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28 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
9
Obra maestra semidesconocida
El recientemente fallecido Peter Ustinov, uno de los más grandes intelectuales de la historia del cine, fue sobre todo conocido por sus papeles de actor, pero también escribió libros, fue guionista y llegó a dirigir algunas películas. "La fragata infernal" es la mejor de ellas, además Ustinov se encargó de producirla, redactar el guión e interpretarla. Basada en un relato corto del genial Hermann Melville, el autor del archiconocido "Moby Dick". En este caso su relato "Billy Budd" es la historia de un joven marinero reclutado forzosamente por un navío de guerra inglés durante la guerra napoleónica, allí descubrirá las miserias y la maldades humanas. Terence Stamp que interpreta a Billy Budd fue nominado a los oscars por esta actuación, su debut en el mundo del cine. Ustinov está magnífico de capitán de barco, pero sobre todo Robert Ryan, hace uno de los mejores trabajos de su vida, auténticamente lo borda, a pesar que no tuvo ningún premio a su interpretación. Una película que se estrenó el mismo año que "Rebelión a bordo", muy superior a esta, y que ha servido de inspiración a "Master and Commander", aunque Peter Weir no mete el dedo en la llaga y se queda también muy lejos de "La fragata infernal", uno de los dramas marinos más grandes de todos los tiempos.
Película imprescindible, aunque como casi todo el buen cine para minorías. No se pierdan los diálogos entre los personajes porque está lleno de perlas a cuál mejor.
Obra maestra de Ustinov, siendo una lastima que no se prodigara como director, porque es posible que hubiera sido incluso mejor que actor, y eso ya son palabras mayores.
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78 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Lejos del cielo
Antes que nada, debo agradecer al usuario Gilbert que me regalara este DVD, lo que me ha hecho descubrir un fantástico film y un inesperado para mí gran director, Peter Ustinov. Por fortuna, no he leído aún el relato "Billy Budd", de Melville (pronto lo haré), lo que me ha permitido ver la película sin el prejuicio que inevitablemente supone tener un molde de referencia y, por tanto, pudiendo valorarla "en sí misma", como debe —o debería— ser siempre en las adaptaciones de obras literarias.

En este film claustrofóbico que parte del antagonismo entre la bondad (Billy Budd) y la maldad (el suboficial Claggart, un Robert Ryan en estado de gracia), destaca poderosísimamente la perfecta simbiosis entre el texto, lleno de reflexiones de gran calado, y la puesta en escena.

Así, el vestuario muestra siempre al suboficial con un tétrico uniforme y sombrero negros, y a Billy con camisa blanca o el torso desnudo de quién no tiene nada que ocultar. La contrastada fotografía del genial Robert Krasker ("El tercer hombre") coloca sistemáticamente a uno en el reino de la luz y al otro en el de las sombras. Un detalle magnífico es que el suboficial suele aparecer sorpresivamente en el plano, sin que le veamos llegar, exactamente igual que sucedía con la señora Danvers en "Rebeca". Visualmente, se crea una gran tensión entre los planos abigarrados y los que individualizan a los personajes, así como en el juego de picados y contrapicados (que, de manera muy original, invierten su función habitual mostrando desde arriba al que tiene un estatus dominante, y viceversa).

Es muy significativa la frase de Billy: "Adiós, Derechos del hombre" (nombre del barco del cual es reclutado a la fuerza al inicio de la historia), que encuentra su analogía en un plano del citado barco alejándose, y que, al abrirse, nos muestra a Billy en su nuevo navío. La frase culmina su materialización en la última parte de la película, donde, en un juicio que sería el reverso lóbrego del de "Doce hombres sin piedad", asistimos de una manera pocas veces más penentrante en el cine, a un intenso debate moral entre la Ley, la Justicia y la Consciencia.



(Prosigue en la zona spoiler, al contener datos esenciales del argumento)
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66 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El Apocalipsis a bordo
Brutal película de Peter Ustinov en una de sus pocas incursiones en la dirección. Y no sólo en eso, también la produjo, actuó en ella, y escribió el guión basado en el relato corto de Herman Melville.

El Bien y el Mal navegando en alta mar.
El Mal es odioso para los hombres, pero el Bien es irritante.
Un arcangélico Terence Stamp y un luciferino Robert Ryan lucen sus papeles.
Y el dios de a bordo, un ubicuo Peter Ustinov, también lo borda.

No sólo la imagen es poderosa, también lo son las imágenes.
Muchas luces detrás de la cámara. Luces y Sombras delante. Sólo los diálogos deslumbran.
Sólo podía hacerse en blanco y negro.

¿La ley o la justicia?
El juicio final.
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41 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Budd, Claggart, Vere & Cía.
Debo confesar que mi primer acercamiento a esta película partía de premisas equivocadas, pues el título en castellano de la misma hacía pensar en un filme repleto de aventuras marineras, y no en lo que realmente es: la mejor adaptación al cine de un magnífico relato de Herman Melville (junto con Moby Dick de Huston): "Billy Budd, sailor".

En esencia, el argumento consiste en el choque -a bordo de un navío de guerra- entre dos caracteres antagónicos; Budd (un creíble Terence Stamp) encarna la bondad y la inocencia, mientras que Claggart (soberbio Robert Ryan, en una de las mejores interpretaciones que le he visto), oficial de armas, representa la maldad y la ruindad. La confluencia de ambas personalidades en espacio tan reducido provocará un terrible desenlace, en el que tendrá gran importancia la figura del capitán Vere (que encarna el deber, la fidelidad al reglamento) interpretado por el gran actor Peter Ustinov, que en este caso, y afortunadamente para nosotros, oficia también como director.

La película está magníficamente realizada en todos sus aspectos; la recreación del barco es todo lo buena que podía hacerse a principios de los sesenta, y la credibilidad del elenco actoral en su composición de la tripulación está por encima de toda crítica (magnífico el viejo danés, interpretado por Melvyn Douglas). El guión está perfectamente adaptado partiendo del relato original y reproduce reflexiones de gran profundidad moral, cualidad muy destacada en la obra de Melville, que aquí sabiamente se respeta. El debate final sostenido por la oficialidad del barco es, en mi opinión, lo mejor de la película (¡qué diálogos!) junto con las gélidas y malignas miradas de Claggart-Ryan.

¡Dios bendiga al capitán Vere!
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33 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La herencia de Melville
Las versiones que se han hecho sobre las novelas de Herman Melville en el cine no son muy abundantes y con seguridad tampoco son muy brillantes (en mi modesta opinión creo que no se salva ni el Moby Dick de Houston). Esta película, sin embargo, recoge con tremenda fidelidad el espíritu de Melville, un hombre desencantado que jamás llego a confiar en los seres humanos. Su desesperanza, su conocimiento del alma humana, de lo fría, cruel e impasible que puede llegar a ser frente a la bondad, llegando a destruirla por venganza o en aras de una perpetuación del orden establecido, están reflejadas de forma poética a veces, y con gran dureza casi siempre, en cada plano de este film. Los actores, con Peter Ustinov y Ryan a la cabeza, están inconmensurables; la fotografía y la ambientación están cuidadísimas; el guión es casi perfecto. Es una de esas películas que te hacen pensar en la oscuridad que esconde el alma humana a través del telón de la aventura. ¿Qué más se puede pedir?
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25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Dura lex, sed lex
Cuando dos tipos tan diferentes como Gilbert y Servadac te insisten al unísono para que veas una peli, supongo que la única opción posible es verla. Y, cuanto antes, mejor. Sobre todo si esa “petición” viene precedida por unas cuantas copas de buen vino, ocho amigables horas de palique y el preceptivo DVD del film en cuestión sobre la mesa.

Obviamente, me estoy refiriendo a “La fragata infernal”. Una peli que, como tantas otras, desconocía totalmente y de la que no tenía más referencias que las que esos dos monstruos me acababan de dar. Naturalmente, la vi. Al día siguiente. Y, naturalmente, flipé con ella. Como flipo cada vez que descubro una joya de la que nunca antes había oído hablar y como flipo cada vez que veo CINE donde no me lo esperaba.

Así pues, que nadie se asuste porque esta peli la dirija un actor como Peter Ustinov y porque su título, francamente, no os suene ni de coña. “La fragata infernal” es, sin lugar a dudas, un peliculón que bien lo hubiera podido firmar Lang, Huston o, por qué no, el mismísimo Ford. Fundamentalmente, porque está narrado de putísima madre. Pero, sobre todo también, porque tras su incuestionable apariencia clásica coexisten planos, movimientos de cámara y juegos de luces absolutamente magistrales.

Lo que más me ha cautivado de esta peli, sin embargo, no es eso. Lo que más me ha cautivado es, concretamente, su valor añadido. En este caso, el dilema jurídico —o moral— que nos plantea. Un dilema que invita a la reflexión y que, de la mano de Ryan y Stamp, nos constata cómo y de qué manera aplicar la justicia a rajatabla puede convertir un ángel en demonio, o viceversa.

Ocho estrellitas y no nueve, pues, porque pelis como ésta deben verse de nuevo. Y cuando lo haga, ya le adjudicaré esa estrellita extra que, sin lugar a dudas, se merece. Palabra.

[A Gilbert y Servadac]
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23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Una película desconocida ... Una gran película
Conocía las grandes cualidades de actor de Peter Ustinov, pero desconocía por completo las de director, i tengo que decir que quede gratamente sorprendido.
El señor Ustinov que también interpreta (da gusto ver como lo hace) logra un película casi perfecta. El guión con diálogos … unas veces profundos sobre las personas, otras veces entrañables (sobretodo los de Billy Budd) es notable, las interpretaciones están todas a la altura, pero me gustaría resaltar la de Terence Stamp (Billy Budd), ignoraba que en su primera película pudiera llegar a semejante nivel interpretativo, esta realmente sensacional, (no en vano le nominaron al Oscar), y su papel … Billy Budd, el chico desprende sencillez, humildad, veracidad, bondad, … se le coge cariño.
No termino de entender el desconocimiento que hay sobre esta película, pero si esta humilde crítica pude ayudar a que mas gente la vea, me doy por satisfecho.
En fin lo dicho gran película, gran guión y grandiosas interpretaciones, disfrútenla.
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17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Lo más vil y miserable de la tierra (o el mar)
Acabo de ver esta gran película y ha reforzado mi idea de cuán poca cosa es el ser humano. Porque de éso va, del último hombre justo que hubiera salvado Sodoma, uno entre un millón, la flor entre la basura, que hace a la flor más bella y vulnerable y a la basura más basura. El hombre es así, destruye todo lo que es más grande que él. Un viejo temor, un antiguo complejo.
A través del duelo de miradas entre un PRODIGIOSO Robert Ryan y Terence Stamp -arrasadas y cargadas de rencor antiguo las de uno e infinitamente compasivas y empáticas las del otro- asistimos a algo habitual en la Historia: la destrucción de la Justícia a manos de la ley. Y en éste caso no es que los malos sean malos (que lo son y mucho), es que los buenos también son malos, menos uno. Porque no es sólo la bellaquería y cobardía de las clases dirigentes (las cuales ya muchos les suponemos) que cocinan el atropello lo indignante, sino la pasividad con la que la tripulación acoje el desenlace final. Que si, que muchas miradas furiosas, muchos muchos apretados, pero los segundos se suceden angustiosos y nadie hace nada, el director de la película parece esperar, concede un último hálito de esperanza en el hombre, pero la esperanza es traicionada. Se estira la cuerda, todo se consuma y el ser humano se hunde un poco más en su propia podredumbre. Así en la vida como en el cine.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La ley por encima de la razón
Menuda sorpresa me he llevado al ver ésta película (entre comillas porque la crítica de vircenguetorix ya me había puesto en buen camino)... interpretaciones a cargo de unos actores en estado de gracia, ritmo y por encima de todo un GUIÓN (sí, con mayúsculas) de los que te dejan con la boca abierta por su honestidad, su rigor (no hay concesiones a la galería) y el mensaje tan claro que transmite, aunque no estemos de acuerdo con él.
Durante toda la película me venía a la mente otra obra maestra, 12 hombres sin piedad, con la que creo que comparte maneras, los diálogos (lo mejor del filme) fluidos, coherentes, llenos de profundidad, de veracidad, un lujo en franca decadencia.
En resumidas cuentas una obra semidesconocida más que encomiable, claro que con actores como Ustinov, Ryan, Stamp o Douglas todo parece tan fácil.

PD: En serio, atención a los diálogos hay frases formidables para el recuerdo...
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Mantiene un ambiente de misterio indescriptible y fantástico.
Es cojonuda, ni más ni menos. La película mantiene un ambiente de cierto misterio del que ya no se hace, es una pieza a conservar. Una muestra de saber hacer cine del que se ha perdido totalmente. La actuación de todos los personajes es de una elegancia total y absoluta, hasta las voces de los actores extremecen de lo excelentes que son, yo tuve la ocasión de ver esta película original en inglés y me quedé absolutamente impresionada. Es una obra de arte tanto visual como auditiva. La película está dotada de un halo fantástico y de misterio indescriptible. Es un peliculón. Excelente.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Batalla en el cielo
Si una cosa en común tienen un ángel y un demonio aparte de esta fragata donde colisionan, es que ambos representan los lados más inadmisibles del espectro de lo absoluto. Porque el demonio empuja a ser redimido, el ángel invita a ser corrompido. Encerrarlos en un espacio claustrofóbico como es un barco, lleno de crujidos y con ese desquiciante vacilar de la marea que sube y baja, es una genial idea que da pingües beneficios en esta enorme película de Peter Ustinov.

Su buscado maniqueísmo es la vía de la que se sirve la historia para llegar a la conclusión de que gane quien gane, perdemos todos: y es que al final, negro y blanco son imposibles. Sólo es posible el gris.

Curiosamente y al contrario de lo que sucede en el mundo real, la tripulación está del lado del ángel. Es quizás uno de los pocos fallos de una obra singular, que seguramente no tenga parangón, para Bien o para Mal, en los géneros sin género a los dice Filmaffinity que pertenece.
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15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Terrible descripción en imágenes de un desalmado (y más cosas)
No creía yo que la ambientación en un barco inglés en guerra con los franceses pudiera dar lugar a un contenido que señalara con tanta precisión una angustia humana muy concreta, la de enfrentarse a conceptos como la ley o la justicia con un desalmado como el personaje que personifica Robert Ryan por en medio. No sería justo destacar una sola cosa, porque hay muchas, como los actores, todos impecables. A mí Robert Ryan nunca me ha gustado (en general), reconozco que siempre le he encontrado defectos, pero aquí, actuando como un ruín y perverso oficial me ha parecido enorme. Igual que Terence Stamp, pero lo que más me ha gustado es lo que representan y de qué manera. Puede que la excesiva bondad del personaje Billy sea eso precisamente, excesiva, intragable, más difícil de creer que la maldad de Ryan curiosamente.

¿Quién tiene el mérito? Siempre, el director, el que firma la película, que en este caso también actúa y de qué manera, haciendo de capitán del navío y dándole la vuelta a las cosas, imparcial ante la aplicación de la ley aunque eso suponga alejarse terriblemente de la justicia. Ese es el drama más intenso, el que Ustinov describe tan brillantemente poco a poco hasta que se desata el final, con unos marineros con conciencia, sufridores de la mala leche de Ryan. No me ha parecido una película de diez, pero entiendo que así sea para muchos, merece mucho más la pena de lo que creía antes de empezar.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Gran actor-director
No se que tendrán algunos grandes actores, que cuando se colocan tras la cámara resultan tan convincentes o más que algunos artistas que sólo se dedican a la dirección. Traigo al caso a nuestro genial Fernando Fernán Gómez, Charles Laughton, que dirigió la maravillosa "La noche del cazador", única incursión tras la cámara, y para no alargarme, Clint Eastwood.
Acabo de ver la película, afortunadamente recién editada en DVD en España, por supuesto en versión original, y ha sido una grata sorpresa ver el trabajo de Peter Ustinov en su doble faceta de actor y director. La relación entre los personajes es descrita por la cámara, por sus enfoques, de una forma, según mi modesto parecer, magistral. El juego de luces (sabemos que es una película en blanco y negro) en la escena nocturna entre Clagart (Ryan) y Budd (Stamp) me ha puesto los pelos de punta. Ya admiraba "Billy Budd" en la genial versión operística de Benjamin Britten que se estrenó en el Covent Garden de Londres solamente once años antes de la versión cinematográfica, es decir en 1951, y ahora después de ver el film, sólo me queda leer la novela de Herman Melville, que compré hace años y aún no lo he hecho. No quiero terminar mi comentario sin mencionar otra agradable sorpresa que la película me ha deparado: la actuación, soberbia como siempre, de un Melvyn Douglas de 61 años, en el papel de Dansker; me ha hecho mucha ilusión ver al gran comediante de obras maestras del Lubitsch de los 30 como "Ninotchka" o "Angel", en un papel tan distinto de los que le dieron la fama en su juventud.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CUANDO LA LEY ES INJUSTA
Está basada en la novela “Indómito” de Herman Melville, que en la película es rebautizada con el nombre de: “Vengador”, pero la versión cinematográfica no se sitúa entre las densas páginas de Melville sino en una versión teatral de su novela “Billy Budd, marinero”, escrita esta en 1889 y publicada póstumamente en 1924. La obra constituye una clara muestra del pensamiento de Melville, la oposición entre un ser inocente y una sociedad cerrada, a veces hostil, siempre inhumana, claro exponente del mundo que le tocó vivir.

Billy Budd (impresionante, Terence Stamp), un joven ingenuo y analfabeto trabaja como gaviero en un mercante llamado curiosamente: “Derechos del hombre”. La fragata “Vengador” cuyo capitán, Vere (Peter Ustinov, lo borda), tiene la orden de reforzar la flota británica frente a España y Francia, sale al paso del mercante y recluta a la fuerza a Billy. Una vez a bordo de la fragata, la situación es, para Billy completamente distinta de la anterior embarcación, la tripulación vive bajo el terror de John Claggart (Robert Ryan, está genial), un suboficial despótico que a menudo manda azotar a la tripulación. El ambiente se hará irrespirable con azotes, crímenes encubiertos, mentiras y abusos de poder.

La película plantea un dilema moral que seguramente era lo que más interesaba al director, apoyado por una soberbia fotografía en un blanco y negro luminoso de Robert Krasker. Ustinov recrea ese drama de la inocencia imposible dentro de un mundo carente de humanidad. El film es sobrio, centrando la atención en unos magníficos diálogos, porque no es la típica película de aventuras al uso. Recomendable para todos los amantes del cine.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Soberbia...
... no hay otra palabra para definir esta película. No me siento capaz de añadir nada más a lo que ya se ha dicho aquí. Sólamente quiero daros las gracias, ya que por culpa de vuestras críticas he conocido esta película y la he visto. Y para no añadir mas elogios a lo ya dicho aqui, diré simplemente, lo ÚNICO (si, con mayúsculas), que no me ha gustado de la película, y es la frase final, que pronuncia la voz en off cuando termina. ¿Por qué? Pues sencillamente porque creo que tras la rotundidad de la película, no es necesario que el narrador tome partido indicando al espectador su posición frente a los hechos. Es la única razón para que no haya dado la máxima puntuación a esta pelicula, que sin duda, a partir de ahora, estará en mi lista personal de obras maestras de la historia del cine.

Bravo señor Ustinov, bravo! y gracias por regalarnos con esta película.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
CRUJEN LAS JARCIAS. SILENCIO
La boca cerrada, Billy Budd, te lo ha dicho el capitán del Derechos del Hombre, el más sabio de todo el film. Él se hizo el sordo para ti, Billy. Pero sordo y ciego ya era demasiado. Llegó el oficial del “Avenger” y te reclutó para la guerra. Tu capitán sabía dónde te metías: ¡la boca cerrada Billy Budd, como los tres monos sabios! Mizaru, Kikazaru, Iwazaru: no ver, no oir, no decir y lamentar no haber tenido un barco más rápido.

Héroe se nace, pero la santidad se aprende. ¿Con cuántas vidas? No lo sé, Billy, pero ni la tuya ni la mía van a ser suficientes.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
De Barcos y Ángeles caídos
La fragata infernal (título con el que se tradujo al español la película) se trata de una de las obras más excelsas que haya dado jamás el cine de aventuras marinas. Titulada en su idioma de origen como Billy Budd, la película es una adaptación cinematográfica de la obra literaria homónima de ni más ni menos que de Herman Melville, el autor entre otros, de Moby Dick.

Billy Budd no tiene nada que ver con las películas británicas de Burt Lancaster y compañía, como el temible burlón (1952) o Su majestad de los mares del Sur (1954). Las películas de Lancaster no dejaban de seguir la senda romántica que abría Errol Flynn (con por ejemplo, el capitán Blood 1935) con películas que simplemente utilizaban el escaparate histórico que les permitía dicha ambientación (fuera en el mar o en la tierra) para la creación de películas que idealizaban la piratería y la historia de la marina para transformarla en algo que poco tenía que ver con la realidad. Piratas limpios, dignos y que realizaban miles de piruetas sin sufrir nunca ni un mínimo rasguño. En estas películas el guión era casi un elemento secundario, pues lo realmente importante era ver como el protagonista principal de turno enseñaba una bonita sonrisa a cámara, para delicia del público.

En estas se presenta una película como Billy Budd, que rompe drásticamente con todos los esquemas prefijados. Dirigida por Peter Ustinov en el año 1962, la película es duro retrato de la marina que contiene muchas lecturas y una complejidad sorprendente. Ya no nos encontramos con una película que ofrece una visión plana, sino que sorprende con diferentes dimensiones.

El argumento es a priori sencillo, y realmente lo importante no es comprobar lo que sucede en la película, sino la evolución de los caracteres en la historia: Billy Budd (interpretado por Terence Stamp) llega a recalar en un navío de la corona británica (la historia está ambientada en tiempos de la guerra napoleónica) donde un suboficial del barco (interpretado por Robert Ryan) tiene tiranizada a la tropa mediante la tortura y el castigo físico. El capitán de la nave (interpretado por Peter Ustinov) y sus allegados más próximos parecen estar enterados de las despóticas maneras de Robert Ryan, pero miran siempre para otro lado, por miedo a las sublevaciones.

Una de las lecturas más interesantes que vemos en la película es la lucha de clases que nos presenta la película. Pocas veces habíamos visto en películas de semejante argumento en que los marineros sin condecoración aparecieran de una manera realista. No se idealiza su situación sino que aparecen representados siguiendo una visión realista. El argumento eso sí, sigue partidariamente a estos personajes, porque son los que reciben los azotes de los superiores, sin que sean capaces de responder. Hay marineros sucios, mal afeitados y muchos de ellos son más bien feos comparados físicamente con los altos grados de la tripulación (esto que parece una tontería es realmente interesante, pues, ¿alguien se imagina que los piratas protagonistas de las películas de Lancaster fueran unos desarrapados?). Una lectura que nos enfrenta a la tripulación de base contra la que manda, una visión que se convierte efectivamente en una lucha de clases y que puede ser transportada a la sociedad entera.

Y por si fuera poco, también la justicia queda retratada, en un acto final en que la película consigue unas cotas de excelencia abrumadoras. Debatiendo sobre el castigo que merece Billy Bud (por un acto casi involuntario) se realiza una magnífica disertación sobre la justicia y la ley que únicamente sirven al poder y a servir como un duro ejemplo hacía el resto de la tripulación. Cogiendo además parecidos con la escena final de Senderos de Gloria (1957), la magnífica película de Stanley Kubrick., Ustinov nos muestra una secuencia en la que compara metafóricamente a nuestro protagonista con el sacrificio de Cristo.

Pero la película no se queda ahí, sino que ofrece muchos más detalles. Vemos la modernidad de su propuesta incluso en algunas de las proposiciones homosexuales que hay entre el personaje interpretado por Robert Ryan hacía el marinero Billy Budd, al que sorprendentemente le tiene un afecto desmesurado en comparación con otros marineros.

Formalmente la película es realmente magnífica y sirve para realzar el mensaje de realidad verosímil que comentaba en un primer momento. Y es que, ¿en cuántas películas el espectador puede sentir el movimiento marítimo? En la mayoría de films las embarcaciones parecen unos transportes totalmente estables que no sufren ni el más mínimo movimiento. Sin embargo Billy Budd ya nos enseña un movimiento totalmente conseguido, elaborado mediante el balance de la cámara que no llega a estar quieta en ningún momento y mostrando el movimiento mareante que se produce en un barco. Por otra parte Ustinov cuida de manera muy elegante la puesta en escena, con una fotografía en blanco y negro que incluso juega con el claroscuro en ciertos momentos.

http://neokunst.wordpress.com/2013/12/26/la-fragata-infernal-1962/
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Dios bendiga al Capitán Ustinov (y a todos y cada uno de los demás, claro).
La primera vez que la ví hace 30 años, siendo aún niño, me impresionó.
La segunda vez (ayer) me emocionó y todavía hoy me viene la congoja a la garganta.

Obra Maestra con interpretaciones maestras (principales y secundarios), guión maestro,
diálogos maestros y dirección maestra.

No tengo nada más que añadir a lo expuesto en críticas anteriores con las cuales coincido al
ciento por ciento. Sólo quería expresar y compartir el excelente pero amargo sabor que me ha dejado la re-visión de esta película.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El caso Billy Budd
De todos los clásicos de aventuras marinas "La fragata infernal" quizás sea la película menos conocida para el gran publico. Se ha emitido poco por televisión, se rodó en blanco y negro, e incluso creo que ni siquiera esta editada en DVD. Éstas podrían ser algunas causas de la escasa fama de la obra de Peter Ustinov. Un estupendo actor que sin embargo también hizo algunas incursiones en la dirección. Siendo al parecer "La fragata infernal" su obra más representativa. El guión también es del propio Ustinov en colaboración con el genial Robert Rossen (El buscavidas).
La historia comienza cuando es reclutado del mercante británico "Derechos del hombre", (Curioso nombre) en plana mar, el joven marinero Billy Bud por la fragata "Vengador" para luchar contra los franceses.
Billy Bud es un joven espabilado, abierto, ingenuo, y sonriente. En su corazón no anida la maldad, y eso hará que se granjee enseguida la amistad de sus compañeros, incluido el capitán. Solamente hay un cruel personaje que lo odia y lo envidia. Es el oficial de armas Claggart, un ser de torva mirada, corroído por la desconfianza, la envidia, y la maldad, y que se la tiene jurada al bueno de Billy Budd.
Memorable película en muchos aspectos, pero principalmente en dos radica su gran calado emocional.
-El gran plantel de actores, especialmente magnífico me ha parecido el trabajo de Robert Ryan en un papel que le viene como anillo al dedo. Sin olvidarnos de Ustinov que se reservó el papel de capitán. También descollable el principiante por aquel entonces Terence Stamp, así como el veterano Melvyn Douglas.
-El guión, basado en un relato del autor de Moby Dick es el eje donde se alza toda la trama. Pleno de matices y de frases de enorme trasfondo emocional, nos demuestran una vez más la enorme injusticia de la justicia. Cuando ésta no se hace desde el raciocinio de la razón, sino solo se aplica en virtud de una ley escrita, sin reparar en el espíritu de ella.
Terminar diciendo que el primer conocimiento que tuve de "La fragata infernal" fue a través de estas páginas. Las alabanzas que se le atribuían en sus criticas y votaciones fue lo que me animaron a verla, y puedo decir que a sido una enorme satisfacción su visionado. Seguro que no será el único.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
SE BUENO, MUCHACHO.
Irónico y seco consejo el que recibe el imberbe protagonista, Billy Budd (brillantemente interpretado por Terence Stamp), cuando inesperadamente abandona su cómodo hogar, “Los Derechos del Hombre”.

Una advertencia irónica e injusta, porque esta correcta película no es otra cosa que la cruel demostración de que el bien no siempre gana, la justicia no siempre vence, la verdad no tiene porque prevalecer después de todo.

Billy Budd, cine clásico sin un final tradicional. Una semidesconocida película que tiene como principal aliciente el debate moral y ético, la profundidad y crueldad de su mensaje. Mucho más allá del cine de aventuras. Reflexión ética surcando los océanos.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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