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616 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
El escorpión
No sé si serán sus perfectos encuadres, sus planos aéreos de esa ciudad que resplandece en la penumbra de la noche, su hipnótica banda sonora, las explosiones de violencia arrancadas desde la pausa y la sensibilidad o sus encadenados que unen la obra como si fuera carburante a punto de quemarse en pantalla… pero Nicolas Winding Refn ha construido un vehículo cuya única calificación debe ser de cinta de culto a través de esa carretera llamada tiempo.

Debajo de la rueda y apasionando el asfalto yacen sus referencias. De “Vivir y morir en Los Angeles” a “Driver”, de “Impacto” a “Bullitt”… del cine negro a su perfecta estética de estilo que derrapa entre la Serie B y el cine indie. El propio director mira el retrovisor y habla de un homenaje a Alejandro Jodorowsky e inspiración en “Scorpio Rising” de Kenneth Anger. Es cierto, “Drive” habla sobre un escorpión, que por naturaleza es solitario, en el cuerpo de un personaje sin nombre que podría haber parido el cine de Leone. Pero también nos habla de mortíferos aguijones frente a balas y armas de fuego, nos quema con manos peligrosas y dinero sucio, nos conduce a la naturaleza de las cosas, de esperar el momento, de cómo construir la secuencia desde la hipnosis para cazarnos, para pisar el acelerador, dar un volantazo y asestarnos un golpe letal como espectador y presa.
Nicolas Winding Refn se sitúa en terrenos explorados por pocos, en el camino que atraviesa inalcanzables carreteras secundarias, pasto del desierto y territorio vedado y prohibido, como las de Lynch y Tarantino.

No hay lugar equivocado para el escorpión sino para el que se enfrenta a su aguijón aunque tiene una debilidad compartida con la mayoría de las bestias… la necesidad del amor. Y en “Drive” el amor se equipara a esa sensación del espectador de encontrarse en una carretera cubierta de niebla junto a un profundo acantilado. No pares. Pisa el acelerador y déjate llevar.
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689 de 820 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¿Por qué tendemos a sobrevalorar este tipo de películas?
Un conductor especializado en cine de acción, que también utiliza sus habilidades al volante ofreciendo sus servicios como conductor en atracos, se verá envuelto en una turbia historia al ayudar a su vecina.

Mucho se venía hablando de esta película, así que no pude evitar sufrir el hype, y apresurarme a ver por qué tanto revuelo. Un protagonista de moda (Ryan Gosling), unos secundarios (en un momento dulce), provenientes de aclamadas series de televisión, como Bryan Cranston, Christina Hendricks o Ron Perlman, y el respaldo de premios de prestigio como el de mejor director en el pasado Festival de Cannes. Todo parece indicar que estamos ante La Película Indie del año.

Drive cuenta con una estética y atmosfera muy cuidada, que evocan al Miami Vice de los 80, hasta tal punto que hasta parece tomar sus títulos de crédito. Hace alarde de un prometedor y espectacular prólogo, y de algunas escenas impactantes y fantásticamente rodadas.

Sin embargo todo se queda en un mero espejismo, pues descubrimos una historia más propia de videojuego, vacía y harto predecible, en la que nos muestran un planísimo papel principal que ya hemos visto demasiadas veces, y es que uno acaba aburrido de la aparente calma que precede la tempestad, el director nos aburre hasta la saciedad insistiendo en mostrarnos la frialdad y oculta ternura de su protagonista, un auténtico empacho de miradas de cordero degollado, de tipo que esconde un oscuro pasado, y que como no, será enternecido y redimido por la desvalida chica con hijo adorable y problemático marido.

La película parece mucho más preocupada en orquestar bellas escenas, casi todas ralentizadas con ritmos Pop, que en profundizar en su historia o en sus personajes. Todo esto es aderezado con toques de sangrienta y gratuita violencia, que lejos de aportar, dejan de manifiesto que el director debe recurrir a ellas para provocar una mínima reacción en el espectador, pues la narrativa carece de fuerza o demasiado interés.

También asistimos a algunos, no demasiado importantes, pero si molestos, fallos de Racord, con guantes que aparecen y desaparecen, y coches que quedan intactos tras sufrir aparatosas colisiones.

En definitiva, una película ideal para inundar internet de gifs molones e imágenes con atractivos filtros vintage, que aunque tampoco merece arder en la hoguera precisamente por contar con algún destello de brillantez, sí que estará desgraciadamente sobrevalorada por esta gran epidemia gafapasta que nos invade, que automáticamente la calificará de Obra Maestra o futura cinta de culto.
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687 de 1023 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La 'paradoja Refn'
En las películas de Refn siempre hay más estilo y puesta en escena que verdad, veo forma pero poco fondo, y de haberlo, o no lo sé apreciar o me interesa más bien poco. De aquí que Bronson y Valhalla Rising, pese a la fascinación visual que dejan sus fotogramas, sólo me parezcan meros videojuegos. Las aprecio, pero como no llegaron a impactarme más que en el plano visual, días después ni las recuerdo. Las criaturas de Winding Refn son artificios muy bien montados, escenas muy bien ensambladas que en el fondo son historias huecas, carentes de emociones. Sus personajes son siempre monocromáticos, muy básicos, guiados por instintos. No son, aunque lo parezcan, ni héroes ni antihéroes, sino simplemente chusma detestable. No hay complejidad en sus actos, ni tan siquiera evolución, castigo o redención. En Refn siempre gana más lo feísta que lo lírico, y por consiguiente su cine, con excepcionales destellos de maestría, es igual de nauseabundo, sombrío porque sí. Todo lo dicho se aplica también a Drive, y cobra especial importancia porque Nicolas Winding Refn, definitivamente relanzado en su periplo norteamericano, ganó en el pasado Festival de Cannes la Palma de oro al mejor director.

Con Drive se cumple mi 'paradoja Refn'. La primera escena es de una intensidad elogiable, no podría estar mejor orquestrada. Hay pequeños detalles que corroboran el oficio del director: no todos filmarían la chaqueta de Ryan Gosling, con un escorpión dibujado que parece cobrar vida con la respiración del actor, después de la brutal escena del ascensor. Fotografía y banda sonora están excelentemente ensambladas. Pero tras la hora de metraje, cuando el director ya ha dispuesto casi todas sus cartas sobre la mesa, vuelvo a darme cuenta que no hay nada que sostenga el castillo de naipes. Winding Refn puede engañarme con su innegable savoir faire, pero no hasta el final. Y en seguida vuelvo a detectar la impostura, la exageración, la violencia gratuita que tanto le gusta. Estoy seguro que Refn busca que sus películas sean bellas en su fealdad, pero no complejas. Drive no lo es, así que ya se imaginarán que ese elogio en Cannes me parece muy cuestionable. Sea como sea, Drive marcará un antes y un después en la carrera de Refn: ahora toca ver si será otro director de encargo más en L.A. o preferirá volver a sus orígenes. Opte por el camino que opte, seguiré viendo sus películas. Drive es uno de los títulos del año. Y créanme: siento no poder compartir el entusiasmo de sus admiradores.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
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403 de 612 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Encuentro inefable con el séptimo arte
No es que haya visto una película que contenía una sobria y sombría puesta en escena. Que con una maestría única lograra adaptar con una armonía inigualable la cantidad de influencias de las que éramos testigos poco a poco (ya se han comentado, pero destaco esa esencia a lo Lynch especialmente). Que Gosling se comiera la pantalla a bocados con una actuación descomunal, y no por ello opacara a unos secundarios de lujo. Que en mi i-pod lleve ya la melodía “A real hero”, o que haya sido testigo de escenas que no se borrarán en mi memoria porque eran sin duda de un autor con un gran don por el sentido estético de la cámara; que haya escuchado tres veces “An ending (ascent)” de Brian Eno en escenas que nunca imaginé y que sin embargo encajaron un paso más allá de la perfección. Que al final haya quedado tan estupefacto, con un gran nudo en la garganta, quizás con algunas lágrimas en el rostro y con una sensación de noqueo rondando por todo mi cuerpo que me resultó imposible no quedar ensimismado en pensamientos que desafiaban los sentimientos humanos instintivos…

Rebasó lo extraordinario. Dio un paso adelante, quizás dos.

Ya la tengo catalogada como una de las películas de mi vida. Dio justo en mis ideales, en el corazón y en mi alma. ¿Exagero? Lo más probable; es la belleza que hay en la singularidad de cada uno de nosotros en este extraño y maravilloso mundo.

Como Gosling declarando a Mulligan que fue lo mejor que le paso en su vida.
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254 de 331 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Obra de culto instantánea
¿Qué me ha ofrecido Drive para que me haya gustado tanto?

1-Un protagonista inolvidable. A pesar de lo poco que habla, muestra muchas cosas de por qué es como es y cuál ha sido su pasado. Un tipo que parte de lo marginal pero que quiere encontrar la felicidad, el amor, en definitiva: una vida normal. Y que precisamente por ello tiene que volver a sus orígenes. ¿Por qué no bebe? ¿Por qué no fuma? ¿Por qué no se droga? Precisamente porque, con toda probabilidad, su pasado ha estado repleto de esas tres variables. Y él ha logrado escapar de todas, menos de una que lo regurgita y que lo posee en un sentido implacable del determinismo: la ultraviolencia. De la que disfruta y de la que se arrepiente, a partes iguales, forzando increíblemente la tensión.

2-Un elenco de secundarios perfectamente carismáticos y bien tratados. Todos sus personajes, absolutamente todos, son necesarios para entender la historia.

3-Un magnífico relato. Un argumento sobrio, conciso, con un gran sabor de cine clásico, pero no por ello menos disfrutable.

Y 4- Un estupendo, fascinante, hipnótico sentido de la estética. Música de sintetizadores, clichés retros, una especie de años ochenta alternativos, la conducción suave y nocturna... El envoltorio idóneo para una película más que estupenda, en la que se habla y se reflexiona sobre aspectos muy profundos del espíritu humano, a partir de unas bases muy sencillas.

Absolutamente imprescindible.
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264 de 365 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Breve encuentro
Nunca me han gustado, por su reduccionismo egocéntrico y porqué el arte, afortunadamente, admite infinitas posibilidades, las sentencias del tipo "si te gusta el cine, te tiene que gustar X película". Pero sí me atrevo a invertir el orden de los factores y sugerir, tímidamente, que los amantes más fervorosos de "Drive" es muy, pero que muy probable, que sean a su vez apasionados amantes del cine (enunciado que no excluye, según las reglas más elementales de la lógica, que sus detractores también puedan serlo, evidentemente).

A menudo he llegado a estupendas novelas gracias al visionado previo de también estupendos films que las adaptaban (vg. "Las vírgenes suicidas"); pero, en esta ocasión —aún a costa de cometer una posible injusticia— no me apetece leer la novela de Sallis, por la misma razón por la que nunca he leído "Psicosis" o tampoco me atraería un hipotético libro surgido de "El acorazado Potemkin": lo que me ha hipnotizado de ella es la óptima, y cada vez más rara de encontrar, estilización visual a partir de recursos específicamente cinematográficos.

Desde un prólogo netamente hitchcockiano (tanto por el manejo del suspense como por conseguir hábilmente la identificación del espectador con quién se supone no debería) hasta un epílogo digno de las epifanías rossellinianas, asistimos, como me escribió textualmente un amigo, a un "ejercicio total de cine: nada, absolutamente ningún plano, es gratuito". Ryan Gosling y Carey Mulligan se me antojan insustituibles en sus roles, en una historia donde la tormenta y la calma —casi siempre tensa— aparecen dosificadas en su justa medida (la violencia aquí es como un primer plano en cualquier obra de Mizoguchi. De ahí su impacto). Sin olvidar la entrañable aparición de Russ Tamblyn.

También a mí, como compruebo ha pasado con la mayoría de usuarios, me han venido a la cabeza diferentes referencias; en mi caso he pensado en Melville, Schrader, Scorsese, Tarantino... Pero lo más importante, creo, es que no estamos ante ningún pastiche o un film que deba su esencia al homenaje, sino que todo ello se transmuta en una voz personal y genuina. En otras palabras, no me extrañaría que dentro de unos años, de alguna que otra película se afirme que "bebe de Winding Refn".

Por otra parte, no comparto el veredicto de vacuidad temática tras la brillante fachada formal. Al menos en mi experiencia, durante el visionado sí predominó la fascinación estética. Sin embargo, con el paso de los días, lo que acude repetidamente a mi mente no son únicamente imágenes, sino el poso más profundo y sosegado de su reflexión existencial sobre la soledad, el peso del pasado, las debilidades humanas, la violencia, el destino, la redención…

Y, por encima de todo —y seguramente de ahí mi adhesión incondicional—, siento que lo que "Drive" me ha ofrecido (recalco el "me", se trata de mi propia recepción y sensibilidad) es una de las más bellas historias de amor que he visto en una pantalla en muchísimo tiempo.
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134 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Lo que le pasa a una persona solitaria momentos antes y después de ver Drive en el cine:
Ir al cine solo, con la esperanza de que una chica se siente en la butaca de al lado y que una vez termine la película entabléis una conversación sobre lo buena, excelente o horrible que ha sido, dando ello comienzo a una historia apasionada, es algo que toda persona que se siente sola ha imaginado.

Como eso nunca pasa, al menos uno vuelve contento si la película que ha visto es Drive. Porque esta película da a ese espectador solitario ese contenido emocional que tanto necesita.

Al volver del cine, nos imaginamos a nosotros mismos conduciendo por las calles solitarias de noche, escuchando canciones que hablan de ese gran amor que todavía no existe (extraordinaria Nightcall). Viendo en cada mujer que pasea por la calle a nuestra Carey Mulligan particular. Aquella que cuidaremos por siempre, incluso del mayor capo de la ciudad si hace falta.

Aparcamos el coche y de camino a casa entendemos que estaremos solos por mucho tiempo. Entonces pensamos en nuestro protagonista sin nombre y nos dice con su mirada perdida en la carretera: tranquilo, que ya somos dos. Y entonces nos consolamos.

Nos metemos en "el ascensor". Recordamos la escena y nos sonreímos. Entramos en casa, encendemos el ordenador, vamos a Filmaffinity y le ponemos un 9.
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107 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El código del samurai.
“Drive” de Nicolas Winding Refn, es una película que quizás con un solo visado no llegues a percibir todo su contenido. Es una cinta hipnótica, tan brusca e inesperada que resulta fascinante. Excelentemente filmada por su director, y con un magnífico trabajo de todos los actores, un Ryan Gosling impresionante, ese hombre que nadie sabe de donde ha venido, que habla lo indispensable, sus expresiones, miradas, andares, sonrisas hablan por el, es como si hubiese salido de una película de Jean-Pierre Melville, pero con diferencias.

Aquí ese hombre solitario quizás llegó para olvidar su pasado, pero las circunstancias en forma de una angelical Carey Mulligan, hace que rompa con los convencionalismos hasta entonces llevados, y poco a poco veamos como adopta sus rituales rígidos y estrictos, la escena del ascensor es quizás la demostración más clara de dicha transformación, la cara Gosling nos demuestra, que no era la primera vez que actuaba de aquella forma. La música Cliff Martinez, acertadísima, al igual que la fotografía de Newton Thomas Sigel, y a destacar el trabajo Bryan Cranston y Albert Brooks.

Un triller, diferente, duro, violento y espectacular
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101 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Punto sin retorno
No sé si les pasará a ustedes, pero en muchos poemas que me recuerdan demasiado a otros que ya he leído a veces aparece por fin un verso –quizás sólo la palabra final de un verso- que vence mi resistencia, un verso que solamente puede surgir de un poeta auténtico. Yo lo llamo el punto de no retorno, a partir de ahí el poema rompe amarras y lo veo transitar libre de servidumbres; de las mías, en realidad, puesto que sabemos que esto funciona así.

En “Drive” hay un momento, hacia la mitad, que me sucede esto. No voy a repetir lo que se ha dicho en la página, ya que cualquiera que haya visto la escena inicial comprende inmediatamente que su director es un tipo con talento para el cine, y cualquiera que haya visto el desarrollo posterior la define sin problemas como una aleación de los materiales más caprichosos –el giallo, Melville, Jarmusch, “Yakuza”, Kitano, etc.- con el recuerdo adolescente de “Corrupción en Miami”. Sólo diré cuándo me rindo ante “Drive” y la veo como una película soberana, con virtudes y defectos propios.
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86 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sarah Deming y otros escorpiones
Ver para creer. Una espectadora va y denuncia a “Drive” por publicidad engañosa, porque el trailer daba a entender que se trataba de un film tipo “Fast and the furious” y de paso, de antisemitismo, ya que el malo es judío y por tanto el film “promueve la violencia hacia los miembros de la fe judía” (sic). No merece la pena analizar el caso de esta señora en profundidad, ya que evidentemente no pasa de ser una anécdota de un personajillo mediocre en busca de un momento de notoriedad del que por propios méritos dudo que llegara a alcanzar, pero no deja de ser un hecho sintomático del tipo de espectador que puebla las multisalas hoy día…

Bueno, pues yendo al tema, lo opuesto que a la señora Deming me pasó a mí. Creí que iba a ver un mero producto de cine de acción y me he encontrado con lo que no me esperaba: puro cine o cine puro, como prefieran ustedes. El guión no será el súmmum de la originalidad, no, pero el prodigioso modo en que está rodada, la exquisitez de la composición de cada maldito plano es un deleite para todo aquel que aprecie el celuloide de verdad.

Ecos de Michel Mann, de Lynch, de Scorsese y del “Bullit” de Peter Yates a través de un metraje realmente apabullante, pausado e implacable, que te envuelve irremisiblemente, con unos actores perfectos, una fotografía hipnótica y un poso dramático que te acompaña aún días después de verla. Habrá quien despotrique de sus estallidos de violencia, de la visceralidad que se muestra en pantalla. Pero es que esta es una historia de ternura y crueldad, de redención y venganza. De una buena chica y un escorpión.

Al contrario que Sarah Deming, hacía mucho que no me sorprendían en el cine. Para bien.
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79 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero
"Drive" completa la trilogía de soledades urbanas y vacíos existenciales que este año ha forjado con "Somewhere" de Sofia Coppola y "Shame" de Steve MacQueen. ¿Casualidad? Podría ser. Lo que tienen en común, al menos las dos primeras, es su campaña de demonización (intencionada o no) del enriquecimiento, de las formas de vida que hasta hace unos pocos años eran consideradas el súmmun de la realización vital. El dinero, en "Somewhere", condena al protagonista al aburrimiento; en "Drive", lo condena a muerte.

Ryan Gosling presta su rostro y sobre todo sus manos al volante a un personaje del que se explica muy poco, o nada, pero del que se intuyen dos cosas importantes en el aquí y ahora: es un hombre con principios y no necesita tener dinero. Un chico humilde y cumplidor, de los de toda la vida, que viste un poco hortera y lleva un palillo en la boca al estilo Manolo's bar. En las antípodas del glamour y de todo lo que el cine lleva años indicando como epítome de la molonidad.

Pero claro, "Drive" no funcionaría si El Conductor no fuera molón. Lo es. Tampoco funcionaría si los malos adinerados no fueran sórdidos y penosos; si la chica fuese una actriz florero y no una rubita de mirada nostálgica; si la fotografía no estuviese tan impreganda de contaminación lumínica; si la ciudad no fuese ese chillón espejismo constituido de neones. Hay que decir que Winding Refn no es un director de sustancia, pero tiene un enorme estilazo. Su película "Drive", es una muestra de lo que puede llegar a ser una película cuando todo, menos el guion, está bendecido por los dioses. "Drive" se disfruta, incluso se puede vivir intensamente, pero no es completa: de "Drive" se sale como de una cena sin postre, de un orgamo a medias o de una carrera salvaje que culmina con multa por estacionamiento en zona prohibida.

El Conductor puede ser excelente, pero su coche no está a la altura.
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73 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Multidécada
Al parecer una tía ha denunciado a la productora porque en la publicidad la anunciaban como la nueva Chufas Chufurius y dice que en la peli "apenas salen conduciendo".
Debe ser que esta mujer
a) o no ha visto la peli o
b) no conoce la palabra conducir
Lo que está claro es que a la chica le va la caña (y la pasta) y no debe quedarle ni un punto (si es que tiene carnet)
Pues a mí me parece que su gran acierto es tener pocas persecuciones, pero muy bien rodadas, e incluso con su propia idiosincrasia, y aquí se me ocurre un chistecillo: En Drive las persecuciones tienen su idiosincrasia, y en Chufas son idiotasysingracia.
Reconózcanlo: el 98% de las persecuciones del cine son un coñazo. Se le pone al lado, le golpea, se vuelve a poner detrás, viene un camión de frente, tensamos la cuerda para que parezca que se va a chocar el prota aunque todo el mundo sabe que no se va a chocar, es decir, no hay cuerda, entonces ¿para que sirve? sólo para que veamos que aunque ya era físicamente imposible esquivar el camión, el director, como es Dios, además de ujn hijoputa y un gilipollas (como el 97% de los directores) pues corta plano y pone otro con el camión ya sobrepasado y se cree que es un tío de pila master. Bueno, ¿y el coche de los malos? pues puede acabar
a) en el agua
b) ardiendo
c) ardiendo en el agua

Pues damas y caballeros, en esta peli ¡no ocurre nada de eso! (bueno alguna cosilla sí, lo inevitable)

Y en otro orden de cosas hay que señalar, como dicen los críticos profesionales, que la película está enamorada del cine noir (serán pedantes) No hace falta viajar al neolítico para buscar inspiraciones, porque la peli:

Es silenciosa como los thrillers de los 70, con Ryan Gosling en plan James Coburn o Lee Marvin pronunciando 3 palabras en toda la peli.
Los créditos rosas y la música son 80's supertotal. La primera canción que suena es pistonuda, aunque la que se escucha en los créditos finales (por segunda vez) tiene un estribillo machacón que se repite unas 15 veces y termina por quemar a cualquiera. Se echa de menos el Who's gonna drive you home tonight de los Cars, pues, aunque es demasiado típica, viene a cuento e incluso la letra puede colar.
Así que todo muy retro, salvo la violencia, que es de la primera década del nuevo siglo (¿cómo coño se le llama, los 2000, los años cero? ¿?), es decir: dura y visualmente más creíble, con un toquecillo exagerado de perfección en habilidad y puntería, pero que en el fondo moola.
Y de los 90, pues la verdad es que no tiene práctimente nada, osea que ¡es perfecta!
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67 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Denunciada por no ser 'Fast & Furious'
Película de acción intimista. ¿Es posible conjugar ambos conceptos en un solo filme? Visto el resultado de Drive es evidente que la combinación, además de peculiar, es sumamente efectiva. Por primera vez, las persecuciones de coches no parecen predestinadas a esos canales de la TDT dirigidos al hombre, o a lo que sus dirigentes entienden como gustos del público masculino (léase deportes, violencia y acción). En esta ocasión una cinta de semejantes características abre su mente hacia nuevos públicos, hacia nuevos lenguajes que satisfarán a todo tipo de espectador.

La primera escena no es el mejor ejemplo. En mitad de la noche, un conductor frío, astuto y calmado ayuda a dos ladrones a huir de la policía de Los Ángeles. Domina perfectamente la situación y los tiempos. No pierde los nervios. Ni se inmuta con el sonido de las sirenas o de un helicóptero iluminando su coche. Es todo un profesional ante el volante. Únicamente parece descargar toda su adrenalina mordisqueando un palillo. Aunque la secuencia es impecable, nada parece presagiar que estamos ante una apuesta diferente.

El cambio llega con la aparición de Irene, la vecina de este introvertido conductor. Gracias a ella sabemos que canaliza su pasión en un taller para coches y como doble de actores de Hollywood en las escenas de riesgo. La joven y su hijo logran destapar el fondo de un tipo duro, de rostro imperturbable, que parecía no tener más ambición en la vida que pegar cuatro golpes.

Sobre el papel, el personaje de un criminal reconvertido en héroe no parece demasiado suculento. En cambio, Ryan Gosling consigue dotarlo de los matices suficientes como para que resulte uno de los grandes alicientes del filme. Es una interpretación comedida, de esas que no se prestan al histrionismo, y sin embargo el actor canadiense consigue transmitir miedo, culpa y deseo con sólo pestañear. Esa mezcla imposible entre acción e intimismo encuentra en Gosling uno de sus mejores exponentes.

Pero es en la estética, capaz de pasar en cuestión de minutos de la imagen adrenalínica al ralentizado más profundo, donde Drive hace posible la compleja combinación. Parece que parte de la culpa la tiene el danés Nicolas Winding Refn, el director de esta proeza y conocido en su país de origen por un estilo vanguardista en el plano visual. La revisión sofisticada de los 80 que lleva a cabo, banda sonora incluida, es otro de los motivos por los que esta cinta se sale de lo habitual.

Se entiende que una malhumorada espectadora de Estados Unidos haya denunciado a la productora por publicidad engañosa. La buena mujer pensaba que iba a ver algo parecido a Fast & Furious y terminó encontrándose una película con persecuciones de coches, por momentos hiperviolenta, por momentos melancólica, incluso romántica, con enrevesada trama mafiosa y destellos de ingenio. Demasiado para su cerebro. Lo que extraña es que nadie la haya denunciado a ella por mal gusto.
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59 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Mírala, coge el coche y da una vuelta por la noche.
Tengo que añadir otra crítica de asombro y maravilla ante esta película.
Por donde empezar, directamente por lo que más me emociono: he sentido la tensión en un silencio, en una pausa prolongada, en una escena aparentemente inmóvil. El preludio de la acción, la espera de los acontecimientos es desgarradora. Me entenderán si la ven.
Continuo por el reparto, todos los actores los conocía y muchos ya me encantaban, muchos de series como breaking bad o sons of anarchy, y cada personaje secundario esta bien definido y no son un decorado de fondo, aparte que el protagonista, el escorpión, es muy carismático así como reservado.
Aparte, la banda sonora es absorbente y la imagen te transporta a ti también a la carretera, me sentí al volante. Es una película donde se respira la tensión, poco se dice en el guión y casi todo con una imagen. La acción, por su parte, te sobresalta, brutal, violenta e ipso facta, nada teatral, nada rebuscado, sólo consecuencia de violencia que engendra violencia. Es una bella historia envuelta en un conflicto amenazante y sombrío.
De Nicolas Winding Refn había visto Valhalla Rising que aunque me resulto interesante no me terminó de gustar, pero con esta historia me ha enganchado.
Espero haberles servido de referencia, os la recomiendo.
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51 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Lentísima y vacua
Hay veces que de verdad lo intento pero no acabo de entenderlo, película de culto este bodrio, venga ya. Las películas de culto no se fabrican, ni se publicitan, ni son de culto el fin de semana de su estreno. Las películas de culto ocurren, simplemente, y ésta está muy lejos de serlo.

Aparte del evidente problema de casting, Ryan Gosling no transmite nada de nada, Carey Mulligan no sabe ni dónde está y el resto de actores no se creen sus papeles; la película parece un mega anuncio de H&M publicitando una puñetera chaqueta que resulta ser el protagonista absoluto del film, y que para mi gusto de viejuno es fea.

Se salvan la primera persecución, por original, y dos o tres cosillas más, no se justifican los 8 eurazos ni de lejos. La música y la fotografía pretenden ser sombrías, la fotografía lo consigue, la música aburre, como la cinta, vaya.

El ritmo lentísimo, planos larguísimos que no aportan nada. Con 30 minutillos se podría contar lo mismo y resultaría más amena, así que para no caer en el mismo error mi crítica se acaba aquí.
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73 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
“No he tenido elección, es mi naturaleza”
Las expectativas creadas con la prometedora secuencia inicial con la que arranca -nunca mejor dicho- la película, no quedan defraudadas. Envuelta en una atmósfera de hipnótica desazón construida a base de silencios en los diálogos, pausas en las persecuciones, soledades en compañía; y acentuada por la música de fondo que acompaña magistralmente las imágenes, la película avanza con tensión contenida. Y aún así la mullida sensación que se crea no es suficiente para amortiguar los puntuales estallidos de violencia sórdida y salvaje que traspasan la pantalla.

El personaje de Drive (Ryan Gosling) tiene reminiscencias de los lacónicos y solitarios antihéroes de los años 70 y 80 -por poner un ejemplo: al Jack Carter que interpretaba Michael Caine en “Asesino implacable”. Las referencias a la figura del escorpión y su analogía con Drive son constantes y explícitas: La cazadora con el escorpión bordado es una segunda piel, cada vez más salpicada de sangre, que acaba siendo un relato de sus enfrentamientos, o las sombras del duelo final, a base de aguijonazos, proyectadas sobre el asfalto.

No hay drama en la solitaria supervivencia de Drive, resistir su vacía existencia con determinación de autómata es su propia esencia. La incertidumbre que le provoca su encuentro con Irene le desconcierta, la posibilidad de ser dueño de un nuevo destino se abre paso por instantes. El momento de la verdad, la lucha consigo mismo, llega en la brutal escena del ascensor. El violento ensañamiento ante los ojos de Irene es el punto de no retorno. Y es que, como dice el escorpión en la fábula atribuida a Esopo: "no he tenido elección, es mi naturaleza".

Con un final engañosamente abierto, la muerte es algo secundario, para Drive la tragedia reside en la certeza de un horizonte sin esperanza.
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40 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
CUANDO EL CINE RESPIRA...EXCELENTE
Tarkovsky quedó atrás, las influencias marcaron las bases, la identidad apareció por si sola.

Nicolas Winding Ref. ha lanzado un mensaje tan poderoso al mundo del cine que solo nos queda estremecernos de placer en la butaca. El director deja que sea la propia película la que tome vida, respire. Un ser excepcional en forma de celuloide. Arte, cine…

Nos vamos a los ochenta, los sintetizadores son la banda sonora de unos Los Angeles llenos de luces de neón, vemos a un héroe solitario recorriendo las mismas calles que Michael Mann retrató excepcionalmente en Collateral. La tensión, la adrenalina, un personaje heredero de Alain Delon EL SILENCIO DE UN HOMBRE, unos seres con el alma más oscura que el tuétano, un niño, una madre, venganza…

DRIVE es cine. Puede ser un western moderno, una película independiente, una cinta de los años 80(añorando los tiempos de la Canon y Martin Riggs). Es icónica, brutal, parca en palabras (los silencios muchas veces son más importantes que lo que decimos). Los actores están formidables.

Ahora más que nunca amo los años 80.

Si ves el cine como una experiencia más allá del entretenimiento, una pasión que nos entrega a un mundo perfecto donde nos escondemos en personajes y historias que nos gustaría ser y vivir…Si ves el cine como lo veo yo , amarás Drive.
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48 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Perder el control del volante
La conducción puede llegar a ser como un opiáceo. Ofrece una falsa sensación de libertad, de cierto poder, de dominar el asfalto, la velocidad que cosquillea en la boca del estómago. La cabina aísla del exterior y estás a solas contigo mismo, sientes seguridad en tus actos, el volante es una herramienta de control, el equipo de audio es el amigo con el que te comunicas mientras escuchas tu música favorita. Todo lo de fuera llega amortiguado, los cristales ligeramente tintados atenúan los perfiles, los sonidos externos parecen surgir desde un mundo de ficción. El resto de los vehículos con los que te cruzas son entes anónimos sin rostro, fantasmales robots fugaces que se sumergen en la niebla del olvido. Es como si en lugar de ser tú el que se desplaza, lo hiciese el paisaje circundante, todo está de paso, todo surge en un punto del horizonte allá al frente, para ser tragado por tu coche unos segundos más tarde, nada permanece, excepto el cielo, el sol, la luna y las estrellas, testigos silenciosos de tus andanzas que comprenden la adrenalina de la soledad al volante, que entienden el aislamiento de los solitarios.
No obstante, todo eso es ilusorio, porque en cualquier desliz de la carretera perdemos ese control que creíamos poseer y ya no somos dueños de nuestro destino, como no lo hemos sido nunca en realidad.
Driver avanza así por la vida, una prolongación de un volante, una sombra detrás de un cristal, sin detenerse. Pero conoce a Irene y ella es como el sol que, por más que uno corra quemando los neumáticos, siempre te mira desde las alturas. Y ya no hay control.
En la hipnosis de un sombrío Los Ángeles crepuscular de etéreas vistas y sintonías narcóticas de sintetizador, se construye una nueva visión del cine negro en el que un trémulo romanticismo redime de la sordidez y el salvajismo. Es la única recompensa de esa especie de héroe del inframundo, mancillado y condenado, que al darse de cara con un adorable rostro que no podrá olvidar perderá el dominio de su volante y ya sólo podrá verla a ella mientras su coche se precipita hacia el abismo.
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35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
¿OS HABÉIS FIJADO CÓMO RECORTO EN SILUETA?
Después de los primeros 15 minutos, muy buenos e interesantes, la película se transforma en una sucesión de planos antinaturales, posturas forzadísimas y lamentables del protagonista (pensé que en cualquier momento nos haría la pregunta del título de esta crítica al estilo de José Mota, por no hablar de la sonrisa falsa). El guión me pareció de videojuego y hay una falta de química absoluta entre los protagonistas, si no se lo creen ellos es difícil que alguien se lo pueda creer (en el spoiler hablo de escenas que me parecen "memorables"). En general la dirección de actores me parece que es bastante penosa y los secundarios hacen lo que pueden pero no hay manera de salvar el estropicio del protagonista.

Por cierto, pensaba que no había un actor peor que Keanu Reeves, pero este Ryan Golsing me pareció peor incluso que Fran Perea (puede influir la dirección).

La fotografía se salva y es lo único interesante de la película en mi opinión. Realmente no me parece una malísima película, empieza muy bien pero es pretenciosa, mentirosa y está absolutamente vacía, por eso le doy esta nota, pero ni mucho menos he visto una obra maestra, es como mucho un buen videojuego.
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97 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Un buen año
Hay que mirar el balance de este 2011 con buenos ojos a la vista de las propuestas rezagadas que nos andan llegando en los extertores de otoño (temporada del año ésta, de estreno de cine festivalero, con esas sorpresitas que buscan su sitio en las salas de cine). El año pasado llegó la francesa y estupenda "Un profeta", este año, además de la ya citada "Warrior", acontecemos al nuevo ejercicio cinematográfico del chico de moda danés, Windin Refn con esta "drive". Faltan otras; las esperadas: "un método peligroso" del siempre correcto Cronenberg, lo nuevo de Polanski (que realmente hizo un trato con el diablo, pues sigue a su edad en plenas facultades su talento con "un díos salvaje"), etc. Además, el piano de "las barricadas misteriosas", sigue evocándome la mirada Malick entre jardines y columpios, filmado el misterio del padre y Dios. Almodovar llevó el thriller al terreno de lo íntimo, mostrando el suspense en el surgimiento (o no) del deseo en un ente a camino entre hombre-mujer, ejercicio de introspección personal, sincero y valiente. Y me queda por visionar a la siempre fiable niña Coppola y su "Somewhere".

Esta drive es tremenda. Una película de acción y de cine negro con algunas de las mejores escenas filmadas en la historia del género, con propuestas como "la elipsis trenzada" llevado a la máxima eficacia. "Drive" es conducida por Windin Refn, agarradita, contenida a 2000-2500 r.p.m, preparada para pasar de marcha y acelerar, en ese punto donde notas tus pies pegados al asfaltos. El danés además sabe de lo inflamable de su propuesta, con una historia que da pie a sospechas en las casualidades que provocan lo dramático, por ello el ritmo interno del filme en las escenas puramente narrativas se acelera y la parte intimista, romántica tiende a ir a marchas más cortas. Ahí, en la búsqueda de la felicidad, aparece en la banda sonora canciones pop (una buena canción, sólo lo es, cuando subes el volumen de la radio en tu paseo nocturno a bordo de tu coche). Todo esto es un ejercicio de vintage, con música, chupas horteras y camisetas de algodón, ochenteras, donde no ubicas las escenas hasta que alguien coge un móvil.
(Continua en spoiler, pero con curvas cerradas).
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43 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
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