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11 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Un ficción documental para reflexionar
Considerada como una de las películas que devolvió vida al cine mexicano, Canoa constituye uno de los títulos más señeros del directo Felipe Cazals (autor de El apando, si mal no recuerdo).
El mayor mérito del film consiste en el poder de su denuncia social a pocos años del suceso acaecido en 1968. Cinco chicos que trabajaban en la Universidad de Puebla, deciden escalar el cerro de Malinche. Para poder realizar la escalada, deciden ir hasta el pueblo de San Miguel de Canoa, población muy cercana de la capital del estado, pero a años luz de la más mínima manifestación de progreso. Allí, instigados por la paranoia anticomunista sembrada por el Padre del pueblo, los habitantes en masa enfervorecida deciden apalear, acuchillar a "los enemigos de la fe cristiana". El espectador asiste a un supuesto documental basado en los hechos, en los que, de manera brillante, se ponen sobre la mesa los distintos elementos que dieron lugar a la tragedia.
Salvo la deficitaria interpretación de alguno de los excursionistas y la falta de vigor del actor que interpreta al Padre, resulta espléndida la elección de actores, la recreación de Canoa (se filmó, lógicamente en un pueblo aledaño). Muy hábil es la inserción de un personaje que interacciona con la cámara a modo de "narrador". Treinta años después y gracias a la masterización digital, se ha conseguido hacer esta obra cuyo negativo corría el riesgo de perderse.
Película, pues, para reflexionar sobre el manejo de las masas a través de la fe, sobre los resortes aleatorios que pueden conducir a la tragedia de unos inocentes, sobre cómo ese 68, tan afrancesado en la memoria, se vivió con fuerza propia en México.
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17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
¿Por qué está tan jodido el país?
La gente de acá de México se pregunta, "¿por qué está tan jodido el país?" Al ver la película de "Canoa" encuentras algunas respuestas. A pesar de haber sido grabada hace más de treinta años, todavía tiene vigencia en muchos sentidos. Felipe Cazals nos muestra a través de su cámara la influencia tan poderosa que ha tenido La Iglesia en el país. Este cine de denuncia social llegó en una época de verdadera crisis política en territorio mexicano.

Un recorrido por la ideología influenciada, la patética idiosincrasia, la ignorancia social. Una película con escenas violentas y crueles que refleja la imagen de un país que se desbarataba, lentamente, a pedazos. Una denuncia cruda para digerirse despacio y preguntarse muchos aspectos; aspectos que quizá (es lo más seguro) seguirán preguntándose nuestros sucesores.

Nota final: cuenta la leyenda que existe una versión más sangrienta, por supuesto que fue censurada por El Gobierno de México.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Denuncia contra el caciquismo político y religioso
“Canoa” es una de las mejores películas del cine mexicano, fue filmada en 1975 por Felipe Cazals, es sumamente dramática y violenta, lo cual sorprende aún más al saber que está basada en hechos reales. A mí me mantuvo en suspenso todo el tiempo y me causó gran indignación, pero la historia es tan increíble que no la puedo contar, sólo diré que es una fuerte denuncia contra el fanatismo religioso y político, señalando hasta dónde un cura puede influir sobre sus feligreses, y más cuando éstos son ignorantes y lo siguen ciegamente. Es al mismo tiempo una parábola que critica la corrupción que los gobernantes-caciques han practicado en México y por la cual han sumido a su población en el atraso.

“Canoa” es una película de gran calidad, se ganó 7 Arieles (premios de la Academia Mexicana de Cinematografía), incluyendo los de mejor película y mejor dirección; y por si esto fuera poco, se hizo merecedora del Oso de Plata, en Berlín, como Premio Especial del Jurado. Así que consideren si será o no una buena obra.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El Canoazo
San Miguel Canoa (México)
Sábado, 14 de Septiembre de 1968

Felipe Cazals, prolífico director mexicano, rodó en 1975, una película que relata de manera fiel los hechos acaecidos esa noche para denunciar una realidad que se silenció por la maquinaria del poder gubernamental, eclesiástico y de la prensa afín, una barbarie medieval donde realmente no se llegó a hacer justicia.

Canoa es una película cruda, aséptica que nos relata los hechos casi de manera documental, con un narrador que aparece hablándole a la cámara varias veces durante el metraje para advertir y poner al espectador en situación de como un pueblo campesino y analfabeto fué manipulado y azuzado por el cura Enrique Meza Pérez, quien en plena efervescencia anticomunista de la década de los 60, inventó un complot contra seis excursionistas, empleados de la Universidad Autónoma de Puebla, que termina con el linchamiento de cuatro de ellos y del campesino que los hospedó. El cura acusó a los universitarios de ser “comunistas” y de que quemarían las cosechas y violarían a las mujeres del pueblo.

La excelente película de Cazals, después de 28 años sigue aún vigente, y es un claro ejemplo de cómo las religiones se aprovechan de la ignorancia de la personas para crear seres manipulables, fanáticos a los que controlar a su antojo.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Caza de brujas
Pequeña huella en el sendero del tiempo es San Miguel Canoa, muñoncito de tierra que dormita bajo las faldas del Volcán Malintzin. Esta localidad es tristemente célebre por un hecho ocurrido el 14 de septiembre de 1968, cuando cinco jóvenes trabajadores que intentaban una excursión para escalar el Volcán Malintzin se refugiaron en el pueblo para pasar la noche. Una vez allí, el párroco del pueblo acusó sin fundamento a los trabajadores de ser militantes comunistas. Ante esto, los pobladores, obedientes feligreses, resolvieron linchar a los trabajadores.

Este momento amerita una digresión, un corte abrupto sobre el sentido anterior del discurso que me lleva a considerar lo siguiente:

Que esta obra es una de las películas más singulares y extrañas en el universo del cine latinoamericano todo. "Canoa" es un raro trabajo ficcionado sobre un motivo real que se nos advierte más absurdo que la ficción misma, un intento testimonial que aspira a ser denuncia pero que se desvía improbable hacia los registros de lo fantástico (nos recuerda los derroteros que trasunta el Rulfo más pesimista) y navega silenciosa sus inquietantes aguas. La película, que supone la fiel crónica de una aberración colectiva, sorprendentemente muta en cabal ejemplo de cine de género, en compendio de maestría narrativa y suspenso psicológico.

Hoy, a 41 años de su estreno, aun levita como nube negra que presagia la peor de las tormentas. Es que Canoa es terror en estado puro… demasiado cercano, demasiado real.

Gran película.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cristianismo sí, comunismo no
Canoa, película mexicana de 1976 dirigida por Felipe Cazals y con guión de Tomás Pérez Turrent. Basada en un hecho real de linchamiento de un grupo de jóvenes trabajadores de la Universidad de Puebla a manos de los habitantes la comunidad de San Miguel Canoa, en el estado mexicano de Puebla, a donde había llegado para intentar escalar el cerro de La Malinche. Estos acontecimientos tuvieron lugar la madrugada del 14 al 15 de septiembre de 1968. Apenas seis semanas antes del fatídico 2 de octubre.

1968 fue para México el año de las Olimpiadas. Del 12 al 27 de octubre de ese año se llevaron a cabo las competencias de la XIX edición de los Juegos Olímpicos. Pero, para la mayoría de los mexicanos, 1968 fue el año en el que el autoritarismo y la represión de un gobierno totalitario y anquilosado puso en práctica las formas más brutales de represión política y social.

El 2 de octubre de ese año un mitin pacífico de estudiantes universitarios en huelga que se desarrollaba sin incidentes en la Plaza de las Tres Culturas, fue violentamente reprimido por el ejército y grupos paramilitares causando la muerte de cientos de personas e incontables heridos. El hecho ha pasado a la historia como ‘La Matanza de Tlatelolco’. Pero nos engañaríamos si sólo consideráramos estos acontecimientos como un hecho aislado. La verdad es que en esa época se vivía un auténtico clima de terror y represión cotidiano en todo el país. Otra muestra brutal de esta situación opresiva que se vivía en ese momento son los hechos que se narran en la película que nos ocupa.

Como seguramente recordarán quienes vivieron en esos años, la efervescencia política y social se extendió prácticamente por todo el mundo. El Mayo del 68 francés, las protestas contra la Guerra de Vietnam y la invasión del ejército soviético en Checoslovaquia fueron los catalizadores que encendieron la mecha para el surgimiento de movimientos juveniles de protesta y reivindicativos. Las sociedades de todo el mundo estaban divididas entre jóvenes y adultos, conservadores y progresista, comunistas y capitalistas, etc. Y todo lo que se pedía era apertura política, mayor participación de la sociedad en las decisiones política (particularmente de los jóvenes) y vigencia de las libertades básicas.

En la película de Cazals podemos ver ilustrada con gran maestría esa polarización. San Miguel Canoa es el perfecto microcosmos de lo que se estaba viviendo a nivel global. La llamada Guerra Fría en todo su esplendor. Pero en el caso mexicano la lucha se libró con especial encono por un ingrediente que si bien no estaba ausente en otros países, no tenía el mismo peso ideológico e histórico que había adquirido en nuestro país a lo largo de los siglos: el factor religioso. El catolicismo más retrógrado y dogmático en el que fueron ‘educadas’ las sucesivas generaciones de mexicanos desde la época colonial hasta bien entrado el siglo XX.

Canoa da cuenta puntual de ese estado absurdo de control y enajenación ideológica que ejercía el clero católico sobre pueblos enteros. Con caracterizaciones que reflejan puntualmente lo siniestro de esos ‘pastores de almas’ y que para los no enterados pudieran parecer caricaturas exageradas, pero que no son sino un fiel reflejo de la realidad que se vivía. El perverso cura del pueblo que azuza e incita a los pobladores al linchamiento de los ‘estudiantes comunistas’ tiene su complemento en la figura de Gustavo Díaz Ordaz, Presidente de la República y responsable de la represión generalizada en el país. El poder político y el poder clerical eran uno y lo mismo.

Por otra parte, la película tiene grandes virtudes que le confieren valor por sí misma más allá de los hechos que narra y que a la distancia de los años no tiene el mismo significado para las nuevas generaciones. El guión está muy bien construido y mezcla con sabiduría elementos documentales y de ficción narrativa. Otro gran acierto es la inclusión de un ‘Testigo’ con tintes brechtianos que narra, comenta y da cuenta de los hechos a manera de cronista o corifeo. El tiempo narrativo también está muy bien trabajado con cortes y saltos temporales que agilizan el relato e incrementa el interés del espectador. Por último cabe destacar las actuaciones de los tres principales personajes (además de los jóvenes trabajadores): El Testigo (Salvador Sánchez), el cura Enrique Meza (Enrique Lucero) y Lucas, el lugareño que da hospedaje a los jóvenes (Ernesto Gómez Cruz).

No quiero terminar este texto sin hacer mención del valioso aporte ideológico que para mí y las personas de mi generación significo ésta y otras películas similares que dieron cuenta con inteligencia, valentía y calidad estética de la descomposición social en la que estábamos inmersos merced a un gobierno corrupto, cínico y represor y un clero católico dogmático, retrógrado y extremista. En una escena impactante durante el linchamiento de los jóvenes, un individuo totalmente enajenado danza blandiendo un machete alrededor de los cuerpos caídos y repitiendo una y otra vez mecánicamente: “Cristianismo sí, comunismo no.” Esa escena por sí misma desnuda de manera incontrovertible la pobreza ideológica y estupidez de las creencias religiosas.

Jesús Magaña Estrada
06/09/21
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Fanatismo sin límites
Es una auténtica película de terror bajo la capa de documental. En ese sentido me recuerda al superclásico "El nacimiento de de una nación" de Griffith pero los hechos que relata Griffith son de alrededor de 1870 y tienen lugar en Estados Unidos y los que cuenta Cazals transcurren justo un siglo después y en México. Cuesta trabajo creer que los hechos que se relatan aquí tengan una base real y la verosimilitud de la película se resiente. Por lo demás el trabajo es técnicamente irreprochable.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Sembradores del miedo
Impactante película basada en el horroroso hecho real de la masacre ocurrida en San Miguel Canoa, Puebla, en septiembre de 1968, dos semanas antes de la Matanza de Tlatelolco en la Ciudad de México previa a los Juegos Olímpicos con cede en la Nación Mexicana. En un temporal de mucha tensión política y social, cinco jóvenes empleados de la Universidad de Puebla, emprenden una escalada al Cerro de la Malinche, sin presentir que se aventuran a una horrorosa experiencia sin retorno, el ingreso al infierno terrenal donde el poder, la desinformación y fanatismo religioso son sus perversos enemigos. Una película para ver y reflexionar sobre este contexto histórico, en el que ser estudiante y o tener intereses comunistas les convierte en seres peligrosos contra la sociedad y contra la agenda en turno. Felipe Cazals nos hace vivir el horror a través de una narrativa ingeniosa llena de suspenso.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"ESTO SÍ SUCEDIÓ"
Con este mensaje sobreimpreso en la pantalla se avisa al espectador desde el primer momento de que los hechos terribles que presenciará están basados en un hecho real. La intención es, no se oculta en ningún momento, de documentación y denuncia de unos crímenes de motivación política sucedidos en un momento particularmente convulso en el país azteca, concretamente en 1968, con las revueltas estudiantiles en todo lo alto.

¿Y cuáles son los hechos? Pues básicamente que unos trabajadores de la Universidad de Puebla, sorprendidos por la lluvia en plena excursión, son confundidos con estudiantes comunistas y linchados, junto con un vecino del pueblo que les dio cobijo, por una jauría humana instigada por el cura del pueblo.

"Canoa" alterna pasajes de estilo pseudodocumental en los que nos va contando cómo es el pueblo, dónde está, cómo funciona, cómo viven sus habitantes y cómo el cura es la autoridad de facto en la localidad, con escenas dramatizadas por así decirlo que reconstruyen paso a paso el viaje de los excursionistas, su llegada al pueblo, las horas previas al linchamiento, y el linchamiento en sí. Los dos tipos de secuencias están bien equilibradas y tienen un tono directo, sobrio y sin artificios técnicos, muy crudo en algunos momentos (el linchamiento por ejemplo) y siempre con afán de realismo. Los actores en su mayoría contribuyen con su naturalidad a esa impresión de estar viendo un documental que se consigue durante la mayor parte del metraje, desgraciadamente uno de los pocos que no convencen es el que interpreta a un personaje tan crucial en la tragedia que ocurre como el cura. Por contra destaca una especie de narrador lugareño que aparece en los pasajes "documentales" dando su versión, cínica y sin tapujos, a veces muy sarcástica, de todo lo que se nos cuenta.

Muy interesante.

Como anécdota, cabe destacar que ni el cura ni ninguno de los principales responsables de aquel crimen tuvieron que rendir cuentas ante la justicia por los hechos.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
MEMORIA DE UN HECHO VERGONZOSO...QUE SIGUE OCURRIENDO
Filmada en 1975 (apenas siete años después de los hechos que relata) en condiciones precarias en Santa Rita Tlahuapan (Puebla) “porque no podíamos arrimarnos a San Miguel Canoa” con la presencia de los sobrevivientes de la masacre que fungieron como asesores, según cuenta el propio Felipe Cazals, la película (que sufrió innumerables intentos de censura por parte del Gobierno mexicano) relata los hechos acaecidos en San Miguel Canoa en la noche del 14 de Setiembre de 1968, en vísperas del día de la independencia mexicana, a consecuencias de los cuales perdieron la vida dos trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla y siete pobladores de Canoa al parecer instigados por la paranoia religiosa fogoneada por el párroco del lugar contra los estudiantes poblanos. Para poner en contexto, debemos recordar que sólo dos días después se produce la llamada Masacre de Tlatelolco en la Plaza de las dos culturas de Ciudad de México por motivos similares (no olvidemos que en ese momento en todo el continente estaba vigente la "doctrina de seguridad nacional" acuñada por la administración Kennedy que se mantuvo hasta bien entrados los años ´80 prácticamente en toda Latinoamérica). Tampoco debemos olvidar la profunda religiosidad del pueblo mexicano que, ante la prohibición del catolicismo por Plutarco Elías Calles en los años treinta no dudo en declararle la guerra al Estado mexicano y no de una forma metafórica precisamente.
Más allá de eso, y tal como lo manifiesta el propio Cazals, los hechos que refleja la película son “lamentablemente incorregibles. En Puebla por lo visto no hay justicia, aunque es de todo el país, pero los poblanos hacen justicia por su propia mano y su metodología es digna de un estudio profundo..No podemos hablar de una maldición, sino de que está a flor de piel un acto que junto con las condiciones de vida que son adversas en esa capa social, repentinamente se prende la mecha y todos se van al linchamiento, como se van a la fiesta: Hay algo muy profundo e inquietante.. me gustaría encontrar a un sociólogo o arqueólogo social que pudiera darme una explicación que vaya más allá de la que tratamos en Canoa, en la que no intentamos hacer un testimonio de los hechos, sino un análisis crítico; ahora es lo mismo, no es sólo la miseria, el alcoholismo, el despojo, la paranoia religiosa…, qué es a final de cuentas”
Y es que según las autoridades en San Miguel Canoa la forma de hacer justicia por su propia mano, golpes y linchamientos continúan. En enero de 2018, un hombre acusado de cometer un robo fue sometido a golpes y atado a un poste hasta que llegaron autoridades policíacas para encarcelarlo.
Mientras en marzo, Pascual “N” un presunto delincuente conocido como “El Recio” fue golpeado salvajemente y para rematar lo rociaron de gasolina para prenderle fuego. A pesar de que aún fue rescatado por policías y paramédicos y llevado a un hospital del Sector Salud, horas después murió.
A finales de agosto de ese año, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado que dirige Jesús Morales Rodríguez, reportó que en lo que va del año se han registrado 15 linchamientos en el estado, sin embargo, refirió que también han sido rescatadas 201 personas de 146 eventos de esta naturaleza.
Por su parte los habitantes de Canoa se niegan a hablar de los hechos, al punto que los jóvenes del pueblo desconocen lo ocurrido, salvo los que por curiosidad han visto la película que así cobra un nuevo sentido.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Ignorancia y miedo
Para los occidentales europeos, 1968 será siempre el año en que Europa vivió un agitamiento político brutal, con la revuelta estudiantil de París en Francia. Pero no fue el único movimiento estudiantil de protesta que se vivió en el mundo en dicho año. Uno mucho más olvidado pero no menos importante apareció en México de ese mismo año. Y ligado a esta revuelta, sucedió un hecho totalmente trágico, conocido como el linchamiento de San Miguel de Canoa. En este pequeño pueblo, San Miguel de Canoa, que en aquel momento era una población anclada en la economía rural, se vivió un momento de histeria total, cuando una masa linchó a unos turistas, tomándolos por comunistas, que habían llegado con la intención de escalar una montaña. Un acontecimiento trágico del que quedaron impunes los responsables.

Canoa (Canoa, 1976), es una película dirigida por Felipe Cazals, que retrata relativamente pocos años después, lo que sucedió en aquellas tristes jornadas. Se trata pues de cine social en estado puro, de aquel cine que pretende transgredir y tener una repercusión. Para más inri, esto queda aún más patente con la estructura y el tono de la película, pues la obra combina la recreación dramática con un tono de falso documental.

La obra arranca con una escena que hoy en día podría parecer incluso anticlimática, puesto que nos cuenta todo lo que sucedió en aquella jornada, con lo que el elemento de sorpresa es inexistente. Pero hemos de tener en cuenta que la intención de la película era contactar con un público que ya era conocedor de los hechos. Después de esta secuencia cinematográfica, nos encontramos con unos veinte minutos donde la película parece volverse un documental. Durante esta primera parte del metraje nos encontramos con una presentación del pueblo, narrada por una voz en off. Después de este primer acto, la película empezará la recreación de los hechos. A pesar de que puede parecer que sabiendo el final de la película desde un primer momento no exista interés, en realidad la película sabe muy bien como mantener la intriga, incluso con algunos recursos que están hecho ex profeso para crear tensión, como son las escenas en la casa, justo antes de que sean linchados.

Incluso los aficionados al género de terror podrán reconocer algunas pautas en Canoa que le será muy reconocibles. En parte la película parece evocarnos aquellas obras de terror como The Texas Chainsaw Massacre (La Matanza de Texas, 1974, rodada curiosamente apenas dos años antes) en cuanto la película nos describe un ambiente rural de pesadilla, donde los aldeanos miran con recelo a los turistas extranjeros. ¿Cuántas veces no hemos visto en una película de terror semejante argumento? No sólo eso, el filme coquetea con un ambiente de pesadilla, como podría ser el discurso del cura acusando de comunistas y diabólicos a los turistas, o directamente la escena del linchamiento, que resulta terrible, por la manera en como la tensión se ha ido cocinada lentamente (justo antes de que la veamos aparece un flashforward en el que vemos al personaje del cura justificarse por lo que pasó aquella noche), y por la truculencia intrínseca de sus imágenes.

El filme también explota muy bien a un nivel visual todas las contradicciones que nos ofrece el pueblo, que a pesar de que aún vive en la Edad media en muchos aspectos, tiene algunos elementos de modernidad que resultan disonantes, y en los que la película se hace hincapié de manera consciente, con tal de producir confusión en el espectador. Es el caso de la única televisión del pueblo, que se encuentra en la tienda y que los habitantes miran embobados. También del sistema de altavoces, con el que además se hace un uso maligno, invocando a las masas para que masacren a los turistas. De hecho, en un momento en el que las masas enfervorecidas se dirigen hacia la casa donde se hallan sus víctimas se puede contemplar irónicamente un letrero de la marca comercial de Pepsi. ¿Casualidad? Lo dudo.

En definitiva una película que tiene un punch tremendo, y que pretende echar sal en la herida. Quizá, la falta de presupuesto sea un hándicap grande, porque la película adolece en algunos momentos de esa falta. Tampoco la puesta en escena está demasiado elaborada, aunque son detalles que han de obviarse para una película que sin duda alguna merece ser rescatada, por diseccionar de lo que es capaz la fórmula de ignorancia más miedo.

https://neokunst.wordpress.com/2018/07/13/canoa-1976/
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2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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