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106 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
El mayor y la menor
Film realizado por Stanley Kubrick. El guión, de Vladimir Nabokov y S. Kubrick (no acreditado), adapta la novela "Lolita" (1955), de Nabokov. Se rueda en exteriores de Inglaterra y en los platós de ABP Studios y Elstree Studios, durante 88 días, con un presupuesto de 2,1 M dólares. Es nominado a un Oscar (guión) y al León de oro de Venecia. Producido por James B. Harris, se estrena el 13-VI-1962 (NYC).

La acción principal tiene lugar en Ramsdale (New Hampsire) y en Beardsley (Ohio), sede del Beardsley College. El relato se desarrolla en 1957/58 y en 1961. El profesor Humbert Humbert (Mason), de unos 40 años, europeo, especialista en literatura francesa del XIX, soltero, busca alojamiento temporal para el verano. Acepta la oferta de Charlotte Haze (Winters), viuda, madre de Lolita (Sue Lyon), de 14 años.

El film suma drama, comedia y romance. Harris y Kubrick ruedan en Inglaterra, donde los costes de producción son menores que en EEUU. Seleccionan para su adaptación una novela polémica, de éxito y de actualidad. Con el guión en la mano y el propósito de evitar las interferencias de "Espartaco", firman contrato con la productora Associated Artits, de Eliot Hyman, que les garantiza plena autonomía. El guión introduce algunos cambios en relación con la novela: Lolita pasa de 12 a 14 años, nada se dice en la cinta del episodio con una adolescente que ha provocado un trauma en Humbert, en la película éste se enamora de Lolita al conocerla (en la novela lo hace hacia el final). La película empieza por la escena en la que Humbert mata a Quilty (Sellers), con lo que el relato se sitúa en un contexto dramático.

El film narra la historia de un amor obsesivo, dominado por celos exagerados, alimentado por un deseo de posesión extralimitado y asociado a temores, inseguridades y frustraciones. Es, además, un amor intergeneracional: entre un hombre maduro y una muchacha inexperta y frágil. En la novela es un amor con connotaciones paidófilas, que en la película quedan marginadas, aunque no exluidas. Como en "Espartaco" y "El beso del asesino", dos hombres luchan por el amor de una mujer. Es interesante observar la evolución de Humbert: seguro e ingenioso al principio, inseguro cuando está con Lolita y frío, sombrío y sin autoestima al final.

Incorpora lances de humor, como el de la cama plegable, la tensión en el autocine, el ataque de nervios en el Hospital, la pintura de las uñas de los pies, etc. Presenta citas cinéfilas ("Piscosis") e imágenes de "La momia" (1959) y "La maldición de Frankenstein" (1957).

La música, de Nelson Riddle, busca coherencia con las imágenes. Acompaña a Charlotte con un tema de "West Side Story", a Lolita con una balada y a Humbert con "Irma la dulce". Añade como tema de amor una composición de Bob Harris (créditos iniciales). La fotografía, de Oswald Morris, en B/N, ofrece un eficiente trabajo de cámara, que facilita elipsis notables. Buenas interpretaciones de Mason, Sellers y Winters. Gran película.
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132 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un buen libro, una buena película.
Esta película le hizo a Kubrick definitivamente mudarse al Reino Unido debido a las críticas de la puritana sociedad norteamericana, aunque también buscando nuevos retos intelectuales que en EE.UU no encontraba.
Me parece de todas formas la película más floja de su etapa americana (sin contar sus primeros trabajos que son menores evidentemente "Fear and Desire" o "El beso del asesino") como digo inferior a "Atraco perfecto", "Senderos de gloria" o "Espartaco".
El guión está francamente bien adaptado de la extraordinaria novela de Nabokov, aunque da demasiada importancia al personaje de Peters Sellers y se empecina en alargar innecesariamente muchas secuencias sin motivo aparente, consiguiendo un metraje excesivamente largo.
Los actores corren distinta suerte, Sue Lyon, la Lolita de la película no termina de cuajar, y a pesar de tener algunas secuencias muy buenas no salva su actuación con nota elevada. Peters Sellers no resulta tan interesante como acostumbra, si acaso resulta abusiva su interpretación por histriónica en una película que no la requeria. Shelley Winters está estupenda como madre de Lolita y demuestra ser una de las grandes y el mejor parado es el monstruo de James Mason que hace una muy buena interpretación en un personaje que no estaba tan bien definido en el guión.
Película notable, algo apagada, demasiado persistente y machacona en momentos. Un film sobrevalorado, debido a la marca Kubrick que lo hizo (a pesar de ser de las menos vistas por sus fans), pero que resulta un millón de veces más interesante que ese engendro que hizo Adrian Lyne en el 1997 con Irons y Swan, que aunque se deja ver, era totalmente innecesaria, menos para la MTV que lo premió.
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76 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Literatura 1 - cine 0
Que conste que yo soy de los que opinan que las adaptaciones de un libro a la gran pantalla jamás deben maniatarse al original. Sí la adaptación es un calco del libro, ¿que sentido tiene gastarse el dinero en hacerla, más que para acercarlo a quién no tiene ganas de leérselo? Por eso, no son los cambios (escasos, la verdad) que se producen durante la traslación del libro al cine lo que me llevan a darle una calificación tan baja al film de Kubrick.

Pero tampoco son motivos puramente cinematográficos, he de reconocerlo. Imagínense mi desazón cuando compruebo que Kubrick coge el que es mi libro favorito y lo convierte en una de sus obras más ramplonas. Como lo oyen. Ni pizca de la mala baba de "¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú", ni de la perfecta unión entre imágen y música de "La chaqueta metálica" ni de la logradísima atmósfera de "La naranja mecánica". Aquí la única muestra de verdadero talento vuelve a ser la composición de los planos, sirviendo como ejemplo el ordenadísimo desorden del decorado de la escena inicial.

Una escena inicial que ya comete el primer fallo, y es que nos resume toda la película. A los 5 minutos (de una película que dura dos horas y media), ya sabes que Quilty se las ha ingeniado para llevarse a Lolita y que Humbert le mata por ello. La fina insinuación con la que comenzaba el libro ("Pueden confiar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante"), que nos hacía temer un final mucho más tópico para acabar sorprendiéndonos, aquí se desvanece, y Kubrick nos da toda la historia ya masticada.

También resulta poco gratificante el excesivo protagonismo que recibe Quilty, y no sé yo por qué Nabokov, que muy inteligentemente lo hacía aparecer puntualmente en la novela, hace que el guión esté plagado de intervenciones de éste, a veces graciosas (por el innegable carisma de Peter Sellers), pero mayoritariamente cargantes. Además, la construcción de los personajes sale perdiendo respecto al libro, y si bien en el original a Humbert se le entendía perfectamente, aquí no termina de quedar claro porqué prefiere a una niñata respondona e ignorante antes que a todas las mujeres de su edad que se le insinúan.

Y es que el personaje de Lolita en esta película tiene pecado. El símbolo de los deseos más prohibidos del hombre reducido a la categoría de calientabraguetas de instituto. Y Sue Lyon, preciosa, vale, pero no acaba de convencer como actriz (y de hecho nunca triunfó). James Mason crea un personaje un tanto patético, quizá para dejar claro a dónde le lleva su pasión por Lolita, pero gracias a eso resulta un poco extraño ver el éxito que tiene con las mujeres. Shelley Winters, muchísimo mejor, dónde va a parar.

Con todo, es una versión mucho mejor que la de Adrian Lyne. Pero si quieren maravillarse de verdad con una historia sobre la pasión desmedida, el deseo prohibido, el azar, y muchos otros temas, ahí tienen el libro original. Pocas lecturas más fascinantes existen, en mi humilde opinión.
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54 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Discurso maestro sobre la libido
Tengo colocado a Stanley Kubrick entre los grandes, al lado de Ophüls, de Renoir, de Ford y de todos los demás, y lo he colocado ahí por sus más que evidentes méritos. Excepto esa etapa final en la que aparentemente enloqueció –producto de la cual son las tres últimas películas–, el conjunto de su obra merece estar en los más encumbrados y sobresalientes altares, y "Lolita" (en mi opinión y salvando la monstruosidad de "2001", que ya no es una película, sino "la película") es la mejor de sus obras. ¡Y mira que es difícil escoger entre títulos como "Senderos de gloria", "Espartaco" y demás...! Bueno.

A Kubrick siempre le gustó tratar universales y controvertidas cuestiones, como el pacifismo en "Senderos de gloria", la libertad en "Espartaco" o la cosmología en "2001", y en esta ocasión nuestra "Lolita" habla de la libido, la más ardiente de las pasiones humanas. No se asoma ni un tobillo, aviso desde aquí, pero esta película es el más completo discurso que nunca vi sobre semejante asunto, la concupiscencia, y la que mejor retrata los estragos que el tercero de los pecados capitales (la lujuria) causa entre las personas. Un maestro, el señor Kubrick.

La película, que narra la enrevesada relación de un señor con su hijastra (pero, insisto, que nadie busque aquí escenas subidas de tono pues no hay ni atisbos, y es que ya se sabe que es mucho mejor lo que se sugiere que lo que se ve...), es una mezcla de cine negro y road movie, y nos mantiene embebidos y expectantes durante la totalidad del metraje. Rodada en blanco y negro y con una fotografía que es como para quitarse el sombrero (Kubrick todo lo hacía a lo grande, y su meticulosidad era extrema), cuenta con los mejores actores imaginables para los personajes que desarrolla: James Mason como el hombre común a quien vuelve loco la citada pasión (un poco al modo de Edward G. Robinson en "La mujer del cuadro"); Sue Lyon, maravilla de chavala, da vida a una Lolita intachable; Shelley Winters está que se sale en su papel de ama de casa desenfrenada, y qué decir de Peter Sellers, haciendo de loco verborreico que aparece y desaparece y nunca sabemos lo que significa, aunque represente el contrapeso a la irrefrenable locura de los humanos... La sociedad occidental (la película se rodó durante 1962, y la sociedad que aparece es la de la época, pero la de hoy se asemeja a aquella por completo), agazapada desde el fondo lo observa todo...

En fin, que el cinéfilo que no haya visto "Lolita" no tiene perdón, y los demás no saben lo que se pierden.
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46 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Manual abreviado para el aprendiz de crítico feroz, Volumen V: "Lolita", de Kubrick
1) Al principio dos personas mantienen una conversación compleja sobre cosas que han pasado y no se sabe qué son. Venga a hablar, y no se golpean ni intercambian patadas. Hay una interminable persecución de coches, pero a distancia, sin derrapes ni colisiones. ¡Dura días! Si usted es de los que se duerme en tales casos, dígalo sin ambages: que se durmió desde el arranque (del metraje, o del visionado: exhiba vocabulario) y que POR TANTO la película es infumable. ¿Que cómo se puede juzgar una película que se reconoce no haber visto? Muy fácil. Si el crítico feroz se duerme, la prueba es irrefutable: se trata de un pestiño que es mejor no ver.

2) Kubrick adaptó una novela de Nabokov. Muy bien. Tal para cual. Contrarreste las pretensiones de estos intelectualoides que se hacen los difíciles para darse importancia y diga que el uno renegó de su país y se fue a Inglaterra y el otro renegó de Rusia y se fue a los USA. Tan débil patriotismo es sin duda clave para comprender su obra. Pero esa obra ladrillácea no merece la atención del crítico feroz. Ignórela olímpicamente y apunte a lo personal. Diga que Kubrick se dejaba una barba descuidada y parecía sucio, o mejor que lo era, y que Nabokov perseguía en pantalón corto mariposas, o sea que era un panoli.
Asegure que su mapache de usted haría una novela y una película mejores si no estuviera tan ocupado lavando fruta en el río. Informaciones así crean en el lector interés y regocijo, según el principio de enseñar deleitando.

3) Desde el comienzo hay unos saltos en el tiempo del relato, tan poco lineal. Antes de caer dormido puede comprender que no es sino pedantería, poner las cosas de forma que no se entiendan. Porque ¿qué es aquello que uno no entiende? Pues pura pedantería. Dígalo clarito, que ya está bien de morderse la lengua. En este punto es oportuno recurrir al término ‘gafapasta’ en cualquiera de sus variantes. ‘Sobrevalorada’ también le distinguirá como creador de lenguaje y cuidadoso estilista.

4) Asimismo antes de caer dormido, puede ver al profesor Humbert mientras le pinta las uñas de los pies a Lolita, en patente sumisión. No pierda más tiempo y diga lo que piensa todo el mundo: que es un poco-hombre. ¿Personaje interesante, bien interpretado por Masón? Qué va. Es un ridículo profesorcillo, con su pañuelito al cuello, muy flemático y muy cool pero más salido quel pico una plancha en cuanto ve a la nena y se le van los ojos, las cosas como son. Usted es el cándido y expresivo niño de una desconocida fabulilla antigua, la del rey desnudo. Úsela para acreditar la originalidad y valentía de su criterio. Y formule variaciones, para reforzar la originalidad del enfoque; diga que el monarca Kubrick camina en pelotas, que el soberano va en bolas, etc. Dé un paso al frente y proclame lo que nadie se atreve a decir. Desde tiempo inmemorial las masas aguardan el advenimiento de alguien con sus redaños.


[Sigue igual en el spoiler, hasta completar los 8 puntos de rigor]
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65 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Pero en mis brazos fue siempre Lolita
OBRA MAESTRA de principio a fin. Magistrales interpretaciones por parte de todo el elenco de actores. Excelente banda sonora. Una de las mejores películas de Kubrick (quien contó como guionista para este trabajo con Vladimir Nabokov, ahí es nada), y de la historia del cine en general. Un clásico por derecho propio.

No es ya lo escabroso del argumento lo que más puede atraer a priori de esta película, es contemplar la delicadeza y maestría con que han sido rodados todos y cada uno de los planos que la componen, la sutileza de los detalles. Cualquier otro director habría caído en lo burdo o grosero. Kubrick no lo hace; llega justo hasta donde puede llegar y ahí se queda, haciendo cómplice al espectador de su perverso y peligroso juego.

Literatura en movimiento para narrarnos el descenso a los infiernos de un hombre condenado a muerte desde el mismo momento en que se cruza con su nínfula. Viendo simplemente la escena de los créditos iniciales mientras de fondo suena el tema central compuesto por Nelson Riddle para la ocasión, ya se intuye que lo que viene a continuación va a ser CINE del bueno.

Inolvidable. De obligado visionado para todo cinéfilo que se precie. Una de las cumbres del Séptimo Arte.
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35 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Gran libro, pobre película
Kubrick me encanta. Lo adoro. Incluso Eyes Wide Shut me parece una peli buena. Por eso comprendo porqué esta Lolita es conocida y tiene tan buenas críticas: está firmada por Stanley Kubrick. Pero aparte de esto no ofrece gran cosa. Leí la novela hace unos años y me pareció genial, por lo que tenía ganas de ver la adaptación cinematográfica. Pero me ha desilusionado algo ya que prácticamente no tiene ninguna de las características que me atrajeron en el libro. La que tendría que ser sensual y atrayente Lolita no tiene más que un par de chispazos (no sé si por el puritanismo o realmente no daba más de sí), la historia parece forzada y no ofrece explicaciones y aparecen algunos momentos cómicos (la mayoria
con Peter Sellers) innecesarios. Sin embargo la interpretación del histriónico Quilty, aunque con más protagonismo del que debiera, es de lo mejor, ya que da algo de
vida al film. Aparte, Shelley Winters está muy bien.

A pesar de todo esto no se puede decir que sea una película mala, ni mucho menos, aunque sí menor. En fin, que tengo ganas de ver la versión de Adrian Lyne, por si logra superar a un maestro y se acerca algo más a la idea Nabokov y al espíritu de su obra.
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38 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sigue siendo Nabokov
Cuando leí "Lolita" hace años me di cuenta que, por encima de muchas cosas, de la historia, de los personajes, del tema que se trataba, estaba ante un prodigio del lenguaje. La forma que tenía de comenzar la narración es inolvidable: "Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía, Lo-li-ta, la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo-li-ta."
El tema, por supuesto, resultaba escabroso, e incluso diría que hoy en día lo es aún más. ¿Cómo se atrevió Kubrick a filmar algo así? Creo recordar que "Lolita" se publicó en una editorial especializada en literatura pornográfica...
Nabokov en persona se encargó del guión. Por supuesto, era imposible trasladar una fiel versión de la novela: ninguna censura lo hubiera permitido. Pero, sorpresivamente, al menos para este humilde lector/espectador, encontré en el film una traslación del espíritu que se contenía en ella: el deseo por la nínfula (convenientemente transformada en una adolescente de 14 años, y no de 12, como creo recordar de la novela), el terrible deseo sexual que se ve realizado; la toma de conciencia del PODER así, con mayúsculas, que Lolita descubre tener en sus manos; la media-alta sociedad norteamericana con ínfulas intelectualoides y estúpidamente liberal que poco podía enseñar a un europeo sobreviviente de dos guerras mundiales y algunas revoluciones. En fin, ese espíritu devastador está aquí, quizá más matizado... pero está.
Se da más protagonismo a un estupendo Peter Sellers, que borda su (sus) personajes. El guión no sigue al pie de la letra la novela, ni mucho menos... pero como digo, se nota la mano de Nabokov. Y también la de Kubrick; la manera en que convierte a sus personajes en seres grotescos simplemente fijando la cámara en sus rostros y dejándolos divagar convenientemente... mostrando su vaciedad, es de mérito.
La película, además, me parece muy entretenida e intrigante, aunque puede que se resienta un poco en su parte final. El comienzo, con la escena de la mansión, y su posterior encaje en la narración de la llegada del profesor a la casa de la viuda no me convence demasiado... pero en general creo que nos encontramos ante una película brillante.
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20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tabú: los efectos de la censura
No soy de los que creen que estén bien llevadas y justificadas las comparaciones entre obras pertenecientes a distintas formas de arte, en este caso, un libro y una película. Sin embargo, pienso que en la novela, una obra maestra de la literatura, siempre ha estado inscrita la posibilidad de una obra maestra del cine y que para nuestra tristeza no ha podido ser realizada.
El proyecto de Kubrick tenía todo a su favor: una adecuada financiación, Sue Lyon como Lolita, James Mason como H.H. y Peter Sellers como Quilty; S.Kubrick, al mando y V.Nabokov, como autor del guión y asesor. Pero el previsible y temido invitado irrumpió en escena. La censura quiso en un primer momento que la película tuviera un final feliz: las escenas de la boda entre Humbert y Lolita inundarían la retina del espectador antes de los créditos finales. Luego, impuso al guión una serie de condiciones que llevaron al dúo Kubrick-Nabokov a la exasperación y a ensayar múltiples filigranas. En esta lucha con la censura, el resultado fue una notable película, llena de destellos, pero que en absoluto reflejaba el espíritu de la novela: la prohibición innegociable de omitir la pasión de Humbert por las nínfulas y el trágico episodio de su adolescencia desvirtúa la historia, borra de un plumazo su tono romántico, trágico y conmovedor. En el tratamiento de cada escena acecha la sombra de las negociaciones con la censura y una sensualidad extrañamente ahogada inunda el film.
En varias ocasiones (Newsweek, 3 de enero de 1972; Der Spiegel, 5 de octubre de 1987), Kubrick se sinceró: <<Si hubiera sabido lo severas que serían las limitaciones de la censura, es probable que no hubiera hecho la película>>. Asumía la responsabilidad por el fracaso y lo atribuía al hecho de que el libro era sencillamente demasiado bueno para prestarse a una adaptación cinematográfica. Nabokov consideraba la película como <<una encantadora visión borrosa a través de una tela mosquitera>>. En el pulso entre el arte y el tabú, esta vez el arte resultó vencido. Nosotros, perdimos.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Divina Lolita
D - Divina, Sue Lyon.
I - Impecable, la dirección de Kubrick.
V - Valiente, la novela de Vladimir Nabokov.
I - Impactante, la primera imagen de Lolita en el jardín.
N - Natural, la atracción por la frescura y la insolencia de la juventud
A - Angustiosa, la locura in crescendo del patético cuarentón Humbert Humbert.

L - Lúbrica, la mirada de Lolita.
O - Oscura, la obsesión de Humbert.
L - Lúcida, la visión de Nabokov sobre el amor.
I - Inolvidable, la interpretación de James Mason.
T - Terrorífico, el poder inconmensurable de las armas de mujer.
A - Alucinante, el modo en que los hombres pierden la cabeza cuando se encoñan.
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21 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Toda una lección de erotismo y sensualidad.
En el momento en el cual escribo estas líneas, acabo de visualizar el film. Como siempre Kubrick soberbio, con una muy cuidada dirección y estupenda fotografía. El guión elaboradísimo y lo mejor de todo, la evolución psicológica de los personajes a lo largo de la cinta. No he leído la novela, pero lo haré en breves. Que el propio Nabokov la guionizase con Kubrick, solo hace que la cinta sea aun más grandiosa.

Me gusta mucho como está llevada la obsesión de Humbert hacia Lolita, interpretada por una sublime Sue Lyon, haciendo de adolescente guapa, que sabe que es guapa y juega con su belleza y su ingenio para conseguir sus fines, pero sin ser mala persona, simplemente impulsiva y adolescente, cosas propias de la edad. Muy acertado el usar a una chica joven para el papel de adolescente, en vez de usar a una veinteañera.


Lo que me parece completamente sublime, es como sin mostrar un desnudo, sin una escena de sexo, sin un beso apasionado, sin un escote, solamente con el espectacular posado en bikini al principio y nada más. Kubrick nos muestra una obra cargada de sensualidad y erotismo, mejor llevada que otras obras donde aparecen desnudos integrales y sexo cuasi explícito.

Kubrick era todo un artista, y esta, pues una de sus obras maestras.
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16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
La versión puritana de la gran obra de Nabokov
Película que fue polémica en su tiempo debido a su contenido supuestamente sexual (cuando no aparece nada en absoluto) con la Iglesia Católica, que la incluyó entre los filmes prohibidos. Hoy en día nadie se excitaría con ella.

Si no leíste la gran novela del escritor ruso Vladimir Nabokov, la película te resultará "interesante" y "entretenida". Si la leíste, supongo que al igual que yo no la recomendarás a nadie. La actriz que interpreta a Lolita no es creíble, además que ni tiene 12 años, sino 14 en la película y 16 en la vida real.

La primera parte de la novela, donde el protagonista cuenta el por qué de su atracción hacia las nínfulas, no aparece, dejando un vacío enorme acerca del perfil psicológico del personaje.

Sin embargo, lo peor del Film no es ni la que hace de Lolita ni los recortes que le hacen a la novela, sino el personaje de la madre. En la novela es una completa cristiana puritana, en la película, en cambio, sonríe con el protagonista porque "Puede que a Lolita le pidan por primera vez relaciones sexuales". Cuando se casa con el protagonista es cuando se transforma en la madre reflejada por Nabokov.

Aparte de estos detalles que humildemente os expongo, el resto es fiel a la novela. Un saludo!!
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26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Nace el genio de Kubrick
Lolita
1962
Stanley Kubrick

Aunque ya vimos la genialidad del director Stanley Kubrick en películas como The Killing (Atraco Prefecto) y Paths of Glory (Senderos de gloria), es sin lugar a dudas Lolita, su primera gran obra, una apertura de las obras maestras que realizaría en el futuro.

James Mason interpreta al torturado Humbert Humbert, escritor europeo que busca refugio en los Estados Unidos, así llega al pueblo de Ramsdale y a una casa donde conocerá al objeto de su futura obsesión, una precoz niña con ese nombre tan lírico y melodioso… Lolita (Sue Lyon).

Aparte de ser el “debut” de la genialidad de Kubrick, también lo fue de Peter Sellers, el desconocido actor inglés que interpreta un papel secundario, el de Quilty.
A diferencia de lo que dicen muchas personas que piensan que Lolita es una comedia con elementos serios, es en realidad una obra dramática excepto sólo por las partes interpretadas por Peter Sellers, todas llenas de divertida comedia. Esto es un ejemplo de los dotes de cómico que tenía Sellers, que luego lo despojarían de papeles pequeños y lo harían un famoso actor, tanto así que Kubrick en su siguiente película Dr. Stragelove, lo utilizaría como actor principal interpretando 3 roles distintos y que le daría una nominación al Oscar.

Un idilio in común, un romance escandaloso y un tema alborotado hicieron de Lolita un film verdaderamente polémico y aún hoy décadas después de su estreno, lo sigue siendo.
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23 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Muy bajo para lo que Kubrick nos tiene acostumbrados
Primero lo innegable: Stanley Kubrick vuelve a ofrecer uno de esos trabajos personales que tan famoso lo han hecho con sus muchos toques y particulares estilos en la dirección y fotografía. Los actores bordan sus papeles siendo el de Peter Sellers el más memorable.

Hasta acá es la típica genialidad del maestro pero la historia definitivamente no está a la altura, le sobra como media hora y aunque la narración sea formidable es imposible concentrarse y no caer en el sopor.

Que conste que estoy criticando la película y no la novela, la historia si es bastante interesante pero ésta no ha sido la mejor forma de adaptarla. En aspectos técnicos es otro triunfo más de Kubrick pero en el fondo es vacía e intranscendente.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La impronta de Kubrick es siempre alargada.
La novela Lolita me gustó en sus primeras 100 páginas, el final es aceptable pero hay tramos de la obra que me defraudaron profundamente, todo ese viaje en coche… Precisamente Kubrick y Nabokov (que reescribió su propia novela en un genial guion) acortan este tramo acertadamente y aunque a los múltiples acólitos de Lolita disguste en demasía debo afirmar que la película supera a la novela.

Sorprendentemente, la actriz que encarna Lolita, Sue Lyon, no volvió a realizar ningún papel destacable en su carrera a pesar de que encarna al mítico personaje con elegancia y era entonces muy joven.

La película es larga y aunque la actuación de Peter Sellers es portentosa su personaje que es una invención o una variación de la novela original no logra convencer. Además, el actor protagonista James Mason pese a ser un reputado actor británico a mi parecer habla con excesiva pompa y formalidad, tanto es así, que resulta poco creíble. No creo que se corresponda con el personaje de Lolita en la novela o al menos mi imaginación lo percibió de otra forma.

Entonces, si el protagonista absoluto me parece excesivo, si es larga y la invención de Peter Sellers que se supone que debe ser alabada no me gusta está claro que Lolita me desagrada…

Nada más alejado de la realidad, Kubrick rueda con semejante maestría y genialidad que contrarresta los citados contratiempos haciendo de Lolita una película muy buena que incluso supera a la mítica novela.

La impronta de Kubrick es siempre alargada, mejor dicho ¡Es siempre implacablemente magistral!
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Deseo y lascivia.
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía, Lo-li-ta, la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo-li-ta.", escribió Nabokov al comienzo de su fascinante novela. Nacida entre olores de escándalo, no cabe duda que “Lolita” fue uno de los acontecimientos literarios del pasado siglo. Una obra polémica que narra la pulsión sexual entre una niña y un adulto. Es el retrato de una gran obsesión, el amor como degradación moral, adaptada por el propio escritor, una película de una profunda perversión y misoginia.

La vida itinerante del profesor de literatura francesa Humbert Humbert (un James Mason sublime), que padece sus obsesiones sexuales mientras recorre los EEUU, de una a otra universidad, viviendo en habitaciones alquiladas. La viuda que acoge a Humbert, Charlotte Haze (Shelley Winters), siente celos ante el crecimiento de su hija Lolita, y ve en el profesor una ocasión única para recomponer su soledad y su deteriorada vida sexual, sublimada en acontecimientos sociales provincianos, bailes anuales y visitas de personajillos famosos como el dramaturgo Quilty, un impagable Peter Sellers, que exagera con destreza e introduce sin desentonar calidad de farsa en la tragedia y prepara rincones de su papel múltiple en el siguiente filme de Kubrick, “Dr. Strangelove”.

Se entiende, por la presión de la época, el aligeramiento por Nabokov y Kubrick de la carga erótica y transgresora que alienta en la turbadora novela, y que leí hace bastante tiempo. La inquietante Sue Lyon de “Lolita” (14 años, la del libro 12), tiene la astucia de una sabia seductora precoz, un toque o gesto felino e indolente de depredadora instintiva; y hay osadía e insolencia en su capacidad para modular con gestos suaves el lenguaje de la insinuación, que hace posible la magistral escena, de poderoso erotismo subterráneo, en que susurra al oído de su padrastro sus juegos de verano. La calidad y sutileza del roce erótico que mueve tan simple cruce de palabras y miradas da idea del destrozo que provocó en la actriz, que jamás superó su fijación en el mito de la “nínfula”, en el que quedó atrapada.

“Lolita” está firmemente apoyada sobre los actores que dirige magistralmente Kubrick, la presencia de James Mason con su enfermizo amor, ayuda a aumentar la intensidad de cada secuencia. Desde sus morbosos títulos de crédito, Kubrick nos anuncia el devenir de los acontecimientos, una película que insinúa mucho más de lo que muestra, el recurso de la voz en “off” en su estructura narrativa, el "flash back” y su aspecto iconográfico que nos atrapa desde el principio. Si “Rebeca” se convirtió en una prenda de vestir gracias a la película de Hitchcock, “lolitas” ha pasado a ser el nombre genérico con que se alude a las niñas sugerentes. Cine inteligente, vigoroso y arriesgado, ejercicio de puesta en escena seductora que nos muestra al Kubrick en plena posesión de su talento.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Lolita y el complejo de Electra.
La película está basada en la obra de Nabokov, que en aquella época estaba muy de moda entre ciertos círculos intelectuales y se trataba de una obra que tocaba un tema bastante polémico, por lo cual mucha gente era reacia a la adaptación de la película. De hecho Kubrick sabía que no podía ser tan explícito como lo era la novela porque la imagen nunca podía ser tan provocativa como lo eran las palabras, por lo que opta por el inteligente juego de la sutileza, que se respira en muchos momentos de la película.

En su exilio voluntario de los Estados Unidos (Kubrick fue seguramente un director mucho más europeo de lo que pensamos) se decidió por el Reino Unido para las localizaciones de la película. Fue aquí donde empezó a recibir el reconocimiento que se le negaba en su tierra natal, por directores como Joseph Losey, el mítico director británico, que consideraba a Kubrick como uno de los mejores directores de esta generación de jóvenes que estaba empezando a florecer. Pese a que en un primer momento el autor de la novela, Nabokov no pretendía involucrarse en el proyecto, acabó colaborando en la construcción del guión.

Para el papel de Lolita se escogió la novata e inexperta atriz Sue Lyon. El proceso de selección fue de lo más curioso, haciendo un cásting entre miles de adolescentes jóvenes que se presentaron a las pruebas. Lyon fue la escogida y fue una buena selección. Aunque en los primeros momentos del rodaje recitaba las frases como un robot fue capaz de convertirse en una estrella interpretativa de la noche a la mañana y cumplió con creces el papel de Lolita.

Una de las características de Kubrick está presente en el film. Kubrick sabía que las secuencias iniciales formaban una parte importante de la película, porque tenían el poder de enganchar de primeras al espectador. Además para él habían de saber preparar al espectador para que este fuera capaz de ver por dónde iban a ir los tiros. En “La Naranja Mecánica” nos queda patente, con esa voz en off y ese monólogo interpretado por Malcom McDowell. En Lolita también nos queda claro, la primera secuencia demuestra el poder erótico (y a la vez sutil) de la película, cuando el personaje de Humbert pinta las uñas de los pies a la joven Lolita.

Kubrick cambio el inicio de la película respecto a la novela. Según él introdujo este cambio porque una vez Humbert se ha aprovechado de ella el interés narrativo decae en cierta manera. De mutuo acuerdo con Nabokov cambio esta estructura para intentar darle más tensión a la película. La película empieza con el asesinado de Humbert a Quilty, para intentar impresionar al público y que este se quede sorprendido y se empieza a preguntar lo que ha pasado.

Humbert es una persona traumatizada por la muerte de su primer amor, cuando él contaba con sólo doce años. Siguiendo un análisis Freudiano se llegaría a la conclusión de que Humbert deriva su obsesión sexual por las jovencitas debido a este trauma adolescente. Lolita es la superación de esta ruptura fracasada. Es una persona fría y distante, una personalidad psicopática que actúa y se mueve por instintos.

Por otra parte, siguiendo el análisis psicológico de los personajes (que es el pilar de la película), Sue Lyon se podría ligar con el complejo de Electra (el complejo de Edipo en mujeres, explicado de manera basta). Amor al padre y odio a la madre, vista como una enemiga, es importante remarcar que su padre murió durante la época en que era apenas una niña, hecho que le marcará profundamente y que tenga fijación con gente de la misma edad que tenía su padre al morir.

El rompimiento que hace Kubrick con la estética es también interesante de remarcar. Lo bello no se corresponde con lo ético y al revés. Además la película se trata de una sátira brutal contra América, las leyes morales y la autoridad, que se encargan de prohibir los deseos personales de los individuos . Otro tópico del cine Kubrickiano y que se repetirá en casi toda su filmografía.

La crítica más rígida fue dura con la película, normal por otra parte. No obstante se trata de un giro importante en la película, porque Kubrick pudo comprar su ansiada libertad creativa. A partir de Lolita pudo hacer cada vez más proyectos personales e independientes de las productoras.


http://neokunst.wordpress.com/2013/03/14/ciclo-kubrick-lolita/
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Un mito como otro cualquiera en la historia del cine
La pasión contenida cuando no se puede dominar y hace turbio el comportamiento de un ser débil es el tema central de una película deslumbrante. Los matices escabrosos en la relación de ese hombre que está lleno de debilidades con su hijastra están tratados con un gusto exquisito aunque en algunos diálogos la hijastra se revele como una criatura sinuosa. Después de que a este señor le hayan salido bien las cosas y pueda estar cerca de su Lolita entrará en la trama un personaje cínico genialmente encarnado por Peter Sellers que lo convertirá todo en un relato de suspense, con llamadas anónimas, visitas extrañas y alguna persecución que inquietará seriamente al protagonista. Las escenas nocturnas son las mejores del film, aquellas en la que las carreteras aparecen como falsa via de escape para huir de algo que está dentro del personaje de Mason y que lo está destruyendo por tantas dudas e inquietudes como tiene. Kubrick consigue un universo fascinante con la ventaja que supone partir de un guión escrito por el autor de la novela en que se basa. Nabokov es traducido a imágenes por un Kubrick mucho más inspirado que en otras ocasiones. La trama es un apasionante análisis de personajes y carácteres donde caben desde la ternura hasta el patetismo pasando por la frivolidad y la provocación sútil. La ambientación tiene también algo especial que absorbe totalmente al espectador y la película en conjunto deja un recuerdo inolvidable. El personaje de la gran Shelley Winters llega a parecer tierno y patético al mismo tiempo porque ella quiere de verdad a ese hombre que la utiliza como un simple punto de apoyo para sus planes. Sue Lyon borda el papel estableciendo un mito con su turbio personaje. En resumen es una película realmente especial, donde se mezclan toda clase de sentimientos humanos y que tiene verosímiles momentos emotivos y desgarrados.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La Lolita feminista
En los sesenta resurgió con fuerza la lucha por la liberación y los derechos de la mujer en el movimiento obrero, lo que influyó en este título de Kubrick, que acababa de filmar la versión marxista de Espartaco.
Lolita como el gladiador romano es un personaje oprimido que lucha por su libertad con las armas que tiene. El personaje de Nabokov no cuenta con espada, ni con ninguna habilidad militar o ejército de esclavos, pero tiene una belleza irresistible para su padrastro (y opresor) Humbert Humbert (James Mason). Lolita conocedora de sus encantos los sabrá explotar como única arma que tiene para conseguir su libertad e independencia. Importa poco que la Lolita de Kubrick no haya leído nunca a Simone de Beaviour, ella es una feminista en tanto en cuanto se vale de su estrecho margen de maniobra para luchar por su libertad.
Fue el propio Nabokov el que reescribió (magistralmente) su obra para la película, transformando con mucho acierto a la niña inocente de la novela en una joven femme fatale propia del cine negro que sería interpretada realmente por una menor, Sue Lyon, lo que hará a la película ganar puntos de credibilidad (frente a las posteriores ''Lolitas'').
Supone además una crítica certera al heteropatriarcado y a su imposición del ideal de belleza femenina.
Dice la reseña de Filmaffinty que la película trata ''sobre la perversa obsesión de la naturaleza humana. '' ¿Pero es acaso natural que un hombre maduro se enamore de una menor? Es sólo natural en la medida que la Lolita de Kubrick representa todo lo que la cultura patriarcal occidental ha impuesto a la mujer como construcción ideal del género femenino. Y es que Lolita tiene todo lo sexualmente deseable para un hombre: la juventud, belleza adolescente, ingenuidad etc. Y la película nos muestra lo peligroso de esta concepción heteropatriarcal de la belleza, que hace llegar a Humbert a la pedofilia. Veremos además como en contraposición, la madre de Lolita (Shelley Winters), así como otras mujeres de su edad no serán deseables para él, pues si bien compartirán intereses culturales, rondar los cuarenta no es atractivo en una mujer, aunque sí en un hombre.
En definitiva, una película valiente(imposible de hacer en EEUU), con una estupenda narración en flashback y una muy lúcida y crítica reflexión contra la hipocresía del heteropatriarcado.
Imprescindible.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Muy adelantada a su tiempo
Quizá no es de las pelis más espectaculares de Kubrick, pero para mí mantiene toda la innovación a la que el director nos tiene acostumbrados, y desde luego la veo muy adelantada a su tiempo.

Pocas películas de los 60 se pueden ver de una manera tan actual como esta. El ritmo de la cinta y las imágenes no parecen de una película de los 60, sino más bien de los 80 o 90... Está claro que esto sólo lo puede conseguir alguien de la talla de Kubrick.

Película muy recomendable.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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