42 Críticas de los usuarios

Calificar a esta película de "terror" es exagerar. No hay nada que aterrorice y te haga apretar el esfínter anal, pero ni remotamente.

Se deja ver, pero la trama está cogida con pinzas. Hay demasiadas cosas que tienes que aceptar "porque sí", haciendo un acto de fe. También hay muchas contradicciones en la historia. Deberían de haber pulido los detalles, para que hubiese quedado un guión más cohesionado.

Para echar el rato.

Esta película es curiosa por muchos motivos, ya no que sea una cinta de ciencia ficción densa, peculiar y, por supuesto original, si no que además forma parte de una especie de saga junto a los dos títulos anteriores de sus directores. Estos son Resolution (2012) y Springs (2014), quienes junto a The Endless explican un universo igual que el nuestro excepto por pequeñas diferencias, maldiciones secretas que le ocurren a la gente que hacen de aquél, un mundo totalmente mágico. No se descarta que hayan aún más entregas contando nuevos horizontes.

Dos hermanos viven en un diminuto apartamento en Los Ángeles. Un día reciben una cinta de video con una presentación de la secta donde convivieron en su infancia y de la que huyeron al crecer. Deciden volver unos pocos días para cerrar esa etapa de sus vidas.

Como ya he dicho, es una cinta mayormente de ciencia ficción, con algunos toques de terror desconcertante y episodios de comedia bastante peculiares. Y lo que prima no es el misterio implícito que se va desgranando a cada minuto, si no la relación entre los dos hermanos y como cada uno reacciona ante los acontecimientos y tesituras. Es una película con un presupuesto reducidísimo que se nota en algunos momentos en los que los efectos especiales campan por la pantalla, pero es un auténtico milagro que con esa cantidad hayan logrado contar una historia tan grande como el universo mismo. Con sus trucos, insinuando sin mostrar y dejar que el espectador rellene los agujeros. Es una cinta inteligente que trata de la misma manera a su público que si este logra entrar en el juego que The Endless propone encontrará un ejercicio filosófico de altura.

Y es que este proyecto, junto a los dos anteriormente mencionados, es obra de sus dos directores, quienes también están escribiendo, controlando la fotografía, produciendo, montando y protagonizando la cinta, pues no pasa una sola escena en la que no esté por lo menos uno de los dos. Aún así es una cinta bastante coral, mostrándonos personajes y sus historias (nuevamente, llevando de la mano al espectador para que éste reconstruya el suceso). En los puntos negativos podríamos comentar lo extraño de su ritmo, ofreciendo a gran velocidad respuestas, a la par que el enigma se iba haciendo más grande para luego pasar a escenas de transición demasiado largas con escaso contenido que enfrían el interés, y aunque después remonte de nuevo una mejor manipulación del ritmo hubiera hecho de este largometraje algo totalmente redondo.

Recomiendo a esta cinta al espectador que no le asusta lo sesudo y filosófico frente a lo efectista y sencillo. Los anteriores trabajos de sus directores también son interesantes aunque, en mi opinión, este es su mejor trabajo hasta la fecha. Predestination (2014) y Triangle (2009) tienen puntos similares a The Endless en mayor o menor medida.

http://www.terrorweekend.com/2018/05/el-infinito-review.html

Tenía muchas expectativas con esta película, después de haber visto la extrañable y querible Spring, que combinaba el terror con lo romántico en una forma más que satisfactoria.
Lamentablemente en esta película le erraron feo.
Mezclaron temas como sectas, misterios paranormales, cintas de de video de extraña procedencia, castraciones, escritos de Lovecraft, de una forma confusa y morosa.
Justin Benson y Aaron Moorhead, posiblemente con una autoestima demasiada alta, la dirigieron, escribieron y actuaron, con lo que creo quisieron abarcar más que sus capacidades les daba.
La fotografía blanquecina, poco nítida, como de aficionado.
Las actuaciones, muy flojas, empezando por Benson y Moorhead, cuyo protagonismo les queda muy grande.
El guion tampoco ayuda mucho, con diálogos imposibles y situaciones ridículas.
Los efectos especiales son muy pobres, y no es excusa la falta de medios, hoy en día con buenas ideas y un poco de ingenio se puede lograr cosas más dignas.
El principio puede generar algo de intriga, pero cuando uno se da cuenta por donde va la película, uno piensa si no hubiese sido preferible ir a tomar un café con amigos en vez de estar perdiendo el tiempo en esto.
En fin, lamento este pasó en falso de estos directores. Espero que en el futuro encuentren la buena senda.
Si desean ver películas de sectas vean La invitación de Karyn Kusami o The sacrament de Ti West , ambas excelentes.

Lo mejor: la intriga del principio.
Lo peor: las expectativas que habían generado con su anterior película, fueron totalmente defraudas.
La escena: ninguna destacable

Le he puesto un 9 a la última película de Justin Benson y Aaron Moorhead no exactamente porque sea una gran película, sino por su capacidad de tener imaginación para contarnos esta extraña historia de dos hermanos que parten a un viaje de redescubrimiento.

Llena de ideas, de giros y locuras, nos sumerge y atrapa con sus imágenes hipnóticas que nos pone a pensar en conceptos como los viajes astrales, los loops temporales, y los viajes en el tiempo, de manera muy creativa.

La única pega es que no se toma el trabajo de explicar muchas cosas, aunque hay que entender que de hacerlo, se volvería algo aburrido. Así que es mejor relajarse, disfrutar del viaje y dejar las disertaciones y preguntas para cuando salgamos del cine. Se las recomiendo. No es una película fácil por su propuesta que es una mezcla de cine de ciencia ficción y thriller, pero sí muy entretenida. Se da el lujo de hacer humor y reírse de si misma.

Francamente interesante film estadounidense a cargo de una joven pareja de realizadores, que demuestran imaginación y ganas de ir algo más allá de lo trillado en el cine actual del género fantástico. Otra cosa es que convenzan.
Y es que debo confesar que a mi personalmente no me ha convencido ni gustado mucho que digamos. Puede que haya sido por haberla visto a horas algo avanzadas habiendo madrugado mucho o por el cansancio propio de la jornada laboral.
El caso es que la historia está bien y hay momentos, sobre todo en la primera media hora, atractivas y muy sugestivas. Sin embargo creo que luego resulta alambicada, con demasiadas ideas. Un popurrí de sensaciones donde las realidades y fantasías metafísicas se dan la mano con no demasiada habilidad.
Los elementos humorísticos, que los hay, están conseguidos, con fina ironía y no poca sorda sorna (el dichoso bucle). Pero en líneas generales a mi me ha agotado un tanto, deseando que finalizara, no en vano es larga en metraje y se me hecho ídem.
Creo que se me hace necesaria una segunda visión para comprenderla mejor... aunque mejor cuando hayan pasado algunos años, que ahora no me quedan ganas por pasar por lo mismo, francamente. La verdad es que me ha requerido un gran esfuerzo su visión. ¿Por qué?

https://filmsencajatonta.blogspot.com.es

Traduttore, traditore. No es lo mismo infinito que no tener final, hay matices sobre los que uno puede elucubrar. Porque precisamente de eso va The endless, de una divagación metafísica que deambula por unos personajes atrapados en un hueco muy concreto de sus respectivas existencias, quedando éstas reducidas a unos acontecimientos repetidos, reincidentes y sin término (endless). Pero algo sin final no es necesariamente infinito, en cualquier momento una maniobra, un suceso, unas circunstancias precisas o quizás simplemente la voluntad pueden romper un bucle que se antoja inquebrantable. O tal vez, no. Depende.

Con otros modos, cargados de una cierta trascendencia intelectual, aunque no exenta de cierto humor, la trama de The endless reproduce una especie de "día de la marmota" a varias bandas cuyo ciclo repetitivo, según en qué personaje, dura semanas o, en alguno incluso, horas o sólo unos pocos segundos. Desde estas premisas y sin muchos antecedentes previos, abusando de hechos que se dan por conocidos e invocando como de paso a una inteligencia dominadora y superior, nos introducen en un enredo extraño y sugerente que comienza interesando y, poco a poco, va perdiendo fuelle hasta caer en una intriga bastante burda y resuelta de cualquier manera.

Tiene cierto interés, no obstante.

Me puse a ver esta película sin tener idea de nada. La terminé y empiezo a leer varias cosas y todo empieza a tener sentido.

Antes de leer, me quedé con la sensación de haber visto una película de final de carrera. De esas que haces con amigos o compañeros en un descampado para ver si queda algo resultón. Por supuesto el argumento sin sentido alguno se basa en meter todos los conceptos que puedas sin analizar si encajan (sectas, dioses oscuros, bucles temporales, ser o no ser...).
Pero como dije me puse a leer y todo cobró sentido.

Resulta que estos muchachos realizaron algo que debió tener éxito y ni cortos ni perezosos vieron todo su enorme potencial. Así que decidieron (atención aquí, la humildad por bandera) escribir, dirigir y protagonizar esta película. Con dos cojones, claro que sí.

Que esta pareja escriba y dirija su obra puede tener un pase (aunque con tantas cosas sin sentido alguno y otras tantas que ponen la respuesta en la imaginación del espectador... por mi que se jubilen) pero que además sean los protagonistas es de, como dijo el gran señor lobo, "no nos chupemos las pollas todavía".

Total, que los primeros 15 minutos tiene cierto interés de por donde tirará la cosa pero según pasan los minutos vamos a la nada más absoluta, la cual es aplaudida por ese pequeño sector de mentes brillantes que quieren hacernos creer que es una genialidad aunque solo les guste a ellos.

Definitivamente, el terror “indie” es terreno abonado para los tándems creativos. A dúos como los que forman Patrick Brice y Mark Duplass, responsables de las dos entregas —hasta la fecha— de la saga “Creep” (ídem, 2014 y 2017), o Jeremy Gillespie y Steven Konstanski, autores del desfase carpenteriano “The Void” (El vacío, 2016), se vienen a sumar —si bien esto último no es del todo cierto, pues en su haber ya figuraban “Resolution” (Resolución, 2012) y “Spring” (ídem, 2014)— Justin Benson y Aaron Moorhead con esta estupenda apología del bricolaje cinematográfico que supone “The Endless”.
Porque con mimbres modestísimos logran urdir una obra muy digna, incluso brillante por momentos, probando así que el talento no entiende de manirrotos dispendios presupuestarios. Antes al contrario, el sencillo —espartano, casi cartujo— diseño de producción contribuye a la atmósfera de irrealidad que envuelve ese “Campamento Arcadia” escenario de la historia y del que, en guiño primero buñueliano y después en la línea del horror cósmico lovecraftiano, parece no haber manera de salir. En efecto, la explicación basada en la existencia de bucles espacio-temporales sazona la película con un sugerente pellizco de ciencia-ficción, expuesto además con suma corrección, eludiendo incoherencias que pudieran devaluar las bondades de la, insisto que interesantísima, propuesta. Tampoco falta el componente humorístico, siempre refrescante. Aquí adopta la saludable forma del vacile entre hermanos, amigos, meros conocidos o extravagantes fulanos salidos de no se sabe bien dónde —bueno, sí: de su bucle respectivo—.
Benson y Moorhead llevan su condición de factótums hasta sus últimas consecuencias protagonizando la película que ellos mismos han escrito, dirigido y fotografiado. Contra todo pronóstico —esta sociedad nuestra de profesiones súper especializadas ha acabado por tornar sospechoso a quien sepa hacer más de una cosa—, sus interpretaciones no chirrían demasiado; lo cierto es que su trabajo no es peor que el de algunos de sus compañeros de reparto, los cuales, me figuro, sí se ganarán la vida como actores.
En fin, sólo por haber hecho realidad el sueño de tantos —rodar una película con tus colegas; en su caso ya llevan tres, y unos cuantos cortos también—, este par de cineastas sin complejos, ni dinero, ni maldita la falta que les hace, merecen que se les siga la pista muy de cerca.

He leído por aquí que a algunos se les ha hecho un poco... complicada de ver. A mí me ha hecho explosión el cerebro

Y es que no es una película sobre sectas, ni un thriller propiamente dicho, es.... el infinito. La idea de fondo me parece genial y no te cuenta nada, deja que lo vayas deduciendo y reconozco que me enganchó.

Mi explosión cerebral se debió al descubrimiento de un universo nuevo, el tiempo dentro del tiempo y la imposibilidad de salir de "tu" tiempo. Me ha dejado con ganas de más.

Es cierto que podría estar un poco más pulido el guión (el final parece no estar a la altura) pero entretiene y lo hace muy bien.

Paso a Spoilers.

De ritmo y tono atrapante y que saca un poco de allá, otro por acá de: ‘Another Earth‘, ‘Predestination‘, ”Triangle‘, ‘Lost‘, los directores Benson y Moorhead nos traen una peli flashera como solo ellos nos tienen acostumbrados después de la genial ‘Spring‘, que de hecho hasta se animan a hacer un crossover con ‘Resolution‘.

Dos hermanos viven en un diminuto apartamento en Los Ángeles. Un día reciben una cinta de video con una presentación de la secta donde convivieron en su infancia y de la que huyeron al crecer. Deciden volver unos pocos días para cerrar esa etapa de sus vidas.

No es un film para cualquiera, claro está, no esperes ver grandes efectos porque no hay presupuesto, ni que te expliquen mucho de la trama. De hecho si no te gustó hasta ahora el cine de estos flacos ni te gastes.

Es una cinta extraña que puede catalogarse como fantasía o ciencia ficción. El misterio es lo que más garpa, y te hace pensar bastante a tal punto que puede darte en ciertas escenas una pizca de terror.

Extraño, intrigante y original film de scifi y terror, en el que se mezclan conceptos tan dispares como entidades maléficas, anomalías espacio-temporales, sectas paganas, vida rural y segundas oportunidades en la vida. Todo ello, bien hilvanado por los dos directores, a su vez guionistas, intérpretes principales y creadores de efectos especiales. Jasón y Aaron confeccionan una historia compleja y poliédrica, llena de matices, donde el espectador debe aceptar el juego propuesto, ya que es una scifi sin grandes efectos. Si el espectador se implica en el film lo disfrutará, si busca el típico film de terrorcillo, no lo encontrará y se aburrirá. Ambos hermanos, como si fuese una buddie movie, deben buscar la manera de volver a su casa, viviendo una historia como si fuese la de un escape-room, reconstruyendo con diversas piezas que ocurre realmente.

Los personajes están muy trabajados, no son meros figurantes y tienen su importancia en el desarrollo argumental. No obstante no hay apenas nada lovecraftiano, tan solo la mención a los colores de esa amenaza omnipresente.

Vale la pena descubrir este film, pero no busques espectacularidad. Ésta reside en el guión.

Al empezar la película me despertó cierto interés pero ese interés se va desinflando poco a poco hasta que al final de la peli he acabado diciendo en voz alta: "pues vaya mojón". Creo que han querido meter demasiados elementos en la película pero nada tiene sentido, todo se ha metido sin calzador y "si cuela, cuela y si no me la pela".

El personaje del hermano pequeño se me ha hecho odioso y conforme va evolucionando la película va a peor, el chaval no tiene muchas luces y los diálogos que tiene están a ese nivel pero es que ese personaje en sí no tiene mucho sentido, no está trabajado.

Respecto a la estética, si dijeras que está muy cuidada pues lo mismo merece un poco más la pena, pero no, estéticamente es bastante normalita y los efectos especiales del final no están muy allá por lo que en general, mal. Nunca escribo críticas, pero creo que con esta película tenía que hacerlo, o quizás es solo para desahogarme un poco.

Película estadounidense de 2017 en la que se nos narra la historia de dos hermanos que se han criado en una secta deciden abandonarla. Ambos están en un proceso de desprogramación lo que les permitirá insertarse en la sociedad actual en la que no terminan de encajar . Uno parece que lo consigue, el otro parece que no, y quiere volver, al menos una vez, para despedirse.

Es como una pintura de arte contemporáneo, absurda, sin sentido, sin explicación, sin dificultad, sin calidad, sin argumento, es una secuencia de imágenes que no conducen a ninguna parte, conclusión o idea, sencillamente hazte el montaje en tu cabeza y concluye lo que te de la gana, yo pongo las imágenes y tu el resto, y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Tras su exitoso recorrido por distintos festivales, como el Festival de Sitges o el Festival de Tribeca en el año 2017 , el 29 de Junio se estrena en España El Infinito, la nueva película de Justin Benson y Aaron Moorhead (“VHS Viral”), en la que no sólo dirigen si no que también interpretan al dúo protagonista. Este largometraje relata la historia de dos hermanos que, 10 años después de escapar de una secta, deciden volver debido a una cinta de vídeo sobre aquella que han recibido misteriosamente en su apartamento. El resto del reparto lo componen, entre otros, Tate Ellington (“Sinister 2″), Callie Hernandez (“Blair Witch”) y Lew Temple (“Kidnap”).

El mundo de las sectas se alza como uno de los subgéneros de terror de mayor auge en los últimos tiempos. Películas como “La Invitación”, “Regresión” o la recién estrenada “Hereditary” tratan sobre ello, de forma más o menos superficial. El éxito es debido, en parte, a que no es un género tan sobrexplotado como son el slasher o las casas encantadas. El film que nos ocupa, El Infinito, se mete de lleno en dicho campo a través de los hermanos Smith incorporando además elementos de ciencia ficción o el thriller. No tanto de terror, aunque esté catalogada como tal.

El Infinito ha tenido un largo recorrido por distintos festivales internacionales donde ha cosechado críticas muy positivas, generando así unas altas expectativas en los espectadores que aún no habían podido disfrutar de la película. Estas expectativas son un arma de doble filo ya que, aunque provocan mucha expectación, es muy probable que no cumpla con lo que nosotros esperábamos ver. Eso es justamente lo que me ha ocurrido y los motivos no son pocos.

Los directores han sido demasiado ambiciosos. Contando con tan poco presupuesto como el que disponían, es muy arriesgado que los ingredientes referentes a la ciencia ficción queden bien elaborados. No es necesario contar con el dinero de una superproducción, pero al menos sí aprovecharlo eficientemente y, aunque lo han intentando (jugando con la oscuridad y con no mostrar todo), el resultado ha sido fallido. Y es que por sus aspectos técnicos El Infinito podría pasar por una película de SyFy.

Mención a parte merece el guión y es que sin duda no deja indiferente. Unir sectas, viajes en el tiempo y monstruos lovecraftianos es algo insólito y supone una valentía digna de admirar. No obstante, esto igualmente conlleva un riesgo: el de querer abarcar demasiado. Un error que nuevamente han cometido Benson y Moorhead. Por otro lado, el hecho de que los directores también interpreten al dúo protagonista junto a que dos personajes de Resolución, ópera prima de los mismos, aparezcan de nuevo en El Infinito me hace sospechar que han pecado de una arrogancia preocupante.

El Infinito es lo que se dice popularmente como un quiero y no puedo. Un thriller sobrenatural con ínfulas de película de culto, pero que se queda en una decepción absoluta. Uno más de aquellos films sobrevalorados por los gafapastas de turno. Si quieres ver un buen largometraje sobre sectas, recomiendo fervientemente “La Invitación”.

Escrito por Víctor González Guerrero
https://cinemagavia.es/el-infinito-pelicula-critica/

Ya la había visto y no la había valorado. Reflexionemos: En ocasiones el cine se cubre con una capa extraña que parece diseñada para provocar cierto distanciamiento con el espectador, y de esa manera los directores pueden ofrecer ese grado de aparente intelectualidad al alcance de unos pocos elegidos.

Lamentablemente yo no pertenezco al grupo de los espectadores intelectuales que disfrutan con obras maniqueistas, trazando senderos que frecuentemente no atravieso.
Que nadie me muestre el buen camino, porque si existe, ya encontraré la manera de apartarme de él.

Interesante thriller fantástico y de ciencia ficción con una fantástica primera mitad que juega a crear tensión desde la ambigüedad y que recuerda un poco al cine de Mike Cahill (Otra Tierra, Orígenes) pasado por el tamiz de Lovecraft.

Una lástima que gran parte se lastre cuando intenta explicar de manera poco convincente lo que estamos viendo y lo acabe de estropear con un desenlace poco atinado.


Más crónicas de Sitges 2017 en http://hambredecine.com

El tandem estadounidense Benson & Moorhead van camino sino lo impide el salto previsible a mayores presupuestos por parte de la industria a dejar huella dentro del género de un terror donde el misterio y lo sobrenatural con toque de ciencia ficción y humor se sobreponen a los sustos enlatados y el gore prefabricado que tanto abunda.

Estos "Juan Palomo" (dirigen, guionizan, producen, fotografían, actúan...) crean atmósferas inquietantes, en este caso de corte Lovecraftiano, donde la imaginación del espectador juega un rol determinante. El guión de Benson deja espacio para la reflexión sobre las sectas al tiempo que corre en paralelo sobre historias de dioses primigenios innombrables y caprichosos probables parientes de Cthulhu. Cocinada a fuego lento narrativo y sin pirotecnia de efectos especiales, "El mito de Sísifo" según el ensayo de Albert Camus y la filosofía del absurdo son el caldo de cultivo sobre el que se sustenta una propuesta más ambiciosa que lo que parece.

cineziete.wordpress.com 

Cuando una película no consigue mantenerme despierto no puedo darle buena nota. Este extraño mejunje que combina sectas, bucles temporales y terror cósmico tiene un ritmo demasiado cansino y lleva su carácter indie hasta un extremo algo insufrible. Y cuenta con una baza negativa como son sus dos actores principales, que para colmo son los directores, los cuales no es que sean Marlon Brando y Gary Cooper, precisamente. Poca interpretación y nulo carisma. Y casi dos horas. Piénsenlo bien.

The Endless es una de esas pelis cuya mayor prioridad no pasa por poner una historia al servicio de un presupuesto, sino un presupuesto al servicio de la historia. Resalta mucho aquello que está contando y subordina el cómo y el con qué. Es singular el uso de los efectos especiales, cuasi artesanal, lo que me invita a la sospecha: The Endless fue hecha por y para un nicho de espectadores. Una peli nacida para buscar el culto.

¿Funciona lo que cuenta? Veamos.

Valiéndose de la "información a medias", The Endless juega a la incertidumbre del diálogo nunca cerrado. Cada personaje hace su aparición, cuenta lo suyo y deja luego un signo de pregunta con carteles de neón, hiper luminosos y bien visibles. Resulta un método efectivo, pero un tanto evidente al repetirse como patrón instalado.
Pinceladas de efectos aquí y allá, ralentizaciones de cámaras oportunas. Es una obra de atmósfera lograda.

Una vez que ha sembrado la incertidumbre va revelando sus cartas de a poco, con notorio espíritu sugestivo. El espectador finalmente logra correr el velo del misterio y...aquí la cosa patina un poco. Porque el suspenso ya se había logrado con creces desde los primeros minutos, pero a la hora de calentar los motores, de tensar la cuerda...en fin, de construir el climax (ese instante en el que el espectador se agarra casi sin darse cuenta de lo que tiene a mano para sujetarse), pues ahí no llega.

No marca su tono lo suficientemente alto, falla a la hora de plasmar tensión dramática. El suspenso no logra quebrar su propio límite y la peli vuelve, paulatinamente, a su estado inicial. Faltó riesgo, una buena sopapeada. Que joder, estábamos ante un estancamiento cósmico.