El arranque de Mil Máscaras como luchador y superhéroe fue, cuanto menos, discreto y algo bizarro. Es un niño de la guerra -¿de qué guerra?- rescatado por cuatro sabios jubilados para ser formado en todo tipo de conocimientos y en lucha libre. Vamos, algo así como cuatro Shazams o cuatro senseis. Como Marcelino Pan y Vino, sin pan ni vino ni frailes. Tras hacer un juramento de superhéroe, cogerá su avión -el Milmáscarasplano- y llegará a México a enfrenarse a unos mafiosos que controlan las apuestas deportivas en los combates de enmascarados ¡Vaya manera de salvar el mundo!.

Así que vamos a tener demasiados combates, con un cambio de máscara -por eso es Mil Máscaras- y lucirá su apolíneo cuerpo -en esos supera a Santo que era más armario- con unas coreografías de combate un poco procaces y raritas. Pegarse con los malos una y otra vez ... llega a cansar. Y eso que sale Fernando Osés y Franquestein, dos fijos en esto de hacer de malos. Nos meterán musica ye-yé, melenudos con casacas y chicas de pelos fascinantes moviéndose como posesos, como si estuviesen en Londres en Carnaby street. Pero ni con esas, el filme se hace pesado, le faltan malos de categoría. Y algo mas de fantasía. Alguna vampira que otra. Con el tiempo ...

Al final le voy a coger acariño al tal Wemple. Ya me he pimplado tres de sus filmes, escritos todos por Anna Shields -que también sale como actriz- de resultados irregulares. Quizás el más redondo es éste, una mezcla de "Posesión Infernal" con cualquier película de terror del Bigfoot.

Y es que no tiene mucho misterio: unos chicos universitarios van a una cabaña en el bosque y algo les acecha y algo más. La misma primera noche la cosa ya se tuerce. Una historia mil veces vista. La gracia es como se cuenta y Wemple pues se apaña. La fauna letal también está bien diseñada, una mezcla de CGIs y personas disfrazadas que es resultona. Pero todo te recuerda a tantos filmes a parte del mencionado, como "Exists", "Animal"(2014) o "La cabaña en el bosque". Quizás de estos filmes es "Animal" el más redondo. He visto filmes con bigfoots de todos los tamaños y colores, con buenas o malas intenciones. Así que poco pueden sorprenderte. No obstante nos introducen una leyenda de esos parajes (ver spoiler) como si fuese una especie de "Marvel-two-in-one".

La película se deja ver. Tiene su libro misterioso, como en "Posesión Infernal", su maldición, posesiones varias con gente que se retuerce al estilo "Blumhouse" y flota, su gore desagradable, también tiene sus vísceras y chorritos de sangre así como gente despedazada. Todo transcurre de noche, que es lo habitual. Y tiene un aspecto así, como de falso documental.

La verdad es que el cartel está muy bien. Lo único, porque el filme es una castaña. El tal Phenomenal es un superhéroe -por decir algo- que viste de negro, lleva pantalones de sastre y zapatos elegantes, un jersey y una media en la cabeza. Más que un héroe, con esa pinta parece un agresor sexual o un asaltante de bancos. Asimismo, el personaje es un tirillas. Le gusta escalar fachadas, aunque con esos zapatos yo no probaría subir un rascacielos, también de zambulle en el mar con la media ... y los zapatos ... no sé, me da que no duraría mucho como superhéroe. De hecho, solo apareció en este filme. Por suerte.

Personajillo que quería aprovechar el minigénero de encapuchados italianos, basados en comics -el fumetto nero- como Diabolik y otros más, aunque en este caso no es un delincuente.

Guión absurdo, todo muy mediocre. La cosa va de robar la máscara de Tutankamon, que está expuesto sin mampara ni nada. ¡Que no se enteren los gili-ecologistas que ensucian cuadros que le echan un cubo de sardinas podridas! Veremos un complejo ensayo por las alcantarillas, para luego entrar en la sala por la puerta de atrás. En fin.

Sin embargo tiene un inteligente diseño de producción. Aprovechan un desfile real de De Gaulle -la peli se desarrolla en gran parte en Paris- para rodar una persecución sin pagar a ni un extra. de hecho, si nos fijamos, veremos de incognito a Rex Harrison con una gafas negras y un gorrito viendo el desfile....luego rodaron una persecución náutica con un yate y un helicóptero, y veremos gente saltar de la aeronave, así que participaron especialistas.

Conclusión: película muy menor alejada de cualquier tema superheróico. Ni poderes ni capita. Nada. El tal Phenomenal no debía tener abuela. Yo le llamaría Sosainas.

Viendo este documental uno se da cuenta de la diferencia cultural entre Europa y los EE.UU. El peso brutal de la religión en todos los aspectos de esa sociedad es asfixiante, aspectos que en Europa se consideran laicos y ajenos a las creencias, que son algo privado y personal.

Cada siete años o así, se reúnen en un Comité en Texas unas personas electas para revisar el contenido de los libros de texto de la enseñanza primaria y secundaria. La película se centra en uno de ellos, un conservador llamado Don McLeroy, un odontólogo, un buen hombre que cree que hombres y dinosaurios coexistieron y que el creacionismo es la base de la Declaración de Independencia. Los creacionistas usan el argumento pseudocientífico del "diseño inteligente" para colar en los libros teorías no basadas hechos científicos. Tierraplanistas, creacionistas ...¿Qué pasa en los EE.UU.?

Y gente como McLeroy son los que pretenden poner pegas a la enseñanza del Darwinismo, mediante la inclusión de los conceptos de "debilidades" y "fortalezas" en la Teoría de la Evolución para poderla debatir en las aulas. Pero no sólo se meten en temas de ciencias, sino también en Historia, quitando y poniendo personajes en función de su ideología. Resulta espeluznante cuando uno de los intervinientes pide que cuando se cite "Barack Obama" en un libro se incluya "Hussein" entre ambos nombres. En otro momento McLeroy grita algo así "¿Y quién se opone a los expertos? ¡somos nosotros los que debemos pararlos!"

Sus decisiones condicionan a las editoriales y a los libros del resto del país, no solo de Texas. La politización es evidente. Y esa extraña mezcla con la religión resulta, a ojos de un europeo, contraproducente. Ver que cada reunión de trabajo se inicia con una oración, lleva a pensar que esa sociedad no se aleja tanto de los fundamentalistas musulmanes, por cuanto usan los libros sagrados para regir sus vidas y todos los aspectos de ella (trabajo, educación, cultura, etc) y, lo peor de todo, la vida de los demás, por cuanto se lo imponen. Da miedo pensar cómo nuestros hijos pueden ser adoctrinados.

No obstante, hay algún rayo de esperanza, ya que uno de los conservadores que se enfrentan a él, considera que la educación no debe satisfacer ni a ideologías ni a políticas, sino que debe ser una educación de calidad para todos.

Y esa afición que tienen los muy conservadores a usar la palabra "libertad" para sus fines, como la "Liberty University" en la cual todas estas "enseñanzas" están a la orden del día ...

Y sí, aquí también se habla de manipulación de los libros, en general en los de historia y biología, condicionados también por ideologías y doctrinas -esta vez desde la izquierda- que resultan, en especial en el tema biológico, igual de absurdas. Así que quizás no podemos señalar mucho con el dedo. No obstante, aquí no se cuestiona la Teoría de la Evolución. Aún..

¿Podrán quitar los políticos y activistas sus manos de la enseñanza?

Casi parece una fan-movie. Una peliculita con muy pocos medios rodada por los Band - una leyenda en esto de la serie Z de fantasía y terror- con apenas diez actores con diálogos o presencia.

Un mad-doctor con sobrepeso decide recrear los monstruos clásicos de las novelas de terror -Drácula, el hombre lobo, la Momia y el Monstruo de Frankenstein- pero algo falla y salen enanos. Así que tendrá que capturar una chica a la que sacrificar, una biblotecaria a la que previamente le había robado los manuscritos originales. Es curioso lo de los libros, porque no recuerdo libro alguno sobre el hombre-Lobo y tengo mis dudas con el de "la Momia". De los actores que encarnan a los monstruos, el único que tiene diálogos es Phil Fondacaro, que borda un Drácula que se aleja de ser ridículo por su tamaño.

Obviamente, la película tiene bastante humor negro, con un detective que trabaja en un videoclub, una jefa lesbiana y acosadora, y una protagonista irritante y deslenguada. Pero no tiene mucho más, con una historia bastante previsible que se desarrolla en apenas una noche. Almenos, tiene golpes en los diálogos bastante graciosos, como cuando el detective cinéfilo ve a los enanos y exclama si está en una película de Fellini o cuando le dice al vampiro que con ese tamaño se paseará por toda la eternidad con una escalera para morder a sus víctimas.

La dirección es bastante mediocre, ni siquiera televisiva, parece amateur, algo raro en alguien con tantos filmes en su bagaje. Y de las interpretaciones, aparte de Fondacaro, son para olvidar, en especial la de la protagonista, menos natural que un maniquí de escaparate.

Al final tendrá su homenaje cinéfilo a Jesús Franco, lo cual es una agradable sorpresa.

Cómo pasar de héroe a villano en cuestión de horas. Cómo destruir la vida de alguien por meras conjeturas. Como el estado y el cuarto poder pueden acabar con alguien anónimo, deshumanizándolo y transformándolo en un meme, en un pelele a quién golpear gratuitamente y sin consecuencias.

Clint Eastwood aprovecha la historia real de Richard Jewell para mostrarnos como cualquier ciudadano anónimo puede ver su presunción de inocencia vulnerada y cómo los juicios mediáticos pueden acabar con la vida social y laboral de cualquiera. Y da miedo.

La situación kafkiana que sufre el protagonista fue real. Una investigación torpe por parte de los federales y un conveniente soplo a la prensa, permite crear una pesadilla a un ciudadano corriente. Su vida será escrutada y juzgada, sufriendo gordofobia, siendo ridiculizado por vivir con su madre o por su manera de ser. Alguien que, por su perspicacia y profesionalidad, había salvado montones de vidas al descubrir a tiempo un artefacto explosivo en un concierto, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta.

Aparte del melodrama y del drama judicial perfecto que nos narra Eastwood, con pericia y simplicidad máxima, el director aprovecha para cargar contra el papel de los medios de comunicación, singularizándolos en el comportamiento de una periodista -de nombre real- a la que presenta como una mala profesional, que no escribe ni sus artículos, borracha, arribista y que intercambia sexo por información. Un personaje que parece una parodia y que ha molestado mucho tanto a los medios de allí como a la prensa en general. Lo que resulta curioso es que esa prensa no hable del pésimo comportamiento ético que tuvieron en el caso mostrado. De hecho, y es algo que no recoge la película, Jewell y sus herederos demandaron a los medios y obtuvieron compensaciones económicas, aunque no lo consiguieron con el diario de su ciudad, donde trabajaba la mencionada periodista. Pero este linchamiento mediático no es exclusivo de los EE.UU. Aquí tuvimos el "Caso Arny" y el "Caso Wanninkhof", en los que la prensa tuvo un papel, cuanto menos, poco acertado. Hay documentales sobre ambos casos que evidencian ese linchamiento o juicio mediático y las consecuencias que tuvieron.

Ver como una persona es atropellada en sus derechos por el brazo armado de la Ley y como es linchada mediáticamente sin prueba alguna, provoca un auténtico rechazo y la solidaridad del espectador. Eastwood y su guionista sabe conducirnos por los sinsabores de esa historia y humanizar a los protagonistas, que, en el caso del acusado y su madre, se alejan del mero arquetipo, algo que, sin embargo, no consigue con el abogado, demasiado perfecto en su rol.

También hay un cierto toque de comedia negra, no se si involuntaria o no. Esa obsesión con lo legal de Jewell en el filme nos recuerda a Tackleberry, aquel personaje fanático de las armas y el orden de "Loca academia de policía". De hecho la escena en la Universidad, con el rector que le despide y él sacando un bloc con las cosas que le dijo en una conversación parece salida de esa franquicia de humor. Los agentes el FBI tan impresentables y poco profesionales así como la periodista son personajes tan bizarros, tan exagerados en su inutilidad que son más propios de un filme de los hermanos Coen o de Berlanga. Quizás Eastwoood buscaba ridiculizar o mundanizar a las fuerzas policiales del estado, en especial al FBI, tan perfecto en otras películas y series televisivas y aquí tan cutres. Igual con la prensa, tan éticos en sus investigaciones, como nos hemos hartado de ver en cine y TV, y aquí encarnados por una borracha sin principios, que se acaba los vasos de alcohol abandonados.

Magnífica película de Eastwood. De esas que cuando acabas de verla, empiezas a comentarla y a buscar en internet todo lo relacionado con ella. Y eso es saber presentar una historia.

¡Cielos! ¡Como echo en falta a Jim Steinman! Pronto se cumplirá el tercer aniversario de su partida de este mundo, el 19 de abril de 2021. Un año más tarde se fue su otra mitad, el gran Cacho Carne.

Pero Steinman en su búsqueda de voces singulares para sus hiperbólicos temazos encontró en Bonnie Tyler a la cantante perfecta y le obsequió con los temas más famosos de su carrera, cuyos videos están aquí referenciados, como "Total eclipse of the heart" o "Holding out for a hero". Y también grabó este temazo, que ya había sido popularizado por "Air supply" años antes. Y es que Steinman le gustaba hacer circular sus temazos entre varios artistas, ya que era poco prolífico.

El videoclip, con una estética mezcla de Russell Mulcahy y de Michael Bay por eso de las chicas voluptuosas y sensuales, está en línea con lo que se veía en los 90, algo sin guión definido, tan solo puesta en escena presuntamente artística y evocadora de-no-se-qué pero que quedaba aparente. Aquí salen unas angelitas a medio camino de ser hadas. Recréense en la canción de Steinman y en la voz de la Tyler. Es lo mejor.

De un tiempo a esta parte se han puesto de moda filmes independientes, con muy pocos recursos, que escenifican historias de ciencia-ficción a partir de una reunión familiar o de amiguetes. El ejemplo principal es "Coherence" pero tenemos otros como "Primer", "Flora" y alguno más.

"Lake artifact" juega con eso. Podría haber sido una de terror con psicópatas, con alienígenas, bichos malos o con bigfoots, con refociles y todo eso, pero prefieren explorar las paradojas temporales y dimensionales con no muy buena fortuna. Porque este tipo de filmes precisa de un guión excelente y sin fisuras, y este no es el caso. Demasiados agujeros y muy pocas ganas por mi parte de darles explicación. Empiezo a ser un espectador perezoso. Ya tuve bastante con el coñazo de "Donnie Darko" y no necesito otra película que oculta su deficiente guión con ínfulas y la colaboración de gafapastas entregados a la nada argumental.

Le doy un 5 porque en el fondo soy un trozo de pan, aunque cada ver más seco y duro.

Quizás muchos de los espectadores no entiendan el miedo a la Guerra atómica que vivíamos en los años 70 y 80 en el mundo occidental. Era esa espada de Damocles siempre oscilando sobre nuestras cabezas. Y no podíamos hacer nada. Así que el cine, cuando se ponía el disfraz de trascendental y comprometido, nos proporcionaba películas que plasmaban nuestras pesadillas. Desde "Punto Límite"(1964) en la que un error humano y de comunicaciones puede causar la Tercera Guerra Mundial hasta ver las consecuencias para la humanidad en "La hora final"(1954) a la que asistíamos, impertérritos, al final de la especie humana por la radiación, viendo como los últimos rescoldos de la humanidad huyen a Australia y cuando llegue la nube radiactiva, intentarán sobrevivir en la Antártida.

"Estado de Alarma" es un magnífico filme que bebe de esta angustia. Un fanático capitán encarnado por el excelente Widmark, que nos recuerda al Bogart obsesionado de "El Motín del Caine"(1954), es un trasunto del capitán Ahab y persigue a su Moby Dick particular en forma de submarino ruso llamado "Big red". Tiene, como coro griego que le recuerda sus errores a un periodista encarnado por Sidney Poitier. Su tripulación está al límite, mental y físicamente, y los sigue atornillando. Y esa cacería puede tener consecuencias funestas, si alguien comete un error. El personaje de Widmark es un loco que acusa a los demás de lo que es él: un fracasado bocazas y autoritario en busca de una gloria que comportaría a la humanidad muchos problemas. Un ególatra que trata fatal a sus subordinados.

James B. Harris, el director, sabe captar esta personalidad y la tensión que causa entre los que le rodean. Sabe leer el guión y plasmarlo, sacando petróleo de la labor actoral. La película es redonda y Harris debería estar en el Olimpo de los buenos directores. Y sin embargo, nadie le recuerda.

Si quieren pasarlo mal durante un rato y volver a las sensaciones de la Guerra Fría, no lo duden, ésta es su película.

Una corriente algo olvidada del cine de superhéroes son esas películas en la que la gente con poderes no van disfrazados y tienen problemas más o menos reales, relacionados con una persecución por parte de las autoridades, que pretenden usarlos, catalogarlos o exterminarlos. En los 70 y 80 "Scanners", "Carrie", "La furia", en los 90 y los 2000 las series de TV "Héroes" y "Alpha" o el filme "Push" (quizás el mejor de todos ellos) junto a "Hancock" o "American hero".

"Code 8 " es una propuesta de Jeff Chan. Un microuniverso fílmico constituido por un corto y dos filmes que comparten protagonistas, los hermanos Amell. Esta segunda parte es una mezcla de la serie policíaca "The wire" con filmes de anticipación científica como "Chappie", donde los protagonistas serán hostigados por distintas máquinas, drones o bien robots asesinos de aspecto humanoide o perruno. Máquinas que te las crees, en especial el perro.

En un barrio marginal de una ciudad estadounidense tipo Baltimore, con sus traficantes de drogas y todo eso, un ex-presidiario debe proteger a una adolescente que ha visto demasiado. Serán perseguidos por todos y deberán usar sus poderes para sobrevivir. La acción está bien llevada y los personajes, aunque arquetípicos, tienen su desarrollo. Por ejemplo, la adolescente es irritante e insoportable, como todas las de su edad con problemas. La historia y la acción irá in crescendo, no de manera muy original, aunque eficiente, siguiendo todos los patrones de este tipo de películas. Así que al final tendremos un fin de fiesta movido y previsible.

Interesante filme de ciencia-ficción australiano, que juega con los viajes en el tiempo y las siempre resultonas paradojas temporales.

Un mundo sin oxígeno, donde la gente se asfixia y se matan por una bombona. Cosa curiosa si pensamos que de la hidrolisis del agua del mar tendríamos oxígeno para aburrirnos. Un detallito "sin importancia" en un filme donde lo científico y veraz no es lo suyo. No obstante la película en sí es entretenida y para los medios que tiene, está bien llevada. Un futuro con un aspecto sórdido, con una ciudad al estilo "Blade Runner", decadente y sucia. Un futuro sin esperanza ... hasta que pasa lo que pasa. Si esto sucede en el primer tercio del filme, los otros dos tercios restantes suceden en otro lejano futuro, que no es el esperado. Y hasta ahí puedo leer, el resto en el spoiler.

Aparte de una acertada y solvente ambientación, y una BSO eficaz, los actores cumplen sobradamente. El resultado es más que aceptable y no merece la baja nota que tiene. No es un blockbuster ni lo pretende. Es un sencillito filme de ciencia-ficción con sorpresas. Y como tal, funciona. Pero no le deis muchas vueltas al guión, que tiene más agujeros que el gruyere.

¡Que raritos son los suecos! Un filme de serie B, la típica película cincuentera de extraterrestres se transforma en un escaparate de los valores modernos de la sociedad nórdica de entonces aplicados a sus productos cinematográficos.

Así la protagonista norteamericana es una exitosa deportista independiente, de mucha iniciativa sexual, que echará el ojo a un geólogo sueco especialista, no en los afloramientos, sino en desflorar todas aquellas jóvenes liberadas que se le ponen a tiro. Y eso que son los 50. No me extraña que en España y en la costa las suecas causasen furor entre los cejijuntos peludos españolitos. Les pondrían cardíacos. De hecho, el filme, en su versión sueca, ofrece un desnudo integral -tras una mampara de ducha ondulada- que no viene a cuento, junto a algunos planos pectorales y del trasero, rodado con la doble de la protagonista. En la versión estadounidense, esto de cayó del filme y añadieron una escena en que unos psicólogos hablaban del comportamiento "extraño" de la chica. Con la mayoría moral hemos topado.

La película se ve rara. Se aleja de los tópicos de los filmes de Roger Corman. Vemos gente esquiando arriba y abajo. Quizás demasiado. Está rodada en exteriores montañosos cubiertos de nieve. Tendremos el monstruo de turno, bastante lamentable, y unos alienígenas con sudadera. No se entiende demasiado que pretenden estos visitantes, matan gente pero también salvarán a la chica, destruirán un poblado lapón así porque sí, pero luego parece que son pacíficos. Y no dirán ni mú.

La presencia de los samis -no le gusta que les llamen lapones, ya que es un insulto- es demasiado folklórica, vistiéndolos con sus trajes y transformándolos en una especie de paletos rubios que, al final, formarán parte de un tumulto linchador. Los samis fueron perseguidos por los suecos, esterilizaron a sus mujeres y fueron reeducados según el modo de vida y lengua de los suecos. Una vergüenza que aún arrastran los escandinavos que mientras dan el premio Nobel lo esconden debajo de la alfombra de la sala de Conciertos de Estocolmo.

En fin, una película extraña para una cinematografía tan cerebral y aburrida como la sueca. No me imagino a Ingmar Bergman haciendo cola para verla en el cine ¿o quizás sí con ese desnudo....? Quién sabe.

¿La inspiración del "Sucker Punch" de Zack Snyder? Similar punto de partida -el ingreso de una joven en un psiquiatrico- y un casting más propio de las películas de Zack, con chicas jovencitas de buen ver e incluso alguna vestida de colegiala. Un poco rarito para ser un psiquiátrico. No obstante, esto y otras cosas tendrán su explicación al final. En eso Carpenter -o sus guionistas los Rasmussen- se basa en otro filme que cito en el spoiler.

Para ser el último largometraje del gran maestro, no es decepcionante. Hay mucho de eso de hacer leña del árbol caído. Viendo las porquerías que se estrenan bajo la etiqueta de "terror y thirller" los que lo ponen a caldo tendrían que arrastrarse a besarle los pies. Se notan sus tablas, su mano experta en los movimientos de cámara a lo largo de los pasillos, en como sabe crear tensión, como juega con las miradas y con los personajes, que siempre ocultan algo. Hay pocos, pero ninguno está de más. No veo que sea un filme decepcionante. Es una obra menor bien resuelta. Y los actores funcionan.

Película de psiquiátricos con todo lo propio de ese subgénero. Nada es lo que parece. Nadie es quién parece. Y Carpenter lo sigue al pie de la letra.

Película más propia de la década precedente, "El Planeta Fantasma" es una aventura espacial en un futuro más propio de Buck Rogers, con cohetes fusiformes con los de el protagonista se desplaza desde la Base Lunar buscando la causa de la desaparición de varias naves. Un arranque interesante, aunque cuando llegue al Planeta Fantasma, un planetoide errante poblado por lozanos jóvenes, blancos, con pelo y buena figura, la historia tomará unos derroteros más próximos a aquellos filmes del tipo "Cat women of the moon (1953)", con una sociedad irreal y que no se sostiene. Parece más una prisión que otra cosa.

Un guión viejuno, donde el astronauta le obsequian con una novia a elegir como si fuese un jugador brasileño de futbol, se enfrentará a un celoso rival y también a unos alienígenas que aunque feos no parecen tan malos como dicen. Es curioso que en las habitaciones estos chicos guapos no tienen ni pantalla ni libros, así que están todo el rato durmiendo. Tampoco se ven niños, así que no están mucho por la labor de poblar el planetoide.

Efectos especiales bastante decentes, aunque si pensamos que en siete años se rodaría "2001", se ven obsoletos, tanto en su concepto como en su ejecución. Lo más curioso, porque no lo esperas, es la sorpresa que se lleva el protagonista al llegar al planetoide.

En fin, una serie B espacial del montón.

La sanción "Axanar" fue un antes y un después en las fan-movies de Star Trek. La productora cinematográfica y que detenta los derechos dio un golpe en la mesa ante los buenos productos fan -como iba a ser "Axanar"- en los que participaban actores y técnicos profesionales y estableció que no dejaba rodar series de aficionados como hasta entonces, y si no serían denunciados. Y ahí acabaron muchas de ellas.

Una de las afectadas fue "Secret Voyage". No es de las mejores; es más bien normalita. Se supone que es una nueva tripulación para el USS Enterprise que sustituyó a la clásica para una misión secreta, en un planeta fuera de la Federación y con unas razas desconocidas. Así que tenemos un capitán y personajes nuevos, aunque con dos episodios es difícil familiarizarnos.

Una serie fan hecha por fans. Se nota. La dirección es demasiado estática, la dirección de actores es floja al igual que las interpretaciones. Y al guión le sobran diálogos. Los efectos, gracias a los CGIs baratos, se dejan ver, aunque no son muy allá. La historia es una del montón, rodada en uno de esos escenarios desérticos del entorno de California. Tampoco pueden desarrollarla más con tan solo dos episodios. Al menos el alienígena que se inventan -un señor supercachas y con cara de loco- tiene su gracia.

Es raro que no empleen tele-transportadores y sí la nave de transporte. La explicación la tendremos en la conclusión del segundo y último episodio. Y ahí se quedó la serie. Una pena, ya que con algunos episodios más quizás hubiese despertado un cierto interés.

Peliculita olvidada, poco conocida y que tenía un punto de partida realmente interesante. Un científico y buscador de tesoros descubre que el puerto pirata caribeño de Port-Royal emerge durante un breve periodo de tiempo del fondo abisal en el que se encuentra tras un terremoto. Así que propone a una sociedad de mecenas que le paguen una expedición en barco para traer los tesoros piratas. Sin embargo, delincuentes -piratas modernos- están al corriente y se harán con la tripulación, en una versión sui géneris de "La isla del tesoro", pero sin niño ni cojo.

Sin embargo esta premisa tan interesante, aderezada con ruinas, barcos, aviones, huracanes, lava y cangrejos gigantes, así como una pin-up que ejerce de geóloga a la que tendrán que rescatar, queda completamente desdibujada a causa de una pésima y oscurísima fotografía, con la que apenas se aprecia nada de lo que tendríamos que ver. Una pena. No ves ni torta, al menos en la copia que he visto. Y eso que es una sucesión de escenas aventureras y que podría haber llegado a clásico con una buena fotografía y una dirección con más gancho.

Una pena.

Tras ver las dos películas de Villeneuve que pretenden adaptar la gran novela de Herbert, vuelvo a darle más valor al filme de David Lynch. ¡Que pésima adaptación!. Y lo peor es que disponiendo de ¡cinco horas! para plasmar todo el contenido de la novela, apenas aporta nada nuevo con respecto al filme de David Lynch, salvo el tramo de Momoa.

Villeneuve es un director pretencioso. Una excelente puesta en escena, de gran belleza plástica, gracias a la pasta de la que dispone, pero sus filmes son lentos, pedantes, cansinos. Sin un ápice de épica. Y lo peor es que traiciona a la esencia de la novela. La pervierte. Peter Jackson hizo una magnífica adaptación de "El Señor de los Anillos" , aunque modificó personajes o los acabó quitando, como Tom Bombadil.

Pero Villeneuve ha corrompido las ideas y mensajes de la novela. Ha caído en las garras del wokismo más lamentable. Por supuesto, no podía aceptar al "Salvador blanco" que supone Paul Atreides. ¡Como van a permitir que sea un extranjero perteneciente a una potencia colonizadora quién lidere la revuelta de los nativos! Así que lo que hace es mostrar a una madre manipuladora, al igual que su hijo, para obtener el poder y la venganza. Los critica. Y, por supuesto, la única que ve esto es Chani, la pareja mestiza de Paul. El tema es que nada de esto es del libro. Chani no se pelea con Paul. Pero es que Chani tampoco tiene ese papel protagonista ni en la novela ni en el filme de Lynch. Por todo ello, el filme de Lynch es una mejor adaptación, por muchas libertades que se tome. Chani es una guerrera pero no la mujer empoderada que nos vende Villeneuve. El final del filme es una corrupción de la novela. Si vemos el montaje que hizo Spicediver del filme de Lynch, veremos el final del libro palabra por palabra (ver spoiler). Pero hay más aberraciones made in Villeneuve. No aparece la hermana de Paul, Santa Alia del Cuchillo, que ¡aún no ha nacido!. ¿Porque quitan de la película a Tufir Hawat, el mentat Atreides, en especial en la conclusión final? ¡Por favor, es una herejía! Y Stilgar ha sido transformado en un fanático religioso, cuando nunca fue así. Un error muy grave es que todo sucede apenas en seis meses, cuando en la novela transcurren años. Y no hablemos del final (ver spoiler), algo que también se saca de la manga Villeneuve. Y sobretodo ¡apenas vemos a los gusanos! ¡Si los gusanos son Dune! En la de Lynch vamos bien servidos pero aquí apenas les vemos su boca una o dos veces en tres horas!!!

Otro patinazo evidente es que toda la tradición Fremen sea asimilada a la cultura tuareg y norteafricana. Les copia hasta los tatuajes ¿Porqué si es otro planeta? Lynch evitó esta asimilación en su filme y era un acierto ¿Qué sentido tiene? Si hay momentos que parece que veamos un filme sobre Lawrence de Arabia y no sobre otro mundo. Es cierto que Herbert usaba vocablos árabes o similares como yihad, Mahdi o fedaiyin pero por otro lado creaba una sociedad extraterrestre. La ropa talibana diseñada para las Bene Gesserit me parece horrible. No le ves la cara a las actrices ¿De que vale tener a Charlotte Rampling si podría ser Samantha Hudson ya que NO SE LES VE LA CARA? ¿Es para vender el filme en Afganistán?

Más patinazos. No se habla de la relación del gusano con la especia. Ni que Paul es el Kwisatz Haderach. Tampoco se vuelve a hablar de la Cofradía. Todo pasa por un tamiz de realidad terrestre, una "nolanización" de una historia extraterrestre. Y con cinco horas son incapaces de introducir a personajes de la novela como el Conde Fenring.

El resultado es decepcionante para quién conoce la novela y el filme de Lynch. Otra oportunidad perdida. Una aberración hecha a mayor gloria del director más sobrevalorado del momento. Que triste.

Por favor Sr. Lynch ...¡ lance su versión de cuatro horas!

Eficaz producción de bichejos que comen gente. Se nota la mano de Aja, un maestro del género. Nos mezcla un "Home invasion" con la típica película de monstruos. Aunque rodada en Serbia, Aja nos propone un viaje al interior de un huracán en Florida, donde la protagonista -nadadora universitaria- se desplaza para saber porqué su padre no coge el teléfono. Lo encontrará en el sótano de su vieja casa familiar. A él y a algo más...

Aja sabe leer el guión y lo que necesita. Dota al filme de un ritmo trepidante, apoyado en un magnífica elección de planos cortos, medios y largos junto a un montaje de rechupete. Y el empleo de los CGIs es brutal. Parecen bichos reales y los actores parecen creérselos. Los tienen enfrente. Una vez empieza la acción, ésta irá in crescendo ... se irán sumando peligros a la odisea de los protagonistas, apenas tendrán un respiro cuando se cernirá sobre ellos uno nuevo e inesperado. El empleo de los dos mundos - el terrestre y el subacuático - es muy inteligente. Veremos a la protagonista arrastrarse para huir del caimán pero también nadar bajo el agua cual sirena perseguida por los voraces reptiles.

Incluso nos ofrecen una explicación a la hostilidad de los caimanes. Han transformado a su casa en una zona de cría. Y por sus hijos, una madre ... mata.

Aja nos entrega un producto redondo. Sin fisuras para los chistes sin venir a cuento. Fauna letal en toda su expresión. Sin respiro.

Kaurismaki tiene su parroquia. En los años 90, con la chica del matarratas y aquellos rockeros nórdicos de tupés hiperexagerados, empezó a hacerse un huequito en las salas de arte y ensayo. Y sigue como siempre. Gente infeliz, siesa, con problemas de comunicación, aburrida, hierática, sosa, deprimente. Dos tazas de Kaurismaki.

Si en los filmes franceses cansa ver que viven en pisazos de esos del centro de París, aquí los protagonistas viven de manera muy humilde en barrios muy pobres de Helsinki. No pido glamour, pero si más figurantes por las calles y que de noche no desvalijen a borrachos, cual "Naranja mecánica".

Ver su cine es viajar en el tiempo hacia los años 90. Se ve obsoleto, viejuno, como otra realidad. El bar musical al que van es lo más patético que he visto en años. En este filme apenas vemos móviles, televisiones, laptops o cualquier tecnología que huela a 2024, que se supone que es cuando se ambienta. Una radio que parece de lámparas, que sintoniza una emisión de posguerra, aunque hablan una y otra vez de la Guerra de Ucrania. Un hospital que no lo parece. Una gente que se comporta como androides sin sentimientos. ¿Son así los finlandeses?

¿Y la historia? Es rara y romántica. Pero a lo Kaurismaki. Con un sentido de humor finés, o sea, durillo. Y si no me entienden, vean los filmes de "Iron Sky".

Parece ser que este director le gusta a Boyero porque sabe exactamente lo que va a ver, ya que se repite más que el ajo. Bueno, hay quién le gusta el all i oli. Este es su público. Estarán contentos . Es como ver a un viejo amigo. Pero a mí ...plim. Que cosa más sosa.

Si no fuese de Murnau, nadie se acordaría de esta película. Es así. Y aunque sea del afamado director alemán, apenas atisbamos nada de su genio. Parece un encargo alimenticio. Una historia de folletín que se desarrolla en un palacio de campo, durante una cacería la que asisten personajes de la alta sociedad. Un misterio sobre un asesinato entre ellos, una intriga donde ni siquiera hay un detective al uso, sino habladurías como comadres por parte de los asistentes Y poco más.

En el argumento hay una cierta crítica a la religiosidad, pero también a los pecados de la carne, a la debilidad del vicio y como ésta puede tener nefastas consecuencias, aunque cogidas con alfileres.

Lo único de Murnau es la escena de las pesadillas. De hecho, la escena de la ventana la veremos repetida, más o menos, en su celebérrima "Nosferatu",que rodaría años después. Los actores cumplen y el que encarna al protagonista, el señalado como asesino fraticida, recuerda mucho a Martin Landau.

Una película del montón, no todo en el cine mudo eran obras maestras. La gente tenía que comer y los artistas trabajar.