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56 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Aventuras en la selva
Excelente dentro de su género y expectativas, "Cuando ruge la marabunta" es una película de aventuras de toda la vida, de esas para verla un fin de semana tranquilo y quedarte pegada al televisor. Tiene todo lo que debe tener: paisajes exóticos, escenarios coloniales, su toque antropológico... para narrar la epopeya del hombre que intenta dominar la naturaleza (humana y de la otra). Todo eso a un ritmo sostenido e in crescendo que combina a la perfección la trama "catastrófica" con la romántica, en la que la caracterización de los personajes está mucho más conseguida y menos encorsetada que en otras películas del género.
Mención aparte para el fabuloso duelo entre Heston, bastante joven, varonil y reprimido, y la elegantísima y turbadora Eleanor Parker, que quizá nunca estuvo mejor. Para la historia quedan sus conversaciones alrededor y sobre los pianos...
Una de esas joyas "menores" que ví de niña y me gustan más ahora.
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66 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Melodrama en contexto aventurero
Pese a lo que pueda parecer, "Cuando ruge la marabunta" es un melodrama camuflado dentro del género de aventuras en la selva amazónica, ya que carece del dinamismo de otras películas similares (sólo se acelera un poco el ritmo en la parte final, con el ataque de las hormigas).
Sin embargo, hay que reconocer que la dirección es correcta y las interpretaciones, excelentes. Eleanor Parker, bellísima y con una sensualidad muy elegante - con una enorme carga, casi sexual, para la época de la que hablamos -, capaz de dominar el arrogante y hermético carácter del personaje de Charlton Heston, un actor que siempre ha demostrado un gran carisma en pantalla y que borda a ese rico terrateniente ambicioso, solitario y poco acostumbrado al trato con mujeres, pese a que las desee como extensión de sus dominios.
Además, la puesta en escena destaca especialmente por esa rígida y demasiado formalista relación entre el matrimonio por poderes de los protagonistas.
Por último, como curiosidad, decir que el mayordomo de Heston está interpretado por un actor del que nadie conocerá su nombre, pero que identificaremos enseguida por su rol del sheik Ilderin en la oscarizada "Ben-Hur".
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31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¡No negociaremos con hormigas!
Las hormigas son un mero telón de fondo para el bonito e interesante duelo de personalidades que brindan Charlton Heston y Eleanor Parker en el borde de la selva sudamericana. Él, un terrateniente forjado a sí mismo acostumbrado a ser el primero en todo. Ella, una joven que acepta casarse con él sin haberlo visto nunca abandonando la civilización por la vida tropical. Un choque de estilos que es sin duda lo más interesante (o más bien lo único) que se puede ver en la película.

Lo de las hormigas ocurre en el último tercio y para ser de cuando es no está mal hecho, pero lo relevante es lo ya comentado, los diálogos entre los dos protagonistas, que van desde la decepción inicial hasta la aceptación y comprensión mutua con algunas frases gloriosas.

Por otra parte hay gente que se queja de que la película es racista y machista y demás. Deben necesitar desayunar All-Bran o algo porque que yo sepa en 1900 la sociedad era claramente machista y, sobretodo en las colonias, racista. Si hay hasta quien habla de censurar y volver a los rombos...

Algunos necesitan una buena marabunta.
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28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La unión hace la fuerza
Un clásico poco valorado. Tenemos al ex presidente de la Asociación Nacional del Rifle, Charlton Heston, a Cannon detective, a Eleanor, un puñado de nativos y a millones de hormigas furiosas. Alguien les ha dicho que la unión hace la fuerza ¿Dónde nos llevarán estos personajes tan dispares encontrados en mitad de la selva?

Indudablemente hay que leer entre líneas para saber la respuesta.

No son las hormigas el centro de atención. Observo que alguno demuestra cierta decepción porque las hormigas no cumplen el papel protagonista con absoluta contundencia. Pero es que esto es lógico, lo que verdaderamente arrasa en la historia son los celos del señor hacendado al enterarse que ella, su mujer por poderes, había estado ya casada.

La clave de la película son los celos. Sus celos actúan como una marabunta, le invaden por todas partes, le invaden y le devoran.

Este caso está perfectamente estudiado por el eminente profesor Sr. Proust. (“Discurso sobre las Implicaciones filosóficas del Estructuralismo Espiritual”, Marcelo Proust, año 1900, comentado por él mismo a las orillas del Sena, a punto de caer al río estando beodo después de beberse 2 botellas de pernod [varios testigos]).

Y como expresión de esos celos, está el piano. Las hormigas no son más que un complemento anecdótico para llegar al descubrimiento. El piano sin usar que se trajo el señor hacendado río arriba tan cuidadosamente y que ella toca tan bien es el verdadero fondo de la película. Llegarán al entendimiento cuando él comprenda que el piano suena mejor cuando ha sido usado.

Entonces veremos todos que el amor hay que usarlo para que valga la pena. (Pensamientos de Herber Spencer antes de gritar: "¡Dios mío, me he tirado a la criada!" Herber Spencer. “Principio del estado simple a lo complejo”, 1889)
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26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Fantaseando
Vaya pareja de guapos entre los guapos. Mis ojos, ya se sabe, se quedan absortos en el soberbio Charlton Heston, orgulloso, fuerte, de barbilla erguida y piernas abiertas. Claro que ella no se queda atrás: Eleanor Parker, la pelirroja más bella de Hollywood. Alguien la ha calificado de «turbadora», y creo que la palabra le encaja de maravilla. En fin, que con tanto atractivo en medio de la selva, normal que hasta las hormigas salgan como locas de sus escondites en dirección a la mansión Leiningen para comerse enteritos a estos dos.

Es verdad que «Cuando ruge la marabunta» tiene un estilo como muy aguado, rudimentario, con guión incluido que mezcla un poco sin ton ni son el romanticismo con la aventura, aunque admito que la parte de las hormigas me tiene más bien sin cuidado. Porque a mi lo que me interesa es el matrimonio Leiningen, que es lo importante, ¿o no?

Voy a confesar, además, así como a media voz, que el planteamiento me parece de lo más morboso, y es en esto donde radica el éxito de la película. La fantasía del apuesto desconocido está elevado aquí a su máxima potencia. Un desconocido al otro lado del mundo, valiente, poderoso y con la sensibilidad suficiente como para expresar su soledad y sus anhelos en largas cartas dirigidas su querido hermano. Pues, claro, la buena de Joanna empieza a imaginar, a idealizar, y va y medio se enamora de ese hombre sin rostro que, a la postre, resulta ser ni más ni menos que Charlton Heston. ¡Ah!, pero eso ella no lo sabe, y sólo lo sabrá cuando aparezca en su dormitorio, ya entrada la noche, con la ropa sudada, las botas de barro y el sombrero sobre la frente. Y Joanna, tan «asustadiza» que es según cómo se la mire, tiembla de anticipación ante ese desconocido, por fin presente, que es, a pesar de no haberse hablado, ni visto, ni sentido, su esposo, con todo lo que eso conlleva. El morbo, digo yo, que es evidente.

Es que me apasiona la situación, y comprendo y compadezco los celos amargos de Christopher, así como la impotencia de Joanna ante un fracaso que le duele, más allá de correcciones feministas o machistas. Porque esto es un juego ancestral y primitivo; un juego de seducciones y sugestión, donde hombre y mujer tendrán que aprender a amar y a afrontar sus miedos. Cuanta intensidad.

Una de esas pelis que no me canso de ver ni de disfrutar. Irresistible.
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23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Poder destructor
Película de aventuras de la época dorada de Hollywood, en la línea de otras grandes como "Mogambo", y "Las nieves del Kilimanjaro", aunque sensiblemente inferior. Dedica gran parte del metraje a la extraña y tensa relación entre un espléndido Charlton Heston y una bellísima Eleanor Parker. La parte de acción queda muy reducida a la parte final de la cinta.
Algunos críticos deberían dejar sus aires de charlatán cómico para programas de televisión (centrar toda una crítica de 50 líneas en que no es créible que Heston sea virgen a los 40, me parece simplemente de baja capacidad mental, y peor me parece que esa crítica le parezca útil a muchas personas), y dejar esto a los que de verdad quieren hablar de cine.
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24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
ROMANCE Y AVENTURA DE PRIMERA
Pocas son las películas de aventuras que nos gustaron mucho en la infancia y que vistas de nuevo treinta años después nos vuelven a entusiasmar. Entre esas pocas privilegiadas está "Cuando ruge la marabunta". Su vigencia se asienta sobre tres pilares fundamentales: el primero: un guión excelente que desarrolla de manera impecable los vaivenes de la relación entre los protagonistas. El segundo: actuaciones muy buenas de Charlton Heston que se preparaba para sus grandes papeles en Los Diez Mandamientos y Ben Hur, y una Eleanor Parker en la cima de su belleza. El tercero: la historia es muy entretenida y está muy bien llevada por el director Byron Haskin que era un especialista en efectos especiales. Como plus tenemos un Technicolor de lujo. Algunas críticas subidas a la página se quejan de situaciones que consideran absurdos como la posición de Heston de hombre recluído en la selva sin contacto con mujer alguna o la de Parker casándose por poder. Les contesto: la realidad muchas veces supera a la ficción (para mí la historia, aunque insólita sí es posible), y esta película ha pasado el filtro de la generación del Siglo XXI ya que mis hijos de 13, 15, 17 y 19 años han disfrutado de ella 61 años después de que fuera estrenada y no escuché ninguna crítica.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Cuando las películas eran así de estilizadas.
El cine americano de los grandes estudios siempre tuvo un punto de estilización estética. La pretensión de realismo es algo que se impuso a partir de los sesenta, con la decadencia de esos grandes estudios. Hasta entonces, las películas parecían eso, películas.
También, como ahora, los estudios daban al público lo que este demandaba. En este caso, un escenario exótico (la selva brasileña), un romance apasionado, una situación de peligro y un par de estrellas: el pétreo Heston, esforzado colono y rico hacendado, y la flamígera Parker, mujer hermosa y experimentada. Casados por poderes, sin conocerse, su relación ha de enfrentarse a la arrogancia de él, que exige que todo aquello que posee llegue hasta sus manos sin desprecintar. Y ella está desprecintada.
Seguro que el público de los cincuenta, incluidas las mujeres, no se sintió molesto por el hoy ofensivo machismo del personaje de Heston. Y aunque en estos sesenta años ha pasado mucha agua bajo los puentes, todos seguimos siendo hijos de los prejuicios de nuestra época y la humanidad de dentro de sesenta años nos mirará con la misma condescendencia y pensarán: “Que antiguos, los pobres”.
Por lo demás, me encantan estas películas en las que los estilizados decorados “cantan”. Entre los paisajes captados por la segunda unidad y proyectados en transparencia cuando aparecen los protagonistas, sets de rodaje al aire libre diseñados por el competente equipo artístico, e interiores rodados en decorados de estudio con una iluminación artificial, es muy probable que las estrellas no llegasen a pisar la selva. Y yo asumo, encantado, todas estas inocentes convenciones porque sólo quiero pasar un rato entretenido. Y lo consigo.
Resaltar que un hombro de la Parker resulta más perturbador que Sharon Stone cruzando las piernas. Es lo que tenía tanta represión.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Lo viejo y lo nuevo
Usted se casa por poderes y, al conocer al fin a su nuevo cónyuge, se encuentra con Eleanor Parker en todo su esplendor. Y no digamos con Charlton Heston. Usted no se creería su suerte, admítalo.

Véamoslos más de cerca. Ella aguanta con espíritu deportivo todas las memeces que le dice él y le sobran recursos para burlarse: “Es usted especialista en descerrajar puertas”. Pero con toda su inteligencia y toda su intuición y todas sus inocentes metáforas sobre pianos, al final se nos muestra claramente que lo que funde al gran simio padre protector de sus esclavos es, como de costumbre, el hombro blanquísimo de la arrebatadora Eleanor ofreciéndose astutamente para la crema anti bichos. Sólo se echa a faltar un buen “es usted una mujer con arrestos” y no digamos un “estás muy bella cuando te enfadas”.

Y él se nos presenta como el self-made macho que lo ha ganado todo a pulso (robado a la tierra, afirma) y que sólo admite sumisión y agradecimiento por quitar el pelo de la dehesa a los pobres indígenas, una visión que recuerda enseguida al timorato Leslie Howard cuando con rictus de ensoñación añoraba los viejos tiempos de los negros acudiendo felices y cantando a la plantación. Aparte de esto, reconocemos enseguida al gran Charlton cuando tira la puerta de la bella abajo en una de las entradas en campo más testiculares que se recuerdan. Cómo nos gustaría caer en sus brazos si no los tuviera llenos de rifles.

Del resto, nuestro entrañable Canon (Conrad) que es la voz cabal que se ocupa una y otra vez de anunciar los peligros (“¡la marabunta!”). Forma con Heston una divertida pareja, como cuando salen de las tiendas alertados sin saber que el animal o humano agresor huyó despavorido al verlos con sus pantalones cortos y sus calcetines largos que a Conrad le confieren un cierto aspecto del Toby de la pequeña Lulú.

Y, cómo no, las hormigas, que engullen todo a su paso y se muestran como un brazo ejecutor y vengativo (descarnan al malo repulsivo). A Heston le debieron sin duda traer recuerdos de la masacre del mar Rojo.

Pero he aquí que, superado todo esto, lo que es claro es que en estas películas no queremos que reaccionen como una agencia pública de políticas de igualdad, para eso está nuestra capacidad de discernimiento y nuestra educación, del mismo modo que no necesitamos moderneces ni reacciones correctas de un mundo 50 años posterior.

En realidad, si lo piensas bien, es complejo saber por qué nos gustan estas películas. O a lo mejor es bien sencillo: un escenario insólito con extraña boda por poderes de dos estrellas en plenitud y una marabunta en la selva, ritmo, acción, exotismo, amores…ah, el gran cinema.
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17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La marabunta
La película es un aunténtico placer para todos los públicos. Un grandísimo actor, una maravillosa mujer que hace el papel de su vida, un paisaje exótico, y una amenaza apocaliptica, la marabunta. También nos deja una reflexión, el hombre que quiere dominar la naturaleza a su antojo caracterizada por Heston y la metáfora de la destrucción de la propia naturaleza, caracterizada por la marabunta.
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15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EN FORMA DE PELÍCULA
Quiero casarme por poderes y descubrir que mi esposo es Charlton Heston. Tan guapo, tan rico, tan arrogante y tan poderoso que todas las mujeres me envidiarán.
Y con ese punto de grosería que me permitirá, durante los próximos años, esforzarme mucho para hacerle cambiar.

Bromas aparte, la película es magnífica y de un calado psicológico tan sobresaliente que durante la primera hora propone un auténtico manual de relaciones personales sin pronunciar una cita culta ni un apunte libresco.

La siguiente media hora matiza los conceptos, verifica las sospechas, subsana los errores, ilumina las sombras, enuncia las claves y formula los axiomas.

Al final llega la marabunta y ella determina los márgenes por lo que el destino encontrará su camino.

Ese es el proyecto de la vida.

Contado en forma de película hasta parece natural que sea así.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
¿Clásicos?
No suelo coincidir con la mayoría de espectadores opinando sobre el séptimo arte.
Reconozco que me gusta un género algo peculiar, pero con certeza, aún siendo así ¿por qué consideran algunas películas clásicos? al menos películas como ésta.

Una película absurda que han utilizado 1 hora de amor/odio entre los personajes principales ansiando que saliese la dichosa marabunta, y media hora después, cuando consiguen salir las hormigas villanas sacadas de Krypton con una capacidad de pensar muy inteligente, resulta que en el desenlace del proyecto, así sin más, se convierten en incompetentes insectos derrotados por un macho alfa. Y, por ser del 54 y protagonizado por 2 renombres del cine ¿ya se hace un clásico? really?

Imagen, música... Este filme está realizado por intérpretes anónimos y es valorada con un 4 máximo (por mi parte, puntuada con un 4 por el papel de los indígenas).

En fin, mi ignorancia por películas que se hacen famosas por clichés me impide hacer una crítica positiva hacia las mismas, lo siento.
Opino, siempre humildemente, que yo considero clásicos películas como: "Metrópolis", "Los siete samuráis", "Tiempos modernos", "Psicosis", "La pasión de Juana de Arco" entre otras por su particular e insólito contenido que hace que se convierta en una inusitada cinta.
Para elegir matar a la muchedumbre ya tengo la de "El ataque de los tomates asesinos" donde al menos te echas unas risas.

Saludos.
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20 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Por favor, esto es un clásico
Maravillosa pelicula, en la que coexisten aventura, pasión y romanticismo. De verdad que mister Heston era digno de admirar, y me importa un rábano los melacojoconpapeldefumar con tonterías como si que es que es demasiado macho. Ole, ole y ole. Que poses, que perfil, que espaldas...y que me decís de su magnifica contraria: Eleanor Parker. Que guapa y que clase. Es una de mis actrices preferidas. Su vestuario sencillamente maravilloso y de altísimo voltaje, al igual que las escenas entre los protas.
Luego, el tecnicolor, fantástico.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El dominio del hombre sobre la naturaleza
El propietario de una gran plantación, casado por poderes para preservar su imperio en la jungla sudamericana, se enfrenta a la amenaza de una marabunta que viene arrasando la región.

Lo mejor de Byron Haskin y todo un clásico del cine de aventuras exóticas. Trama romántica y trama catastrofista se complementan convenientemente, en lo que puede verse como una metáfora del dominio del hombre sobre la naturaleza. Protagonizan un arrogante Charlton Heston y una refinada Eleanor Parker.



"Si supiese más de música, se daría cuenta de que un piano suena mejor cuando se ha tocado."
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Los problemas con el jardín de los colones anglosajones.
Tal y como se ha dicho ya, es cierto que “Cuando ruge la marabunta” ha envejecido bastante mal, pero ya no sólo por los efectos especiales o porque la relación hombre-mujer resulte indignante. No, todo eso es lo de menos.

Lo que sí importa es el sentido colonial de estos norteamericanos en la selva amazónica brasileña resolviendo los problemas de la pobre gente. Es una película que recoge claramente ese sentido de la doctrina Monroe de “América para los americanos”, se entiendo que para los anglosajones, blancos y protestantes claro está. Visionar esta obra supone constatar aquello de que todo lo que está más allá de Río Grande es el patio trasero de los EE.UU. Ver como se alteran ríos, se construye en medio de la selva, se contratan o se despide mano de obra... todo ello sin la opinión de las autoridades locales resulta bochornoso.

Es más, los brasileños aparecen como auténticos micos que sin fuerza ni ingenio deben esperar a que el Tarzán blanco Heston pueda ayudarles a salvarse del desastre final. Y es que la década de los 50 es la década del cine de aventuras colonial con mucha diferencia –no hace decir que por ejemplo hay decenas de películas sobre la India-, y esto es doblemente curioso ya que es la década de la descolonización en todo el Tercer Mundo y a priori los norteamericanos sus paladines en Naciones Unidas. Pero Hollywood sigue otro rollo. Recapacitemos. ¿Para qué aparece el extranjero en las películas americanas? Sólo para dos cosas: Primera. Como lugar exótico y marco geográfico donde desarrollar una historia de amor entre dos estadounidenses o bien como sinónimo de peligro. Un norteamericano fuera de su país supone para ellos un motivo de riesgo y seguro que lo van a intentar matar. Esto explica que el 95% de los estadounidenses no tengan pasaporte y nunca hayan viajado al extranjero.

En “Cuando ruge la marabunta” se dan las dos opciones; es por un lado un escenario para que se desarrolle la historia de amor de una bellísima Eleanor Parker con el superhombre Charlton Heston, que por otra parte le queda el papel de terrateniente de miedo claro está. Y por otro supone el peligro de que quieran las benditas hormigas (animal más inteligente, trabajador y fascinante en la naturaleza es difícil de encontrar) arrebatarle la finca al señor que como él mismo dice antes había la nada –menudo caradura- y de paso poder salvar a los pobres nativos para que sigan trabajando como esclavos en la haciendo del señorito de sol a sol porque es lo mejor que les puede pasar.

Desde el punto de vista cinematográfico la cosa tampoco mejora. El director Byron Haskin (“De la Tierra a la Luna”, “Las aventuras de Simbad”) no sabe combinar con destreza el drama y la aventura y lo que hace es dedicar tres cuartas partes a lo primero y el último cuarto a la acción, cuando de lo que se trataba era de saber complementarlo, cosa que no ocurre.
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31 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Porqué todos los chavales queríamos ser como Charlton Heston
Mítico actor para los que conocimos la televisión de dos cadenas y tuvimos un aparato de televisión en B/N muchos años. De niño, sabía que una película protagonizada por Charlton Heston era sinónimo de acción y aventura garantizada. ¡Si hasta ha sido homenajeado por Los Nikis!

"Cuando ruge la marabunta" es un título legendario en esto del género de aventuras. Un clásico, por mucho que les moleste a los gafapastas. Porque el cine también es entretenimiento. Y Haskin logró con este filme entretener y asustar al mismo tiempo. Un héroe y su gente rodeado por el enemigo en un lugar selvático. Podría ser "La jungla en armas" donde quien es rodea son los malvados moros filipinos, o podría ser Khartoum en el Sudán, rodeados por las huestes de El Mahdi. Pero no, quién los sitia es un ejército kilométrico de voraces hormigas. Por en medio, tendremos la típica trama colonial y selvática, con el explotador "bueno" que trata a los nativos con cierta humanidad -creo "recordar" que la esclavitud se abolió en Brasil algún siglo atrás - y también un tórrido romance con una espectacular pelirroja, de ésas que ahora borran de las producciones por mor de la diversidad.

Película homenajeada por los Siniestro Total, siempre gozará del prestigio de cine palomitero para varias generaciones. Y sí, hay cosas de esas que harán que los progres y wokistas echen espumarajos por la boca y caigan al suelo entre tremendas convulsiones: el salvador blanco, la superioridad moral occidental, el white washing para muchos de los figurantes que hacen de indios, unas costumbres inventadas y ambiente polinesio, con conchas de mar como objetos de comunicación ¡En el Amazonas!¡Lejísimos de la costa!, aparte de llevar pareos y subirse a palmeras. Parece que en la ambientación se equivocaron unos miles de kilómetros.

Un aspecto gracioso es que el personaje de Heston ha comprado, por correo, todos los cachivaches que tiene en su plantación ¿Este fue el origen de Amazon? Amazon en el Amazonas ¡Heston inventó Amazon!

Lo dicho. Un placer nada culpable. No somos tan estirados como Scorsese, que la ve a escondidas de sus fans gafapásticos. Disfrutemos de como se comporta un hombre de verdad, que también los hay, aunque están en vías de extinción.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Eleanor no tiene chirukas.
Voy a ser sincero: he alquilado la película única y exclusivamente por los títulos de crédito. Quería escuchar a ese españolito de los años 50 que entonaba el título con voz grave. Eso es cine para mí. Es la entrada a un mundo lleno de fantasía, aventuras, luz, música y color. Esta era la película perfecta para ello, pues es este y no otro, el mejor título de la historia del cine. Ese mundo me lo iba a proporcionar oníricamente la siesta que tenía bien planeada: dormir desde el primer plano hasta que llegasen las hormigas. Pero la voz del señor no ha aparecido, lástima. A cambio me he llevado una grata sorpresa: el músico. La música es de un tal Daniele Amfitheatrof. ¿Cómo se puede apedillar alguien Anfiteatro? Pensando apellidos grandiosos he dormido plácidamente, tal vez no he entrado en ese mundo de color que esperaba, pero entre Julián Tribuna, Esteban Patiodebutacas y Guillermo Filadelosmancos, he descansado a gusto hasta que el gordito con gorro de explorador me ha despertado con su grito "¡es la marabunta! Qué grande. Además, cuando ya pensaba que la teoría de elminino iba a fallar, Byron Haskin nos regala un hermosísimo plano final del pecho palomo de Heston. Qué grande.
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30 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Hormigas en acción
Parece mentira lo que pueden hacer unas pequeñas hormigas. La película es capaz de mantener un alto suspense detrás de la vaga amenaza de la marabunta que poco a poco se va haciendo mas real.
Notable película que no ha envejecido nada mal.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Hormigas asesinas y Eleanor Parker deslumbrando
En la década de los cincuenta, el modelo: historia de aventuras en un paraje exótico, con pareja de actores atractivos, fue una fórmula repetida.
La trama está basada en el furibundo ataque de la marabunta, que no deja títere con cabeza allá por donde pasa. La película, pero, es algo más; una guerra de sexos, un duelo entre Cristopher Leiningen y su esposa. El acaudalado terrateniente, un hombre rudo, machista e insensible, sucumbe ante la radiante belleza de Eleanor Parker, (difícilmente se puede estar más guapa en pantalla), a medida que la va conociendo, hasta que se rinde ante ella, al untarle la espalda con un ungüento antiparasitario.
La tensión entre ambos se hace patente en varias escenas, demostrando que con un buen guión, no es preciso ser explícito, como suele suceder en las producciones actuales. La metáfora: "Un piano que ya se ha tocado suena mejor", está a la altura del famoso diálogo de "Espartaco", donde se hablaba de "ostras y caracoles".
Ella está señorial y divina, Heston solvente como siempre, en un papel sin sonrisas, lleno de inseguridades y amargura.
Una cinta altamente recomendable, colorista, amena y temo que injustamente infravalorada.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Amor, drama, aventuras y mucha emoción en el tramo final
Byron Haskin, un reputado director, un artesano en el mejor sentido y experto en efectos especiales, de los clásicos del Hollywood dorado muy de pelis de aventuras, dedide en 1954 acometer este melodrama tintado de cine de aventuras, con un excelente guión de Philip Yordan y Ranald MacDougall y Maddow, adaptación del relato “Leiningen Versus the Ants” de Carl Stephenson. Cuenta la cinta la interesante historia en la cual un rudo terrateniente de una plantación cafetera en Colombia llamado Christopher Leiningen (Charlton Heston), corre el año 1901, decide contraer matrimonio por poderes con una hermosa mujer, Joanna (Eleanor Parker). Leiningen ha construido una mansión e intenta convertir su territorio en un espacio único. Desde el comienzo la relación entre ambos personajes resulta tormentosa, por la dificultad de ella para adaptarse a la brusquedad de su esposo y a las costumbres de los nativos. Todo ello se entremezcla con una invasión de hormigas predadoras y asesinas que amenazan la hacienda, los cultivos y la propia supervivencia.

La película no tiene desperdicio pues da un poco de todo y en las dosis justas: aventura, amor, drama, lucha contra la naturaleza o el tema de la ambición y el arrojo de un hombre hecho a sí mismo y dispuesto a cualquier cosa para defender su vida, su matrimonio y su hacienda.

Los actores están sobresalientes: espléndido y sobrado un joven, carismático y atractivo Heston, un hombre viril, desmañado, fuerte, desmedido. La sugestiva y bella Eleanor Parker, pelo cobrizo y unos ojos verdes de mirada penetrante: dulce, pícara, curiosa e inteligente. Sin olvidar a un eficiente William Conrad en el rol de comisario. Ernest Laszlo es el responsable de una estupenda fotografía y Daniele Amfitheatrof es autor de la música.

Es una obra muy emocionante. No puedo olvidar cuando la vi por vez primera en mi infancia. Con un ritmo in crescendo que sube de intensidad en la parte final, cuando ataca la marabunta (¡oh! ¡Qué súper miedo!), la imagen atroz e inovidable de una inmensa plaga de hormigas gigantes y voraces que hacen un ruido atronador; hormigas que avanzan de forma inmisericorde destrozando y arrasando cuanto encuentran a su paso provocando el pánico entre los nativos.

Como decía, muy intenso. Es justamente la amenaza de las hormigas lo que convierte esta historia de amor en una aventura llena de momentos dramáticos.

Película recomendable, entretenida y emocionante a todo nivel. Un clásico que no fue valorado en su justa medida.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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