arrow

755 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
8
Maldita y bastarda metralleta cinematográfica
1. El triunfo de la voluntad

Más un cineasta maldito que bastardo, Quentin Tarantino tiene innumerables padres cinematográficos que tejen, sobre diferentes tonos y géneros, un compendio fílmico cuya individualidad supera el conjunto que ofrece el mosaico de referencias. No se trata de una conexión directa con el género o el filme que origina el título de la cinta, “Aquel maldito tren blindado”, sino que el talento y estilo propio del cineasta se impone creando una nueva visión dimensionada del autor. Es así un filme puramente tarantiniano cuyos orígenes quedan borrados y ametrallados por la cinefilia y genialidad.

La secuencia que abre la película es simplemente monumental: aparece el título «Capítulo 1: Érase una vez… En una Francia ocupada por los nazis». Se abre como un western con tono clásico a lo Ford o Eastwood con la banda sonora de “El álamo” en los créditos, pero alude también al spaghetti western con vistas a Leone y a su fiereza. La planificación es maravillosa y se sostiene con referencias propias: diálogos continuos rellenado una larga secuencia hasta que la violencia encumbra el clímax.
Esa lucha constante entre el cine clásico y la serie B hace erigir el triunfo de aunar la elegancia, precisión y monumentalidad clásica con la originalidad, provocación y radicalidad del cine alternativo. Tarantino es el único cineasta que ha alcanzado el equilibrio perfecto entre ambas corrientes creando un estilo propio.

2. Teléfono negro, hoy volamos hacía Paris

“Malditos bastardos” presenta a uno de los villanos más maquiavélicos de la historia del cine, el coronel Hans Landa, que construye en la apertura el leitmotiv de toda la cinta: un simple disparo puede cambiar toda una guerra como si de un efecto mariposa se tratase. No sólo es una representación conocida del concepto del azar sino del conocimiento personal y las vivencias. Es importantísimo el juego de idiomas en el guión y el pasado que arrastran los personajes como los actos que desencadenan.

La recreación de la Segunda Guerra Mundial no es un retrato de las trincheras, ni del campo de batalla sino de pura negociación (las situaciones en todas las secuencias se resuelven siempre así). También de imposición del cine sobre la cultura universal y los designios de la civilización. Hay cierto grado de anacronismo lírico fundido con la brutalidad de la violencia. De cine extremo entre cigarros fundidos en humo y llamas. Es puro celuloide incandescente con infinitas lecturas metacinematográficas, como si todo fuese una metralla de fotogramas quemados por la celeridad antes del impacto.
“Malditos bastardos” es un monumento cinematográfico a la historia del cine. Un acto de amor brutal, combativo y suicida donde la ficción reescribirá el cine salvándolo. Tarantino, de hecho, ha vuelto a rehacer la historia del cine salvando a toda la humanidad. A todos nosotros.
[Leer más +]
601 de 796 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La reescritura de la Historia mediante el cine, instrumento de batalla
Para mí, una obra maestra.

El primer, digamos, fragmento, con la visita del temible coronel nazi Hans Landa a una granja en busca de judíos ocultos, está entre lo mejor que haya rodado Tarantino jamás. Oro puro. La tensión y el suspense que crea mediante diálogos, silencios y miradas resulta absolutamente de órdago. Comienza apoyándose en los códigos del spaghetti western y, rápidamente, en ese mismo fragmento o capítulo, muta en un duelo psicológico de aúpa, capaz de tener con los huevos de corbata a cualquiera. Ese largo diálogo, que se corta con un cuchillo, entre Landa y el granjero Lapadite es del todo angustioso gracias al pulso del director, dilatando deliberadamente los tiempos de la conversación, y a la excepcional interpretación de Christoph Waltz y Denis Menochet. Ahí la película ya me tenía ganado.

Tras este comienzo por todo lo alto, Tarantino continúa su narración mediante capítulos, desgranando situaciones y sucesos que, poco a poco, conformarán un todo hasta desembocar en un final muy coherente y bien atado que transgrede la Historia remodelándola a su antojo (y con dos cojones más gordos que el caballo de Espartero) mediante el instrumento, inmejorable, de una pantalla de cine. Cada capítulo, en principio independiente pero que forma parte de una unidad perfecta, es delicioso en sus diferentes estilos remezclados y de enorme riqueza a tenor de los muchísimos detalles que contiene y que seguro se apreciarán mejor en posteriores revisiones.

Los diálogos (y algunos duran, no sé, casi 20 minutos), las interpretaciones, los guiños, las referencias cinéfilas y las esporádicas incursiones de la violencia, en brutales estallidos que coronan y zanjan un dramatismo gestado sin prisa alguna, constituyen las herramientas de un director que, con "Inglourious Basterds" ha creado, desde mi punto de vista, una de las películas más interesantes y audaces de los últimos años. Tarantino ha vuelto a demostrar que no hay en él nada conformista y que continúa renovándose a sí mismo, evitando resultar plano y predecible.

Obligatoria.

PD: Y mucho ojo a la actriz Mélanie Laurent, impresionante en su encarnación de uno de los mejores personajes que he visto en toda la filmografía tarantiniana. Ella es Shosanna.
[Leer más +]
334 de 440 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
150 MINUTOS DE... DECIDAN USTEDES.
No me voy a poner a discutir si Tarantino es un fan del cine bélico, si tiene cientos de exégetas (que los tiene) defendiéndole por doquier, si reinventa la rueda (fílmicamente hablando) o de si ama el cine hasta tal punto que lo usa como arma para cambiar la Historia.

No. No me apetece.

Tengo la sensación de que Quentin se repite cual inacabable cantinela.

Trata de realizar una deconstrucción postmoderna de los géneros clásicos a través de la anacronía y la autoconsciencia, pero yo he llegado a un punto en el que me aburro.

Me aburro de sus citas cultistas pensadas de cara a la galería de Cannes, de su concepto de las escenas como compartimentos estancos apenas relacionados, de su estructura en capítulos, de su autocomplacencia en la escritura (que lleva a que los diálogos se alarguen en demasía, hinchando algo que podría haberse narrado en 90 minutos) y de su actitud general de niño mimado que no se toma las verduras ni hace los deberes, pues sabe que papi Wenstein le dejará rodar la película que quiera, lo que le convierte en una suerte de cineasta/guionista con el hinchado ego de un director europeo que pasa por completo de las recglas (como Haneke) y ganas de realizar cine de entretenimiento netamente yanquis.

En fin: a un servidor la cosa ya le cansa. Quentin tendría que realizar una cura de humildad, limar diálogos, buscar que sus guiones tuvieran una mayor armonía y dejar de escribir las películas como si fueran chistes que todo el mundo le fuera a reír.

Eso creo yo.

Lo mejor: El uso del formato panorámico y Christoph Waltz.
Lo peor: ¡Dos horas y media para contar algo que podría durar 60 minutos menos!
[Leer más +]
513 de 860 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Tarantino nos guste o no nos guste es así
Si me dicen que esta película es una payasada estaría de acuerdo.
Si me dicen que algunos diálogos son un tanto psicodélicos estaría de acuerdo
Si me dicen que es una hostia a la historia estaría de acuerdo
Si me dicen que que Tarantino se pasa de rosca estaría de acuerdo.
Si me dicen que los actores sobreactúan estaría de acuerdo.
Si me dicen que es un tanto ridícula estaría de acuerdo.
Si me dicen que hay escenas delirantes estaría de acuerdo.
Si me dicen que es comercial estaría de acuerdo.

Y si me dicen etc.etc.etc también estaría de acuerdo

En lo que no estoy de acuerdo es que se nos olvide que estamos viendo cine,
y que pocos directores hacen cine como Tarantino, los genios son así, hacen cosas geniales y diferentes, y gusta o repele según quién sea el espectador.

La película es súper divertida, inteligente, amena, y una gamberrada sin igual, Tarantino
no reescribe la historia, se ríe de ella y lo hace estupendamente, fiel totalmente a su estilo, y dejando patente, digan lo que digan, que la mediocridad queda para los directores mediocres, cosa que Quintín por supuesto no lo es, una pena que se prodigue tan poco.

En cuanto a las actuaciones, genial Christoph Walz, muy gracioso Brad Pitt, metido en un papel delirante, los secundarios todos partientes, desde el comandante de la Gestapo, hasta a los absurdos compañeros de correrías de Brad, una gozada.

Película de humor cien por cien, aventuras, gansada absoluta y súper divertida del amigo Tarantino.

¿153 minutos? ¡Joder que corta se me hizo!

Le pongo un ocho, pero el cuerpo me pide ponerle algo más, me lo he pasado bomba
[Leer más +]
202 de 265 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tarantino sorprende menos pero seduce más
Entretenidísimo folletín de fantasía bélica con un reparto lleno de caras conocidas (tanto las estrellas, como los cameos) y que hubiera podido ganar mucho con unos recortes en la sala de montaje. Sin embargo, te quedas con el capítulo 1, un prólogo ejemplar donde "el villano", un coronel nazi llamado Hans Landa es presentado al espectador en un crescendo de tensión leoniana muy bien llevado: el mejor diálogo de toda la película se produce en esta escena y lo curioso es que este diálogo es uno de los pocos que ha escrito Tarantino para definir al personaje y no para definirse a sí mismo. Por mí, que siga por este camino siempre.

Flojo Brad Pitt y su cuadrilla de Bastardos: quizás un resquicio de molonidad adolescente que queda en la progresiva escalada de Tarantino hacia la madurez de su estilo. Lo que pasa es que la película tiene un tono bastante más alto que Brad Pitt rapeando su discurso bélico al grupo de vengadores hebreos y claro, escenas así acaban por bajarlo. Mucho mejor trabajada y llevada la historia de Shoshanna, el pretendiente nazi y el colega negro, es más, diría que en realidad la peli está concebida como un vehículo narrativo para invocar su venganza y lo de los bastardos no es más que el peaje que se paga para insertar el necesario reclamo de golfería tarantiniana.

Me sobra un poco toda la parte en la que interviene el personaje de Diane Kruger y no porque la actriz lo haga mal, todo lo contrario, sino porque se ha tenido que comer la parte del guión más redundante e innecesaria. Un blablabla de relleno que recuerda un poco la mecánica los tan populares diálogos de nuestras amigas de "Death Proof".

Si se quiere jugar a encuentra la referencia cinéfila, hay homenajes a los de siempre y además a los clásicos de aventura bélica, muy especialmente a "Doce del patíbulo", de la bebe ya no fuentes, sino manantiales. La novedad es que ahora estas influencias ya están tan integradas en el cine de este director, que al contrario que ocurría en sus otras películas, ni siquiera parecen ya influencias, sino rasgos propios de su cine.

Para terminar, decir que no lo pasaba tan bien con una peli de ambientación bélica desde la magnífica "El libro negro" de Verhoeven: me da la impresión de que si bien no despertará grandes pasiones, tampoco defraudará a los que acudan al cine a ver qué ha hecho ahora el viejo niño terrible.
[Leer más +]
159 de 229 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
La caída paulatina de los hombres con talento
Y otra vez más. He perdido la cuenta del número de veces que, en esta década de caos y decadencia fosforescente, he salido de la sala negando con la cabeza y mirando al suelo, diciendo que no, Quentin (o el que toque). Que tú tienes talento. No caigas tú también en la mediocridad pandémica, infinita, que todo lo cubre y todo lo idiotiza.

Ya... Lo sé, es un cliché. El victimismo y tal. Esto ya no es lo que era, the times they are a-changin' and I am lost overhere looking for a reason to live one. Pero es que, por increíble que parezca, una verdad no deja de ser cierta a través de la repetición. Y tal vez haya que preguntarse por qué esta década que está acabando ha sido la peor en la historia del cine. Los motivos no caben en una crítica de 3000 caracteres, así que este no es el sitio. Aquí sólo me cabe la queja, las tres palabras desapasionadas del que está cansado de verlos caer, uno tras otro, en ese lago de hojas grises o de directores que vagan sin rumbo.

Y uno se dice: joder. Si estos tíos fueron buenos; muchos de ellos fueron grandes en su día. Y uno piensa que gente como Tim Burton, Steven Spielberg, Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Brian de Palma, Clint Eastwood, Julio Medem y Roman Polanski deberían ser focos de la cultura. Guías para el cine, que, hijas de su tiempo, le dijeran al mundo: mirad, gente. Esta es la imagen del 2000, la foto de estos días. Miradla bien, porque dentro de unos años os recordará a esta época. Sólo hay calidad en ella, y en virtud de mi condición y del don que me ha sido concedido, sólo yo puedo hacerla. Sólo hay calidad en ella.
[Leer más +]
296 de 504 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
¡Eso es un Bingo!
Inglorious Basterds no se disculpa, no pide perdón. A Tarantino no le importa si lo que hace ofende, tampoco los estereotipos y clichés, esto es cine en el estado mas puro. Quentin puede crear escenas inmensa de tensión y de repente lo mezcla con comedia en momentos de alta genialidad, nunca estarás seguro si debes mirar con repugnancia o morirte de risa, de cualquier manera es una montaña rusa imperdible. No es para todos, sobre todo si no eres un fan del estilo de Tarantino, se puede hacer un poco difícil de seguir, pero igualmente es un film que merece ser visto. Ningún aficionado al cine debería perderse esta obra maestra. Y la performance de Christoph Waltz... que los Oscar no se atrevan a ignorarlo!
[Leer más +]
162 de 242 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Cinco (por el c**o te la h***o)
Recuerdo perfectamente el día en que me hice fan de Quentin Tarantino. Fue en 1993, en un cine ya desaparecido de mi ciudad. Eran las cuatro de la tarde y habría, a lo sumo, cinco o seis butacas ocupadas. Había oído y leído maravillas acerca de la ópera prima de un desvergonzado e impertinente jovenzuelo que, decían, revolucionaba no sólo el thriller sino las bases mismas del cine contemporáneo, y me moría de ganas de comprobar si era cierto. Falso, era todo falso: “Reservoir dogs” no era lo que decían, sino que resultó ser más, mucho más, era un giro de 180 grados en el modo de entender no sólo un género o incluso el cine sino la realidad misma. A pesar de la mala calidad de una copia descolorida y llena de lamparones, uno intuía que aquella brillante exhibición de dominio de los resortes narrativos y visuales del cine era, con todas sus imperfecciones, más que una simple película, era el espíritu de una época hecho cine.

Las siguientes pelis de Tarantino las fui viendo en cines abarrotados de un número creciente de seguidores rendidos a sus encantos, y aunque tanto la apabullante “Pulp Fiction” como la madura e injustamente infravalorada “Jackie Brown” evidenciaban el incontestable talento de su autor y bastarían por sí mismas para justificar toda una carrera, con algunas de sus aventuras paralelas empezó a mosquearme la sensación de que, por mucho que hubiera siempre gente dispuesta a reírle todas las gracias, el talento de Tarantino tenía también sus limitaciones. Las dos entregas de “Kill Bill”, pese a su desbordante despliegue visual, mostraban evidentes síntomas de agotamiento de una fórmula que, jugueteando con la banalidad y la parodia, corría el riesgo de convertirse en un espejismo tan brillante y entretenido como vacuo y desprovisto de significación.

Del mejor cine de Tarantino apenas quedan, en “Malditos bastardos”, quince tristes minutos, los primeros, los que separan los títulos de crédito y la primera aparición de ese cretino que, no en vano, encarna Brad Pitt: un amago de western alpino, tenso y claustrofóbico, resuelto en una brutal tormenta de disparos y serrín. Después, nada. Un interminable y superficial espectáculo de argumento amorfo, arrítmico y deslavazado, protagonizado por personajes planos y desdibujados que mantienen entre sí soporíferos diálogos que nada aportan a una acción ya de por sí boba e inmasticable, cuyo único punto de apoyo es la excelente actuación de Christoph Waltz y que avanza, de cabezada en cabezada, hasta los idiotas minutos finales. Es triste admitirlo, pero da la impresión de que el talento de Tarantino, como el cine en que vi “Reservoir dogs”, se ha ido, tal vez para siempre. Su inagotable repertorio de ocurrencias parece limitarse, ahora mismo, a hacer algún chistecillo con el número de la nota que, como mucho, su peli se merece. Y aunque no le faltará quien se lo ría, yo recordaré, a partir de ahora, el sábado de enero de 2010 en que dejé de ser fan de Quentin Tarantino.
[Leer más +]
131 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Once upon a time, in my fucking head
¿Quién dijo rigor histórico? Tarantino desde luego no. Y es una suerte, ya que todo lo que sale de la cabeza del enfant terrible por excelencia del cine americano, acostumbra a ser mucho más divertido que la realidad. Y en esto se apoya ‘Malditos bastardos’, en aquel principio universal que nos dice que “drama más tiempo es igual a comedia”. Pero como a estas alturas ya todos conocemos las tendencias de este inclasificable director, es de esperar que no sólo las risas se adueñen de la cinta. Como no podía ser do otra manera, la mezcla de géneros es casi el motivo de existir de sus productos, y éste no es la excepción. En efecto, esta auténtica cafrada bélica hace reír, crispa los nervios -en el buen sentido- y hasta se permite el lujo de aburrir en algún que otro tramo.

Recuerdo que cuando llegó a nuestras salas el castrado proyecto Grindhouse se planteó la siguiente pregunta: ¿Opinaría lo mismo de ‘Death Proof’ si no la hubiera firmado Tarantino? Una cuestión absurda a mi entender, ya que sin él, la película hubiera sido radicalmente diferente... o ni siquiera hubiera llegado nunca a hacerse. Quentin es Quentin. Suena absurdo, pero en realidad es uno de los mayores cumplidos a los que puede aspirar cualquiera que pertenezca al selecto grupo de directores que realizan cine de autor. En una cafetería de Los Angeles, en un centro comercial o en un abarrotado local de la capital del país del sol naciente... poco importa la localización, ni las circunstancias que rodean a la historia, pues su estilo es siempre palpable. Incluso en una casa rural francesa en el año 1941.

Ahí es donde arranca magistralmente ‘Malditos bastardos’. La manera en que aparecen los personajes, y la banda sonora de Ennio Morricone nos remiten al mejor western, un género que -sorpresa- le sienta de maravilla a este convulso periodo histórico. Con la aparición en escena del coronel Hans Landa se hace el silencio absoluto. Christoph Waltz justifica en cada mueca, en cada frase que pronuncia el por qué de su premio al mejor actor recibido en la última edición del Festival de Cine de Cannes. Este risueño y políglota “caza-judíos” es capaz de provocar la carcajada y helar la sangre al respetable siempre que se lo propone. Gracias a él y a la cada vez más sabia planificación de Tarantino (excelente su capacidad para crear tensión de la nada), el primer capítulo de esta brutal venganza se descubre como una pequeña porción de cine con letras mayúsculas... lista para ser devorada -y estudiada- una y otra vez.
[Leer más +]
69 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Bla bla bla
Todos los personajes hablan igual, con las mismas expresiones y la misma construcción de frases; y a todos les gusta escucharse a sí mismos y soltar parrafadas y parrafadas y bla bla bla..., y así la película se convierte en otro aburrido monólogo tarantiniano más.
Cada vez que la película parece coger ritmo, los personajes empiezan a soltar discursillos o se enzarzan en diálogos intrascendentes y bla bla bla..., y la narración se estanca; si estos altibajos son un recurso narrativo a propósito no lo sé, pero a mí me aburren, las escenas se hacen interminables. A la hora de metraje llegué a suplicar de rodillas a San Kieslowski que en la historia aparecieran más personajes tan poco locuaces como el "Oso judío", el único de la película que no parece una cotorra.
En fin, la película sufre de un exceso de verborrea (sobre todo en la primera mitad) que alarga innecesariamente una historia que se podría haber contado más ágilmente en hora y media. Está claro que Tarantino jamás dirigirá una película muda, no sabría cómo hacerlo, no parece disponer de recursos cinematográficos al margen de la estructura narrativa y los diálogos y el bla bla bla...,; mi impresión es que, precisamente por dominar dichos recursos, abusa de ellos hasta volverlos contraproducentes.

Especialmente absurda es la salida de tono narrativa en la que aparece, a mitad de película y sin saberse de dónde ni por qué, un narrador en off que explica la alta capacidad de combustión de la película de nitrato y bla bla bla. Supongo que esto a los fans de Tarantino les parecerá una genialidad más.
También es de una falta de creatividad alarmante, a estas alturas propia de una película de serie z, las formas en que muestra el escondite de la familia judía y la ubicación de los explosivos durante la proyección nazi.

Como siempre, se hace un uso efectista de la banda sonora marca de la casa, algo de sobra conocido de sus películas anteriores y que en esta ocasión funciona bastante peor.

Lo mejor es la interpretación que hace Christoph Waltz del coronel nazi (Brad Pitt vuelve a confirmar, con todo su repertorio de muecas, que más que un actor es un cacho-carne con tirón en taquilla).
[Leer más +]
89 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cuando un vaso de whisky y otro de leche saben a lo mismo
A Tarantino le encanta Tarantino, esto es algo evidente, pero si su amor propio da como fruto películas como Inglorious Basterds, alabado sea.

Mucho se ha hecho esperar la película bélica de Tarantino (esperemos que no tarde tanto en sacar su particular western, pues estoy casi seguro que tarde o temprano llegará) y quizá como por bélica se suele entender disparos, bombas, trincheras y demás jerga militar, en ese aspecto puede que se lleven una ligera decepción los espectadores.
En cambio, los que van al cine buscando eso, buen cine, no creo que salgan defraudados.

El tito Quentin vuelve con las pilas recargadas, con muchos de sus toques que le han caracterizado en sus anteriores producciones, pero además, con un ligero toque ahora de experiencia sabia. Vamos, que se nota que va cogiendo tablas y lo que antes era gamberrada visual muy original ahora se torna en una equilibrada baza de impacto visual con ritmo más pausado y diálogos igual de eficientes pero no intrascendentes, sino que tienen su quehacer en el guión. No son relleno molón, sino parte de la trama.
Sigue teniendo una mano extraordinaria para seleccionar su banda sonora, que se funden perfectamente a las imágenes como el queso de un sándwich mixto.
Otras características que vuelve junto a tarantino son su gran variedad de géneros, destacando la vis cómica de la que ya hacía gala y su acción violenta estilizada; el reparto coral siempre cumplidor, esta vez destacando un Christoph Waltz que todos coinciden en elevarle a lo más alto, pero también destacando la espléndida Mélanie Laurent, el joven Daniel Brühl (que película a película se está convirtiendo en un gran actor) y Brad Pitt que conforme envejece se vuelve más interesante; y una cuidada y enormemente planificada fotografía que deja planos y secuencias que pronto pasarán a la historia, como ya pasaron anteriormente el duelo a pistola entre Keitel y Buscemi, el corte de la oreja, el discurso bíblico de Jules, el baile de Travolta y Thurman o la escapada de la Mamba Negra del ataúd enterrado.
Como característica nueva podemos encontrar un ritmo igual de atractivo (en las dos horas y media que dura casi el film jamás noté el paso del tiempo) pero esta vez deja paso a un ritmo más pausado, esperando que las acciones se cuezan a fuego lento de brasas incandescentes y no en una hoguera de leña.

No comentaré nada acerca de la ficción histórica y las licencias que se toma Tarantino al escribir la película porque ya he leído bastantes spoilers y chafadas en otras críticas como para repetirlas, sólo aclarar que a mi no me molesta en absoluto, me parece bastante original y atrevido por su parte.

(Continúo en el spoiler por sobrepasar los 3000 caracteres, pero sin desvelar nada de la trama)
[Leer más +]
53 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Pájaras como las de QT no las pillaba ni Induráin viéndole zarandear el culo a Pantani en plena montaña
Me habían contado pestes de esta peli pero yo, lejos de dejarme influenciar por el talante gafapastil de dichos comentarios, estaba dispuesto a defender el talento de QT a capa y espada. Tanto es así, que incluso antes de ver la peli de marras tenía esbozado ya un ferviente alegato en defensa del que consideraba, hasta la fecha, el último apóstol del populacho cinéfilo. Huelga decir que, tras visionar “Malditos Bastardos”, ese ingenuo alegato descansa en paz en mi papelera de reciclaje y el tono de mi crítica va a ser otro muy distinto.

Va a ser un tono muy distinto porque QT, nuevamente, me ha decepcionado. Y es que parece mentira que ese adalid de la osadía narrativa, de la parodia reverencial, del humor bizarro y de la violencia inteligente haya sido capaz de consumar semejante pedete. Máxime cuando venía de perpetrar un trasnochado subproducto denominado “Death Proof” y sabía de sobras que sus más enconados detractores estarían esperándole con el cuchillo entre los dientes dispuestos a abrirlo en canal a las primeras de cambio. Pero no, está visto que QT no escarmienta y que le importa un carajo recuperar o no el nivel exhibido en sus primeras obras maestras con tal de llenarse los bolsillos y entretener al personal con sucedáneos como éste.

Quiero que conste en acta que no me molesta en absoluto que QT se tome sus licencias y se pase la historia por el forro de los güevs. Tampoco me fastidia en exceso que sus supuestas gamberradas se limiten a mostrarnos la violencia de forma tan explícita. Ni tan solo me disgusta que homenajee de forma tan torpe a sus referencias cinéfilas o que la composición de sus personajes sea, francamente, mediocre. Lo que me jode sobremanera es que la pájara que pilla QT a media peli es tan escandalosa que no quererla ver es un acto de hipocresía imperdonable. Porque si bien un servidor sería capaz de disculparle a QT todos los deslices mencionados, lo que no puedo tolerarle es que consiga arrancarme bostezos como los que proferí en esa interminable y tediosa secuencia de la taberna. O sea que de entretenida, nada. Yo casi diría que “Malditos Bastardos” es como una especie de bocata con un pan (el principio y el final) que se puede comer pero que contiene un relleno excesivamente pringoso e insípido.
[Leer más +]
77 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Si no te gusta esta "movie"... es que no te gusta el cine
Dalo por cierto aunque en principio la hipótesis sea refutable. Es un hecho científico, objetivo, demostrado, palpable. Si no te gusta esta película es que realmente no te gusta el cine. Puede que imagines lo contrario, pues quizás seas alguien cultivado, erudito, que se acerca al cine como un sesudo intelectual que busca expresiones artísticas “profundas” o “elevadas”. Pues no, ni hay que ahondar tanto en lo insondable ni hay que flotar tanto en lo etéreo. El cine es justamente lo que has visto en Inglourious Basterds. Y si no te gusta, es porque realmente no te gusta el popular séptimo arte; ni tampoco te gusta la música popular; ni el cómic; ni la televisión; … Y posiblemente serás un individuo estirado, serio y pedante, sin sentido del humor, que no capta las frivolidades, ni las ironías, ni los sarcasmos, ni las transgresiones, ni las gamberradas inteligentes, ni los guiños cinéfilos… Sí, seguramente serás alguien que no se emociona con unos planos magníficos que bailan con la música, alguien que no se divierte con un guión ingenioso, ni con la chispa de diálogos ocurrentes, ni con actores estupendos, ni con un buen montaje, ni con un magnífico vestuario, ni con una estupenda fotografía.

Opina desde tu púlpito de eclesiástico o conservador pedante, pero que sepas que no cuela tu impostura: si no te gusta esta “movie” es que no te gusta el cine.
[Leer más +]
44 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Permítame besarle el culo, señor Tarantino.
No paso por licencias históricas, y aún menos si son de la historia reciente. Ya me cabreó eso muchas veces, y en todas ellas me acordé de los muertos respectivos. Los tuyos no van a ser menos, por muy endiosado que te tengan.

No paso por interpretaciones histriónicas, por muy guaperas que sea el interfecto, y aqui me las quieres meter dobladas. Dile al Pitt que se mire alguna peli bélica de las de los viejos y buenos tiempos, y que aprenda algo de lo que era interpretar a un tipo duro sin escrúpulos.

No paso por coñazos insoportables cuya duración se excede en más de lo que tarda el aburrimiento en crearme sueño, y tú me has colado un tostón repleto de diálogos coñazo, que ni van a ninguna parte, ni pasan de ser monólogos que se interrumpen por otros monólogos. Una hora buena que le sobra a esta birria, y eso porque no llevaba un cronómetro, que quizás aún sea más.

Déjame que te bese el culo, señor Tarantino, antes de meterte por él mi puño cabe el codo, porque no solo me has decepcionado, sino que me has hecho sentir engañado y como un verdadero gilipollas. Un tostón larguísimo que me he tragado, y del que aún no puedo decir que leches me estabas explicando, si es que en realidad tenias algo que explicar.

Oliver Stone hizo Platoon, y se dedicó a vivir del cuento. Ridley Scott se lo curró algo más, pero ya hace años que ni huele a la sombra de si mismo. Tú, en tu brevísima filmografía, has ido cayendo en barrena hasta llegar a esta bazofia, casi que tan mala como las cagamandurrias que te da por producir, y solo me queda por decirte, amigo Quintín, que tu próxima calandraca la han de ver solo tus fanáticos, esos que aplaudirían por verte defecar filmado en super 8, que lo que es el hijo de mi madre que no picará ni una sola vez más en un timo como este que aqui nos ofreces.

Un vividor, un jetas, un maleante, y un estafador. Un maldito bastardo, si señor. Tan solo en el título fuiste sincero.
[Leer más +]
157 de 284 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
DIEZ RAZONES PARA UN BASTARDO DIEZ...
Un diez. Sí señores, la última película de Tarantino, lejos de decepcionarme como esperaba a tenor de las críticas leidas me ha parecido a la altura de su mayor obra maestra, "Kill Bill" y muy por encima del resto de su filmografía, reinventando la Historia de manera cínica y delirante. Un acierto.
Así que sin más, daré mis diez razones para otorgar a la cinta la meritoria mayor nota en esta nuestra página:

1) Demuestra un profundo, intenso y enorme amor por el cine. El cine se nos presenta como modificador de la Historia, y eso, ya de por sí me parece de una genialidad absoluta. El planeamiento de cómo el conflicto bélico más importante de la Historia pudo haberse resuelto en un cine de barrio es audaz a la par que desternillante.
2) Brad Pitt, que vuelve a revelarse como un valor en alza del cine americano cada vez más por encima de su estupenda fachada- cómo le queda el bigotito- y su ajetreada vida personal.
3) Esos toques a lo spaguetti western, declaración de amor a un cine añejo reinventado y ajustado con un inteligentísimo criterio.
4) Una banda sonora anacrónicamente perfecta. Una Torre de Babel idiomática exquisita... Inglés, alemán, francés, italiano...
5) Christoph Waltz, uno de los mejores nazis del cine reciente. Abrumador. El Oscar planea sobre su cabeza.
6) La primera escena de la película es simplemente ASOMBROSA. La tensión obligada demuestra lo bien que sabe hacer cine Quentin.
7) Diane Kruger, aparte de guapísima, demuestra por fín que es una buena actriz.
8) El final, de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo, con ese montaje personal resumen de la venganza de Shoshannah. El cine hace más daño que las balas.
9) Un fuhrer patético, pero igual de resaltable que mi preferido, el Bruno Ganz de "El hundimiento".
10) Porque quiero ser un bastardo, el verdadero OSO JUDIO...

Lo mejor: Todas esas razones y más...

Lo peor: A mi novio no le gusta... Cada vez coincidimos menos!
[Leer más +]
78 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Buena, pero no lo mejor
No defrauda, llevaba esperándo ir a ver Inglorious Basterds desde hacía meses y anoche salí del cine con buen sabor de boca.

Unos diálogos fluidos, sarcásticos, desternillantes a veces, el más puro estilo Tarantino. El problema puede venir en que sólo un cuarto de la película está rodada en inglés (imagino que será lo que traduzcan a español), los otros tres cuartos restantes se lo reparten el alemán y el francés. Tiene sentido si consideramos que trata de la ocupación Nazi en la Francia de la Segunda Guerra Mundial, pero el ritmo trepidante de sus diálogos hace que a veces sean difíciles de seguir. No fue fácil ser española, escuchar francés o alemán y leer subtítulos en inglés.

Es posible también que sus más fieles seguidores echen de menos en esta película ese lado sangriento que tiene Tarantino. No quiero decir que no lo muestre, pero quizás no tanto como podríamos esperar de una película de Nazis. El Señor Pitt está soberbio, y no demasiado guapo (lo siento por sus admiradoras) durante toda la cinta, pero me sorprendió gratamente Christoph Waltz, interpretación brillante.

¿La recomiendo? Definitivamente, seas o no seas seguidor de Tarantino. Indiferente no sales del cine y para mi eso es de lo más importante. Te vas a reir y vas a apartar la mirada de la pantalla (si eres sensible a la sangre), vas a echarte las manos a la cabeza por la patada que el señor director le da a la historia (para esto no hay que ser sensible a nada), pero no vas a sentir que has desperdiciado 10 euros en una tarde-noche de cine.
[Leer más +]
50 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
TARANTINO LO HIZO DE NUEVO
No hay cineasta en el mundo capaz de ofrecer el menú de Quentin Tarantino.
En “Malditos Bastardos” filmó teniendo una docena de películas en la cabeza, desde “Aquel Maldito Tren Blindado”hasta “Doce del Patíbulo” y todos los western spaghetti. E hizo algo más, impensado para la mayoría: desdeñó los libros de historia. El resultado final hace que “Operación Valquiria”, con Tom Cruise, parezca una agotada lección escolar, recitada de memoria.
“Malditos Bastardos” está dividida en capítulos, como Kill Bill. El primero sirve como presentación de dos de los personajes principales: Shoshanna, una sobreviviente judía escondida en la casa de un granjero francés, y del Coronel Landa, apodado “El Cazador de Judíos”. Landa habla tranquila y afablemente con el granjero, fuma su pipa, traza una analogía muy tarantinesca acerca de ardillas y ratones y se jacta del mote que le endilgaron. Sí, tiene un olfato muy especial para detectar judíos y no abomina de él.
El Coronel Landa está interpretado por Christopher Waltz y probablemente no haya villano más aclamado desde que Anthony Hopkins se puso la piel y la máscara de Hannibal Lecter. Landa es un nazi, Tarantino nunca hace que perdamos de vista eso, pero uno amable, letrado, (domina cinco idiomas) y encantador. Habla con el granjero como si fuera el interlocutor más fascinante, lo trata como a un anfitrión, le pide permiso para encender su pipa. Pero sus ojos no sonríen nunca. Shoshanna es la única sobreviviente de la represalia y no la encontraremos hasta cuatro años más tarde.
Al mismo tiempo nos presenta a los Bastardos encabezados por el teniente Aldo Raines, (Brad Pitt, nunca mejor que aquí) que recluta a ocho judíos para machacar cabezas y coleccionar cueros cabelludos alemanes. “Quiero que cada uno de ustedes me de cien cabelleras nazis”, les dice en el reclutamiento. Los Bastardos se convierten en una fuerza de elite temida en todo el sur de Francia. Son “el cuento del coco” de los nazis, una leyenda tan oscura y terrorífica como el Golem.
Tarantino domina como nadie el “preludio de la violencia”. De hecho, toda la peli es un ejemplo de virtuosismo, de diálogo aceitado hasta que funcione como un mecanismo de relojería. No es extraño que el guión le haya demorado tanto tiempo. En Kill Bill, Tarantino se solazaba con la violencia coreográfica y gore, enhebrando ballets sangrientos como si fueran perlas en un collar. Aquí, vuelve al estilo de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, dosificando la violencia, manteniéndola con rienda corta. Tarantino tensa la cuerda de la tensión hasta el borde. Algo va a suceder, pero no sabemos cuando.
Malditos Bastardos es una obra capital del cine de género bélico. Es una historieta, un homenaje a los viejos seriales de guerra tipo “Combate” y tan entretenida que nos hace aullar en el asiento. “No has visto la guerra, hasta que la veas con los ojos de Tarantino”, dice el slogan.
Permítanme que firme al pie.
[Leer más +]
50 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Tarantino, ese bastardo de culto
La mayoría de críticas que he leído sobre esta película proceden de los infinitos incondicionales de Tarantino, quiero decir que la masa que necesita adorar a un cineasta de culto como lo es Quentin no se atreve a criticar sus películas con honestidad. No sólo hablo de simples espectadores sino también de toda crítica oficial, revistas, periódicos, webs especializadas, todo el mundo adora a Tarantino. Sólo de esa forma puedo explicarme las buenas críticas que leo cada vez que este tipo lanza un nuevo estreno cada vez más tarantinizado.

Siendo sinceros, las películas de Tarantino cada vez son menos película y son más Tarantino. En este caso la patología se acentúa y si bien estamos ante una película que podría haber sido culminada con maestría, el bueno de Tarantino y su enfermo ego acrecentado por el sequito universal de feligreses se empeña en decir aquí estoy yo, este es un sello Tarantino, y 2 horas de Tarantinismo sólo apto para sus incondicionales.

Lo siento pero no puedo con directores tan pretenciosos que se empeñan en aparecer en la película constantemente para recordarnos que son planos de Tarantino con las repetidísimas influencias cinéfilas made in Tarantino, con diálogos paranoicos made in tarantino. Y es una lástima, porque los actores esta vez están de 10, un buen trabajo tirado por la borda para mi gusto. A este tipo le vendría bien hacer una película pensando que no es nadie todavía y seguro que nos sorprendería de verdad.

Claro que precisamente es esto que a mí me disgusta lo que a la Iglesia tarantiniana le atrae: pura pose maniquea y efectismos baratos, nada que ver con el buen cine como yo lo concibo.
[Leer más +]
111 de 193 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Benditos bastardos
Tarantino vuelve a lo mejor sabe, a componer un collage donde se mezclan nazis con judíos vengativos, salas de cabaret, mujeres que esconden más de lo que aparentan, una gran dirección y un grupo de actores en estado de gracia. Sus tics, aunque en otra ambientación, siguen estando presentes: brillantes diálogos engrandecen un film que desgraciadamente peca de ser demasiado lenta en algunos pasajes y que no da todo el protagonismo esperado a los bastardos del título. Pese a todo hay grandeza en su nueva obra, generalmente aportada por ese prodigio llamado Christoph Waltz.

El actor sueco aporta solidez al reparto, haciendo gala de una vis cómica inesperada y una seriedad absoluta cuando así lo requiere el tono del film. La primera conversación, todo el prólogo del film, es un alarde de genio por parte del intérprete, una lección de sutileza y habilidad solidificada en uno de los mejores prólogos que ha ofrecido Quentin Tarantino en toda su carrera. Los demás miembros del grupo no le van a la zaga, si bien entre todos destacan dos: una gran Diane Kruger y un inesperadamente correcto Eli Roth, aportando cierta gracia a un secundario que no brilla por su cantidad de líneas de texto.

Por ponerle pegas, se hace demasiado larga, a pesar de ser divertida y en todo momento entretenida, y quizá se le podría achacar ser demasiado bestia en determinadas escenas. Tarantino es Tarantino y se sabe, pero si bien en Kill Bill la ultraviolencia no era molesta por que nunca se veía desde un punto, digamos, realista, en Malditos Bastardos hay ciertas secuencias que son puro desfase. Eso sí, al césar lo que es del césar: Tarantino ha saldado una nueva gran película, ha conseguido hacer cine bélico pasado por su filtro y, por ello, merece ser aplaudido. Desde luego, un regreso a su buen cine -después de la lamentable Death Proof- que, eso sí, queda lejos de sus mejores obras, aún a día de hoy Pulp Fiction, Reservoir Dogs y la infravalorada Jackie Brown.
[Leer más +]
54 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Delirio imbécil y repulsivo
No soporto a Tarantino, definitivamente no lo soporto y no puedo comprender como personas, algunas incluso inteligentes y con buen gusto para el cine, puedan ya no solo defender sino adorar el “cine basura” que produce este mamarracho macrocéfalo.

En primer lugar, el uso injustificado, masivo, explicito y crudo que hace de la violencia con supuestos fines humorísticos me provoca nauseas. Ver reír a carcajada limpia una sala llena de seres humanos civilizados mientras observan como a un hombre le revientan la cabeza con un bate de beísbol me produce una sensación de asco y pena tan sólo comparable a la que siento cuando visualizo aquellas imágenes de excavadoras amasando cadáveres judíos en las zanjas de Auschwitz. Siente uno vergüenza de pertenecer a su misma especie. Es curioso que se represente a Hitler en la película como un sádico imbécil que ríe baboso ante escenas violentas cuando Tarantino es peor que su propio personaje siendo esta la reacción que busca en el público desde el primer minuto.

En segundo lugar la película es ridícula y superficial de principio a fin, sin ninguna coherencia interna ni sentido del ritmo, Tarantino se limita a apilar pretenciosas escenas “video-clip” en un guión delirante incluso para un cómic barato que tendrán mucho valor para los críticos de “arte pop” y demás seguidores del ultraimbécil Andy Warhol pero que a mí y a todo el que vaya a ver una película, en definitiva cine, deberían importarle un pimiento y lo que es peor aburren. Aburren tanto como los sermones tarantinescos del tipo “soy tan chulo que meo petróleo mientras me fumo este cigarro y te apunto a los cojones con mi colt del 47”, cuando uno ya ha soportado cinco de estos sermoncitos de media hora cada uno dan ganas de golpear repetidamente el deforme rostro del director con un hierro del 4, a ver si le encuentra la gracia por algún sitio. Los famosos “diálogos perfectos” no son más que verborrea vacía que busca como siempre el chascarrillo en la intimidación, la violencia y el “te voy a meter esto por el culo”. Y para rematar estéticamente ni siquiera es original, en la película hay cientos de “fusiles”, desde la toma de la puerta de “Centauros del desierto” hasta el travelling atraviesa-pasillos de “Taxi Driver”, encima de malo, aburrido, superficial y estúpido, encima copia o como llaman ahora “homenajea” sin parar.

Por si fuera poco, el doblaje es irritante a un nivel que roza lo insoportable. Me imagino a los histriónicos actores de doblaje españoles dándose de hostias para conseguir un papel en la nueva película de Tarantino, para ellos debe ser como el Nirvana de los dobladores gilipollas.

Hace poco TCM hizo un reportaje sobre los grandes directores modernos, metiendo a Tarantino en el mismo saco que los hermanos Coen o Woody Allen, por favor, un poco de sentido común, este niñato no vale una mierda.

La estrella que le doy se la doy solamente a Diane Kruger y a su belleza estratosférica.
[Leer más +]
107 de 186 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver críticas con texto completo
Más información sobre
Fichas más visitadas