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58 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
Elizabeth Taylor, una Cleopatra para la eternidad
Que largo y tortuoso camino ha tenido que recorrer “Cleopatra” para que le fuera reconocida su condición de obra maestra. Con el rodaje más caótico de la historia del cine, llevó al borde de la ruina a la Fox, casi acaba con la carrera de Joseph L. Mankiewicz, y marcó el final de una época y de una forma de hacer cine. Afortunadamente hoy nos quedan 243 maravillosos minutos, de lo mejor que se ha rodado nunca, y que corresponden al montaje final que dio por bueno el director que afirmaba que -Cleopatra fue concebida en situación de emergencia, rodada en estado de histeria y terminada con pánico ciego-, y es por eso que no deja de sorprendernos la serena belleza y la unidad de estilo que desprenden sus imágenes. Dos años de rodaje agotador, con un Mankiewicz que rodaba de día y trabajaba por las noches en el guión, “Cleopatra” es uno de los más fascinantes, lúcidos y magistrales estudios sobre la condición humana que se haya escrito nunca para la pantalla, de una absoluta coherencia con la trayectoria artística del director de “Eva al desnudo” -intelectual que siempre dio importancia capital a la palabra-, y que centra su atención en el drama personal e intimo de tres personajes ambiciosos y poderosos que tuvieron por unos instantes de la historia el destino del mundo en sus manos. Nunca nadie como Mankiewicz ha sido capaz de conseguir tan perfecto equilibrio entre la espectacularidad y el dibujo intimista de unos personajes capaces de amar más allá del amor. Nadie podía pretender hacer “cine de autor” dentro de los parámetros rígidos de una superproducción y conseguirlo. Milagro de creatividad en medio de la improvisación y el caos, “Cleopatra” cuenta con un extraordinario guión y una soberbia dirección de actores. Con dos gigantes de la talla de R. Burton -excelente Marco Antonio-, y de R. Harrison -un Julio Cesar irrepetible-, destaca sin embargo la sublime, desgarrada y escalofriante interpretación que una bellísima Elizabeth Taylor hizo de la Reina de Egipto. Autentico “tour de force”, de infinitos registros y matices, de una actriz gigantesca al servicio de un personaje, nos dejó el testimonio de su talento esculpido en celuloide de oro puro. Sin duda la última gran estrella. Una puesta en escena portentosa, un diseño de producción deslumbrante, un vestuario que ya es iconografía del cine y una banda sonora inolvidable del gran A. North, hacen de “Cleopatra” una experiencia única e irrepetible, culminada con ese impagable travelling con el que se cierra el film y el tiempo del Hollywood dorado, y que es mucho más que una cuestión moral. Imprescindible obra maestra intemporal, de visión obligada en V.O.S.


Francesc Chico Jaimejuan

Barcelona a 4 de octubre de 2005
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128 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Acaso no se merecía Cleopatra la película más cara de la historia?
Cuando era pequeño recuerdo como Cleopatra era sinónimo de alguna nueva investigación que confirmaba o desmentía si era guapa, si no lo era, si tenía alopecia, si el secreto era su perfume, etc. Pero Cleopatra fue mucho más que esas minucias, fue una personalidad histórica fascinante en una época asombrosa.

Olvidándonos por un momento de la famosa intra-historia de su rodaje, la película está bastante bien, pese a su duración. No sin necesidad acaba apartándose durante muchos minutos de Cleopatra para centrarse en Julio César y Marco Antonio.

Un gran defecto, y sé que polémico, es que por alguna razón Liz Taylor siempre me ha parecido salir muy desfavorecida en esta película, siendo todavía joven con 30 años. Muy poco antes, en “La gata sobre el tejado de zinc” o en “De repente, el último verano”, está radiante y con todo a su favor para ser una formidable Cleopatra, pero por algún motivo, no sé si es el maquillaje, la iluminación, el vestguario, el color de la película, sus problemas de salud o algunos kilos más, en “Cleopatra” la veo bastante lejos de su época de mayor belleza.

En segundo lugar, la película, el último peplum de presupuesto titánico, no se salvó de los defectos (o virtudes para los melancólicos) de ese tipo de cine. La visión que da de la historia es de un gran convencionalismo y maniqueismo. Una visión demasiado sosa, formal e idealizadora del mundo antiguo. Para todos los públicos. Este estilo puede quedar bien en Ben-Hur o Espartaco, pero no en una película sobre Cleopatra y de intrigas políticas y palaciegas.

Falta mayor amoralidad y malicia. Fueron muchas y muy escandalosas las traiciones y los juegos políticos, el pragmatismo y la ambición, de todos los protagonistas. En el afan hollywoodiense de que la audiencia puede identificar fácilmente buenos y malos, sólo los conspiradores primero y Octavio después cargan con todo el peso de la traición, ambición y maldad. Esta simplificada caricatura impide presentar bien la problemática del vacío de poder que supuso la muerte de César. Es difícil para el espectador entender todo el enfrentamiento posterior entre Octavio y Marco Antonio, y el papel de Cleopatra y sus apuestas y aspiraciones políticas.

Egipto se merecía renacer o morir, no la decadencia en la que estaba sumida. Cleopatra fue la última esperanza de renacer. Cleopatra murió, y Egipto con ella. Fue para siempre, pero fue una muerte legendaria para poner el broche de oro a 2500 años de una civilización que vivió fuera de su tiempo.

El mundo había cambiado y el centro del universo ya no era el Nilo. Todos los pueblos bañados por el Mediterráneo caerían bajo Roma. Pero Egipto no era un reino cualquiera. Roma estaba en manos de unos pocos hombres, pero Egipto lo estaba de una mujer...
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45 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
EL SUEÑO DE CLEOPATRA
A este film maldito le costó 30 años ser reconocido como la obra maestra que es, hasta que se recuperaron diversos cortes desestimados en el montaje final del film y se brindaron al espectador 241 minutos, sobre los 180 que tenía el montaje original de su exhibición en salas, que está en las antípodas de la pretensión de su director Joseph L. Mankiewicz, que imaginó dos films de 180 minutos cada uno, el primero basado en la historia de César y Cleopatra, inspirado en George Bernard Shaw, y el segundo, basado en la historia de Antonio y Cleopatra, que se inspiraría en la tragedia de Shakespeare.

El resultado que nos llega tras este nuevo montaje es un gran fresco histórico con una sólida estructura dramática que narra la historia de los amores, pasiones y ambición de tres personalidades históricas, singulares y fascinantes en una historia intimista envuelta en el colosalismo de las grandes superproducciones del Hollywood de la época.

La historia del rodaje es conocida, descrita por su director, Joseph L.Mankiewcz como “concebida en situación de emergencia, rodada en estado de histeria y terminada con un pánico ciego” fue una producción muy accidentada de dos años de duración, con un presupuesto disparatado que nunca se ajustaba, con notables injerencias de productores y medios de comunicación y con una historia sentimental desenfrenada y escandalosa por parte de la pareja protagonista formada por Taylor y Burton.

Por eso sorprende tanto que en un entorno tan caótico, se gestase una obra tan equilibrada entre intimismo y espectacularidad al gusto de los años 60.

Desde el punto de vista del colosalismo, visto con mirada actual, no cabe duda de que la idea de una macroproducción ha cambiado. El desfile de Cleopatra atravesando anacrónicamente el arco de Constantino, con sus elefantes, danzarinas, guerreros watusis, enanos, magos mercuriales, ninfas bañadas en oro, caballos árabes, la esfinge tirada por tres centenares de esclavos nubios, la pirámide de la que surgen cientos de palomas, aún resultando espectacular, forma parte una estética pasada y superada. Hoy en día, la imagen perfecta generada por ordenador de cualquier 'blockbuster' nos brindaría unas recreaciones algo más oscuras, pero impresionantes y realistas, de Roma o Alejandría.

Por esa razón, la obra de Mankiewicz destaca hoy en la construcción de personajes y sus motivaciones descritos a través de sus vibrantes diálogos, constituyéndose en un buen ejemplo de cine literario.

Tanto la reina de Egipto, interpretada por Elizabeth Taylor, en un registro que presenta por primera vez a una Cleopatra madre, restituyéndole su categoría como intelectual y mujer de estado, como el César de Rex Harrison, que dio una auténtica lección de interpretación, ajustada a su personalidad y Richard Burton como el confuso y apasionado Antonio, son personalidades humanas, vivas y perfectamente definidas, gracias a sus excelentes intérpretes.

También se aprecia la solidez en la construcción de caracteres en la interpretación de casi todos los actores secundarios de auténtico lujo, tanto Martin Landau que interpreta a Rufius, Roddy McDowall como Octavio, Hume Cronyn como Sosígenes, Andrew Keir como Agripa, Cesare Danova como Apollodorus, o un jovencísimo Richard O'Sullivan como el joven faraón Ptolomeo XIII, contribuyen notablemente a afianzar la solidez de la obra.

Alex North, que había triunfado el año anterior con el "Spartacus" de Kubrick, compuso para Cleopatra una partitura magistral que denominó "epopeya íntima", un esfuerzo monumental, no sólo en términos de longitud y tamaño de la orquesta, sino también en la instrumentación, que requirió flautas, cañas e instrumentos de punteo de muchas variedades para representar la música egipcia, metales para representar a Roma y percusión africana para enlazar con los dos mundos de Egipto y Roma.

Cleopatra ha perdurado en el recuerdo del imaginario colectivo y, a pesar de las notables aportaciones que hicieron del personaje otras famosas Cleopatras, entre las que destacan Theda Bara en 1917, Claudette Colbert en 1934, Vivien Leigh en 1945, Hildegard Neil en 1972, Leonor Varela en 1999 y con el permiso de Gal Gadot y Zendaya, candidatas actuales a interpretar próximamente el icónico personaje de la última reina de Egipto, Cleopatra conservará para siempre en la retina del espectador, las bellas facciones de Elizabeth Taylor y en su memoria, un sueño, el sueño de Cleopatra, el sueño de que la luz de Alejandría iluminase el mundo.
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28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cleopatra
Cleopatra merece ocupar un puesto en cualquier Historia del Cine, aunque sólo sea por la enorme publicidad a la que dio lugar, referida a los cada vez mayores costos de producción que ascendieron a cuarenta millones de dólares, y que dieron lugar a un cambio e la política de producción de la 20th Century Fox. También se hizo famosa por marcar el inicio de la relacíón romántica entre sus dos grandes estrellas. Richard Burton y Elizabeth Taylor. La película e sí es espectacular, aunque algo tediosa en ocasiones; y, a pesar de figurar entre las más taquilleras no ha logrado todavía beneficios.
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22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cleopatra, la musa de Hollywood
La película más costosa y los ojos más lindos del cine. Una de las grandes superproducciones de la historia con Liz Taylor como la ambiciosa reina de Egipto. En el papel de Marco Antonio la secundó Richard Burton, quien fue una de las tantas parejas que tuvo la actriz.

Con sus casi cuatro horas de duración, el film fue nominado a nueve premios Oscar, de los cuales gano cuatro de ellos por: mejor dirección artística, mejor fotografía, mejor diseño de vestuario y mejor efectos especiales.

Cleopatra es la película más cara de la historia, según una lista elaborada por la revista “Forbes”. A pesar de que se filmo hace más de cuarenta y cinco años, en 1963, la mítica reina de Egipto, encarnada por Elizabeth Taylor, sigue a la cabeza del ranking gracias a los $44 millones (el equivalente a $295 millones actuales) que se gastó la Fox.

La productora tiró completamente la casa por la ventana, cosa de la que, por cierto, tardó poco en arrepentirse, al ver cómo se disparaba el presupuesto de tal manera que casi le condujo a la quiebra. La película, vivió un tormentoso rodaje, con retrasos, enfermedades y la tortuosa relación entre Liz Taylor y Richard Burton.

Solamente su presupuesto para vestuario alrededor de los $195.000 es uno de los mayores de toda la historia del cine. Taylor usó 65 vestidos durante el rodaje. Uno de ellos, el que lleva puesto cuando hace su espectacular entrada en Roma, estaba confeccionado con hilo de oro de 24 kilates.

Cleopatra, finalmente, no fue una bomba taquillera, pero al menos no arruinó a la Fox, recaudando $57.7 millones en Estados Unidos solamente (el equivalente a $377.6 millones actuales).

El proyecto de rodar Cleopatra surgió porque la Fox estaba en crisis y para recaudar dinero se planteó realizar un remake de bajo presupuesto de una vieja película de éxito. La historia fue Cleopatra (1934). La meta era crear una película con un presupuesto de 2 millones de dólares de ese entonces y que se rodara en 64 días. Cleopatra terminó costando 44 millones de dólares y más de 14 meses de filmación.

Elizabeth Taylor fue contratada por la suma de 1 millón de dólares (de entonces) y como el proceso de grabación se alargaba, cobraba 50.000 dólares por cada semana adicional, lo que le valió una ganancia de 7 millones de dólares.

Durante un tiempo Cleopatra fue la única película de Fox que se encontraba en rodaje, pues todo el dinero disponible del estudio se iba a esta película. Sólo en agua mineral se gastaban 250.000 dólares semanales.

Taylor estaba casada mientras grababa la película, aun así tuvo un romance con Richard Burton, lo que terminó con los matrimonios respectivos de ambos. Esto generó críticas mundialmente, incluso el Vaticano consideró a la actriz un mal ejemplo.
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19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Megalomanía desatada.
Sin duda, "Cleopatra" de Joseph L. Mankiewicz, constituye una de las cumbres de la megalomanía de los estudios de Hollywood, en su falta de visión a la hora de derrochar dinero a raudales en pos de las millonarias ganacias y de satisfacer la egolatría de sus estrellas, directores y sobre todo de sus productores. Lo cual no ha cambiado hasta nuestros días.
La versión de "Cleopatra" de Mankievicz me parece anticuada para ser una superproducción de 1963; creo que ya era tiempo de tomarse las cosas más en serio en los "peplums", como ocurrió con "Espataco" (1960), película que ha envejecido mucho mejor, debido al moderno planteamiento dramático que le impuso Kubrick, donde se favoreció la narrativa y la construcción de personajes por sobre la mera espectacularidad. También, ya se había realizado una superproducción como "Lawrence de Arabia" (1962), que combinaba perfectamente la espectacularidad, la trama histórico-política y la compleja psicología de su protagonista. En cambio "Cleopatra", se centró en la mera ostentación de medios: miles de extras, cientos de vestidos para Elizabeth Taylor, enormes decorados, etc. Un claro ejemplo es la famosa escena de la entrada de Cleopatra en Roma (donde sólo faltó un desfile de drags queens). Pero se descuidó claramente la narrativa y la construcción de los personajes; a pesar de las pretenciones shakespereanas de los diálogos y del guión. Las actuaciones son débiles; con una Elizabeth Taylor desganada y casi como un maniquí para lucir el suntuoso vestuario (lejos de sus intensas interpretaciones en películas como "La gata sobre el tejado de zinc" de 1958 y en "De repente, el último verano" de 1959); tal vez los graves problemas de salud que la afectaron durante el rodaje perjudicaron su actuación; se ve hermosa, pero la Taylor era una belleza clásica de tipo anglosajón y el papel de Cleopatra requería (a mi juicio) de una actriz más "exótica" y misteriosa, como era Jeanne Moreau con el cabello negro. Como Marco Antonio, tenemos a un Richard Burton sin garra; pues al parecer la famosa química y la tensión sexual con Elizabeth Taylor fue sólo fuera de pantalla, por que en la película no se nota mayormente. Rex Harrison estuvo correcto en su actuación, pero estaba lejos de la leyenda del calvo y seductor Julio César (continúo en "spoiler").
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42 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Un lujoso tratado sobre la prepotencia humana
Ningún hombre podrá jamás hacerse dueño del mundo, porque el mundo ya tiene dueño… y ese dueño es incontestable e inamovible. Toda pretención del hombre por arrogarse el poder ilimitada e indefinidamente, recibirá precisas respuestas del universo. Una: siempre surgirá alguien más poderoso que tú. Y dos: no puedes escapar de la enfermedad ni de la muerte, y con ésta, lo único que puedes llevarte, es lo que hayas dado de tu propio ser.

“CLEOPATRA”, es un efectivo tratado de la demencia humana, cuando la soberbia lleva a los hombres, y a una que otra mujer como La Reina del Nilo, a sentir que pueden apropiarse de toda la tierra. Pueden ser muy edificantes las intenciones, como cuando Cleopatra dice a Julio César: “Recoge el sueño de Alejandro (Magno) y su insaciable deseo: Que haya un sólo pueblo sobre la tierra viviendo en paz”, pero, cuando se usa la fuerza y la destrucción para lograr este objetivo, todos los esfuerzos serán en vano, porque es ley de la vida que, será la persuasión y no la imposición, la que produzca un día el cambio definitivo.

César, Marco Antonio y Cleopatra vivieron obnubilados con sus aires de grandeza y por eso pasaron a la historia como tantos otros gobernantes: Fueron dueños del poder inicuo y cuando lo tuvieron “todo”, supieron que no tenían nada. El director Joseph L. Mankiewicz logra plasmar, con lujo de detalles, toda la rimbombancia y la vanalidad del mundo de los “poderosos”, y el filme se prolonga, hasta el hartazgo, con aquel frustante existir donde no hay lugar para la alegría ni el sosiego.

En lo que a mí respecta, después de dos horas me provocaba gritar: ¡Basta, ya tuve bastante de seres que presumen de ser los más grandes del planeta, pero que son impotentes para el amor y la justicia! Mankiewicz los mira compasivo, esforzándose por rescatar su lado humano y dejándonos ver su conflicto interior, pero no consigue que sintamos amor por ellos, excepto talvéz por Cleopatra, una mujer más víctima del poder que usufructuante del mismo, por más que pareciera mantener la rienda.

El Julio César shakesperiano, que ya Mankiewicz había llevado al cine con notable acierto, resurge aquí combinado con la visión de Plutarco, Suetonio y Apiano, y el más reciente historiador, Carlo Maria Franzero, quienes supieron ver las grandes sombras que cobijan a los gobernantes prepotentes. En tal sentido, el efecto es contundente.

Pero, además de “pecar” por lo excesivo, creo yo, que el filme adolece de una cara de la moneda. Se centra de pleno en la vida pala-ciega y no da cuenta de la vida del pueblo ni del atroz efecto que generaban los excesos de sus dirigentes. Prescindiendo de estos matices, la vida pareciera comenzar y terminar en el palacio, siendo que fuera de aquellas paredes, es donde realmente comenzaba la vida. Pero, con todo, queda bien sentado que ningún poder humano tendrá sentido sino está guiado por el amor.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tanto para nada
Así se define una de las mayores superproducciones de la historia. "Cleopatra" es una película que merece la pena ver por sus magníficos decorados de la época egipcia; pero ahí acaba todo. La historia carece de gracia y, además, debería dividirse en dos películas: "César" y "Marco Antonio", siendo Cleopatra un personaje secundario en ambas.
Así, pese a ser encarnado por Elisabeth Taylor -y contar con 4 horas de duración- el personaje de Cleopatra no está nada definido. No hay identificación alguna con ella ni se muestra nada de la reina egipcia (salvo múltiples y bellos ropajes). Una pena olvidarse de retratar bien a un personaje tan interesante. Es difícil imaginar cómo sería Cleopatra, pero, desde luego, no así.
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25 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Con mayúsculas
Tuve la suerte de ver esta película en pantalla grande, en el seno de un cineclub. Aunque nos advirtieron de su metraje excelso (en teoría el montaje original), nos propusimos acabarla y he de decir que fue una magnífica inversión, pues Mankiewicz una vez más no defrauda. Para los que esperen una tónica de acción con batallas, he de decir que básicamente es una historia de amor articulada con una concepción teatral y envuelta con todo el lujo que estaba de moda en Hollywood en la época. Por así decirlo, viste unos diálogos magníficos, literarios, de fasto, oropel y miles de extras, con lo que resulta chocante la mezcla de momentos de gran intimidad e intensidad dramáticas con el gigantismo de los grandes estudios. Las interpretaciones son todas excelentes; Elisabeth Taylor nunca fue santo de mi devoción, pero aquí es digna heredera de Cleopatra, y Burton y Harrison refuerzan su aureola de actores clásicos. En definitiva, no es dificil dejarse atrapar por la historia y no debería hacerse larga a alguien con mínimo interés en la historia y/o el cine de calidad.
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15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Tuve la suerte de verla cuando se estrenó
Tuve la suerte de ver esta película, en pantalla cinemascope cuando se estrenó, las críticas fueron inmejorables y el exito total. Creo que el hecho de que no se recaudara tanto dinero como costó, no fué por que no interesara este tipo de cine, sino por que el rodaje fué interminable, pero tenemos a un Rex Harrison, con su personalidad caracterizada de interpretación. Richard Burton, en un segundo termino y bastante tímido, creo que como el personaje requería y a Elizabeth Taylor, rompiéndose de guapa en cada escena diferente de los mas de treinta vestidos diseñados con gran lujo para el evento.
Impresionante la entrada de Cleopatra y su hijo Cesarión en Roma, que aun cuando no es mas que un desfile de calle, en el cine resulta muy espectacular. y la gran esfinge con el trono de reina de Egipto, empujado por mas de un centenar de hombres verdaderamente apoteósico.
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La Taylor, Dios la salve
Sugerente, sensual, entretenida... Y larga. A pesar de su duración es un clásico inminente. Dicen que fue un fracaso porque su recaudación no superó al coste del film, pero... ¿Acaso no es uno de los más caros de la historia? También hay que ver que en la época en que se estrenó, el público pedía comida diferente, diversiones diferentes, y cine diferente. A nadie le interesaba ya ver la vida de una reina egipcia, preferian ver a elegantes mujeres desayunando en joyerias y a sensuales rubias haciendo volar sus faldas en rejillas del metro. Pero sin duda Cleopatra marcó un antes y un después, y sin duda contribuyó a ello la gran publicidad personal que la Taylor añadió.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
"Ella era el último miembro de una raza solitaria y sutil. Era una flor que Alejandría tardó 300 años en producir y que la eternidad no puede marchitar" -E.M.FORSTER; Alexandria-.
La película más antigua que he visto. Y es que claro, si a los veinte años uno ha visto Troya, Gladiator, y todas las superproducciones épicas de la década, se acaba acostumbrando a los efectos digitales de las pelis modernas, y la verdad, al ver una peli de imagen y sonido antiguo le suena pobre, cutre, ridículo, deprimente...
Sin embargo, al haber agotado el género épico-histórico moderno, uno mira para atrás.
Y presa de su afición a la historia de la antigüedad, mira las antiguas pelis de romanos en FA. Y, sin saber porqué, le llama Cleopatra. Y se dice: "mucha gente dice que están chulas pese a la antigüedad..."
Y le pregunta a su madre:"la vi con quince años en el cine, no la recuerdo casi, pero recuerdo que sí me gustó, y Elizabeth Taylor estaba guapísima."
Aquí le pica el gusanillo. Poco tiempo después, pasea por un centro comercial y se la encuentra: en estuche metálico y tan sólo vale 7 Eurillos. Esa misma noche la pone. Menuda voz antigua y deprimente del narrador.
Entonces la pongo en inglés subtitulado, algo poco habitual en mí, pero es que el doblaje español de las pelis antiguas... me deprime, con lo buenos que son ahora los doblajes... ¿a quién ponían en ese entonces a doblar las pelis?
Entonces empieza lo bueno. Un actor para mí desconocido interpreta a Julio César. Menuda presencia magnética, literalmente llena la pantalla desde el primer instante, que carisma, atrae sobre si toda la atención, realmente magnífico. Ya nunca lo olvidaré, se llama Rex Harrison y estoy deseando volverle a ver en pantalla. Durante dos horas, transcurre la primera parte de la historia, la referida a Cleopatra y César. Dos maravillosas horas, de las que pocas veces el cine proporciona. Puesta en escena de proporciones mayestáticas, un vestuario digno de conservarse en un museo junto a los Picassos, Goyas, Sorollas, etc. y un drama de personajes con diálogos de gran belleza e inteligencia sublime y profunda cultura. Sin embargo, lo mejor de toda la función, es Elizabeth Taylor. Ya ha quedado inmortalizada en mi mente para toda mi vida. Es capaz de hacerle sombra a Harrison con una fuerza y sensibilidad realmente estremecedoras. Borda un papelón, no hay palabras, hay que verla, es tan intensa su interpretación como inusual su belleza. Parece la mismísima Isis. Así, la primera parte es de diez, perfecta. 120 maravillosos minutos, ni uno de sobra. Majestuosa. Destaca por su espectacularidad la entrada a roma de Cleopatra y Cesarión, no hay palabras.
La segunda parte de la peli va en "spoiler", aunque no destripo nada.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Una de las mejores películas de la historia del cine
Probablemente nos encontremos ante una de las mayores superproducciones de la historia del cine, y es que esta película es una de las grandes.
No sólo hay que destacar la excelente y soberbia actuación de Elizabeth Taylor, sino que todo el conjunto de actores dotan a la película de una calidad insuperable. Los increíbles escenarios transportan al vidente directamente a tiempos remotos, tiempos en que la espada de cada soldado era su mejor amiga. Cada diálogo, cada mirada, cada gesto está logrado al límite.
En lo que se refiere a la fiabilidad histórica, es sumamente rigurosa en este aspecto, soy especialista en historia antigua (Próximo oriente, egipto, grecia y roma) y puedo subrayarlo.
Por todo este conjunto de características podría afirmar que es probablemente una de las mejores películas de la gran cantidad que he visto de este género.

Lo mejor: Todo.

Lo peor: Que hoy en día no se hagan grandes películas como esta.

Atentamente:

Francesco Villodre
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Tengamos la guerra en paz
Es imposible resumir en un espacio reducido, a no ser que sea un libro entero y bien grueso, la cascada de anécdotas, sabotajes, escándalos, saqueos y contratiempos que envolvieron a esta versión de “Cleopatra”, una de las más caras superproducciones de toda la historia del cine. El motivo del título de mi comentario no es otro que he hecho las paces con esta mastodóntica versión que firma Joseph L. Mankiewicz. Me parecía un film interesante, pero al disfrutar de su versión de sus cuatro horas, con gran calidad de imagen y sonido, me ha convencido más porque se me ha hecho más comprensible. Y no porque fuera un film críptico, de hecho aún hay momentos que avanza con altibajos, pero su montaje alteró su guión en muchos momentos y en detrimento de los personajes. Da una gran sensación de paz el reconciliarse con una espinita clavada, porque Mankiewicz me gusta y porque “Cleopatra” ha sido vilipendiada a límites extremos. Sus diferentes montajes con duraciones abreviadas, o para ser más exactos, sus amputaciones, no le beneficiaron, como en su día, Elizabeth Taylor llegó a vociferar en la rueda de prensa: “Han suprimido el corazón, la esencia,volcándose en las escenas de batallas”. Y le sobraba razón.

Al margen dejaremos el presupuesto que iba aumentando con el paso de los años (porque fueron dos años), los cambios de reparto y director, e incluso los decorados en el Reino Unido que fueron abandonados porque se rodó fuera de allí. Taylor terminaba su contrato con la Metro y la Fox la quería para su papel protagonista, en el que se barajaron nombres como el de Marilyn Monroe, Joan Collins, Audrey Hepburn, Brigitte Bardot, Kim Novak, Sophia Loren o la que parecía que tenía más posibilidades, Susan Hayward. Pero Walter Wagner, productor de la película, convenció a Skouras, presidente de la Fox, de la elección de Taylor que pedía el oro y el moro: 125.000 dólares por cuatro meses de rodaje, 50.000 más por cada semana adicional, 3.000 en gastos semanales, transportes gratuitos, copia en 16 milímetros para ella de todo el material, rodar la película en el sistema de pantalla gigante TODD-AO, del cual era propietaria, ya que enviudó de Michael Todd (el judío que le enseñó el mundo de las joyas y el sexo) y rodar fuera de Estados Unidos para evitar problemas con el fisco. Un contrato que la convirtió en multimillonaria.

Marea el número de cifras que terminó costando la película. Como ejemplo mencionar lo que era solamente el vestuario para Taylor: 60 vestidos, cuyo coste superaban los 250.000 dólares, incluyendo el traje confeccionado con hilo de oro de 24 kilates.

Mankiewicz (impuesto por la Taylor) confiesa que fue uno de los peores rodajes que padeció y que casi acaba con su vida. Hasta Rex Harrison se ofreció a renunciar su sueldo con el fin de intentar paliar el desastre, cosa que su director agradeció pero que le pidió que nunca más lo ofreciera ya que poco podía ayudar. Ambos se hicieron muy amigos y volverían a coincidir en “Mujeres en Venecia”. “Cleopatra” fue la número uno ese año en el que el romance entre Taylor y Richard Burton, una pareja de cine, nunca mejor dicho, ambos casados pero no entre sí, levantó una oleada de comentarios imparable pero que, a la larga, perjudicó sus posibles nominaciones al Oscar y el que Zanuck optara por cortar la película sobre todo en las escenas iniciales. No sé si algún día podremos ver lo que era el proyecto original: seis horas divididas en dos películas. “César y Cleopatra” donde Harrison y Taylor son los protagonistas y “Marco Antonio y Cleopatra” donde Harrison da paso a Burton con Taylor, y que la mayoría de sus escenas son las que integran el metraje conocido y en el que la pasión entre ambos se palpa.

Aunque fue la película más taquillera de 1963 constaba como un fracaso, ya que le resultó imposible que fuera rentable, cosa que consigue con el paso de los años en sus pases televisivos y la venta en video y demás soportes. En segundo lugar del “ranking” se situó “El mundo está, loco, loco, loco” y en tercer lugar, la británica y sorpresa del año (la que se llevaría los Oscars principales) “Tom Jones”. La Fox se situó al borde de la bancarrota, pero el bestial éxito de “Sonrisas y lágrimas” (con cifras que hasta siete años después con “El padrino” ninguna película conseguiría) hizo que la Fox resurgiera de entre sus cenizas, pudo tapar sus deudas e invertir en tres musicales: “El extravagante Doctor Dolittle” (con Rex Harrison), “La estrella (Star!)” con Julie Andrews y “Hello Dolly”, la única que resultó ser un éxito. Esto, sumado a otra superproducción que, aunque fuera, tras “Hawaii”, la segunda más taquillera de 1966, le pasó como a “Cleopatra”, le fue imposible amortizar su presupuesto y que solo con el paso del tiempo resultó rentable: “La Biblia (en su principio)”, de John Huston, hizo que la Fox, si exceptuamos la saga del "planeta de los simios", hasta “The French Connection, contra el imperio de la droga”, volviese a estar de nuevo en apuros sin un film que fuera un exitazo y barriera en los "Oscars". Creo que me estoy desviando de “Cleopatra”, aunque he intentado no repetirme con información que otros usuarios previamente ya han aportado.

Por falta de espacio prosigo en el espacio del spoiler sin destripar nada.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Espectáculo visual
Esta cinta, todo un clásico del mundo cinematográfico cuenta la vida de Cleopatra VII (69-30 a. de C.) la última reina de Egipto de la dinastía de los Lágidas.
Para empezar el reparto es excelente, encabezado por Elizabeth Taylor cuya belleza brilla más que en ninguna otra película que haya hecho; y si a ésto le añades talento y personalidad logras un papel mítico. El reparto también lo engrosa el excelente Rex Harrison, cuyo glamour y presencia llega a eclipsar hasta al propio Richard Burton, el segundo amante. El retrato que se hace aquí tanto de César como de Antonio son de dos hombres extremadamente poderosos y ambiciosos, que tendrán mucho que ver en la vida de Cleopatra. Los exteriores son perfectos, y muy elaborados, se que tuvieron que parar su rodaje varias veces, por la salud de Taylor entre otros motivos, lo cuál muestra el mérito y el tesón de intentar sacar adelante tamaña producción. El vestuario es de lo mejor en el mundo de cine, con pelucas y vestidos increíbles de conseguir para ella, y excelente colorido para todo el elenco de actores y actrices.
La película arranca cuando Cayo Julio César llega a Egipto para establecer el orden político allí y se encuentra con todo un complot. A partir de aquí comenzará todo el periplo de esta historia. Antes de ver la película hay que ser consciente de todo lo que fueron para Cleopatra César y Antonio en la realidad histórica. César le dio el poder y a su hijo y Antonio y ella vivieron una de las más hermosas historias de amor. Pero lo que pase o no en la película se tiene que ver. En fin, toda una maravilla a nivel tanto artístico como técnico, con una entrada en Roma impresionante, y cómo no el morbo crece por la historia de amor de Burton, impecable y convincente hay que decir, y Taylor que acabó en boda. Que disfrutéis.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La belleza de Cleopatra bajo la grandeza de Roma
Esta película para analizarla correctamente, Habría que dividirla en 2 partes, es decir por un lado la estancia de Cesar en Egipto y por otro lado, la relación entre Marco Antonio y Cleopatra.
La primera parte sigue el rigor histórico, casi a la perfección, recreando todos los acontecimientos que se dieron durante el paso de Cesar por Egipto, narrando hechos históricos como la visita de Cesar a la tumba de Alejandro Magno, enlazado con el encuentro que este tuvo con su estatua en Hispania, también esta metida con calzador en la trama la extraña aflicción que sufría Cesar y este ocultaba, así como también las capacidades intelectuales de Cleopatra, durante esta parte todo discurre bien hasta el tema de Cesarion en donde los guionistas, si que se fueron por las ramas, tratándolo los hechos como algo que no fue.
La segunda parte tras la muerte de Cesar, el testamento, el II triumvirato, y el enfrentamiento entre Octavio y Marco Antonio, decae bastante, tal vez porque el elenco formado por Richard Burton como Maco Antonio y Roddy McDowall como Octavio, esta falto de carisma y se ven eclipsados por la interpretación de Rex Harrsion como Julio Cesar durante la primea parte de la película, de hecho de esta segunda pare lo único que destacaria es la batalla naval de Accio, que esta recreada casi a la perfección y es una maravilla visual como se recrea su transcurso.
En definitiva, en esta cinta Joseph L. Mankiewicz, no escatimo en decorados,vestuario y detalles visuales, la fotografia es una maravilla y claro esta, que fue una superproducción de la época y esta basada en recrear el lado mas bello e irresistible de una Cleopatra, interpretada por Elizabeth Taylor para el recuerdo, aunque la historia ha demostrado que Cleopatra destacaba mas por su personalidad, ingenio e intelecto al parecer por encima de la media, mas que por la belleza resaltada en el largometraje.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
La mejor película de romanos y egipcios.
Una Pelicula que dura 4 horas y aún te parecen poco. Un montaje deslumbrante desde el principio hasta el final. Por supuesto la mejor Cleopatra de las habidas y por haber. Fabulosa interpretación de los tres grandes, Elizabeth Taylor, Richard Burton, Rex Harrison. Tanto en tierra como en mar se despliegan unas vistas únicas. Unos ejércitos reales. Unas batallas verídicas, sin exageraciones. Algo que te queda para siempre.
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7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
UN VELO SOBRE ISIS
Julio Cesar (Rex Harrison) está acabando de librar una victoriosa batalla contra el rebelde Pompeyo () que consigue huir a Egipto, un reino tampoco pacificado debido a la disputa que tiene el faraón Ptolomeo (Richard O´ Sullivan) con su hermana Cleopatra (Elizabeth Taylor). Durante los años ausencia del Cesar, Marco Antonio (Richard Burton) está al cargo de Roma.

Joseph L. Mankiewicz (La Huella) llegó a nivel de superproducción la tragedia de la princesa Cleopatra, Marco Antonio y así como la anterior caída de Julio Cesar a manos del senador Bruto (y que ya había puesto detrás de las cámaras a Louis Calhern, James Mason y Marlon Brando en su shakeasperiana obra maestra diez años atrás).

Cuatro horas segmentadas en dos (normal en éstos filmes épicos de larga duración) para ver como una mujer fue capaz de desestabilizar una civilización de hombres poderosos y que constituyeron el fin de una República y el inicio de un Imperio. Elizabeth Taylor fue la actriz indicada para personificar el papel de la princesa egipcia en sus dos historias de amor que vive durante el metraje de la película. El “glamour” que ya por sí exhalaba la actriz inglesa en su sola presencia fue apoyado por unos pomposos decorados y un vestuario preparado al detalle.

Ni que decir que la pareja de mosa en el Hollywood de entonces estaba compuesta por Elizabeth Taylor y su amor de toda la vida, Richard Burton que, pocos años después de ésta esplendida película, se enfrentaría a un duelo de parejas en “¿Quién teme a Virginia Woolf?” (Who´s Afraid of Virginia Woolf?, 1966) de Mike Nichols.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
SIMPLEMENTE UNA GRAN PELÍCULA
No soy entendido en esto del cine, es decir, de aspectos técnicos ni idea. Ello no quiere decir que no me guste el cine, de hecho me encanta. He oído hablar muchas veces de Cleopatra, entiéndase la película que aquí nos ocupa, pero nunca la había visto. Una vez vista he de decir que me ha encantado. Su música, su ambientación, sus protagonistas, su vestuario, su historia, sus diálogos, me ha gustado todo.
Es increíble, que sin tener los medios técnicos con los que se cuentan hoy en día, se pudiera rodar una película de esa categoría, digna de ser reproducida en las salas cines actuales, ya que tiene que ser una pasada verla de esa forma.
Debería de haber salas de cine museo para que todo el mundo pudiera disfrutar con esta película y con otras tantas que por el mero hecho de ser antigüas son descartadas. Siempre queda el consuelo de verla en casa.
Por último decir, "que ni todo lo viejo es malo ni todo lo nuevo es bueno ni todo lo viejo es bueno ni todo lo nuevo es malo".
Un saludo
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA REINA DEL NILO Y EL CALVO IMPERIAL
"Cleopatra" es una de esas grandes producciones, típicas de la década de los 50, cuando el cine tenía que competir con la competencia de la televisión, y tse mostraba "más grande que la vida misma". Y como todas las de la época ("Los diez mandamientos", "Ben-Hur", "La historia más grande jamás contada" ...) posee los ingredientes necesarios para enganchar al espectador: tema histórico con mayúsculas, presupuesto mastodóntico, guión escrito a varias manos y plantel de actores de primer orden. Épica y espectacularidad, erotismo y glamour conjugadas con mayor o menor acierto. Y hay que reseñar que "Cleopatra" es una de las
mejores, junto a "Espartaco", en este género que últimamente Hollywood intenta de nuevo resucitar, con más ambición que ingenio.
Dirigida por Joseph Leo Mankiewicz, uno de los grandes del momento, cuya carrera está jalonada de magníficas obras (recordar aquí sucintamente "Julio César, "El día de los tramposos", "Mujeres en Venecia), cuenta esta película los amores de la última descendiente de la dinastía de los Ptolomeos, Cleopatra, con el general romano César y su lugarteniente Marco Antonio. La base del guión se encuentra principalmente en los escritos de Suetonio y Plutarco. Empieza con la derrota de Pompeyo en Farsalia y termina con el inicio del principado de manos de Octavio Augusto. El respeto a la historia es, a grandes rasgos, encomiable, aunque los errores, típicos de estas superproducciones, están demasiado presentes. Algunos ejemplos sin ser exhaustivos (todo lo concerniente a la reina egipcia está más cerca de los estereotipos del star-system que a lo que conocemos por las fuentes, desde el físico de Elizabeth Taylor hasta el tono de romance anacrónico de sus amores con su por entonces esposo Richard Burton, pues, a decir verdad, parece más un precedente de otra película que también interpretaron juntos, "¿A quién teme Virginia Woolf?". La entrada en Roma de Cleopatra es infame y múltiples detalles de diseño de producción no pertenecen a la época descrita).
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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