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España España · villanueva de la serena
Críticas de niñochico
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
6
19 de febrero de 2013
66 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por favor, dejemos a un lado el seguidismo y la mojigatez. Siempre está bien plantear el problema de la homofobia y denunciar los prejuicios en los que se apoya pero por qué todo debe ser excusa para atacar enfermizamente a Cuba. Porque ,por lo que veo, consciente o inconscientemente la película ha contribuido a fomentar prejuicios no sobre la homofobia (que a mi juicio alguno también) sino sobre la maltratada isla caribeña (maltratada por, dejemos las cosas claras, más de cincuenta años de bloqueo económico genocida de EEUU, mafias de Miami, desinformación y manipulación).
Ya desde la sinopsis de esta película, y luego mil veces repetida en las críticas, podemos leer las expresiones siempre unidas de ''régimen'' y ''homofobia''. Dando a entender que Cuba por socialista es homófoba y opresora. No seamos injustos, ni gusanos.
Como bien dice el periodista José Manzaneda ''Cualquier manifestación cultural y artística producida en Cuba es interpretada en clave política, de una manera casi obsesiva''. Exactamente lo que ha pasado aquí.
La película transcurre en los años sesenta, la sociedad cubana de aquel entonces, al igual que el resto del mundo, estaba marcada por la homofobia, repulsiva en cualquiera de sus formas y venga de donde venga pero seamos serios y justos y no la tratemos como si fuera un problema exclusivo de Cuba o menos aun una consecuencia de la Revolución, cuando lo cierto es que fue una lacra extendida por el mundo entero. Afortunadamente con el tiempo (y mucha lucha) los gays han ido conquistando derechos y reivindicando su dignidad consiguiendo dejar a la homofobia como una vergüenza del pasado, que por desgracia aun no se ha erradicado totalmente ni aquí en España, ni en Cuba ni en ninguna otra parte.
Pero precisamente en Cuba esta homofobia, tiene más que ver con los sacrosantos valores cristianos importados, o mejor impuestos, a América Latina desde Occidente que con cualquier principio moral comunista o ''castrista''. Como relata Galeano en ''Patas Arriba...'' en muchas tribus indígenas del Caribe y Latinoamérica la homosexualidad estaba aceptada y permitida, y fueron los conquistadores españoles los que llevaron a la hoguera o a los perros a aquellas mujeres ''depravadas'' y a aquellos hombres que según nuestro ilustre Núñez de Balboa merecían la muerte pues ''para ser mujeres sólo les faltaban tetas y parir''.
Tampoco es un organismo cubano ni socialista la Organización Mundial de la Salud que hasta el año 1990 consideró la homosexualidad como enfermedad y desviación mental.
Por tanto, recalco, la película refleja un momento histórico concreto aplicable a cualquier sociedad del mundo. Basta de decir que ''el régimen'' o ''el sistema'' cubano ahoga a los homosexuales. Y no porque esto no fuera cierto entonces sino porque es hipócrita. Hubo represión en este aspecto, totalmente condenable por supuesto (y yo la condeno). Pero esta represión de la que fueron objeto los homosexuales no fue un problema exclusivo de la Revolución o de Cuba.
Comparemos la historia de Fresa y Chocolate con la de la brillante Brokeback Mountain, esta película también trata la homosexualidad (y la homofobia) en la década de los sesenta. Veremos como en el país de las libertades, la sociedad también oprime y persigue a los gays, que si muestran su verdadera sexualidad corren el riesgo de perder su muy viril y americano oficio de cowboy e incluso su vida. Pero en este caso como se trata de EEUU nadie habla de represión, capitalismo, patriarcado o régimen. Incluso el propio presidente Nixon, en 1972, insistía en que la homosexualidad destruyó Grecia y lo mismo le pasó a Roma pues según él ''los últimos seis emperadores eran maricones''.
Otro de los problemas que aparecen en la película y que por estúpido consenso se acepta que persiste hoy día es el de la falta libertad de expresión. Problema al que tampoco eran ajenos por entonces en EEUU, recordemos el Código Hays o La Caza de Brujas. Y otro ejemplo más de este problema en el ''mundo libre'' cogiendo además el hilo de la homofobia: la censura de secuencias de Brokeback Mountain en los cines italianos, y esto en 2008 en un país que tiene poco de comunista (pero seguramente demasiado de capitalismo). Entonces gobernaba el país Berlusconi autor de frases como ''mejor que te gusten chicas menores que hombres''. Hoy gobierna allí Monti, un tipo puesto en el poder por la Banca sin ningún voto pero nadie habla de ''dictadura'' o ''régimen'' italiano.
Lo que yo me pregunto es cómo es posible hablar de falta de libertad de expresión en un país que financia y produce películas como esta, críticas con la Revolución Cubana y con su historia. Aunque eso sí, una crítica que resulta maniquea, con demasiados tópicos y lugares comunes lo que le que resta puntos al resultado final y le hace perder valor. Aun así la película no me ha disgustado, pero me ha decepcionado mucho. La historia es bonita e interesante, está bien narrada y los actores más que correctos pero en demasiados aspectos no me la creo. Una vez más se cae en el estereotipo y los homosexuales vuelven a ser caricaturizados. Aunque también es cierto que conforme avanza la película veremos que, por lo menos el personaje de Diego, no es de una pieza y ofrece matices aunque en general acaba cumpliendo con demasiados de los tópicos que pesan sobre los homosexuales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
niñochico
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8
16 de marzo de 2013
30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una obra maestra del cine de vanguardia soviético, paradigma del cine puño de Eisenstein. Prodigio de montaje y base para el lenguaje cinematográfico posterior. Quizás puede resultar aburrida la primera vez que la ves (a mí me lo pareció) al estar acostumbrado al montaje invisible institucionalizado por Hollywood, provocando que no te identifiques con el drama que la obra plantea y haciendo que la hora y poco que dura se te haga demasiado larga. Aun así contiene imágenes muy poderosas que no dejan indiferente a nadie. De todos modos no sería justo condenar a esta película por no estar acostumbrados a esta forma alternativa de hacer cine. Tampoco lo podemos hacer por el supuesto carácter propagandístico que tanta gente, quizás temerosa de que la película les despierte una pulsión comunista, ha encontrado en ella. A todos ellos les propongo revisar su concepto de propaganda que según la RAE es la ''Acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores''.

Cabría ahora preguntarse a qué fin atiende la película, ¿de qué es propaganda? A mí más bien me parece que esta obsesión por estigmatizar la película responde a una paranoia general, un prejuicio hacia todo el cine que viene de la URSS: la sombra de la caza de brujas es alargada.
Plantear por tanto El Acorazado Potemkin como un film de propaganda es partir de un planteamiento reaccionario y anticomunista y faltar a una de las obras cumbres del cine mudo pues por ejemplo nunca se habla en los mismos términos cuando se trata de otra de las cintas clave de la época: El nacimiento de una nación de Griffith. Esta película mantiene un discurso xenófobo y enaltece al Ku Kux Klan. A pesar de esto (¿o gracias a ello?) no tuvo problemas de exhibición y fue todo un éxito de crítica y público y consiguió que creciese el sentimiento racista y el KKK engrosara sus filas provocando que desde su proyección aumentaran significativamente los linchamientos públicos de gente negra. Es decir, la película cumplió con su fin ¿no es esto propaganda pura y dura?
¿Por qué entonces El Nacimiento de una nación no está estigmatizada en ese sentido? La respuesta es sencilla: viene de los Estados unidos.
Del mismo modo tampoco se suele hablar de propaganda en los western, que ayudaron a justificar la masacre india o las comedias de los años 30, brillantemente satirizadas por el genio Lubitsch, que en plena Gran Depresión vendieron a toda costa el ideal del sueño americano. Tampoco se habla de propaganda en el cine negro, en la que la mujer sólo podía ser o una sumisa esposa o una femme fatale, quintaesencia del mal por estar sexualmente liberada. Son sólo algunos ejemplos cercanos-en el tiempo-a El Acorazado Potemkin.

La cuestión es que todas las películas llevan consigo un discurso e inherente a él, de una forma más o menos evidente, una ideología y el problema es que sólo son consideradas ''de propaganda'' aquellas que vienen de la URSS o cuyos autores son sospechosos de comunismo. ¿Acaso estamos aún en la Guerra Fría o seguimos creyendo en las conspiraciones judeomasónico-comunistas de las que hablaba Franco?

Como decíamos antes el cine de Eisenstein fue definido por él mismo como ''cine puño'' (en alusión al ''cine ojo'' de Vertov), se refería a un cine que pretendía sacudir las conciencias de los espectadores. Por tanto, como toda película, tiene un objetivo. Pero, visto lo visto, me niego a calificarla de propaganda, y dando un paso más, aun a riesgo de ganarme los votos negativos de toda la parroquia de Filmaffinity, defenderé El Acorazado Potemkin como una película de ''antipropaganda'' o en términos gramcianos de contra hegemonía en tanto que golpea contra el pensamiento hegemónico capitalista difundido por la industria cultural cinematográfica estadounidense.

Y recogiendo el guante que he lanzado antes; frente a los discursos patriarcales, xenófobos y de falseamiento e idealización social que proponía Hollywood ¿qué mensaje lanzó El Acorazado Potemkin?. Parece ser que fue un mensaje peligroso pues la película fue prohibida en diversos países-capitalistas-como Suecia, España, Gran Bretaña o Francia. Este mensaje, al que parece que nos seguimos oponiendo hoy , no era otro que el de la necesidad de apoyo y solidaridad entre compañeros, un llamado a la lucha contra la opresión de los patrones, así como una denuncia contra las condiciones a las que estaban sometidos los trabajadores durante el zarismo. Condiciones probablemente demasiado parecidas a las que sufrían muchos trabajadores en los países donde la película fue prohibida, precisamente quizás, para que los espectadores de la época no tomaran como ejemplo el ''peligroso'' ejercicio de solidaridad y apoyo mutuo del marinero Vakulinchuk y sus compañeros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
niñochico
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9
2 de febrero de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los sesenta resurgió con fuerza la lucha por la liberación y los derechos de la mujer en el movimiento obrero, lo que influyó en este título de Kubrick, que acababa de filmar la versión marxista de Espartaco.
Lolita como el gladiador romano es un personaje oprimido que lucha por su libertad con las armas que tiene. El personaje de Nabokov no cuenta con espada, ni con ninguna habilidad militar o ejército de esclavos, pero tiene una belleza irresistible para su padrastro (y opresor) Humbert Humbert (James Mason). Lolita conocedora de sus encantos los sabrá explotar como única arma que tiene para conseguir su libertad e independencia. Importa poco que la Lolita de Kubrick no haya leído nunca a Simone de Beaviour, ella es una feminista en tanto en cuanto se vale de su estrecho margen de maniobra para luchar por su libertad.
Fue el propio Nabokov el que reescribió (magistralmente) su obra para la película, transformando con mucho acierto a la niña inocente de la novela en una joven femme fatale propia del cine negro que sería interpretada realmente por una menor, Sue Lyon, lo que hará a la película ganar puntos de credibilidad (frente a las posteriores ''Lolitas'').
Supone además una crítica certera al heteropatriarcado y a su imposición del ideal de belleza femenina.
Dice la reseña de Filmaffinty que la película trata ''sobre la perversa obsesión de la naturaleza humana. '' ¿Pero es acaso natural que un hombre maduro se enamore de una menor? Es sólo natural en la medida que la Lolita de Kubrick representa todo lo que la cultura patriarcal occidental ha impuesto a la mujer como construcción ideal del género femenino. Y es que Lolita tiene todo lo sexualmente deseable para un hombre: la juventud, belleza adolescente, ingenuidad etc. Y la película nos muestra lo peligroso de esta concepción heteropatriarcal de la belleza, que hace llegar a Humbert a la pedofilia. Veremos además como en contraposición, la madre de Lolita (Shelley Winters), así como otras mujeres de su edad no serán deseables para él, pues si bien compartirán intereses culturales, rondar los cuarenta no es atractivo en una mujer, aunque sí en un hombre.
En definitiva, una película valiente(imposible de hacer en EEUU), con una estupenda narración en flashback y una muy lúcida y crítica reflexión contra la hipocresía del heteropatriarcado.
Imprescindible.
niñochico
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Queridísimos verdugos
Documental
España1977
7,5
1.921
Documental
7
4 de febrero de 2013
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los sesenta, en la recta final de la dictadura, apareció una generación de jóvenes directores, como Basilio Martín Patino, que se encargaron de mostrarnos-a pesar de la censura-la realidad de la España fascista, muy alejada de las idealizaciones de Cine de Barrio o Cuéntame.
Martín Patino nos lleva a las mismas entrañas del franquismo poniendo la cámara delante de tres de los últimos verdugos del sistema, unos pobres diablos encargados de ejecutar las órdenes de muerte, que sustentaron el estado de sangre y terror impuesto por Franco (con la inestimable ayuda de la Iglesia y las élites económicas). Los estremecedores testimonios de estos paisanos son el reflejo de una sociedad que aún en los setenta vivía un profundo anquilosamiento y atraso. Estos verdugos ponen la voz (de difícil dicción) a una época deprimida, de eso que se ha venido a llamar la España Negra, tan oscura como las crónicas que aparecen en la película repasando los crímenes de aquella época de miseria (Importante que quede en la memoria de nostálgicos franquistas y demás fauna filofascista). Pero al fin y al cabo, como decía Fermín Muguruza, el torturador (en este caso verdugo) no es más que un burócrata armado que pierde su empleo si no cumple con eficacia su tarea (eso y nada más que eso) y los verdaderos culpables de esas muertes habría que buscarlos en los despachos. Los auténticos responsables no eran estos querídisimos verdugos sino gente con poder para firmar sentencias de muerte, gente como Fraga que de fascistas se transformaron de la noche a la mañana en demócratas. Esos son los que como decían en otras críticas no aparecen en el documental. Aunque no creo que esto fuese por una cuestión de valentía del director, pues ya es difícil denunciar ahora tal cosa, como para hacerlo en aquel momento. En ese sentido no creo que sea justo restarle mérito a Martín Patino, es más hay que recordar que la película no pudo ser estrenada hasta después de muerto Franco. Aunque sí que quizás se hubiese podido pedir una mayor contextualización, que hubiese hecho menos reiterativo y más atinado el documental. A pesar de esto no hay duda de que estamos ante un valioso documento e interesante alegato contra la tiranía y la pena de muerte.
niñochico
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5
28 de enero de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película no es mala, funciona. No comete el error de otras comedias romántico-dramáticas de alternar secuencias cómicas con otras sensibleras. En ese sentido los ingredientes están bien medidos. Hay que reconocerle el mérito a Kevin Smith, que al fin y al cabo nunca fue un mal cocinero, aunque esta vez su película deja mal sabor.
El primer problema está en la pareja de protagonistas. Me refiero a los personajes de Affleck y J. L. Adams (Jason Lee compensa). No lo aguanto a él como romántico que no deja de soltar frases supuestamente ingeniosas y a ella como ''encantadora'' gamberra. Pero sin duda lo peor está en su discurso, que los críticos entendieron como ''gamberro'' e ''irreverente'', pero a que a mí detrás de sus ''diálogos explícitos'' y sus ''reflexiones sobre prejuicios'' me parece que sólo hay machismo y homofobia.
Y podría haber sido la gran película que todos creen si se hubiese aprovechado la historia para desmontar estereotipos y no para fomentarlos. Pero, ¿qué tiene de ''lúcido'' e ''insólito'' presentar a los gays como locas promiscuas o a las lesbianas como a una especie de secta de chicas malas esperando a (como diría el personaje de J. Lee) una buena poya que les saque de su descarriado camino?
Al final, aunque la película transcurra en la Nueva Yersey de los noventa y no en la España posfranco de los ochenta, aunque suene música de Liz Phair o los Run DMC en lugar de la de Gregorio García Segura, y los personajes vayan a bares underground y vistan camisas de cuadros, lo que queda al desnudar la película es algo mucho más parecido a Pajares y Esteso que a una ''particular versión del amor romántico'' en los años del grunge.
niñochico
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