163 Críticas de los usuarios

Si “El diablo viste de Prada” es una crítica ácida al mundo de la moda, la diablesa de Paris Hilton debería ganar un oscar. Por ejemplo.
No encuentro ni la crítica, ni el humor…. pero sí mucha moda. ¿Es una comedia o un ácido drama laboral fashion?
Creo que se convierte en lo que intenta criticar: en una anodina pasarela de modelos que lucen interminablemente Meryl Streep y Anne Hathaway sin ningún aliciente, sin ninguna puñalada trapera, sin nada.

Apela a todos los posibles clichés del mundillo y resulta ultra previsible hasta la saciedad, pero tiene dos elementos que la elevan por encima de la media de las comedias ligeras del cine actual:
Primero, es entretenida y su tercer acto no es el típico tópico (aunque sin demasiadas sorpresas); y segundo, Meryl Streep está magnífica. ¿Otra nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria? ¿Cuántas van ya?

“El diablo viste de Prada” se ha convertido en uno de los éxitos de la taquilla americana y no ha tenido malas críticas.
Al parecer el best seller de Lauren Weisberger en el que se basa la película es un vehículo, basado en hechos reales, para poner a parir a su exjefa, la editora de Vogue en USA, una tal Anna Wintour. De la que por lo visto se pueden contar mil y un detalles bastante escabrosos. Infórmese y se sorprenderá.

La mujer en cuestión mediante amenazas consiguió que casi nadie del mundo de la moda participase en forma de cameo en el filme. Para evitar daños mayores la caracterización de Streep es completamente diferente al de la imagen de Wintour, más cercana a Cruella de Vil.
Aunque seguramente si el filme fuese un biopic de la Wintour sería mucho más entretenido, divertido e interesante. Nada que ver con la típica historia de la belleza interior, desmadres amorosos y demás clichés que ya cansan.

Al final va a resultar que la crítica más ácida y grotesca del mundo de la moda la hizo Ben Stiller con su engendro “Zoolander”. Si Versace levantara la cabeza…

Antes de nada decir que a mi me gustó. Pero eso no quita para que sea crítico con ella...

La incomprensible necesidad que se autoimpone el cineasta en mostrar mensajes políticamente correctos y éticos, es lo que estropea los finales de un número importante de cintas, sobre todo en aquellas del género en el que se mueve El diablo viste de Prada. Como ya todos estamos más que baqueteados en esto del cine sabemos de sobra en qué tipo de películas se darán tales desenlaces, por lo que de entrada te sientas a verlas sin esa cosilla de "a ver como terminará esto".

Te ponen durante toda la película acciones que conllevan a la mejora de calidad de vida de quien l@ protagoniza; llegar a lo más alto en lo profesional, conocer a gente (a priori) más interesante que el desgraciado que tienes al lado, mejora física suprimiendo tu lado palurdo, posibilidad de entrar victorioso por la puerta grande a esos sueños que antes creías inalcanzables... pero ojo, a la par te muestran a ráfagas esa otra vida humilde repleta de autenticidad y buenas personas que pierdes de manera inminente si tu decisión final se decanta por ser alguien de éxito en todo ámbito imaginable.

También en este tipo de pelis, hacen la trampa de desenmascarar al tipo que parecía en principio encantador y buen partido para dejarte claro que tu pareja, por muy esmayao que sea, y por muy despeinado que vaya, es lo que conviene para tener auténtico bienestar de por vida. Como si no bastara con el hecho de que lo quieres... tienen que ponerte al otro con pocos escrúpulos para hacer más evidente la calidad de unos y de otros. En fin, que en películas del estilo: -éxito Vs felicidad- jamás encontrarás ese famoso dicho que advierte que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana.

Aun así, pese a que se ajusta demasiado a los tópicos moralistas en la comedia de corazón, El diablo viste de Prada me parece una buena película, entretenida y recomendable. No original, pero sí bien hecha. El último tramo, eso sí, se estropea por lo predecible y lo pesada que están ya las clases. Que al cine no se va para aprender espiritualmente, sino a mirar y a divertirse un poco. Y cuanto más cabrones sean en la pantalla, más me divertiré yo.
Joder, es que siempre te cuentan lo mismo.

Para mí, The Devil Wears Prada es una película espectacularmente entretenida, con un ritmo trepidante y con unas muy buenas interpretaciones. Una cinta que divierte pero sin caer en el humor fácil o de mal gusto, hecha con gracia, estilo y elegancia, como no podia ser de otra manera tratando el tema que trata. El filme consigue sobradamente lo que sinceramente pretende, y eso hoy en dia ya es mucho. Una peli sin más pretensiones que entretener. Cargada de tópicos propios del género, es verdad, pero no olvidemos que es una comedia ligera, y como tal, para mi está por encima de la media de propuestas con la misma filosofia. Y para rematar, decir que es una de las comedias modernas que mejor aprovecha las localizaciones de rodaje. Se le saca un gran provecho a las posibilidades que ofrecen tanto Nueva York como París.
Muy recomendable para pasar un muy buen rato y sin aburrir ni un sólo segundo. Pelis como ésta también vienen bien de vez en cuando. Para desengrasar.

Enésima revisitación del mito de Cenicienta, en esta ocasión centrada en el mundo laboral, en concreto en el endógeno, competitivo y superficial mundo de la moda.

Ann Hathaway repite sin estridencias su papel en The Princess Diaries y Stanley Tucci compone un tierno personaje, quizá el único con humanidad, de toda la jungla profesional que se describe en el film.

Lo que eleva un film convencional, sobre el mito infantil citado, por encima de la media, convirtiendo su actuación en un clásico, es la soberbia interpretación de Meryl Streep, que compone un matizado personaje, al que sabe dotar de humanidad en su infinita crueldad, arbitrariedad y egocentrismo, otorgando a sus miradas, el mismo peso que tienen sus silencios, quizá la única crítica que quepa efectuarle, es que su mágica interpretación, ensombrece tanto al resto del reparto, que éste se muestra comprensiblemente aturdido ante su carismática presencia, ensombreciendo el conjunto del film.

De todas formas, superadas las opiniones estridentes iniciales, inherentes a todo film de moda tras su estreno, resultará con el tiempo un film imprescindible para aquellos fieles aficionados, que sigan la brillante carrera de una de las más grandes actrices norteamericanas que el mundo del cine nos haya brindado jamás.

Buena interpretación, oh novedad! de Meryl Streep y poco más.
Entretenida, para pasar un rato. Rápida. Música pegadiza. Demasiado previsible.
Al minuto 1 de la película ya sabes que la chica, el patito feo, se convertirá en cisne.
Al minuto 5 sabes que tendrá problemas con su novio.
Al minuto 10 que el otro chico, con pinta de bueno, es un cabronazo.
Y al minuto 11, que Meryl, aunque vista de Prada, es buena gente.

Por cierto, entre Sexo en NY y esta de Prada, me estoy empezando a cansar de que nos llenen las pantallas de prêt à porter, de glamour para mujeres emancipadas-talla 36 de Manhattan-super sofisticadas-divinas de la muerte-pimpollos que, si triunfan profesionalmente es porque están cachondas o sencillamente porque se someten a la tiranía de la o del que mande, sin escrúpulos, servilmente y hasta límites insospechados.

¿Alguna o alguno en este foro toleraría semejantes humillaciones? No.
¿Qué mensaje quieren transmitir entonces a las mujeres? (o adolescentes más bien; esta película es para adolescentes): "si quieres algo en la vida has de ser divina, calzar tacones de 10 centímetros aunque te jodas la columna, vestir de Prada, perfumarte con Channel, leer la Vogue, colgarte un bolso de Buitton, unas gafas de Dolce & Gabbana, poner carita de ángel, ser sumisa y obediente, dulce, dulce, dulce ¡empalagosa! con tu chico _que siempre estará ahí para protegerte_, en fin, gastarte no menos de 3.000 dólares al mes en compras y más compras para llenar un fondo de armario como el de Carrie de Sexo en NY y ser comprensiva, comprensiva, comprensiva hasta convertirte en un ser que pierda su voluntad, autocontrol y soberanía cediendo únicamente a los caprichos de los demás; así sean todos unos tiranos, tú aguanta y nunca protestes. No te reveles, chica. No está de moda. No exijas tus derechos, chica. Eso es para mujeres amargadas que no llevan la fabulosa vida que tu conquistarás comportándote como la princesita Anne Hathaway en esta perversa peliculilla".

Meryl... por favor, ¿dónde ha quedado la integridad de la baronesa Karen en "Memorias de África". Esa sí era una mujer y un ejemplo para todos! y para todas!

Fui a verla por recomendación de amistades y por las buenas críticas en Estados Unidos, el inicio me gustó, el desarrollo me siguió gustando y el final me gustó aun más. Creo que es una de las pocas comedias en donde uno puede decir que no se abuso de las exageraciones o de los estereotipos. A pesar de desarrollarse la historia dentro del imperio de la moda, no llega a lo ridículo y aburrido como "Zoolander", por poner un ejemplo, sino que me pareció muy real, entretenida y amena. Meryl Streep en un papelazo para recordar, Anne Hathaway cumple y Stanley Tucci muy bien.

Seguro que pocas veces nos hemos parado a pensar en esa gente que hay en el mundo preocupada por la moda. En esas personas que dedican su esfuerzo diario en decidir drásticamente si la hebilla de ese cinturón va bien con esa falda o si determinados zapatos son los adecuados para tal vestido o, en aquellas tan meritorias que han logrado inventar un color como pueda ser por ejemplo el color cerúleo. No caemos en esas cosas y muchos pensarán que hay problemas realmente importantes como para andar pensando en esas tonterías. Pero no, la moda tiene su faceta indiscutible en el desarrollo de la civilización, a muchos les gusta ir bien conjuntado y alguien tendrá que preocuparse por esta gente. Si quieres echar un vistazo por encima a este mundo, aquí tienes El diablo viste de Prada.

Meryl Streep se nos presenta como una despótica directora de su prestigiosa revista de moda, un papel que lo borda con estilo como cualquier vestido de su colección, en ella encontraremos todos los tópicos de la persona glamurosa. El tema está en descubrir su razonamiento, si realmente es una número Uno de la moda o es, sencillamente, una tirana.

Habrá que ahondar en ello, así que la clave está en la relación de la directora con su gente. Por delante de todos tendrá su secretaria preferida, la de confianza, y exigirá de ella que todo su ser esté a su servicio, todo su ser, su cuerpo, su mente, su espíritu. La película no dice cuánto gana la secretaria pero se supone que tiene un buen sueldo porque su entrega debe ser completa.

El caso es que esa secretaria tiene su corazoncito, como suele pasar con las buenas personas que están al servicio de gente tan importante, y la secretaria tendrá que decidir como planificar su vida. En la película este loco mundo está muy bien expuesto; los personajes son convincentes y sus decisiones comprensibles.

Ni inteligente, ni divertida, ni sorprendente, ni brillante, ni única, ni para los que han sufrido un jefe malvado, ni de oscar. FLOJA.

Menudo pastelazo. No aporta NADA. Desde el principio hasta el final todo está escrito. Todo. Tópicos y más tópicos sin ninguna sorpresa.

Y ese no es en realidad el problema, ya que en multitud de películas ya sabes lo que va a pasar (un cualquiera de superhéroes sabes que ganará el héroe al villano, en cualqiuera del oeste sabes que al final morirá el malo, en cualquiera de deportes sabes que ganará el cutrequipo de patanes que se convierte en la sopresa y en cualquier comedia romántica, que el chico se quedará con la chica). No. El problema es que todo lo que pasa en la película es intrascendente.

En el tipo de películas que antes mencionaba, no importa tanto el qué va a pasar como el cómo va a pasar. ¿Cómo conseguirá Eastwood vengar a su colega Freeman?¿Cómo alcanzará Máximo Aurelio, general de los ejércitos del norte, alcanzar su venganza en esta vida o en la otra?. Claro que Gladiator va a vencer. Pero ¿cómo?. ¿Cómo logrará la Resistencia vencer al Imperio?. ¿Cómo se convierte Anakin en Vader?. ¿Cómo convence Crarence a James Stewart para que no salte por el puente?. ?Cómo?

El cómo, en esta película que comentamos, es una basura. Lo que pasa es un montón de clichés sin alma ninguna. Historia de tópicos y desenlace de pena. Ninguna sorpresa.

Por cierto, Meryl Streep puede estar todo lo bien que la gente quiera (para mí está bien, en su línea, pero ni de lejos el papel de su vida, como he leído por algún lado), pero no levanta la película ni dando botes. Su papel está muy definido y su actuación no lo desmerece, pero ya está. Recuerda a Cruella, pero sin estridencias.

Para verla en antena 3 a mediatarde de un domingo resacoso mediodurmiendo la siesta si no hay nada más que ver.

No puedo entender las buenas críticas a esta película. Por encima de todo, El diablo viste de Prada es tremendamente aburrida. Durante más de una hora, el argumento no trata sobre nada, simplemente el personaje de Hathaway intentando impresionar al personaje de Meryl Streep mientras le trae el café, le coloca el abrigo en su sitio y se viste como una pija para que a la jefa no le dé un desmayo. Luego quiere girar hacia no sé dónde, y acaba sin saber por dónde salir y con un tufillo a moralina inaguantable.
Antes de eso, yo ya había desconectado, hasta el punto de darme totalmente igual lo que le ocurriera a cualquiera de los personajes. El personaje de Streep (excelentísima actriz, pero aquí nominada al Oscar por inercia, diría yo) es tan pretendidamente odioso que cae una y otra vez en el ridículo, el personaje de Hathaway me cae gordo por inconsistente y estúpido, y del resto ni siquiera me acuerdo.
Todo ello aliñado con mucha música, mucha moda, mucha modernez insulsa y mucho "glamour". Pura fachada para una película sin nada de la carnaza (o por lo menos las risas) que podría haber ofrecido. En definitiva, película muy tonta y de poco interés. Y aburridíííísima.

Vamos a ver, que ya estamos un poquito hartos de este tipo de películas de medio pelo, las cosas como son.

Niña que acaba los estudios que como siempre (en las películas norteamericanas), me voy a Nueva York a ser una estupenda periodista, pero mira por donde, nos encontramos que sólo podemos trabajar de ayudante segunda de la mujer más poderosa de la tierra en materia de moda (mira que es complicado, con lo dificil que está el trabajo que justo vayas a trabajar en el sitio de la persona más influyente, que no la conozcas, que vayas con esa pinta y encima !te contraten! y te hagas imprescindible, claro (vamos como betty la fea pero en versión americana)).

Luego resulta que tu jefa es el diablo reencarnado en mujer (pues si, pero es que hay jefes así, que me lo digan a mi) y que encima te estén diciendo todo el rato que miles de personas matarian por un trabajo así, pues, leñes, que se maten. Que los jefes son jefes, no hermanitas de la caridad.

Y luego la historia va por los previsibles retorteros de siempre.

Supera un poco la media, pero se queda en la media, sin llegar al bien.

Eso si, hay que destacar que Meryl Streep está estupenda, es única, de esta mujer te crees todo lo que hace.

También muy correcto Stanley Tucci. Anne Hathaway...no sé, mejor en "Brokeback Mountain", este papel me recuerda más a "Princesa por Sorpresa".

Pese a lo dicho en el título, lo mejor que se puede decir de esta película es que nunca podría haberla escrito Prada y que es lo suficientemente entretenida como para verla en un autobús de la Continental-Auto, en cuyas pantallas triunfa actualmente.

Es una de esas películas que quieren ser malvadas y ácidas pero en realidad son bastante inofensivas, candorosas y hasta blanditas. Muy previsible, como todas las del género "Metamorfosis" (chica feúcha se convierte en estilosa), variante extravío y redención. Meryl Streep está realmente bien y es el único personaje coherente, todos los demás están como para fletar un autobús y llevarlos al psiquiatra en masa.

Será que yo soy mujer
que viste de mercadillo
pero no puedo entender
ese oropel y ese brillo
pa cuatro trapos vender.

Qué coñazo con la moda.
Hay quien podría matar
a la Madrid Fashion toda
para poderse comprar
un Prada para una boda.

Y sin embargo te digo
que yo por un modelazo
no jodería a un amigo
por mucho que mole mazo.
A Dior pongo por testigo.

Una falda, un pantalón,
un Versace o un Chanel,
un buen bolso, un cinturón,
complementos a granel
para estar hecha un pibón.

Vaya rollazo de historia.
Yo me voy a mi mercadillo,
doy más vueltas que una noria,
compro todo lo que pillo,
Y voy siempre que da gloria.

Nunca entenderé el pelotazo que pegó en su día David Frankel con esta mamarrachada sobre uno de los negocios más gilipollescos que existen, sin duda a consecuencia de la banalidad y la decadencia de los tiempos actuales. Y para más inri, Meryl Streep tan sobreactuada como de costumbre, y de partenaire Anne Hathaway, la sosez hecha mujer. Menudo petardazo de película.

El diablo viste de Prada es una comedia innegablemente simpática, entretenida y con algunas frases inspiradas y divertidas que se apoya sin pudor en su actriz protagonista.
Que Meryl Streep es una de las mejores actrices de la historia no es nada nuevo (si hubiera que hacer caso al número de nominaciones al Oscar ella ya sería la mejor). Pero en ésta ocasión, Streep demuestra por qué lo es. En una película pequeñita, totalmente intrascendente, y sin más pretensión que entretener, como ésta, la actriz sabe sacar lo mejor de sí misma para hacer grande a un personaje que en manos de otras actrices habría pasado mucho más desapercibido. Revoloteando a su alrededor se encuentra una Anne Hathaway consciente de que el principal atractivo de la película no es ella, un Stanley Tucci pasándoselo en grande con su personaje, y Emily Blunt que se convierte en la revelación inesperada de la película. Una actriz con tanto talento para la comedia no debería tener problema para conseguir papeles de más empaque en un futuro próximo. Esperemos que no lo desperdicie.

Lo mejor: Meryl Streep, Stanley Tucci y Emily Blunt.
Lo peor: El melodrama final.

¿Cómo lograr que un tema trillado y vanal como la historia de una revista de moda, pueda resultar tan novedoso y bien narrado?

Sin lugar a dudas la responsabilidad recae sobre Meryl Streep, que nos descubre una vez más su versatilidad, al convertir a Miranda, desde ese personaje odioso y despreciable en otro que al final entiendes y respetas. Todas las carencias del film son salvadas por su buen ritmo y una acción perfectamente estructurada para evitar plantearte nada más allá de lo que que estás viendo.

Complaciente, la interpretación de Anne Hathaway, su evolución, su belleza limpia y fresca.

Creo que está de más decir que sin duda alguna, Meryl Streep es la mejor actriz viva, y aquí nuevamente vuelve a demostrarlo ofreciéndo una actuación que eleva la cinta a otro nivel. Es de verdad impresionante el porte que le da esta mujer a cada uno de sus personajes, y en este caso no es la excepción, ya que con su mera presencia Streep se roba cada escena de la cinta; la cual, en términos generales, cumple con su propósito de entretener y hacer al espectador pasar un buen rato, y lo hace sin caer en las típicas bromas de películas de adolescentes que hay en la actualidad. Anne Hathaway logra sobrevivir el duelo con Meryl Streep, y brinda uno que otro buen momento a la cinta, pero aún así esta recae completamente en los hombros de Streep.
Recomendable y entretenida, nada más.

Me asombra la cantidad de críticas benévolas que hay sobre esta película. Cuando me enteré que la daban por televisión me puse a verla sin ningún tipo de expectativas, lo cual me sirvió, ya que el film no me dejo nada.
No quiero hacer extensa la crítica porque lo que a ustedes les sirve es saber de que trata la película. Se los voy a resumir:

- Un film sin desarrollo;
- Unos papeles sobreactuados, tanto que, el papel de Meryl Streep me hizo acordar a la malvada "Cruella de Vil" de la película 101 dálmatas.
- Una revista de alta moda que lo único que transmite es que no se puede estar fuera del mundo de la frivolidad, y lo único que interesa es si nuestro sombrero combina con nuestro cinto.
- Por último, un mensaje que no se logra transmitir, porque la película se torna pesada y poco divertida, lo que lleva al espectador a esperar el final para poder levantarse del asiento y desintoxicarse de tanta insensatez.

Este film puede servirles a aquellas chicas que quieren saber como se combina de forma elegante unos zapatos con una cartera, y para los hombres a los que les pueda interesar conocer la tendencia de la moda en el otoño.

Filme muy mediocre que explota el carisma de Meryl Streep (nunca mejor que aquí). Nos cuenta las desventuras de una joven aspirante a periodista que entra a trabajar en la redacción de una revista femenina. Tendrá que soportar todo un rosario de padecimientos a manos de su diabólica jefa Miranda (la Streep) que pondrán en entredicho sus ambiciones profesionales.
Con esta trama se podía haber hecho una sátira inteligente del mundo de la moda, o una comedia griega o un dramón, pero el resultado de no decidirse del todo por ninguna de estas corrientes es un filme insulso, que no consigue hacer reír ni llorar y que los únicos alicientes que tiene es ver el catálogo de modelitos que va luciendo la protagonista y la fantástica interpretación de Streep, que demuestra clase y poderío casi sin esfuerzo.

Y me aburre.

Me la refanfinfla la Streep p Tucci y que el guión parezca bastante engrasado.

Los clichés, las moralejas manidas (eh, tener un trabajo único y viajar around the world no molan, lo importante son los buenos amigos. La gente de éxito vende su alma y son infelices forever, la belleza está en el interior y blablabla), los cast de esperar -¿otra vez la Hathaway de fea que se vuelve guapa?- y los momentos musicales tipo "Sex in the city" me ponen enfermo.

Chick flick disneyana para toda la familia. Blanda, floja, roma, bienintencionada, tonta, simple, previsible y nada interesante.

Debía estar desesperado para tragarme esto...

Es curioso la fiebre desatada por las revistas de moda y todo lo que lleva consigo. Series como Sexo en Nueva York han desatado pasiones en todo el mundo por lo que las productoras cinematográficas buscaban películas que atrajeran a ese mismo público. Títulos de películas como LA COSA MÁS DULCE o COMO PERDER A UN CHICO EN 10 DÍAS son ejemplos de ello.

Ahora llega la película para la generación vogue , EL DIABLO VISTE DE PRADA , basado en un libro superventas.

Sin ser una gran comedia hay que reconocer que se hacen llevaderas las casi dos horas de película y hay que atribuir parte del mérito a Meryl Streep y a unos secundarios que cumplen con sus papeles ( sobre todo Stanley Tucci ).

Es la típica historia del patito feo que se convierte en cisne , nada nuevo bajo el sol , pero ese tipo de películas son las que te hacen pasar dos horas entretenidas sin grandes pretensiones y eso no es malo.

Personaje estandarizado = clave del éxito.

Digamos que hay una revista (Vogue) que dirige una bruja (o eso dicen) en su edición americana, que mantiene su enemistad con la editora europea, todos la temen y una palabra suya sirve para paralizar el mundo de la moda y que la plebe le aplauda.

Pues alguien vio el filón de oro para producir una película a través de este mito moderno añadiendo tintes de superación personal, con una patita fea y muchas princesas urbanitas.
Más de lo mismo pero con lazos de un azul cerúleo para decorar el misterio.

Podría contar que un tipo comienza en su nuevo trabajo en una revista de caza. Allí acude con su traje de Armani, una camisa de la colección primavera-verano de Yves Saint Laurent y el maletín Louis Vuitton, porque sus gustos por lo selecto no le deberían impedir trabajar en este lugar de paso para alcanzar otro tipo de publicaciones. Pero el pobre no encaja, no hasta que lleve chaqueta verde, botas de montaña y pantalones multibolsillo.

Pronto acepta el reto y deja de lado los coctails de gala y los brunch para tomar cervezas en bares de carretera y venerar los días de caza del ciervo, todo ello sin dejar de lado su integridad laboral y consiguiendo destacar entre sus compañeros con su bondad característica y milagros como conseguir que el señor Rudolph, que batió un récord en la modalidad de pesca con mosca, un hombre muy comprometido y ocupado, les dé una entrevista desvelando sus secretos cuando era algo prácticamente imposible.

Aunque mantenía una relación con una ejecutiva con aspecto de diosa, empezó a interesarse por la mujer que rellenaba los cafés en un bar de Minnesota, una señorita de unos 50 años que siempre iba mal peinada y tenía una verruga junto a su nariz. Siempre que podía coqueteaba con él, levantándose ligeramente la falda para enseñarle la goma elástica de sus medias terapéuticas para aliviar las varices.

Su vida había cambiado mucho, y a nadie le reconocía y él no lo comprendió hasta que un día su jefe le invitó a una cacería privada y vio que allí se iba para cazar tigres de bengala. Cuando, animado por su jefe, estuvo a punto de disparar a uno de esos trofeos, se dio cuenta que ese no era su mundo, que él no quería seguir los pasos de un hombre que adora matar animales de razas extintas pasando por alto todo tipo de leyes internacionales. Así que abandonó aquella revista, quiso ser el de siempre, todo aquel que trabajó con él supo que tenía alma, honradez, que llegaría lejos, sólo necesitaba encontrarse de nuevo a sí mismo para superar cualquier reto. Eso sí, las botas de montaña pasaron a ser imprescindibles en su fondo de armario.

...