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Críticas ordenadas por:
Hasta los huesos
Hasta los huesos (2017)
  • 5,8
    5.127
  • Estados Unidos Marti Noxon
  • Lily Collins, Keanu Reeves, Rebekah Kennedy ...
5
Entre el drama real y el telefilm arquetípico.
En 2017 Netflix nos ofreció otro de sus telefilms con buena factura audiovisual y estrellas de relumbrón... pero de desarrollo argumental irregular (no será el primero ni el último. Que si "Imperdonable" (2021), que si "The Prom" (2020), que si "Alerta roja" (2021), que si "Diamantes en bruto" (2019), que si "Campamento alienígena" (2019), que si "Los chicos de la banda" (2020), que si "La vieja guardia" (2020), que si "Spiderhead" (2022), que si "Tyler Rake" (2020), que si "Bright" (2017), que si "Patrulla Trueno" (2021) etc.).

Inspirado en las vivencias de las personas con trastornos de alimentación (ayuda sobremanera que la protagonista Lily Collins viviera en sus carnes (valga la redundancia) la anorexia nerviosa durante una etapa de su adolescencia), la trama nos lleva por las desventuras de la veinteañera Ellen (Collins) mientras trata de superar su enfermedad entre clínicas de rehabilitación y se obsesión interminable de quemar calorías a toda costa. En la clínica del Doctor William Beckham (Keanu Reeves) luchará contra su trastorno mientras conoce y hace nuevos amigos.

La cinta nos va llevando por claroscuros: con momentos y situaciones cercanas cargadas de humanos detalles (la mayor parte de los diálogos entre la protagonista y sus compañeros de clínica sobre su relación con el aspecto, la comida, las calorías y el ejercicio resulta sabedor de esta realidad actual, es ilustrativa en sus pormenores que esclarecen al espectador el prisma a través del cual ven estas personas la realidad, y resulta cómplice con desenvoltura natural. Tampoco se relegan algunos instantes (contados con los dedos) con alguna que otra reflexión vital identificativa para toda audiencia durante esas "sesiones" con el doctor Reeves/Beckham) y con otras escenas o bien forzadas en el estereotipo superficial (toda la subtrama del interés romántico (que parece una especie de copia de barata de "Bajo la misma estrella" (2014)) o la relación con la familia de la protagonista, cuyos personajes son tan tópicos que ni en los tebeos (creo que la carismática Lili Taylor no ha tenido un personaje más parco y caricaturesco sin pretenderlo jamás... ni tan siquiera en "The Haunting" (1999) y creo que con eso lo digo todo)) o bien descafeinadas e inconclusas por desidia y pereza a la hora de elaborar el libreto (caso del último tercio del metraje, la presentación de los personajes y ese olvido que se hace a la hora de configurara la apática protagonista (que no llega a despertar la compasión del espectador dada su unidimensionalidad "pasota")).

Es decir, que con un guion más pulido que no cayera en tantos clichés previsibles y lugares comunes... podría haberse dado una película de drama sencillo y personal sobre enfermedades y adicción en "el primer mundo" a lo "Beautiful Boy" (2018), "Planta 4º" (2003) o "El regreso de Ben" (2018). Algo sin duda mucho más recomendable dado el tratamiento argumental más profuso, hondo y multifacético que lo que nos ocupa.

Porque en el resto de elementos cinematográficos lo cierto es que "Hasta los huesos" no difiere demasiado de aquellas. Cuenta con un plantel adecuado para lo que demandan los roles (no es que considere a Collins una buena actriz ni muchísimo menos. Es más, solo he visto productos en los que sale sobreactuada y desubicada. Pero aquí sí resulta natural en este el que es su mejor trabajo hasta la fecha. Mientras que los demás jóvenes (Alex Sharp, Kathryn Prescott, Maya Eshet) también se entienden con sus papeles de forma atinada y los veteranos (Reeves, Taylor, Carrie Preston) ejecutan estos monocromáticos papeles con los ojos cerrados), su puesta en escena cuenta con una elegante labor de fotografía (que combina con gusto la iluminación puntual y las tonalidades tenues de sus decorados), con una elección de escenarios de nivel y con cinematografía definida y confortable. Y aunque la realización y la elección musical son de lo más mundanas y usuales, lo cierto es que no molestan en ningún momento.

Por lo que se puede decir que, como suele suceder en los largometrajes exclusivos de Netflix, estamos ante un telefilm por encima de la media dada su factura audiovisual... pero realmente parejo a lo que un drama de estas características del multicine de Antena 3 nos suele "regalar". Resulta tolerable para todo cinéfilo medio, pero no invita a un segundo visionado. Digamos que es ciertamente inferior a "Leaving Las Vegas" (1995) o "Beautiful Boy" y bastante superior a "28 días" (2000) o "Alcohol y coca" (1988). Se queda en un "A dos metros de tí" (2019) o un "Judy" (2019) de la vida y resulta solo indispensable a los muy muy incondicionales de alguno de sus actores o a los muy interesados en las personas con trastornos de alimentación (a riesgo de parecer una persona con poco tacto, admito que no es un tema que despierte mucho mi atención en el día a día).

Lo mejor: Me quedo con los trazos del guion que envuelven los intercambios dialécticos entre estas personas con las perspectiva de la realidad adulterada.
Lo peor: El nulo trabajo del libreto hacia los personajes de la familia de la protagonista.
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El caso Asunta (Miniserie de TV)
El caso Asunta (2024)
Miniserie
  • 7,1
    7.821
  • España Ramón Campos (Creador), Gema R. Neira (Creadora) ...
  • Candela Peña, Tristán Ulloa, Javier Gutiérrez ...
6
De una precisión magnífica... aunque no tan enriquecedora como pudo ser.
Si estabas en España en 2013 te habrá resultado imposible no tragarte hasta en la sopa el terrible caso criminal de estos "padres" adoptivos hacia su hija de origen chino. Por lo tanto, el factor sorpresa para la gran parte del público (que no la mayoría del público, pues el producto se beneficia de su formato vía streaming y lleva semanas en el top de lo más visto de Netflix en las listas de casi todos los países del mundo (ahí es nada), algo en lo que la empresa de Marc Randolph y Reed Hastings ha contribuido con doblajes en todos los idiomas mayoritarios del globo terráqueo) por supuesto no va a existir.

Sin embargo "El caso Asunta" es capaz de perfilar a unos personajes multiversados ya sea en su humanidad o falta de ella. Unas personalidades intrincadas e insondables capaces de mostrar las mayores bajezas humanas (de egoísmos, superficialidades, resentimientos, etc.) en sus villanos-cuasi-anti-héroes (encarnados con maestría por Tristán Ulloa y Candela Peña en los únicos personajes que conservan los nombres y apellidos reales, que también son los menos ficcionalizados) o pinceladas potentes de nobleza (caso del resto de personajes protagonistas o secundarios que sí son alterados en sus nombres y bastante más ficcionalizados... sin dejar de encontrarse por supuesto con detalles o acontecimientos que sucedieron en la vida real (básicamente el proceso de instrucción y juicio del caso criminal)). Y es que los guiones de Ramón Campos y compañía fusionan con pericia los potentes momentos de "true crime" (todo el que sea fan, como admito que es mi caso, del "True Crime" a lo "Atrapadas" (2004-), "Accidente, suicidio o asesinato" (2019-), "Enterrados en el jardín" (2018-) y demás va a encontrarse en "El caso Asunta" un relato de lo más complaciente e indagador) con un desarrollo argumental cabal y maduro. Donde los espacios entre averiguación detectivesca, ocultación criminal, estrategia de defensa o averiguación científica se completan con unos retales de vida personal identificativos y orgánicos que hacen progresar a la trama con competencia y dignidad.

Es pues una miniserie que no se hace pesada, que fluye con tremenda naturalidad y sentido del entretenimiento a la par que sentido ilustrativo. Un producto que nos va a dejar unos acontecimientos curiosos (que no superlativos en su trabajo. Pues, sabiendo del caso en cuestión, hay muchísimos detalles cruciales que se obvian o alteran (más en spoilers) y que pudieron dar más garra vil a los protagonistas. Al igual que sus detalles de ficción pudieron ser más recónditos y serpenteantes. ¡Vamos!, que pudo ser un "True Detective" (2014-) si hubiera querido pero se queda más a lo "CSI: Miami" (2002-12)) y una serie de personajes magnéticos para bien o para mal. Pero a esto no solo contribuye un buen trabajo de escritura (que la productora de Ramón Campos ya sabe un rato episodios con intrigas criminales duchas y personajes brillantes, que en eso la recomendadísima serie "Gran Hotel" (2011-13) le sigue ganando la partida a "El caso Asunta"... cuyos personajes son notables y cuyas intrigas son hábiles), ya que las actuaciones están todas ellas en estado de gracia.

Y no hablo solamente de una sublime Candela Peña (cuyo parecido físico con la verdadera Rosario Porto es cuestionable, pero que suple esas carencias de caracterización con una personalidad cargada de inseguridades, egocentrismos, infantilismos, narcisismos y demás... a la par que resulta una mujer zombie empapada de ansiolíticos. Y todo lo transmite con una pasmosa naturalidad para con el espectador) y del sorprendente Tristán Ulloa (esté sí resulta irreconocible en su caracterización. Me dicen que es otro actor y me lo creo perfectamente) como ese gélido y circunspecto pero con arrebatos de ira que esconden también los mismos rasgos de su contraparte femenina. Hablo también de las configuraciones carismáticas y singulares a la par que cercanas y co-partícipes que hacen de sus roles actores como Javier Gutiérrez, Carlos Blanco, Alicia Borrachero o Celso Bugallo entre otros (todos ellos tiene menos material con el que trabajar pero lo realzan con gran astucia). Todos ellos elevan la experiencia audiovisual a cotas de lo identificativo y distinguido.

También el producto cuenta con una buena configuración de escenarios y una realización avezada... pero podría decirse que es la pata más corta del producto, pues se contenta con la mera corrección. Otro asunto es la labor de vestuario y maquillaje que resultan todo un portento (sin llegar a llamar la atención despiertan una elegancia acomodada y una circunspección estupenda hacia los acontecimientos reales que todos vimos televisados o en otros medios de prensa).

Unos elementos que lo dan todo a la trama y sus actuaciones, donde residen los pilares más robustos de la miniserie. ¿Que me resulta una serie recomendable a todo público adulto que busque un poco más que el mero pasatiempo?, sin lugar a dudas. ¿Volvería a verla?, pues probablemente no. Pues en su conjunto no es la obra maestra del crimen ficcionalizado (o directamente de ficción) de "Daredevil" (2015-18), "True Detective" o "Daños y perjuicios" (2007-12), pero desde luego supera a una distancia de años luz a engendros como "Homicidios" (2011) o "Mentes criminales: Conducta sospechosa" (2011) y resulta tremendamente superior a series como "El cuerpo del delito" (2011-13), "Por mandato del cielo" (2022) o "El comisario" (1999-2009). Digamos que se queda a un pasito de "The Act" (otra miniserie, aquella de 2019, basada en un caso que incluso a día de hoy sigue trayendo cola... y éste a nivel mundial). En su conjunto la equipararía a "Mentes criminales" (2005-20) o "El diablo a todas horas" (2020)... y eso es decir bastante.

Lo mejor: Las actuaciones.
Lo peor: Diría que el escaso ingenio en la fotografía.
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Tyler Rake 2
Tyler Rake 2 (2023)
  • 6,2
    5.960
  • Estados Unidos Sam Hargrave
  • Chris Hemsworth, Golshifteh Farahani, Adam Bessa ...
3
Un acción repetitiva y absurda con una trama arquetípica y plana.
Continuación de la nada reseñable cinta de acción escrita por los hermanos Russo (directores de la saga de los superhéroes marvelitas "Los Vengadores") y dirigida por el entonces debutante tras las cámaras Sam Hargrave (especialista de acción que ha demostrado con aquel largo y este que nos ocupa que sabe conducirse con habilidad por los planos como realizador). Repitiendo de nuevo en la escritura, la dirección y la actuación los hermanos Russo, Sam Hargrave y Chris Hemsworth respectivamente se ponen manos a la obra de otra trama de acción estilizada en escena... pero sin ningún tipo de sentido o calado a nivel de desarrollo argumental.

El soldado de las fuerzas especiales australianas retirado (Hermsworth) recibe un nuevo encargo privado. Si en la anterior película se encargó junto a su equipo de rescatar a un niño secuestrado por un "malo maloso", ahora se trata de una mujer secuestrada y sus dos hijos de unos "malos malosos". Una premisa que pudo dar pie a unos intrigas recónditas y a unos personajes singulares y multifacéticos (es decir, que pudo dar lugar a un "El mito de Bourne" (2004) o a un "Los intocables de Elliot Ness" (1987)) pero que en su lugar nos ofrece exactamente lo mismo que su predecesora. Y esto es una acción de tiros, topetazos, persecuciones, combates y explosiones que se coreografían con estilo y majestuosidad... pero que interesan entre poco o nada dado que el nexo de unión entre estas secuencias es una trama que tira de tópicos constantemente de forma superficial y absurda. Con el "malo supermegaultramalo" que parece sacado de la peor telenovela turca cuya única dimensión en su personalidad es matar, torturar, chantajear y demás catálogo de maldades que den tiempo en las dos horas de metraje (incluso los psicópatas más bobos tiene algún móvil para sus vilezas. Pues aquí el hermano del mafioso sencillamente va matando por antojo (caso flagrante el cadáver que deja en el último tercio del film)) con un séquito paramilitar capaz de sacar helicópteros cargados de bombas de la chistera y plantarlos en el espacio aéreo de Austria (pero eso no es todo, a Viena viajan centenares de "masillas" que el prota Hemsworth se va cargando (porque aquí inmune a las balas solo es el protagonista, y algún que otro secundario "de los buenos" claro, pero si es demasiado secundario... ya se pueden despedir de él) todos ellos armados hasta los dientes llegan a la Unión Europea en plan paramilitar mientras que en la frontera ese día estaban de vendimia.

Tanto "malos" como "buenos" arman la segunda guerra mundial en Viena (con granadas, bombas de racimo, metralletas en masa, etc.) sin que un solo civil muera con esa destrucción masiva más propia de una bomba nuclear, y sin que el ejército les tosa (en el film, que se supone no se sitúa en un lore de fantasía tipo "The Matrix" (1999) donde estas cosas pueden llegar a ser plausibles. No no, se sitúa en la geografía "real") como mucho salen en un par de coches-policía que (evidentemente) saltan por los aires ante ese campo de minas antipersona en la que la bella Viena se ha transformado en unos 5 minutos. Y, cuando el disparate que aleja al espectador no hace acto de presencia, se evidencia un desarrollo argumental repetitivo en sus estereotipos frívolos.

Así que sí: el guion es un desastre por todas sus líneas. Y si no llega a tener la cinematografía con la que cuenta el producto... estaríamos hablando de algo parejo a "Secretos de familia" (2016) o "Infiel" (2020-22). Así de terrible es "Tyler Rake 2" a nivel de trama. Esto puede que al más incondicional de cine de acción puro y duro no llegue a descolocar, pero al público general que busque una historia (no ya una buena historia a lo "El caso Bourne" (2002) o "Tigre y dragón" (2000) sino una historia como en "Misión: Imposible" (1996) o "John Wick" (2014)) entre tiroteo y salto doble mortal... pues se va a ver distanciado del conjunto por culpa de ese irracional y trivial devenir.

Incluso en las escenas de acción (que son el 90% del metraje) el espectador medio se va a ver tentado a abandonar el visionado o a hacer algo más productivo con su vida mientras tiene este largometraje de fondo. Y eso que sus coreografías son de una curiosa y habilidosa catarata de llaves de judo y tiros imposibles. Los dobles de acción están maravillosamente, y los actores que más ocupan la pantalla (Hemsworth a la cabeza, por supuesto) cumplen con creces en las escenas de rescates por rascacielos y huidas contrarreloj. A esto se suma que Sam Hargrave demuestra saber rodar todas las secuencias de acción con una cámara que se mantiene en plano (sin cortes pero de forma dinámica) siempre diligente e inspirada en cada objeto y persona. También hay una buena labor de efectos especiales (con mucho C.G.I., eso sí) que no molestan a los ojos... que ya es bastante. Y su vestuario y atrezzo es competente y aceptable (sin más) mientras que la banda sonora es completamente eludible.

Pero estos detalles capacitados de su puesta en escena no maquillan lo suficiente a este relato... porque tampoco son elementos sobresalientes (¡vamos, que ni su CGI es el de "Avatar" (2009) ni su vestuario se torna icónico a lo "The Matrix", ni su diseño de producción es a lo "Tigre y Dragón"!), así que se deja ver a ratos... si se pone mucho empeño. No estamos ante "Black Hawk derribado" (2001) ni mucho menos (como las recomendables "Green Zone" (2010) o "Venganza" (2008)) sino más bien con algo muy similiar al "Tyler Rake" de 2020 o a "Atómica" (2017), "V3nganza" (2015) o "Indomable" (2012). Solo recomendable a los muy muy fans del cine de acción palomitero que carezca de trama (o a los seguidores de esta saga en particular) el resto de audiencia cinéfila tiene mejores exponentes que llevarse a sus pantallas.

Lo mejor: Me quedo con la cinematografía.
Lo peor: El guion.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Pan & Wendy
Peter Pan & Wendy (2023)
  • 4,4
    2.036
  • Estados Unidos David Lowery
  • Alexander Molony, Ever Anderson, Jude Law ...
5
De lo "correcto" que puede ser algo sin magia.
Con la fiebre por parte de Disney de trasladar sus clásicos animados a imagen real y versionándolos con mejor ("La bella y la bestia" (2017), "Maléfica" (2014), "Alicia en el país de las maravillas" (2010), "Dumbo" (2019), "El libro de la selva" (2016), "La dama y el vagabundo" (2019), "Pinocho" (2022)) o peor ("El Rey León" (2019), "Aladín" (2019), "Cruella" (2021), "Mulán" (2020), "Cenicienta" (2015)) fortuna tanto en lo comercial como en lo talentoso, nos ha llegado este "Peter Pan & Wendy" que ha saltado directamente a streaming (como lo hicieron "Mulán" (2020), "La dama y el vagabundo" (2019), "Cruella" (2021) o "Pinocho" (2022)) vía Disney+. Y, sinceramente, no me extraña dado el resultado final.

Y es que esta versión del clásico teatral de J.M. Barrie resulta tan cumplidora y circunspecta como comedida e insípida. Puestos a hacer una nueva versión sobre el niño que se niega a crecer y sus aventuras en este mundo de fantasía... casi hubiéramos preferido que dieran una vuelta de tuerca original al asunto a lo "Maléfica" en lugar de ofrecer una versión bastante clásica pero perezosa a la hora de trabajar sus propuestas temáticas. Peter Pan (Alexander Molony) se lleva una noche a los hermanos Darling a que pasen un tiempo en el país de Nunca Jamás (la segunda estrella a la derecha) y vivan con él variadas aventuras entre hadas, piratas, tribus y demás.

El clásico cuento que nos ofrece sobre el papel aventuras divertidas y alegorías magníficas sobre la transición hacia la madurez, la pérdida de la inocencia, el valor de la infancia y el poder de la imaginación esta vez... no aborda (valga la redundancia) ninguna de sus jugosas situaciones ya sea con sentido del humor surrealista y absurdo (ay, el clásico animado de 1953, ¡como lo echamos de menos aquí con esos festivos piratas que nos regalaba y con ese Garfio traumatizado por el cocodrilo guasón!), con unos temas musicales para el recuerdo (aquellas canciones del clásico animado tan maravillosas aquí no hacen acto de presencia, por cierto) o con una sensibilidad artística y creatividad acorde a la puesta en valor de la fantasía épica que hacía J.M. Barrie en su producto de entretenimiento (es decir, que esto no tiene ni la dirección, ni las actuaciones ni la banda sonora de "Peter Pan" (2003). Ese sí es un live-action del celuloide recomendado). A ver, que no me ha parecido el desastre de "Hook" (que a mi parecer no lo es porque no toque temas interesantes sobre el crecimiento humano, que lo hace, es un desastre por otros aspectos como un guion reiterativo o personajes desubicados en sus actuaciones) a nivel global... pero tampoco se aleja demasiado de aquel largo de Steven Spielberg de 1991.

Porque en "Peter Pan & Wendy" no hay una banda sonora inspirada y emocionante, no hay un sentido del humor chispeante (es que no hay comedia de ningún tipo directamente) no hay unos lances aventureros con intrigas urdidas, no hay un drama que no pase de lo tópico superficial, no hay unas actuaciones cómplices y honestas (pues ni...
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Perfectos desconocidos
Perfectos desconocidos (2017)
  • 6,4
    39.982
  • España Álex de la Iglesia
  • Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio ...
6
Como comedia confortable funciona de maravilla... y cuando se pone seria se autosabotea.
El remake español de la película italiana del mismo nombre de 2016 (que admito no haber visto, por lo que en mi caso no va a haber comparación alguna respecto al producto original) que nos dio Álex de la Iglesia ("La comunidad" (2000), "Las brujas de Zugarramurdi" (2013)) deriva en una comedia de situación vivaz y perspicaz por momentos y siempre distraída.

Con la jugosa (que no original, eso se debe a los italianos) premisa de una cena de grupo de amigos cuarentones-cincuentones, con muchos secretos de pareja, que deciden jugar al "juego" de poner los móviles sobre la mesa y escuchar y leer todos lo que le va llegando a cada un@. La cinta en su hora y media nos lleva por estas cuatro paredes con personajes abochornados (mereciendo ese bochorno) y ultrajados con sorna y/o parodia.

Y ya está, no le busquen tres pies al gato, porque si lo que buscan es una reflexión honda sobre el abuso de las nuevas tecnologías o sobre la hipocresía humana... aquí no lo van a encontrar (parece ser que, según las críticas de este film, en el largo italiano original sí hay más de eso). No, en este "Perfectos desconocidos" tenemos a unos personajes arquetípicos que nunca se salen de esos cánones (el infiel, el tímido, la insatisfecha, la seca, etc) y a los que se ve venir a la legua muchísimo antes de que los propios personajes se percaten de algo. Son tan unidimensionales que resultan inhumanos, pero tal vez esa sea la intención. Ya que así no nos implican ni dan lástima cuando su careta es descubierta vía smartphone, sino que nos reímos con esas consecuencias que les tocan en suerte de disgustos matrimoniales. Y es que sí, admito que me reí mucho en los dos últimos tercios de la cinta, y esta vez no fue con los personajes sino de los personajes. Ya que, si bien los personajes son tan tópicos y superficiales que resultan una burla, los conflictos de pareja se van armando a fuego lento para desembocar en unas indignaciones imaginativas. Porque en eso se centran las tiranteces, intrigas y explosiones cómicas de este film: en infidelidades y relaciones secretas. No hay otro tipo de "secretos" (secretos que podrían haber hecho del film algo más notable).

Así que, dentro de su acotación argumental (si la cinta tuviera mayor altura de miras... pues lo mismo estaríamos ante una obra eminente de la comedia y la sátira a lo "Chicago" (2002), "Aterriza como puedas" (1980), "Con faldas y a lo loco" (1959), "Shrek" (2001), "La vida de Brian" (1979) y demás) "Perfectos desconocidos" desemboca en un pasatiempo siempre ameno y muy divertido en bastantes puntos para todo público adulto actual. Porque Alex de la Iglesia sabe manejarse por este tipo de productos restringidos en su puesta en escena (el 99% del metraje es en un solo escenario) cuya cámara cede todo el protagonismo a sus actores. Unos actores que cumplen con solvencia con unos papeles que tampoco les exigen demasiado (en "Mystic River" (2003) no están precisamente) y a los que dan el empaque y la naturalidad que el libreto no les otorga. De la Iglesia los rueda con unos medidos planos medios y cerrados de lo más acogedores y orgánicos, y la cinematografía del film aprovecha las limitaciones escénicas poniendo el resto con un grano impoluto, y una iluminación fulgurante que casa a las mil maravillas con esos escenarios ocres opulentos de la vida acomodada que nos presenta. También reluce la labor de vestuario y maquillaje estilizada, mientras que la banda sonora es obviable por completo.

Con esto podemos decir que "Perfectos desconocidos" cuenta con una historia circunscrita pero ejecutada con pericia, lo que da lugar a una comedia recomendable a todo tipo de público adulto (menos al que deteste el cine español en todas sus formas). Desde luego, como cinta de Álex de la Iglesia, "Perfectos desconocidos" (si bien no llega a las magníficas cotas de "El día de la bestia" (1995) o "La comunidad") me ha parecido que supera con creces al desastre de "Balada triste de trompeta" (2010) y también me resulta superior a "Las brujas de Zugarramurdi". Digamos que es una comedia más equiparable en su conjunto global a "Un dios salvaje" (otra cinta aquella de 2011 que también "encerraba" a sus personajes entre cuatro paredes con conflictos satirizados), "Crueldad intolerable" (2003), "El otro lado de la cama" (2002), "El club de las primeras esposas" (1996), "Carmina y Amén" (2014), "Resacón en Las Vegas" (2009), "El palo" (2001) o "Ted" (2012) entre otras. Algo para pasar el rato con simpatía y alguna risa inusitada.

Lo mejor: Me quedo con la dirección de Álex de la Iglesia en esta película.
Lo peor: Su banda sonora.
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Hacia la libertad
Hacia la libertad (2022)
  • 6,3
    2.113
  • Estados Unidos Antoine Fuqua
  • Will Smith, Ben Foster, Mustafa Shakir ...
4
"El Renacido" (2015) de Hacendado.
Admito que no soy precisamente fan del cine de tiros, persecuciones y explosiones sin ton ni son de Antoine Fuqua ("El protector" (2014), "Objetivo: La Casa Blanca" (2013), "El protector 2" (2018), "Rey Arturo" (2004), "Los siete magníficos" (2016)) pero cuando ha dado con tramas más nervudas y palpitantes es un director que sabe ejecutarlas con gran oficio y pericia (véase "Training Day" (2001) o "Revancha" (2015), que tampoco me parecen obras maestras indispensables en mi videoteca pero sí largos notables). "Hacia la libertad" por desgracia tiene más de las primeras que de las segundas, a pesar de que su potente premisa pudo habernos regalado una trama más equiparable a "12 años de esclavitud" (2013) con virajes, cavilaciones y pulsiones más espabiladas y variopintas que las que nos da este film.

Basado con bastante fidedignidad en la vida poco documentada de "Peter" (Will Smith), el hombre que fue fotografiado con su magullada espalda tras huir de su esclavista y alistarse en el ejército de la Unión durante la guerra de secesión norteamericana. Una foto que recorrió cada rincón de norteamérica para recordar a los soldados de la Unión que luchaban para acabar con semejante tortura vil hacia sus compatriotas esclavizados.

Pero el film solo se centra en la huida del protagonista hacia el frente sin profundizar en las relaciones personales del protagonista, en sus luces y sombras de su ser, en sus cavilaciones o en los cambios vitales a los que se va a enfrentando. No, no esperen una travesía como la de Solomon Northup en "12 años de esclavitud" o ni tan siquiera como la de Harriet Tubman en "Harriet" (2020) o la de Celie Johnson en "El color púrpura" (1985). Esperen más bien un film de supervivencia por la jungla con escasos y siempre redundantes detalles dramáticos. Pues en "Hacia la libertad" hay más huidas contra perros, cocodrilos y abejas que transformaciones de personajes y circunstancias. Desde luego a nivel de desarrollo argumental tiene una presentación de personajes reiterativa y tediosa, un nudo solo colmado de acción de correteos, tiros y demás... algo que empieza a remontar con un poco más de diálogo en su recta final (pero resulta del todo insuficiente como para compensar un guion que parece "El renacido" de rebajas). Desde luego a mí me ha costado implicarme en el metraje a pesar de considerarme una persona con mucha sensibilidad.

Tampoco acaba resultando atinada esa fotografía en blanco y negro que desaprovecha esos imponente escenarios ambientados con un prisma histórico muy capacitado. Pues en cada plano solo se desea observar como debían de ser esos bellos y vetustos escenarios interiores en color, y esos paisajes salvajes y desvencijados. Ya que "hacia la libertad" cuenta con un diseño de producción realmente hermoso que se tira al traste con un blanco y negro nada favorecedor para con su trama (esto no es "La lista de Schindler" (1993)).

Al final el que remonta en gran medida al conjunto es Will Smith con una presencia carismática y humana realmente cómplice y atrayente. El resto del elenco también aporta adecuación y naturalidad a sus esquemáticos roles (el tópico villano es rescatado por la actuación de Ben Foster. Y las apariciones sólidas de Charmaine Bingwa o Jabbar Lewis realzan con gusto el film). Fuqua aporta además una realización diversa y activa que va impulsando la parsimonia del libreto, mientras que el sonido resulta de lo más gratificante para con el espectador (aunque la banda sonora es obviable a todas luces).

Así pues tenemos entre manos un producto circunscrito a la acción de torturas (una persona que sufra viendo continuamente violencia y acoso aunque sea actuada... no tiene como recomendable a esta cinta. Y admito que casi casi llega a ser mi caso), fugas, persecuciones, escondrijos, puñetazos (sí, lo sé. Will Smith xD) y tiros con más ton que son. Desde luego quien espere en "Hacia la libertad" la nueva "La lista de Schindler", el nuevo "Gladiator" (2000) o el nuevo "Breaveheart" (1995)... que siga esperando que aquellas están a años luz de ésta. Tampoco llega a la altura de cintas con misma temática como "12 años de esclavitud", "Django desencadenado" (2012), "Harriet", "Hombres de honor" (2000) o "El color púrpura". Y como cinta de supervivencia tampoco es "127 horas" (2010), "Jungla" (2017) o "El renacido" (ojalá). Digamos que es más pareja a "Objetivo: La Casa Blanca", "Infierno blanco" (2012), esto es nada aconsejable (a no ser que se sea muy aficionad@ al cine de Fuqua, de Will Smith o de la acción de supervivencia).

Lo mejor: La actuación de Will Smith.
Lo peor: La falta de músculo del guion.
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Ático sin ascensor
Ático sin ascensor (2014)
  • 5,5
    2.623
  • Estados Unidos Richard Loncraine
  • Morgan Freeman, Diane Keaton, Cynthia Nixon ...
5
"No te desanimes, solo miramos".
El británico Richard Loncraine ("Wimbledon" (2004), "Firewall" (2006)) nos ofreció en su undécimo largometraje una comedia ligera y acomodada al servicio del carisma actoral de Diane Keaton y Morgan Freeman (que siempre es mucho en ambos casos). Muy en la línea de los largos que viene protagonizando Keaton últimamente (y a raíz del éxito a todos los niveles que le supuso "Cuando menos te lo esperas" (2003)), se trata de otra de sus comedias suaves y preciosistas de "jubilada acomodada y cosmopolita que se liga-mantiene una relación con otro jubileta un poco más cascarrabias que ella (lo vimos con Jack Nicholson en "Cuando menos te lo esperas" con Michael Douglas en "Así nos va" (2014), con Kevin Kline en "¡Por fin solos!" (2012) con Harrison Ford en "Morning Glory" (2010), etc.). Una fórmula que funciona... en cierta medida.

La parte positiva del asunto es que este tipo de productos nos ofrece a unos intérpretes curtidos que se denotan tan naturales y desenvueltos en estos papeles que hacen con los ojos cerrados... como cercanos y cómplices para con el espectador en todo momento. La parte negativa es que lo habitual es que estos films lo leguen todo a esa solidez interpretativa y abandonen a su suerte el resto de elementos cinematográficos. Y aquí no están dejados por completo pero se quedan a las puertas. Con un guion anecdótico que no molesta en su devenir pero tampoco entusiasma lo más mínimo (la premisa es que este matrimonio maduro se dispone a vender el piso de toda su vida para comprar otro con ascensor... mientras vamos viendo retales de su vida (vía flashbacks o no) con las tristezas y alegrías propias de una pareja contemporánea cosmopolita del primer mundo... pero nunca ahondando en ellas con arrojo o curiosidad, más en spoilers). Y por supuesto en las comedias de Keaton últimamente no puede faltar un perro al que su personaje quiere más que a nada y nadie a lo "Al fin solos").

Y ésta es la principal rémora de la cinta, su nulo riesgo y valentía para desarrollar a fondo los temas que nos propone. Digamos que por desgracia a nivel de desarrollo argumental no es "El hijo de la novia" (2001), "A propósito de Schmidt" (2002) o "Elsa & Fred" (2014) precisamente sino más bien "Shall We Dance" (2004), "No es tan fácil" (2009), "Si de verdad quieres" (2012) o "La buena esposa" (2017). No hay en la trama nada que choque o aburra, pero tampoco hay nada que fructifique en diálogos singulares o situaciones destacadas y extraordinarias (a pesar de que el libreto de Charlie Peters basado en la novela de Jill Ciment pudo dar pie a ello con sus propuestas).

Y tres cuartos de lo mismo sucede con una realización de plano/contraplano tan resultona como olvidable, y con una puesta en escena tan competente en sus escenarios metropolitanos pudientes como aceptable sin más (¡vamos, que esto no es "Manhattan" (1979) o cualquier film de Woody Allen en la gran ciudad de los rascacielos!). De la banda sonora es que ni me acuerdo, por lo que no puedo ni juzgar algo que no se ha quedado en memoria más de 5 segundos (pero se hacen una idea).

Y así con todo "Ático sin ascensor" se torna una experiencia afable, conducida siempre por el compadreo y honestidad de sus dos protagonistas (aunque Cyntia Nixon se convierte en una robaescenas en un personaje paródico con el que se nota que se lo pasa pipa) y que logra entretener siempre con una cadencia lógica. Pero no le pidan peras al olmo ni que sea la nueva "Elsa y Fred" (2005) que quedarán decepcionados. Porque, aunque es mejor que bodrios como "Aritmética emocional" (2007), "Siempre a tu lado" (2009) u "Otoño en Nueva York" (2000), no le llega a la suela de los zapatos de lo mejor de este subgénero de comedias en la senectud. Esperen más bien algo parejo a las últimas de Diane Keaton "Así nos va", "Morning Glory" y "Por fin solos". En fin, solo recomendable a los muy muy fans de sus intérpretes o a los aficionados a las "yayo comedias" tipo "Un golpe con estilo" (2017), "El exótico hotel Marigold" (2012) o "Un hombre solitario" (2009) entre otras.

Lo mejor: Las actuaciones de Keaton y Freeman. Como Nixon aprovecha su secundario rol cómico para despertar alguna que otra sonrisa.
Lo peor: ...
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El hijo
El hijo (2022)
  • 6,2
    2.336
  • Reino Unido Florian Zeller
  • Hugh Jackman, Zen McGrath, Vanessa Kirby ...
6
Aun con sus lagunas y brochazos, estamos ante el mejor retrato que ha dado el cine sobre la enfermedad de la depresión.
Florian Zeller (director y guionista de la estupenda "El padre" (2020), de lo mejorcito que el cine nos dio el aciago año de la pandemia) vuelve a adaptar una de sus obras teatrales en este su segundo largometraje para la gran pantalla.

Y de nuevo nos topamos con un competente drama asceta. No tan pulido como "El padre" de 2020, pero casi casi le llega a la altura. Un adolescente (Zen McGrath) cae en depresión clínica tras el divorcio de sus padres (encarnados por Hugh Jackman y Laura Dern) y ninguno de los dos progenitores sabe como actuar ante tal situación.

Hay que reconocer que "El hijo" tiene muchos instantes en los que las personas que han padecido depresión clínica (sí, la tuve) se van a sentir identificadas con potencia y pesar... aunque también es cierto que la forma de responder del entorno de seres queridos no nos va a identificar lo más mínimo (al menos a los del mundo occidental). Porque "El hijo" trata con entendimiento la neurosis y el ciclo depresivo de su protagonista, con un sufrimiento interno insoportable y sucesivo. Y Zen McGrath perfila este rol con honestidad y nervio (haciendo de su protagonista un personaje de mirada intrigante a la hora de maquillar su padecimiento, de franqueza a la hora de expresar sus sentimientos depresivos, y de manipulación extravagante a la hora de llevar a cabo su acto final) lo que torna a su personaje en un ser natural y cómplice a la par que singular e interesante.

Por desgracia no se puede decir lo mismo de ese entorno desubicado de forma exagerada, forzada y artificial. Pues ni Hugh Jackman logra conectar con un rol que cambia de actitud como de camisa (con esa bipolaridad que lo mismo trata a su hijo con una zalamería incondicional o con un desdén beligerante, al final ese padre acaba pareciendo más enfermo mental que el hijo), ni tampoco las secundarias Laura Dern y Vanessa Kirby le acaban de tomar al pulso a unos personajes estereotipados (la primera madre "clásica" abnegada y bonachona y la segunda madre "moderna" individualista y pragmática) a los que no pueden quitar ese tono forzado en unas actitudes de lo más tópicas y unidimensionales.

Y son esas lagunas en las que el guion sobre ese entorno supuestamente adulto es abandonado tanto a lo mínimo que resulta memo (más en spoilers), unido a unas actuaciones incapaces de rescatar ese desaguisado con una complicidad arrolladora lo que hace que "El hijo" no se ponga en las cotas de obra maestra dramática.

Porque lo cierto es que son más los instantes de incomodidad depresiva de su protagonista que los de reacciones idiotas y patosas de su entorno. Y, a pesar de esos planos postizos, "El hijo" conduce su trama con un ritmo agradecido y nervudo. Cosa de la que se benefician las escenas más lúcidas (y lucidas) del guion (destaco cierto diálogo en el que el hijo habla sobre como soportar la vida) y cosa que hace que las escenas más tópicas y vacuas se sobrelleven con unos planos cerrados activos y resueltos por parte de Zeller, con un diseño artístico contemporáneo de sus escenarios y personajes elegante, con una iluminación diáfana de lo más confortable y con una cinematografía capacitada (que no sobresaliente) al igual que su banda sonora.

Así que no estamos ante una mala película, que tiene sus errores pero a la que le pesan más sus aciertos tanto a nivel de escritura como a nivel de puesta en escena. Es una película muy recomendable a tod@ cinéfil@ que haya padecido la grave enfermedad del siglo XXI, que verá reflejada por fin en pantalla con bastante comprensión y complicidad, como drama acotado también es una película recomendable, pero los que no son muy fans del drama puro y duro van a sentirse rechazados por el metraje desde el minuto uno. Pues no estamos ante una cinta dramática excelsa que traspase géneros a lo "La lista de Schindler" (1993), "Million Dollar Baby" (2004) o "Mar adentro" (2004), sino más bien ante algo parejo a "El regreso de Ben" (2018), "Te doy mis ojos" (2003), "Boys Don't Cry" (1999), "Martha, Marcy, May, Marlene" (2011) o "Boyhood" (2014) que no está tan mal como (por ejemplo) "Alma salvaje" (2014) o "Miss Potter" (2006).

Lo mejor: Su guion en las partes en las que...
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Tyler Rake
Tyler Rake (2020)
  • 6,0
    13.822
  • Estados Unidos Sam Hargrave
  • Chris Hemsworth, Golshifteh Farahani, Rudhraksh Jaiswal ...
3
Mucho tiro y pocas nueces.
Lo cierto es que, quitando pocas excepciones ("El diablo a todas horas" (2020), "Los dos Papas" (2019), "Roma" (2018), "Historia de un matrimonio" (2019)), Netflix no llega a dar con la tecla con sus telefilms de alto presupuesto y nombres de relumbrón ("Patrulla Trueno" (2021), "La vieja guardia" (2020), "The Prom" (2020), "Los chicos de la banda" (2020), "Spiderhead" (2022), "El hombre agua" (2020), "Triple frontera" (2019), "Dinero sucio" (2010), "Campamento alienígena" (2019), "Bright" (2020), "Diamantes en bruto" (2019), "Imperdonable" (2021) y este "Tyler Rake" que nos ocupa entre muchos otros). Pero la tecla cada vez se hace más reconocible: contar con un guion inédito, elaborado, inspirado, agudo y cuidado. Cosa de la que tanto este "Tyler Rake" de 2020 como la mayoría de los telefilms de la plataforma de streaming carecen (y que quedan sonrojados comparados con los telefilms de la HBO, tipo "Paterno" (2018), "Detrás del candelabro" (2013), "Mi cena con Hervé" (2018) o "The Wizard of Lies" (2017) entre otros).

Y el caso es que casi compensa la factura audiovisual con la que cuenta este relato escrito por los hermanos Russo (directores que ya trabajaron con Chris Hermsworth en toda la saga superheróica de MARVEL de "Los Vengadores") y dirigido en su debut tras la cámaras por el doble de acción Sam Hargrave. Pero en mi caso se me torna insuficiente ante un desarrollo argumental estereotipado, superficial y diría que hasta absurdo en tantas y tantas ocasiones. Un soldado de las fuerzas especiales australianas retirado (Hermsworth) recibe el encargo privado de rescatar a un niño (Rudhraksh Jaiswal) hijo de un capo de la droga de las garras secuestradoras del capo rival (Priyanshu Painyuli). La premisa "per se" no es gris, pero la forma de tratarse con la mera acción reiterativa y las escenas de "descanso" que tratan de dar pena al espectador a base de topicazos no ayuda a que la trama se nos torne implicante y fascinante. Pues aquí no tenemos unas intrigas recónditas y maduras, ni unas escenas de acción imaginativas y memorables (no, esto no es "El caso Bourne" (2002), "Los intocables de Elliot Ness" (1987), "El mito de Bourne" (2004) y "Misión: Imposible" (1996)) y tenemos que conformarnos que un devenir narrativo que impone arquetipos de forma disparatada (los "malos muy malos" cuya mala puntería es tan abundante como su forma de aparecer una y otra vez para ser el saco de boxeo del protagonista, el capo de la droga "malo maloso" con poder suficiente como para parar un país entero para dar con el protagonista y matarlo (al malvado se le va todo el presupuesto del futuro rescate del niño en pagar a toda fuerza policial y política habida y por haber en esa realidad inventada), el "amigo" que ya se adivina desde el minuto uno de su aparición con que va a salir, pero sobre todo choca la inmortalidad del protagonista capaz de soportar tortas, tiros, atropellos, apuñalamientos y demás ralea de una forma absolutamente inadmisible. Sería como pedir a un ser humano que aguante impoluto en los profundidades kilométricas del océanos sin hacerse papilla. Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, si estuviéramos hablando de una película de fantasía con sus propias reglas al asunto no sacaría de la película, pero aquí sus personajes de ficción se mueven por el supuesto mundo real y Hermsworth no es el semidios nórdico Thor sino el australiano Tyler Rake, un personaje que la audiencia no podrá dejar de ver en unas coreografías de lucha muy bien ensayadas más que en una misión de rescate exótica).

El caso es que Hargrave rueda toda la película con gran pericia y compás (quitando las escenas de diálogos que se estiran sin necesidad ni propósito), las secuencias de acción resultan tan espectaculares como estilizadas, y en los minutos finales la resolución del rescate logra imprimir un suspense en la acción llevado con un tempo perfecto. Tampoco son deleznables las labores de diseño de producción, pues hay en "Tyler Rake" una cinematografía decente (que no sobresaliente, eso se lo dejamos a otros telefilms de Netflix del mismo corte y resultado global como son "Bright" o "Triple frontera"), una labor de maquillaje y vestuario elegante y una iluminación cuidada y equilibrada en todo momento. Pero los mayores estímulos del telefilm nos vienen dados por sus escenarios vetustos a la par que embelesadores, por su medido y envolvente sonido, por sus efectos especiales de explosiones y tiroteos, y por la labor actoral en líneas generales que capea en temporal con oficio (desde los más secundarios Randeep Hooda y Golshifteh Farahani (que dotan a sus personajes de una honestidad que no tienen sobre el papel) hasta el rey de la función Hermsworth que no solo cumple con creces en todos los planos de peleas cuerpo a cuerpo y además (al contrario que Queen Latifah en "The Equalizer" (una estúpida serie que, en comparación de este "Tyler Rake", goza de guiones más mimados y coherentes)) Hermsworth sí da el pego como hombre de "acción y reacción" y gracias a esto Hargrave no truca ningún plano y los mantiene fijos en los movimientos del personaje).

Pero una aceptable envoltura no me llega a llenar tanto ese vacío explicativo y evolutivo como para poner esta cinta al nivel de "El ultimátum de Bourne" (2007) o "Jungla de cristal" (1988)... ni siquiera a la altura de otras acciones desatadas pasajeras y disfrutonas como "John Wick" (2014) o "Venganza" (2008). Digamos que se me sitúa en el grupo de "300" (2006), "Atómica" (2017), "V3nganza" (2015) o "Indomable" (2012). Solo recomendable para los muy muy fans del género de acción puro y duro (que trague hasta con las idas de olla de Steven Seagal o Chuck Norris. Porque los tiros (valga la redundancia) van por ahí pero con una puesta en escena de mayor categoría)

Lo mejor: La actuación que se marca Hermsworth tanto en las escenas dinámicas como en las pausadas de las que trata de sacar oro (a pesar de que el libreto le da entre poco po nada. Hablo...
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Bleach
Bleach (2018)
  • 5,3
    1.093
  • Japón Shinsuke Sato
  • Sôta Fukushi, Hana Sugisaki, Saori Hara ...
5
Tan respetuosa como básica respecto a su material original.
Admito que no sigo demasiado el shonen manga (las tramas de acción sobrenatural me complacen más en cine o literatura), que soy más de shojo manga y de yuri manga. Pero reconozco que el anime de 2004 a 2012 basado en las viñetas de Tite Kubo me encandiló sin remedio con unos personajes carismáticos, una trama sobrenatural reflexiva e intrincada y unos diseños y música muy singulares. A mí que me dejen de Narutos o One Pieces, yo "Bleach" y siempre "Bleach" en vena.

Así que habiendo disfrutado con creces aquellos episodios nervudos y evolutivos de Noriyuki Abe, con esos personajes tan característicos... debo decir que esta adaptación telefilmera a imagen real por parte de Netflix... no es horrible pero sí mediocre.

Y es que el largometraje de casi dos horas sintetiza demasiado, demasiadas viñetas y demasiado simplificadas como para que el espectador (sea fan o no de "Bleach") disfrute, ría y se sorprenda con la historia de Ichigo y Rukia acabando con las almas en pena de la dimensión espiritual. Se nota sin lugar a dudas de que un formato tipo serie a lo "Entre fantasmas" (2005-10) o "Sobrenatural" (2005-20) le hubiera sentado mucho mejor a un producto que tiene material de sobra como para nutrirnos de tramas curiosas y multifacéticas.

Pero lo que tenemos es lo que hay. Y esto es un argumento que se desarrolla con bastante unidimensionalidad, infantilismo, superficialidad y redundancia como para que nos mueva o nos conmueva... pero tampoco estamos ante algo que cambie o se cargue las esencias primordiales de sus personajes o circunstancias (¡vamos, que esto no es el sacrilegio de "Dragonball Evolution" (2009)! que cambiaba las circunstancias y personalidades de sus personajes... entre otras torpezas). Ichigo (interpretado por Sota Fukushi, los fans del tokusatsu ya lo conocemos por su trabajo en la serie de Kamen Raider) es calcado físicamente al Ichigo que nos podemos imaginar a carne y hueso si lo sacamos de sus viñetas, y tres cuartos de lo mismo podemos decir de Rukia (Hana Sugisaki), Uryu (Ryo Yoshizawa) o Renji (Taichi Saotome). No podemos decir lo mismo de Orihime (Erina Mano) y Chad (Yu Koyanagi) que, además de su nulo parecido físico a sus personajes animados, quedan reducidos a un puñado de chascarrillos. Y es que viene a colación el tema de la reducción del contenido que es la principal losa del film. No sé si se debe a que la cinta pretende contentar a un público más amplio y más familiar, pero el caso es que este "Bleach" merma sus avatares tanto (prácticamente se cubre todo el anime original, supongo que también cubre todo el manga original) que lo convierte en una cinta de acción sobrenatural bastante previsible, arquetípica y rutinaria (que podría ser intercambiable con largos comerciales de super(héroes) que se entrenan para vencer a los super(villanos) como "The Karate Kid" (la mala, el remake de 2010, no la notable cinta de 1984), "Spy Kids" (2001) o "Percy Jackson y el ladrón del rayo" (2010)). Y no digo que se equipara a films con temática muy muy similar como "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016) o "Power Rangers" (2017) porque entonces este "Bleach" iba a perder por goleada en todos los niveles.

Y con esto no digo que no respete su material de base, ni mucho menos. Pero que se queda a larga distancia de lo que se homenajea es una obviedad. Y es una lástima porque la puesta en escena está logradísima. Hay en "Bleach" una cinematografía más cercana a la gran pantalla que a la TV Movie (pero es que estamos hablando de un telefilm japonés, y la industria nipona nos da ficciones audiovisuales en con un C.G.I. impoluto y un H.D. inconmensurable incluso en los Super Sentai más infantiles de 20 minutos), pero en lo que más reluce es en el diseño de los Hollows, en el del vestuario y atrezzo de los Soul Rippers, y en esos combates de fantasía tan mimados en sus efectos especiales espectaculares y en sus aceleradas coreografías de espada. Es por ello porque que "Bleach" encandila por momentos dada la vistosidad y elegancia de esas escenas de acción (que tampoco es que sean sobresalientes, para ello el film tendría que haber sido más osado a la hora de trasladar la estética colorista del manga original, así como las notas musicales inolvidables de su anime). Pero que "Bleach" quede reducido a unas bonitas escenas de acción no era ni lo esperable ni algo suficiente tan siquiera como para entretener con dignidad. Porque a este largo lo sacas de sus peleas y enfrentamientos sobrenaturales y tienes un catálogo de pueriles circunstancias que no se llevan más allá de eso, de situaciones redundantes y diría que hasta de ritmo lentorro y exasperante.

Sí se deja ver por ese grano atractivo, por un elenco natural y por una puesta en escena acabada y resultona... pero se deja ver para los muy muy incondicionales (que no puristas) de "Bleach" (admito que es mi caso) y los fans de la acción de fantasía venga de donde venga o venga como venga (pues "Bleach" se pone a la altura de otros productos televisivos del género como "Falcon y el soldado de invierno" (2021) o "Bright" (2020)) pero ya les adelanto que no van a dar ganas de repetir su visionado. El resto se pierde entre poco o nada.

Lo mejor: Me quedo con la animación por ordenador de los malvados Hollows, y con la actuación de Taicho Saotome que se convierte en un robaescenas.
Lo peor: Que (supongo que habrá sido por derechos de autor, pero sigue resultando triste) no se haya escuchado en ningún momento el tema "Asterisk" de Orange Range durante ni un solo combate.
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Desencantada: Vuelve Giselle
Desencantada: Vuelve Giselle (2022)
  • 4,6
    1.377
  • Estados Unidos Adam Shankman
  • Amy Adams, Patrick Dempsey, Maya Rudolph ...
6
Casi tan inspirada como su predecesora.
Directamente en la plataforma de streaming de Disney nos llegó está continuación de "Encantada" (2007), aquel film de Kevin Lima (director que "Tarzan" (1999) y "102 dálmatas" (2000)) que aunaba en musical y comedia en aquella curiosa y perspicaz aventura autoparódica protagonizada por Amy Adams (secundada por aquel entonces por un gran reparto con Susan Sarandon, James Marsden, Timothy Spall e Idina Menzel).

Aquella película para todos los públicos mezclaba una aventura de magia y fantasía con humor sagaz hacia este género casi tan bien como "Shrek" (digo casi porque "Shrek" se sigue denotando superior y más revisionable. "Encantada" no ofrecía las dosis continuadas de ironía ni el ritmo tan presto de la cinta animada de 2001) y maridaba animación e imagen real en un lance en el que su protagonista (Adams) salía por accidente de su mundo animado al mundo real de Nueva York... y por el camino enamoraba al abogado viudo encarnado por Patrick Dempsey.

En esta continuación Giselle (Adams) ya empieza a conocer los sinsabores de la vida real en familia y añora su vida de cuento de hadas en Andalasia, así que pide un peligroso deseo que va a convertir a su barrio neoyorkino de las afueras en un cuento de hadas donde ella va a ocupar un papel de pesadilla.

Debo admitir que "Desencantada: Vuelve Giselle" me ha gustado bastante... casi tanto como el film predecesor. Porque, si bien la cinta tiene momentos de desarrollo tan básico y previsible como exasperante para un adulto (así como ciertas gracias tan bobas y erráticas como las de una serie de Disney Channel), lo cierto es que por norma general ofrece un ritmo ágil, un desarrollo argumental natural y avispado, y unos momentos de comicidad astuta y cómplice (los que se llevan la mejor parte, con permiso de una Amy Adams de lo más co-partícipe y espabilada, son James Spader, Idina Menzel y la nueva incorporación de Maya Rudolph). ¡Vamos, que no es el desastre de la "Cenicienta" (2021) de Camila Cabello!, ni tampoco es la cursilada plana de "Cenicienta" (2015) o "High School Musical" (2006). En "Desencantada" hay mayores ingredientes y mejor aprovechados. Pues su parte de comedia que es su gran baza se explota de forma bastante abundante con sarcasmos precisos (ojo al Príncipe Edward en su forma animada o de carne y hueso, pero no desmerecen esa Giselle en "modo madrastra" o esa nueva reina malvada del barrio con sus dos minions)... a pesar de tener otros desatinos (las escenas del Depmsey en modo de fantasía son obviables del todo) y hace fluir su enredo con cierta viveza. Lo mismo se puede decir de su otro gran aliciente que es su actuación musical que esta vez (y con gran acierto, debo decir) cede más protagonismo a la magnífica voz que es la de Idina Menzel. Y la actriz curtida en musicales aporta una brillante presencia interpretativa y vocal... la lástima es que esta segunda parte no cuenta con unas partituras tan distintivas y deliciosas como en la cinta predecesora.

Y así va navegando el film entre luces y sombras (con un elenco en parte de gran nivel y carisma en sus roles (Adams, Marsden, Menzel, Rudoplh, Jayma Mays, Yvette Nicole Brown) y en otra parte de nula conexión con el espectador (Dempsey, Gabriella Baldacchino), con unos instantes musicales de gran poderío o sentimiento vocal (Adams, Marsden, Menzel) y unas melodías olvidables y facilonas, con una puesta en escena profusa en sus decorados y vestuario... que se pasan algo de frenada en la pomposidad de los vestidos, con unas efectos visuales que triunfan con una animación entrañable y divertida (no solo las versiones animadas de los Reyes de Andalasia nos encandilan con curioseo, la Morgan animada también deja expresiones audaces)... y que no pasan de lo tolerable en la "magia" en el mundo real, con una realización competente pero bastante rutinaria)... mientras se van imponiendo las luces durante este visionado que hará las delicias de los más pequeños mientras que entretendrá en líneas generales con una sonrisa culpable a un adulto. Es una película muy recomendable como pasatiempo optimista y lúdico para todo tipo de público... y solo indispensable a los muy fans de las comedias Disney o a alguien de su reparto (pues los más aficionados al cine musical no vamos a ver en "Desencantada" una cinta notable y estandarte (tampoco un horror a lo "Cats" (2019), "Spiceworld" (1997) o "Camp Rock 2" (2010), pero desde luego no estamos ante "Sonrisas y lágrimas"(1965), "Chicago" (2002), "Grease" (1978) o "Mary Poppins" (1964)). Absténganse los que no toleren un solo atisbo de fantasía, parodia o humor en un largometraje. No es una secuela que ofrezca la música de su primera parte, pero a nivel de desarrollo argumental y a nivel de puesta en escena está muy a la par (y esto lo digo como un cumplido). Le han llovido palos por todos lados y, sinceramente, me parecen del todo injustificado. No es el desastre de otras comedias musicales como "High School Musical 2" (2007) o "The Prom" (2020), aquí hay más categoría en casi todos sus aspectos y en su conjunto final. Diría que "Desencantada" supera a "Nine" (2009), "Annie" (2014) o "Burlesque" (2010) pero no llega a los "Florence Foster Jenkins" (2016), "West Side Story" (1961), "En la cuerda floja" (2005) o "Charlie y la fábrica de chocolate" (2005). Se queda más bien en un "El gran Showman" (2017), un "Cyrano" (2022) o un "Z.O.M.B.I.E.S." (2018). Muy grata para el fan del musical pero no de forma exagerada.

Lo mejor: Me voy a quedar con sus momentos de animación 2D (pero hay más donde elegir, sobre todo el timing humorístico de Rudoplh, Adams o Marsden).
Lo peor: Toda la subtrama protagonizada por Patrick Dempsey.
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Los crímenes de la academia
Los crímenes de la academia (2022)
  • 5,8
    8.565
  • Estados Unidos Scott Cooper
  • Christian Bale, Harry Melling, Gillian Anderson ...
4
Telefilm con ambientación de cine.
Adaptando la novela de 2003 del mismo nombre de Louis Bayard, "Los crímenes de la academia" se nos sitúa como una cinta de misterio criminal en el Nueva York del siglo 19. El detective viudo Augustus Landor (Christian Bale) es contratado para investigar la muerte de un cadete en una academia militar. Para aclarar si ha sido un suicidio o un asesinato y quien se halla detrás de tanto misterio, el protagonista decide reclutar como ayudante a un joven Edgar Allan Poe (Harry Melling).

Pero no se lleven a engaños, pues el que la cinta aproveche el homenaje a Edgar Allan Poe (el autor más relevante de relatos cortos de terror gótico, el inventor de la novela detectivesca, el literato capaz de aunar poesías y sátira negra) que Louis Bayard hace en su novela proponiéndole como co-protagonista de este caso homicida... no quiere decir que con lo que nos topemos tenga la misma calidad argumental que las obras de Poe. Porque no lo tiene, ya se lo adelanto.

Por el contrario nos topamos con un misterio asesino bastante exiguo, con giros cogidos con alfileres y una urdimbre de lo más limitada y superficial. ¡Vamos que me ponen al lado un telefilm de sobremesa de Antena 3 y apenas puedo distinguir las situaciones y "sorpresas" que aquí nos aporta Scott Cooper. Incluso un capítulo de una serie procedimental de casos episódicos como "C.S.I.: Miami" (2002-12), Ley y orden" (1990-) o "El cuerpo del delito" (2011-13) presenta más mimo en los detalles indagadores o el estudio del caso en particular. Éste es el principal lastre del film que lo torna en una anécdota bastante olvidable... sino fuera porque de tanto en cuanto nos deja retales de una singularidad muy curiosa.

Hablo por supuesto de la subtrama personal que encarna con suma habilidad Harry Melling (jamás pude imaginar tras su icónico Dudly Dursley de la saga "Harry Potter" que iba a lograr desencasillarse por completo; primero con un radical cambio físico y luego ofreciendo trabajos tan diestros como perturbadores. Primero en "El diablo a todas horas" (2020) y luego en este "Los crímenes de la academia". Hay que seguir con gran interés su carrera actoral porque promete grandes cosas) y que hace pensar al espectador que su peculiar forma de ver la vida resulta de lo más fresca e insólita. Por desgracia la cinta apenas puede esbozar esta arista del conjunto, ya que el film se divide demasiado entre las grises búsquedas y descubrimientos del detective encarnado por Bale y ese ten con ten del Poe interpretado por Melling con su interés romántico... y al final no llega a escarbar con astucia y madurez en ninguna de las dos vertientes del relato.

Se queda pues en un desarrollo argumental más bien casual y superficial. Bastante trillado y usual en su parte de indagaciones del crimen en cuestión, y demasiado timorato en el pedazo que le toca al personaje de Poe/Melling (que tiene mayor fortuna con el libreto pero tampoco una fortuna sobresaliente). Una trama telefilmera en su resultado final que es alzada por una ambientación bellísima.

Porque eso sí, la película de Cooper ("Crazy Heart" (2009), "Black Mass: Estrictamente criminal" (2015)) tiene una fotografía para enmarcar. ¡Es más!, diría que es su largometraje con mejor puesta en escena (y eso es decir mucho). La majestuosa elección de sus nevados y fértiles exteriores colmados de vegetación otoñal y vetustos caserones, el uso de la luz tanto en los interiores centrados en el fuego de las velas como en los incómodos exteriores te atrapa por momentos (básicamente cuando el film trata de silencios y de muestras de paisajes y escenarios sin nada más. Cuando el film comienza con sus momentos de desarrollo argumental la cosa empieza a evidenciarse como bastante boba y limitada) es algo que el director de Virginia aprovecha con paneos, travelings cenitales y planos amplios durante gran parte del metraje y se agradece. También se agradece contar con un reparto sólido que aporta naturalidad a sus roles (sin embargo milagros no puede hacer. Ni Bale ni Gillian Anderson ni Toby Jones ni Robert Duvall ni Timothy Spall... ni siquiera el que tiene el papel más jugoso que es Melling) y un vestuario competente (aunque la banda sonora es desmerecedora de cualquier mención).

Así pues tenemos una película marrullera maquillada en su insignificancia argumental por un diseño de producción notable y unas actuaciones muy dignas. A nivel global no se puede decir que esté a la altura del suspense gótico de "El secreto de Mary Reilly" (1996) o "Entrevista con el vampiro" (1994) o de los thrillers de misterios criminales como "El secreto de sus ojos" (2009) o "Zodiac" (2007). Digamos que es más bien equiparable a "La mujer de negro" (2012), "Mr. Holmes" (2015) o "Winchester" (2012). Así que es recomendable como pasatiempo si gustan de ese tipo de cintas o si no se tienen demasiadas expectativas más que las de pasar un rato distraído en su mayor parte.

Lo mejor: Me quedo con la actuación de Harry Melling.
Lo peor: Todo lo que envuelve a los criminales satánicos...
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AIR
AIR (2023)
  • 6,7
    16.204
  • Estados Unidos Ben Affleck
  • Matt Damon, Ben Affleck, Viola Davis ...
5
Una anécdota relatada con estilo.
Basada en los hechos reales acontecidos en 1984, esta "tragicomedia light" nos narra como la empresa por entonces renqueante Nike llega a un acuerdo con la joven promesa que era por entonces Michael Jordan para comercializar unas zapatillas con su nombre y que lleve a sus partidos de la NBA.

El hecho, sinceramente, resulta anecdótico para todo aquel que no sea un trabajador de Nike obnubilado. Y, como admito que es mi caso, de seguro que gran cantidad de espectadores sienten un ínfimo interés por una mera transacción comercial. Es como si me hablan sobre la fundación de "The North Face" o de cualquier otra marca de prendas deportivas, pues me importa entre 0 y un cuarto.

Y es que, el hecho de que su premisa sea tan peregrina (su argumento (puestos a hechos reales norteamericanos) no es el trascendental del desembarco de Normadía de "Salvar al soldado Ryan" (1998), ni el de la aprobación de la Segunda Enmienda de "Lincoln" (2012) precisamente) es probablemente la mayor rémora con la que se topa el largometraje. Porque el guion sabe sacar algo de jugo (oro no, porque no lo hay) a esos instantes de inspiración empresarial y negociaciones versadas con emociones honestas y robustas, además el libreto de Alex Convery goza de un progreso argumental cadencioso.

Es pues, una película que no aburre y llega a atraer en suficientes puntos dada su ejecución a todos los niveles, a pesar de que en los instantes flojos y redundantes (que los tiene) se evidencia más que lo que se nos cuenta es tan intrascendente como gélido para el gran público (que para intrigas pasajeras y diarias de oficina ya tiene muchas más relevantes para su vida en la vida real). Pero por lo general "Air" cuenta con un guion que sabe potenciar los momentos de "tomas y dacas" entre el representante de Nike Sonny Vaccaro (Matt Damon) y la madre de Michael Jordan (Viola Davis, que encarna a la matriarca del astro por petición propia del propio Michael Jordan) y de risas entre el protagonista Sonny Vaccaro y sus compañeros de oficina (encarnados por Ben Affleck, Jason Bateman, Chris Tuker y Chris Messina). Y lo hace (casi siempre) con diálogos espabilados tanto en su humor como en sus reflexiones cotidianas.

A esto se le suma que el Aflleck director (que si se topa con un buen guion, lo sabe adecentar con su elección de puesta en escena. En opinión de quien esto escribe es un director que depende mucho de la calidad del libreto que tiene entre manos. Y a la diferencia de resultados entre la notable "Adiós pequeña, adiós" (2007) con guion de su puño y letra y la olvidable "Vivir de noche" (2016) me remito) se muestra en plena forma. Con una viveza de planos detalle y cenitales en movimiento entre planos/contraplanos también con bastante movimiento de sus personajes (en el buen sentido) el de california transmite a la audiencia un relato vivo y evolutivo. Un relato que se nutre además de un plantel de relumbrón que aprovecha con talento y cercanía (y algo de carisma en el caso de Viola Davis. Digo algo porque es lo que la trama le permite en su secundaria acotada) sus roles.

Así pues tenemos una película triunfal que a priori se podía prever como un fracaso dado el hecho tan nimio que nos plantea. Pues sabe explotar con astucia los instantes más relevantes (dentro de lo anecdótico de su trama) y que los envuelve con una realización espabilada, unas actuaciones sólidas y una banda sonora de temas ochenteros muy agradecida e inspirada. Como tragicomedia de rutinas empresariales es muy recomendable (que no indispensable, para eso tenemos a "El lobo de Wall Street" (2013), "Figuras ocultas" (2016) o "El instante más oscuro" (2017)), pero solo recomendable a secas para quien busque un pasatiempo comercial más. Tampoco se pierden nada si no la visionan, pero tampoco se aburrirán o pasarán un mal rato hastiante si lo hacen. "Air" se me sitúa como resultado global equiparable a largos como "Morning Glory" (2010), "El mayordomo" (2013), "Moneyball" (2011) o "Al encuentro de Mr. Banks" (2013), y desde luego mejor que "Ejecutiva en apuros" (2009), "Joy" (2015) o "Jugada perfecta" (2010) sí es.

Lo mejor: La actuación de Viola Davis. La dirección de Affleck.
Lo peor: La premisa.
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Pobres criaturas
Pobres criaturas (2023)
  • 7,3
    27.984
  • Irlanda Yorgos Lanthimos
  • Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe ...
6
CASI tan chocante y singular como pretende.
El curioso realizador Yorgos Lanthimos ("The Lobster" (2015), "La favorita" (2018)) nos ha ofrecido en su octavo largometraje otra cinta peculiar y consistente de las que acostumbra. Aunque a mi particular parecer es incapaz de llegar a las cotas geniales de serpenteos ladinos y disección de personajes... acicalados en una ambientación asombrosa de "La favorita", lo cierto es que "Pobres criaturas" se me destaca dentro de su filmografía divertida y especial.

Aunque admito que no soy fan incondicional del cine surreal y sugerente de Lanthimos (para intrigas de fantasía y/o distopías opto más por Tim Burton, Christopher Nolan, Stanley Kubrick o David Lynch), y que sus argumentos de personajes enigmáticos que se ven envueltos en misterios sobrenaturales que les hacen plantearse sus ideales se me suelen quedar cortos (por ejemplo: sin ser mala obra, "El sacrificio de un ciervo sagrado" (2017) parece una mera anécdota superficial si se la compara con "Abre los ojos" (1997)), debo reconocer que "Pobres criaturas" es una de sus obras más acabadas y vistosas (aunque insisto en que mejor desarrollo argumental e interpretaciones tiene "La favorita", la película más "clásica" de Lanthimos por así decirlo)... y aun así nos da un guion que va a resultar somero y simplificado si se toma como referencia otras propuestas similares como "Eduardo manostijeras" (1990), "Robocop" (1987), "La piel que habito" (2011) o "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001).

En un indeterminado (y entremezclado con fantasía futurista de lo más original y espabilada) pasado victoriano Bella Baxter (Emma Stone), una humana fruto del enigmático experimento (no diré más para no dar spoilers) del científico Godwin Baxter (Willem Dafoe) comienza a dar sus primeros pasos (valga la redundancia) en el mundo, y descubrirá los sentimientos de deseo, amor, esperanza, tristeza y demás mientras madura. Y lo hace en un viaje vital cargado de chistosas excentricidades. Así que no busquen en "Pobre criaturas" unas avispadas cavilaciones sobre la ética médica, ni dudas existencialistas aderezadas con humor, ni misterios elaborados. Busquen más bien una mezcolanza entre la criatura de Frankenstein con "Amelie" (2001) y van a quedar mucho más que satisfechos.

Ya que "Pobres criaturas" no indaga en sus inéditos revoltijos de medicina futurista, ni juega con esos experimentos con honodonadas ácidas, sino que opta por llevarnos en una especie de "road movie" con Bella por ese mundo de amoríos, bailes y aventuras viajeras. Y no lo hace mal, que conste. Pero esto pudo ser un "Blade Runner" (1982) o un "Ex_Machina" (2014) y está más cerca de "Enredados" (2010), "El extraordinario viaje de T.S. Spivet" (2013), "Magic Mike XXL" (2015) o "Resacón en Las Vegas" (2009). Y esto no es malo, pues las películas mencionadas no son largos abyectos ni mucho menos, pero no son obras maestras a nivel literario de la misma forma que a nivel plástico.

"Pobres criaturas" nos regala muchos momentos de ironía sagaz y sarcasmo audaz, y otros tantos de rutina cumplidora y académica. Pero en su conjunto se puede decir que estamos ante un libreto de Tony McNamara distraído y eficiente. Un nivel gustoso sin duda, pero su ejecución a escena está a otro nivel completamente diferente, un nivel tremendamente superior. Ya que el diseño de producción es sublime y novedoso, con una estética que entremezcla con interés lo barroco y lo innovador, con una fotografía que se convierte en un personaje más en cada fotograma con su composición de tonalidades, con un vestuario asombroso, y con un manejo de la cámara ocurrente y especial (todo un acierto el uso de lentes cóncavas y convexas en la mayoría de sus escenas) a la par que sutil. La banda sonora por su parte es capaz de dar acordes perturbadores a la par que joviales, enriqueciendo el relato de forma pasajera pero con unas imponentes sensaciones para el espectador. Algo que se puede aplicar a todas y cada una de las actuaciones de la cinta (pues, aunque actores como Dafoe, Mark Ruffalo o Ramy Youssef dan un carisma natural a unos roles que no les demandan tanto como en otros trabajos, la labor de Emma Stone es colosal y su Oscar más que justificado en cada ademán, en cada sensación y sentimiento que experimenta su personaje).

Así pues tenemos en "Pobres criaturas" una película de fantasía tan entretenida y grata como momentánea y frugal. Pero eso sí, absténganse los más puristas en esto del Séptimo Arte que se espanten ante cualquier película que se salga de la norma más clásica y establecida. Que aquí tenemos un universo imposible, con supuestos fantasiosos y con bastantes dosis de sex-, todo sea dicho. Como film fantástico se me pone a años luz de las grandes obras maestras de "El Señor de los Anillos", "Big Fish" (2003) o "Tigre y Dragón" (2000), pero tampoco es el desastre de "Aeon Flux" (2005) o "Dragonball Evolution" (2009). Digamos que se me equipara a "El quinto elemento" (1997), "Pinocho, de Guillermo del Toro" (2022), "Tenet" (2020) o "Ready Player One" (2018), y se me pone un peldaño por encima de "El sacrificio de un ciervo sagrado" y un peldaño por debajo de "La favorita".

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Alguna que otra irregularidad del guion...
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Corrupción y poder
Corrupción y poder (2016)
  • 4,1
    1.250
  • Estados Unidos Shintaro Shimosawa
  • Josh Duhamel, Al Pacino, Anthony Hopkins ...
3
Cuando Al Pacino y Anthony Hopkins no hacen acto de presencia, parece una telenovela turca nocturna.
Así, con nocturnidad y alevosía nos han colado el debut en la dirección del productor Shintaro Shimosawa (que tras este film no volvió a dirigir y se centró en lo que se le da mejor: la producción) que tuvo un presupuesto de once millones de dólares y apenas recaudó dos (pues prácticamente fue estrenada en plataformas de streaming y en aviones comerciales que tenían como objetivo dormir a sus pasajeros profundamente).

Y es que, a pesar de que la cinta cuenta con unos nombres en su cartel que auguran cierta calidad (Robert DeNiro y Anthony Hopkins en mayor medida, y Julia Stiles en menor medida), lo cierto es que nos encontramos con un telefilm más propio del multicine alemán de Antena 3 que de otra cosa. Con mimbres (que no pasan de eso) de thriller, esta trama "original" nos lleva torpemente por su argumento resobado: un protagonista (Josh Duhamel) se ve perseguido por un malvado de turno (Byung-hun Lee) que intenta incriminarlo de todo lo posible. Nuestro prota deberá averiguar si el cerebro que está detrás de su incriminación es Hopkins o Pacino, pero poco importa cuando los personajes son tan tópicos y absurdos, y el desarrollo argumental tan superficial y errático. Pues el malvado es el "malo muy malo" de manual para dummies (porque apenas tiene un par de frases de guion, pero para lo que dice... mejor que esté calladito) mientras que la femmme fatale de la cinta que trata de enredar al protagonista tiene unas escenas arquetípicas mezcladas sin ton ni son que hacen de su rol una caricatura sin pretenderlo, pero tres cuartos de lo mismo le pasa al personaje de la "esposa atribulada" (porque una cosa es que "tenga un trauma del pasado que no ha superado" y otra muy diferente que por cada palabra que diga tenga que mantener un silencio disparatado con el prota/marido). Los personajes masculinos por su parte no es que sean completamente incoherentes y absurdos como los femeninos, es que son unidimensionales hasta la implosión. Hopkins y Pacino tienen en suerte a "hombres de negocios amorales" que no tienen ningún otro tipo de interés más que los beneficios monetarios de su negocio. Y ya, paren de contar (valga la redundancia).

¡Vamos que aquí Anthony Hopkins no tiene un caramelo de "hombre amoral multimillonario" como el que le regalaron a Christopher Plummer en el guion de "Todo el dinero del mundo" (2018) o a Leonardo DiCaprio en "El lobo de Wall Street" (2013)!, más bien Pacino y Hopkins son aquí una suerte de Michael Douglas en "Más allá de la duda" (2009) o un "Russell Crowe" en "La trama" (film de 2013 de Allen Hughes que me ha recordado mucho a éste en su temática y tratamiento por cierto, y no lo digo como un cumplido). Los veteranos hacen lo que pueden y sí saben dar algo de empaque y personalidad a sus roles, pero quienes más ocupan la pantalla que son los actores jóvenes no sacan petróleo de absolutamente ninguna escena y están, o bien indolentes (caso de Stiles que tampoco está en la saga de Bourne (ójala sí) y Duhamel) o bien deplorables (casos de Alice Eve, Byung-hun Lee y Malin Akerman) cuyas expresiones no casan con nada de lo que les impone el guion.

El film cuenta con una buena iluminación, eso sí. También goza de un diseño de producción elegante y acogedor, y es rodado de forma fluida y orgánica en cada plano, algo que luce más durante un nudo que nos es descrito con una progreso atrayente por parte de su director. Pero eso no compensa su presentación y su desenlace tan rendundante como irracional por culpa de un libreto que jamás debió tener luz verde.

Así pues tenemos una cinta de intriga fallida, más cómica que ilustrada. Curiosa a ratos gracias al carisma de DeNiro y Hopkins y gracias tempo narrativo de Shintaro Shimosawa en los misterios sencillotes del nudo, pero poco más a señalar. En absoluto merece la pena por esos instantes que llegan a lo aceptable. Está a años luz de thrillers del mismo corte como "Atrapado por su pasado" (1993), "La tapadera" (1993), "Primary Colors" (1998), "El informe pelícano" (1993), "Instinto básico" (1992), "La verdad" (2015) o "Casino" (1995)... ni tan siquiera está a la altura de divertimentos pasajeros de género como "El caso Heineken" (otra, esta vez de 2015, con Anthony Hopkins de multimillonario), "Mi prima Rachel" (2017), "Secuestro" (2016), "Efectos secundarios" (2013), "El cuerpo" (2012), "Regresión" (2015) o "La chica del tren" (2016). Es más equiparable a "La sombra de la sospecha" (2006), "V3nganza" (2015), "Striptease" (1996), "Indomable" (2012) o "Instinto básico 2" (2006). No se me torna recomendable ni para los fans de estos actores, sinceramente.

Lo mejor: Su dirección (ya es mala pata debutar en la dirección y contar con un guion tan malo).
Lo peor: Aunque el guion sea terrible, más terrible está Alice Eve en su papel.
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The Creator
The Creator (2023)
  • 5,9
    13.270
  • Estados Unidos Gareth Edwards
  • John David Washington, Madeleine Yuna Voyles, Gemma Chan ...
5
A Gareth Edwards le sienta mejor la galaxia muy muy lejana.
En su cuarto largometraje Gareth Edwards (director de la estupenda "Rogue One: Una historia de Star Wars" (2016), sin lugar a dudas la única película notable y a la altura de lo ofrecido por la saga de "Star Wars" antes de que Disney metiera mano) nos ofreció una cinta de ciencia-ficción en la que la Tierra anda de guerra mundial, un enfrentamiento de humanos contra robots humanoides de inteligencia artificial (¡qué original!, ¿eh? Será porque nunca se ha visto ni en las sagas de "Terminator", "Matrix", "Blade Runner" o en cintas como "Yo, Robot" (2004) o "Westworld" (1973)). Nuestro protagonista el Sargento Taylor (John David Washington) tiene la misión de acabar con el arma definitiva del bando de la Inteligencia Artificial, sin embargo ese arma resulta tener la inteligencia, los sentimientos y la inocencia de una niña (Madeleine Yuna Voyles). Así que nuestro protagonista irá descubriendo que ni los humanos son tan buenos ni los robots tan malos.

¡Vamos!, que "The Creator" bebe tanto y tan continuamente de "Blade Runner" (1982), "El quinto elemento" (1997), "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001) y demás films que decir que es un soplo de aire fresco y una película original entre tantas precuelas y secuelas... pues me parece un insulto a la inteligencia cinéfila. Porque no es sino una amalgama de circunstancias y situaciones que hemos visto tratadas con mayor mimo y vicisitudes en "Blade Runner", "Terminator" (1984), "Ex_Machina" (2014), "Yo, Robot" y bastantes otras cintas. Ya que "The Creator" expone coyunturas con elegancia pero no se aplica a la hora de pulirlas con detalles productivos. Que tampoco esperaba a unos replicantes (aquí sencillamente robots, pero vamos que son replicantes humanos de todas todas) con reflexiones hondas a lo "lágrimas en la lluvia" de Roy Batty (Rutger Hauer), o unos diálogos como los de Morfeo (Laurence Fishburne) y Neo (Keanu Reeves) sobre la situación de los humanos en "The Matrix" (1999), pero desde luego las circunstancias de la cinta sí podrían haber dado lugar a ese trabajo del guion, y no limitarse a los diálogos que tan solo repiten al espectador lo que ya está viendo con topicazos tipo "ese arma acabará con la guerra", "escóndete" o "lucharemos".

Porque así, "The Creator" se convierte en una cinta de acción futurista más que en un thriller futurista. Y sí, como película de acción distinguida funciona como pasatiempo de forma pasable. Pero desde luego como intriga y drama sci-fi hace aguas por todas partes dada su desidia en el desarrollo argumental. Pues a los espectadores más curtidos nos va a producir la constante sensación de "esto ya lo hemos visto y mejor trabajado", y los neófitos en este tipo de cine puede que lleguen a pedir la hora en la recta final de acción reiterativa. Es a los fans del cine de acción con un CGI majestuoso a los que más va a encandilar este largo sin ninguna duda.

Porque otra cosa no, pero Edwards mantiene esa elegancia plástica que ya nos brindó en "Rogue One: Una historia de Star Wars" (que tenía la suerte de contar con un mejor guion que la cinta que nos ocupa). Con una fotografía que aprovecha la pulcritud de su cinematografía, ofreciendo unos imperceptibles filtros ocres y azulados que mantienen esa sensación de fábula curiosa sin sacar por ello al espectador de la acción (no digo trama porque es muy exigua), mimando su puntual iluminación a los personajes con tino, trabajando las tonalidades del vestuario que se zambullen con pericia en esos paisajes ascetas y vetustos, paisajes que cuidan con virtuosismo en cada encuadre con sus elementos escénicos (ojo a los planos generales de la cinta, en opinión de quien esto escribe es lo que mejor tiene el producto y en lo que me deja maravillada). A esto se suma una majestuosa edición de sonido (su mezcla es aceptable sin más) y un C.G.I. impresionante tanto en los humanoides metálicos como en los ataques masivos de un bando u otro. Hay un diseño en la tecnología sci-fi muy logrado (que no asombroso) y su ejecución es impoluta y de lo más complaciente para con el espectador.

El reparto también está natural, pero en esta ocasión no contamos con un intérprete que sea un dechado de carisma y singularidad que torne a su papel en algo curioso, cercano e interesante. No, aquí no hay una Sarah Connor, un Roy Batty o una Grace Augustine. Ójala lo hubiera y la cinta se elevaría en calidad, pero ni John David Washington es Tom Cruise en "Minority Report" (2002) ni Madeleine Yuna es Haley Joel Osment en "A.I.: Inteligencia Artificial"... ni la estupenda Allison Janney es Siguorney Weaver en "Avatar" (2009) con suficiente material en el guion como para sacar jugo a su esquematizado personaje. La verdad es que nos da bastante igual el destino de estos personajes a pesar de que se envuelven en persecuciones, combates y escondites primorosos.

Una envoltura que compensa en gran medida un guion que tampoco es una chapuza de continuas chaladuras (esto no es "Cats" (2019)) pero que desde luego pudo ser más compacto, intenso y profundo. Al final acaba derivando en una película comercial de acción "más". Que entretiene de forma ajustada durante su visionado, pero que no llega a implicar a la audiencia que la olvidará más pronto que tarde (a no ser que se sea fan acérrim@ de sus director o su actor protagonista). Desde luego está a años luz de "Terminator 2: El juicio final" (1991), "Westworld", "The Matrix" o "A.I.: Inteligencia Artificial", aunque tampoco sea la ineptitud total de "Aeon Flux" (2005) o "Alien Vs. Predator" (2004). Es más bien una "Terminator 3" (2003), "Transcendence" (2014), "District 9" (2009), "Alien: Resurrection" (1997), "Reminiscencia" (2021), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017) o "Bloodshot" (2020) más.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Su guion.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dune: Parte Dos
Dune: Parte Dos (2024)
  • 7,9
    22.706
  • Estados Unidos Denis Villeneuve
  • Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson ...
7
Ahora sí.
Por fin Denis Villeneuve ("Prisioneros" (2013), "La llegada" (2016), "Blade Runner 2049" (2017)) ha otorgado a uno de sus largos un contenido parejo en calidad a su contenedor. Pues admito que es un director que siempre me ha resultado sobrevalorado, ya que se ha caracterizado por ofrecer planos muy vistosos dentro de tramas vacuas (y diría que hasta mentecatas. Y a "Blade Runner 2049" me remito) y a punto ha estado de convertírseme en un Zack Snyder más. Pero esta vez sí, esta vez Villeneuve cuenta con un guion (de su puño y letra junto a Jon Spaihts) que adapta con garra, diversidad, elegancia, humanidad, potencia e intriga la parte con más "chicha" de la novela homónima de Frank Herbert. El propio Villeneuve suelta una y otra vez en todas las entrevistas que esta "Dune: Parte 2" es su película más viva. Y así es.

Toda una épica de fantasía en la que su protagonista el noble Paul Atreides (Timothée Chalamet) trata de vengar la muerte de su padre y el ostracismo de su familia por parte del Emperador del universo y sus nobles afines, aliándose para ello con los enemigos acérrimos del Imperio y sus nobles: los Fremen (capitaneados por un Javier Bardem en estado de gracia, por cierto) que creen que este Paul Atreides es el mesías prometido de su religión. Esto sería un resumen de una trama multifacética, estilizada, nervuda y resolutiva que nos va a regalar grandes momentos de conspiraciones, rivalidades, alianzas, rencillas, amistades, aprendizajes, credos, fidelidades y traiciones variopintas. Todo fermentado en más de dos horas de metraje con un equilibrio impecable, un jugueteo argumental que logra configurar personalidades que nos importen e impliquen (y no solo se trata del protagonista y su "Juan Bautista" particular encarnado por Bardem. Incluso al villano "némesis" que interpreta Austin Butler le bastan un par de secuencias para tornarse en un retorcido psicópata de lo más recóndito y temible. Así que no hablemos de las curiosas urdimbres por las que se manejan los roles de Rebecca Ferguson, Stellan Skarsgård o Dave Bautista). Y "Dune: Parte 2" hace además todo un ejercicio narrativo la hora de complacer con distinción tanto a los que son tremendamente seguidores de la novela de Herbert o sus adaptaciones cinematográficas como a lo que son neófitos. Pues "Dune: Parte 2" es una película que se va a disfrutar de igual forma tanto si se viene con la lección aprendida de la novela original o de "Dune" (2021) como si no. Porque estos personajes están envueltos en nuevas coyunturas en este film (hay muchos "renaceres" simbólicos o no) y esas nuevas circunstancias tienen una conclusión atrevida.

Con todo esto Villeneuve engarza ese contenido suculento (y diría que casi exquisito. Porque no llega al nivel de cualquier entrega de la trilogía de "El Señor de los Anillos", pero a muy poco de ellas se queda) con la superlativa puesta en escena que acostumbra (jamás dije lo contrario de este cineasta, y a mi crítica de "Dune" (2021) me remito). Ya que en "Dune: Parte 2" tenemos una fotografía apoteósica con un sello personal a la par que refinado. Con multitud de filtros ocres en ese mundo desértico que combina con tanta amabilidad sus extensos escenarios y su vestuario sofisticado... sin dejar pasar el gran uso del blanco y negro o las tonalidades grises en las escenas que lo requieren. Hay una composición de sus pocos elementos completamente audaz y única, una edición precisa, unos efectos especiales magníficos y un sonido asombroso.

Los únicos "peros" que se le puede poner a esta épica fantástica es una banda sonora adecuada y unas pocas actuaciones escasamente carismáticas. Pero ello no quiere decir que sean elementos horribles ni mucho menos, Chalamet está natural y desenvuelto, pero no es Daniel Day Lewis en "Lincoln" (2012) precisamente, Zendaya está correcta pero adolece de algo más de complicidad para con el espectador, y Florence Pugh está más sosa que un calabacín. Lógicamente con este percal Bardem, Butler, Ferguson, Bautista y Skarsgård se los comen con patatas y son sus robaescenas particulares.

En fin, detalles que poco (algo sí, pero poco) ensombrecen la experiencia global de esta notable obra cinematográfica. Sin lugar a dudas se me torna en la mejor película que ha hecho Villenueve hasta la fecha (y bastante difícil de superar) solo rozándose levemente a "Prisioneros". "Dune: Parte 2" le lleva años-luz de ventaja a "La llegada", "Dune" o "Blade Runner 2049". Los que quedaron horrorizados con lo que hizo Disney a la saga de "Star Wars" con esa nueva trilogía, en "Dune: Parte 2" van a tener lo que ansiaban pero que ni "El despertar de la fuerza" y sucedáneos le dieron. Ya que, como épica de fantasía espacial, "Dune: parte 2" supera con gran facilidad "Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma" (1999), "Star Wars: Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Star Wars: Episodio VII: El despertar de la Fuerza" (2015), "Star Wars: Episodio VIII: Los últimos Jedi" (2017), "Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker" (2019) y "Han Solo" (2018). Evidentemente no llega al nivel de singularidad y explosión de elementos cinematográficos sobresalientes de la trilogía original de "Star Wars", pero puede mirar a la cara a "Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith" (2005) o "Rogue One" (2016). Y es objetivamente superior a largos de corte similar y de resultado entretenidillo como "El quinto elemento" (1997), "Krull" (1983), "Eragon" (2006), "Alita: Ángel de combate" (2019), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017), "Warcraft" (2016) o "Las crónicas de Spiderwick" (2008). Se me pone a la señalada altura de "Las crónicas de Narnia" (2005), "Harry Potter y la piedra filosofal" (2001), "Thor: Ragnarok" (2017), "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2" (2011), "Guardianes de la galaxia" (2014) o "Hellboy" (2004). Muy recomendable a todo público adulto, indispensable para los aficionados el cine de fantasía o sci-fi.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: ...
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1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mowgli: La leyenda de la selva
Mowgli: La leyenda de la selva (2018)
  • 5,7
    6.839
  • Estados Unidos Andy Serkis
  • Rohan Chand, Matthew Rhys, Freida Pinto ...
3
La fórmula telefilmera de Netflix para seguir resultando irrelevante y rutinario.
No extraña la compra de esta cinta por parte de Netflix a Warner Bros. Pues este largo parece seguir las directrices de los gerifaltes de Netflix a la hora de producir largometrajes estrenados a bombo y platillo y con un alto presupuesto (salvo en contadas ocasiones como en "Los dos Papas" (2019 , "Mank" (2020) o "Roma" (2018)): "Envuelve todo en una atmósfera de calidad cinematográfica y ofrece un argumento trillado y/o desarrollado con mediocridad".

Y así en 2018 llegó a la plataforma pionera de streaming otra (¡OTRA!) adaptación de "El libro de la selva 1 y 2" de Rudyard Kipling. No digo una nueva adaptación porque este "Mowgli" no cuenta absolutamente nada nuevo (varía la personalidad de algunos de sus personajes y se salta bastantes de los acontecimientos reseñables de la obra de Kiplin, pero no se puede decir que nos encontremos ante una trama diferente. Tampoco es que pidiéramos algo diferente. Claro que tampoco se ve necesaria otra adaptación a la pantalla de las aventuras y desventuras de Mowgli. Pues antes de este "Mowgli" de 2018 hemos tenido ocho, OCHO largometrajes algunos a imagen real y otros animados).

Y es que este telefilm cuenta con un gran lastre en su contra, que no es otro que la sensación de repetición y previsibilidad en casi todo espectador medio (con ocho largos a sus espaldas, rara es la audiencia que no se conozca a grandes rasgos esta historia simbólica). Y aun sin conocer la trama de este huérfano que es criado en la selva por lobos que lucha por su lugar en la manada, venciendo a su rival Shere Khan y conociendo las diferentes naturalezas de los animales diversos que pululan por allí (monos, elefantes, serpientes, osos, etc.), hay que reconocer que tenemos enfoques mucho más atinados a la hora de escoger momentos de la colección de historias de Kiplin y más inspirados en su desarrollo argumental (y a las mucho más recomendables cintas de Disney me remito).

Pues este "Mowgli", si bien es bello en lo audiovisual (se nota la inversión cinematográfica en el producto. Ya que podemos disfrutar de unos escenarios bellísimos de Sudáfrica, que además son rodados por parte de Andy Serkis (el afamado Gollum que se muestra solvente (si bien no sobresaliente) como director de cine comercial, y para muestras "Una razón para vivir" (2017) y "Venom: Habrá Matanza" (2021)) con una pericia tan natural y preciosista como vivaz y dinámica. En la cinta abundan los planos semisubjetivos y cenitales en movimiento entre plano/contraplano mantenido... y ninguno erra en su tempo narrativo ya sea en el desarrollo de la acción o en el dramático algo (solo algo) meditabundo. Hay en la película además una definición de lo más atrayente, así como una fotografía con una estilizada profusión de tonalidades e iluminaciones. La labor de vestuario y maquillaje también resulta primorosa en todo momento y el C.G.I.... digamos que es (junto a la olvidable banda sonora) la pata más corta de su puesta en escena, y es que a pesar de no chirriar a la hora de mostrar los movimientos de los animales animados, lo cierto es que el diseño de algunos de ellos resulta más bien feote (sí, va por ese Baloo en particular y por esos monos en general)... algo que maquilla el niño/actor Rohan Chand (muy acertado el casting de este casi desconocido intérprete estadounidense) con una actuación honesta y cercana para con el espectador. El resto de actores tienen unos papeles tan secundarios y monocromáticos que no merecen ni mentarse) en el aspecto argumental se queda en lo parco o lo tópico. Se queda en la superficie de esta fábula (el film incide y redunda en la temática de "no encajar" y "luchar por ser aceptado"... con la simpleza estandarizada de films como "Stuart Little" (1999), "Hotel Transilvania" (2012) o "La LEGO película" (2014). Con esto no digo que tenga un tratamiento idiota del asunto, pero sí tremendamente arquetípico y básico) y se escaquea de los instantes más humorísticos y metafóricos (adiós a la vida holgazana de Baloo o al baile de los elefantes) o simplemente metafóricos.

Así que nos da en definitiva una aventura selvática descafeinada (pudo dar mucho más a nivel de desarrollo argumental dado el material con el que contaba) y rutinaria. Que se deja ver en un primer visionado (en todo espectador con muy pocas expectativas) por su dignidad en el diseño de producción, en la realización y la actuación. Pero no es una versión de "El libro de la selva" ni siquiera aceptable en su trama sobre la escena. No se me torna recomendable ni siquiera para los más aficionados a las páginas de Kiplin (tal vez solo para los muy incondicionales de los live-action con C.G.I.). Es mucho más triunfal en su conjunto "El libro de la selva" de Jon Favreau (y eso que aquella cinta de 2016 tampoco me parece una obra maestra), pero para adaptaciones de "El libro de la selva" la indispensable sigue siendo la cinta animada de Disney de 1967. Este "Mowgli" está más cerca del largo a imagen real de Disney de 1994 que de la notable obra de 1967.

Lo mejor: Su ambientación en líneas generales.
Lo peor: La escasez frugal de su guion.
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La Torre Oscura
La Torre Oscura (2017)
  • 4,6
    12.711
  • Estados Unidos Nikolaj Arcel
  • Idris Elba, Matthew McConaughey, Tom Taylor ...
5
Transformando una saga literaria multifacética y excelsa en un conciso y básico producto de entretenimiento.
Admito que no he seguido demasiado toda la saga de "La torre oscura" de Stephen King (soy más de otros autores literarios, pero puestos a elegir me quedo con las novelas "Cadena perpetua", "Misery", "La milla verde", "El cabo del miedo", "Insomnia", "El resplandor" o "El cazador de sueños"). Una fábula que se sitúa en un universo en el cual hay un mundo en concreto en el que protagonista (el pistolero Roland Deschain) y antagonista (el demonio Walter Padick) van encadenando persecuciones y enfrentamientos, donde el primero quiere proteger la torre oscura que protege el universo y sus vidas y el otro destruir la torre para que los demonios invadan el universo y lo destruyan. Una serie novelística que comenzó en 1982 y que llega (por el momento) hasta el 2012.

Esta adaptación por parte del danés Nikolaj Arcel ("Un asunto Real" (2012)) y de 3 guionistas más (ahí es nada) al parecer condensa las tres primeras novelas de la saga y las desvirtúa. En lugar de tener de protagonista al pistolero de las novelas, aquí es un acompañante del personaje que es acompañante en las páginas de King: el niño Jake Chambers (Tom Taylor), cuyos poderes le hacen ser objetivo del malvado (Matthew McConaughey) y misión protectora del pistolero (Idris Elba).

En "La torre oscura" todo acaba reducido al final a un relato de aventuras pronosticable donde hay unos malos muy malos, un niño/adolescente que descubre que tiene habilidades especiales y que el destino del universo recae en él (¿dónde habremos visto esto?, pues desde la notable saga de "Harry Potter" pasando por las aceptables de "Percy Jackson y el ladrón de rayo" (2010), "Eragon" (2006), "Divergente" (2014) o las tolerables "El juego de Ender" (2013), "City of Ember" (2008)... y llegando hasta las horrorosas cintas de "Cazadores de sombras: Ciudad de hueso" (2013) o "El destino de Júpiter" (2015) entre otras), y un acompañante cuya relación paterno-filial con el protagonista también está revista en estos productos comerciales, y dejada al tópico superficial y estandarizado (tampoco es que esperara una astucia iluminada a lo Gandalf o Hagrid, pero algo de variedad en el personaje sí se podría pedir).

Y con esto no digo que "La torre oscura" sea una película aburrida, ni mucho menos. Es una aventura de fantasía que navega por clásicos derroteros, pero lo hace con una actividad y un progreso casi perfectos. Así que todo fan de los lances con fantasía, magia o ciencia-ficción (que no se haya sumergido antes en las páginas de Stephen King, si lo ha hecho esta adaptación le va a parecer un sacrilegio pues no tiene ni el tono sombrío ni las alegorías de las obras de King) se va a entretener con eficiencia en casi todo momento (a excepción de unos instantes finales algo redundantes en la acción de persecuciones y tiros). Pero desde luego no busquen en el film una realidad nueva con la astucia de "The Matrix" (1999) o el bello sentimiento de "El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo" (2001), más bien esperen algo tan rutinario y eficaz como "Matrix Resurrections" (2021), "Hércules" (2014) o "Percy Jackson y el ladrón del rayo". Y esto es una evasión previsible y momentánea, de elegante puesta en escena (hay un buen uso de los tonos negruzcos en su fotografía, que combina con encanto su aceptable vestuario y sus logrados escenarios. Tampoco esperen una fotografía como la del cine de Denis Villeneuve, pero sí pueden atraparse un poco en los paisajes áridos y sombríos del mundo del pistolero, o en el diseño refulgente de esos portales interdimensionales y esas energías destructivas lanzadas con furia). El C.G.I. resulta natural y ya es bastante teniendo en cuenta que el malvado de turno utiliza un catálogo de conjuros y magias destructivas. La acción está rodada con una fluidez orgánica y agradecida (pues, aunque prime el plano/contraplano, la edición cuenta con un ritmo entusiasta en el mejor de los sentidos). Las actuaciones también resultan sólidas, no me ha chirriado la actuación de McConaughey a pesar de contar con el villano más estereotipado que ha tenido en suerte en toda su filmografía. El de Texas sortea con cierta dignidad su rol a pesar de tener las frases más ridículas y bobas (la mención a Excalibur parece de coña), mejor suerte tienen Elba y Taylor en roles más comedidos (que no menos estereotipados, pues la cinta siempre se guía por los clichés y no los va perfilando y puliendo en absoluto).

Pero de donde no hay no se puede sacar, y "La torre oscura" reduce tanto su premisa y la aniña tanto que da como resultado una cinta acorde a la cadena de montaje hollywoodiense más vulgar. Es como si los responsables del film creyeran que tenían la trama hecha gracias todo el material de base de Stephen King con el que contaban... y acaban haciendo una especie de sinopsis corta (muy cortita en todos los aspectos de desarrollo argumental) de sus novelas. No aprovecha las mejores narraciones y frases de los libros (yo que no los he leído, conozco por supuesto algunas de sus líneas más emblemáticas) y opta por lo fácil y holgazán. Y así con todo se nos queda una película tan palomitera como olvidable. Una acción de fantasía que, sin ser el horror de "Aeon Flux" (2005) o "Dragonball Evolution" (2009), es equiparable a "Eragon", "Hermosas Criaturas" (2013) o "La casa del reloj en la pared" (2018). Pudo ser un estupendo "Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y armario" (2005) o "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016), pero va a ser que no. Solo recomendable a los muy fans del género de aventuras fantásticas (admito que me incluyo en este grupo) aunque tengamos exponentes mejores, y a los seguidores incondicionales de estos actores o este director en concreto. El resto no se pierde nada, y los fans de la saga literaria de Stephen King mejor que ni se acerquen. Pues "La torre oscura" se parece a las novelas en las que se basa lo que un huevo a una castaña. Es decir, se parece un poco en su forma pero en nada más.

Lo peor: ...
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los juegos del hambre: En llamas
Los juegos del hambre: En llamas (2013)
  • 6,4
    58.704
  • Estados Unidos Francis Lawrence
  • Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth ...
6
Aunque no sea decir demasiado, si hubiera que elegir una película estandarte para recomendar de toda la saga de "Los juegos del hambre"... ¡diría que es ésta!
Pues (no siendo especialmente fan de esta serie de novelas y películas, mis fanatismos en cuanto a literatura y cine de fantasía juvenil van más hacia Harry Potter, el universo Tolkien, Narnia o Star Wars) "Los juegos del hambre: En llamas" es una película que condensa de forma eficaz, elegante y nervuda todo lo propuesto por la saga antes ("Los juegos del hambre" (2012)) y después ("Los juegos del hambre: Sinsajo" (2014-15)). Ya que nos desarrolla una mezcla atinada entre el contexto de sublevación de un futurista Estados Unidos (convertido en una dictadura sangrienta con alta diferencia entre clases) y el concurso del título de la saga (donde la protagonista lucha por sobrevivir en un campo de batalla y supervivencia). Y en esta ocasión el guion sube un poco (solo un poco, que esto no es ni "Minority Report" (2002) ni "The Matrix" (1999)) el listón y, en lugar de hacer como en la cinta predecesora y ofrecer una trama de acción superficial con un ambiente distópico meramente esbozado, aquí sí hay más pormenores en cuanto a la situación de injusticia social, de matanzas gubernamentales y de conspiraciones para poner solución al asunto, así como hay más solidez en la configuración y desarrollo del concurso que sirve como distracción a esa sociedad atribulada (con un mayor número de participantes singulares y carismáticos (ojo a los personajes que les tocan en suerte a Amanda Plummer, Sam Claffin, Jena Malone o Jeffrey Wright) que tienen más tiempo en la pantalla que en la primera película).

Pero ese guion más repleto, multiversado y perfilado no es lo único en lo que demuestra mayor calidad la cinta, también en la puesta en escena hay más aptitud. Desde el acertadísimo cambio en la dirección (como ya expuse en mi crítica de "Los juegos del hambre", Gary Ross fue lo peor que le sucedió al anterior film por culpa de su casi siempre errática elección de planos o bien mantenidos en exceso o bien en movimiento de lo más exagerados, demasiado cerrados y desenfocados sin sentido alguno) con un Francis Lawrence ("Constantine" (2005), "Soy leyenda" (2007), "Agua para elefantes" (2011)) de lo más capacitado a la hora de imprimir intriga, angustia, complacencia o vistosidad cuando lo pide la trama en un estupendo catálogo de planos diversos entre plano/contraplano imaginativo (en mi opinión no está ante su mejor película, pues "Soy leyenda" me parece que contaba con una mejor historia y ambientación, pero sí estamos ante la que mejor dirige tanto en planos como actuaciones), hasta la fotografía de la cinta (que aunque no presenta unos filtros exitosos y destacados, mima mucho en la parte sustancial y humana de esta sociedad distópica las tonalidades grises, ocres y verdosas de los elementos escénicos, en la parte más superficial e inhumana las tonalidades coloristas, y en la parte de preparaciones y entrenamientos de acción las sabe combinar con asepsia. De todo esto se beneficia su pulcra cinematografía y su comedido C.G.I.) pasando por unas actuaciones más espabiladas e inspiradas por norma general (no hablo de Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Liam Hermsworth que, por mucho que intenten lo contrario, siguen pareciendo tan dormidos como en la película predecesora, sino que hablo de Jena Malone (que configura el que se me ha hecho al instante el personaje favorito de toda esta saga cinematográfica por su divertida, personal, osada y desenfadada sinceridad), de Philip Seymour-Hoffman que con el poco tiempo que tiene en pantalla arma un personaje tan ladino como distinguido) o de una Elizabeth Banks a la que esta vez el guion sí da un poco de sensibilidad a su secundario papel).

Y, si todo mejora, si esta vez tenemos una trama que despierta más nuestro interés con vicisitudes más provistas, con acción más grácil, con desarrollo argumental más cohesionado, con actuaciones más inspiradas... ¿por qué no se me pone al nivel de obra maestra o notable? Pues porque ese guion, si bien mejor, tampoco es el sumun de la coherencia, la maquinación o la profundidad. Porque es una cinta que palidece comparada a, por ejemplo, "El caballero oscuro" (2008), "Abre los ojos" (1997), "Batman Begins" (2005) o "Terminator 2: El juicio final" (1991) en cuanto a fantasías distópicas se refiere. Desde luego es una buena película palomitera, se disfruta de forma momentánea sin darle mucho al coco pero siempre con curioseo y atención. Pero que nadie espere al verla un "Wall.E" (2008), un "Avatar" (2009) o un "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001). Si mejor esperan algo tan horroroso como "Aeon Flux" (2005), "Dragonball Evolution" (2009) o "Viaje al centro de la Tierra" (2008) van a quedar sorprendidos y felices ante "Los juegos del hambre: En llamas", y si esperan algo del nivel de "Oblivion" (2013), "Star Wars Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Looper" (2012), "Guerra mundial Z" (2013), "In Time" (2011) o "Ready Player One" (2018) es justo lo que van a encontrar aquí que para pasar un rato ameno evasivo está muy bien. Es una película muy recomendable a todo fan de la fantasía juvenil o las distopías en pantalla (y solo indispensable a los fans de esta serie novelística y cinematográfica), el resto se pierde bien poco.

Lo bueno: Que es una película que puede verse como cinta individual sin haber visto ninguna otra de la saga al igual que puede verse como parte de la saga.
Lo peor: Que sigo sin creerme a Jennifer Lawrence en su papel siendo ella la protagonista (y es una pena, porque no es mala actriz y ya lo ha demostrado en "El lado bueno de las cosas" (2012) o "La gran estafa americana" (2013)).
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