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17 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
Un policía budista en L.A.
Steven Seagal interpreta a un policía de pasado oscuro que acaba de llegar a Los Ángeles. Un personaje de nervios absolutamente templados, capaz de superar una prueba del polígrafo sin reflejar ninguna emoción. Ex combatiente en la guerra de Vietnam, fue apartado del servicio al cobrar demasiada autonomía, convertido en monje budista y redimido como policía en Nueva York.
Su compañero será un emocionable policía que pasa las tardes viendo Casablanca sin contener las lágrimas. Será testigo de increíbles peleas en las que Seagal se deshace de grupos de mafiosos rusos o guardaespaldas antipáticos. Sus técnicas de Aikido son impecables, apenas con un pequeño movimiento de manos hace volar a los rivales. Pero el director del film saca partido a todo ello y convierte los combates en espectaculares coreagrafías. Maravillosa la escena en la que, desde el asiento de atrás de un coche, se deshace de dos mafiosos que, inocentes, quieren matarle. Reparte a gusto, hasta el éxtasis, uf, sólo de acordarme... No os la perdáis. Una de las mejores escenas que se hayan filmado nunca en el asiento de atrás de un coche.

Por cierto, una anécdota difícil de ver en la filmografía de Seagal: El malo consigue calzarle un puñetazo en la nariz y hacerle sangrar.
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37 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
PARA MI, LA MEJOR PELÍCULA DE STEVEN SEAGAL
Estupenda. Está es para mi la mejor película de todas las que ha hecho Steven Seagal (Mejor incluso que en Tierra Peligrosa) La acción es abundante y no te aburres en ningún momento. Algunas escenas son mejorables pero por lo demás genial. Si eres fan de Steven Seagal, está se convertira en tú preferida.
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14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
LO QUE PUDO SER... PERO NO FUE
Esta en mi modesta opinión podría haber sido, sintetizando, la película de Seagal, y una de las mejores películas ¡¡OJO!! en su género y lo cierto es que no le faltan motivos, ya que tanto el argumento como todos los detalles que van surgiendo en la trama van muy acordes a lo que (se supone) debe ser el mundo del aikidoka: que si su antiguo trabajo de guardaespaldas, su devoción por ciertos modelos de pistola, lo relacionado con el arte marcial en cuestión conllevando todo el tema de técnicas meditación, artilugios varios y demás... casi todo ello cosas respetables para una cinta como la que ocupa, no incluiría por ejemplo lo que se ve en las últimas de nuestro hombre: chicas morenazas con curvas voltuosas y semidesnudas y edades que rondan los treinta años (Kill Switch por ejemplo) pero no me desvío más.

A diferencia del resto de sus pelis, aquí y por una puñetera vez, el personaje de Seagal suscita cierto interés, no solo aquí hace de policía, sino que se hace reseña a un oscuro pasado relacionado con la mafia rusa, y además lo vemos siempre con extraños atuendos y collares; Una persona en una pagina web, y no precisamente un detractor de Steven, contaba que era en esta película donde se notaba ya la degeneración de Steven en el cine porque "aquí presenta ropas y colgantes extraños que nadie entiende", es lo típico en estos casos, yo puedo aclarar que por ejemplo los collares que lleva suelen ser piedras o cristales de minerales que actuan de forma positiva en el cuerpo humano desde el punto de vista de las energías que fluyen e interactuan con y entre nosotros; Y muy importante, se están haciendo comentarios constantemente en la película acerca de sus habilidades en la lucha, su ropa, etc... sobre todo por parte de su compañero Ivory Wayans, uno de los malos añade "Hay tantas historias sobre este hombre, que ya no se cuales son verdaderas", Seagal explica de vez en cuando algún detalle sobre sus "talismanes" (llamémoslos así), que lo que hacen es armonizar su alma y sus pensamientos, el mismo dice "soy budista", visita en un momento dado una (creo) herboristería, etc, etc... Lo raro hubiera sido que en ningun momento se mencionase nada sobre estos temas y Seagal apareciese así como si nada, entonces si podriamos decir que algo no va bien.

Otro detalle que quiero resaltar es que aquí es una de las pocas películas donde veremos a Seagal sonreir, incluso reir, realmente me sorprendo de los registros faciales que aquí se ven, ya inexistentes en el resto de sus películas... no se, se le ve con un aire distinto, es como si su interpretación se adapatase perfectamente a lo que exige el personaje de la peli, no es mucho y tampoco era necesario, recordemos que le ponen como "un tipo raro", realmente yo simpatizo mucho él, no me río de él.

Sigo en spoiler, puedo revelar algún detalle...
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
He visto cosas que no imaginaríais...
He visto a Stallone soltándole un gancho a un ruso...

He visto a Bruce Willis limpiando un rascacielos de terroristas...

He visto a Chuacheneguer sacándose un ojo delante del espejo...

He visto a Jackie Chan liándola parda con una escalera...

He visto a Van Damme cargándose a Mr Bison...

He visto a Bruce Lee apaleando chinos con unos luchacos...

Pero nunca he visto una película de Steven Seagal a la que pueda llamar "BUENA".
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Acción (de la buena) y diversión!
Dos peculiares policias (además de dispares) son asignados a trabajar en un macabro caso que está remeciendo la ciudad: un asesino en serie está atentando contra la vida de distintas parejas, que aparecen muertas en sus propios hogares, en lo que parece ser parte de un macabro ritual. Una vez que Seagal y cia entran en acción, se va descubriendo que hay más de lo que parece detrás de todo eso... veamos... tiene un argumento interesante (con varios giros de tuerca incluidos), artes marciales y golpes por doquier al mejor estilo del protagonista (la escena en el restaurant contra los matones de Brian Cox es de lo mejor!)... y varios gags de comedia también (en otras películas no me hubiese reido tanto con comediantes como Keenen I. Wayans, pero he de reconocer que aquí está preciso)... y es que como no disfrutar con esas (elegantes) palizas de Seagal a los matones de turno!!! (siempre he pensado que nunca está de más aprender alguna arte marcial, como el aikido por ejemplo, sobre todo ante ciertos atorrantes que nunca faltan, jaja)... en definitiva esta "Glimmer Man" es de las mejores de Steven Seagal... y atención al espectacular duelo final!! no sólo es el más duro adversario de el aikidoka, si no también el enfretamiento de dos disciplinas marciales: aikido vs ninjitsu!!!

Ah!! y si eres de los que no puede ver ni "en pintura" a Seagal, mejor ahórrate el mal rato... esta NO es tu película...
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
“A mi colega le gusta el country, a mi me va el rock n´roll”
Entretenidísima cinta de acción protagonizada por Steven Seagal y Keenen Ivory Wayans. Esta cinta de la segunda mitad de la década de los 90 recoge todos los elementos de las buenas películas de acción de los 80 y 90 tales como: frases duras y sentenciadoras, tiros, explosiones, peleas… A esos buenos elementos hay que sumar un argumento bastante más elaborado que de costumbre (con un claro ambiente oscuro y ominoso en su trama), pero un argumento que, sin embargo, no acabó de estar todo lo bien explotado que al principio prometía… con ese pasado oscuro del personaje interpretado por Seagal y con la trama de sangrientos asesinatos de marcado carácter religioso cometidos por “El hombre de familia”.

A destacar también que la cinta contiene dos espectaculares secuencias ante las que yo personalmente me quito el sombrero: en la primera de ellas el amigo Seagal se carga con una “simple” tarjeta de crédito a varios esbirros de la mafia rusa (sombrerazo), y en la segunda de ellas Seagal deja KO de una bofetada al recepcionista de un restaurante que no le hacía caso. Sólo por ver esas dos escenas la película ya merece ser vista…

En el reparto hay que llamar la atención al respecto de la buena pareja que formaron Steven Seagal y Keenen Ivory Wayans, dos policías contrapuestos siguiendo la línea de las buddy-movies de los 80. Seagal interpreta a Jack Cole, un inspector con claro gusto y conocimientos orientales y al que le acompaña un pasado bastante confuso. Por su parte, Wayans se metió en el rol del detective Jim Campbell, que viene a aportar un cierto desahogo cómico con algunas de las circunstancias que tiene que vivir al lado de Cole y con sus lloreras cada vez que revisiona ‘Casablanca’. La verdad es que tanto Seagal como Wayans lucieron bastante bien en este film como pareja protoganista.

En definitiva: Una buena cinta de acción con la que pasar una tarde-noche entretenida recordando aquellas buenas épocas en las que Steven Seagal todavía era “alguien” y no “El rey del directo a todo” en lo que se ha convertido hoy en día.

-Lo mejor: Steven Seagal y Keenen Ivory Wayans hacen muy buena pareja. La famosa escena de la "tarjeta de crédito".

-Lo peor: Podía haber sido mejor y no liar las tramas.

-Más en: www.cineycine.com
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Acción y momentos cómicos
Bueno soy bastante fanático de Steven Seagal pero dejando eso de lado, hay que reconocer que las escenas de acción están muy bien compuestas en este film. La manera de pelear en esta película es única, no le ganan nunca. Excepto en el final que le hacen sangrar un poco la nariz.

La trama me resulta interesante y me mantiene entretenido de principio a fin. Cabe destacar que en esta película el personaje de Steven Seagal tiene unos cuantos momentos graciosos, tiene diálogos "espontáneos" que te sacan una risa.

Una gran película si te gusta mucho la acción.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Si no sabes hacer nada más voy a tener que matarte (Seagal)
La sombra de Se7en es alargada e influyó en la estética y el argumento de muchos thrillers de mediados de los noventa como El coleccionista de amantes, Resurrección o este Glimmer man. Seagal acompañado del caricato Ivory Wayans son dos policías que se dedican a investigar los extraños asesinatos cometidos por un violento psicópata y de paso apretar los tornillos a la mafia rusa mientras cuentan chistes malos. A medida que avanza la investigación las pruebas sobre la autoría de los brutales crímenes señalan a Steven como principal sospechoso, que por supuesto tiene un oscuro pasado que se niega a revelar. De modo que nuestro héroe tendrá que demostrar su inocecia, machacar a los malos y resolver el misterio de quién es el autor de los asesinatos.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Producto a la medida Steven Seagal
Steven Seagal es el "leader" indiscutible de los violentos thrillers de buenos y malos de serie B, haciendo siempre el mismo papel de inexpresivo y acartonado personaje, venciendo siempre a tiro limpio y mamporrazos propinados a base de artes marciales. Parece un clónico de Jean-Claude van Damme en versión barata. La trama es la típica del género, con sus mafiosos, contrabandistas, asesinos psicópatas y policías violentos sin escrúpulos salidos de madre. Para no variar, "los buenos" tienen mejor puntería y habilidades con el karate que los malos, que no dan ni una. Y por si fuera poco, mejor suerte. En definitiva, los mismos cliches de toda la vida. La realización es aceptable, en los sórdidos escenarios callejeros de Los Angeles. Se han visto películas peores.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Amena
Empieza con bastante interés, al final decae un poco pero aceptable como para verla un sábado por la tarde cuando no haya fútbol.
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9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Glimmer Man (1996)
Dentro de los actores que han dedicado su vida al cine de acción (Stallone, Schwarzenegger y Van Damme) hay uno que uno que nunca ha tratado de ampliar miras y probar en otro género, Steven Seagal -si es que le podemos llamar actor-. Un especialista en el cine 'one man army' (un hombre contra todos) que se ha convertido en un subgénero en sí mismo en el que cada nueva película que interviene es igual pero cambiando título y villano. Vista una, vistas todas. Si eres de los que les gustó Por Encima de la Ley (1988), Buscando Justicia (1991) y En Tierra Peligrosa (1994) te gustará la mayor parte de su filmografía, si no la opinión será la opuesta.

En Glimmer Man (1996) empezaba el ocaso de su carrera, el que le ha llevado a desaparecer poco a poco de la gran pantalla para ir protagonizando cada vez más películas directas a DVD que inundan las estanterías de los videoclubs, incluso un reality en TV que llevó por nombre Lawman, donde acompañaba a una patrulla policial deteniendo sospechosos por los USA.

En Glimmer Man le dirigió el televisivo John Gray, y se acompaño en el reparto por Keenan Ivory Wayans, Brian Cox y Bob Gunton. En esta ocasión interpreta -una vez más- a un expeditivo policía que tiene que resolver un caso de asesinatos cometidos por un asesino religioso -sí, como en Se7en-. Tiene un compañero (Wayans), por eso de que entre guantazo y guantazo haya alguien con quien charlar.

No soporto a Steven Seagal, su falso rollo budista, sus horteras túnicas, su chulería de portero de discoteca, su estilo de combate que le permite acabar con sus rivales moviendo solo los brazos -aquí afectado además de sobrepeso- y lo peor, un cine que solo gira alrededor de él y que ensalza todas estas 'virtudes' -aunque hay que reconocerle que Alerta Máxima (1992) es un sucedáneo de Jungla de Cristal bastante aceptable-.

Con esta película se repite todo lo del párrafo anterior, subiéndose al carro de los thrillers con psicópata religioso. El cómputo global es lo mismo de siempre, una película mala, como todas las suyas pero digna dentro de la mediocridad que le acompaña -se puede ver sin llegar a bostezar-. Respecto a por qué ver una película si sé de antemano que no me va a gustar, supongo que debo tener un lado oculto coprófago que hace que disfrute tragándome las mierdacas que hace este hombre.
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4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Dos policías entre asesinos en serie, gángsters y humor
Conjunción de situaciones y personajes, todos accidentados. Unas quieren contarnos algo, pero aparecen otras con su propia problemática, y todos ellos se arremolinan sin orden ni concierto.
¿Dónde nos hemos acabado metiendo al final del viaje?

El viaje, hacia las profundidades abisales, lo había iniciado el propio Steven Seagal cuando su megalomanía había alcanzado tal dimensión que solapaba su problema de tiroides; "En Tierra Peligrosa" se puede considerar la última de su etapa dorada, siendo un buen broche de oro al dirigirla él mismo. Pero a mitad de los '90, además de ganarse el desprecio de casi todo Hollywood, sus películas caen en la tediosa repetición; intenta desviarse ligeramente de las típicas propuestas en una cara producción que realiza junto a su aún socio Julius Nasso, si bien esto será otro espejismo.
Sin contar al cómico y cineasta Keenen Wayans, que como sus hermanos merece un mínimo de respeto, el resto de los aquí aglutinados forman desde luego un "cúmulo de talento". Seagal a la cabeza, productor y líder absoluto; Kevin Brodbin, más tarde guionista de "Cazadores de Mentes" y "Constantine"; y John Gray, director televisivo que vino de hacer una tontería llamada "Nacida Salvaje" para después ser el creador de "Entre Fantasmas"...sí, señor, puro talento. Y la verdad es que el inicio de "The Glimmer Man" resulta atrapante, con sus imágenes sucias y oscuras y un nivel de violencia considerable.

Una Los Angeles desprovista de brillo y glamour, de hecho el escenario podría pasar por Detroit, y entre sus calles campa a sus anchas un despiadado asesino en serie; punto de partida interesante, pese a que hemos de superar dos grandes escollos: la irritante afición de Wayans por las frases cómicas y "punch-lines" antes de dejar la escena y la seriedad de un Seagal que se ha convertido definitivamente al budismo, así que los dos actores se interpretan a sí mismos y sin necesidad de esconderlo. Fuerte contraste de estilos y personalidades que ni por asomo congenian (al contrario por ejemplo que las de Bruce Willis y el hermano de Keenen, Damon, en "El Último Boy Scout").
Con el advenimiento de "Seven" llega la explotación del cine sobre asesinos psicópatas, y aquí se ejemplifica dicho fenómeno. Crímenes rituales, imaginería siniestra, fotografía apagada; sin embargo a la propia película esto no le interesa y nos lo hace saber desde el primer momento, en boca del propio Seagal: "Esto no es igual [...]. Es más que eso". Ya se produce el distanciamiento avisándonos de que todo lo referente al supuesto argumento no es más que humo y engaño; la verdadera historia llega con un accidente del guión, donde los protagonistas tienen que impedir que un chiflado produzca una matanza en un instituto católico.

A la dirección rutinaria de Gray, cuyas ocasionales florituras visuales tan de videoclip de los '90 no impresionan a nadie, se suman las incoherencias del cine de acción del momento, más aún el que hace Seagal, y el que se haya abierto esta trama, que envuelve a una especie de señor del crimen (Deverell) con el punto de mira puesto en el recién llegado detective neoyorkino. Lo demás son estereotipos conocidos, como ese protagonista a quien rodea el misterio (otro sucedáneo del Ryback de "Alerta Máxima") o la relación, muy típicamente jovial de la "buddy movie", entre los compañeros, caricaturas en las que no se profundiza nada de nada.
Sorpresa necesaria. A poco de la mitad, la película, muy centrada en las peleas de éstos y los secuaces de Deverell, se deshace, y muy patéticamente, de la única conexión con la historia de los asesinatos: su mismo artífice. Por fin deja de estorbar el único elemento interesante para centrarnos al 100% en el típico "thriller" de malos contra buenos de Seagal, si bien de todas formas no se tomaba en serio desde mucho antes (Cole y Campbell bromean mientras analizan el "modus operandi" del psicópata...de no creérselo); en realidad el guión se preocupa más por la identidad de Cole que por la del asesino serial.

Esto entronca con la lógica de Seagal: "¿Una película mía donde se le concede más importancia al villano que a mí?, habráse visto". Dicho esto no queda nada, a lo mejor violencia gratuita de cómic (me encanta ver a un hombre atravesando una ventana desde un edificio, aterrizar en un coche y comprobar que sólo se ha magullado un poco la mejilla), secundarios que aparecen de manera penosa (Stephen Tobolowsky y Brian Cox, que no saben qué pintan aquí; Michelle Johnson, a quien cortaron todas sus intervenciones en la sala de montaje) o simplemente para morir...
No falta añadir leña al fuego sobre el pasado del protagonista (siempre le tratan como un ser inmortal, al actor le gusta sentirse así) ni situar al clásico matón un poco desobediente que tendrá su gran duelo final con éste. Una de las cosas más destacadas es que, debido a la conversión budista de Seagal, su álter-ego admite su negativa a la violencia y a matar, de ahí que ésta sea una de las pocas veces en las que acaba herido en pantalla; el batiburrillo narrativo y de géneros y la falta de conexión con los personajes y la historia deja al descubierto un guión que es un agujero en sí mismo, rellenado con tópicos.

Quiere ser "Seven", "Arma Letal" y "Buscando Justicia" y no puede ser ni una cosa ni otra; no sorprende que, a pesar de entretener con sus carencias (sí, a pesar de todas las que tiene), fuese un desastre en taquilla, ni que a partir de entonces las actuaciones de Seagal sólo fueran registradas en producciones directas para el mercado del vídeo.
Para animar la situación, las demandas contra él por acoso, agresión sexual y maltrato laboral seguían aumentando y siendo carne de noticia pública...
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
El hombre que brilla poco
Quiero recordar hace muchos años haber visto la publicidad de esta "Glimmer Man", cuando apenas conocía a Steven Seagal salvo que era un maestro de las artes marciales reconvertido al cine de acción, eso creía yo, y pensé que no tenía mala pinta. Efectivamente, una primera ojeada nos podría dejar buenas sensaciones pues John Gray se sube al carro del thriller de psicópatas con aire de buddy film, todo muy noventero. O lo que es lo mismo, una combinación de "Seven" (1995), "El silencio de los corderos" (1991), "Arma Letal" (las tres primeras de 1987, 1989 y 1992) y "El último Boy Scout" (1991). Sin ir más lejos el Damon Wayans de la última es el hermano del Keenen Ivory Wayans de ésta.

Sea como fuere, "Glimmer Man", que podría traducirse como "El hombre centella" y hasta tal vez "El hombre que brilla", realmente brilla poco. Como algunos señalan, aquí empieza el desvarío de Steven Seagal no porque se dé demasiado autobombo sino porque saca a relucir todo su rollo filosófico oriental sin venir a cuento. Mientras tanto tenemos un relato que parece jugoso, una serie de asesinatos rituales, pero que acaba perdido en una serie de tramas que no se sabe cómo se van a juntar. Las cosas marchan por inercia y la acción es ilógica o fantástica, sin descuidar alguna pifia cutre acelerando la cámara para que Steven parezca más rápido. Con todo, no termina de aburrir y Wayans tiene gracia.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Entretenida
Nuestro entrañable Seagal comenzaba a mostrar signos de que lo mejor ya lo había dado, pero aún así en esta película cumple, pretende introducir cierto humor (gracias sobre todo a Keenen Ivory Wayans) y con una trama interesante consigue crear un ambiente oscuro en algunos momentos y demasiada vista ya en otros (tanto en su filmografía como en el cine de acción en general.

Resumiendo, nada nuevo bajo el sol, pero bien hecho.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Para pasar el rato
No se le puede pedir demasiado a Seagal, aquí hay una particularidad, se sonríe varias veces, cosa que me llamó la atención ya que creo nunca ocurrió en ningún film, al menos que yo vi, se ve que la pasó bien. En fin, la trama se desarrolla alrededor de un excéntrico policía (con su vestimenta budista, cola de caballo, collares y demás accesorios que poco a poco fue incorporando a sus personajes a medida que iba engordando, aquí claramente se lo ve con sobrepeso) que es trasladado para investigar unos asesinatos similares de carácter religioso. Le asignan un compañero (Keenen Ivory Wayans) que lo acompañará en ese raid de golpes, tiros y muertes. Por supuesto el guion es enredado como si hubieran querido parecerse a Seven y en medio le agregaron algo de Misión Imposible y que termina perjudicando ya que no desarrolla correctamente ninguno de los dos temas. Por supuesto, hay golpes de todo tipo de Seagal, muchas escenas de acción y algunas partes de humor. En síntesis, es una pelicula para ver en forma distendida y olvidar rápidamente.
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8
¿TE CONOZCO DE ALGO? SÍ, TIRASTE A MI NOVIO POR LA VENTANA
Pasado el ecuador de la década los 90 seguían su curso, y por probar que no queda, incluyendo la opción de rescatar la fórmula de buddy movie californiana reemplazando a Bruce Willis y a Damon Wayans por el coletas haikidoka de ascendencia rusa e irlandesa con el hermano de Wayans, creador de 'In Living Color' y futuro director de 'Scary Movie 1 y 2' más serio intentando rascar algo de química y sin contrapunto clown en Seagal. Lo cierto es que lo que hace Wayans recuerda a lo que haría su hermano Damon, esta vez sí, en la futura adaptación a la tele de 'Arma Letal' interpretando a Roger Murtaugh.
Por lo demás Seagal vuelve a las calles, a su zona de confort y más terrenal con camellos de barrio (angelino, repito), pandilleros y gente de poca fiabilidad -Bob Gunton y Brian Cox en modo "dame el dinero y hago lo mío"- recibiendo lecciones de quiromancia, budismo y espiritualidad pregalletera. Lo de si su chaqueta dorada cuenta o no como arma (por el daño que puede infringir observarla más de 5 segundos) habría que debatirlo aparte:
"- Como vuelvas a golpearme ni todas las pócimas chinas podrán arreglar lo que te haré.
- No deberías meterte con esas pócimas chinas porque tengo una en el bolsillo que curará tu contusión.
- ¿Qué contusión??
- ¡Esta contusión!"
Y de paso, además de galletas, hay papelitos para repartir entre Nikki Cox ('Infelices para siempre') interrogada por Seagal - yo te conozco de algo, ¿verdad? Sí, tiraste a mi novio por la ventana- Alexa Vega ('Spy Kids') como su hija y el cocreador de 'John Wick' y director Chad Stahelski pluriempleándose haciendo de ladrón de coches mientras, supongo, curraba como stunt o coreografiando la acción. Tanto a él como Simon Rhee (saga 'Campeón de Campeones') les toca recibir cera por exigencias de guión.
Stephen Tobolowsky ('Memento') hace lo que no te esperas de un actor de su nivel en estos casos: esforzarse como si pelease por un Oscar con apenas 5 minutos de intervención.
Puede que lo más lucrativo y perdurable que John Gray haya hecho sea crear, no demasiados años después, la serie 'Entre fantasmas'. Porque dirigiendo no es David Fincher.
Se deja ver... y la olvidarás, pero funciona a pleno plumón como un pasatiempo de balas, manos fracturadas y rosarios tibetanos.
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3
¡Déjalo ya, Steven!
No insistas. Déjalo. Si te queda un ápice de decencia, renuncia. ¿Acaso no te das cuenta que eres absolutamente incapaz de hacer una película buena? No digo ya una película increíblemente buena, al estilo de las películas de Jason Bourne, me refiero una peliculita de acción más o menos pasable para una tarde de domingo cuando no hay nada mejor que hacer. No puedes. No tienes lo que se necesita. Ni los directores que te cometen el error de dirigirte ni los guionistas zombis que te escriben el libreto.

¿Qué intentaste hacer aquí? Un "buddy-film" policial, al estilo Arma Letal o El último Boy Scout, con un aire a Seven o El Silencio de los Corderos (brutal asesino en serie, cadáveres por todos lados, mucha sangre, etc.)... un experimento, din duda alguna, fallido, fracasado, como todo lo que haces. Por más espectacularidad, suspenso, acción, intriga y toques de humor que hayas querido agregarle, al final no ha sido más que lo mismo de siempre: apareces en cada maldita escena repartiendo patadas y golpes a los malos a mansalva, sin siquiera despeinarte. Tu cara de piedra, como siempre, apenas puede articular la más mínima expresión. Tu cola de caballo ridícula agitándose con cada golpe. Tus aún más ridículas ropas de indio-maestro-samurai. Y lo peor: la inexistente química entre tú y tu "compañero de aventuras", nada menos que el inefable Keenen Ivory Wayans. Aunque, comparado contigo, querido Steven, Keenen parece Antony Hopkins.

Para terminar, lo dicho. Más de lo mismo. Lo mismo que haces en todas tus películas. El mismo personaje. La misma incapacidad de actuación. La misma cola de caballo vomitiva.

Hazme caso, Steven: ¡Déjalo ya!

Gracias.
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2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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