Haz click aquí para copiar la URL
España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
7
Drama Richard Jewell era un guardia de seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, el cual descubrió una mochila con explosivos en su interior y evitó un número mayor de víctimas al ayudar a evacuar el área poco antes de que se produjera el estallido. En un principio se le presentó como un héroe cuya intervención salvó vidas, pero posteriormente Jewell pasó a ser considerado el sospechoso número uno y fue investigado como presunto culpable. [+]
31 de marzo de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo pasar de héroe a villano en cuestión de horas. Cómo destruir la vida de alguien por meras conjeturas. Como el estado y el cuarto poder pueden acabar con alguien anónimo, deshumanizándolo y transformándolo en un meme, en un pelele a quién golpear gratuitamente y sin consecuencias.

Clint Eastwood aprovecha la historia real de Richard Jewell para mostrarnos como cualquier ciudadano anónimo puede ver su presunción de inocencia vulnerada y cómo los juicios mediáticos pueden acabar con la vida social y laboral de cualquiera. Y da miedo.

La situación kafkiana que sufre el protagonista fue real. Una investigación torpe por parte de los federales y un conveniente soplo a la prensa, permite crear una pesadilla a un ciudadano corriente. Su vida será escrutada y juzgada, sufriendo gordofobia, siendo ridiculizado por vivir con su madre o por su manera de ser. Alguien que, por su perspicacia y profesionalidad, había salvado montones de vidas al descubrir a tiempo un artefacto explosivo en un concierto, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta.

Aparte del melodrama y del drama judicial perfecto que nos narra Eastwood, con pericia y simplicidad máxima, el director aprovecha para cargar contra el papel de los medios de comunicación, singularizándolos en el comportamiento de una periodista -de nombre real- a la que presenta como una mala profesional, que no escribe ni sus artículos, borracha, arribista y que intercambia sexo por información. Un personaje que parece una parodia y que ha molestado mucho tanto a los medios de allí como a la prensa en general. Lo que resulta curioso es que esa prensa no hable del pésimo comportamiento ético que tuvieron en el caso mostrado. De hecho, y es algo que no recoge la película, Jewell y sus herederos demandaron a los medios y obtuvieron compensaciones económicas, aunque no lo consiguieron con el diario de su ciudad, donde trabajaba la mencionada periodista. Pero este linchamiento mediático no es exclusivo de los EE.UU. Aquí tuvimos el "Caso Arny" y el "Caso Wanninkhof", en los que la prensa tuvo un papel, cuanto menos, poco acertado. Hay documentales sobre ambos casos que evidencian ese linchamiento o juicio mediático y las consecuencias que tuvieron.

Ver como una persona es atropellada en sus derechos por el brazo armado de la Ley y como es linchada mediáticamente sin prueba alguna, provoca un auténtico rechazo y la solidaridad del espectador. Eastwood y su guionista sabe conducirnos por los sinsabores de esa historia y humanizar a los protagonistas, que, en el caso del acusado y su madre, se alejan del mero arquetipo, algo que, sin embargo, no consigue con el abogado, demasiado perfecto en su rol.

También hay un cierto toque de comedia negra, no se si involuntaria o no. Esa obsesión con lo legal de Jewell en el filme nos recuerda a Tackleberry, aquel personaje fanático de las armas y el orden de "Loca academia de policía". De hecho la escena en la Universidad, con el rector que le despide y él sacando un bloc con las cosas que le dijo en una conversación parece salida de esa franquicia de humor. Los agentes el FBI tan impresentables y poco profesionales así como la periodista son personajes tan bizarros, tan exagerados en su inutilidad que son más propios de un filme de los hermanos Coen o de Berlanga. Quizás Eastwoood buscaba ridiculizar o mundanizar a las fuerzas policiales del estado, en especial al FBI, tan perfecto en otras películas y series televisivas y aquí tan cutres. Igual con la prensa, tan éticos en sus investigaciones, como nos hemos hartado de ver en cine y TV, y aquí encarnados por una borracha sin principios, que se acaba los vasos de alcohol abandonados.

Magnífica película de Eastwood. De esas que cuando acabas de verla, empiezas a comentarla y a buscar en internet todo lo relacionado con ella. Y eso es saber presentar una historia.
Quinto Sertorio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow