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565 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
El arte de vender bolígrafos.
- Buenas, estimado lector, usted no me conoce ni yo a usted tampoco. Pero eso es lo de menos. ¿Quiere usted invertir 180 minutos de su valiosa existencia?
+ Ufff, eso son muchos minutos.
- Tiene razón, ¿y qué tal solo 3 horitas?
+ Eso suena mejor. ¿Qué me vas a vender?
- ¿Vender yo? Un broker no vende señor, le muestra sus necesidades y las cubre.
+ Mis necesidades están cubiertas, ya he visto 12 Años de Esclavitud, Gravity y Sharknado. ¿Qué más puedo necesitar?
- Un señor tan chachi piruli como usted necesita pocas cosas. Pero, ¿puede escribir en una servilleta el título de la peli más gamberra y desinhibida que haya hecho Scorsese?
+ Eh... ¿Jo, qué noche?
- Error, mi ilustre señor. Usted necesita ver el Lobo de Wall Street si quiere partir el bacalao en la próxima charla cinéfila que tenga con el memo de su compañero de trabajo.
+ Pero si vi el trailer y me asusté. ¿Enanos lanzados a una diana? ¿Estamos locos?
- Yo también me acongojé al principio. Puede que parezca una versión snob de las juergas de Freddy Mercury o Led Zeppelin... De hecho lo es... Pero sin riesgo no hay victoria en esta vida. Yo arriesgué mis 180 min... quiero decir, mis 3 insignificantes horas y no me arrepiento. Scorsese sabe cómo mantener su interés y su líbido alta durante todo ese tiempo.
+ Está bien, cuénteme más.
- Le podría decir que salen bubis y cucus cada 15 minutos, pero yo sé que un señor tan respetable como usted no se fija en esas cuestiones tan prosaicas.
+ Eh... cierto...
- Lo que yo decía. ¿Ha visto a DiCaprio superarse otra vez?
+ ¿Superarse? Pero si sobreactúa y está histriónico perdido como...
- ... ¿cómo su admirado Jack Nicholson?
+ Eh... Pero Nicholson no salió en Titanic, ni estaba su cara en la carpeta de la niña que me gustaba en el cole.
- Sólidos argumentos, señor. Pero quizás le gustaría disfrutar de su trabajo junto a Jonah Hill, entre los dos hay más química que en las venas de los personajes que interpretan.
+ ¿Jonah, eh? Bueno, ese es feo, ese sí puede ser buen actor.
- En fin... ¿Compra?
+ Espere... Esto no será una comedia gamberra ¿no?
- Puede parecer, mi obsevador amigo. De hecho, hay momentos en los que se partirá la caja. Incluso llegará a pensar que han colaborado el guionista y el montador de Cómo Conocí A Vuestra Madre. Pero no es una comedia porque su intención no es hacer reir.
+ ¿Cuál es su intención entonces?
- Habrá quien piense que es una crítica a la ambición desmedida. Otros pensarán que es una despreciable apología al mamoneo. Yo creo que es simplemente un documental sobre la avaricia y la falta de ética, que no de valores, sin posicionamientos.
+ Osea, que voy a tener que sacar lecturas...
- Entre escena y escena de drogas, fiestas salvajes y sexo usted es libre de sacar conclusiones, si tiene esa capacidad. Que no dudo que la tenga. Bueno, sí.
+ ¿Pero de verdad hacían falta 3 horas para una película como esta?
- No, pero si una película tiene que durar 3 horas, ha de ser como esta. Potente, absorbente, memorable y trepidante. Pero bueno, veo que no está interesado, llamaré al memo de su compañero de trabajo.
+ No, no, espere. ¡Compro! ¡Compro!
- Pues claro que compra, imbécil. Y ahora golpee su pecho y entonemos el "The Money Chant". McConaughey, ven aquí y hazme los coros.

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764 de 936 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El lobo de Hollywood
Scorsese es un jodido lobo. Muy pocas veces en mi vida había disfrutado una película como he disfrutado esta. Hay que mentalizarse antes de ver esta película. Personalmente, cuando vi el trailer me vinieron unas ganas increíbles de ver la película, sabía que tenía que verla. Lo que no me esperaba, era que lo que salía en el tráiler ni siquiera era tan alocado como es la película. En el tráiler ves juergas en la oficina, puntería con enanos, sexo, drogas, dinero sucio, cinismo y humor negro. La película no es eso, la película es muchas juergas en la oficina, mucho sexo, muchas drogas, mucho dinero sucio, mucho cinismo y muchísimo humor negro.

Tampoco me malinterpreteis, no toda la película es un auténtico desfase. Digamos que de las tres horas que dura, una hora y media es puro desfase, una hora es humor negro y cinismo y media hora es profundidad dramática (que, aunque al principio no resulta fácil de tomar en serio, es increíble como consigue emocionarte, Scorsese es un verdadero genio). Este es el resultado que hubiera salido si Martin Scorsese hubiera dirigido "Project X". Como entretenimiento es pura dinamita, sus tres horas se convierten en 20 minutos, unos 20 minutos que quieres repetir justo al terminarlos. Es una película con la que es imposible dormirse.

Bueno, ahora creo que ya es hora de hablar sobre la película como tal, no como entretenimiento. En realidad, con decir que es una película de Scorsese ya basta para mucha gente, sin embargo voy a concretar (porque realmente vale la pena hacerlo).

La dirección de Scorsese es sorprendente, es muy moderna, muy ágil y con un tono de epicismo de coña absolutamente hilarante. Si crees que algo ya no podría ser más cínico de lo que es solo mediante un diálogo, Scorsese consigue que ese diálogo se vuelva todavía más cínico y obsceno mediante las imágenes.

Sin duda una mención especial se la merece Leonardo DiCaprio, uno de los más grandes actores vivos que hay. No se puede poner en duda que su actuación como Jordan Belfort "Wolfie" es de Oscar. Desde el segundo en que aparece por primera vez, te olvidas de que ha sido muchos otros personajes en muchas otras películas: acabas de conocerlo. Acabas de conocer a Jordan Belfort, una persona que de entrada es humilde, ambiciosa y dispuesta, pero con principios. A los 10 minutos esa persona ha desaparecido, saluda al lobo de Wall Street, una persona que no te arrepentirás de conocer. El lobo de Wall Street ya no es humilde sino altivo (que rebosa soberbia en cada gesto), ya no es ambicioso sino extremadamente avaricioso, ya no es dispuesto, porque no le hace falta, sabe que puede tener todo lo que quiera sin esfuerzo alguno. Para resumir digámos que es un cabrón sin escrúpulos, drogadicto, sexoadicto, ególatra y bueno, un hijo de puta capaz de todo a la que solamente le importa una cosa: el dinero. No quiere el dinero porque así le puede comprar cosas a su mujer ni para comprarse un Porsche, quiere el dinero porque puede tenerlo y al poder tenerlo puede ser poderoso. Y por lo tanto, al tenerlo, es poderoso. ¿Qué significa ser poderoso? Que puedes hacer lo que te dé la gana cuando te dé la gana, al menos hasta que la líes tanto que te metan en la cárcel. A pesar de que sabes que es un ser humano absolutamente horrible, te encanta, quieres ser él.

Todos los personajes te encantan, los compañeros del lobo (Jonah Hill se sale, me encanta este tío) y cualquier personaje en el mundo de las finanzas. En el Wall Street de esta película son todos unos cabrones sin corazón, pero todos son unos personajes inolvidables.

El guión es magnífico. No solamente la historia en sí (que a pesar de estar muy camuflada por los fiestones, las drogas y el sexo, está muy bien narrada), sino los diálogos. Cada diálogo de esta película es digno de ser enmarcado en un marco de veinte mil pavos. Cada diálogo desprende un cinismo extremo, esos diálogos que rebosan humor negro, ese humor negro que ha conseguido que me pase la mitad de la película riendo. A veces absurdos, a veces cabrones, incluso a veces dramáticos (sí, hay dramatismo en esta película), pero siempre magistrales.

En definitiva, una película que no puedes perderte por nada del mundo y por la que sin duda vale la pena pagar (y por la que yo pagaré lo que haga falta para tenerla en DVD justo cuando la saquen).

PD: Muy atentos a la escena de Popeye y la cocaína, de las escenas con las que más me he reído en toda mi vida.
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270 de 349 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Demasiada coca, demasiado sexo y muy poco cine.
Espero que nadie se dé por aludido en mi comentario si tiene la amabilidad de leerlo, pues mi intención es sólo la de exponer mis argumentos desde el prisma de un amante del cine.

Salí del cine profundamente decepcionado…, qué pena que el público y los amigos de F. A. se conforme con tan poco, (¡tiene un promedio casi de ocho!), me pregunto a los que la califican con un 8, 9, o un 10, ¿Qué entienden ellos por cine? Si para ellos un “Peliculón” como suelen decir… es una catarata de gratuitas palabras soeces, chistes de brocha gorda, sexo explicito y zafio, gags vulgares prolongados hasta la extenuación, imágenes efectistas y patéticas, personajes esperpénticos y disparatados en el peor sentido de la palabra, buscando la risa fácil, eso en mi opinión no es cine ni comedia ni nada, es menospreciar la inteligencia del espectador.

La película se alarga innecesariamente (quizá para justificar el presupuesto) para repetirse constantemente, en las soflamas histriónicas populacheras y casposas de un grotesco, sobreactuado y mal dirigido Leonardo Di Caprio, que me recordaba al peor Jim Carrey de “Mentiroso compulsivo”. Scorsese se empecina en repetir el mismo mensaje, como si el espectador fuera tan estúpido que no lo capta a la primera, con lo que después de la primera hora comienza el sopor, el aburrimiento, porque la historia no avanza, se repiten constantemente las gamberradas absurdas y delirantes en la oficina, donde los “brokers” son una panda de energúmenos que se dedican a competir ante el impresentable Jordan Belfort, a ver quien hace la gamberrada más abominable.

Scorsese se sirve de la biografía de este indecente personaje, que es Jordan, y creo que pretende parodiar al capitalismo voraz, cosa muy loable si lo hiciera abordando la cuestión con un mínimo de rigor. Pero los personajes son planos, sin consistencia psicológica, son como marionetas estereotipadas y previsibles, cuesta mucho la empatía con ellos, todo el tiempo ebrios, haciendo orgías, tomando drogas de todo tipo y rodeados de prostitutas de todo pelaje, yo no veo en los personajes una evolución moral creíble, todo está llevado a un exceso que llega a fatigar y asquear.

Al igual que Jordan Belfort vende humo con sus bonos basura a sus clientes, mientras se queda grandes comisiones, creyéndose un tipo listo por embaucar a gente sencilla y poco preparada para los tiempos que corren, Scorsese nos vende este engendro, indigno de su status artístico, manufacturado al gusto del público actual que acude a las salas ávido en devorar imágenes impactantes y obscenas de personajes impúdicos, relatos abyectos que denigran la inteligencia del espectador y que con su complacencia propicia un futuro desolador. Llámenlo como quieran pero eso no es cine.
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392 de 632 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El dinero como religión
El dinero es la mayor de las religiones de la era moderna pero pocas películas habían entablado el correcto diálogo entre la fe y la codicia, entre el sistema capitalista y la creencia en el poder de la riqueza. Martin Scorsese y Terence Winter se han vuelto a aliar para narrar la vida, obra y milagros de Jordan Belfort y “El lobo de Wall Street” podría dirigirnos directamente al Henry Hill de “Uno de los nuestros”, por ser una revisión estructural ambientada en Wall Street con otro tipo de tiburones que no necesitan una pistola sino cocaína para marcar más rápido los números de teléfono como afiladas balas. El nuevo crimen organizado parte de ese recital y discurso aleccionador del gurú que interpreta Matthew McConaughey, que servirá a Belfort de glorificada inspiración. Sobreviviendo que a la crisis bursátil del 87 y el nefasto ‘Lunes Negro’ se reinventó reclutando a vendedores de marihuana que actuarían como su Apóstoles, construyendo su propio imperio entre pensamientos, voces en off y siendo el dinero tratado como la fe de una nueva religión.

No existe nada gratuito en ese carrusel de citas y excesos donde la pantalla se hace transparente y la obscenidad toma el control desde su propia perspectiva. Tenemos delante a un personaje real que nos vende su propia versión de los hechos, una intersección más socarrona de Eric Packer y Patrick Bateman bajo el prisma de un libreto en el que Winter se encarga de evidenciar convirtiéndonos en cómplices de insaciable apetito de cocaína, sexo y dinero, la santísima trinidad y carne de Wall Street. Scorsese se empapa de la banalidad que rodea la obra y milagros de su antihéroe, se contamina con la misma droga y alcohol que consume, se sumerge en la lascivia de la avaricia y se impregna del olor a sexo. El exceso se convierte en película y la película en exceso, nos secuestran en largas secuencias que se alejan y se aproximan a la comedia de situación y la screwball y nos atan a ese tiovivo de hedonismo en la comedia más políticamente incorrecta, por coherencia y honestidad, que se ha engendrado en el Siglo XXI.

No todo es un caudal y recital de impudicia porque, al igual que sucedía en la ficción (“Glengarry Glen Ross”, “Wall Street”, “Margin Call”) o la realidad (“Enron, los tipos que estafaron a América”, “Inside Job”), habita un discurso crítico sobre esos tiburones sin escrúpulos que marcaron y gangrenaron el sistema. El sueño americano está al alcance de cualquiera (que no tenga moral) y Scorsese delimita el dinero y el compulsivo e inabarcable apetito de riqueza como una adicción mayor que la droga (y el exceso) que lo rodea. Belfort forma desde su púlpito una iglesia y legión de sectarios en ese universo de mentiras donde las acciones son polvo de hadas, un útil ‘fugazi’ con el que seducir a cualquier ser humano que desea hacerse rico. Y como en todo culto, habita el pecado. El de Belfort fue su coherencia sobre esa religión (fugazi y fraude) que él mismo predicaba y no inclinarse y redimirse a ese sistema permisivo con el engaño al precio de una millonaria comisión. Sabemos que ese depravado Robin Hood capitalista, rebelde y tremendista será domesticado y el criminal tratará de redimirse y dejar de ejercer de ese rol de villano de una de James Bond que se ha labrado. La comedia se torna en drama (que no tragedia) y el humor y la mueca se deforman lentamente. El sexo (y su carnalidad) ya no es erótico ni divertido, es incómodo y doloroso. Sabemos que el chiste no tendrá gracia, que el director de “Toro salvaje” soltará una terrible bofetada en su arrogante protagonista y sobre la propia audiencia, dando fin a una farsa que, en realidad, fue tan real como excesiva y espeluznante.

Al final la transparencia se impone en el discurso, como si el propio protagonista nos hubiera vendido su historia engendrada desde la codicia, una brutal y amoral simetría y una tal vez invisible redención. Una historia y cuento reproducido desde ese bolígrafo que ahora mismo nos cede para que se lo tratemos de vender como una parte de ese insignificante mundo en el que todo está en venta y en el que somos el trabajador del McDonalds, parte del (d)olor del sufrido y recto funcionario que tendrá que volver con sus bolsas escrotales sudadas en un deprimente metro dentro de un traje re(-re-y-re-)utilizado días atrás o aquellos seres cuya vida es una simple y anodina cerveza sin alcohol. Queramos o no, somos parte del público… Únete a la manada o espera ser devorado por los lobos, pues.
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162 de 202 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
EL LOBO DICAPRIO, EL OSO SCORSESE, Y LOS CORDERITOS QUE SE HAN TRAGADO
Una persona inteligente comercialmente hablando es capaz de vender una nevera a un esquimal y dejarle sin los ahorros de su vida.
El dinero fruto de esa capacidad desfalcativa (no sé si la palabra es correcta gramaticalmente, mejor pongamos, fraudulenta) luego se invierte en ser el puñetero amo del mundo, de la vida libertina y sin frenos, de la codicia y de la prepotencia sin límites.
Pero como todo en la vida, hay una cima y un valle profundo después...
Esa en esencia es la historia que nos cuenta Scorsesse en tres agotadoras horas...
Yo lo he contado en sólo tres frases, claro que me he ahorrado toneladas de escenas de porno light, de polvo blanco absorbido por las narices, y de un humor obsceno y sobreactuado que en ningún momento consigue conectar con mi bluetooth cinéfilo.
Voy contracorriente a crítica y público y otorgo la mitad de la nota que ambos le han puesto al film, y me enorgullece hacerlo, dándome perfectamente igual acumular -300 votos negativos.
Porque este film es totalmente excedido en todo y corto en todo también.
No es porno pero casi.
No es comedia pero casi.
No es una apología del fraude comercial pero casi.
No es una denuncia del fraude comercial pero casi.
No es la mejor interpretación de la estrella DiCaprio pero casi.
No la podría recomendar a nadie, pero casi.. bueno... bajo la propia responsabilidad de equilibrio mental de cada uno, por supuesto.

Me gustan los films que me dejan mensajes en la mente y en el corazón y éste solo me ha dejado mensajes podridos acerca de la riqueza y del poder del dinero, mi sueño en la vida es poner un albergue de animales abandonados y ser feliz haciendo feliz a otros seres.
Debo de ser un friki de mucho cuidado...

De todas formas topamos con un realizador muy sólido y unas interpretaciones que hacen precisamente lo que se les pide. A algunos les gustará la forma, a otros les parecerá deplorable.

Yo soy del uno por ciento del último grupo.
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339 de 560 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Y tú, ¿de qué te ríes?
“El lobo de Wall Street” supone un nuevo golpe al sueño americano a la manera de Martin Scorsese. Tal vez, el definitivo. Nadie, ni siquiera Orson Welles lo supo, conoce el momento preciso en el que ese famoso sueño americano deja de serlo para convertirse en pesadilla, en una espiral perversa y diabólica que te acaba devorando las entrañas. Un hombre decide de repente que sus ambiciones están por encima del bien común. Entonces sus ambiciones se convierten en codicia, pero como resulta que es más listo que los demás se vale de la codicia de los otros para avanzar en el casillero. Dinero llama a dinero y el vil metal termina siendo la droga más dura, con un poder más letal que el de todas las pastillas del mundo juntas que provoca que te olvides de lo que un día fueron tus principios.

Así, sobre la base de la codicia, la propia y la ajena, se han generado todas las crisis que ha habido desde que el mundo es mundo. Martin Scorsese explora en las causas y los efectos de ésta que nos toca sufrir en la actualidad. Ojo sin moralina ni juicios paralelos. Esa tarea corresponde al espectador finalmente. Jordan Belfort es un arquetipo demasiado reconocible, uno de tantos fulanos que han provocado la quiebra del sistema. Marty nos presenta su historia con el envoltorio de una gran farsa y una sátira (cualquier otro envoltorio hubiese resultado equivocado). Durante la película lo pasamos bien y nos reímos pero no se sabe muy bien de qué. Nos reímos con las mismas cosas que nos indignan cuando las leemos en los periódicos o las vemos en televisión. Scorsese, viejo zorro, se las apaña para hacernos creer que la cosa no va con nosotros. Y sí que va, y muy en serio además.

Es un juego demasiado perverso. Los gansters scorsesianos de antaño son más reales, porque somos nosotros las víctimas directas de sus chantajes. Es triste también pensar que todo este desaguisado tuviese su origen en una oficina perdida en medio de la nada poblada de semianalfabetos que no tenían ni idea de números ni de contabilidad. Toda una declaración de principios. La sensación incómoda que te queda después de ver la película se resume muy bien en esa escena que casi cierra el film con un pensativo Kyle Chandler volviendo a su casa en metro y que retrotrae a su vez a esa otra secuencia magnífica que se ha desarrollado minutos antes en el yate del personaje de DiCaprio.

Es un trabajo el de Scorsese al que se le pueden poner pocos peros. La película dura tres horas y no se te hace larga, porque si alguien sabe de ritmo en el cine actual esos no son otros que Marty y Thelma Schoonmaker. Aquí lo vuelven a marcar con esos tics ya marca de la casa como esa voz en off tan característica en las películas del director acompañando las elipsis. El exceso tiene su razón de ser en una película que busca dejarte al borde de la extenuación.

Finalmente sería injusto pasar por alto el capítulo interpretativo. Sorprende Jonah Hill apropiándose de registros de su época con Apatow para seguir madurando como actor. Pero ante quien realmente hay que descubrirse es ante Leonardo DiCaprio con un trabajo superlativo en el que se vacía física y emocionalmente. Genial la escena que empieza en un porche con unas escaleras y acaba en una cocina. Da mucha risa. Toda la película da mucha risa. Pero no tiene ni puta gracia.
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89 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Qué tomadura de pelo
No es el tipo de película que suelo ir a ver al cine, pero me la habían recomendado tanto, y la puntuación en Filmaffinity era tan alta y las críticas tan buenas, que fui. A los diez minutos sentí que ya había visto suficiente, pero decidí quedarme a ver si pasaba algo "de verdad". A los cuarenta, salí a fumarme un cigarro. Volví a entrar porque mi pareja estaba dentro, y ya, de pura perplejidad ante el hecho de que semejante necedad de película hubiera sido tan alabada, me quedé hasta el final haciendo un auténtico esfuerzo por sobrellevar el aburrimiento. Y es que, sobre todo, es muy aburrida..., cansina, repetitiva, carente de brillo, a pesar de los escenarios deslumbrantes y de tanto derroche y resplandor.

Salí del cine enfadada porque, por ir a verla, dejé en casa un trabajo a medio terminar (con el que estaba disfrutando mucho), porque, aun siendo día del espectador, acababa de tirar 4 euros, y, sobre todo, porque me pareció un insulto a la inteligencia.

La cabeza se me llenó de preguntas, intentando entender qué había sido aquello:
¿Es una película que intenta ser cómica? (La gente en el cine se reía.) Como película cómica, es muy mala; los personajes que orbitan alrededor del "Lobo" son zafios, absurdos, groseros, pero nada graciosos. Como humor, es un humor fácil, como para adolescentes tempranos muy salidos y con muy poco seso.
¿Intenta ser crítica? ¿Crítica de qué? No se puede criticar a alguien o algo y a la vez presentarlo con cierta ternura. Brad Pitt en Kalifornia resulta repugnante; el espectador se olvida de que es el encantador Brad Pitt y no siente por él ni la más remota simpatía. Di Caprio en El lobo de Wall Street es en todo momento Di Caprio. Se podría decir que la interpretación que hace es buena... pero ¿a quién interpreta realmente? ¿A un desaprensivo entrañable? Si Scorsese quería hacer de él un personaje detestable, tenía que haber hecho con él algo distinto, ¿no? ¿Por qué nos los presentan a todos como unos chicos traviesos y simpáticos? Quizá, de todo, esto es lo que más me enfada, esta contradicción intrínseca y manipuladora.

De las tres horas de metraje, para mostrar el descalabro que es capaz de crear un descerebrado muy hábil hubiera bastado con una. Aunque en realidad es una película que sobra entera; no añade nada a la historia del cine. Es basta, pueril, ridícula. Dice muy poco de su director.
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177 de 293 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La auténtica estafa
Lo mejor que me ha pasado en relación a esta película ha sido irme del cine habiendo malgastado sólo dos horas de mi vida y no las tres que habría desperdiciado de haberme quedado hasta el final. Rectificar es de sabios, o eso dicen.
Y es que me estoy imaginando al personal de la película pensando en cómo hacer de un bodrio un éxito:
- No nos comamos la cabeza señores, vamos a hacer cine dentro del cine. Lo que hemos hecho para crear esta película: la estafa, las falsas expectativas, el humo, la nada, esto es justo de lo que vamos a hablar; así no nos rompemos la cabeza y seguro que arrasa en los Óscar.
-Pero, Señor Scorsese -dice DiCaprio- necesitaremos tetas y culos, si no, no va a colar.
-Claro, claro, de eso no va a faltar tú tranquilo, relájate y mira como te hago rico.
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101 de 146 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Decepcionante
Creo que estoy empezando a perder la cabeza, o yo no entiendo el cine, o a mí me parece que esta película esta SOBREVALORADÍSIMA.¿Qué tiene que tanto os gusta?, son todo clichés de películas anteriores por favor, discursitos made in USA, escenas irreales y muchos, muchos gritos a lo yanki. Lo siento por Martin Scorsese, pero para mí ha sido la decepción del 2014.
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111 de 171 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Yo no compro el boli
170 minutos de puro entretenimiento. ¿Cine? Poco. Mucha apariencia de cine, muy poco cine de verdad. A quien le sirva, enhorabuena. A mí me sirve para pasar el rato. Como dicen los americanos, me han devuelto el precio de la entrada, que en estos tiempos no es poco. Y nada más. No me provoca ninguna emoción duradera.

Primero porque la película no es más que una sucesión de anécdotas sin justificación, no resiste el análisis, y ya van un montón que su director manufactura así desde “Uno de los nuestros” y “Casino”. Hecho el molde, para qué cambiar.

Segundo porque el espectáculo que monta Scorsese tampoco es útil para retratar una persona, una época, una manera de pensar, de conducirse, una clase de moralidad. La observación gratuita y reiterativa de un delincuente y sus golfos apandadores tiene un interés limitado; el Jordan Belford que se ve aquí es una excepción, una incrustación bastarda, bizarra e histriónica de los ochenta en los noventa. Un estafador de falsísimo pelaje en un mundo de tipos encantadores y educados que son los verdaderos lobos. Aunque esos hubieran dado lugar a una película mucho más pesada, aburrida, discursiva y posiblemente mucho más hipócrita, hay que reconocerlo.

Y tercero porque, sí, DiCaprio está muy intenso y Scorsese muy hábil moviendo la cámara, pero esto ya me lo sé de memoria. Que le den el oscar a Leonardo (al final no se lo dieron, todo esto para nada) y que digan que Scorsese pasa por su quinta juventud, que es de lo que se trata, ya que interés verdadero por construir algo no hay.

Habrá quien piense que soy un individuo aburrido, que necesito radiografiar una película para saber si me gusta, en vez de dejarme llevar por ella. Pero ya digo que el lobo de Scorsese y DiCaprio me distrae, en ocasiones me he reído bastante, como en la escena de la pelea por el teléfono en la cocina, o la primera entrevista de Belford con el agente especial del FBI, en su yate.
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61 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Rayas y centellas
Un colega mío escribía acertadamente que tras verla en el cine volvió a casa con tal mono que había volcado el azucarero en la mesa de la cocina y había pillado a su mujer y la había... bueno, la había dejado dormir. En mi opinión, es la mejor peli de Scorsese desde La última tentación de Cristo y su afamado Goodfellas, época dorada de creatividad del director neoyorquino. Su musa se sale (quizá el mejor papel de Di Caprio hasta hoy), y los secundarios gordos, frikis, y enfarlopados hasta las cejas, dibujan un excelente y alocado vodevil cinematográfico. Es imposible que te caigan mal.

Y ahí reside una de las virtudes de la cinta, Di Caprio santificado como procer de una sociedad que ineludiblemente camina hacia ese final: el triunfo (dinero) fácil (sin esfuerzo). Lo sabemos y lo aceptamos, al menos durante las casi tres horas que dura la película. Luego ya es otro cantar, y uno se pregunta si sería capaz de estafar a trote y moche si estuviera en el lugar del italoamericano y tuviese la capacidad de lograrlo. Cuando uno mira la sociedad actual ve reflejado a Blesa, ex presidente de Bankia, un tipo con menos glamour que una aceituna y que con esa cara de gañán, sorprendentemente, ha arruinado a medio país llevándoselo crudo. Y al parecer quedará impune.

Todo tipo de reflexiones buyen después de ver está película, sobre todo la de que se puede ser así de miserable y triunfar en la vida, ya que nuestro héroe no termina solo y olvidado en un calabozo de Sing Sing, sino que continúa sus días realizando charlas por todo el mundo sobre "cómo triunfar", como si la estafa, el engaño, el robo y el atraco fueran sinónimos de trabajo honrado y eficaz.

Scorsese se disfraza de genio y nos manda un mensaje claro: os voy a hacer reír, aunque no os haga ni puta gracia. Y sin nadie fumando en la oficina.

Sobresaliente.
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86 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Ribisi
Entre los dos remakes que Scorsese ha hecho de su Goodfellas es mejor esta que Casino.
Y entre la original y esta, sólo está claro que es un acierto pinchar a Sid Vicious en vez de Sinatra, pero el Sloop John B... ¡los Beach Boys no se tocan!
Básicamente se tira de Ciudadano Kane, la mentada Unos de los Nuestros y los canales religiosos sudamericanos que se pillan por el TDT, pero me juego los huevos a que Scorsese ideó las escenas después de ver un film de medio pelo (que he recomendado toda mi vida) llamado Boiler Room. Me juego los huevos. También se palpa que ha estado devorando pelis coreanas en su mansión últimamente y se le ha atrofiado la neurona de la vergüenza ajena, esa que en occidente se activa cuando vemos sonrojados una escena de 20 minutos de chinos retorciéndose por el suelo en sobreactuación teatrera dilatada hasta la implosión de la paciencia humana.
Ya sabemos que hace un tiempo que Martin es un poco copiota, pero hay que reconocer que ha pillado Boiler Room y la ha potenciado visualmente de tal forma que ha cobrado vida propia y deja la otra en más pobre de lo que ya es, a pesar de su encanto.

Así que con su musa habitual en plan crack (porque hay que reconocer que el Di Caprio se sale, lo que no quita que siga siendo un cubrecarpetas) y unos cuantos frikis gordos puestos hasta las cejas, tira palante con una historia vieja y lineal, haciendo saltar, eso sí, todos los radares de la dirección general de ritmo con una eficacia tan brutal que las horas se pasan volando. Y como cualquier peli de drogas, sexo y oficinas, mola.

Además guarda la compostura, porque aunque salen muchas tías en bolas y mucha peña poniéndose lonchas, no recuerdo que se vea a nadie fumando en la oficina, algo que sería intolerable.

Y sí, es verdad, como dicen por ahí, que el prota es un niñato tipo el gordo de Megaupload, que no madura nunca y tal y cual. Pero no se trata del sueño americano, no; se trata sin duda del sueño de cualquier hombre que tenga entre 14 y 100 años. Yo he vuelto a casa con tal mono que he volcado el azucarero nada más llegar y a mi mujer la he pillado por banda y... la he dejado dormir, vale, es verdad, pero bueno ,aquí estoy deseando acabar la crítica para cambiar de página y seguir al dedillo el consejo de McConaughey.

Vamos, que no me importaría que Scorsese rodase una de estas al año. Se lo agradeceríamos todos. Que se deje de documentales insulsos de rockeros y amplíe la trilogía de la farlopa hasta el decálogo.
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66 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
APOLOGÍA Y PARODIA DE LA AVARICIA
Sé que voy a contracorriente pero, a pesar de sus numerosos premios, reconocimientos y nominaciones, “El Lobo de Wall Street” me ha desilusionado. Considero que es una película menor y, hasta cierto punto, mediocre. Puedo entender que, para recrear la vida de un corredor de bolsa sin escrúpulos en Wall Street (lo segundo es, por lo visto, condición indispensable para lo primero), sea preciso dedicar una parte del metraje a la plasmación del despilfarro, del lujo sin medida, de la lujuria, del desenfreno y de otras inmoralidades e ilegalidades que llevan aparejada la codicia sin control ni límites. Pero tres horas de proyección cuyo único común denominador sea tal avalancha de impudicia, dispendio y ostentación revela un desinterés manifiesto por abordar la historia con rigor y una preferencia por dejarse llevar por el estilo más obsceno de la comedia adolescente y descerebrada. Personalmente, estaba saturado antes de la primera media hora de semejante festival de Barbies operadas, Ferraris y yates espectaculares, y pastillas y polvos esnifados. Y a los noventa minutos, ya no daba crédito a que Martin Scorsese firmase el largometraje.
Porque, por mucho que quiera vender que se trata de una parodia de ese universo financiero, responsable en gran medida de una de las peores crisis económicas mundiales, la triste realidad es que roza más la apología de ese estilo de vida. De hecho, son pocas las diferencias entre varias de sus escenas y los últimos videoclips de Miley Cyrus, productos vacíos, artificiales y prefabricados que pretenden divertir y excitar pero que, al menos en mi caso, fracasan en el intento. Les invito a comparar las imágenes de la otrora angelical chica Disney lamiendo herramientas de construcción y contorneándose sobre una gigantesca bola de demolición con la escena en la que el protagonista gesticula obscenamente mientras engaña por teléfono a un pardillo para que invierta miles de dólares en Bolsa. Tan solo faltaba de fondo la decadente música de Pitbull para que la horterada lo inundase todo. Y así, casi tres horas.
El film está basado en el libro de memorias de Jordan Belfort, donde narra su evolución personal desde el tan manido sueño americano hasta la codicia financiera más salvaje. Es una idea que se puede abordar de muchas maneras. Por ejemplo, hace tres años se estrenó la recomendable “Margin Call”, nominada al Oscar al mejor guion y, un cuarto de siglo atrás, Oliver Stone trasladó su visión a la gran pantalla en “Wall Street”. Cualquiera de estos dos títulos supera con creces a esta concatenación de secuencias sobre la chulería y la prepotencia de un grupo de tiburones de las finanzas carentes de escrúpulos.
No obstante, pese a terminar harto de su personaje, reconozco la buena labor interpretativa de Leonardo DiCaprio y centro los fallos en el guion y en la dirección. El actor se limita a obedecer con solvencia las órdenes de Scorsese. Le acompañan numerosos rostros conocidos, como Matthew McConaughey, Jean Dujardin o los directores Rob Reiner y Jon Favreau – a cargo de pequeños papeles-. Todos ellos contribuyen a personificar la juerga desenfrenada que ha ideado el realizador italonorteamericano.
Este indiscutible referente del Séptimo Arte ya trabaja en sus dos próximos proyectos: “Silence”, con Andrew Garfield y Ken Watanabe y “Sinatra”, biopic del célebre actor y cantante. Ambos largometrajes tienen previsto su estreno en 2015. Confío en que con ellos recupere su rigor profesional y un estilo personal cuya calidad y brillantez ha demostrado sobradamente en tantas ocasiones.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
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81 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Lamentable, bochornoso, insulto a la inteligencia.
¿Cómo puede tener un 8,0 esta bazofia? Es todo muy falso, sobreactuado e irreal.

La voz en off parece una copia mala de la de Goodfellas. Más de la mitad de los diálogos son a gritos. La trama gira en torno a los excesos de estos "magnates": barcos, drogas y putas. Pero no nos hace plantearnos nada, ni provoca ninguna emoción; es un circo dirigido a un público que espero que no exista, si es una broma no sé dónde está la gracia.

Al poco rato de empezar a verla pensé: ¿a qué clase de retrasado mental le puede gustar ésto? Encima dura tres horas.
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79 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Pepito Piscina
Este es el primer comentario que he escrito dejando pasar algunas horas, ya que en pleno y justificado ataque de vehemencia hubiera incurrido gratuitamente en el insulto, cosa que Scorsese sí ha hecho sin ningún pudor de principio a fin con “El lobo de Wall Street”, un mastodóntico bodrio, interminable y cansino, que no “Casino”. Parece ser que Paul Thomas Anderson, Tarantino y otros que recibieron cierta influencia, superaron hace tiempo al maestro Scorsese, que desde relativamente hace poco está recogiendo sus frutos. Se le resistió el Oscar muchas veces, bien por trabajos que fueron ignorados como su “Taxi Driver” por el que no fue ni nominado, o que no fuera galardonado por su “Toro salvaje”. El caso es que tampoco es la primera vez que Scorsese aborda la comedia. Ya lo hizo por ejemplo en la fallida “El rey de la comedia”, con un comedido Jerry Lewis y, de cómico de la función, suplantando el rol del “gracioso” teníamos a un mareante De Niro. Caso contrario fue el resultado de otra comedia suya, notable, que pocos recuerdan (o vieron), “Jo, qué noche”. En definitiva, temo que no haré un comentario al uso sobre este film porque no hay nada que comentar ya que el primer síntoma que desprende todo esto es que noto envejecer, y mucho, a su director, porque no tiene nada que contar, al menos en este caso y porque peca de casposo como el que más. No hay personajes definidos, son situaciones una tras otra las que dan avance a la narración de la película, pero sin progresión de los mismos. Puede que la razón sea, que aunque esté basada en una novela de sobre un tiburón de Wall Street escrito por él mismo, así será el menda que la escribió, un pobre de espíritu cabeza con hueca, carente de estilo literario. Es como si escoge como guión las andanzas de cualquier edil de un ayuntamiento corrupto de los muchos que tenemos en España escrito por cualquiera de estos cicateros, o escrito por cualquier “negro” con su mismo talento, da igual, todo tendrá una base hecha de mierda y sin ningún valor artístico o cinematográfico. Y en todo este despiporre, nunca mejor dicho, para colmo y como si fuera a provocar a alguien a estas alturas, o será para dárselas de “moderno” frente a los americanos, a saber, saca algunas orgías (todas ellas sosísimas), planos fugaces de algunos chochitos, (con vello recortado a lo brasileño o depilados, nunca “sin reformas”), algunas tetas que han pasado por quirófano, breves lucimientos de posaderas masculinas y mucho esnife de coca y todo ello sazonado con testosterona de diseño, todo digno del cine español de la época del destape. Su montaje confunde ritmo con el histerismo, así como sus actores, hasta hay fallos de racords, como que después de estar los protagonistas semidesnudos echando un polvo, al segundo se levantan con la ropa perfectamente puesta. De principiante. Así que por último recomendarle a Scorsese, aunque sea tarde, que vea cine realizado por ejemplo por Ozores, rodadas mucho antes y posiblemente con más gracia, o el “Pepito Piscina”, de Luis María Delgado, que da título a este comentario y cuyo personaje, que corría a cargo de Esteso, era más interesante que este bobo de Wall Street.
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52 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
FUCKING SATURACIÓN
Me he aburrido como una fucking ostra viendo esta fucking película que dura tres fucking horas y no cuenta más que fucking cosas que ya estaban contadas de antes y bastante fucking mejor. De haber sabido que era tan fucking aburrida me hubiese dedicado desde el principio a contar los “fucking” para entretenerme con fucking algo. Debe haber como dos millones, o así. Ya sé que esto no es fucking novedad en las pelis del fucking Scorsese, pero aquí se fucking supera, o eso me ha fucking parecido. ¿Pero qué fucking forma de hablar es esa? Joder.

Yo no entiendo la manía que tiene este hombre de hacer las pelis tan largas. Hay por ahí relatos que necesitan de mucho tiempo para desarrollarse, pero es que no es el caso. El lobo de Wall Street se podría perfectamente haber contado en la mitad de tiempo, y hubiese quedado precioso.

Como fucking decía arriba, el argumento de original no tiene nada. Otra vez el sueño americano de las narices, que los yanquis abusan más del tema que nosotros de la guerra civil. La peli nos cuenta la historia de un Ciudadano Kane que vive sus días en plan Uno de los nuestros, aderezado todo con un humor al más puro estilo American Pie, cosa que, personalmente, he encontrado insufrible. Scorsese, tras probar suerte con el cine para niños, se ha pasado a la comedia adolescente. Si Porky’s hubiese sido una superproducción, se parecería mucho a esta.

La mitad de la película resulta grotesca; si hubiese sido la peli entera me parecería bien, pero esto no lo entiendo. Es como si fuese una caricatura de algo, pero no sé decir de qué. ¿Desmadre a la americana, tal vez?... El caso es que a DiCaprio dan ganas de pegarle un guantazo, y al otro gordo dentón ni te cuento.

La peli tiene un empaque visual de lujo, todo muy bien planificado, con alguna secuencia notable, e incluso alguna divertida, pero por diosss bendito, que alguien le regale a Scorsese unas tijeras y, de paso, le explique que está ya muy mayor para acometer estas gansadas pubescentes.

Excesiva, en el peor de los sentidos. Una abusiva matraca.
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41 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Algún día vendrán las consecuencias"
La película tiene en su haber multitud de virtudes:

- Muestra con acierto el mundo de desenfreno de Wall Street. Tal como es. ¿Falta de elegancia o solemnidad? Es que realmente no la hay en absoluto.
- La película muestra sin filtro, nosotros juzgamos y nos preguntamos qué hubiésemos hecho nosotros.
- Consigue mantener el ritmo a pesar de su larga duración (quizá excesiva). Los momentos bajos duran lo justo para no resultar tediosa ninguna parte.
- DiCaprio se mueve como pez en el agua dentro de ese mundo y, esta vez sí, merecería un reconocimiento, ¿en forma de Oscar?
- Todo en ella es excesivo, grotesco, casi surrealista, pero no enmascara su objetivo de conseguir efectismo con ello, y lo logra.
- Consigue arrancar risas, así como momentos en los que la embriaguez que rezuma toda la cinta embarga al espectador.
- A pesar de abordar un mundo tan superficial, logra tener alma. La escena del federal volviendo en metro es muy oportuna, mostrando el mundo real y haciendo pensar en los millones de personas estafadas, de forma directa o indirecta.

Más allá de juicios de valor del mundo que la película representa, hay que reconocer que el trabajo es brillante, plasmando en la pantalla un mundillo poco deseable pero existente al fin y al cabo. Su complemento ideal puede ser el documental "Inside Job". Este ansia de dinero y poder, ¿llega a ser insaciable ciertos escalafones, alcanza un punto de no retorno? ¿Hasta dónde se puede llegar?

Sobresaliente. 9,5
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77 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
¿Y todo esto es un caso real?
Pues por lo visto sí. Y dicen que el auténtico Jordan Belfort ha cobrado una pasta por los derechos cinematográficos de la historia.

¿Tan fácil es vender basura bursátil por teléfono?. ¿Y tanto dinero se gana con las comisiones?. ¿Y esa panda de tarados se forra timando a americanos normales?. Se echa de menos una ilustración que el narrador (Di Caprio) nos regatea alegremente.
¿Y cinco años de cocaína sin parar, más pastillas de todos los colores y despiporre continuo sin que les dé un patatús? -ni siquiera al gordo-. "Uno de los nuestros" resultaba infinitamente más creíble en todos los sentidos.

Esta astracanada inverosímil dura tres horas y está aderezada continuamente con referencias cinéfilas ("Pulp Fiction", "Wall Street" de Oliver Stone, la oficina de "El apartamento" de Billy Wilder, etc...); para congraciarse buenas críticas. Pero no hace gracia, huele a refrito, aburre, hay quién duda seriamente de su valor como denuncia.... Y se gana a pulso el calificativo maldito: superficial.
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50 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Un bodrio
Esta película es uno de los bodrios más sobrevalorados sobre los que me ha tocado escuchar.
Si fuese una película con mala critica y bajo reconocimiento, no sería tan decepcionante lo que pasan nuestros ojos por mpas de dos horas.
Un real perdida de tiempo. Película exagerada hasta decir basta, tan exagerada que en ni un minuto es creíble. El relato es fome e hiperventilado
No pierda su tiempo con este bodrio.
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39 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Martin "Fuc*** Master" Scorsese, ¡véndeme este bolígrafo!
No sé exactamente como abordar esta crítica. Allá vamos...

Es la tercera vez que Scorsese ha llevado a cabo una película centrándose en las vivencias de un individuo con una moral más que cuestionable y reprochable, ha llevado a cabo, ni más ni menos que 3 veces una estructura basada en ese mismo patrón: Ascenso, Apogeo y Declive.

Lo hizo en 1990 con Henry Hill (Ray Liotta) en 'Uno de los Nuestros'; lo volvió a hacer 5 años más tarde con Sam Rothstein (Robert De Niro) en 'Casino'; y aún hoy, 19 años después de esta última maravilla, Martin Scorsese vuelve a hacer valer su apellido y su profesión. Casi 2 décadas después ha vuelto a repetir un esquema, y aún así ha caído en desuso ni se vuelto repetitivo ni tedioso. Todo lo contrario. Ha conseguido hacer una película de 3 horas MUY ágil (y no, no es en tono irónico ni capcioso), una película tan fresca que no consigue perder ni bajar el ritmo de la misma, sino todo lo contrario, te sigue manteniendo agarrado al asiento en todo momento. Y aún más, creo que el mayor merito es que todo esto lo haya hecho desde la perspectiva de una comedia negra. Muy hábil por su parte, no dudo que éste título figure en las nominaciones a los Oscar tanto en película como en director.

Pero no sólo ahí queda el asunto, porque el reparto aún tiene la última palabra. DiCaprio también ha vuelto a demostrar que verdaderamente es un actor consagrado, y no va a parar hasta que se le reconozca ese mérito -no dudaría un momento en pujar por él cuando consiga el Oscar este año-. Su papel como Jordan Belfort ('El Lobo de Wall Street') es tremendo, un hombre que conocerá los excesos, el desenfreno y la opulencia. Con esto ya podemos dar constancia que la dupla Scorsese-DiCaprio ha llegado a su cúspide, a su máximo exponente: demostraron esa valía con 'Gangs of New York' y 'Shutter Island', rozaron casi la perfección con 'Infiltrados'; y con 'El Lobo de Wall Street', una vez más han vuelto a rozar esa perfección.

Y la cosa sigue sin quedarse ahí, pues casi cada uno de los secundarios consiguen dejar también parte de su huella en esta maravilla de película: Jonah Hill, Margot Robbie (no dudaría en ver los nombres de estos dos entre los nominados como mejor actor y actriz secundaria, respectivamente), Kyle Chandler, Jean Dujardin, Jon Bernthal y hasta Matthew McConaughey, con un personaje que llega a calar en lo más hondo del mismísimo "Lobo".

Resumiendo, una nueva obra maestra del Sr. Scorsese, y espero por su gloria que no sea la última.
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41 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
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