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España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Ciencia ficción. Aventuras Tras vencer en los 74º Juegos del Hambre anuales, la joven Katniss Everdeen y su compañero Peeta Mellark regresan a casa. Atrás dejaron a sus amigos y su familia, teniendo ambos que participar en un 'tour de la victoria' por todos los distritos. Durante ese largo viaje, Katniss se da cuenta de que se está gestando una rebelión, pero en el Capitolio todo sigue igual y bajo estricto control del Presidente Snow, que está organizando los ... [+]
21 de marzo de 2024
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Pues (no siendo especialmente fan de esta serie de novelas y películas, mis fanatismos en cuanto a literatura y cine de fantasía juvenil van más hacia Harry Potter, el universo Tolkien, Narnia o Star Wars) "Los juegos del hambre: En llamas" es una película que condensa de forma eficaz, elegante y nervuda todo lo propuesto por la saga antes ("Los juegos del hambre" (2012)) y después ("Los juegos del hambre: Sinsajo" (2014-15)). Ya que nos desarrolla una mezcla atinada entre el contexto de sublevación de un futurista Estados Unidos (convertido en una dictadura sangrienta con alta diferencia entre clases) y el concurso del título de la saga (donde la protagonista lucha por sobrevivir en un campo de batalla y supervivencia). Y en esta ocasión el guion sube un poco (solo un poco, que esto no es ni "Minority Report" (2002) ni "The Matrix" (1999)) el listón y, en lugar de hacer como en la cinta predecesora y ofrecer una trama de acción superficial con un ambiente distópico meramente esbozado, aquí sí hay más pormenores en cuanto a la situación de injusticia social, de matanzas gubernamentales y de conspiraciones para poner solución al asunto, así como hay más solidez en la configuración y desarrollo del concurso que sirve como distracción a esa sociedad atribulada (con un mayor número de participantes singulares y carismáticos (ojo a los personajes que les tocan en suerte a Amanda Plummer, Sam Claffin, Jena Malone o Jeffrey Wright) que tienen más tiempo en la pantalla que en la primera película).

Pero ese guion más repleto, multiversado y perfilado no es lo único en lo que demuestra mayor calidad la cinta, también en la puesta en escena hay más aptitud. Desde el acertadísimo cambio en la dirección (como ya expuse en mi crítica de "Los juegos del hambre", Gary Ross fue lo peor que le sucedió al anterior film por culpa de su casi siempre errática elección de planos o bien mantenidos en exceso o bien en movimiento de lo más exagerados, demasiado cerrados y desenfocados sin sentido alguno) con un Francis Lawrence ("Constantine" (2005), "Soy leyenda" (2007), "Agua para elefantes" (2011)) de lo más capacitado a la hora de imprimir intriga, angustia, complacencia o vistosidad cuando lo pide la trama en un estupendo catálogo de planos diversos entre plano/contraplano imaginativo (en mi opinión no está ante su mejor película, pues "Soy leyenda" me parece que contaba con una mejor historia y ambientación, pero sí estamos ante la que mejor dirige tanto en planos como actuaciones), hasta la fotografía de la cinta (que aunque no presenta unos filtros exitosos y destacados, mima mucho en la parte sustancial y humana de esta sociedad distópica las tonalidades grises, ocres y verdosas de los elementos escénicos, en la parte más superficial e inhumana las tonalidades coloristas, y en la parte de preparaciones y entrenamientos de acción las sabe combinar con asepsia. De todo esto se beneficia su pulcra cinematografía y su comedido C.G.I.) pasando por unas actuaciones más espabiladas e inspiradas por norma general (no hablo de Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Liam Hermsworth que, por mucho que intenten lo contrario, siguen pareciendo tan dormidos como en la película predecesora, sino que hablo de Jena Malone (que configura el que se me ha hecho al instante el personaje favorito de toda esta saga cinematográfica por su divertida, personal, osada y desenfadada sinceridad), de Philip Seymour-Hoffman que con el poco tiempo que tiene en pantalla arma un personaje tan ladino como distinguido) o de una Elizabeth Banks a la que esta vez el guion sí da un poco de sensibilidad a su secundario papel).

Y, si todo mejora, si esta vez tenemos una trama que despierta más nuestro interés con vicisitudes más provistas, con acción más grácil, con desarrollo argumental más cohesionado, con actuaciones más inspiradas... ¿por qué no se me pone al nivel de obra maestra o notable? Pues porque ese guion, si bien mejor, tampoco es el sumun de la coherencia, la maquinación o la profundidad. Porque es una cinta que palidece comparada a, por ejemplo, "El caballero oscuro" (2008), "Abre los ojos" (1997), "Batman Begins" (2005) o "Terminator 2: El juicio final" (1991) en cuanto a fantasías distópicas se refiere. Desde luego es una buena película palomitera, se disfruta de forma momentánea sin darle mucho al coco pero siempre con curioseo y atención. Pero que nadie espere al verla un "Wall.E" (2008), un "Avatar" (2009) o un "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001). Si mejor esperan algo tan horroroso como "Aeon Flux" (2005), "Dragonball Evolution" (2009) o "Viaje al centro de la Tierra" (2008) van a quedar sorprendidos y felices ante "Los juegos del hambre: En llamas", y si esperan algo del nivel de "Oblivion" (2013), "Star Wars Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Looper" (2012), "Guerra mundial Z" (2013), "In Time" (2011) o "Ready Player One" (2018) es justo lo que van a encontrar aquí que para pasar un rato ameno evasivo está muy bien. Es una película muy recomendable a todo fan de la fantasía juvenil o las distopías en pantalla (y solo indispensable a los fans de esta serie novelística y cinematográfica), el resto se pierde bien poco.

Lo bueno: Que es una película que puede verse como cinta individual sin haber visto ninguna otra de la saga al igual que puede verse como parte de la saga.
Lo peor: Que sigo sin creerme a Jennifer Lawrence en su papel siendo ella la protagonista (y es una pena, porque no es mala actriz y ya lo ha demostrado en "El lado bueno de las cosas" (2012) o "La gran estafa americana" (2013)).
Spark
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