54 Críticas de los usuarios

Hay pelis que a mí me gustan y que no recomendaría ni a mi peor enemigo. After es de éstas.

Lo es por todo. Por la aridez de su estructura. Por lo poco queribles que son los personajes. Por lo excesivo de sus acciones. Por lo brutal de sus imágenes. Por la evolución de la historia. Por el desenlace que propone. Lo es por todo.

Pero sobre todo, lo es por la mirada que ofrece. Pocas películas hay tan rematadamente pesimistas como ésta. Su grado de pesimismo, de autodestrucción es tal que llega a generar tal lejanía que dudas entre alejar la vista de la pantalla, levantarte de la butaca o simplemente desconectar cualquier emoción de lo que sucede en frente de ti. Yo logré evitar esos tres riesgos. Pero me costó sufrir mucho más de lo recomendado.

Claro, que hay sufrimientos que te ayudan a acabar sonriendo. No es de éstos. Claro, que hay sufrimientos que te ayudan a ser mejor. Tampoco es After de éstos. Éste es un sufrimiento distinto, un sufrimiento en el que te acaba diciendo que no hay salida. Un sufrimiento con el que no estoy de acuerdo, un pesimismo casi de postal.

Pero que sea un sufrimiento no significa que no valore sus méritos. El primer mérito es precisamente generar sufrimiento. El segundo y esencial es que el creador de la soberbia 7 vírgenes vuelve a mostrar un talento inaudito para la puesta en escena, para la generación de sensaciones en la mezcla de actores y medios. El tercero y todos los siguientes son técnicos.

Pocas películas hay en el cine español con tal dominio del oficio. Si el guión es tan iterativo como original, si la fotografía es tan bella como dura, si la dirección de actores es tan coherente como homogénea, si el montaje es tan preciso como efectivo, si la música genera tanta salvación como lirismo, si todo eso es cierto, lo increíble es que el diseño de sonido alcanza una de las mayores cotas que este crítico recuerda fuera de Lynch o Haneke.

Hay que ser muy freak o pedante para valorar esto, pero sólo por ese logro merece la pena sufrir infinitamente durante dos horas. Aunque no la recomiende. Aunque desgraciadamente no logro olvidarla.

Realmente ha estado acertado Alberto Rodríguez en su nueva propuesta. Tanto a la hora de tocar un tema no demasiado frecuente en el cine español como en la manera de tratarlo. “After” es todo un canto nostálgico a una juventud que como mucho para algunos es ya solo un bonito recuerdo, un paraíso perdido al que es inútil intentar volver pues el viaje de regreso es un aterrizaje forzoso a la cruda realidad de una vida vacía. Mediante tres personajes con los cuales seguro que muchos de los que estamos rondando los cuarenta nos podemos sentir identificados, interpretados con solvencia por el trio protagonista (a destacar un grandioso Guillermo Toledo), Alberto Rodríguez construye un drama sobre la decadencia de una generación que se niega a madurar y que no acaba de encontrar su sitio en una sociedad que definitivamente les viene grande. Refugiados en el mundo de la noche, asistimos a la caída desesperada de unos personajes, retratados con cariño pero sin benevolencia, que intentan esconder en el abuso de las drogas y el alcohol una vida estancada ya sea en forma de matrimonio rutinario con hijo problemático, de trabajo insatisfactorio o de incapacidad para establecer una relación o dar afecto ni siquiera a un perro abandonado.

Se le puede reprochar a Alberto Rodríguez una cierta tendencia repetitiva a la hora de desarrollar la historia mediante los diferentes puntos de vista de los tres protagonistas, así como la concreción de alguna de las historias que deja más cabos sueltos de los deseados pero lo cierto es que el director sevillano logra un resultado aceptable y el retrato generacional que propone es más que convincente. Sin titubeos ni pretensiones discursivas , logra entrar en el alma de a los que solo les quedan las ganas de llorar.

Lo mejor: el tono desangelado que impregna la historia.

Lo peor: algunas subtramas prescindibles y mal desarrolladas.

Mi crítica se puede realizar en dos bloques:

Las cosas que me han gustado del film:
_ El elenco: los actores cumplen con creces, a pesar de la poca información que estos han obtenido sobre sus personajes(buena interpretación de la novata Blanca Romero).

_ El ambiente: el tono pesimista y triste que acompaña todo el rato a la película nos llega mucho más.

_ La música: gran elección de balabas y ritmos melancólicos, que nos hacen recordar tiempos pasados.

Las cosas que no me han gustado del film:
_ El guión: es un puro altibajo..., nos ofrecen poca informacion sobre los personajes, en ocasiones puede resultar monótomo y un poco aburido.

_ El montaje: le dan mucha importancia a las escenas "discotequeras", ya podrian haber empleado esas casi dos horas un poco mejor.

_ El final: lo cuento en Spolier.

En general recomiendo After, pues aquí tenemos una película llena de honestidasd y de verdad.

Hay muchos problemas en "After" que la convierten en un navío tocado y hundido desde su explicativo (e innecesario) diálogo de arranque.

En su inicio, se presentan tres personajes. Sin necesidad de decir una sola palabra pero con un curtido conocimiento de los mecanismos del cine español, enseguida se entresaca que uno de los tíos será el casado insatisfecho, otro el ejecutivo soltero de oro y la tía una chocholoco que en el fondo es buena persona. Evidentemente las previsiones se cumplen.

También sabes que en menos de veinte minutos saldrá: a) un potorro; b)unas tetas; o c) un polvo siempre en un lugar sórdido y algo desagradable. "After" no decepciona en este sentido ya que enseguida pueden contemplarse a) y c) y hacia el final, aunque con sorprendente recato, se avista algo de b). Otras películas españolas con esta misma trama hubieran metido todo tipo de situaciones sexuales, ya que cualquier cineasta español se las arregla para meter situaciones sexuales incluso si la película se ambienta en un convento de clausura. Sin embargo, "After" es bastante discreta en este punto y en realidad sugiere más de lo que muestra, algo de agradecer ya que prefiere centrarse en dotar de otro tipo de contenido -e incluso reflexión- a la historia.

Mientras cada personaje vive su vida el director nos muestra el transcurso de una noche en la que estos tres sujetos salen a desfasar y claro, les pasa de todo porque si no la película no habría quien la aguantase despierto. Durante la juerga y las historias de los personajes, se ponen sobre el tapete temas como la madurez (o la inmadurez, supongo que sería en este caso), la soledad y la frustación vital. La película tiene un tono lento y tristón, incluso cuando están de fiesta te ponen cámara lenta y música melancólica de piano por si no te habías enterado de lo vacías que son las vidas de nuestros chicos y de lo deprimidos que están cuando no se drogan, no follan o no se pegan con canis veinteañeros en la discoteca. Pero por si acaso remachan bien la idea haciéndolos pasear compungidos por los exteriores e interiores gélidos de sus casazas de lujo.

Es imposible conectar con ellos o interesarse por sus existencias, no te importa nada adónde van, ni qué sienten o cuál es su problema. Los actores no están fatal teniendo en cuenta que la mitad de la película es imposible entenderles porque están bajo efecto de la drogas o el alcohol y la otra mitad de la película también es imposible entenderles porque no vocalizan.

Como intento de evocar la juventud perdida y la imposibilidad de encontrar el camino de retorno al "paraíso perdido", no está lograda: su carencia de final de cualquier tipo deja con una sensación de indiferencia parecida a la de haberse merendado la nada.

Desde luego, el esquema narrativo de “After” tiene su miga. Como también la tienen, por supuesto, las interpretaciones del trío protagonista. Sobre todo la de Willy Toledo. Pero no nos engañemos: si alguien cree que “After” es un preciso y fidedigno retrato de la generación de los que ahora tenemos cuarenta y pocos, va muy equivocado. Porque, vaya, habrá de todo —digo yo— pero eso de pintarnos a los cuarentones como una panda de desahuciados sentimentales dispuestos a meternos de todo y a follarnos todo lo que se menea bajo el influjo de una plácida y calurosa noche estival, la verdad, media un abismo. No, señores, no. Ni todos tenemos casa con jardín, piscina y un BMW en el garaje, ni todos —por fortuna— nos sentimos tan amargados como estos tres pijos puretas que no entienden, los pobrecillos, que la época de hacer el gilipollas ya pasó.

Un cinquillo mondo y lirondo, pues, para una peli excesivamente deprimente y antipática cuyo mal sabor de boca residual no lo remedia ni una generosa dosis de colutorio bucal con after eights después de verla.

“Creemos que en algún momento vamos a alcanzar un estadio que nos haga estar satisfechos y nos permita ver la vida desde una perspectiva plena, pero siempre que llegamos a una nueva fase vemos expectantes que aún buscamos desesperadamente lo que hay después”

Cada cierto tiempo -más del que me gustaría- se obra el milagro y tras ver una película que, en principio, no me provocaba grandes expectativas, paso varios días rumiando lo que acabo de ver. Éste fue el caso de “After”, tercer largometraje de Alberto Rodríguez, tras “El traje” y su más conocida “Siete Vírgenes”.
He de reconocer que no esperaba demasiado de esta película. El hecho de que la promoción publicitaria de la misma, se hubiera basado en mostrar escenas cargadas de sexo, drogas y alcohol, en un intento de conseguir llenar las salas de cine, no prometía demasiado. Si a eso le uníamos que uno de los papeles principales lo protagonizada Blanca Romero (modelo, cantante y ahora, como no, actriz), el “cocktail” estaba servido.
Pese a ello, y como en muchas otras ocasiones, volvía a sorprenderme y reconocía mi error. La película se presenta a través de las visiones que los tres personajes protagonistas- Blanca Romero, Tristán Ulloa y Guillermo Toledo- tienen de una misma noche de que pasan juntos, tras un año sin verse. La estructura narrativa recuerda en ciertos momentos a la que ofrecía el mexicano Alejandro González Iñárritu en Amores Perros, aunque sin llegar a aproximarse a la excelencia de este último.

Otra película sin trama, sin nudo ni desenlace. Solo tiene presentación.
Es el retrato de tres personajes en un momento extremo de sus vidas.
La primera parte es excelente pero luego se vuelve reiterativa.
Las interpretaciones son excelentes. Sobre todo la de un niño de unos 7 años que en la película le llaman Pablo. Es la primera interpretación de Blanca Romero que está estupenda.
La vida de los tres personajes protagonistas no está bien explicada. Son personas sin rumbo y autodestructivas, pero no se sabe bien porque.

Comienzo la peli con los recelos, que no prejuicios, típicos al cine español. La ficha de la peli invita a verla, me gusta la propuesta, los actores, y el director que sin ser un Amenábar siempre tiene algo que contarnos en sus películas y no lo hace mal. La peli lo que imáginais, tres treintaylargoañeros, amigos, que se pegan unas fiestas por todo lo alto, pero detrás de la aparente diversión a cargo de alcohol, drogas y sexo, hay tres personas con vidas insatisfechas que o buscan llenarla o creen llenarla con esos pasotes que se pegan.
Ahí empieza el trabajo del equipo. Un muy buen guión que te tiene pegado a las miserables vidas de estos tres amigotes, interpretados magnificamente. Atención al trabajo de Guillermo Toledo, le echa cojones el tío y aunque sospechas que el personaje y el actor se van como anillo al dedo, Toledo se curra unas escenas nada fáciles para mi parecer, escenas crudas, a pelo y que me sorprendieron porque por una vez no ves al tío cómico haciendo un personajillo, sino a un actor metido en la piel al 100% del personaje que interpreta. Ulloa bien, no tienes problemas en creerte nada de él, y Blanca Romero estupenda también en un papel que recuerda a Maribel Verdú en "Y tu mamá también" cada una con sus características, claro. Además tenemos una muy buena fotografía y un buen montaje a mi parecer. Una historia sordida, en la que muchos se verán reflejados, una historia agridulce, con el sabor a fiesta, al after, a la soledad del domingo post-festivalero y sobre todo sabor a resaca.
Por último una apreciación personal, sospecho que si esta peli estuviera realizada en los circuítos de cine underground americano o europeo, la peña fliparía y sería revelación del año, ganaría sundance y esas historias, aunque esto es solo una sospecha personal.

After nos relata la historia de tres amigos, de una edad próxima a los cuarenta años, que deciden quedar una noche para cenar después de estar un largo tiempo sin verse. En el transcurso de esta velada, que se prolongará hasta la madrugada, el director nos acerca a la realidad de cada uno de los tres personajes dividiendo la película en tres capítulos. De esta forma, tenemos una visión subjetiva de la manera en que cada uno de ellos vive esta noche de fiesta, al mismo tiempo que se nos ofrecen unas leves pinceladas de su vida en general. Así, podemos apreciar que se trata de tres personajes desencantados. Por diferentes motivos, han llegado a la edad de la madurez, pero no encuentran demasiado sentido a sus vidas, y durante esta noche deciden experimentar un regreso a su etapa adolescente. Alcohol, drogas y sexo conformarán los ejes básicos de estas horas, en que buscarán, aunque solo sea de manera momentánea, olvidar su anodina rutina.

Me ha parecido una película un tanto irregular, en la que se alternan aspectos muy positivos (especialmente brillante el trabajo de Tristán Ulloa, pero sobretodo de Guillermo Toledo) con otros en que el film deja bastante que desear. El guión, por ejemplo, retrata de forma realista la noche de desenfreno en la que se embrancan los tres personajes, pero ahí empieza y acaba todo. Sabemos muy poco de la vida que llevan y de los motivos que les empujan a actuar de la forma en que lo hacen, y esto hace que la película pierda algo de interés, pues queda limitada a la mera observación antropológica de tres individuos en una noche de marcha.Y claro, por muy convicentes que resulten los actores interpretando a sus personajes, pasarte la mayor parte del metraje viendo como beben y se drogan, llega un momento en que resulta demasiado reiterativo.

No sé si el mensaje que intenta transmitirnos el director es el de mostrar el desencanto de unos personajes que representan a toda una generación, o simplemente advertirnos de que el abuso de drogas y alcohol no conduce a nada bueno, pero el caso es que el resultado final de la película parece actuar de metáfora involuntaria de la vida de Manuel, Ana y Julio. Está tan vacía de contenido como su existencia.

Tres amigos los cuales llevan una vida con éxito profesional y económico. Incluso, podría decirse, unas relaciones estables sentimentalmente dos de ellos. ¿Por qué no son felices?
Esta podría ser la base de la película que aquí analizamos.
La famosa generación X que se hartaron de vendernos se encuentra de golpe con la realidad.
Han llegado a los 40 y lo que se les vendió como la felicidad y el éxito no lo es tanto. Son seres frustrados y muertos en vida.
La cena anual de estos amigos se convierte en la olla donde se cuecen las frustraciones y debilidades de estos tres personajes (el infeliz con su matrimonio, su hijo y su vida idílica en un chalet de una urbanización de las afueras (a lo que aspira la mayoría); el solitario que busca en internet una relación más de lo sexual, y, por último, la profesional independiente enamorada de uno de ellos al cual no puede alcanzar y al que envidia su “idílica” situación familiar pero a la vez con miedo a comprometerse con el hombre que está.
El argumento dividido en presentarnos la vida de los tres y su perspectiva de lo que ocurre esa misma noche para cada uno, que es diferente.
La primera parte es caótica. Cuesta entrar en la historia. No nos queda muy claro el dibujo que quiere hacer el director de los tres personajes.
El resto de la trama se va realizando en base a la realidad de cada uno de los personajes pero abunda demasiado el abuso de la utilización del alcohol, la droga y el sexo como medio de huir de su triste realidad. Es llevar al extremo la desesperación de esa generación con complejo de Peter Pan, que al igual que éste nunca quiere crecer y seguir siendo joven.
Apropiándome de una frase que he leído en algún sitio es como “Mentiras y Gordas” en versión adulta pareo ganándole a esta última en varios kilómetros de recorrido en ámbitos como los diálogos, la historia y la interpretación aunque cayendo en los mismos tópicos que está en una generación más antigua.
Deja la sensación que desde “Historias del Kronen” no hemos avanzado nada, y dicha generación que se retrataba en ella es la que se sigue retratando en “After”. Por lo que la película se queda en el camino, dejandonos la sensación de qué podía haber más.
Un poco larga en su duración debemos destacar la actuación de Blanca Romero, más fresca que los ya veteranos Guillermo Toledo (un poco excesivo) y Tristán Ulloa (tal vez un poco hermético en su papel).

"Pareces jubilado" dice alguien por ahí y los personajes tratan por todos los medios de demostrar lo contrario, solo que apelando a un suicidio colectivo. Cada cual posee su propia forma de suicidarse, o con drogas, o destruyendo su confianza familiar, o intentando ser aquello que ya no es y lo niega constantemente.

Rodríguez apela, otra vez, hacia una mirada devastadora del ser humano, de la condición del mismo, a veces tan devastadora que hasta llega a causar rechazo. Los protas, con sus interpretaciones al tono y con los registros necesarios, van armando este caleidoscopio de atracciones y rechazos. La mirada del espectador fluctúa, o te compadeces de ellos o pierdes toda piedad ante semejantes estúpidos de la vida. Lo cierto es que esto se produce porque detrás de las peripecias argumentales no hay reflexión alguna por los padecimientos que se viven. Cada cual vive su vida de una forma frustradamente epidérmica, vacía, sin desvíos ni atajos posibles.

Se respira un cierto moralismo de fondo que atenta contra el blanco nihilismo de la obra, pero para cuando quieres darte cuenta su rotundo y crocante mensaje ya está disolviéndose en tu boca amarga.

Es en mi opinión la segunda mejor película que he podido ver hasta el día de hoy. Las razones son las siguientes: La película me muestra tres partes de las cuáles no sé decir cual puede ser la más deprimente, aunque creo que me decantaría por la parte de el inmenso Guillermo Toledo que demuestra con creces lo que es llevar un personaje hasta un límite extremo de angustia y dolor. Tristán y Blanca están notables. Está montada de una manera muy inteligente haciendo que la película sea entretenida y no pierda el ritmo. Personalmente siento que es una película muy real y devastadora, con lo que me llego a emocionar en varias partes. En conclusión, no es una película que suelo recomendar, simplemente porque sé que nadie va a sentir lo mismo que sentí yo al verla, belleza dónde nadie la encuentra.

“After” es uno de estos casos de película inane que, diga lo que diga su promoción, no pretende contar una historia sino narrar un cúmulo de situaciones que, juntas, constituyen una pérdida de noventa minutos de tiempo. Un estudio más fino (que no tengo ganas de desarrollar aquí) podría revelar que las escenas forman parte como de una especie de tres tramas enlazadas de una forma que, por la forma que tenían el director y los protagonistas de promocionar la peli, parecería que han reinventado “Pulp Fiction” pero que en realidad son tres formas distintas de perder treinta minutos. Sí, cierto, existe cierta intención de hacer algo muy de moda como son los flashbacks enlazados y la misma historia contada y rodada simultáneamente desde cuatro tres puntos de vista, pero sólo se podría considerar una revolución cinematográfica si hubiese hecho la película hace diez o doce años.

Manuel, Julio y Ana son tres viejos amigos que de vez en cuando se reúnen para correrse una juerga en plan “Historias del Kronen”, con alcohol, drogas, furcias y furcios, que puede ser reflejo de una parte de la sociedad que desconozco o puede ser una exageración fruto de la imaginación de director y guionistas para hacer caja con el morbo de drogas y sexo. En el primer caso me da lo mismo y en el segundo no me interesa… así que entended que escriba esto sin muchas ganas.

Una historia sin interés es una película muerta, y, desde luego, no hay efectos especiales ni nada destacable a nivel técnico que lo compense, pero… teniendo tres intérpretes de renombre como protagonistas ¿puede hacer eso que remonte? Pues la verdad, no. Para nada. No es sólo que no entienda la mitad de las cosas que pasan, es que no entiendo la mitad de las cosas que dicen ni por qué las dicen. Sólo vocalizan bien cuando dicen una grosería o un chiste sexual (abundan para que veamos lo al día que están los productores y lo enrollados que son).

Sinceramente, os la podeis ahorrar. La película se pasa la mitad del tiempo diciendo groserías sexuales y la otra practicándolas, pero no os hagáis ilusiones porque apenas hay desnudos. En el spoiler describo un poco más al trío calavera (bastante más de lo que os los definirán en la película) y por qué sus desventuras me la traen al pairo. Me ha recordado a la excelente "Mentiras y Gordas", pero con los protagonistas dentro de 20 años.

Estructura diferente de lo que normalmente vemos por ahí, y retrato de una misma realidad bajo tres puntos de vista diferentes, esto es muy enriquecedor, y cuando descubrimos de que va, tenemos verdadero interés por ver como será el siguiente. Las actuaciones son notables, dan verosimilititud a la historia. Es una peli muy diferente a las que normamente nos ofrece el cine español, las críticas no son demasiado buenas, pero a mí me ha gustado. Refleja con un realismo crudo un mundo aburrido, monótono e insulso, en el que deambulan tres personas más o menos bien posicionadas, dentro de una sociedad que parece no caminar hacia ninguna parte. Nos muestra su soledad, sus iras, sus demonios, y sus miedos, la forma que tienen de afrontarlos, la forma que tienen de verlos los demás, y las apariencias engañosas que percibimos a simple vista. También nos muestra la fiesta, en todo su esplendor, al inicio, como se va desarrollando y como acaba, y sobre todo lo más incómodo, el día después, la resaca. La música también es buena, adecuada en cada momento, el sexo y las drogas van implícitas en el marco en que se desarrolla la historia, recordemos que se titula After, y las consecuencias de esa forma de vida quedan reflejadas en el transcurso de una noche, es como un resumen, cada uno que saque sus propias consecuencias.

Me a impresionado esta película, hasta e apartado la vista en algunas escenas de la vergüenza ajena que sentía (Inmenso Willy Toledo, está de Goya).

Preciso retrato de la Noche Española donde deambulan de fiesta en fiesta 3 almas en pena, 3 Personas que según avanza la Noche se van convirtiendo en 3 Personajes que venden su integridad por intentar volver a Aquella etapa en la que no tenían que dar explicaciones a nadie.

Rutina, Inmadurez y falta de Afecto, Manuel, Julio y Ana

La fotografía es estupenda, la estructura argumental es de lo mas original, empezando cada historia con el salto en la discoteca, los finales de cada Capitulo son Sublimes, sobre todo el de Willy con el Corazón en la mano, brillante, la historia no tiene un final cerrado y común, los 3 siguen con sus vidas con las mismas carencias con las que empezaron la noche.

Blanquita está en su salsa, me a gustado mucho, Tristán esta bien, pero Willy se lo come con patatas (Esto es una PDA, Jesus, tiene WIFI...) y lo de ese niño no es normal, es un duelo interpretativo con Tristán y gana el niño casi, en la escena en la que le pega esta sublime.

La escena central es Sexy, Se casan los 3 en mitad de la discoteca.

Es una propuesta diferente, te gustará o no, pero deja huella, otras pelis son tan estupendas como olvidables....After perdura.

Me ha costado horrores decidir la nota de valoración para esta película, influenciado por la nota general, por las críticas negativas, y por el simple hecho de ser film español. En ocasiones, somos excesivamente exigentes con nuestro cine, olvidando también en ocasiones, la escasez de medios y el negro panorama en las salas que sufre la cinemacoteca patria.
Yo la he visto dos veces. Y la vi de nuevo porque la primera vez me dejó una impresión excesivamente dura, como si me hubiera metido en la boca un puñado de tierra. En el segundo pase se me volvió a llenar el paladar de ese sabor terroso y acre, pero con ligeras trazas de ternura y compasión. Y es que la película está bien hecha, y la historia narrada en su ritmo adecuado, con un montaje fiel reflejo de las sensaciones de los personajes. El desbarajuste mental, la confusión de sentimientos, la derrota personal, la perversión, la inmoralidad y el desarraigo a que conducen una disoluta vida y unos insanos hábitos, fruto todo ello de una débil mirada de futuro, de unas descimentadas metas, propio todo ello de la frustrante y frustada Generación X.
La película, además del mal sabor de boca, ha devuelto a mi memoria, casi como una nueva vivencia, los recuerdos de noches absurdas y viciadas, de amaneceres aplastantes y asesinos, y de mudas y desmoralizadas compañías. Y no ha sido agradable revivir eso, pero hay que reconocerle ese mérito al film. Las interpretaciones son buenísimas, y la puesta en escena bastante acertada. La banda sonora acertadísima y providencial, aunque nada original.
Ojalá no hubiera nadie para contar historias así, pero desgraciadamente los hay y son legion. Pero el Sr. Rodriguez ha tenido la oportunidad de llevarla al cine y de transformarla en poema, un poema muy triste, pero poesía, al fin y al cabo.

Como afirmaba Jeanette en la cancioncilla de la película, nada queda tras verla. Nos encontramos nuevamente ante una de esas pretenciosas películas sin chicha ninguna. Sin chicha ni "limoná".
Con un buen planteamiento, se queda en eso, extremismos sacados de contexto, victimismo socio-generacional, conformismo de tres al cuarto y sensualidad burda y paleta.
Con lo que me gustó "7 vírgenes"....
Lo mejor: Sorprendentemente, Blanca Romero.
Lo peor: Paso.

Creo que en España pueden hacerse buenas películas. Hay muchos actores de calidad y gente con ganas de contar historias. Lo que ocurre, en mi humilde opinión, es que tal vez no se arriesgan lo que se tienen que arriesgar. Este es un claro ejemplo: películas así se llevan haciendo desde hace tiempo y tiempo. La premisa es la siguiente: personajes a los que les parece ir bien la vida tienen un conflicto interior brutal y no son para nada felices (por A o por B), lo que les hace actuar de una manera impulsiva y al final estallan entre ellos. Si bien esto hace que una película sea interesante, que se pueda ver, llega un momento en que la amenidad no es más que un rasgo más de la fotocopia de mil películas anteriores. Por ello, nunca llegamos a hacer nada que a mi parecer valga la pena. O en raras ocasiones, vaya. Para explicarme, voy a poner el ejemplo de REC. Sí, no tiene nada que ver con esta película, y que tampoco va a ganar el oscar, pero fijémonos en ella: coge una idea muy manida, le da una ligera vuelta de tuerca -la cual también está manida- y le sale un producto que, a mí por lo menos, no sólo me entretuvo, sino que además me dio un QUÉ para irla recomendando a todo aquel que veía. Pues esta película, para que nos entendamos, no la voy a recomendar, aunque sea bien entretenida.

No entiendo las referencias a una de las peores películas que he tenido el ¿placer? de ver ("Mentiras y Gordas"), porque he disfrutado de esta película como lo-contrario (Anti-podas que diría uno que yo me sé) de ese pseudofilm para adolescentes adictos al móvil.
Es triste, sí.¿Suficiente para sajarla?. No a mi entender,y nada que ver con sentirme identificado, aunque a veces es díficil no hacerlo, porque no he surfeado por momentos tan dramáticos en mi vida.
El asunto es que me la creo,que no lo veo nada forzado,que alguna vez he conocido esa autodestrucción que supuran (no predican, esto no es Historias del Kronen como afirman algunos) y que las 3 actuaciones me parecen tremendas, cada una con sus matices.
Me la he papado unas cuantas veces y me sigue pareciendo fresca, aun siguiendo el tan manido desde hace un tiempo asunto de ir mezclando las vidas de los personajes para llegar a un grand finale.
Estimulante. Pues eso

La verdad es que no entiendo algunas de las críticas que se hacen a esta película. Bueno, para empezar la más trillada, lo asqueroso que es el cine español en general, que no hay más que sexo y drogas y blablabla... No lo comprendo, si no te gusta el cine español y piensas eso de él, para qué vas a ver una película que ya en su promoción te está diciendo que va de una sobredosis de sexo y drogas. Qué esperabas cuando fuiste al cine o cuando enchufaste el DVD. Es como la crónica de una crítica anunciada.

Luego están los que dicen que no cuenta nada, que es simplemente el relato de una noche de excesos y la resaca del día siguiente. Bueno, y qué. No sería la primera película aclamada por la crítica que habla de noches de excesos. No comprendo por qué razón esto le resta valor, sinceramente. Otra cosa es que el tema no te interese, pero entonces volvemos al punto primero, para qué vas. La promoción y las sinopsis no engañan, va de lo que va. Si no quieres ver cómo unos tipos se ponen hasta el culo y van degenerando a lo largo de una noche hasta caer en el más completo patetismo, pues escoge otra peli o coge un libro o ponte a jugar con la play. Sigo con este asunto en el spoiler por falta de espacio.


Por último, mis recomendaciones. Para los detractores a muerte del cine español y para los obsesos por el sexo y las drogas en el cine, abstinencia total de ir a ver este tipo de pelis. Por favor, sólo se van a llevar un sofocón más que añadir a la larga lista de los que ya llevan.

Al resto del personal probablemente les resultará interesante, les podrá conmover más o menos pero creo que al menos sabrán ver que es una historia rodada con honestidad y bastante buen hacer. Coincido con alguien que ha comentado por ahí que si no fuera española probablemente estaría rodando por los circuitos alternativos y ganando premios por ahí. En fin, qué le vamos a hacer, somos así.