del cine mi crónica se acabaría aquí...

La cosa no presagiaba nada bueno una vez que el chaval empieza con tan buen pie. Efectivamente las dos horas restantes se pueden resumir en: "que idiota es el resto de este consumista mundo y que guay soy yo que veo más allá de las cosas". Los mejores momentos son cuando, como el chaval es muyyyyyyyyy listo (imaginaos a Freddo Corleone diciendo esto), va arreglando la vida de los frikis que se encuentra a golpe de citas de Tolstoi y de no sé quien más... ufffff, que pereza.

La mejor parte es el último cuarto de hora donde afortunadamente el protagonista no se encuentra con nadie más y nos ahorramos más "dialoguitos Feber"...

Y es que en este tipo de pelis en plan me-pongo-profundo, la frontera entre lo profundo y el más profundo de los ridículos es muy tenue. Cuando se entra en el cine a verlas es una auténtica ruleta rusa... De hecho "Una historia verdadera" (sí, la de la segadora) me encanta y esta me causa algo de risa y bastantes penurias.
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82 de 138 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
ALONE IN THE WILD
Hacía mucho que no veía una película en el cine que me haya marcado tanto, es más, en el cine nunca he visto una película tan magnífica. Será porque mis elecciones no sean muy acertadas o simplemente porque tus amigos prefieran ver Monstruoso (patética) antes que obras de calidad como esta.

Comparaciones aparte, Into the wild es una película bellísima, con una fotografía espectacular, una Banda Sonora a cargo del genial Eddie Vedder que es inmensa, unos actores geniales (Catherine Keener espectacular, Hal Holbrook te hará llorar, Jena Malone... muy respetable su trabajo, William Hurt perfecto en su papel, Ms. Harden ya no sorprende a nadie y el semidesconocido Emile Hirsch a la altura del film) y una historia... que hermosa historia...

Para mi sin duda está en el top 5 de mejores películas del 2007 y me alegro que pase desapercibida para que no sea una típica película comercial. Emociona muchísimo y tiene momentos de verdadero cine.
El genial Sean Penn ha sabido trasmitir la historia del joven Alexander como nadie, me alegro que haya sido él y no otro, sin duda un acierto.

Mención aparte tiene la Banda Sonora. Como ya he dicho antes es inmensa, para aquellos que han visto la película les recomiendo que la consigan y para aquellos que aun no la han visto, que tomen nota porque es imprescindible.

Muy recomendable sobretodo para aquella gente que les guste un cine de armonía, os dejará un buen sabor de boca, estareis pensando en ella durante varios dias, escuchareis su Banda Sonora una y otra vez hasta que no podais aguantar mas y tener que pagar de nuevo para verla.

El único pero que se me ocurre es la duración del film, en un momento dado se puede hacer larga pero absolutamente perdonable.

Muy recomendable
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62 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
No te entiendo chaval, lo siento.
Se me ocurre decir que la actitud del personaje principal es tan admirable como digna, que siendo coherente consigo mismo lleva a la práctica su visión de las cosas y es razonable de principio a fin. Respeto ese tipo de relaciones con la materia y lo tangible, incluso me ha gustado oír cómo afirma que el ser humano no sólo se debe alimentar de relaciones sociales.
Así que es cierto, sí, respeto esa manera de ser, pero no la comparto porque no la entiendo justa en el siglo XXI, considero que la esencia del viajero, aventurero idealista o lo que sea que es, es contradictoria o antitética con trabajar en el Mc Donalds, por ejemplo.

Además, la película se acaba haciendo larga, opino que para ver paisajes es mejor ver documentales y sobre todo... da la sensación de ser fácilmente olvidable.
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61 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
La chispita fatua
"Soy un anacoreta, he dado de baja mi Facebook".

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Una temporada leyendo concienzudamente a los ilustres pesimistas puede tener un término feliz: el embotamiento y la posterior desintoxicación, zambulléndose de nuevo uno en lo mundano como si nada. Si, no obstante, te excedes en tu insolente periplo, y reincides sin respetar los márgenes necesarios para respirar, puede que la dirección del viaje vire hacia la acedia y que de ahí ya no saques la cabeza nunca.

Hay algunos sabios que 'trascienden la vida' y concluyen con sentimiento unívoco que ni el matrimonio, ni tener amigos, ni tener trabajo, ni votar, ni ir a la Universidad, ni comprar ropa, ni comer en McDonalds, ni siquiera la existencia razonablemente abúlica y discreta, tienen sentido. Esto todos, incluso el que no ha tocado un libro de Filosofía, lo pensamos alguna vez en el transcurso de nuestras vidas; sea de soslayo, indirectamente o de forma literaria. Sin embargo, estas almas trascendentes, sienten ese desapego adherido por completo a ellos, ocupando un lugar medular en sus existencias, y optan, bien por el suicidio para ahorrarse el trámite de la vida, bien por desligar su mente de su cuerpo y dejar que el segundo se marchite pululando por ahí hasta la extinción, fortuita o meditada.

Parece ser que la persona en que se basa esta película era uno de esos 'sabios sensibles': un muchacho bien avenido, con oportunidades, un buen cerebro, guapito, con buen pelo y buenas perspectivas, que podría haber sido tan normal o incluso inane como cualquiera; pero decidió ser un cruzado en busca de la 'libertad'; o sea, fue a morir a las montañas.

Con tal planteamiento, 'Hacia rutas salvajes' debería inducir a terrores inenarrables, debería ser pavorosa, pero no. Es agradable, salen paisajes bonitos. El chico conoce gente muy maja.

Te explica Penn que el muchacho era rebelde y, gracias a la forma almibarada y vacuamente esteticista en que te lo muestra, acabas pensando que más que un ser con una sensibilidad inusitada e ideales nobles, era un reaccionario existencial que desperdició su vida simplemente por ir a contracorriente, o porque su ego no encajaba entre tanto borrego indigno hasta de su rechazo.

En fin, esta 'Hacia rutas salvajes' es una voz que nos habla sobre el aislamiento y la soledad, dirigida a oído sociable que no ha pasado un sábado sin salir de casa.

Gracias.
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26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
JASP
Sean Penn se marca todo un señor anuncio basado en hechos reales. La vida y milagros de Chris McCandless trazada por Jon Krakauer en un bestseller era carne de un francotirador y aquí aparece el autor de “El juramento”. Hablando de juramento, Penn se la tiene Jurada a los creadores de South Park. Recordemos que Penn es uno de malos-malosos de la divertida “Team America” y se pilló un rebote de cuidado por su parodia, invitando a Trey Parker , Matt Stone a acompañarle a Irak y banalizar la tragedia de millones de personas.
Les mandó una carta y todo que acababa con un ‘sincere fuck you’. Pero si este estupendo actor ha ido y visto Irak dudo que haya ido de acampada o a buscar compañía femenina en la Casa de Campo de California (lo dudo: se acaba de divorciar de Robin Wright —recuerda a sus papeles en la fallida “Hurlyburly”—y ahora se le ve con Jewel, que le pega más por eso de ser cantautora con aire indie y escribe poesía, y digámoslo ¡es más jóven!)
También a Penn parece que le gustan las rubias, aunque sean de bote. Además Madonna nació en el 58, Robin Wright Penn en el 66 y ahora Jewel del 74. Curioso.

Dejo los temas del corazón personal de Sean Penn aunque todo el rollo anterior era respecto a la banalización como recurso cinematográfico. Según Penn no se puede trivializar sobre la agonía de millones de personas o sobres temas serios (¿habrá visto la memorable “Ser o no ser”?). Aquí aparentemente se va a tratar un tema serio. No puede acabar la película con ese picado cenital, respaldado digitalmente, de manera tan hermosa para contar el fracaso monumental de protagonista.
O con esa foto en un recurso tan sensiblero.
Aquí la naturaleza deja su misticismo, como si fuese un trazado de Werner Herzog, pero algo tiene la historia para atrapar tanto como lo ha hecho la adaptación de Sean Penn. Recordemos que pese a una modestísima taquilla en EEUU figura actualmente entre las 150 películas favoritas de imdb de todos los tiempos y en el top 10 de filmaffinity del 2007 (excluyendo producciones para TV).

Anuncio de JASP, de lo que uno quiera menos sobre desodorante, colonia o gel de ducha. Lo que único que sobrepasa la pantalla debe de ser el mal olor corporal del protagonista. Ni el montaje en plan clip hippie. Chris McCandless tuvo suerte: con los psicópatas, pederastas, pervertidos, borrachos y demás que hay en Norteamérica y no se encontró con Mel Gibson.

El idealismo siempre acaba en el mismo sitio: muerto pero antes completamente envenenado y paralizado. Buen fondo pero escasa forma.
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32 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
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