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Voto de Kyrios:
7
Drama Basada en hechos reales sucedidos en México en septiembre de 1968, cinco jóvenes empleados de la Universidad Autónoma de Puebla intentan escalar el volcán La Malinche pero, debido al mal tiempo, no tienen éxito y tienen que refugiarse en un pueblo cercano llamado San Miguel Canoa. Debido a la paranoia religiosa vivida en el pueblo en gran medida incitada por el párroco local, el pueblo los confunde con radicales comunistas... (FILMAFFINITY) [+]
13 de julio de 2018
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los occidentales europeos, 1968 será siempre el año en que Europa vivió un agitamiento político brutal, con la revuelta estudiantil de París en Francia. Pero no fue el único movimiento estudiantil de protesta que se vivió en el mundo en dicho año. Uno mucho más olvidado pero no menos importante apareció en México de ese mismo año. Y ligado a esta revuelta, sucedió un hecho totalmente trágico, conocido como el linchamiento de San Miguel de Canoa. En este pequeño pueblo, San Miguel de Canoa, que en aquel momento era una población anclada en la economía rural, se vivió un momento de histeria total, cuando una masa linchó a unos turistas, tomándolos por comunistas, que habían llegado con la intención de escalar una montaña. Un acontecimiento trágico del que quedaron impunes los responsables.

Canoa (Canoa, 1976), es una película dirigida por Felipe Cazals, que retrata relativamente pocos años después, lo que sucedió en aquellas tristes jornadas. Se trata pues de cine social en estado puro, de aquel cine que pretende transgredir y tener una repercusión. Para más inri, esto queda aún más patente con la estructura y el tono de la película, pues la obra combina la recreación dramática con un tono de falso documental.

La obra arranca con una escena que hoy en día podría parecer incluso anticlimática, puesto que nos cuenta todo lo que sucedió en aquella jornada, con lo que el elemento de sorpresa es inexistente. Pero hemos de tener en cuenta que la intención de la película era contactar con un público que ya era conocedor de los hechos. Después de esta secuencia cinematográfica, nos encontramos con unos veinte minutos donde la película parece volverse un documental. Durante esta primera parte del metraje nos encontramos con una presentación del pueblo, narrada por una voz en off. Después de este primer acto, la película empezará la recreación de los hechos. A pesar de que puede parecer que sabiendo el final de la película desde un primer momento no exista interés, en realidad la película sabe muy bien como mantener la intriga, incluso con algunos recursos que están hecho ex profeso para crear tensión, como son las escenas en la casa, justo antes de que sean linchados.

Incluso los aficionados al género de terror podrán reconocer algunas pautas en Canoa que le será muy reconocibles. En parte la película parece evocarnos aquellas obras de terror como The Texas Chainsaw Massacre (La Matanza de Texas, 1974, rodada curiosamente apenas dos años antes) en cuanto la película nos describe un ambiente rural de pesadilla, donde los aldeanos miran con recelo a los turistas extranjeros. ¿Cuántas veces no hemos visto en una película de terror semejante argumento? No sólo eso, el filme coquetea con un ambiente de pesadilla, como podría ser el discurso del cura acusando de comunistas y diabólicos a los turistas, o directamente la escena del linchamiento, que resulta terrible, por la manera en como la tensión se ha ido cocinada lentamente (justo antes de que la veamos aparece un flashforward en el que vemos al personaje del cura justificarse por lo que pasó aquella noche), y por la truculencia intrínseca de sus imágenes.

El filme también explota muy bien a un nivel visual todas las contradicciones que nos ofrece el pueblo, que a pesar de que aún vive en la Edad media en muchos aspectos, tiene algunos elementos de modernidad que resultan disonantes, y en los que la película se hace hincapié de manera consciente, con tal de producir confusión en el espectador. Es el caso de la única televisión del pueblo, que se encuentra en la tienda y que los habitantes miran embobados. También del sistema de altavoces, con el que además se hace un uso maligno, invocando a las masas para que masacren a los turistas. De hecho, en un momento en el que las masas enfervorecidas se dirigen hacia la casa donde se hallan sus víctimas se puede contemplar irónicamente un letrero de la marca comercial de Pepsi. ¿Casualidad? Lo dudo.

En definitiva una película que tiene un punch tremendo, y que pretende echar sal en la herida. Quizá, la falta de presupuesto sea un hándicap grande, porque la película adolece en algunos momentos de esa falta. Tampoco la puesta en escena está demasiado elaborada, aunque son detalles que han de obviarse para una película que sin duda alguna merece ser rescatada, por diseccionar de lo que es capaz la fórmula de ignorancia más miedo.

https://neokunst.wordpress.com/2018/07/13/canoa-1976/
Kyrios
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